key: cord-0925840-sqh2329t authors: López-Contreras, Natalia; López-Jiménez, Tomás; Horna-Campos, Olivia Janett; Mazzei, Marinella; Anigstein, María Sol; Jacques-Aviñó, Constanza title: Impacto del confinamiento por la COVID-19 en la salud autopercibida en Chile según género date: 2022-04-29 journal: Gac Sanit DOI: 10.1016/j.gaceta.2022.04.002 sha: 37f38f6e55cdf8e2dd1a3dc7fec7f38f4f243ed1 doc_id: 925840 cord_uid: sqh2329t Objetivo: Analizar los factores sociales asociados a la salud autopercibida durante el confinamiento en la población residente en Chile según la perspectiva de género. Método: Estudio transversal realizado mediante encuesta online durante el confinamiento por la COVID-19 entre el 17 de mayo y el 17 de agosto de 2020. Se analizó la salud autopercibida en población de 18 años o más en relación con variables sociales. Se construyeron modelos de regresión logística multivariante para evaluar la asociación entre las variables independientes con la salud autopercibida, a través de odds ratio ajustadas (ORa). Los análisis se estratificaron por sexo (H: hombres; M: mujeres). Resultados: Se analizaron 5981 personas (el 63,9% mujeres). El 29,6% de las mujeres y el 19,2% de los hombres reportaron mala salud autopercibida. En las mujeres, empeora al aumentar la edad. La peor salud autopercibida se asoció principalmente con la falta de apoyo social (ORa H: 2,05; ORa M: 2,34), la preocupación por la convivencia en el hogar (ORa H: 1,66; ORa M: 1,38), percibir inadecuadas condiciones de la vivienda (ORa H: 1,89; ORa M: 2,63) y el desacuerdo con las medidas gubernamentales (ORa H: 2,80; ORa M: 1,82). En las mujeres, además, se asoció al trabajo informal o estar inactivas laboralmente (ORa: 2,11). En los hombres, una peor salud autopercibida se asoció a ser trabajador independiente (autónomo) (ORa: 1,65; intervalo de confianza [IC]: 1,11-2,45) y tener educación secundaria (ORa: 2,81; IC: 1,32-5,98). Conclusiones: El impacto social del confinamiento en la salud autopercibida se relaciona con el sexo, la edad, el trabajo de cuidados y las condiciones socioeconómicas, así como con el desacuerdo con las medidas implementadas para gestionar la pandemia. Objective: To analyse the social factors associated with self-perceived health during the COVID-19 lockdown in the Chilean resident population according to gender perspective. Method: Cross-sectional study conducted during the COVID-19 lockdown between May 17 and August 17, 2020 with an online survey. Self-perceived health was analysed in the population aged 18 years or older in relation to social variables. Multivariate logistic regression models were constructed to assess the association between independent variables with self-perceived health, through adjusted odds ratio (aOR). Analyses were stratified by sex (M: men; W: women). Results: 5981 persons were analysed (women: 63,9%). 29,6% of women and 19,2% of men reported poor self-perceived health. In women it worsens with increasing age. Worse self-perceived health was mainly associated with lack of social support (ORa M: 2,05; ORa W: 2,34), concern about living together at home (ORa M: 1,66; ORa W: 1,38), perceived inadequate housing conditions (ORa M: 1,89; ORa W: 2,63), and disagreement with government measures (ORa M: 2,80; ORa W: 1,82). In women, it was also associated with informal work or being inactive in the labour market (ORa: 2,11). In men worse self-perceived health was associated with being self-employed (ORa: 1,65; confidence interval [CI]: 1,11-2,45) and has secondary education (ORa: 2,81; CI: 1,32-5,98). Conclusions: The social impact of lockdown in self-perceived health is related to gender, age, care work, and socioeconomic conditions, as well as, by disagreement with the measures implemented to manage the pandemic. J o u r n a l P r e -p r o o f 5 En el caso de Chile, el país declaró el confinamiento generalizado el 26 de marzo de 2020, incluido el cierre de colegios, que se mantuvieron sin actividad presencial por 18 meses 7 . El confinamiento se dio en medio de un contexto sociopolítico complejo, marcado por protestas nacionales como síntoma de un descontento social por las malas condiciones socioeconómicas, producto de un modelo neoliberal heredado de la dictadura de Pinochet 8 . Estas protestas se dieron en el espacio público y debieron ser suspendidas por el confinamiento 8 , que consistió en restringir el libre movimiento, salvo para realizar compras de alimentos o trabajos vinculados a los servicios de salud y de emergencias 9 . Además, se estableció un mecanismo de control para las salidas del domicilio, estando acotadas a dos semanales mediante un permiso que otorgaba la policía 10 . A partir del 19 de julio de 2020 se comenzó con el plan «Paso a paso», que diferenció el tipo de restricciones según las características epidemiológicas de cada territorio 10 . Los efectos del confinamiento en la capital del país han mostrado una alta presencia de preocupación y ansiedad, siendo mayor entre las mujeres 11 . La salud autopercibida, la cual está relacionada con la salud mental 12 , es un indicador de salud de las personas (en relación con la calidad de vida, las enfermedades clínicamente diagnosticadas y la función física), de la utilización de servicios sanitarios y de la mortalidad 13 . Así mismo, en la salud autopercibida se observan distintos patrones por género y posición socioeconómica. La salud autopercibida de las mujeres también está relacionada con la mayor carga de enfermedad que padecen 14 . Además, según la clase social, la inseguridad laboral, entre los hombres, y la responsabilidad del trabajo doméstico, entre las mujeres, se relacionan con una peor salud autopercibida 15 . Por lo tanto, resulta relevante analizar los efectos del confinamiento en la salud autopercibida desde una perspectiva de género debido a su potencialidad de explicación e interpretación de las inequidades 16 . El objetivo de este estudio es analizar los factores sociales asociados a la salud autopercibida durante el confinamiento en la población residente en Chile según la perspectiva de género. El reclutamiento se realizó a través de plataformas online y redes sociales utilizando técnicas de muestreo por conveniencia y de bola de nieve. El cuestionario fue creado inicialmente por un equipo de investigación en España y se adaptó al contexto chileno. Se realizó un estudio piloto y se introdujeron modificaciones para facilitar su comprensión e interpretación. Los criterios de inclusión fueron tener 18 años o más y vivir en Chile. Asumiendo un riesgo alfa del 5%, un riesgo beta del 20% y una odds ratio [OR] de 1,3, se consideró que era necesario reclutar un mínimo de 1841 participantes. Se utilizó el software PASS para el cálculo del tamaño de la muestra y la potencia (PASS 15 Power Analysis and Sample Size Software, 2017). Se analizaron las encuestas que las personas completaron con un mínimo del 50%. Para abordar los posibles sesgos debidos a las variables cuya información faltaba se realizó una imputación múltiple mediante ecuaciones encadenadas con 50 conjuntos de datos imputados 17 . Las estimaciones de cada conjunto de datos imputados se combinaron siguiendo las reglas descritas por Rubin 18 . Para disminuir los sesgos en las estimaciones, se ponderó la muestra por la distribución de edad y el nivel de educación extraídos del Censo 2017 de Chile 19 . La variable dependiente fue la salud autopercibida, con cinco opciones de respuesta en una escala Likert, la cual luego fue dicotomizada en buena salud autopercibida (muy buena y buena) y mala salud autopercibida (regular, mala y muy mala). Como variables independientes se incluyeron las características sociodemográficas: edad, educación finalizada y pertenencia a pueblos originarios (entendida como aquellas personas que mantienen y defienden su identidad étnica diferenciándose de la cultura colonial 20 ). Las variables relacionadas con las condiciones materiales y socioeconómicas fueron la situación laboral, el cambio en la situación laboral, le tenencia de la vivienda, el tamaño de la vivienda (m 2 ) y la percepción de vivir en una vivienda adecuada para el confinamiento. En cuanto a los factores psicosociales, se incluyeron las variables apoyo social, convivencia con personas dependientes, preocupación por la convivencia en el hogar y experimentar violencia en el hogar. Se analizaron comportamientos orientados a la salud con las variables consumo de tabaco, consumo de alcohol, consumo de ansiolíticos o antidepresivos, consumo de drogas ilegales y actividad física. Se exploraron también las experiencias relacionadas con la COVID-19, como haber tenido el diagnóstico y convivir con personas con síntomas o diagnóstico de la enfermedad. Finalmente, se incluyó una variable relacionada con el grado de acuerdo con las medidas implementadas por el gobierno respecto a la pandemia. Se realizó un análisis descriptivo de las variables y se compararon las diferencias entre hombres y mujeres utilizando el test de ji al cuadrado. Se construyeron modelos de regresión logística multivariante para evaluar la asociación entre las variables independientes con la salud autopercibida. Se calcularon las OR ajustadas (ORa) con un intervalo de confianza del 95% Todos los análisis se realizaron con el programa Stata 15.1. Se incluyeron en el estudio 5981 personas, de las cuales el 63,9% eran mujeres. En las tablas 1 y 2 se describen las características de la población de estudio ponderada (los datos sin ponderación pueden consultarse en la tabla I del Apéndice online). Tanto los hombres como las mujeres forman parte mayoritariamente del grupo de edad de 31-50 años, y el 29,7% tienen estudios universitarios. El 29,6% de las mujeres y el 19,2% de los hombres reportaron mala salud autopercibida (p <0,001). En la tabla 3 (hombres) y la tabla 4 (mujeres) se muestran las asociaciones de mala salud autopercibida con las variables de estudio. Respecto a las variables sociodemográficas, se observa, en relación a la edad, que en las mujeres existió una tendencia al empeoramiento de la salud autopercibida a medida que aumentaba la edad (p <0,001), en especial entre las del rango de 51-64 años, quienes presentaron mayor riesgo de mala salud autopercibida (ORa: 4,19; IC: 2,38-7,38). Respecto al nivel educativo, destaca el riesgo de mala salud autopercibida en los hombres con educación secundaria (ORa: 2,81; IC: 1,32-5,98), mientras que, en las mujeres, tener nivel de educación universitaria fue un factor protector para tener buena salud autopercibida (ORa: 0,60; IC: 0,38-0,96). La pertenencia a un pueblo originario fue un factor protector en los hombres (ORa: 0,59; IC: 0,36-0,97). Respecto a las condiciones materiales, se observa que las situaciones laborales de realizar trabajo informal, ser estudiante o jubilado/a estuvieron relacionadas con mala salud autopercibida en las mujeres (ORa: 2,11; IC: 1,43-3,12), en tanto que en los hombres se asoció a ser trabajador independiente (autónomo) (ORa: 1,65; IC: 1,11-2,45). Para todas las personas, percibir que la vivienda era poco o nada adecuada para el confinamiento se asoció con una mala salud autopercibida (hombres ORa: 1,89, IC: 1,20-2,97; mujeres ORa: 2,63, IC: 1,84-3,76), en tanto que solo en el caso de las mujeres fue un factor protector vivir en viviendas de más de 80 m 2 (ORa: 0,43; IC: 0,29-0,65). En relación con las condiciones psicosociales, destaca que no tener apoyo social estuvo asociado a tener mala salud autopercibida (hombres ORa: 2,05, IC: 1,13-3,73; mujeres ORa: 2,34, IC: 1,32-4,16) y tener mayor preocupación por la convivencia con los miembros del hogar (hombres ORa: 1,66, IC: 1,04-2,63; mujeres ORa: 1,38, IC: 1,04-1,83). En el caso de los hombres, también es riesgo de mala salud autopercibida convivir con personas dependientes (ORa: Por último, las personas que estaban en desacuerdo con las medidas de gestión del gobierno para el control de la COVID-19 tuvieron más riesgo de mala salud autopercibida (hombres ORa: 2,80, IC: 1,38-5,69; mujeres ORa: 1,82, IC: 1,12-2,94). Nuestros resultados muestran que existen factores tanto sociales como económicos y relacionados con la convivencia que se asociaron con la salud autopercibida durante el confinamiento por la COVID-19 en Chile, con diferencias según el sexo. Según nuestros hallazgos, las mujeres tienen peor salud autopercibida que los hombres. Globalmente, la mala salud autopercibida estuvo asociada a la situación laboral, a percibir una vivienda inadecuada, a no tener redes de apoyo, a reportar preocupación por la convivencia con los miembros del hogar, a consumir psicofármacos y a estar en desacuerdo con las medidas del gobierno. Para las mujeres en particular, la mala salud autopercibida se relacionó con la edad, tener trabajo informal y ser jubilada o estudiante, mientras que fue un factor protector tener estudios universitarios y vivir en una vivienda con más de 80 m 2 . En el caso de los hombres, la mala salud autopercibida, además, estuvo asociada a tener estudios secundarios, trabajar como independiente (autónomo), convivir con personas dependientes y reportar violencia en el hogar, mientras que fue un factor protector pertenecer a un pueblo originario y disminuir el consumo de drogas ilegales. En cuanto a la peor salud autopercibida en las mujeres, estos resultados concuerdan con los de estudios previos 21 . Existe abundante literatura que muestra que las mujeres suelen tener peores condiciones sociales de vida y acuden más a los servicios sanitarios, y tienen más diagnósticos de enfermedades, pero más baja mortalidad que los hombres 22 . De hecho, se ha observado que, durante la pandemia, la mortalidad ha sido mayor en los hombres 23 . Esto se ha explicado porque existen comportamientos socioculturales en ellos que llevan a presentar más enfermedades en estadios avanzados que pueden verse agravadas cuando contraen la infección por el SARS-CoV-2 24 . La peor salud autopercibida de las mujeres puede deberse en parte a que ellas son quienes asumieron mayores responsabilidades dentro de las dinámicas del hogar, sumado al trabajo productivo 25 . No obstante, los hombres que convivían con personas dependientes tuvieron mayor riesgo que las mujeres de tener una mala salud autopercibida. Esto va en la línea de un estudio realizado en España, en el cual convivir con menores de edad estaba asociado a padecer síntomas de ansiedad en hombres y mujeres, con una asociación mayor en los hombres 2 . Esto puede atribuirse a que las mujeres suelen estar más habituadas a convivir con personas dependientes y a dedicarse a los trabajos de cuidado por los roles tradicionales de género. Respecto a la edad, nuestros resultados muestran un mayor riesgo de mala salud autopercibida en las personas mayores, en particular entre las mujeres. Esto coincide con estudios previos realizados en Chile, en los que se ha visto que la salud autopercibida empeora a medida que avanza la edad 21 . Se ha observado el efecto que produce la disminución de las interacciones sociales y pertenecer a un grupo con especial riesgo de contraer la COVID-19, asociándolo a un empeoramiento de la calidad de vida y a un aumento de la soledad y la depresión 4 . Además, resulta relevante el mayor riesgo de mala salud autopercibida en el caso de las mujeres de 51-64 años. En este intervalo de edad, las mujeres suelen ser responsables de una doble carga de cuidado: de sus hijos/as y de sus padres/madres mayores 26 . Esto podría explicar que estas mujeres se vean especialmente expuestas a tener una peor salud autopercibida durante el confinamiento. Tales resultados difieren de los de estudios realizados en otros contextos, en los que se ha reportado un mayor empeoramiento tanto de la salud autopercibida 27 como de la salud mental en las personas jóvenes 2 . En las mujeres se observó que las que tenían estudios universitarios presentaban mejor salud autopercibida, lo cual puede estar relacionado con vivir en mejores condiciones materiales. Por otra parte, las mujeres que se dedicaban a trabajos informales, eran jubiladas o estudiantes tuvieron más riesgo de mala salud autopercibida. Estos resultados se pueden explicar porque el grupo de mujeres que se encuentra en la periferia del mercado activo formal están más precarizadas, lo cual se agravó durante del confinamiento. En los hombres, el riesgo de presentar una mala salud autopercibida se asoció con tener educación secundaria y trabajar como autónomos. Esto podría explicarse por la relación que existe entre el sexo y las oportunidades laborales, así como por el impacto que pueden tener las responsabilidades y vulnerabilidades económicas durante la pandemia, sobre todo cuando se carece de ayudas por parte del Estado 28 . Todo lo anterior pone de manifiesto la necesidad de abordar temas de género con otras inequidades sociales. Respecto a la vivienda, una peor salud autopercibida se relacionó, tanto en hombres como en mujeres, con vivir en una vivienda inadecuada y de menor tamaño. Otros estudios han hallado que la vivienda deficiente se asocia con un mayor riesgo de síntomas depresivos durante el encierro 29 7 . Esto agregó a la carga habitual de trabajo de los hogares todo lo relacionado con el cuidado y el acompañamiento escolar a infantes y jóvenes. Por otra parte, vivir en lugares con más espacio, sobre todo para las mujeres, y percibir una vivienda adecuada, fueron factores protectores para tener una buena salud autopercibida. Esto permite valorar que las características de la vivienda se comportan como una figura que protege 30 . Por tanto, sería necesario reflexionar de qué forma una medida homogénea, como el confinamiento, tiene impactos diferenciales según las condiciones materiales de vida de la población. Al analizar los factores psicosociales, tanto en hombres como en mujeres, la falta de apoyo social estuvo asociada a peor salud autopercibida. El acceso a redes de apoyo propicia instancias de interacción social, evita comportamientos de riesgo y protege contra el aislamiento social; así mismo, proporciona ayuda material y emocional para lidiar con estresores de la vida 31 . Por lo tanto, en un contexto donde el Estado provee ayudas deficitarias hacia la población, el apoyo social es fundamental 32 . Los estudios realizados en Chile durante la pandemia han revelado que las redes sociales y de solidaridad fueron fundamentales para el apoyo entre las comunidades, como ha sido el cuidado mutuo a través de la generación de «ollas comunes» en sectores socioeconómicamente más desfavorecidos 33 . En relación con los comportamientos orientados a la salud, el aumento del uso de ansiolíticos y antidepresivos se asoció a tener peor salud autopercibida, tanto en hombres como en mujeres. Esto cuestiona el papel de los psicofármacos como medida de afrontamiento ante problemas de salud mental cuyas raíces son de orden social 34 . También, entre los hombres, se observó que la disminución del consumo de drogas ilegales fue un factor protector de mala salud autopercibida, lo cual puede estar relacionado con que un sector de hombres pudo aumentar el autocuidado durante el confinamiento. Por otro lado, nuestro estudio no mostró un beneficio entre tener mejor salud autopercibida y el aumento de la actividad física, a diferencia de otras investigaciones 35 . Sobre ello podría ser interesante profundizar en futuros estudios con metodología cualitativa. Para obtener más información sobre las restricciones de disponibilidad de datos, puede comunicarse con dicho comité de ética. El confinamiento por la pandemia de COVID-19 ha tenido un efecto diferencial sobre la salud según la perspectiva de género. Destacan la peor salud mental en las mujeres y la mayor mortalidad en los hombres. En Chile, las condiciones socioeconómicas, tener personas a cargo y el desacuerdo con las medidas implementadas se asocian con peor salud autopercibida durante el confinamiento, sobre todo en mujeres y en personas mayores. Desde las políticas públicas se deben considerar apoyos a la situación laboral precaria, las condiciones de la vivienda y la carga del trabajo de cuidados. Lucero Aída Juárez Herrera y Cairo. La autora principal (garante responsable del manuscrito) afirma que este manuscrito es un reporte honesto, preciso y transparente del estudio que se remite a GACETA SANITARIA, que no se han omitido aspectos importantes del estudio, y que las discrepancias del estudio según lo previsto (y, si son relevantes, registradas) se han explicado. N. López-Contreras: análisis e interpretación de los datos, escritura del artículo, aprobación de la versión final para su publicación. T. López-Jiménez: concepción y diseño del estudio, análisis e interpretación de los datos, revisión crítica con importantes contribuciones intelectuales, aprobación de la versión final para su publicación. M. Mazzei: diseño del estudio, recogida de datos, interpretación de los datos, revisión crítica con importantes contribuciones intelectuales, aprobación de la versión final para su publicación. M.S. Anigstein: diseño del estudio, recogida de datos, interpretación de los datos, revisión crítica con importantes contribuciones intelectuales, aprobación de la versión final para su publicación. O.J. Horna-Campos: diseño del estudio, recogida de datos, interpretación de los datos, revisión crítica con importantes contribuciones intelectuales, aprobación de la versión final para su publicación. C. Jacques-Aviñó: responsable de la concepción y el diseño del estudio, la recogida de datos, la interpretación de los datos, la escritura del artículo, la aprobación de la versión final para su publicación, y garante de que todas las partes que integran el manuscrito han sido revisadas y discutidas entre todas las personas firmantes. A todas las personas que respondieron la encuesta en Chile. A Anna Moleras, que creó y adaptó la encuesta en la plataforma SurveyMonkey®, y a Rodrigo Villegas, por su aporte en el equipo de Chile. Gracias especiales a Anna Berenguera y Laura Medina-Perucha, por su apoyo en todo el proyecto. Este trabajo ha sido apoyado por el Ministerio de Ciencia e Innovación de España a través del Instituto de Salud Carlos III y por fondos FEDER (Fondo Europeo de Desarrollo Regional) de la Unión Europea a través de la Red de Investigación en Actividades Preventivas y de Promoción de la Salud en Atención Primaria (redIAPP, RD16/0007/0001). Ninguno. Los modelos fueron ajustados por edad, educación, situación laboral, cambio en la situación laboral, tenencia de la vivienda, tamaño de la vivienda, percepción de adecuación de la vivienda para el confinamiento, apoyo social, convivencia con personas dependientes, preocupación por la convivencia en el hogar, violencia en el hogar, consumo de tabaco, consumo de alcohol, consumo de ansiolíticos o antidepresivos, consumo de drogas ilegales, actividad física, diagnóstico de COVID-19 y convivir con personas con síntomas o diagnóstico de COVID-19, y medidas adecuadas del gobierno respecto a la pandemia. Asociación entre salud autopercibida y variables socioestructurales en mujeres, Chile Los modelos fueron ajustados por edad, educación, situación laboral, cambio en la situación laboral, tenencia de la vivienda, tamaño de la vivienda, percepción de adecuación de la vivienda para el confinamiento, apoyo social, convivencia con personas dependientes, preocupación por la convivencia en el hogar, violencia en el hogar, consumo de tabaco, consumo de alcohol, consumo de ansiolíticos o antidepresivos, consumo de drogas ilegales, actividad física, diagnóstico de COVID-19 y convivir con personas con síntomas o diagnóstico de COVID-19, y medidas adecuadas del gobierno respecto a la pandemia. Cause for concerns: gender inequality in experiencing the COVID-19 lockdown in Germany Impact of the COVID-19 pandemic on older adults: rapid review Gender inequality during the COVID-19 pandemic: income, expenditure, savings, and job loss El impacto del COVID-19 en América Latina y el Caribe. Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios Efectos de la suspensión de clases presenciales en contexto de pandemia por COVID-19 Del descontrol de la revuelta al control de la pandemia Desigualdades sociales y procesos de salud-enfermedad-atención en tiempos de COVID-19: un análisis en clave antropológica. En: Virus y sociedad: hacer de la tragedia social una oportunidad de cambios Falta de gobernanza de las políticas de respuesta al COVID-19 Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Asuntos del Sur Psychological effects of social isolation due to quarantine in Chile: an exploratory study Understanding the relationships between mental disorders, self-reported health outcomes and positive mental health: findings from a national survey Self-rated health: caught in the crossfire of the quest for "true" health? Perception or real illness? How chronic conditions contribute to gender inequalities in self-rated health Social class and self-reported health status among men and women: what is the role of work organisation, household material standards and household labour? Guía para incorporar la perspectiva de género a la investigación en salud Granada: Escuela Andaluza de Salud Pública Introduction to multiple imputation for dealing with missing data Multiple imputation for nonresponse in surveys Pueblos originarios y territorialidad: dinámica constitucional en el ámbito MERCOSUR. Instituto de Relaciones Internacionales Pobreza multidimensional, salud auto-percibida y acceso a salud en Chile: generando conocimiento crítico para la acción en red en salud pública Gender differences in health: are things really as simple as they seem? 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