Comillas Journal of International Relations | nº 13 | 095-096 [2018] [ISSN 2386-5776] 95 Carmen Lucía Alarcón Gubert Estudiante de E5 – Derecho y Relaciones Internacionales de ICADE The Borders of Dominicanidad. Race, Nation and Archives of Contradiction Lorgia García-Peña 2016. Durham, London: Duke University Press. 2016. 274 páginas. ISBN: 0822362627 El presente libro es una obra en inglés de la escritora y académica estadounidense de orígenes dominicanos Lor- gia García-Peña, profesora adjunta de Lenguas romances y literatura e Historia de la literatura en la Universidad de Harvard y ganadora de premios literarios como el que otorga la Asociación Nacional de Estudios de Mujeres Gloria Anzaldúa en 2017 o el Premio Isis Duarte en Es- tudios Haitianos y Dominicanos en 2016. The Borders of Dominicanidad es un proyecto surgido de su tesis doctoral que ha crecido con investigaciones más desarrolladas concernientes, sobre todo, al estudio de las comunidades latinas y afrodescendientes de EE. UU. Finalmente, ha supuesto, como ella misma describe, un “viaje largo, profundamente personal e increíblemente gratificante” (p. xi). En esta obra, García-Peña realiza un estudio del impac- to de las historias (stories and histories) en la identidad nacional y racial de un pueblo, tanto de la población afrodescendiente en República Dominicana, como de la comunidad dominicana en EE. UU. Ofrece la expe- riencia dominicana para comprender cómo los actos de exclusión, unidos a las tensiones entre el deseo colonial y la aspiración a la independencia política, cuyo impacto se refleja en la sociedad actual, conforman la identidad de un país a la vez que crean marginalidad racial. Según la autora, el impulso intelectual que ha guiado esta investigación deriva de su preocupación por el silencio al que se somete la pluralidad de historias de dominicanos por parte de los Archivos dominicano y estadounidense. Con el término “Archivo” García-Peña se refiere a los do- cumentos históricos, a los textos literarios, a los monu- mentos y a las representaciones culturales que conforman una identidad e ideología nacionales (p. 12). Este imagina- rio discursivo se presenta como una estructura opresiva de las minorías étnicas y los sujetos colonizados o racializados que se ven excluidos de la historia y de la cultura, tanto del país en el que viven, como del país del que proceden. En este libro, García-Peña habla de la “producción de la dominicanidad, en casa y en el extranjero” (p. 1) a través las contradicciones que se oponen a las dicciones hege- mónicas, que ella titula Dominicanidad en mayúsculas (por ser el discurso oficial) frente a la dominicanidad, en minúsculas, de esas historias paralelas. Con el objetivo de demostrar cómo las dicciones oficiales son cuestiona- das y redefinidas a través de las contradicciones, la autora se pregunta cómo el sujeto racializado en el exilio contra- dice esas historias que continúan silenciándole violen- tamente desde el “Archivo” de dos naciones con las que carga y entre las que tiende puentes (p. 5). Para comprender esta opresión, se presenta la negritud como una frontera que, aunque invisible, se puede “nom- brar, cruzar e incluso borrar” (p. 6). Ser negro es una fron- tera para el cuerpo que ostenta tal característica y se tradu- ce en la exclusión civil, política y económica que impide la movilidad social, ya sea en República Dominicana, donde Comillas Journal of International Relations | nº 13 | 095-096 [2018] [ISSN 2386-5776] 96 el negro es automáticamente identificado como haitiano, ya sea en EE. UU., donde la etiqueta de dominicanyorks es impuesta a cualquier cuerpo afrolatino. La autora propone la contradicción de esta exclusión usando el cuerpo de la dominicanidad popular como un sitio para renegociar las narrativas de raza, género y pertenencia cultural que con- forman las fronteras invisibles de una nación. García-Peña acusa a EE. UU., durante las ocupaciones de 1916-1924 y 1965, de haber ayudado a definir una frontera geográfica y social entre República Dominicana y Haití, siendo el miedo a esta última (por ejemplo, debido el asesinato del líder afrorreligioso Olivorio Mateo) el ele- mento fundacional de las nociones estadounidenses de raza y ciudadanía. Este miedo es compartido con la élite criolla dominicana que ha construido la dominicanidad como una raza híbrida, diferente a la haitiana, contribu- yendo a la violencia contra los grupos afrodominicanos, los migrantes haitianos, sus descendientes o los rayanos (habitantes de los territorios próximos a la frontera). García-Peña utiliza el relato de cinco momentos que fue- ron importantes para la construcción, tanto de ideologías fundacionales de esa Dominicanidad oficial, como fuen- tes de la contradicción de ese discurso hegemónico. Si bien por límites de extensión de esta reseña no podemos entrar a analizar cada uno de esos eventos, sí debemos explicar dos mitos fundacionales de la identidad nacional dominicana, que coadyuvaron, a través de la literatura, a la consolidación de la hispanofilia y el antihaitianismo. Por un lado, los asesinatos en 1822 de las hermanas An- dújar, conocidas como las “Vírgenes de Galindo”, durante la unificación haitiana de la isla de la Española, a las que la poesía dominicana de la segunda mitad del siglo XIX ha presentado como mujeres blancas, violadas brutalmente por hombres negros, blanqueando el cuerpo de mujeres dominico-haitianas, a la vez que se excluye del relato histó- rico a la comunidad racializada y se libera de culpa a la élite criolla (p. 27). Por otro lado, el asesinato del líder religioso afrodominicano Olivorio Mateo (p. 59), en 1922, proyecta el pavor que producían la cultura y la religión afrohaitianas en las fuerzas de ocupación estadounidenses, trasladando este miedo a las élites blancas dominicanas. En 1937, la masacre de más de 20.000 personas étni- camente identificadas como haitianas y afrodominicanas en los territorios fronterizos del norte de la isla durante la dictadura de Trujillo fue determinante para la construc- ción de las estructuras de opresión e invisibilización que aún perduran hoy en día. Sin embargo, la autora explica el cambio que se ha producido entre los ataques hacia el cuerpo racializado dominicano y haitiano-descendiente de aquella época frente a los ataques actuales, en compa- ración con la rampante impunidad de los actos genocidas de Trujillo en menos de un siglo. En efecto, desde el terremoto que devastó Haití y partes de la región suroeste de República Dominicana en enero de 2010, se ha visto una progresión hacia la contradic- ción del discurso dominante. García-Peña recoge eventos subversivos de la literatura, el arte y la cultura general, como el cuerpo de la mujer rayana Sonia Marmolejos o las canciones de Rita Indiana Hernández, que refutan la idea de la diferenciación natural radical entre haitianos y dominicanos. También la poesía (Cantos de la fronte- ra, 1963) y los relatos que el político dominicano Juan Bosch, opositor de la dictadura trujillista, escribió desde el exilio, son ejemplos de una subcultura que revuelve el discurso hegemónico de segregación racial y cultural, tanto en la isla como fuera de su territorio y que son ma- neras de redefinir las realidades actuales. Así, se va conformando, según la autora, una solidaridad “intraisleña”, apoyada en la conciencia rayana que, se- gún la bailarina y dramaturga Josefina Báez, pasa por el cuerpo (de los dominicanyork), en un lugar llamado El Nié (un espacio inventado que existe en el underground neoyorkino y en los márgenes de República Dominicana y EE. UU., p. 199), y a través del idioma dominicanish (una especie de dialecto del spanglish). García-Peña concluye su libro relacionando esa solida- ridad revolucionaria en la que se basa la contradicción con la contestación actual frente al cambio en las leyes de nacionalidad en República Dominicana, que han de- jado desde la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucio- nal (p. 204) a millones de dominicanos de ascendencia haitiana sin documentos, abocándoles a la exclusión y la vulnerabilidad frente al abuso. Estos movimientos y otros como el Black Lives Matter son, para la autora, muestras de que el rechazo al cuerpo negro, afrodescendiente o ra- cializado, ya no es un discurso impune, sino que la identi- dad nacional oficial empieza a tambalearse frente a estas nuevas narrativas que pretenden representar de manera más leal la realidad actual tanto en EE. UU. como en República Dominicana y Haití.