infe2-03 www.sochinf.cl 151 y la cultura Claude Debussy, Maurice Ravel, Erik Satie, Richard Strauss y Manuel de Falla, así como los pintores Pablo Picasso y Georges Braque. Su estilo se inscribía en el movimiento de vanguardia y explotaba cierto sabor exótico, con coreografías alejadas de los cánones del ballet clásico. En 1909, un joven compositor ruso, llama- do Igor Stravinsky, recibió de Diagilev el encargo de componer un ballet. Es así como nacen El pájaro de fuego y posteriormente Petruchka. Paulatinamente Stravinsky va de- rivando de los temas rusos a lo que sería la más fenomenal y violenta ruptura con los cánones musicales de la época, donde cla- ves diferentes se encuentran extrañamente yuxtapuestas y superpuestas unas sobre otras, para lograr un acre efecto politonal. Todo estaba preparado para lo inevita- ble: la noche del 29 de mayo de 1913 sube al podio del Teatro de los Campos Elíseos de París el director Pierre Monteaux para dirigir el estreno del ballet La consagración de la primavera, por los bailarines rusos con mú- sica de Stravinsky y coreografía de Nizhinski. Esta obra puede considerarse como una pie- za inicial de la música clásica del siglo XX. A partir de ella, el estilo rupturista domina el panorama musical europeo en todas sus di- La consagración de la primavera y el nacimiento de la música contemporánea europea mensiones, como la melodía, la forma y el timbre y su estreno suscitó el mayor escán- dalo de la historia, en la ejecución de una obra musical. El argumento trata del sacrificio ritual de una joven virgen, bailando hasta la muerte ante su tribu, para celebrar la llegada de la primavera, en la Rusia arcaica, pagana y pri- mitiva. La atrevida coreografía de Nizhinski, el vestuario ligero de los bailarines y los decorados modernistas de Roerich resulta- ron demasiado provocativos para la conser- vadora sociedad parisina. A medida que se desarrollaba, la música constituía una tre- menda sacudida para los oyentes. Stravinsky utiliza unos medios de expre- sión extraños y mucho más violentos que los acostumbrados en las salas de París. La melodía apenas existe y se mueve en tonali- dades extrañas: escalas orientales, modali- dades litúrgicas y acentuados cromatismos; las armonías son audaces y provocadoras; el carácter principal es rítmico, un ritmo bár- baro, fantástico y estimulante. Posteriormente, Stravinsky abandonaría la vanguardia y optaría por formas neo- clásicas, al tiempo que negros nubarrones se cernían sobre Europa preludiando el co- mienzo de la primera guerra mundial.Igor Stravinsky (1882-1971). Wikimedia Commons. Teatro de los Campos Elíseos, París. Wikimedia Commons. En el París de comienzos del siglo XX destacaban los ballets rusos del empresario Sergei Diagilev, quien había encargado pie- zas para la escena a los más importantes músicos de la época. Colaboraron con él El escándalo Desde el primer compás empezaron a oírse en el público expresiones de desaprobación. Las protestas aumentaron cuando se levantó el telón y apareció el decorado del pintor Nicolás Roerich. Más tarde, la orquesta fue ahogada por un furibundo griterío de protestas. Los compositores Camille Saint Saëns y Theodor Dubois expresaron su repulsa en voz bien alta y clara, llamando farsante a Stravinsky, mientras que Maurice Ravel, amigo del compositor, gritaba que era una obra genial; Claude Debussy pedía silencio para que pudiera oírse aquella música maravillosa, y Florent Schmidt llamaba cretino al embajador austríaco. Fue una batalla campal en la que participaron incluso las damas, llegan- do a concertarse varios duelos que al día siguiente se llevaron a efecto. Referencias 1.- Untermeyer L. Igor Stravinsky en Forjadores del mundo moderno: Editorial Grijalbo, 1960, México D.F. 2.- Salaberri S. Igor Stravinsky. La consagración de la primavera. http://www.tolosa 750.net/es/IgorStravinsky.pdf. (Accedido el 4 de marzo de 2009). Texto: Ernesto Payá G. Rev Chil Infect 2009; 26 (2): 151