•BS299 5 \B»7 ^T^ljp'"/' •■'■'.>■■' :^ -■ ■' '^•'Uyffi^^^^ T ^ /• /. ''' PRINCETON THEOLOGICAL SEMINI5RY BY THE HEIRS OF THE LATE proteddor Ibcnv^ Cacciudton Ble£anDer» D.2>m %%»'S), 18,17 'mm. C/d^U<^^ o'^jiZl^ % V NT- Spanish. I'^n EL NUEVO TESTAMENTO DE NUESTRO SENOR Y REDENTOR JESU CRISTO, NUEVA EDICION, CUIDADOSAMENTE CORREGIDA. Ano de I8I7. % I N D I C E. El Evangelic segun San Mateo, contiene 28 capltulos, y co- niienza a la pdgina 1 El Evangelio segiin San Marcos, contiene 16 capitulos, y comienza p^g 42 El Evangelio segun San Lucas, contiene 24 capitjilos, y co- mienza pag 69 El Evangelio segun San Juan, contiene 21 capitulos, y co- mienza pag 114 Los Actos de k>s Ap6sloles, contienen 28 capitulos, y co- mienzan pag 148 La Epistola de San Pablo a los Romanos, contiene 1 6 capitu- los, y comienza pag 193 La primera Epistola de San Pablo k los Corintios, contiene 16 capitulos, y comienza p4g 210 La segunda Epistola de San Pablo k los Corintios, contiene 13 capitulos, y comienza pag 228 La Epistola de San Pablo k los Galatas, contiene 6 capitu- los, y comienza p^g 240 La Epistola de San Pablo k los Efesios, contiene 6 capitu- los, y comienza pag 246 La Epistola de San Pablo a los Filipenses, contiene 4 ca- pitulos, y comienza pag 252 La Epistola de San Pablo k los Colosenses, contiene 4 ca- pitulos, y comienza pag f . . . . 257 La primera Epistola de San Pablo a los Tesalonicenses, contiene 5 capitulos, y comienza pag 261 La segunda Epistola de San Pablo k los Tesalonicenses, con- tiene 3 capitulos, y comienza pag 265 La primera Epistola de San Pablo a Timoteo, contiene 6 capitulos, y comienza pag 267 La segunda Epistola de San Pablo a Timoteo, contiene 4 capitulos, y comienza p^g '.' 272 La Epistola de San Pablo k Tito, contiene 3 capitulos, y co- mienza p&g 276 La Epistola de San Pablo a Filemon, comienza pag 278 La Epistola de San Pablo a los Hebreos, contiene 13 capitu- los, y comienza pag 279 La Epistola Universal de Santiago, contiene 5 capitulos, y comienza pag 293 La primera Epistola Universal de San Pedro, contiene 5 capitulos, y comienza pdg 298 La segunda Epistola Universal de San Pedro, contiene 3 capitulos, y comienza pag 303 La Epistola Universal de San Juan, contiene 5 capitulos, y comienza pag. 307 La segunda Epistola de San Juan, comienza pag. 312 La tercera Epistola de San Juan, comienza pag. 312 La Epistola Universal de San Jridas, comienza pag. 313 La Revelacion de San Juan, contiene 22 capitulos, y co- mienza pag. 315 ERRATAS. Pigina, Columna, Linea, Dice, 1. 2. 2. Zorobabel, 17. 1. 41. secenta, SS. 1. 20. do. 35. 1. 12. qui, 45. 1. 43. porqne, 53. 2. 29. los, 80. 2. 41. fn6, 89. 1. 19. vi^ndole, ib; ib. 21. su cabalgadura, 91. 2. 29. accchandolo, 129. 1. 53. OS, 137. 1. 10. vuesto, 161. 2. 47. Jesns, 189. 2. 46. algunas, 191. 1. 35. nor, 208. .,■•2., 51. LMlimomaf ib. ib. 52. temporaleSf «11. 2. 16. avergouzar, 237. 2. 29. casa, 238. 1. 10. deznudez. 269. 2. 42. jnstificado, 275. 2. 52. Prisca, 278. 1. 10. abundanmente, 282. 2. 31. que se pueda, 305. 1. 47. juutamente, Ziease. Salatiel; y Salatiel en- gendr6 k Zorobabel. sesenta. de. que. porque. las. fu6. vend61e. sobre su cabalgadura. asechindolo. es. vuestro. Jesus, algunos. por. temporales, la limosna, aveigonzar lo fuertc. cara. desnudez. justificado. Priscila. abundaRtemente. que no se pueda. juutamente. EL SANTO EVANGELIO DE NUESTRO SENOR JESUCRISTO SEGUN SAN MATEO, .^alr^tr'o.l \ V ^a^'^tMH CAP. I. 1 TT IBRO de la generacion I A de Jesu Cristo, hijo de David, hijo de Abraham. 2 Abraliam engendio k Isaac; y Isaac engendrni a Jacob ; y Ja- j cob engendio k Judas y k sus hermanos ; | 3 Y Judas engendr6 de Tha- mar k Phares y k Zaram ; y Phares engendio k Esrom ; y i Esrom engendro k Aram ; | 4 Y Aram engendro k Amina- : dab ; y Aminadab engendro k 1 Naasou ; y Naason engendr6 k \ Salmon ; 5 Y Salmon engendro de Raab k Booz; y Booz engendro de Ruth aObed; yObed engendro a Jese; 6 Y Jes6 engendro al rey Da- vid ; y el rey David engendr6 a Salomon de la que fu^ muger de Urias ; 7 Y Salomon engendr6 k Ro- boam ; y Roboam engendro a Abia; y Abia engendr6 k Asa; 8 Y Asa engendro a Josaphat; y Josaphat engendr6 a Joran; y Joran engendro a Ozias ; 9 Y Ozias engendro k Jothan ; y Jothan engendro a Achaz; y Achaz engendro a Ezechias; 10 Y Ezechias engendr6aMa- nases; y Manases engendro a Amon ; y Anion engendr6 k Josias , II Y Josias cngendr6 [k Joa- cim ; y Joacim engendro] a Je- chonias y k sus hermanos, en la cautividad de Babilonia. 12 Y despues de la cautividad de Babilonia, Jech6nias engen-^ dr6 a Zorobabel ; •'"' 13 Y Zorobabel engendro k Abiud ; y Abiud engendro k Eli- acim ; y Eliacira engendro a Azor ; 14 Y Azor engendro a Sadoc ; y Sadoc engendro a Achin; y Achin engendro k Eliud ; 15 Y Eliud engendro a Elea- zar ; y Eleazar engendro a Ma- than ; y Mathan engendr6 k Ja- cob ; 16 Y Jacob engendro k Jo- seph, niarido de Maria, de la qual nacio Jesus, que es Uamado el Cristo. 17 De raanera que todas las ge- neraciones desde Abraham ha»ta David son catorce generaciones, Y desde David hasta la cautivi- dad de Babilonia, catorce gene- raciones. Y desde la cautividad de Babilonia hasta Cristo, ca- torce generaciones. 18 Y el nacimiento de Jesu Cristo fu6 de esta manera: que siendo Maria su madre desposada con Joseph, antes que se junta- sen, fu6 hallada estar preiiada del Espiritu Santo. 19 Y Joseph su marido, como era justo, y no la quisiese infa- mar, quiso dexarla secretamenie. 20 Y pensando el esto, he aqui que el angel del Senor le apare- cio en «uenos, diciendo, Joseph hijo de David, no temas de reci- bir a Maria tu muger : porque lo que en ella es engendiado, del Espiritu Santo es, B EVANGELTO SEGUN 21 Y parira liijo, y llamaras su nombre Jesus : porque (:\ salvara ^ su pueblo de sus pccados. 22 Todo esto aconteci6 para que se ciimpliese lo que liabia hablado el Seiior por el profeta, diciendo, 23 He aqui, la virgen concc- bir^, y parir^ hijo, y llamaras su nombre Emanuel: que quiere decir, con nosotros Dios. 24 Y despertado Joseph del sueiio, bizo como el ^ngel del Senor le habia mandado, y reci- bio 4 su muger; 25 Y no la conocio hasta que pario d su hijo primogenito : y llam6 su nombre Jesus. CAP. II. 1 "Y7" COMO fue nacido Jesus X en Beth-lehem de Judea endias delrey Herodes, he aqui, *Magos vinieron del oriente a Jerusalem, 2 Diciendo,;DondeestielRey de los Judios que ha nacido? Porque su estrellahaberaos visto en el oriente, y venimos k ado- rarlo. 3 Y oyendo esto el rey Herodes turbose, y toda Jerusalem con el. 4 Y convocados todos los prin- cipes de los sacerdotes y los Es- cribas del pueblo, pregunt61es donde habia de nacer el tMesias. o Y ellos le dixeron. En Beth- lehem de Judea ; porque asi esta escrito por el profeta, 6 Y tii, Beth-lehem, tierra de Juda, no eres niuy pequena entre los principes de Juda : porque de ti saldri el Capitan, que apa- centara k mi pueblo Israel. 7 Eutonces Herodes, llamados los Magos en secreto, diligente- mente se inquiri6 de ellos el tiempo del aparecimiento de la estrella. * O Sabios. i O el Christo. 8 Yenvi^ndolos a Beth-lehem, dixo, Llegados alia, preguntad con diligenciapor«l niiio: y des- que lo hallareis,hacedmelo saber, para que yo venga y lo adore. 9 Y ellos, habiendo oido al rey, fu son. 19 Mas muerto Heiodes, he aqui, el angel del Seiior apaiece en sueiios d Joseph en Egipto, 120 Diciendo, Levantate, y to- ma al nifio y k sn madrc, y vete a tierra de Israel: que muertos son los que piocuraban la muerte del niiio. 21 Eutonces il se levant6, y tonio al niiio y k su madre, y vi- nose a tiena de Israel. 22 Y oyendo que Archdlao rey- naba en Judea por Herodes su padre, temio de irse all^ : mas amonestado por revelacion en sueiios, se fue a las partes de Galilea. 23 Y vino, y habito en la ciu- dad que se llama Nazareth ; pa- ra que se cumpliese lo que habian dicho los profetas, que habia de ser llamado Nazareno. CAP. III. 1 "^iT" EN aquellos dias vino JL JuanBautistapredicando en el desierto de Judea, 2 Y diciendo, Emendaos, que el reyno de los cielos se acerca. 3 Porque este es aqtiel de quien hablo el profeta Isaias, diciendo, Voz del que clama en el desierto : Aparejad el camino del Seiior, haced dcrechas sus veredas. 4 Y jtenia Juan su vestido de pelos de camellos, y una cinta de cuero al rededor de sus lomos : y su comida era langostas y miel fiUvestre. 5 Entonces salia d el Jerusa- lem, y toda Judea, y toda la re- gion comarcana al Jordan. 6 Y eran bautizados de^lenel Jordan, confesando sus pecados. 7 Y viendo el a nuichos de los Fariseos y de los Saduceos, que venian a su bautismo, deci- ales, Generaciones de vivoras, ^ quien osha enseSado -^buir de la CAP. III. 3 ira venidera? * \ 8 Haced pues frutos ui^os de penitencia. 9 Y no penseis k deciros, A Abraham tenemos por padre : porque yo os digo, que puede Dios despertar hijos a Abrahaon aun de estas piedras. 10 Ahora ya tambien lahacha esti puesta a la raiz de los kr- boles : y todo krhol que no hace buen fiuto, es cortado y echado en el fuego. 11 Yo ciertamente os bautizo en agua para penitencia: mas el que viene tras de mi, mas po- deroso es que yo ; cuyos zapatos yo no soy digno de llevar. El os bautizara en Espiritu Santo y fuego. 12 Su ablentador en su mano csta, y ablentara su era, y reco- gera su trigo en el alholi, y que- mara la paja con faego quenunca se apague. 1 3 Entonces Jesus vino de Ga- lilea a Juan al Jordan para ser de ^l bautizado. 14 Mas Juan le resistia mncho, diciendo, Yo he menester de ser bautizado de ti,y ^tu vienesami? 15 Empero respondiendo Jesus le dixo, Uexa ahora eso ; porque asi nos conviene cumplir toda justicia. Entonces lo dex6. 16 Y Jesus, despues que fu6 bautizado, subio luego del agua, y he aqui, los cielos le fueron abiertos, y vio al Espiritu de Dios, que descendia como palo- ma, y venia sobre 61. 17 Y he aqui tina voz de los cielos quedecia, Esteesmi Hijo, el amado, en el qual tengo mi couteato. CAP. IV. 1 X7 NTO N CES Jesus fu6 lle- _tli vado del Espiritu al de- sierto para ser tentado deldiablo. 2 Y habiendo ayunado qua- renta dias y quarenta nodies, despues tuvo hambre. B 2 EVANGELIC SEGUN 3 Y llegfindose d ^1 el Tenta- dor, dixo, Si cres Hijo de Dio3, di que estas piedras se liagan panes. 4 Mas ^I respondicndo, dixo, Escrito estA, No de solo pan vi- vird el hombre, mas de toda pala- bia que sale porla bocade Dlos. 5 Entonccs el diablo lo pasa a la santa ciudad, y p6solo sobre el cimborio del tenaplo. 6 Y dixole, Si eres Hijo de Dios, Achate deaqui abaxo: que escrito estd, que a sus lingeles inandarA por ti, y alzarte ban en las manos, porque no tropieces en alguna piedra con tu pie. 7 Jesus le dixo, Tainbien estd escrito, No tentaras al Senor tu Dios. 8 Otra vez lo pasa el diablo d un monte muy alto, y rau^strale todos los reynos del uiundo, y su gloria. 9 Y dicele, Todo esto te dar^, »i postrado me adorares. JO Ent6nces Jesus le dice, Yete,_Satanas ; que escrito esta, Al Seiior tu Dios adoraras, y a i\ solo servirds. 11 Entonces el diablo le dexo: y he aqui, los angeles llegaron, y servianle. 12 Mas oyendo Jesus que Juan eia preso, volviose a Galilea. 13 Y dexando a Nazareth, vino y habito en Capernaum, ciudad maritima en los confines de Za- bulon y de Nephtali : 14 Para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta Isaias, que dixo, 15 La tierra de Zabulon y la tierra de Nephtali, camino de la mar, de la otra parte del Jordan, Galilea de los Gentiles; 16 Pueblo asentado en tinie- blas vi6 gran luz : y d los asen- tados en region de sombra de muerte, luz esclareci6. 17 Desde entonces comenz6 Jesus k predicar y d decir, E- mendaos ; que el leyno de los cielos se acerc^. 10 Y yendo Jesus por la costa de la mar de Galilea, vi6 do» her- manos, Simon llamado Pedro y Andres su liermano, que echaban la red en la mar : porque eran Pescadores. 19 Y diceles, Venid tras de mi, y haceros he pescadorcs de horn b res. 20 Ellos entonces dexando lue- go las redes, lo siguieron. 21 Y pasando de alii, vio otros dos hermanos, Jacobo hijo de Ze- bedeo y Juan su hermano en la nave con Zebedeo su padre, que remendaban sus redes : y 11a- molos. 22 Y ellos luego dexando la nave y a su padre, lo siguieron. ^o Y rode6 Jesus a toda Gali- lea, ensenando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evan- gelio del reyno, y sanando toda enfermedad y toda flaqueza e» el pueblo. 24 Y corria su fama por toda la Siria : y traian k 61 todos los que tenian mal, los tornados de diversas enfermedades y tormen- tos, y los endemoniados, y lund- ticos, y perlaticos : y san^balos. 25 Y seguianle muchas com- paiias de Galilea, y de Decapo- iis, y de Jerusalem, y de Judea, y de la otra parte del Jordan. CAP. V. 1 XT' VIENDO Jesus las com- X panas, subi6 al monte ; y sentandose 61, llegaronse a 61 sus discipulos. 2 Y abriendo su boca, les en- seiiaba, diciendo, 3 Bienaventurados los pobre* en espiritu : porque de ellos es el reyno de los cielos. 4 Bienaventurados los tristes : porque ellos recibiran consola- cion. 5 Bienaventurados los mansos : porque ellos reclbirdu la tierra^ por heredad. 6 Bienaventurados los que tie- nen hambre y sod de justicia: porqiie ellos seran hartos. 7 Bienaventurados los miseri- cordiosos : porque ellos alcan- zaran misericordia. 8 Bienaventurados los limpios de corazon: porque ellos veran a Dios. 9 Bienaventurados los pacifi- cos : porque ellos ser^n Uaniados bijos de Dios. 10 Bienaventurados los que padecen persecucion por causa de la justicia: porque de ellos es el reyno de los cielos. 11 Bienaventurados sois quan- do dixeren mal de vosotros, y os persiguieren, y dixeren de voso- tros todo mal por mi causa min- tiendo. 12 Gozaos y alegraos : porque vuestro saiario es grande en los cielos : porque asi persiguieron d los profetas, que fueron antes de vosotros. 13 Vosotros sois sal de la tierra: y si la sal se desvaneciere, ^con que sera salada ? No vale mas para nada, sino para ser echada fuera, y pisada de los hombres. 14 Vosotros sois la luz del niun- do: la ciudad asentada sobre el monte no se puede esconder. 15 Ni se enciende el candil, y lo ponen debaxo del almud ; mas en el candelero, y alumbra a to- dos los que estan en casa. 16 Asi alumbre vuestraluz de- lante de los hombres, para que vean vuestras bueuas obras, y gloritiquen a vuestro Padre, que est6. en los cielos. 17 No penseis que he venido para invalidar la ley 6 los pro- fetas : no he venido k irivalidar- Zos, sino a cumplir/o5. 18 Porque en verdad os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecera de la ley, que todas las cosas no sean hechas. 19 Dc manera que qualquiera S. MATEO, CAP. V. 5 que invalidare uno de estos man- damientos muy pequeiios, y asi enserlare li los hombres, muy pe- queiio sera llamado en el reyno de los cielos. Mas qualquiera que liiciere y enseiiare, i'ste sera llamado grande en el reyno de los cielos. 20 Por tanto yo os digo, que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los Escribas y de los Fariseos, no entrareis en el rey- no de los cielos. 21 Oisteis que fue dicho a. los antiguos. No mataras : mas qual- quiera que matare, quedaraobli- gado a juicio. 22 Mas yo os digo, que qual- quiera que se enojare locamente con SH hermano, sera obligado k jnicio : y qualquiera que dixere a su hermano, Kaka, sera obliga- do a concilio : y qualquiera que le dixere, Loco, sera obligado a. la gehenna del f "uego. 23 Por tanto si traxeres tii ofrenda al altar, y alii te acor- dares que tu hermano tiene algo contra ti, 24 Dexa alii tu ofrenda delante del altar, y ve; reconciliate pri- mero con tu hermano, yeutonces ven y ofrece tu ofrenda. 25 Se presto amigo de tu ad- versario,entretautoque estas con el en el camino : porque no acon- tezca qiie tu, adversario te entre- gue al juez, y el juez te entregue al alguacil, y seas echado en la carcel. 26 En verdad te digo, que no saldras de alii, hasta que pagues la postrera blanca. 27 Oisteis que fue dicho k los antiguos, No adulteraras : 28 Mas yo os digo, que qual- quiera que mira la muger para codiciarla, ya adultero con ella en su corazon. 29 Portanto si tu ojo derecho te fuere ocasion de cuer, sacalo, y lanzalo de ti: que mejor te es que se pierda uno de tus mieni- B EVANGELIO SEGUN bro«, que no que todo tu cuerpo sea echado en la gehenna. 30 Y si tu niano derecha te fuere ocasion de caer, cortala, y ^chala de ti : que mejor es que uno de tus miembros se pierda, que no que todo tu cuerpo sea ecliado en la gehenna. 31 Tambien fue dicho, Qual- quiera que repudiare k su muger, dele carta de divorcio : 32 Mas yo os digo, que el que repudiare a su muger, sino fuere por causa de fornicacion, hace que ella adultcre : y el que se casare con la repudiada, comete adulterio. 33 Asimismo habcis oido que fue dicho k los antiguos, No te perjurards, mas cumpliras con el JSeiior lo que hubieres jurado. 34 Pero yo es digo, No jureis en ninguna nianera : ni por el cie- lo, porque es el trono de Dios : 35 Ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies : ni por Je- rusalem, porque es la ciudad del gran Rey. 36 Ni por tu cabeza juraras: porque no puedes hacer un ca- bello bianco 6 negro. 37 Mas vuestro hablar sea, Si, si ; No, no : porque lo que es mas de esto, de mal precede. 38 Oido habeis que fue dicho, Ojo por ojo, y diente por diente: 39 Mas yo os digo, No resis- tais al mal : antes a qualquiera que te hiriere en tu mexilla de- recha, vuelve/e tambien la otra. 40 Y al que quisiere ponerte A pleyto, y toraarte tu sayo, d^xale tambien la capa. 41 Y ^ qualquiera que te car- gare por una legua, ve con el dos. 42 Al que te pidiere, dale ; y al que quisiere tomar de ti em- prestado, no le rebuses. 43 Oido habeis que fu6 dicho, Amarus k tu proximo, y aborre- ceras k tu enemigo : 44 Mas yo os digo, Amad a vuestros enemigos j bendecid k los que OS maldicen ; haced bkn a los que OS aborrecen ; y orad por los que os raolestan y os persiguen. 45 Para que seals hijos de vues- tro Padre que esta en los cielos : que hace que su sol saiga sobre malos y buenos, y Uuere sobre justos 6 injustos. 46 Porque si amareis k los que OS aman, ^ que prcmio tendreis ? J No hacen tambien lo misnio los publicanos? 47 Y si acariciareis k vuestros hermanos solamente, i qu6 haceis de mas ? ^ No hacen tambien asi los publicanos ? 48 Sed pues perfectos, como vuestro Padre queest^ en los cie- los es perfecto. CAP. VI. 1 "11/riRADquenohagaisvues- ItJ. tra limosna delante de los hombres para ser vistos de ellos : de otra manera no hallar^is salario acerca de vuestro Padre que esta en los cielos. 2 Quando, pues, haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de ti, como hacen los hip6critas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hom- bres : en verdad os digo, que ya tienen su salario. 3 Mas tti quando haces limos- na, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha. 4 Para que sea tu limosna en secreto : y tu Padre, que mira en lo secreto, ^I te pagara en publico. 5 Y quando oras, no seas como los hipocritas : porque ellos aman el orar en los ayuntamientos y en los cantones de las plazas en pi^, para que sean vistos de los hom- bres. En verdad os digo, que ya tienen su salario. 6 Mas tu quando oras, entrate en tu camara, y cerrada tu puer- ta, ora k tu Padre, que est^i en secreto; y tu Padre que ve en se- S. MATEO ereto, te galardonara en publico. 7 Y orando no seals muy par- leros, como los Gentiles ; que piensan que por su parleria seran oidos. 8 No OS hagais pues seraejantes k ellos; porque vuestro Padre sabe de que cosas teneis necesi- dad, intes que vosotros le pidais. 9 Vosotros pues orar^is asi : Padre nuestro, que estas en los cielos, santiticado sea tu nombre : 10 Vengatureyno: Higasetu voluntad, asi en la tierra como en el cielo: 11 Danos hoy nuestro pan co- tidiano : 12 Y perdonanos nuestras deu- das, asi como nosotros perdona- raos k nuestros deudores : 13 Y no nos metas en tenta- cion; mas llbranos de* mal: por- que tuyo es el reyno, y la poten- cia, y la gloria, por los siglos. Amen. 14 Porque si perdonareis a los hombres sus ofensas, perdonaros ha tambien k vosotros vuestro Padre celestial. 15 Mas si no perdonareis a los hombres sus ofensas, tampoco vuestro Padre OS perdonaravues- tras ofensas. 16 Y quando ayunais, no seais como los hip6critas austeros, que demudan sus rostros para pare- cer d los hombres que ayunan. En verdad os digo, que ya tienen su salario. 17 Mas tti quando ayunas, unge tu cabeza, y iava tu cara ; 18 Para no parecer a los hom- bres que ayunas, sino k tu Padre, que esta en secreto: y tu Padre, que ve en lo secreto, te pagara en publico. 19 No junteis tesoros en la tier- ra; donde la polilla y el orin corrompe, y donde ladrones mi- nan y hurtan : sO Pero juntacs tesoros en el * O maligno. , CAP. VI. 7 cielo; donde ni polilla ni oriji corrompe, y donde ladrones do rainan ni hurtan : 21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, alii tambien estari vuestro corazon. 22 Elcandildelcuerpoeselojo; asi que, si tu ojo fuere sincero, todo tu cuerpo serd luminoso ; 23 Mas si tu ojo fuere malo, todo tu cuerpo sera tenebroso, Asi que, si la lumbre que en ti hay sontinieblas, j quan grandes seran las mismas tinieblas ! 2 i Ninguno puede servir a dos senores : porque 6 aborrecera al uno, y amara al otro; 6 se alle- gara al uno, y menospreciara al otro. No podeis servir a Dios y a* las riquezas. 25 Por tanto os digo, No os congojeis por vuestra vida, que habeis de comer, 6 qu^ habeis de beber; ni por vuestro cuerpo, que habeis de vestir. i La vida no es mas que el alimento, y el cuerpo que el vestido? 26 Mirad las aves del cielo ; que no siembran, ni siegan, ni encierran en alholis : y vuestro Padre celestial las alimenta. i No sois vosotros muy mas excelentes que ellas? 27 i Y quien de vosotros podr^ congojandose, aiiadir a su esta- tura un codo ? 28 Y por el vestido ; porque os congojais.' Aprended de los It. rios del campo, como crecen • no trabajan, ni hilan : 29 Mas OS digo, que ni aun Salomon con toda su gloria fue vestido asi como uno de ellos. 30 Y si la yerba del carapo, que hoy es, y manana es echada en el homo, Dios la viste asi; ^no hard mucho mas a vosotros, hom- bres de poca fe ? 31 No OS congojeis pues, di- ciendo, ^ qu6 comer^mos? ^ 6 que beber^mos? ^6 con qu6 nos cu- brir^cios ? * Gr. Mammona 8 EVANGELIO SEGUN 32 Porque los Gentiles buscan todas estas cosas : porque vuestro Padre celestial sabc que de todas estas cosas tcneis necesidad. 33 Empero buscad priniera- mente el reyno de Dios y su jus- ticia, y todas estas cosas os serau ariadidas. 34 Asi que, no os congojeis poi el dia de mailana ; porque el dia de manana traera. su congoja : basta al dia su afliccion. CAP. VII. 1 "l^rO juzgueis, porque tan _L^ bien no seals juzgados, tam- los 2 Porque con el juicio que juzgais, serais juzgados; y con la mcdida que medis, os mediran. 3 i Y porque miras el arista que est^ en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que esta en tu ojo? 4 i O como dices 4 tu hermano, Espera, echare de tu ojo el arista : y he aqui nna viga en tu ojo ? 5 Hipocrita, echa primcro la Tiga de tu ojo ; y entonces mira- ras en echar el arista del ojo de tu hermano. 6 No deis lo santo a los per- ros, ni echeis vuestras perlas de- lante de los puercos; porque no las rehuellen con sus pies, y vuel- tos contra vosotros os despedacen. 7 Pedid, y darseos ha; bus- cad, y hallar6is; tocad, y abrir- seos ha: 8 Porque qualquiera que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que toca, se abre. 9 i Que liombre hay de voso- tros, a quien si su hijo pidiere pan, darle ha uim piedra? 10 <• Y si le pidiere pescado, darle ha serpiente? 11 Pues si vosotros, slendo malos, sabeis dar buenas dadivas a vuestros hijos i vuestro Padre que esta en los cielos quanto mas dara buenas coiws d los que se las pidieren ? 12 Asi que, todas las cosas que querriais que los Ijombres hicie- sen con vosotros, asi tambien ha- ced vosotros con ellos : porque esta es la ley y los profetas. 13 Entrad por la puerta estre- cha : porque ancha es la puerta, y espacioso es el caiuino que lleva A pereo, por sobvenombre Tadeo. 4 Simon Cananeo, y Judas Is- cariota, que lo entreg6. 5 Estos doce envio Jesus, a los quales mando, dici^ndoles, Por el camiuo de los Gentiles no ireis, y en ciudad de Samaritanos no entreis. 6 Mas id ^ntes a las ovejas per- didas de la casa de Israel. 7 Y idos predicad, diciendo, El reyno de los cielos se ha Uegado. 8 Sanad enfermos, limpiad le- prosos, resucitad muertos, ecliad fiiera demonios : de gracia lo re- cibisteis, de gracia lo dad. 9 No poseais oro, ni plata, ni dinero en vuestras bolsas. 10 Ni alforja para el camino; ni dos ropas de vestir, ni zapa- tos, ni bordon : porque el obrero digno es de su alimento. 11 Mas en qualquiera ciudad 6 aldea que entrareis, buscad con diligencia quien sea en ella digno, y posad alii hasta que os partais. 12 Y entrando en la casa, sa- ludadla : 13 Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendra sobre ella: mas si no fuere digna, vuestra paz se volver^ a vosotros. 14 Y qualquiera que no os re- cibiere, ni oyere vuestras pala- bras, salid de aquella casa 6 ciu- dad, y sacudid el polvo de vues- tros pies. 15 En verdad os digo, que el castigo sera mas tolerable a la tierra de los de Sodoma y de los de Gomorra, en el dia del juicio, que a aquella ciudad. 16 He aqui, yo os envio como ii ovejas en medio de lobos : sed pues prudentes como serpientes, y sencillos como paloraas. 17 Yguardaosdeloshombres: porque OS entregar^n en concilios, y en sus sinagogas os azotar^n : 18 Y aun delante de principes y reyes serais llevados por causa de mi, para que esto les sea a ellos y a los Gentiles por testimouio. 19 Mas quando os entregaren, no OS congojeis c6rao 6 que h»- beisdehablar: porque en aqueUa bora OS ser^ dado que hableis. 20 Porque no sois vosotros los que hablais, sino el Espiritu de vuestro Padre, que habla en vosotros. 21 El hermano entregara al hermano a la muerte, y el padre al hijo : y los bijos se levantardn contra los padres, y matarlos ban. 22 Y serais aborrecidos de to- dos por mi norabre : mas el que estuviere finne hasta el fin, este ser^ salvo. 23 Mas quando os persiguieren en esta ciudad, huid a la otra : porque en verdad os digo, que no a<;abar6is de andar todas las ciudad^s de Israel, que no venga el Hijo del hombre. 24 El discipulo no es mas que su maestro, ni el siervo mas qne su senor. 25 Bastele al discipulo ser co- mo su maestro, y al siervo como su seiior. Si al mismo padre de la familia llamaron Beelzebul, i quanto mas a los de su casa? 26 Asi que, no los temais : por- que nada bay encubierto, que no haya de ser manifestado ; y nada oculto, que no haya de saberse. 27 Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz ; y lo que ois a la oreja, predicadlo sobre los te- jados. 28 Y no hayais miedo de los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar : temed antes k aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en la gehenna. 29 <■ No se venden dos paxarillos por una blanca? y uno de ellos no cae en tierra sin vuestro Padre. 30 Y aun vuestros cabellos estan todos contados. 3;L No temais pues : mas valeis vosotros que muchos paxarillos. 32 Qualquiera pues, que me confesare delante de los horn- S. MATEO, CAP. XI. bres, confesarlo he yo tambien de- laiite de mi Padre que est^ en los cielos. 33 Yqnalquieraqueme negate delante delos hombres,negarlohe yo tambien delante de mi Padre que esta en ios cielos. 34 No penseis que soy venido para meter paz en la tierra: no soy venido para meter paz, sino cuchillo. 33 Porque he venido para ha- cer discordar al hombre contra su padre,y alahijacontrasumadre, y d la nuera contra su snegra. 30 Y los enemigos del hombre los de su casa. 37 El que ama a padre 6 k madre mas que d mi, no es digno de mi : y el que ama k hijo 6 ^ hija mas que k mi, no es digno de mi : 38 Y el que no toma sn cruz, y me sigue, no es digno e.sadameiite, y de sas qjos gliifian : porque no veaii de las ojos, y oygaii de las orcjas, y del corazon entiendan, y se conviertan, y ijo los sane. 16 Mas bienaventnrados vues- tros ojos, porque ven : y vues- tras orejas, porque oyen. v 17 Porque en verdad os digo, que muchos profetas y justos dcsearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron ; y oil lo que voso- tros ois, y no lo oyeron. 18 Old pues vosotros la para- bola del sembrador. 19 Oyendo qualquiera la pala- bra del keyno, y no entendiendo- la, viene el nialo, y arrebata lo que fu6 senibrado en su corazon. Este es el que recibio la simiente junto al caniino. 20 Mas el que recibio la si- miente en pedregales, este es el que oye la palabra, y luego la re- cibe con gozo : 21 Mas no tiene raiz en si, ^n* tes es temporal : que venida la aflicclon 6 la persecucion por la palabra, luego se ofende. 22 Y el que recibi6 la simiente entre las espinas, este es el que oye la palabra: mas la congoja de este siglo, y el engano de las riquezas, ahoga la palabra, y ha- cese sin fruto. 23 Empero el que recibio la simiente en buena tierra, este es el que oye y entiende la palabra, y el que llevael fruto : y uno lle- va d ciento, y otro a secenta, y otro a treinta. 24 Otra parabola les propuso, diciendo, El reyno de los cielos es semejante al liombre que siem- bra buena simiente en su campo : 25 Mas (lurmiendo los hom- bres, vino su enemigo, y serabro zizana entrc el trigo, y fuese. S6 Y despues que fu6 crecido en yerba, y hubo granado, enton- ccs aparecio tambien la zizana. 27 Y llegdndose los siervos del CAP. XIII. 17 padre de la familia-, dix6ronle> Seiior, ^ no sembraste buena gi- miente en tu campo? ^"Pues de donde tiene zizaiia? 28 Y {'1 les dixo, El hombre enemigo ha liecho esto. Y los siervos le dixeron, i Pues quieres que vayamos y la cojamos ? 28 Y ^1 les dixo, No, porque cogiendo la zizana, no arranqueis tambien con ella el trigo. 30 Dexad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega ; y al tiempo de la siega yo dir6 k los segadores, Coged primero la zi- zaiia, y atadla en manojos para quemarla : mas al trigo allegaxllo en mi aUioli. 31 Otra parabola les propuso, diciendo, El reyno de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre torao, y lo sembro en su campo : 32 El qual ciertamente es el mas pequencjde todas las simien- tes : njas quando ha crecido, es el mayor de todas las hortali- zas, y hacese arbol, que vienen las aves del cielo, y hacen nidos en sus ramas. 33 Otra par abola les dixo : El reyno de los cielos es semejante a la levadura, que tomandola la muger la esconde en tres medi- das de harina, hasta que todo ler- raento. 34 Todo esto hablo Jesus por parabolas a las comparias : y na- da les hablo sin parabolas : 35 Para que se cumpliese lo que fue dicho por el proteta, que dice, Abrir6 en parabolas mi, boca : rebosare cosas escondidas desde la fundacion del mundo. 36 Entonces enviadas las com- paiias, Jesus se vino a casa. Y llegandose k 61 sus discipulos, dixeronle, Decl^ranos la para- bola de la zizaiia del campo. 37 Y el respondicndo,les dixo. El que siembra buena simiente es el Hijo del hombre. 38 Y el campo es el mundo, y C 3 18 EVANGELIO SEGUN la buena siraiente sou loshijos del reyno : y la zizaiia son los hijos del inalo. 39 Y el enemigo que la scni- l>r6 es el diablo, y la siega es la fin del mundo, y los segadores son los iingeles. 40 Do manera que como es co- gida la zizana y queniada con fuego, asi ser^ en el fin de este siglo. 40 Enviariel Hijodelhombre sus Angeles, y cogeran de su rey- no todos los estoibos, y a los que ©bran iniquidad ; 42 Y echarlos ban en el horno de fuego : alii sera el Uorar y el cruxir de dientes. 43 Ent6nceslosjustosresplan- decer^n como el sol, en el reyno Ae su Padre. El que tiene ore- jas para oir, oyga. 44 Iten, el reyno de los cielos es semejante al tesoro escondido en el campo : al qual habiendolo ulg%in hombrehallado,lo encubre, y del gozo que por el tienc, va y vende quanto tiene, y compra aquel campo. 45 Iten, el reyno de los cielos es semejante al liombre tratante, que busca buenas perlas : 46 El qual habiendo hallado una preciosa perla, se fu^, y ven- dio todo lo que tenia, y comprola. 47 Iten, el reyno de los cielos e,s semejante a la red, que echada en la mar cog€ de todaa suertes : 48 La qual siendo llena, la sa- caron k la orilla, y sentados, co- gieron lo bueno en vasos, y lo raalo echaron fuera. 49 Asi seri en el fin del si^lo: •saldran los angeles, y apartar^n 4 Jos malos de entre los justos, 50 Y echarlos ban en el horno de fuego : alii ser4 el llorar y el cruxir de dientes. 51 Dieeles Jesus, ,; Habeis en- tcndido todas est^s cosas? EUos responden, Si, Seiior. 52 Y ^1 Ics dixo, Por eso todo Escriba instruido en el reyno de los cielos es semejante k un pa- dre de familia, que saca de su te- soro cosas nuevas y cosas viejus. 53 Y aconteci6 que habiendo Jesus acabado estas parabolas, sa fu6dcalli. 54 Y vcnido a suticrraenscno- los en la sinagoga de ellos, de tal manera que ellos estaban at6- nitos, y decian, i De donde tiene este esta sabiduria, y estas mara- villas? 55 ^No es este el bijo del car- pintero ? <; No se llama su madrc Maria, y sus hermanos, Jacobo, y Joses, y Simon, y Judas ? 56 ^'Y no estan todos sus parien- tes entre nosotros? ,; De donde, pues, tiene este todo esto? 57 Y se escandalizaban en 61. Mas Jesus les dixo, No hay pro- feta sin honra, sino en su tierra, y en su casa. 58 Y no hizo alii muchas ma- ravillas, 4 causa de la increduli- dad de ellos. CAP. XIV. 1 TC^N aquel tiempo Herodes rn^J el tetrarca oy6 la fama de Jesus. 2 Y dixo 4 sus criados, Este es Juan Bautista : 61 ha resucitado de los muertos, y por eso virtu - des obran en el. 3 Porque Her6des habia pren- dido a Juan, y lo habia aprisiona- do y puesto en la c4rcel por causa de Herodias, muger de Filipo su hermano. 4 Porque Juan le decia, No te es licito tenerla. 5 Y querialo matar, mas habia miedo de la multitud : porque lo tenian como a profeta. 6 Y celebrandose el dia del nacimiento de Herodes, la hija de Herodias danzo en medio, y agrado k Her6des. 7 Y 61 prometio con juramento de darle todo lo que pidiese. 8 Y ella instruida primero de 5« madre, dixo. Dame aqui en un plato la cabezade Juan Bautista. 9 Ent6nces el rey se entriste- fi6 : mas por el juramento, y por los que estaban juntamente k la mesa, mand6 que se Ic diese. 10 Yenviando, degollo a Juan en la carcel. 11 Y fu6 traida su cabeza en un plato, y dada a la moza. Y ella la presento a su madre. 12 Entonces sus discipulos vi- nieron, y llevaion el cuerpo, y enterraronlo, y fueron y dieion las nuevas k Jesus. 13 Y oyendo/o Jesus, partiose de alii en un navio a un lugar de- sierto apartado. Y quando las companas lo oyeron, sigui^roulo k pi^ de las ciudades. 14 Y saliendo Jesus, vio grande oompaua, y hubo misericordiade ellos, y sano k los que entre ellos ©fitaban enfermos. 15 Y venida la tarde, llega- ronse a el sus discipulos, dicien- do : El lugar es desierto, y el tiempo es ya pasado ; envia las compaiias, que se vayan por las aldeas, y se compren de comer. 16 Y Jesus les dixo, No tienen necesidad de irse : dadles voso- tros de comer. 17 Y ellos le dicen, No tene- mos aqui sino cinco panes y dos peces. 18 Y el les dixo, Traedmelos aca. 1 9 Y mandando i las compaiias recostarse sobre la yerba, y to- mando los cinco panes, y los dos peces, alzando los ojos al cielo, bendixo, y partiendo los panes, diolos a los discipulos, y los dis- cipulos a las companas. 20 Y comicron todos, y hart^- ronse : y alzaron lo que sobro, los pedazos, doce canastos Uenos. 21 Y los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin las mugeres y muchachos. 22 Y luego Jesus hizo a sus discipulos entrar en el navio, y S. MATEO, CAP. XIV. 19 irse delante de 61 de la otra parte del lago, eiitre tanto que 61 despe- dia las compaiias. 23 Y despedidas las compaiias, subiosc solo a un monte k orar, Y como fu6 la tarde del dia, csta- basc alii solo. 24 Y ya el navio estaba en me- dio dela mar, atormentado do las ondas : porque el viento era con- tra rio. 25 Mas a la quarta vela de la noche Jesus fue a ellos, caminan- do sobre la mar. 26 Y los discipulos vi6ndolo caminar sobre la mar, turbironse, diciendo, Alguna fantasma es : y gritaron de miedo, 27 Mas luego Jesus les hablo, diciendo, Quietaos : yo soy, no hayais miedo. 23 Entonces Pedro le respon- di6, diciendo, Seiior, si tu eres, manda que yo venga k ti sobre las aguas. 29 Y 61 le dixo, Ven, Y des- cendiendo Pedro del navio, ca- mino sobre las aguas para venir a Jesus. SO Mas viendo el viento fuerte, hubo miedo : y comenzandose k hundir, di6 voces, diciendo, Se- nor, salvanie. 31 Y luego Jesus estendiendo la mano, trabo de 61, y dixole. O hombre de poca fe, ; porque du- daste ? 32 Y como ellos entraron en el navio, el viento ceso. 33 Entonces los que estaban en el navio, vinieron, y ador^ronlo, diciendo, Verdaderamente eres Hijo de Dios. 34 Y llegando a la otra parte vinieron k la tierra de Gen- nezaret. 35 Y como lo conocieron los hombres de aquel lugar, cnviaron por toda la region comarcana, y presentaronle todos los enfer- mos; 36 Y rogdbanle que solamente tocasen el horde de su manto. Y io todos los sanos. EVANGELIC SEGUN que tocaron, fucron CAP. XV. 1 T^NTONCES lleijaron ^ jCi Jesus ciertos Esciibas y Faviseos de Jerusalem, di- cie.ndo, 2 ^ Porqu^ tus diseipulos traspa- san la tradicion de los ancianos r Porque no lavan sus manosj quan- do comen pan. 3 Y 61 respondiendo, les dixo, i Y porqu6 vosotros traspasais el inandamientodeDios por vuestra tradicion? 4 Porque Dios mand6, dicien- do, Honra a iu padre y a tu madre. Iten, El que maldixere li su padre 6 k su madre, muera de muerte. 5 Mas vosotros decis, Qualquie- ra que dira al padre 6 d la ma- dre, Toda ofrenda que yo ofre- ciere, a ti aprovechara ; y no honrara a su padre 6 a su madre. 6 Y habeis invalidado el man- damiento de Dios por vuestra tradicion. 7 Hip6critas, bien profetizo de vosotros Isaias, diciendo, 8 Este pueblo de su boca se acerca de mi, y de labios me honra : mas su corazon lejos esta cie mi. 9 Pero en vano me lionran, en- senando doctrinas, mandamientos de hombres. 10 Y llamando a si las compa- jias, dixoles, Oid, y entended : 11 No lo que entra en la boca, ensucia al hombre ; mas lo que sale de la boca, esto ensucia al hombre. 12 Entonces llegandose sus discipulos, le dixeron, i Sabes que los Fariseos oyendo esta pala- bra se ofendieron ? 13 Mas 6\ respondiendo, ?^s dixo, Toda planta que no planto mi Padre celestial sera arrancada. • 1 i Dexadlos ; guias son ciegas de ciegos : y si el ciego gularc al ciego, ambos caeran en el hoyo. 1,7 Y respondiendo Pedro, le dixo, Declaranos esta parabola. 16 Y Jesus dixo, ^Aun tambien vosotros sois sin entendimiento? 17 i No entendeis aun, que todo lo que entra en la boca, va al vientre, y es echado en la necc- saria ? 18 Mas lo que sale de la boca, del mismo corazon sale ; y esto ensucia al hombre. 19 Porque del corazon salen los males pensamientos,muertes, adulterios, fornicaciones, hurtos, falsos testimonios, infamias. 20 Estas cosas son las que en- sucian al hombre : que comer con las manos por lavar no ensucia al hombre. 21 Y saliendo Jesus de alii fu6se a las partes de Tiro y de Sidon. 22 Y he aqui, una niuger Cana- nea que habia salido de aquellos t6rminos, clamaba, dici^ndole, Seiior. Hijo de David, ten mise- ricoraia de mi : mi hija es mala- mente atormentada del demonio. 23 Mas 61 no le respondio pala- bra. Entonces llegandose sus discipulos rogaronle, diciendo,^ Enviala, que da voces tras nos- otros. 24 Y . el respondiendo, dixo. No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel. 25 Entonces ella vino, y ado- rolo, diciendo, Seiior, socorreme. 26 Y 61 respondiendo le dixo. No es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo a los perrillos. 27 Y ella dixo. Si, Seiior : por- que los perrillos comen de las migajas que caen de la mesa de sus seiiores. 28 Entonces respondiendo Je- sus, dixo, O muger, grande es tu fe : hagase contigo como iii quie- res. Y su hija fu6 sana desde aquella hora. 29 Y partido Jesus de alM, viifo S. MATEO, CAP. XVI. junto al mar dc Galilea ; y subien do en un nionte eentdfc alii. 30 Y lleg^ronse d dl nuiclia.s companas, que tiaian consigo coxos, ciegos, mudos, niancos, y otros mucbos, y echiironlos a los pies de Jesus, y san61os ; 31 De tal manera, que las compaiias se maravillaron viendo hablar los mudos, los mancos sanos, andar los coxos, ver los ciegos ; y glorificaion ai Dios de Israel. 32 Y Jesus llamados d si sus discipulos, les dixo, Tengo pie- dad de esta gente, que ya hatres dlas que no se apartan de mi, y no tienen que comer : y enviarlos ayunos no quiero, porque no se desmayen en el camino. 33 Ent6nces sus discipulos le dicen : ^ D6nde tenemos nosotros tantoi panes en el desierto que hartemos tan gran multitud ? 34 Y Jesus les dice, ;Quaiitos panes teneis ? Y ellos dix^ron, Siete, y unos pocos de pece- cillos. 35 Y mand6 a las companas que se recostasen en tierra. 36 Y tomando los siete panes y los peces, haciendo gracias, partio, y dio a sus discipulos, y los discipulos d las companas. 37 Y comieron todos, y har- tdronse : y alzaron de los peda- zos que habian sobrado siete espiiertas Uenas. 38 Y eran los que habian co- mido quatro mil varones, sin las mngeres y los niiios. 39 Entonces despedidas las compaiias, subio en un navio, y vino en los terminosde Magdala. 21 CAP. XVI. 1 'XT'LLEGANDOSE los Fa- 1 riseos y los Saduceos d tentarlo, pedianle que les mos- trase seiial del cielo. 2 Mas el respondiendo, les dixo, A la tardc decis, Screno hard : porque el cielo ticnc arrc- boles. 3 Y d \?imnnAnn d€c(s, Hoy Iiaru tempestad : porque el cielo triste tiene arrcboles. Hipocritas, s»- beis hacer diferencia en la faz del cielo, ^ y en hs seiialcs de los tiem- pos no podeis? 4 La generacion mala y ba^ tarda demanda fienal : mas seiial no le sera dada, sino la seiial de Jona'? profeta. Y dexandolos fuese. 5 Y venidos sus discipulos de la otra parte del lago^ babianse olvidado de tomar pan. 6 Y Jesus leg dixo, Mirad, y guardaos de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos. 7 Y ellos pensaban dentro de si, diciendo, No tomamos pan. 8 Y entendi^ndolo Jesus, dixo- les, i Qu6 pensais dentro de vos- otros, hombres de poca fe, que »o tomasteis pan ? 9 ( No entendeis aun, ni os acor- dais de los cinco panes entre cinco mil hombres, y quantos esportones recogisteis ? 10 ^ Ni de los siete panes evtre quatro mil, y quantas espuertas recogisteis ? 11 I Como no entendeis que no por el pan os dixe, que os guardaseis de la levadura de los Fariseos y de los Saduceos ? 12 Entonces enteudieron que no les habia dicho que se guarda- sen de levadura de pan, sino de la doctrina de los Fariseos y de los Saduceos. 13 Y venido Jesus en las partes de Cesarea de Filipo, pregunto d sus discipulos, diciendo, ; Quien dicen los hombres que es el Hijo del hombre ? 14 Y ellos dixeron, Unos, Juan Bautista ; y otros, Elias; y otros, Jeremias, 6 alguno de los pro- phetas. 15 Diceles, Y vosotros ; quien decis que soy ? ?3 EVANGELIC SEGUN 16 Y rcspondiendo Simon Pe- dro, dixo, Til eres el Mesias, el Hijp de Dios viviente. 17 Entonces rcspondiendo Je- sus, le dixo, Bienaventiirado eres, Simon, hijo de Jonas: porque no te lo revelo carne ni sangre, mas mi Padre que esta en los cielos. 18 Mas yo tambien te digo, que t6 eres Pedro ; y sobre esta pie- dra edificare mi iglesia ; y las puertas del infierno no prevale- cerdn contra ella. 19 Y a ti dar6 las Haves del reyno de los cielos : y todo lo que ligares en la tierra, ser4 ligado en los cielos ; y todo lo que desa- tares en la tierra, sera desatado en los cielos. 20 Entonces mando d sus dis- cipulos, que a nadie dixesen que ^1 era Jesus el Mesias. 21 Desde entonces comenzo Jesus d declarar d sus discipulos, que le convenia ir a Jerusalem, y padecer muchas cosas de los ancianos, y de los principes de los sacerdotes, y de los Escribas, y ser muerto, y resucitar al tercer dia. 22 Y Pedro tomdndolo d parte coraenzolo a reprehender, dicien do, Senor, ten corapasion de ti: eu ninguna manerate acontecera esto. 23 Pero €\ vuelto, dixo a Pe- dro, Arriedrate de mi, Satanas ; e«torbo me eres : porque no en- tiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres. 24 Entonces Jesus dixo d sus discipulos, Si alguno quiere venir en pos de rai, nieguese d si niismo, y tome su cruz, y sigame. 25 Porque qualquiera que qui- siere salvar su vida, la perderd ; y qualquiera que perdiere su vida por causa de mi, la hallard. 96 Porque ,;qu6 aprovecha al hombre, si ganaretodo el mundo, y perdiere su dnima? ( O que re- compensa dard el hombre por su anima ? 27 Porque el Hijo del hombre vcndrd en la gloria de su Padre, con sus dngeles : y ent6nces dard d cada uno conforme d sus obras. 28 En verdad os digo, que hay alguuos de los que estdn aqui, que no giistardn la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del honi' bre venir en su reyno. CAP. XVII. 1 '\r DESPUES de seis dias W Jesus toma d Pedro, d Jacobo, y a Juan su hermano, y sdcalos d parte d un monte alto. 2 Y transfigurose delante de ellos ; y resplandecio su rostro como el sol, y sus vestidos fueron albos como la luz. 3 Y he aqui, les aparecieron Moyses y Elias, hablando con el. 4 Y rcspondiendo Pedro, dixo a Jesus, Seiior, bien es que nos quedemos aqui : si quieres, haga- mos aqui tres cabanas ; para ti una, y para Moyses otra, y para Elias otra* 5 Estando aun el hablando, he aqui una nube de luz que los cu- bii6, y he aqui una voz de la nube, que dixo, Este es mi Hijo, el amado, en el qual tomo conten- tamiento : d ^1 oid. 6 Y oyendo esio los discipulo?, cay^ron sobre sus rostros, y te- mieron en gran manera. 7 Entonces Jesus Uegando to- c61es, y dixo, Levantaos, y' no temais. 8 Y alzando cllos sus ojos, a nadie vieron, sino d solo Jesus. 9 Y como descendieron del monte, mandoles Jesus, diciendo, No digais d nadie la vision, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos. 10 Entonces sus discipulos le preguntarou, diciendo, ^ Qu^, pues,diccn losEscribas,que es nie- nester que Elias venga primero ? 11 Y respondieudo Jesus, les fiixo, Ciertamente Elias vendra primero, y rcstituira todas las cosas. 12 Mas digoos, que ya vino Elias, y no lo conocieron : ^ntcs liicieron con el todo lo que qui- sieron. Asi tambien el Hijo del honibrc padecera de ellos. 13 Los discipulos entonces en- tendieron que les habia hablado de Juan Bautista. 14 Y como ellos Uegaron a la conipana, vino a 61 un hombre, hinc^ndosele de rodillas, 1.5 Y diciendo, Seiior, ten mi- iseiicordia de mi hijo, que es lu- natico, y es miserablemcnte afligi- do ; poique muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua : 16 Y helo presentado a tus dis- cipulos, y nolohan podidosanar. 17 Yrespondiendo Jesus,dixo, O generacion incr^dula y perver- sa, ^hasta quando teugo de estar con vosotros ? ^ Hasto quando os tengo de sufrir ? Traedmelo aca. 18 Y reprehendiolo Jesus, y salio el demonio de el : y el mo- zo fue sano desde aquella hora. 19 Entonces Uegandose los dis- cipidos a Jesus aparte, dixeron, i Porque nosotros no lo pudimos echar fuera ? '20 Y Jesus les dixo, Por vues- tra infidelidad : porque de cierto OS digo, que si Uiviereis fe como un grano de mostaza, direis a este monte, Pasate de aqui aculla, y pasarse ha ; y nada os serii impo- sible. 21 Mas este ^enero no sale sino por oracion y ayuno. 22 Y estando ellos en Galilea, Jesus les dixo, El Hijo del hom- bre sera entregado ea manos de los hombres ; 23 Y matarlo han ; mas al ter- cer dia resucitara. Y ellos se en- tristecieron en gran manera. 24 Y como Uegaron a Caper- naum, vinieron a Pedro los que cobralian las dos dragmas, y dixe- ron, ;Vuestro maestro no paga las MATEO, CAP. XVIII. 23 dos dragmas ? 25 Y el dice, Si. Y entrando 61 en casa, Jesus le habl6 prime- ro, diciendo, ; Que te parece, Si- mon ? i Los reyes de la tierra de quien cobran los tributos 6 el censo ? i de sus hijos, 6 de los es- traiios ? 26 Pedro le dice, De los estra- nos. Dicele Jesus, i Luego fran- cos son los hijos ? 27 Mas porque no los ofenda- mos, ve a la mar, y echa el anzue- lo, y el primer pez que viniere, tomalo ; y abriendole la boca, hallaras un estatero : ddsek) por mi y por ti. CAP. XVIII. 1 XT' N aquel tiempo llegdronse W^J los discipulos a Jesus, di- ciendo, ^_ Quien es el muy graade en el reyno de los cielos ? 2 Y Uamando Jesus un uiiio, pCisolo en medio de ellos, 3 Y dixo. En verdad os digo, Pues si no os volviereis, y fuereis como ninos, no entrareis en el reyno de los cielos. 4 Asi que, qualquiera que *e abaxare como este nino. este es el muy grande en el reyno de los cielos. 5 Y qualquiera que recibiere a un tal nifio en mi nombre, a mi recibe. 6 Pero quienquiera que ofen- diere a alguno de estos pequeiios que creen en mi, mejor le seria que le fuera colgada del cuello una piedra de molino de asno, y que fuera anegado en el profun- do de la mar. 7 i Ay del mundo por los escan- dalos ! porqMC necesario es que vengan escandalos : mas \ ay de aquel hombre por el qual viene el escandalo ! 8 Por tanto si tu mano 6 tu pie te fuere ocasion de caer, cortalos, y 6cha/os de ti : mejor te es en- trar coxo 6 manco en la vida, 24 EVANGEUO SEGUN que teniendo dos nianos 6 dos pies, ser echado en el fuego eteino. 9 Y si tu ojo te es ocasion de caer, sacalo, y ^cha/o de ti : que mejor te es entrar con un ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en la gehenna del fuega. JO Mirad no tengais en poco alguno de estos pequeiios : por- que yo os digo, que sus angeles en los cielos ven sienipre la faz de mi Padre que est4 en los'cielos. 11 Porque el Hijo del liombre es venido para salvar lo que se habia perdido. 12 ^Que osparece? Si tuviese algun hooiibre cien ovejas, y se perdiese una de ellas, ( no iria per los monies, dexadas las noventa y nueve, k buscar la que se ha- bria perdido? 13 Y si aconteciese hallarla, de cierto os digo, que mas se go- za de aquello, que de las noventa y nueve que no se perdieron. 14 A«i no es la voluntad de vuestro Padre que esta en los cielos que se pierda uno de estos pequenos. 1.5 Por tanto si tu hermano pe- care contra ti, ve y redargtiyelo entre ti y el solo : si te oyere, ga- nado has a tu hermano. 16 Mas si no te oyere, toma a«n contigo uno 6 dos, para que en boca de dos 6 de tres testigos consista toda la cosa. 17 Y si no oyere a ellos, dilo a la congregacion : y si no oyere k la congregacion, tenlo por uu pagano y publicano. 18 En verdad os digo, que todo lo que ligareis en la tierra sera ligado en el cielo ; y todo lo que desatareis en la tierra sera desatado en el cielo. 19 Iten os digo, que si dos de vosotros consintieren en la tierra de toda cosa que pidieren, ser les ha hecho por mi Padre que esta en los cielos. 20 Porque donde estan dos 6 tres congregados en mi nomhre, alii estoy en medio de ellos. 21 Entonces Pedro lleg^ndose k 61 dixo, Seiior, i quantas veces perdonar6 k mi hermano que pe- care contra mi ? i Hasta siete ? 22 Jesus le dice, No te digo, hasta siete, mas aun hasta setenta veces siete. 23 Por lo qual el reyno de los cielos es semejante k un rey, que quiso hacer cuentas con sus sier- vos. 24 Y comenzado filacer cuen- tas, fu^le presentado uno que le debia diez mil talentos. 25 Mas k 6ste no pudiendo pa- gar, mand6 su seiior vender a el, y ^ su muger y hijos, con todo quanto tenia, y pagar. 2G Entonces aquel siervo pos- trado ador^balo,diciendo, Seiior, deten la ira para conmigo, y todo te lo pagare. 27 El senor movido a miseri- cordia de aquel sierro, soltolo, y perdonole la deuda. 28 Y salido de alii aquel sier- vo, hallo k uno de sus consier- vos, que le debia cien dineros : y trabaudo de 61 apretabalo, dicien- do, Paga lo que debes. 29 Entonces el consiervo pos- trandose a sus pies, le rogaba, diciendo, Deten la ira para con- migo, y todo te lo pagare. 30 Mas 61 no quiso : sino fue y echolo en la carcel, hasta que pagase la deuda. 31 Y viendo sus consiervos lo que pasaba, entristecieronse niu- cho, y viniendo declararon k su seiior todo lo que habia pasado. 32 Entonces llamandolo su seiior, dicele, Mai siervo, toda aquella deuda te perdone, por- que me lo rogaste : 33 ^ No te convenia tambien a. ti tener misericordia de tu con- siervo, como yo tambien tuve misericordia de ti ? 34 Entonces su senor enqjado, lo entrego k los atormentadores, S. MATEO, CAP. XIX. Imstii que pagase todo lo que debia. 35 Asi tambicn hara cow voso- tros mi Padi e celestial, si no per- donaicis de corazon cada iiiio a su hciiuano sus ofeusas. ^i CAP. XIX. 1 'yr ACONTECIO que aca- jL bando Jesus estas pala- bras, pasose de Galilea, y vino a los confines de Judea pasado el Jordan. 2 V sigui6ronle muchas com- paiias, y sa«61es alii. 3 Eutonces Uegironse a 61 los Fariseos tentandolo, y dici«2n- dolej^Eslicitoalhombre repudiar a su niuger por qualquiera^^ausa? 4 Y cl respondiendo, les dixo, <• No habeis leido que el que hizo nl hoitibre al principio, macho y liembra los hizo ; 5 Y dixo, Por tanto el horabre dexara padre y madre, y llegarse ha a su muger ; y serin dos una carne ? 6 Asi que, no son ya mas dos, sino una carne. Por tanto lo que Dios j unto, no lo aparte el hombre. 7 Dicenle,;Porqu6puesMoyses mando dar carta de divorcio, y repudiarla ? 8 Dixoles, Por la dureza de vuestro corazon os permitio Moy- ses repudiar a vuestras mugeres : anas al principio no fu6 asi. 9 Y yo OS digo, que qualquiera que repudiar^ a su muger, sino fuere por fornicacion, y se casare con otra, adultera : y el que se casare con la repudiada,adultera. 10 Dicenle sus discipulos, Si asi es el negocio del hombre con 5U muger, no conviene casarse. 11 Entonces el les dixo, No to- dos son capaces de este negocio, sino aquellos a quienes es dado. 12 Porque hay castrados, que nacieron asi del vientre de su ma- dre : y hay castrados, que los jhombres han ca»trado : y hay cas- trados, que se castraron d si mis. uios por causa del reyno de los cielos. El que puede tomar, tome/o. 13 Entonces fu6ronle presen- tados cieitos ninos, para que pu- siese las manos sobre ellos, y orase. Y los discipulos les rifieron. 14 Y Jesus dice, Dexad los ninos, y no los impidais de venir a mi : porque de los tales es el reyno de los cielos. 15 Y habiendo puesto sus ma- nos sobre ellos, partiosc de alii. 16 Y he aqui, uno Uegandose le dixo, Maestro bueno, qu6 bieu har6 para haber la vida eterna ? 17 V el le dixo, ^ Porque me lla- mas bueno? Ninguuo es bueno, sino uno solo, que es Dios; y si quieres entrar en la vida eterna, gnarda los mandamlcijtos. 18 Dicele, ;Quale.s? Y Jesus dixo. No mataras, No adultera- ras, No hurtaras, No diras falso testimonio ; 19 Honra & tu padre y a tu madre. Iten, Amaras a tu proxi- mo CO mo a ti mismo. 20 Dicele el mancebo, Todo esto he guardado desde mi juven- tud : ^ que mas me falta? 21 Dicele Jesus, Si quieres ser perfecto, ve y vende lo que tie- nes, y daZo a los pobres, y ten- dras tesoro en el cielo ; y ven y sigueme. 22 Y oyendo el mancebo esta palabra, fuese triste : porque te- nia muchas posesiones. 23 Entonces Jesus dixo A sus discipulos, En verdad os digo, que el rico dificilmente entrar4 en el reyno de los cielos. 24 Y otra vez os digo, que es mas facil pasar un cameilo por el ojo de uua agxija, que el rico en- trar en el reyno de Dios. 25 Sus discipulos oyendo estas cosas espantaronse en gran rna- nera, diciendo, i Quien pues po- dra ser salvo ? 2(5 Y mirkndolos Jesus, dixo- D '26 EVANGELIO SEGUN les, Acerca dc los hojnbres im- po.sible es esto ; mas acerca de Pios todo es posible. 27 Entonces respondiendo Pe- dro, dixole, He aqui, nosotros henios dexado todo, y te. habe- mos seguido : i que. pues liabr6- mos ? 28 Y Jesus les dixo, En ver- dad OS digo, que vosotros que me habeis seguido, quando en la regeneracion se asentara el Hijo del hombre en el trono de su glo- ria, vosotros tambien os senta- reis sobre docetronos, parajuz- gar a los doce tribus de Israel. 29 Y qualquiera que dexare casas, 6 hermanos, 6 hermanas, 6 padre, 6 niadre, 6 hijos, 6 tier- ras, por mi nombre, recibira ciento tanto, y heredara la vida eterna.. 30 Mas muchos priTiieros se- ran postreros, y postreros pri- mcros. CAP. XX. 1 "pORQUE el reyno de los JL cielos es semejante (i un padre de familia, que salio por la maiiana a cogcr peones para su vina« 2 Y concertado con los peones por un dinero al dia, enviolos a su vifia, 3 Y saliendo cerca de la hora de las tres, vio otros que estaban en la plaza ociosos, 4 Y dixoles, Id tambien vosotros a mi viiia, y daros he lo que fuere justo. 5 Y ellos fueron. Salio otra vez cerca de las seis y de las nueve boras, y hizo lo mismo. 6 Y saliendo cerca de las once lioras, liall6 otros que estaban ociosos, y dixoles, ( Porque estals aqui todo el dia ociosos ? 7 Dicenle, Porque nadie nos ha cogido. Diceles, Id tambien vosotros a la vifia, y rccibireis lo .que fuere justo. 8 Y venida la tarde, el seiior de la viiia dixo a su procnrador, Llama los peones, y pagales el jor- nal, comenzando desde los pos- treros hasta los primeros. 9 Llegados pues los que habian venido cerca de las once, recibie- ron cada uno un dinero. 10 Y viniendo tambien los pri- meros, pensaron que habian de recibir mas ; pero tambien ellos recibieron cada uno un dinero. 11 Y tomando/o murmuraban contra el padre de la familia. 12 Diciendo, Estos postreros han trabajado una hora, y los has liecho iguales ^ nosotros, que ha- bemos llevado el peso y el calor del dia. 13. Y el respondiendo dixo d uno ellos, Amigo, no te hago agra- vio : ^no te concertaste conmigo por un dinero ? 14 Tomalo que es tuyo, y vete : y quiero dar a este postrero tanto como a ti. 15 ;No me es licito a mi hacer lo que quiero de mis bienes ? i O es tu ojo malo porque yo soy bueno ? 16 Asi los primeros seran pos- treros, y los postreros primeros : porque muchos son los llamados, y pocos los escogidos. 17 Y subiendo Jesus a Jerusa- lem, tomo sus doce discipulos a- parte en el camino, y dixoles, 18 He aquf, subimos a Jerusa- lem ; y el Hijo del hombre sera entregado a los principes de los sacerdotes, y ii los Escribas, y condenarlo han a muerte, 19 Y entregarlo lian a los Gen- tiles, para que lo escarnezcan, azoten, y crucifiquen : mas al ter- cer dia resucitara. 20 Entonces llegose a H la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos, adorando, y pidicn- dole algo. 21 Y el le dixo, ^ Que quieres? Ella le dixo, Di qu^-se asieuten estos mis dos hijos, el uno a tu mano derecha, y el otro a tu iz- quierda, en tu reyno. S. MATEO, CAP. XXI. 2-2 Entmiccs Jcsns rcspondien- 27 do, dixo, No sabcis lo que pedis. ^ Podeis beber el vase que yo tengo de bober? ; y ser bautiza- dos ecu el bautismo con que yo soy bautizado r Dicenle, Pode- mos. 'Jo El les dice, Ciertaniente mi vaso beber6is, y con el bautismo con que yo soy bautixado sercis bautizados : mas sentaros li mi mano derecha, y a mi izquierda, no es mio dario, sino li los que estii aparejado de mi Padre. ' 24 Y como los diez oyeron csto, enojaronse contra los dos hermanos. 25 Entonces Jesus Uamando- los, dixo, Sabei? que los princi- pes de los Gentiles se enseiiorcan de ellos, y los que son grandes executan sobre ellos potestad. 26 Mas cntre vosotros no sera asi : sino el que quisiere entre vosotros hacerse grande, sea v-uestro servidor ; '^7 Y el que quisiere entre vos- otros ser el primero, sea vuestro siervo : 28 Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muclios. 29 Entonces saliendo ellos de Jerico, seguiale gran compaiia. SO Y be aqui, dos ciegos senta- dos junto al camiuo, como oyeron que Jesus pasaba, claraaron, di- ciendo, Seiior, Hijo de David, ten misericordia de nosotros. 31 Y la compaiia les reiiia que callasen ; mas ellos c lama ban mas, diciendo, Seuor, Hijo de David, ten misericordia de noso- tros. 32 Y parandose Jesus llamo- los, y dixo, ^ Que quereis que os haga P 33 Dicenle : Seiior que scan abiertos nuestros ojos. 34 Entonces Jesus habiendo misericordia de ellos, tocoles los ojos : y luego sus ojos recibieron la vista, y siguieronle. CAP. XXI. 1. Jerusalem, y vniieron a Bcthphage, al monte de las OU- vas, entonces Jesus envi6 dos discipulos, 2 Diciendoles, Id a la aldca que esta delante de vosotros, y luego hallareis una asna atada, y un pollino con ella : desatadla y traodme/os. 3 Y si alguno os dixere algo, decid. El Seiior los ha menester ; y luego los dexara ir. 4 Y todo esto fue hecho para que se cumpliese lo que fue dicho por el profeta, que dixo, 5 Decid a la hija de Sion, He aqui, tu Rey te vicne, manso, sentado sobre una asna, y un po- llino hijo de nuimal de yugo. 6 Y los discipulos fueron, y iiicieron como Jesus les mand6, 7 Y traxeron el asna y el po- llino, y pusieron sobre ellos sus mantos : y hicieronlo sentar sobre ellos. 8 Y muy mucha compaiia ten- dian sus mantos en el camino ; y otros cortaban ramos de los 6r- boles, y echaban?os por el camino. 9 Y las compaiias que iban de- lante, y las que iban dctras, cla»- maban, diciendo, Hosaniia Hijo de David. Benditoel que vLenf; en el nombre delSenor: Hosanua enlas alluras. 10 Y eutrando el en Jerusai-. lem, toda la ciudad fue conmoyi- da, diciendo, ^ Quien es este ? IT Y las companas decian, Este es Jesus el profeta de Naza- reth de Galilea. 12 Y entro Jesus en el templa de Dios, y echo fuera todos los que vendian y compraban en el templo, y tra.storno las mesas de los cambiadores, y las sillvis de los que vendian palomas, 13 Y diceles, Escrito esta, Mi casa, casa de oracion seraJlama- D 2 28 (la ; mas vosotros cueva drones la habeis hecho. 14 Entonces vinieron k el ciegos y coxos en el templo, y sanolos. 15 Mas los principes de los saccrdotes y los Escribas viendo las maravillas que hacia,y los mii- chachos que aclamaban en el templo, diciendo, Hosanna al Hijo de David, indignaronse, 16 Y dix^ronle, i Oyes lo que ^stos dicen ? Y Jesus les dice, Si. ^ Nunca leisteis, De la boca de los niiios y de los que maman perfeccionaste la alabanza ? 17 Y dexandolos, saliose fuera de la ciudad a Bethania : y poso alii. 18 Y por la maiiana volviendo 4 la ciudad tuvo hambre. 19 Y viendo una higuera cerca del oamino, vino a ella, y no hall6 iiada en ella, sino hojas solamen- te. Y dixole, Nunca mas nazea de ti fruto para siempre. Y luego la higuera se seco. no Entonces los discipulos viendo esto, se maravillaron, di- ciendo, i Como se seco luego la liiguera ! ^1 Yrespondiendo Jesus, dixo- les, En verdad os digo, que si tuviereis fe, y no dudareis, no so- lo hareis esto a la higuera, mas si & este monte dixercis, Quitate, y Achate en la mar, sera hecho. 22 Y todo lo que pidiereis con oracion, creyendo, lo recibirdis. iJS Y como vino al templo, los principes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo se llegaron a 6\, que estaba enseiiando, y le dixeron, ^Con qu6 autoridad haces esto ? i y quien te dio esta autorida Antes hacen todas su»obia.« jtaiH ser mirados de los lionibres : porqtie ensanclian sus filacterias, y ejvtifnden los fliiecos de su.s inantos, 6 Y anian los priineros asien- tos en las cenas, y las priineras sillas en las sinajjogas. 7 V las saliitaciones en las plazas, y scr llaniados do los liom- Ijies, Rabi, Rabi. 8 Mas vosotros no qncrais ser llaniados Rabies : porque uno es vnostro Maestro, cs u saber, Cris- to ; y todos vosotros sois hcrnia- r.os. 9 Y no llam.eis padre a nadle en la tierra ; porque uno es vues- tro Padre, que esta en los cielos. 10 Nios llameis doctores; por- que uno es vucstro Doctor, es a Sdber, Cristo. 11 El que es el mayor de vos- otros, sea vuestro siervo. 12 Porque el que se ensalzare, sera linmillado; y el que se hu- niillare, sera cnsalzado. la jVIas i ay de vosotros, Es- cribas y Fariseos, hipocritas ! porque cerrais el reyno de los cielos delante de los hombres, que ni vosotros entrais, ni a los que entran dexais entrar. 14 j Ay de vosotros, Escribas y Fariseos, hip6critas! porque co- meis las casas de las viudas, y esto so color de larga oracion : por esto Uevareis mas grave juiclo. 15 (Ay de vosotros, Escribas y Fariseos, hipocritas! porque rodeais la mar y la tierra por liacer un convertido ; y quaudo fuere lieclio, haceislo hijo de la gehenna doblado mas que vos- otros. 16 i Ay de vosotros, guias cie- gas ! que decis, Qnalquiera que jurare por el templo, es nada ; mas qualquiera que jnrare por el oro del teraplo, deudor es. 17 i Locos, y ciegos! ;qual es mayor, el oro, 6 el templo que CAP. XXIII. 31 santifica al oro? 18 Iten, Qualquiera que ju- rare por el altar, cs nada ; mas tjuali|uicra ijue jurare por el d<»n que esta sobre {'1, deudor es. 19 j Locos, y ciegos! ;qual es mayor, cl don, 6 el altar que santifica al don ? 20 El que, pues, jurare por el altar, jura por el, y por todo lo que esta sobre el. 21 Y el que jurare por el tem- plo, Jura por 61, y por el que habita en el. 22 Y el que jurare por el cielo, jura por el trono de Dios, y por el que esta sentado sobre 61. 23 jAy de vosotros, Escribas y Fariseos, hipocritas! porque dezmais la menta, y el eneldo, y el comino, y dexasteis las cosas mas importantes de la ley, es a saber, el juicio, y la misericordia y la fe : esto era menester hacer, y no dexar lo otro. 2-i i Guias ciegas! que colais el mosquito, mas tragais el ca- mello. 25 i Ay de vosotros, Escribas y Fariseos, hipocritas 1 porque lim- piais lo que esta defuera del va- so 6 del i)lato, mas de dentro esta todo lleno de robo y de in- mundicia. 26 j Fariseo clego! linjpia pri- mero lo que esta dentro del vaso y del plato, para que tambien lo que esta fuera se haga limpio. 27 i Ay de vosotios, Escribas y Fariseos, hipocritas ! porque sois semejantes asepulcros blan- queados, que defuera cierta- niente semuestrauhermosos a los hombres, mas de dentro estan Uenos de huesos de muertos, y de toda suciedad. 28 Asi tambien vosotros de- fuera ciertamente os mostrais justos a los hombres, mas de dentro Uenos estais de hipocre- sia € iniquidad. 29 i Ay de vosotros, Escribas y Fariseos, hipocritas ! porquQ 32 EVANGELIC SEGUN edificaLs los sepulcros de los jjro- fetas, y adornais los monumentos de los jijstos, 30 Y decis, Si fu^ramos en los dias de niiestros padres, no hu- bi^Mamos sido sus Gompaileros en la sanjjre de los profetas. 31 Asi que, dais testimonio A vosotros inismos, que sois hijos de aqnellos que niabaron a los profetas. 32 Vosotros tambien hen chid la modida de vuestros padres. SCy j Serpientes, generacion de vivoras!\;comoevitareiseljuicio de la gehenna? 34 Por tanto he aqui, yo en- vJo a vosotros profetas, sabios, y Escribas ; y de ellos k mios ma- tar^is y crucificareis ; y er : tuve sed, y no me disteis de beber. 43 Fui extrangero, y no me acogisteis : desnudo, y no me cubristeis : enfermo, y en la car- cel estuve, y no me visitasteis. 44 Ent6nces tambien ellos le responderan, diciendo, Seuor, ; qnando te vimos hambriento, 6 sediento, 6 extrangero, 6 desnu- do, 6 enfermo, 6 en la carcel, y no te servimos ? 45 Entonces responderles ha, diciendo. En verdad os digo, que en quanto no /o hicisteis a uno de estos pequeiiitos, ni a mi lo hi- cisteis. 46 Y iran estos al tormento eterno, y los justos a la vida eterna. Y CAP. XXVI. ACONTECTO que co- mo huUo acabado Jesus 36 EVANGELIO SEGUN teckis^stas palabras, dixo k sus discipiilos. 2 Sabeis que dentro de dos dias se hace la Pascua; y el Hijo del. homhre es entregado para ser crucificado. 3 Ent6nces los principes de los sacerdotes, y los Escribas, y los ancianos del pueblo, se jun- taron en la sala del pontilice, que se Uamaba Caifas. 4 Y tuvieron consejo para prender por engaiio ^ Jesus, y matarlo. 5 Y decian, No en dia de fiesta, porque no se haga alboro- to en el pueblo. 6 Y estando Jesus en Betha- uia, en casa de Simon el leproso, 7 Vino a ^1 unamuger con un vaso de alabastro de ungiiento de gran precio, y derramolo sobre la cabeza de 61 estando sentado ^ la mesa. 8 Lo qual viendo sus discipu- los, enoj^ronse, diciendo, ^ De qu^ sirve esta perdicion ? 9 Porque este ungiiento se po- dia vender por gran precio, y darsc a los pobres. 10 Y entendiendo Jesus les dixo, ; Porqu6 sois molestos a csta muger, que me ha hecho buena obi a? 11 Porque siempre tendreis pobres con vosotros, mas k mi no me tendreis siempre. 1'2 Porque ella echando este ungiiento sobre mi cuerpo, para scpultarme lo ha hecho. 13 En verdad os digo, que donde quiera que este Evaiigelio fuere predicado en todo el mun- do, tambien sera dicho para me- moria de ella lo que esta ha hecho. 14 Entonces uno de los doce, que se llamaba Jiidas Iscariota, fue a los principes de los sacer- dotes, 15 Y dixoles, ^Qu^ me que- reis dar, y yo os lo entregare ? Y ellos le senalaron treintaj)ie;:as de plata. 16 Y desde entonces buscaba oportunidad para entregarlo. 17 Y el primer dia de las cen- cenas vinieron los discipulos a. Jesus, diciendole,jDondequieres que te aderecemos para comer laPascua? 18 Y €\ dixo, Id k la ciudad k uno, y decidle, El Maestro dice. Mi tiempo esta cerca ; en tu ca- sa har6 la Pascua con mis disci- pulos. 19 Y los discipulos hicieron como Jesus les mando : y adereza- ron la Pascua. 20 Y venida la tarde, sentose a la mesa con los doce. 21 Y comiendo ellos, dixo, En verdad os digo, que uno de voso- tros me ha de entregar. 22 Ye/Zosentristecidosen gran manera, comenzo cada uno de ellos a decir, i Soy yo, Seuor ? 23 Entonces el respondiendo, dixo, El que mete la mano con- migo en el plato, este me ha de entregar. 21 Ciertamente el Hijo del hombre va, como esta escrito de el : mas j ay de aqnel hombre por quien el Hijo del hombre es en- tregado! bueno le fuera al tal hombre no haber nacido. 23 Entonces respondiendo Jii- das que lo entregaba, dixo, ^ Soy yo por ventura, Maestro? Di- cele, Tii lo has dicho. 26 Y comiendo ellos, tomd Jesus el pan, y habiendo hecho graciai?, partio/o, ydiolo a sus dis- cipulos, y dixo, Tomad, corned j esto es mi cuerpo. 27 Y tomando el vaso, y he- chas gracias, dioles diciendo, Bebed de el todos : 28 Porque esta es mi sangre del nuevo Testamento, la qual es derramada por muchos, para re- mision de pecados. 29 Y digoos, que desde ahora no bebere mas de este fruto de vid, hasta aquel dia, quando lo S. MATEO, CAP. XXVI. tengo de b^ber nuevo con voso- lios en el reyno de mi Padre. SO Y quando hubieron dicho el himno, sali^ronse al monte de las Olivas. 31 Ent6nces Jesus Ics dice, Todos vosotros serais escandali- zados en mi esta noche : porque escrito esta, Herir6 al Pastor, y las ovejas de la mauada seran esparcidas. 32 Mas desde que yo haya re- sucitado,esperaros he en Galilea. 33 Y respondiendo Pedro, le dixo, Aunque todos sean escan- dalixados en ti, yo nunca me es- cundalizare. jI- Jesus le dice, En verdad te digo, que esta noche, ^ntes que el gallo cante, me negar^s tres veces. 35 Dicele Pedro, Aunque me sea menester morir contigo, no te negar^. Y todos los discipulos dixerou lo niismo. 36 Entonces lleg6 Jesus con ellos ^ una posesion que se llama Gethsemani, y dice a sus disci- pulos, Sentaos aqui, hasta que vaya alii, y ore. 37 Y tomando 4 Pedro y a los hijos de Zebedeo, comenzo a entristecerse y angustiarse. 38 Entonces Jesus les dice, Mi anima esta rauy triste, hasta lamuerte: quedaosaqui,y velad conniigo. 39 Y yendose un poco mas ade- liinte postrose sobre su faz oran- do, y diciendo, Padre mio, si es posible, pase de mi este vaso : einpero, no como yo quiero, mas como tu. 40 Y vino a sus discipulos, y hallolos durmiendo ; y dixo k Pedro, ( No habeis podido velar eonmigo una hora? 41 Velad y orad, para que no entreis en tentacion : el espiritu ciertamente estd presto, mas la carne es enferma. 42 Volvi6 la segunda vez, y oro - — - 37 puede este vaso pasar de mi, sia que yo lo beba, hagase tu vo- luntad. 43 Y vino, y hail6los otra vez durmiendo : porque los ojos de ellos eran agravados. 44 Y dexandoles fu^ oti-a vez, y oro tercera vez, diciendo la.^ mismas palabras. 4.T Entonces vino a sus disci- pulos, y diceles, Dormid ya, y descausad : he aqui, ha llegado la hora, y el Hijo del hombre es entregado en manos de peca- dores. 46 Levantaos, vayamos : he aqui, ha llegado el que me en- trega. 47 Y hablando aun 61, he aqui, Jiidas, uno de los doce, vino, y con el mucha compania con espa- das y lanzones, de parte de los principes de los sacerdotes, y de los anclanos del pueblo. 48 Y el que entregaba, les ha- bia dado seiial diciendo, Al que yo besare, aquel es ; prendedlo. 49 Y luego que lleg6 a Jesus, dixo, Hayas gozo, Maestro j y bes61o. 50 Y Jesus le dixo, Amigo, J k que vienes ? Ent6nces Uega- roD, y echaron mano de Jesus, y prendi^ronlo. 51 Y he aqui, uno de los que cstaban con Jesus, estendiendo la mano, saco su cuchillo, y hirien- do k un siervo del pontitice, cor- t61e la oreja. 52 Entonces Jesus le dice, Vuelve tu cuchilio k su lugar : porque todos los que tomaren cuchillo, k cuchillo morir^n. 53 O ^piensas que no puedo ahora orar k mi Padre, y 61 me daria mas de doce legiones de dngeles ? 54 ( Como pues se cumpliraa las Escrituras de que asi conviene que sea hecho ? 55 En aquella hora dixo Jesus k las compaiias, i Como i ladrca , diciendo. Padre mio, si no habeis saUdo con espadas y ian I E 38 EVANGELIO SEGUN zones i prcnde-rme? Cadadiamc sentaba con vosotros cnsenando CH el teniplo, y no me prendistcis. 56 Mils todo esto se liacc, para que se cnmplan las Escrituras de lo9 profctas. Entonces todos los digcipulos liuyeron dcx^ndolo. 57 Y ellos Uevaron k Jesus preso d Caifas pontifice ; donde los Escribas y los ancianos e.sta- ban congregados. 68 Mas Pedro lo seguiade le- jos hasta la sala dtl pontifice, y entraiido dentro, estabase senta- do con los criados para ver el fin. 59 Y los piincipes de los sa- ccrdotes y los ancianos, y todo e! cabildo, buscaban algun falso testimonio contra Jesus, para darlc la muerte ; 60 Y no lo hallaban : aunque niuchos tcstigos falsos se llega- ban,nohalIaron. Masalapostre vinieron dos testigos falsos. 61 Los qiiales dixeron, Este dixo, Puedo derribar el templo ^e Dios, y recdificarlo en tres dias. 62 Y levantandose cl pontifice, dixole, ^ No respondes nada? ^ Qu6 testifican estos contra ti ? 63 Mas Jesus callaba. Y res- pondiendo el pontifice, dixole, Conjiirote por el Dios viviente, que nos digas si eres td el Mesias, Hijo de.Dios. 6 i Jesus le dice, Tu lo has di- clio : y aun os digo, que de aqui a poco verbis al Hijo delhombre sentado k la diestra de la poten- cia de Dios, venir en las nubes del cielo. C5 Ent6nces el pontifice rom- pio sus vestidos, diciendo, Blas- feniado ha: |jqu6 mas necesidad tenemos de testigos? He aqui, ahora habeis oido su blasfcmia. 66 ( Que OS parece ? Y res- pondiendo ellos dixeron, Digno es de muerte. 67 Ent6nces le escupieron en su rostro, y abofete^ronlo ; y .otros le dieron de moxicones. 68 Diciendo, Adivfnanos, 6 Cristo, quien es el que tc dio. 69 Y Pedro estaba sentado f'uera en el patio : y llegose a el una mozuela, diciendo, Y tii con Jesus el Galileo estabas. 70 Mas 61 nego delante de to- dos, diciendo, No s6 lo que te dices. 71 Y saliendo al portal violo otra, y dixo ii los que estaban alii, Este tambien estaba con Je- sus Nazarcno. 72 Y neg6 otra vCz con jura- menio, diciendo, Iso conozco tcU liombre. 73 De ahi k un poco se Uega- ron los que estaban por alii, y dixeron ^i Pedro, Verdaderamen- te tii tambien eres de ellos-; por- que aun tu lenguaje te da a conccer. 74 Entonces comcnzo d echarse maldiciones y ajurar, que no co- nocia tal hombre. Y el gallo canto luego. 75 Y acordose Pedro de las palabras de Jesus, que le dixo, Antes que cante el gallo, me ne- garas tres veces. Y saliendose fuera, lloro amargamente. CAP. XXVII. 1 ^^7" VENIDA la manana en- X traron en conscjo todos los principes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo contra Jesus para darle la muerte. 2 Y trax^ronlo atado, y entre- gfvronlo (i Poncio Pilato gober- nador. 3 Entonces Judas, cl que lo habia entregado, viendo que era condenado, volvio ariepentido las treinta piezas de plata k los principes de los sacerdotes y ii los ancianos, 4 Diciendo: Yo he pccado entregando la sangre inocente, Mas ellos dixeron, ; Qu6 se nos da a nosotros ? Vi^raslo tu. S. MATEO, C 5 Y arrojando las piezas^ de plata en el templo, parti6se, y fu6 y ahorcose. 6 Y los principcs delos sacer- dotcs tomando las* piezas de plata, dixeron, No es licito echarlas en el corbona, porque es precio de sangre. 7 Mashabido consejo compra- ron de ellas el campo del olleio, para sepultura de los extrangeros. 8 For lo qual fue llamado aqnel canipo, Campo de sangre, hasta el dia de hoy. 9 Entonces se cumplio lo que fu6 diclio por el proteta Jere- mias, que dixo, Y toniaron las treinta piezas de plata, precio del apreeiado, al qual apreciaron los hijos de Israel ; 10 Y di^ronlas por el canipo del oUero, corao me lo ordeuo el Senor. 11 Y Jesus estuvo delante del gobernador, y el gobernador le pregunto, diciendo, ^Eres tu el Key dp los Judios ? Y Jesus le dixo, Tu lo dices. 12 Y siendo acusado de los principes de los sacerdotes y de los anciauos, nada respondio. 13 Ent6uces Pilato le dice, J No eyes quantas cosas testifican contra ti ? 14 Y Jesus k ninguna cosa le respondio : de lo qual el gober- nador se maravillabamucho. lb Y en p1 dia de la fiesta acos- tumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, qual qnisiesen. 16 Y tenia ent6nces un prisio- uero famoso, que se decia Bar- rabas. 17 Y juntos ellos, les dixo Fi- lato, ,; Qual quereis que cs suelte, ^ Barrabas, 6 a Jesus, llamado Cristo ? 18 Forque sabia que por envi- dia lo habian entregado. 19 Y estando 61 sentado en el tribunal, su muger le envio -k de- cir. No tengas que ver con aquel justo; porque hoy he padecido muchas cosas en sueSos por AP. XXVII. 39 causa de el. 20 Mas los principes de los sa- cerdotes y los anciauos persua- dieron al pueblo que pidiese k. Barrabas, y k Jesus matase. 21 Y respondiendo el gober- nador, les dixo, ; Qual de los dos quereis que os suelte? Y ellos dixeron, A Barrabas. 22 Pilato les dixo, ; Qu6, pues, har6 de Jesus, llamado Cristo ? Dicenle todos, Sea crucificado. 23 Y el gobernador les dixo, i Fues que mal ha hecho ? Pero ellos gritaban mas, diciendo. Sea crucificado. 24 Y viendo Pilato que nada aprovechaba, dntes se hacia mas alboroto, tomando agua lav6 sus manos delante del pueblo, dicien- do, Inocente soy de la sangre de este justo : alia os hayais vosotro's. 25 Y respondiendo todoel pue- blo, dixo, Su sangre sea sobre uosotros, y sobre nuestros hijos. 26 Entonces soltoles a Barra- bas : y habiendo azot ulo a Jesu=, entregolo para que tuese cruci- ficado. 27 Ent6nces los soldados del gobernador, tomando a Jesus k iaaudiencia,juntaron a el todala quadrilla. 23 Y desnudandolo, echironje encima una ropa de purpura. 29 Y pusieronle sobre su ca- beza una corona entretexida de espinas, y una cana en su mapo derecha : y hincando la rodilla delante de eJ, lo escarnecian, di- ciendo, Dios te salve, Key de los Judios. 30 Y escupi^ndole, tomaron una caiia, y herianlo en la cabeza. 31 Y desde quelo Imbierones- carnecido, desnudaronle aquella ropa, y vistieronle sus vestidos, y lieviironlo para crucificarlo. 32 Y saliendo hallaron a un Cireneo, llamado Simon : k este compelieron para que llevase lu cniz. E3 40 EVANGELIC SEGUl^ .^3 Y como Uegaron al lugar Ikimado Golgotha, que quiere de- cjr, lugar de la calavera, 84 Di^ronle a beber vinagre mczclado con hid : y gustandolo, no lo quiso beber, 35 Y despues que lo hubieron crucificado, repartieron sus ves- tidos, echando suertes : para que se cumpliese lo que fu6 dicho por el profeta, Reparti^ronse mis ves- tidos, y sobre mi ropa echaron suertes. 36 Y sentados lo guard aban alii. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita, Este es Jesus EL Rey de los Judios. 38 Entonces cruciticaron con «1 dos ladrones ; tino dla derecha, y otro a la izquierda. 39 Y los que pasaban le decian injurias, meneando sus cabezas, 40 Y diciendo, Tu el que des- truyes el templo, y en tres dias lo reedificas, salvate ^ ti mismo. Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41 De esta manera tambien los principes de los sacerdotes escar- ueci^ndolo, con los Escribas y anclanos, decian, 42 A otros salv6, d si mismo no puede salvar. Si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creer^mosle. 43 Confia en Dios ; librelo ahora, si lo ama : porque ha di- cho, Soy Hijo de Dios. 44 Lomi,«mo tambien lerepro- chaban los ladrones que eslaban cfucificados con 61. 45 Y desde la hora de las seis hubo tinieblas sobre todala tierra hasta la hora de las nueve. 46 Y cerca de la hora de las nHeve Jesus exclam6 con gran vGz, diciendo, Eli, Eli, i lama sa- bachthani ? Quiere decir, Dios mio, Dios mio, i porque me has desamparado ? 47 Y algunos de los que esla- ban allijOyendolo, decian, A Elias Uaraa 6ste. 48 Y luego corriendo nno dd ellos, tom6 una esponja, y hiui- chiola de vinagre, y poniendola en una caiia, d^bale a beber. 49 Y los otros decian, Dexa, veamos si vendrii Elias a librarlo, 50 Mas Jesus, clamando otra vez d gran voz, dio el espiritu. 51 Y he aqui, el velo del tem- plo se rompi6 en dos partes de alto abaxo : y la tierra tembl6, y las piedras se hendieron ; 52 Y los sepulcros se abrieron ; y muchos cuerpos de santos que habian donnido se levantaron, 53 Y salidos de los sepulcros despues de su resurreccion, vi« nieron k la santa ciudad, y apa- recieron k muchos. 54 Y el centurion, y los que estaban con 61 guardando k Je- sus, visto el terremoto, y las co- sas que habian acontecido, te- mieron en gran manera, dicien- do, "Verdaderamente 6ste era Hija de Dios. 55 Y estaban alii muchas mu- geres, mirando del6jos,lasquales habian seguido k Jesus desde Ga^ lilea, sirvi6ndole ; 56 Entrc las quales estaba Ma- ria Magdalena, y Maria madre de Jacobo y de Joses, y la madre de los.hijos de Zebedeo. 57 Y quando vino la tarde, un hombre rico de Arimathea, 11a- mado Joseph, el qual tambien era discipulo de Jesus, vino. 58 Este llego k Pilato, y pi- diole el cuerpo de Jesus. Ent6n- ces Pilato mand6 que se le diese el cuerpo. 59 Y tomando Joseph el cuer- po, envolviolo en una sabana limpia, 60 Y piisolo en un fiepulcro suyo nuevo, que habia labrado en una peiia : y revuelta una grande loza k la puerta del sepulcro, fu6ge. 61 Y estaban alii Maria Mag- dalena, y la otra Maria, sentadas S. MATEO, C delantc del sepulcro. 62 Y el dia siguiente despues de la prcparacion, junt^ndose los principes de los sacerdotcs y los Fariseos vinieron k Pilato, 63 Dicieiulo, Scfior, acorda- monos que aquel cnganador dixo aun viviendo, Vo resucitare des- pues del tercer dia. 64 Manda pues, que el sepul- cro se guarde por ties dias, pul- que no vengan sus discipulos dv noche y lo Inn ten, y digan al pueblo, Resucit6 de los niuoitos: y ser4 el postrer error peor quf el priniero. 65 Diceles Pilato, Guardas te- nds : id, haced la guarda, como sabeis. 66 Y dos de ellos, fortificaron el sepulcro con guarda, sellando la loza. CAP. XXVIII. 1 ^\7' LA tarde de los sabados, 1 que amanece para cl pri- mero de los sabados, vino Maria Magdaleua, y la otra Maria, d ver el sepulcro. 2 Y he aqui, fue hecho un gran terremoto : porque el ^ngel del Senor descendiendo del cielo, y Ilegando, habia revuelto la loza de la puerta, y estaba sentado sobre ella. 3 Y su aspecto era como un relimpago, y su vestido albo co- mo la nieve : 4 Y de tenior de el las guardas se asombraron, y quedaron como muertas. 5 Y respondiendo el in gel, dixo i las mugeres, No temais vosotras : porque t/o se que bus- cais a Jesus el crucificado. 6 No esti aqui : porque ha resucitado, como dixo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Senor. 7 Id presto, decid k sus disci- pulos que ha resucitado de los muertoi : y he aqui, ^1 se va antes AP. XXVIII. 41 que vosotros a Galilea ; alii Jo vereis. He aqui, os lo he dicho. 8 Entonces ellas saliendo dt 1 sepulcro, con tenior y con gran iiozo, se fucron corricndo a dar las nuevas a sus discipulos. 9 V yendo k dar las nuevas i *us discipulos, he aqui, Jesus les Y dixoles aquel dia, quando fu^ tarde, Pasemos de la otra parte. 36* Y despedida la multitud, tomaronlo como estaba en el na- vio: y habia tambien con ^1 otro» navicliuelos. 37 Y levant6se una gran tem- pestad de viento, y echaba las ondas en el navio, de tal manera que ya se henchia. 38 Y 61 estaba en la popa, dur- miendo sobre una almohada : y despert^ronlo, dici6ndole, Maes- tro, ^ no se te da nada que perez- camos ? 39 Y levantandose, riia6 al viento, y dixo d la mar, Calla, enmudece. Y el viento ces6, y fu6 becha gran bonanza. 40 Y k ellos, dixo, i Porque sois asi temerosos? ^ Como no te- neis fc ? 41 Y temieron con gran temor, y decian el uno al otro, i Quien es este, que aun el viento y la mar le obedecen? CAP. V. 1 -\r YINIERON de la otra JL parte de la mar, k la pro- vincia de los Gadarenos. 2 Y salido 61 del navio, luego le salio al encuentro un hombre de los sepulcros, €on un espiritu inmundo, 3 Que tenia manida en los se- pulcros ; y ni aun con cadenas lo podia diguien atar : 4 Porque muchas vcces habia sido atado con grillos y cadenas, mas las cadenas habian sido he- chas pedazos de el, y los grillos desmenuzados : y nadie lo podia domar. 5 Y siempre de dia y de noche andaba gritaudo en los monte* 4B EVANGELIO SEGUN yjen los sepulcros, y hiri^ndosc coH piedras. 6 Y como vio d Jesus de li6jos, corri6, y ador61o. 7 Y clamando k gran voz, dixo, ( Qu6 tengo contigo, Jesus, Hijo del Dios Altisimo? Conjii- rote de parte de Dios, que no me atornientes. 8 Porque le decia, Sal de este liombre, espiritu inuiundo. 9 Y pregunt61e, i Como te llamas? Y respondio, diciendo, Legion me llanio : porque somos muchos. 10 Y rogibale mucho que no lo ecliase niera de aquella pro- vincia, 11 Y estaba alll, cerca de los monies, una gran manadadepuer- cos paciendo. 12 Y rogaronle todos aquellos demonios, diciendo, Envianos a los puercos, para que entremos en ellos. 13 Yluego selo permiti6 Jesus. Y saiiendo aquellos espiritus in- mundos, entraron en los puercos ; y la manada cayo por un despe- nadero en la mar, (los quales eran como dos mil) y ahogaronse en la mar. 14 Y los que apacentaban los puercos, huyeron, y contaronlo en la ciudad, y en los campos. Y salieron ^ ver qu^ era aquello que habia acontecido. 15 Y vienen a Jesus, y ven al que habia sido atormentado del demonio, sentado, y vestido, y en €u seso, el que habia tenido la legion; y hubieron temor. 16 Y contaronles los que lo habian visto, como le habia acon- tecido al que tenia el demonio, y lo de los puercos. 17 Y comenzaron a rogarle que se fuese de los terminos de €llos. 18 Y entraudo en elnavio, ro- gabale el que habia sido fatigado del demonio por estarse con 61. 19 Mas Jesus no se lo permi- ti6, sino dixole, Vete a tu casa k los tuyos, y cuentales quaii grandes cosas el Senor haya he- cho contigo ; y como ha habido misericordia de ti. 20 Y fu6se, y comenz6 k pre- dicar en Dec^polis quan grandes cosas Jesus habia hecho con 61 : y todos se maravillaban. '21 Y pasando otra vez Jesus en un navio de la otra parte, jun- t6se (i 61 gran compana : y estaba junto a la mar. tH'^ Y vino uno de los principea de la sinagoga, Uamado Jairo ; y como lo vio, postr6se k sus pies, 23 Y rogabale mucho, dicien- do. Mi hija esta a la muerte : ven, y pondras las manos sobre ella, para que seasana; y vivira, 24 Y fuese con el : y gran comparia lo seguia, y apreta- banlo. 25 Y una muger, que tenia fluxo de sangre doce anos habia, 26 Y habia padecido mucho de muchos medicos, y habia gas- tado todo quanto tenia, y nada le habia aprovechado, ant-es le iba peor ; 27 Como oyo decii' de Jesus, vino entre la multitud por de- tras, y toco su ropa. 28 Porque decia. Si yo tocare tan solamente su ropa, sere sana. 29 Y luego la fuente de su sangre se seco ; y sintio en su, cuerpo que era sana de aquel azote. 30 Y Jesus' conociendo luego en si mismo la virtud que habia salido de si, volviendose a la multitud, dixo, ^ Quien ha toca*. do k mi ropa ? 31 Y sus discipulos le dixeron, Ves que la multitud te aprieta, y dices, i Quien me ha tocado ? 32 Y el rairaba al rededor por ver a la que habia hecho esto. 33 Entdnces la muger, temien- do y temblando, sabiendo lo que en si habia sido hecho, vino y po5tr69e delante de 61, y dixole S. MARCOS, CAP. VI. 49 toda la verdad. 3i Y ^1 dixo, Hija, tu fc te ha liecho salva : vete en paz, y s^ sana de lu azott. 35 Hablaiido aun ^l, vlnieron de cttsa del principe de la sinago- ga, diciendo, Tu hija es nuierta: ( para que fatigas mas el Maestro r 36 Mas Jesus luego en oyendo esta palabra que se decia, dixo al principe de la sinagoga, No temas, solamente cree. 37 Y no permitio que alguno lo siguiese, sino Pedro, y Jacobo, y Juan, herinano de Jacobo. 38 Y vino a casa del principe de la sinagoga, y vio el ruido, y a los que Uoraban y lamentaban mucho. 39 Yentrado, diceles, iPorquc liaceis tal ruido, y llorais ? La moza no es muerta, mas duerme. 40 Y burlabanse de 61. Pero el, echados todos fuera, toma al padre y a la madre de la moza, y a los que estaban con €1, y en- tra donde estaba la moza echada. 41 Y tomaudo la mano de la moza, dicele, Talitha cunii ; que interpretado, es, Muchacha, a tl digo, levantate. 42 Y luego la moza se levanto, y audaba : porque era de doce aiios. Y quedaron atonitos de un grande espanto. 43 Mas ^/ les encarg6 muy mucho que nadie lo supiese : y dixo que le diesen d la muchacha de comer. CAP. VI. 1 "Y^ SALIO de alii, y vino k X su tierra ; y siguieronlo sus discipulos. 2 Y Uegado el sabado, comen- z6 d ensenar en la sinagoga : y muchos oy^ndolo estaban at6ni- tos, diciendo, ^De donde tiene ^esteestas cosas? ^-y qu6 sabidu- ^Hia es esta que le es dada ? ^ y tales maravillas que por sus ma- nes son bechas ? 3 (jNo es este el carpintero, hijo de Maria, bormano de Jaco- bo, y de Joses, y de Judas, y dc Simon? No estan tambien aqirf con nosotros sus hermanas? Y escandalizabanse en 61. 4 Mas Jesus les decia. No bay profeta despreciado, sino en su tierra, y entre sus parientes, y en su casa. 5 Y no pudo hacer alii alguna maravilia ; solamente sano algu- Ttos pocos enfermos, poniendo sobre ellos las manos. 6 Y estaba maravillado de la incredulidad de ellos : y rodeaba las aldeas de al rededor ense- ilando. 7 Y llam6 k los doce, y comen- zoles a enviar de dos en dog ; y dioles potestad sobre los espiritus inmundos ; 8 Y mandoles que no llevasen uada para el camino, sino sola- mente un bordon ; ni alforja, ni pan, ni dinero en la bolsa: 9 Mas que se calzasen zapatos, y no vistiesen dos ropas. 10 Y deciales, En qualquiera casa que entrareis, posad alii, hasta que salgais de alii. 11 Y todos aquellos que no os recibieren, ni os oyeren, saliendo de alii, sacudid el polvo que esti debaxo de vuestros pies en testi- monio a ellos. En verdad os di- go, que mas tolerable sera el cas- tigo de los de Sodoma 6 de los de Gomorra, en el dia del juicio, que el de aquella ciudad. 12 Y ellos idos, predicaban que se arrepintiesen, 13 Y echaban fuera muchos demonios, y ungian con aceyte i muchos enfermos, y sanaban. 14 Y oyo el rey Herodes de el : porque su nombre era divul- gado : y dixo, Juan, el que bau- tizaba, ha resucitado de los muer- tos; y por tanto virtudes obrau en 61. 15 Otcos decian, Elias es. Y F 50 EVANGELIC SEGUN otros decian, Profetaes, 6 alguno de los profota§. 16 Y oyendolo Her6des, dixo, Este es Juan, el que yo degoll6 : el ha resucitado de los niuertos. 17 Porque el mismo Herodes Iiabia cnviado y prendido a Juan, y lo habia ligado en la carcel ^ causa de Herodias, muger de Filipo su hermano : porque la habia tornado por muger. 18 Porque Juan decia a He- rodes, No te es licito tener la muger de tu hermano. 19 Mas Herodias lo acechaba, y deseaba matarlo ; mas no podia. 20 Porque Herodes temia ^ Juan, conoci^ndole varon justo y santo, y teniale respeto ; y obe- decicndole haciamuchas cosas, y oialo de buena gana. 21 Y venido un dia oportuno en que Her6des en la fiesta de su nacimiento hacia banquete a sus nobles, y a los capitanes, y k los principales de Galilea ; 22 Y entrando la hija de He- rodias, y danzando, y agradando 4 Herodes y k los que estaban con il 4 la mesa ; el rey dixo a la mo- zuela, Pideme lo que quisieres, que yo te lo dar6. 23 Y jurole, Todo lo que me pidieres te dar6, hasta la mitad de mi reyno. 24 Y salida ella, dixo a su ma- dre, ^ Qu6 pedir6 ? Y ella dixo, La cabeza de Juan Bautista. 25 Ent6nces entro luego a- priesa al rey, y pidio, diciendo, Quiero que ahora luego me des en un plato la cabeza de Juan Bautista. 26 Y el rey se entristecio mu- cho : mas a causa del juramento, y de los que estaban con ^1 4 la mesa, no quiso entristecerla. 27 Y luego el rey enviando el verdugo, mand6 que fuese traida su cabeza. 28 El qual fu6, y lo degoUo en la carcel, y traxo su cabeza en un plato, y di61a a la mozuela, y la mozuela la dio k su tnadre. 29 Y oy6ndo!o sus discipulosj vinieron y tomaron su cuerpo, y pusi^ronlo en un sepulcro. 30 Y los ap6stoles se juntaron a Jesus, y le contaron todo lo que habian hecho, y lo que habian ensenado. 31 Y ^l les dixo, Venid voso- tros solos d parte al lugardesierto, reposad un poco : porque habia muchos yentes y vinientes ; que aun no tenian lugar de comer. 32 Y fu^ronse en un navio 6. un lugar desierto aparte. S3 Y las compaiias los vieron ir, y de todas las ciudades con- currian all^i (i pi6, y llegaron dn- tes que ellos, y juntaronse con €\. 34 Y saliendo Jesus vi6 una gran multitud, y hubo fliisericor- dia de ellos ; porque eran como ovejas sin pastor : y comenzoles a enseiiar muchas cosas. 35 Y como ya fuese gran parte del dia pasada, sus discipulos se llegaron k 61, diciendo. El lugar es desierto, y ya es niuy tarde : 36 Envialos para que vayan k los cortijos y aldeas de al rede- dor, y compren para si pan : por- que no tienen que comer. 37 Y respondiendoles el, dixo, Dadles de comer vosotros. Y dix^ronle, [ Que vayamos y com- pr6mos pan por docientos dine- ros, y les demos de comer ? 38 Y el les dice, i Quantos panes teneis? Id, y vedlo. Y eZ/osdespxies que lo supieron, di- xeron, Cinco, y dos peces. 39 Y mand6les que hiciesen recostar a todos por mesas sobre la yerba verde. 40 Y recostaronse por compa- iiias de ciento en ciento, y de cincuenta en cincuenta. 41 Y tomados los cinco panes y los dos peces, alzando los ojos al cielo, bendixo, y partio los panes, y di6 a sus discipulos para que se los pusicsen delante : y repartiolos dos peces entre todos. a Y comieron todos, y hartd- ronse. 43 Y alzaron de los pedazos doce esportones llenos, y de los peces. 44 Y eran los que comieron cinco mil varones. 45 Y luego dio priesa a sus discjpulos ^ que entrasen en el navio, y que se f uesen delante de el k Bethsaida de la otra parte, entretanto que ^1 despedia la multitud. 46 Y desde que los hubo des- pedido, fu^se al monte a orar. 47 Y como vino la tarde, el navio estaba en medio de la mar, y ^1 solo en tierra. 48 Y violos que se fatigaban remando, porque el viento les era contrario : y cerca de la quarta vela de la noche vino a ellos, ca- minando sobre la mar, y queria pasarlos de largo. 49 Y viendolo ellos caminar sobre la mar, pensaron que era fantasma, y dieron voces : 50 Porque todos lo veian, y turbaronse. Mas luego hablo con ellos, y les dixo, Tened buen ani- mo : yo soy, no hayais miedo. 51 Y subio a ellos en el navio, y el viento ces6 : y ellos estaban en gran manera atonitos, y mara- villados. 52 Que aun no habian enten- dido lo de los panes : porque su corazon de ellos estaba ciego. 53 Y quando estuvieron de la otra parte, vinieron a la tierra de Genezareth, y tomaron puerto. 54 Y saliendo ellos del navio, luego lo conocieron ; 55 Y corriendo por toda a- quella comarca, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, como oyeron que estaba alii. 56 Y donde quiera que entra- ba, en aldeas, 6 ciudades, 6 corti- jos, ponian en las calles los enfer- mos, y rogabanle que tocasen si- quiera el borde de su ropa : y to- S. MARCOS, CAP. VII. 51 dos los que le tocaban, quedaban sanos. CAP. VII. 1 X^NTONCES los Fariseos JOj y algunos de los Escribas que habian llegado de Jerusalem, se vinieron a ^1. 2 Los quales viendo (l algunos de sus discipulos comer pan con manos comunes, es d saber, no lavadas, quexabanse de ellos. 3 Porque los Fariseos, y todos los Judios, teniendo la tradicion de los antiguos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen, 4 Y vueltos de la plaza, si no se lavaren, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar : como el lavar de los vasos de beher, y de los jarros, y de los vasos de metal, y de los lechos. 5 Ypreguntaronle los Fariseos y los Escribas, i Porqu6 tus dis- cipulos no andan conforme d la tradicion de los antiguos, mas comen pan sin lavarse las manos ? 6 Y el respondiendo, les dixo, Hipocritas, bien profetizode vos- otros Isaias como esta escrito, Este pueblo con los labios me honra, mas su corazon l^jos estd de mi. 7 Y en vano me honra, ense- iiando doctrinas, mandamientos de hombres. 8 Porque dexando el manda- miento de Dios, teneis la tradi- cion de los hombres ; el lavar de los jarros y los vasos de beber ; y haceis muchas cosas semejantes a estas. 9 Deciales asimismo, Bien, vos- otros invalidais el mandamiento de Dios, por guardar vuestra tra- dicion. 10 Porque Moyses dixo, Hon- ra 4 tu padre y k tu madre ; y cl que maldixere al padre 6 d la madre, morird de muerte. 11 Y vosotros decis : Sielhom- F 2 52 EVASGELTO SEGUN bre dixere a «u padre 6 k su ma die, EI Corban, quiere decir, el don que yo ofreciere, k ti aprove clmiii ; sera sin culpa. 12 Y no le dexais mas hacer por su padre 6 por su madre. 13 Invalidando la palabra de Dios con vuestra tradicion, que disteis : y muchas cosas haceis senu'jantes d estas. 14 Y eonvocando a si toda la multitud, les dixo, Oidme todos y entended : 1 5 Ninguna cosa hay fuera del bom bre, que entrando en ^1 lo puede ensuciar : mas lo que sale de el, aquello es lo que ensucia al hombre. 16 Si alguno tiene orejas para oil-, oyga. 17 Y quaiido dexada la multi- tud, entro eu casa, sus discipulos le preguntaron de la parabola. 18 Y diceles, ,; Como asi ? c taiubien vosotros sois sin enten- dimiento? ^No entendeis que todo lo de fuera que entra eu el hombre, no lo puede ensuciar? V? Porque no entra en su co- razon, siuo en el vientre, y va d la necesaria, purgando todas las viand as. t"J Pero decia, Lo que de hom- bre sale, aquello ensucia al hom- bre. iil Porque de dentro, del co- razon de los hombres, salen los nialos pensamientios, los adulte- 1 ios, las fornicaciones, los homi- cidios, 22 Los hurtos, las avaricias, las maldades, el engario, la des- bonestidad, el mal ojo, las inju- rias, la soberbia, la locura : 23 Todas estas maldades de dentro salen, y ensucian al hom- bre. 24 Y levantdndose de alii, fu^se d los confines de Tiro y de Sidon, y entrando en una casa, quiso que nadie lo supiese : mas no se pudo encubrir. 2.5 Porque una muger, cuya hija tenia un espiritu inmundo, luego que oyo de cl, vino, y echose & sus pies : 26 Y la muger era Griega, Si- rofenisa de nacion; y rogabale que echase fuera de su hija al demonio. 27 Mas Jesus le dixo, Dexa primero hartarse los hijos : por- que no es bien tomar el pan de los hijos, y echarlo k los pcrrillos. 28 Y ella respondiendo le dixo, £sasi,Seiior; porque los perrillos comen debaxo de la mesa lasmi- gajas de los hijos. 29 Entonces dicele, Por esta palabra, vete ;" el demonio es sa- lido de tu hija. 30 Y ella vuelta d su casa, ha- 116 que el demonio habia salido, y a la hija echada sobre la cama. 31 Y volviendo k salir de los terminos de Tiro y de Sidon, vi- no a la mar de Galilea, por mitad de los terminos de Decapolis. 32 Y traenle un sordo y tarta- mudo, y rueganle que ponga la mano sobre el. 33 Y habi^ndolo sacado de en- tre la multitud aparte, metio sus dedos en las orejas de 61, y ha- biendo escupido, toco su lengua : 34 Y mirando al cielo, giniio, y le dixo, Ephphatha; que quiere decir, Se abierto. 35 Y luego fueron abicrtas sus orejas, y fue desatada la ligadura de su lengua, y hablaba bien. 36 Y mandoles que no lo di- xesen k nadie : pero quanto mas les mandaba, tanto mas y mas lo divulgaban : 37 Y estaban todos sobre ma- nera atonitos, diciendo, Bien lo ha hecho todo : a los sordos hace oir, y k los raudos hablar. CAP. VIII. EN aquellos dias como hu- biese gran multitud de gente, la qual no tenia que comer, S. MARCOS, Jesus llam6 d sus discipulos, y diceles, i? Compasion tengo de la mul- titud, poique ya ha ties dias que estiin coninigo, y no tienen que comer. 3 Y. si los envio ayunos a sus casas, desniayaran en el camino ; porque algunos de ellos han ve- iiido de lejos. 4 Y sus discipulos le respon- dieron, ifDe donde podra alguieii hartar k estos de pan aqui en el desicrto ? 5 Y preguntoles, j Quantos panes teueis ? Y ellos dixeron, Siete. 6 Ent6nces mando k la multi- tud que se recostasen (i tierra : y toinando los siete panes, y ha- biendo hecho gracias, partio, y dio k sus discipulos para que se los pusiesen delante ; y pusi^ron- los delante de la multitud. 7 Tenia tambien unos pocos de pececillos ; y habiendo necbo gracias, dixo que tambien se los pusiesen delante. 8 Y comieron, y hartdronse; y alzaron de los pedazos que ha- bian sobrado siete espuertas. 9 Y eran los que comieron co- mo quatro mil : y despidiolos. 10 Y luego entrando en el na- vio con sus discipulos, vino en las partes de Dalmanutha. 11 Y vinieron los Fariseos, y comenzaron a altercar con 61, demandandole seiial del cielo, tentandolo. 12 Y tl gimiendo en su espi- ritu, dice, j- Porqu^ pide seiial esta generacion? En verdad os digo, que no se dard senal k esta generacion. 13 Y dex^ndolos, volviose a entrar en el navio, y fuese de la otra parte. 14 Y habianse olvidado de to- mar pan, y no tenian sino un pan consigo en el navio. ' 15 Y maudoles, diciendo, Ad- vertid, guardaos de la levadura de Ips Fariseos, y de la levadura CAP. Vni. 53 de Herodes. 16 Y disputaban los unos con los otros, diciendo. Pan no te- nenios. 17 Y como Jesus lo entendi6, diceles, ^ Que disputais porque no teueis pan? ^No cousiderais, nientendeis? ^Aun teueis ciego vuestro corazon ? 18 ^Teniendo ojos, no veis? jy tenieudo orejas, no ois ? i y no os acordais ? 19 Quando parti los cinco pa- nes entre cinco mil, j quantas espuertas alzasteis Uenas de pe- dazos ? Y ellos dixeron, Doce. 20 Y quando los siete entre quatro mil, ^ quantas espuertas alzasteis llenas de pedazos? Y ellos dixeron, Siete. 21 Y dixoles, i Como aun no entendeis ? 22 Y vino a Bethsaida, y traenle un ciego, y rueganle que le tocase. 23 Entonces toraando al ciego de la mano, sacolo fuera de la aldea ; y escupi^ndole en los ojos, y poniendo los manos encima, pregunt6le, si veia algo. 24 Y el alzando los ojos, dixo, Veo hombres, porque veo que andan como arboles. 25 Luego le puso otra vez las manos sobre los ojos, y hizofe que mirase : y fue sano, y vio de lejos y claramente a todos. 26 Y enviolo a su casa, di- ciendo, No entres en la aldea, ni lo digas a nadie en la aldea. 27 Y salio Jesus y sus discipu- los por las aldeas de Cesarea de Filipo ; y en el camino pregun- t6 a sus discipulos, diciendoles, ; Quien dicen los hombres que soy yo ? 28 Y ellos respondieron, Juan Bautista ; y otros, Elias, y otros, Alguno de los profetas. 29 Entonces ei les dice, Y vos- otros ; quien decis que yo soy? Y respondiendo Pedro, dicele, Tii eres el Mesias. F 3 5i EVANGELIC SEGUN 30 Y amenazolos que k nadie dixetien aqiidlo de ^l. 31 Y coinenz6 k ensenarles, que convenia que el Hijo del hoiubre padeciese muchas cosas, y ser reprobado de los ancianos, y de Jos pi inclpes de los sacer- dotes, y de los Escribas, y ser muerto, y lesucitar despues de tres dias. 32 Y claramente decia esta palabra. Entonecs Pedro lo to m6, y comenz61e k renir. 33 Y el volvi^ndose, y mirando 6 sus discipulos, rino a Pedro, diciendo, Arri^drate de mi, Sata nas ; porque no sabes las cosas de Dios, sino las de los hom- bres. 34 Y habiendo Uamado a si a las compaiias y k sus discipulos, dixoles, Qualquiera que quisiere venir tras de mi, ni^guese k si mismo,y tome su cruz, y sigame. 35 Porque el que quisiere sal- var su vida perderla ha; y el que perdiere sp vida por causa de mi y del Evangelio, 6ste la sal- var£ 36 Porque ^({nk aprovechara al hombre, si grangeare todo el mundo, y pierde 8u 6nima? 37 ^O qu6 recompensa dar& el hombre por su dnima ? 38 Porque el que se avergon- zare de mi y de mis palabras en esta generacion adulterina y pecadora, el Hijo del hombre se avergonzar^ de ^1, quando vendra en la gloria de su Padre con los Santos angeles. CAP. IX. 1 TTUIXOLES tambien, En JL/ verdad os digo, que hay algunos de los que estan aqui, que no gustar^n la muerte, hasta que hayan visto el reyno de Dios que viene con potencia. 2 Y seis dias despues tom6 Jesus k Pedro, 4 Jacobo, y a Juan, y sacolos aparte solos a un monte alto ; y trausfigurose delante dc ellos. 3 Y sus vestidos fueron he- chos resplandecientes, y muy albos como la nieve, quales nin- gun batanero sobre la tierra los podria hacer tan albos. 4 Y aparecioles Elias con Moyses, que hablaban con Jesus. 5 Entonces respondiendo Pe- dro, dice a Jesus, Maestro, bien serii que nos quedemos aqui ; y hagamos tres cabanas : para ti una, para Moyses otra, y para Elias otra. f) Porque no sabia lo que se decia : que estaban asombrados. 7 Y vino una nube que los cubri6 ; y una voz de la nube, que decia, Este es mi Hijo el amado, A el o id. 8 Y como de improvise mira- sen al rededor, no vieron mas a uadie, sino k solo Jesus. 9 Y descendiendo ellos del monte, mandoles que k nadie di- xesen lo que habian visto, sino quando el Hijo del hombre hu- biese resucitado de los muertos. 10 Y elUs retuvieron esta pa- labra, preguntandose los unos a los otros, ^qu6 seria aquello re- sucitar de los muertos? 11 Y preguntaronle, diciendo, iQu^ es lo que los Escribas dicen, que es menester que Elias venga primero ? 12 Y respondiendo el dixoles, Elias ciertamente viniendo pri- mero, reformara todas las cosas : y como est^ escrito del Hijo del hombre, com' Jewe que padezca mu- chas cosas, y que sea tenido en nada. 13 Empero digoos, Que Elias yn vino, y hicid*ronle todo lo que quisieron, como esta escrito de 61. 14 Y como vino k los discipu- los, vi6 gran compaiia al rededor de ellos, y Escribas que disputa- bau con ellos. S. MARCOS 15 Y luego toda la compaiia vi^ndolo se espanto, y corriendo a el, lo saludaron. 16 Y pregant6 k los Escribas, ( Que disputais con ellos ? 17 Y respondiendo uno de la compaiia, dixo, Maestro, traxe mi liijo a ti, que tieue un espiritu mudo : • *" 18 El qual donde quiera que lo toma, lo despedaza; y echa espumarajos, y cruxe los dientes, y se va secando : y dixe a tus discipulos que lo echasen fuera, y no pudieron. 19 Y ^1 respondiendo, dixo, jO generaeion incredula! ^hasta quandoestareconvosotros? ;lias- ta quando os tengo de sutVir? Tra6draelo. 20 Y traxeronselo : y como ^l lo vi6, luego el espiritu lo comen- z6 k despedazar : y cayendo en tierra revolcabase echando espu- marajos. 21 Y pregunto i su padre, i Qu^nto tiempo ha que le acon- tecio esto? Y ^l dixo, Desde nino. S2 Y muchas veces lo echa en el fuego, y en las aguas, para nia- tarlo : mas si algo puedes, ayu- danos, babiendo compasion de uosotros. 23 Y Jesus le dixo, Si puedes creer esto, al que cree todo le es posible. 24 Y luego el padre del mu- chacho dixo, clamando con litgri- mas, Creo, Seaor, ayuda mi in- credulidad. 25 Y como Jesus vio que la multitud concurria, riiio al espi- ritu inmundo, diciendole, Espi- ritu mudo y sordo, yo te mando, sal de el, y no entres mas en el. 26 Entonces el espiritu cla- mando, y despedazandolo mu- cho, salio : y el quedo como muerto ; que muchos decian, que era muerto. 27 Mas Jesus tomandolo de la mano, euhcstolo ; y levantose. , CAP. IX. 55 28 Y como 61 se entro en casa, sus discipulos le preguntaron a- parte, i Porqu6 nosotros no pu- dimos echarlo fuera ? 29 Y dixoles, Este genero con nada puede salir, sino con ora- cion y ayuno. 30 Y salidos de alii caminaron por Galilea, y no queria que na- die lo supiese. 31 Porque ensenaba i sus dis- cipulos, y deciales. El Hijo del hombre es entregado en manos de hombres, y matarlo han ; mas muerto, resucitara al tcrcer dia, 32 Mas ellos no entendian esta palabra, y habian miedo de pre- guntarle. 33 Y vino d Capernaum : y como vino a casa, preguntoles, ; Que disputabais entre vosotros por el camino ? 34 Mas ellos callaron : porque los unos con los otros habian dis- putado por el camino, quien se- ria el mayor. 35 Entonces sentindose, Ua- mo k los doce, y diceles. El que quisiere ser el primero, sera el postrero de todos, y el siervo de todos. 36 Y tomando un nirio, pusolo en medio de ellos ; y tomandolo en sus brazos, diceles, 37 El que recibiere en mi nombre uno de los tales nines, a mi recibe : y el que a mi recibe, no recibe k mi, mas al que me envio. 38 Y respondiendo Juan, le dixo. Maestro, habemos visto a uno que en tu nombre ecliaba fuera los demonios, el qual no nossigue: ydefendimosselo, por- que no nos sigue. 39 Y Jesus le dixo. No se lo defendais: porque niuguno hay que haga railagro en mi nombre, que luego pueda decir mal de mi: 40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 41 Porque qualquiera que os 56 EVANGELIO SEGUN diere iin jarro de agua on mi iiombre, porque sois de Cristo, en verdad os digo, que no per- dera su salario. 42 Y qualquiera que escanda- lizare a uno de estos pequenitos que creen en mi, mejor le seria, que Ic fuese atada al lededor de su cuello una piedra de molino, y que fuese lanzado en la mar. 43 Mas si tu mano te fuere ocasion de caer, cortala: mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir d la ge- henna, en el fuego que jamas se apaga ; 44 Donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga. 45 Y si tu pie te fuere ocasion de caer, cortalo : mejor te es entrar en la vida coxo, que te- niendo dos pies ser echado en la gehenna, en el fuego que jamas se apaga ; 46 Donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga. 4t7 Y si tu ojo te fuere ocasion de caer, sicalo : mejor te es en- trar en el reyno de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado en la gehenna del fuego ; 48 Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga. 49 Porque todo hombre seri salado con fuego, y todo sacrifi- cio sera salado con sal. 50 Buena es la sal : mas si la sal fuere desabrida, ^ con qu6 le dareis sabor ? Tened sal en vos- otros mismos, y tened paz los unos con los otros. CAP. X. i "YT' P ARTIEND O S E d e alii , JL vino a los terminos de Ju- dea, por la otra parte del Jor- dan : la multitud se volvio a jun- tar con ^1 ; y volvioles a enseiiar, como acostumbraba. 2 Y llegandose los Fariscos, preguntaronle, ^si era licito al marido repudiar a su niDgcr? tentandolo. 3 Mas 61 respondiendo, les dixo, f Que os mando Moyses ? 4 Y cllos dixeron, Moyses permitio escribir carta de divor- cio, y repudiarla. 5 Y respondiendo Jesus, dixo- Ics, Por la dureza de vuestro co- razon os escribio este manda- miento. 6 Pero al principio de la crea- cion macho y hembra los hizo Dios. 7 Por esla causa dexarii el hombre a su padre y a su madre, y juntarse ha a su mugor ; 8 Y los dos seran una came. Asi que, no son mas dos, sino una carne. 9 Lo que, pucs, Dios junto, no lo aparte el hombre. 10 Y en casa los discipulos le volvieron a preguntar de lo mis- mo. 11 Y diceles, Qualquiera que repudiare d su muger, y se ca- sare con otra, comete adulterio contra ella. 12 Y si la muger repudiare k su marido, y se casare con otro, adultera. 13 Y presentabanle niiios, pa- ra que los tocase : y los discipu- los reiiian a los que los presenta- ban. 14 Y vi^ndolo Jesus, enoj6se, y dixoles, Dexad los ninos venir a mi, y no se lo impidais : por que de los tales es el reyno de Dios. 15 En verdad os digo, que el que no recibiere el reyno de Dios como niiio, no entrara en el. 16 Y tom^ndoles en los bra- zos, y poniendo las manos sobre ellos, los bendecia. 17 Y saliendo el al camino, uno corricndo y hincando la ro- dilla delante de 61, le preguuto. Maestro bueno, ^ que liari para poseer la vidaeterna? S. MARCOS 18 Y Jesus le dixo, ;Porque nie dices bueno? Ninguno hay bueno, «l.'io solo Dies. J9 Los mandainientos sabes, No adulteres, No mates, No hnrtes, No digas falso testimonio, No enganes, Honra a tu padre y alabia»". 40 Y vuelto baliolos otra vez durmiendo : porque los ojos de ellos estaban cargados, y no sa- bian qu^ responderle. 41 Y vino la tercera vez, y diceles, Dormid ya, y descansad. Basta, la bora es llegada: he aqui, el Hijo del hombre es en- tregado en manos de pecadores. 4S Levantaos, vayamos : he aqui, elque meentregaseacerca. 43 Y luego aun 61 hablando, vmo Juuas, que eia UhO ue lus doce, y con 61 gran compaiia con espadas y lanzones de parte de los principes de los sacerdotes, y de los Escribas, y de los ancianos. 44 Y el que lo entregaba, les habia dado senal comun, dicien- (\0y Al que yo besare, aquel cs: prendedlo, y Uevadlo k recaudo. 45 Y como vino, lleg6se luego a 61, y dicele, Maestro, Maestro, y bcsolo. 46 Entonces ellos echaron sus manos en 61, y prendi6ronlo. 47 Y uno de los que esta ban alii, sacando su cuchillo, birio al siervo del pontifice, y cortole la oreja. 48 Y respondiendo Jesus, di. xoles, ^- Como a lad ion habeis salido con espadas y lanzones a prenderme? A9 Cada dia c^taba con vos- otros, ensefiando en el tcniplo, y no me prendisteis, Mas j>ara que se cumplan las Escriluras. 50 Entonces dex^ndolo todos ius discipulos huycron. 51 Empero un cierto raan- cebicolo seguia, cubiertode una sdbana sobre el cucrpo desnuclo ; y los mancebiilos lo prendieron. 52 Mas 61 dexando la sdbana, se hiiyo de ellos desnudo. 63 Y traxeron ii Jesus al pon- tifice : y juntiirouse a 6\ todos los principes de los sacerdoles, y los ancianos, y los Escribas. 54 Pedro empero lo siguio de l^jos, hasta dentio de la sala del pontitice : y estaba sentado con los criados, calentandose al fuego. 55 Y los principes de I03 sa- cerdotes y todo el concilio busca- ban algun testinionio contra Je- jUs, para entregarlo ^la muerte; mas no hallaban : 56 Porque muchos decianfalso testimonio contra el ; mas sus tes- timonios no concertabau. 57 Entonces levantando.se cier- tos hombres, dieron contra el falso tostimonio, diciendo, 58 Nosotros le habemos oido decir, Yo derribare este templo cjue es hecho de raanos, y en tres dias edificare otro hecho sin luanos. 59 Mas ni aun asi ze concer- tiiba el testimonio de ellos. 60 Entonces el pontifice levan- tandose en medio, pregunto a Jesus, diciendo, ;Ninguna cosa respondes? ;Qu^ atestiguan es- tos contra ti ? 61 Mas 61 callaba, y nada res- pondio. El pontifice le volvio a preguntar, y dicele, ;Eres tu el Mesias, el Hijo del Bendito ? 62 Y Jesus le dixo, Yo soy: y ^ er^is al Hijo dtl hombre asenta- do a la diestra de la potencia de Dios, y que viene en las nubes del cielo. 63 Entonces el pontifice rom- piendo sus vestidos, dixo, i Que mas tenemos necesidad de tes- tigos? 64 Oido habeis la blasfemia: c que OS parece? Y ellos todos lo S. MARCOS, CAP. XV. 65 condenaron ser digno de muerte. 65 Y algunos comenzaron a. escupirle, y cnbrir su rostro, y k darle de bofetadas, y decirhs, Adivina. Y los criados le daban de mogicones. 66 Y estaudo Pedro en la sala baxa, vino una de las criadas del pontifice: 67 Y como vi6 a Pedro que se calentaba, mirandolo, dice, Y tu con fesus Nazareno estabas. 68 Mas 61 neg6, diciendo, No lo conozco, ni se lo que te dices.- Y saliose fuera de la casa k la puerta; y el gallo canto. 69 Y la criada viendolo otra vez, comenz6 a decir a los que estaban alii, Este es de ellos. 70 Mas el neg6 otra vez. Y un pocodespuesloscircunstantes dixeron otra vez a Pedro, Ver- daderaraente tu eres de ellos: porque eres Galileo, y tu habla es tal. 71 Y 61 comenz6 i echarse maldi clones y a jnrar, diciendo^ No conozco este hombre de quien hablais. 72 Y luego canto el gallo: y Pedro se acordo de las palabras que Jesus le habia dicho, Antes que el gallo cante dos veces, me negaras tres veces. Y comenzo a llorar. CAP. XV. 1 "^LT" LUEGO por la man^na^ W habiendo tenido consejo los principes de los sacerdotes con los ancianos y con loy Escri- bas, y con todo el consistorio, traxeron a Jesus atado, y entre- garonlo a Pilato. 2 Y pregiintole Pilato, j Eres tu el Rey de los Judios? Y 61 respondiendo,le di\o,Tu/odices. 3 Y acnsabanlo los principes de los sacerdotes de muchas co- sas. 4 Y pregimt61e otra vez Pila- to, diciendo, ^No respondes algo.^. G 3 6$ EVANGFXIO SEGUN Mlra qnan mnchas cosas atesti- giian contra ti. 5 Mas Jesus ni aim con eso respondio ; que Pilato se raara- villaba. 6 Einpero en el dia de la fiesta les soltaba un preso, qualquiera que pidicsen. 7 V habia uno que se llamaba Barrabas, preso con sus compa- neros de la revuelta, los quales en una revuelta habian cometido lioniicidio. 8 V la multitud dando voces compnz6 d pedir que hiciese como siempre les habia hecho, 9 Y Pilato les respondl6, dU ciendo, ; Quereis que os suelte al Rey de los Judios ? 10 Porque sabia que por envi- dia lo habian entregado los prin- cjpes de los sacerdotes. 11 Mas los principes de los sacerdotes incitaron a la multi- tud, que les soltase dntes k Bar- rabas. 12 Y respondiendo Pilato, dl- celes otra vez, ^ Que, pues, que- reis que haga del que Uamais Key de los Judios? 13 Y ellos volvicron a dar voces, Crucificalo. 14 Mas Pilato les decia, ;Pues qu6 mal ha hecho? Y ellos da- ban mayores voces, Crucificalo. 15 Y Pilato, queriendo con- tentar al pueblo, soltoles k Bar- rabas, y despues de haber azota- do a Jesns, entregolo para que fuese cruclficado. 16 Ejnit6nceslossoldadoslolle- varon dentro de la sala, es k sa- ber, a la audiencia, y convocan toda la quadrilla. 17 Y visti^ndolo de purpura, J 6nenle una corona texida de cspinas, 18 Y comenzaron k saludarle: Hayas gozo, Rey de los Judios. 19 Y herianle su cabeza con una caiia, y escupianle, y adorci- banlo bincadas las rodillas. ^0 Y desque lo hubieron es- carnecido, desnndaronlc la ropa de purpura, y visti^ronle sus pro- pios vestidos, y s^canlo para crucificarlo. 21 Y compelieron a uno que pasaba, k Simon Cireneo, padre de Alexandro y de Rufo, que venia del campo, a que llevase su cruz. '^2 Y llevanlo al lugar de Gol- gotha, que quiere decir, lugar de la calavera 23 Y dieronle a heber vino mirrado : mas k\ no lo tom6. 24 Y desde que lo hubieron crucificado, repartieron sus ves- tidos, echando suertes sobre ellos, qu6 Ilevaria cada uno. 25 Y era la bora de las tresj quando lo crucificaron. 26 Y el titulo escrito de su causa era, Ei Rky de los Ju- dios. 27 Y crucificaron con ^1 dos ladrones ; uno a su diestra, y otro a. su izquierda. 28 Y cunipli6se la escritura que dice, Y con los iniquos fue contado. 29 Y los que pasaban, lo vitu- peraban meneando sus cabeza*, y diciendo, Ah, que derribas ei templo de Dios, y en tres dias lo edificas, 30 Salvate k ti mismo, y des- ciende de la cruz. 31 Y de esta manera tambien los principes de los sacerdotes, escarneciendo decian unos aotros con los Escribas, A otros salv6, a si mismo no puede salvar. 32 El Mesias, el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, para que veamos, y creamos. Tam- bien los que estaban crucificados con el lo injuriaban. 33 Y quando vino la hora de las seis, fuerou hechas tiniebl^s sobre toda la tierra hasta la hora de las nueve. 34 Y a la hora de las nueve exclamo Jesus a gran voz, di» ciendo, Eloi, Eloi, ^ lama sabach- tliani? que interprctado, quiere decir, Dios mio, Dios mio, i por- qu6 me has desamparado ? S5 Y oyendolo algunos de los que estaban alii, decian, He aqui, a £Uas llama. 36 Y corri6 iino, y hinchien- do de vinagre una esponja, y po- ni^ndola en una caiia, diole 4 beber, dictendo, Dexad ; veamos si vendra Elias k quitarlo. 37 Mas Jesus dando una gran voz, espiro. 38 Ent6nces el velo del tem- plo se parti6 en dos de alto abaxo. 39 Y el centurion que estaba delante de ^1, viendo que habia espirado, clamando asi, dixo, Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios. 40 Y tambien estaban algunas mugercs mirando de 16jos; entre las quales estaba Maria Magda- lena, y Maria madre de Jacobo el menor, y de Joses, y Salom6 ; 41 Las quales, estando aun 61 en Galilea, lo habian seguido, y le Servian ; y otras muchas, que juntamente con 61 habian subido d Jerusalem. 42 Y qnando fue la tarde, por- que era la preparacion, es a sa- ber, la vispera del sabado, 43 Joseph de Arimathea, noble senador, que tambien el espera- ba el reyno de Dios, vino, y osa- damente entro a Pilato, y pidio el cucrpo de Jesus. 44 Y Pilato se maravillo, si ya fuese muerto ; y llamando a si al centurion, pregunt6le si habia ya gran rato que era muerto. 45 Y habi6ndolo entendido del centurion, di6 el cuerpo k Jo- sej)h. 46 El qual compr6 una saba- na, y quitado de la cruZy envol- violo en la sabana, y pusolo en un sepulcro, que estaba cortado en piedra; y revolvio una losa ^ la puerta del sepulcro. 47 Y Maria Magdalena, y Ma- S. MARCOS, CAP. XVI. 67 ria madre de Joscs, miraban don- de lo pouian. CAP. XVI. 1 ^Y^ COMO pas6 el sabado, X Maria Magdalena, y Maria madre de Jacobo, y Sa- lome, compraron drogas aroroati- cas, para venir a ungirlo. 2 Y muy de raafiana, el pri- mero de los sabados, vienen al sepulcro, ya salido el sol. 3 Y decian entre si, } Quien nos revolver^ la losa de la puerta del sepulcro? 4 Y como miraron, venlalosa revuelta : porque era graade. 5 Y entradas en el sepulcro, vieron un raancebo sentado ^ la mano derecha, cubierto de una ropa larga blanca ; y espant^- ronse. 6 Mas 61 les dice. No temais : buscais a Jesus el Nazareno, el crucificado : resucitado ha, no esta aqui. Veis aqui el lugar donde lo pusieron. 7 Mas id, decid a sus disclpu- los, y k Pedro, que 61 va antes que vosotros ^ Galilea: alii \o ver6is, como os dixo. 8 Y ellas partiendo presta- mente, huyeron del sepulcro ; porque las habia tornado temblor yespanto: yningunacosa decian a nadie ; porque temian. 9 Mas como Jesus resucit6 por la maiiana el primer dia de los sabados, apareci6 primeramente ■k Maria Magdalena, de la qual habia echado siete demonios. 10 Y yendo ella, hizolo saber a los que habian estado coa 61, que estaban tristes y Uorando. 11 Y ellos, como oyeron que vivia, y que habia sido visto de ella, no lo creyeron. 12 Mas despues apareci6 en otra forma a dos de ellos, que iban al aldea. 13 Y ellos fueron, 6hici6ro]Qlo . EVANGELIC SEGUN S. MARCOS 68 saber k los otros ; y ni aun d estos creyeron. 14 Finalmente se apaieci6 d los once, estando juntamente sen- tados, y afeolcs sn increduHdad y dureza de corazon, que no hu- biesen creido a los que lo habian \isto resucitado. 15 Y dixoles, Id por todo el mundo, prcdicad el Evangelic a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bau- tizado, ser^ salvo; mas el que no creyere, sera condenado. 17 Y estas senales seguir^n a los que creyeren : En mi nom- bre ecliar«in fuera demonios; ha* blavan nuevas lenguas ; 18 Quitaran serpientes ; y si bebieren cosa niortit'era, no les liara nial ; sobre los enferraos pondran sus mauos, y sanar^n. 19 Y el Senor, desque les hubo hablado, fue recibido arriba ea ei cielo, y asentose k la diestra de Dios. 20 Y ellos parti^ndose, predi- dicaron en todas partes, obrando el Seiior con ellos, y confirmando la palabra con las seualea que se seguian. Amen. EL SANTO EVANGELIC DE NUESTRO SENOR J E S U C R I S T O SEGUN SAN LUCAS. CAP. I. 1 TTABIENDO miicbos ten- JLjL tado a poner en 6rden la historia de las cosas que entre iiosotros lian sido certisimas ; 2 Como nos las enseiiaron los ara convertir los corazones de los padres a los hijos, y los re- beldes k la prudencia de los jus- tos : para aparejar al Senor un pueblo perfecto. 13 Y dixo Zacarias al ^ngel, ; En qn6 conocere esto ? porque yo soy viejo, y mi muger venida en dias. 19 Y respondiendo el ^ngel, divole, Yo soy Gabriel, que estoy delante de Dios ; y soy enviado a hablartc, y a. darte estas bueuas 70 EVANGELIC SEGUN mievas. 20 Y he aqui, ser^s mudo, y no podriis hablar, hasta el dia que esto sea Iiecho ; por quanto no creiste a mis palabras, las quales se ciimpliran a su tiempo. 21 Y el pueblo estaba espe- rando a Zacarias, y maravill.i- banse de que se tardase ianto en el leniplo. 22 Y saliendo, no les podia hablar : y entendieron que habia visto vision en el templo: y ^1 les hablaba por seiias, y qued6 mudo. 23 Y aconteci6, que cumpli- dos los dias de su rainisterio, se fn€ 4 su casa. 24 Y despues de aquellos dias concibi6 su muger Elizabeth, y encubriase por cinco meses, di- ciendo, 25 PorqAie el Senor me hizo esto en los dias en que miro, para quitar mi afrenta entre los hom- bres. 26 Y al sexto mes el ^ngel Ga- briel fu6 enviado de Dios k una ciudad de Galilea, que se llama Nazareth. 27 A una virgen desposada con un varon, que se llaniaba Joseph, de la casa de David : y el nombre de la virgen era Maria. 28 Y entrando el angel k cUa, dixo, Gozo hayas, amada, el Se- nor es contigo : bendita tu entre las mugeres. 28 Mas ella corao lo vi6, tur- b6se de su hablar ; y pensaba que salutacion fuese esta. 30 Entonces el angel le dice, Maria, no temas ; porque has hallado gracia acerca de Dios. 31 Y he aqui, concebiras en el vientre, y parir^s un hijo, y Uama- ras su nombre Jesus. 32 Este sera grande, y Hijo del Altisimo sera Uaniado : y darle ha. el Seiior Dios la silla de David su padre. 33 Y reynara en la casa de Jacob eternamentc, y de sti reyno no habra fiii. 34 Ent6nces Maria dixo al kn- gel, ^ Como ser^ esto ? porque no conozco varon. 35 Y respond iendo el angel, dixole, El Espiritu Santo vendra sobre ti, y la virtud del Altisimo te har^ sombra : por lo qual tambienlosanto,quede ti nacer^, sera llamado Hijo de Dios. 36 Y he aqui, Elisabeth tu pa- rienta, tambien ella ha concebido hijo en su vejez: y este es el sexto mes d ella, que es Uamada la est^ril. 37 Porque ninguna cosa es imposible acerca de Dios. 38 Ent6nces Maria dixo, He aqui la sierva del Seiior; cian- plase en mi conibrme de Rhosa, que fu6 de Zorobabel, que fu6 de Salathiel, que fu6 de Neii, 28 Que fue de Melchi, que fu^ de Adi, que tu6 de Cosaui, que fn6 de Elmodam, que fue de Er, 29 Que tue de Jose, que ftie de Eliezer, que fue de Joriin, que fu6 de Mathat, que fu^ de Levi, 30 Que fn6 de Simeon, que fu6 de Juda, que fue de Joseph, que fue de Jonan, que fue de Eliacim, 31 Que fa4 de Melea, que fue de Menan, que fue de Mathatha, que fue do iSathan, que fue de David, 32 Que fue de Jes6, que fue de Obed, que fue de Booz, que fue de Salmon, que fue de Naason, 33 Que fue de Aininadab, que fu6 de Aram, que fue de Esrou, que fue de Phares, que fue de Jud^, 34 Que fue de Jacob, que fue de Isaac, que fue de Abraham, que fue de Thar^, que fue de Nachor, 35 Que fue de Saruch, que fue de Kagau, que fue de Piialeg, que fu6 de Heber, que fue de Sail, 36 Que fue de Criiuan, que fue de Arphaxad, que fue de Sem, que fue de No^, que fue de Lamecii, 37 Que fu6 de Mathusalem, que fue de Henoch, que fue dt Jarad, que fue de Maialeel, que t\ie de Caii'.an, 38 Que fue de Henos, que fue de Seth, que fue de Adam, que fue de Dios. CAP. IV. JESUS Ueno de Espiritu Santo, volvio del Jordan, CAP. IV. 75 y fu6 llevado del Espiritu al de- sierto ; 2 Donde fue tentado del dia- blo quarenta dias. Y no comi6 cosa en aquellos dias: los quales pasados, despues luvo hambre. 3 Entonees el diablo le dixo, Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se haga pan. 4 Y Jesus respondiendo, le dixo, Escrito esta, que no con solo pan vivira el hombre, mus con toda palabra de Dios. 5 Y Uevolo el diablo a nn alto njonte, y mostrole todos los rey nos de la redondez de la tierra, en un memento de tiempo. 6 Y dixole el diablo, Yo fe dar6 toda esta potestad de reynos, y su gloria; porque a mi me es dada, y a quien quiero la doy. 7 Por tanto si tu me adorares, seran todos tuyos. 8 Y respondiendo Jesus, le dixo, Arriddrate de mi, Satauas: porque escrito esta, Al Senor Dios tuyo adoraras, y d el solo serviras. 9 Y Uevolo k Jerusalem, y pusolo sobre el ciniborio del templo, y dixole. Si eres Hijo de Dios, echate de aqui abaxo : 10 Porque escrito esta, que d sus angcles niandara de ti, que le guarden ; 11 Y que en las manos te Uevaran, porque no tropieces en algunu piedra con tu pie. 1'2 Y r(spou(Uendo Jesus, le dixo, Diclioota, No tentaras al Seiior tu Dios. i3 Y acabada toda tentacion, el diablo sc fue de el por algim tieiupo. 14 Y Jesus volvio en virtud del E>piritu a Galilea; y salio su fama por toda la tierra de al re- dedor. l.j Y el ( nseiiaba en las sina- gogas de ellos, y era gloriticado ide todos. 16 Y viflo k Nazareth, donde habia sido criado: y entro, con- H 2 76 EVANGELIO SEGUN forme 4 su eostumbre el dia del sAbado en la sinagoga, y levan- tose a leer. 17 Y fu^le dado el libio del profeta Isaias: y codk) abrio el libro, hall6 el lugar en qlie era escrito, 18 El Espiritu del Seiiorsobre nif, por quanto me ha ungido, para dai* buenas nuevasa los po- bres ; me ha enviado para sanar los quebrantados de corazon, para pregonar a los cautivos li- bertad, y h los ciegos vista; para enviar en libertad a los qnebran- tados ; 19 Para predicar el ano agra- dable del Senor. 20 Y cerrando el libro, como lo di6 al ministro, sent6se: y los ojos de todos los que eran en la sinagoga estaban hincados en 61. 21 Y comeuzo a decirles, Hoy se ha cumplido esta escritura en vuestras orejas, •22 Y todos le daban testimo- nio, y estaban maraviliados de sus palabras de gracia que salian de su boca; y decian, (jNo es este el hijo de Josppk ? 23 Y dixoles, Sin duda me direis, Medico, cilrate ^ ti mis- mo: de tantas cosas que habe- mos oido haber sido hechas en Capernaum, haz tambien aqui en tu tierra. 2i Y dixo, En verdad os digo, que niuguu profeta es acepto en Ku tierra. 25 Por cierto os digo, qm muchas viudas hiibia 0)i Israel en lo.s dias de Elias, (juando ei cielo fue cerrado por tres aiios y seis mcses, y liubo grande ham- bre por toda la tierra : 26 Mas ^ ninguna de ellas fue enviado Elias, sino a Sareptha de .Sidon, a una nmirer viuda. 27" Y muchos leprosos liabia en Israel en ticmpo del profeta Eliseo; mas ninguno de tlios fuc limpio, sino Naaman Siro. 2B Entouccs todos lis la sina- goga fueron Uenos de ira, oyendo estas cosas. 29 Y levantindose, ech;ironlo fuera de la ciudad, y llevaronio basta lacumbre del monte sobre el qual la ciudad de ellos estaba edificada, para despenarlo. 30 Mas el pasando por medio de ellos, fu^se. 31 Y descendi6 ^ Capernaum ciudad de Galilea, y alii los en- senaba los s^bados. 32 Y estaban fuera de si de su doctrina : porque su palabra era con autoridad. 33 Y estaba en la sinagoga un hombre que tenia nn espiritu de un demonio inmundo, el qual exclamo (\ gran voz, 34 Diciendo, Ah; *^qn6tene- inos que ver nosotros contigo, Jesus Nazarene? ^Hasvenidoa destruirnosP Yo te conozcoquien eres, el Santo de Dios. 35 Y Jesus le riiio, diciendo, Enmudece, y sal de 61. Entonces el demonio derrib^ndolo en me- dio, salio de 61, y ningun daiio le hizo. 36 Y fue espanto sobre todos, y hablabause los unos a los otros, diciendo, j Qu6 cosa es esta! que con autoridad y potencia man da ^ los espiritus inmundos, y salen. 37 Y su fama se divulgaba por todos los lugares comarcanos. 38 Y levantandose Jesus de la sinagoga, entrose en casa de Simon ; y la suegra de Sinion estaba con una gran ficbre; y rogiironlc por ella. 39 Y inclinandose bacia ella, rino a la liebre; y la tiebre la dexo : y ella levantandose Uiego, Ics sirvio. 40 Y poni6ndose el sol, todos los que tenian enfermos de diver- -as enfornu;daiits, los traian a el : y el j)oiiicndo las manos sobre cada uijo de ellos, los sanaba. 41 Y salian tambien denionios * Gr. QiU a nosolros y it I'ty £^c. S. LUCAS, CAP. V. de muclios, dan^lo voces, y di- cien(lo,Tu eresel Mesias,el Hijo de Dios. Mas cl rineudoles no losdcxaba liablar: porque sabian que ^1 era el Mesias. 42 Y veiiido el dia, sali6 fue- ra, y fuese (i un luijar desierto: y las compaiias lo buscaban, y vinieron hasta (^l, y detenianlo, que no se fuese de ellos. 43 Y el les dixo, que tambien i otras ciudades cs menester que yo anuncie el Evani;elio del ley- no de Dios : porqae para esto soy enviado. 44 Y predicaba en las sinago- gas de Galilea. CAP. V. 1 '\r ACONTFXIO, que es- X tando ^1 junto al lago de Genezareth, las compailas se der- ribaban sobre el por oir la pala- bra.de Dios. 2 Y vio dos navies que esta- ban k la orilla del lago ; y los Pescadores babiendo descendido de ellos, lava ban sus redes. 3 Y entrando en uno de estos navios, el qual era de Simon, ro- g61e que lo desviase de tierra un poco : y sentandose, enseiiaba desde el navio las compaiias. 4 Y como ces6 de hablar, dixo 77 dro, derrib^se de rodillas a Je- sus, dicleiulo, Salte de conmigo, Seiior, porque soy bombre pe- cador. 9 Porque temor lo babia torna- do (i el, y a todos los que estnbuii con ^1, d'o la presa de los peces que babian tornado ; 10 Y asi mi.^mo a Jacobo y (x Juan, hijos de Zebedeo, que eran compaiieros de Simon : y Jesus dixo ii Simon, No temas ; desde abora toinaras bonibres. 11 Y como Ufgaron li tierra los navios, dexaudolo todo, lo siguieron. 12 Y aconteci6, que estando en una ciudad, he aqui un hom- bre lleno de lepra : el qual vien- do a Jesus, po.'?tr .indole sobre sit rostro le rogo, diciendo, Seiior, si quieres, puedesme limpiar. 13 Entonces estendiendo la mano, lo toco, diciendo, Quiero : Sc limpio. Y luego la lepra se h\(; de 61. 14 Y 61 le mando que d nadie lo dix6se : mas ve,dife, muestrate al sacerdote, y ofrece por tu lim- pieza, como mando Moyses, para que les conste. 13 Y tanto mas su fama se di- vulgaba : y muchas compaiias se juntaban a ser por el sauados de sus enfermedades. 16 Pero k\ se apartaba 4 los k Simon, Mete el navio a lo largo, , desiertos, y oraba y echad vuestras redes para to mar. 5 Y respondiendo Simon, le dixo, Maestro, toda la noche ha- bemos trabajado, y nada hemos tornado: masentupalabraechare la red. 6 Y babiendo bocbc esto, en- cerraron gran multitud de pes- cado : tanto que su red se rorapia. 7 Y hicieron seiias a los com- paiieros que estaban en el otro navio, que viniesen a ayudarles ; y vinieron, y hinchieron ambos navios, que se anegaban. 8 Lo qual viendo Simon Pe- 17 Y acontecio un dia, que el estaba enseiiaudo, y Fariseos y doctores de la ley estaban senta- dos, los quales habian venido de todas las aldeas de Gali;ea, y de Judea, y de Jerusalem : y la virtud del Seiior estaba presente parasanarlos. 18 Y he aqui unos hombres que traian en una cama un bom- bre que era perlatico : y busca- ban por donde meterlo, y poneria delante de el. 19 Y no hallando por donde meterlo a causa de la multitud, H 3 7B EVANGEL subicroii ciicinia de la casa, y por el tejado lo abvixaron con la cama, en medio delante de Jesus. 20 El (}ual viendo la fe de ellos, dicele, Homhrc, tus peca- dos te son perdoniidos. 21 Entonces Ics Escvlbas y los Fariseos comenzaron ^i pen- sar, di(;icndo, ;Quien es cste que liabia blasfeniias ? ; Quien puede perdonar pecados, sino solo Dios ? 22 Jesus entoncc^ , conociendo los pensaniicntos de ellos, res- pondiendo, les dixo, ^ Qwd pen- sais en vuestros corazones ? 23 ( Qual es mas tVicil, decir, Tus pecados te son pcidonados; 6 deciv, Levaniate y anda ? 24 Pues para que scpais que el Hijo del liombre tiene potes- tad en la tieria de perdonar pe- cados, (dice al perlatico) A ti digo, Levantate, toma tu cama, y vete a tu casa. 25 Y luego levantandose en presencia de ellos, y tomando a cuestas aquello en que habia esta- do echado, f u6se d su casa, glori- ficando a Dios. 26 Y espanto tomo a todos, y glovilicaban a Dios, y fueron llenos de temor, diciendo, Cier: tamente cosasincreibies liaberaos visto hoy. 27 Y despues de esto salio, y vio a un publicano llamado Levi sentado al banco de los pUblicos tributos, y dixole, Sigueme. 28 Y dexadas todas cosas, le- vantandose, lo siguio. 29 Y hizo Levi gran banquete en su casa; y habia gran com- pana de public anos, y de otros, los quales estaban sentados a la mesa con ellos. 30 Y los Escribas y Fariseos murmuraban contra sus discipu- ios, diciendo, ^Porque conieis y bebeis con los publicanos y peca- dores? SI Y respondiendo Jesus, les dixo, Los que estan sanosno ban menestcr medico, sino los que lO SEGUN estan enl'ennos. o2 No ^oy venido a llamai" a los Justus, sino a los pecadores a pe- nitencia. SS Ent6nces ellos le dixeron, ; Porqu6 los discipulos de Juan ayunan muclias veces, y bacen oraciones, y asi mismo los de los Fariseos ; y tus discjpulos comen y bcben? 31 Y cl les dixo, ^Podeis liacer que los que son de bodas ayunen, entretanto que el esposo esta con ellos ? 35 Empero vendr^n dias, quan- do el esposo les sera quitado ; en- tonces ayunaran en aquellos dias. 36 Y deciales tambien una pa- rabola : Nadie mete remicndo de paiio nuevo en vestido viejo ; otramente el nuevo lo rompe, y a. lo viejo no conviene remiendo nuevo. 37 Y nadie ecb.a vino nuevo en cueros viejos ; otramente el vino nuevo rompera los cueros, y el vino se derramara, y los cueros se perderan. 38 Mas el vino nuevo en cue- ros nuevos se ha de echar; y lo uno y lo otro se conserva. 39 Y ninguno que haya bebido de lo anejo, quiere luego de lo nuevo: porque dice, Lo aiiejo es mejor. CAP. VI. 1 ^^ ACONTECIO, que pa- X sando el por los sembra- dos en el sabado segundo despues del primero, sus discipulos ar- rancaban espigas, y coniian, re- fregandolas con las manos. 2 Y algunos de los Fariseos les dixeron, ; Porqu^ baceis lo que no es licito hacer en sabados? 3 Y respondiendo Jesus, les dixo, ; Ni aun esto babeis leido, qu6 hizo David quando tuvo hambre el, y los que con ^1 es» taban; S. LUCAS, 4 Como entro en la casa dc Dios, y tomo los panes dc pro- posicion, y comio y dio tanibieii ii los que cstnban con <;'l ; lo.s qiiales no era licito comer, sino a solos los sacerdotes ? 5 Ydeciales, F.l Hijo del liom- bre es Seiior aun del siibado. 6 V acontecio tambien en otro s^bado, que el entro en la sina- goffa, y ensenaba. Y estaba alii nn lionibre que tenia la mano de- reclia seca. 7 Y acechabanlo los Escribas y los Fariseos, si lo sanaria en sabado : para hallar de que acu- sarlo. 8 jMas 61 sabia los pensamien- tos de eilos, y dixo al honibre que tenia la mano seca, Levantate, y ponte en medio. Y el levantan- dose, pusose en pie. 9 Entonces Jesus les dice, Pre- guntaros he una cosa : i Es licito en sabados hacer bien, 6 hacer nialf ;salvar un *hombre, 6 nia- tarlo?" JO Y mirandolos a todos al rededor,dice alhombre, Estiende tu mano. Y el lo hizo asi. Y su mano f ue restituida sana como la otra. 11 Y ellos fueron llenos de fu- ror, y hablaban unos con otros, que harian a Jesus. 12 Y aconteci6 en aquellos d4as, que fue al monte a orar, y paso la noche orando a Dios. 13 Y como fue de dia, Uamo a sus discipulos : y cscogio doce de ellos ; los quales tambien llam6 apostoles : 14 A Simon, al qual tambien llamo Pedro, y ^ Andres su her- mano ; a Jacobo y Juan, Felipe y Bartolome, 1.5 Mateo y Tomas, y Jacobo hijo de Alpheo, y Simon llamado Zeloso, 16 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariota, que tambien fue * Gr. dnima. CAP. vr. 79 el traydor. 17 Y descendio con ellos, y parose en un lui^ar llano ; y la conipaiia de sus di>cipulo.s, y gran multitud de pueblo de. toda Judea y de Jerusalem, y dc la costa de Tiro y de Sidon, qu'i liabian venido (i oirle, y para ser sanados de sus enfejmedades ; 18 Y los que eran atormenta- dos de espiritus inmundos : y fueron sanos. 19 Y toda la compaiia procn- raba de tocarle : porque salia de 61 virtud, y sanaba a todos. t^O Y el alzando los ojos a sus discipulos, decia, Bienaventura- dos los pobres: porque vuestro es el reyno de Dios. 21 Bienaventurados los que ahora teneis bambre : poniue sc- reis hartados. Bienaventurados los que ahora llorais : porque reireis. 22 Bienaventurados sereisquan- do los hombres os aborreciercn, y quando os apartaren, y ultia- jaren, y rayeren vuestro nombre como malo, por el Hijo del hom- bre. 23 Gozaos en aquel dia, y ale- graos: porque he aqui, vuestro gaiardon es grande en los cielos. Porque asi hacian sus padres a los profetas. ^4 Mas i ay de vosotros ricos ! porque teneis vuestro consuelo. '25 j Ay de vosotros los que es- tais hartos ! porque habreis ham- bre. jAy de vosotros los que aliora reis! porque lamentareis y llorareis. 26 j Ay de vosotros quando to- dos los hombres dixeren bien de vosotros ! porque asi hacian sus, padres a los falsos profetas. 27 Mas a vosotros los que oi.«, digo, Amad a vuestros enemigos : haced bien a los que os aborre- cen : 28 Bendecid a los que os mal- dicen : y orad por los que os ca- luranian. 80 EVANGELIC SEGUN 29 Y al que tc hiriere en la mexilla, dale taniMen la otra : y del que te quitare la capa, ni aim el sayo le defieiulas. 30 Y 4 qnalquiera que te pi- dieie da : y al que tomaie lo que es tuyo, no se lo vuelvas k pedir. ol Y conio quereis que os ha- gan los hombres, hacedles tam- bien vosotros asi. 32 Porque si amais d los que OS aman, iqu6 grawas habr^is? Porque tambien los pecadores aman a los que los aman. 33 Y si hiciei eis bien a los que OS hacen bien, ^qu6 gracias ka- br^is? Porque tambien los peca- dores hacen lo mismo. 34 Y si prestarcis a aquellos de quien esperais recibir, ^ que gracias habreis ? Porque tambien los pecadores prestan a los pe- cadores, para recibir otro tanto, 35 Amad pues a vuestros ene- migos, y haced bien, y empres- tad no esperando de ello nada; y serd vuestro galardon grande, y serais hijos delAltisinio: por- que 61 es benigno aun para los ingratos y malos. 36 Sed pues misericordiosos, como tambien vuestro Padre es misericordioso. 37 No juzgufis, y no sereis juzgados : no condeneis, y no se- reis condenados : perdonad, y se- rais perdonados : 38 Dad, y seros ha dado : me- dida buena, apretada, remecixia y colmada, daran en vuestras haldas : porque con la misma me- dida que midiereis, os sera vuelto a medir. 39 Y deciales una parabola : fPuede el ciego guiar al ciego.*' f no caerdn am bos en el lioyo ? 40 El discipulo no es sobre su maestro: mas qualquiera que fuere como el maestro sera per- fecto. 41 ^Porque miras la pajuela que estti en cl ojo de tu hermano, y la viga que esta en tu propio ojo no consideras? 42 i O como puedcs decir d tii hermano, Hermano, dexa, echar6 fuera la pajuela que esta en tu ojo, no mirando tii la viga que esta en tu ojo ? Hipocrita, echa fuera primero de tti ojo la viga, y enionces mirariis de echar fuera la pajuela que Cita en el ojo de tu hermano. 43 Porque no es buen drbol el que hace malos frutos ; ni mal arbol el que hace buen iruto. 44 Porque cada drbol por su fruto es conocido: que no cogen iiigos de las espinas, ni vendimian uvas de las zarzas. 45 El buen hombre del buen tesoro de su corazon saca bien; y el mal hombre del mal tesoro de su corazon saca mal: porque del abundancia del corazon habla su boca. 46 i Porqu6 me llamais Seiior,^ Senor, y no haceis lo que digo? 47 Qualquiera que vieue a mi, y oye mis palabras, y las hace, yo OS enseiiare a quien es senie- jante : 48 Semejante es al hombre que edifica una casa : que cav6, y ahond6, y puso el fundamento sobre peiia; y habiendo avenida, el rio dio con impetu eii aquella casa, mas no la pudo menear : por- que estaba fundada sobre peiia. 49 Mas el que oy6, y no hizo, semejante es al hombre que edi- fico su casa sobre tierra sin fun- damento; en la qual el rio di6 con impetu, y luego cayo : y fn6 grande la ruina de aquella casa. CAP. VII. 1 "^T COMOjOy^ndoloelpue- X bio, acabase todas sus palabras, entro en Capernaum. 2 Y el siervo de un centurion, al qual el estimaba, estaba en- fcrmo y d la muerte. 3 Y como oyo de Jesus, envi6 S. LUCAS, k 6\ los ancianos de los JiuHos, rogixndole que viniese, y sanase ^su siervo. 4 Y venidos ellos a Jesus, ro- gahanle ahincadanicnte, dici6n dole, Porqiie digno es que le con- cedas esto, 5 Que ania nuestva nacion, y 6 nos ha edificado una sinagoga. 6 Y Jesus so fue con ellos. Mas conio ya no estuvicsen l^jos de su casa, el centurion envio amigos a 61, dici(^'ndole, Senor, no tomes trabajo : que no soy digno que entres dchaxo de mi tejado : 7 Por lo qual ni aun me tuve por digno de venir a ti : mas di la palabra, y mi criado ser^ sano. 8 Porqueyotambicnsoysnjeto k otio?, que tengo debaxo de mi soldados : y digo k este, Ve, y va, y al otro, Yen, y viene ; y d mi siervo, Ilaz csto, y lo hace. 9 Lo qual oyendo Jesus, mara- villose de 61, y vuelto, dixo k las compaftas que io seguian, Digoos, fjue ni aun en Israel he hallado lanta fe. 10 V vueltos k casa, los que babian sido enviados hallaron sano al criado que habia estado enfermo. 11 Y acontecio el siguiente dt«, que €\ iba k la ciudad llaraa- da Nairn; y iban con 61 niuchos de sus discipulos, y gran com- pana. J 2 Y como llcgo cerca de la puerta de la ciudad, he aqui, que sacabau un defunto, hijo linico de su madre, la qual era viuda: y con cUa venia de la ciudad mucha gente. 13 Y como el Senor la vio, mo- vido de mi^ericordia para con elia, le dice. No llores. 14 Y acercandosc toco las andas : 5' los que lo Uevaban, pararon. Y dice, Manccbo, k ti digo, levantate. 15 Entonces el que habia sido muerto, se asento, y comenzo a CAP. Vir. 81 hablar. Y diolo k su madre. 16 Y tom6 temor k todos, y glorificaban k Dios, diciondo, Ciertamente un gran Profcta se ha levantado cntre nosotros, y Dios de cierto ha visitado su pueblo. 17 Y sali6 esta fama de 61 por toda Judca, y por toda la tierra de al rededor, 18 Y todas estas cosas le con- taron a Juan sus discipulos. Y Ilamo Juan dos de sus discipulos, 19 Y enviolos k Jesus, dicien- do, ( Eres tii aquel que habia de venir, 6 espci-ar6mos k otro? ^0* Ellos pues venidos a Jesus, dixeron, Juan Bautista nos ha enviado k tl, diciendo, ^ Eres tu aquel que habia de venir, 6 espc- raremos k otro ? 21 Y en la misma hora san6 k muchos de ent'ermedades, y de plagas, y de espiritiis raalos : y k muchos ciegos di6 la vista.. 22 Y respondieudo Jesus, dixolcs, Id, dad las nuevas a Juan de lo que hibeis visto y oido; que los ciegos ven, los coxos andan, los leprosos son lim- piados, los sordos oyen, los muer- tos resucitan, a los pobres es anunciado el Evangelic, 23 Y bienaventurado es aquel que no fuere escandalizado eu mi. 24 Y como se fueron los men- sageros de Juan, comenzo k ha- blar de Juan k las compaiias: ;Qu6 salisteis k ver al desierto? ^•^(^•»??acaiiameneadadelviento? 25 Mas i qu6 salisteis k ver? //llgiui hombrecubieito de vesti- dos df licados ? He aqui que los que se visten ricos vestidos y viven en deleytes, en palacios de reyes estan. 26 i Mas qu6 salisteis a ver ? ) Algun profeta? Ciertamente os digo, y aun mas que prol'eta. 27 Esteesdequienestaescrito, * Gr. y venidos a el los varones. He aqui, yo envio mi ^mgel de- lante de tu faz, que aparejiir4 tu camino delante de ti. 28 Poiqne yo os digo, /^we entre los nacidos de mugercs no hay mayor profeta que Juan Bautista: pero el mas pequeiio en el reyno de Dios es mayor que ^1. 29 Y todo el pueblo oy con los cabellos de su cabe/.a, y besaba sus pies, y ungia?os con el ungiiento, EVANGELIO SEGUN 39 Y como vi6 esto el Fariseo que lo habia convidado, dixo en- tre si mismo : Este si fuera pro- feta, (;onoc(ria quien y qual es la muger que le toca : que es pecadora. 40 Entonces rcspondiendp Je- sus, dixole, Simon, una cosa ten- go que decirte. Y 61 le dice, Di, Maestro. 41 Uii acreedor tenia dos deu- dores : ei uno le debia quinien- tos dineros, y el otro cincuenta. 42 Y no tenioudo ellos de que pagar, solt6 la deuda a ambos. Di pues, i qual de estos lo amara mas? 43 Y rcspondiendo Simon, di- xo, Pienso que aquei al qual solto mas. Y 61 le dixo, Rectameute has juzgado. 44 Y vuelto (i la muger, dixo a Simon, ^- Ves esta muger? En- tre yo en tu casa, no diste agua para mis pies : y esta ha regado mis pies con lagriraas, y limpia- doLos con los cabeiios de su ca- beza 43 No me diste beso : y esta desde que entre, no ha cesado lie besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza con olio, y esta ha ungido con un- giiento rnis pics. 47 For lo qual te digo, que sus muchos pecados son perdonados, porque amo mucho: mas al que se perdona poco, ama poco. 48 Y a ella dixo, Los pecados te son perdonados. 49 Y los que estaban junta- mente sentados d la mesa, comen- /aron a decir entre si, i Quien es este, que tambien perdona pe- cados ? 50 Y dixo a la muger, Tu fe te ha hecho salva: vele en paz. Y CAP. VIII. ACONTECIO despues que 61 se iba de ciudad S. LUCAS, en eiudad y de pueblo en pueblo predicando y nnunciando el Evan- gelic del reyno de Dios : y los doce con 61 ; 2 Y tambien algnnas mugeres que habian sido curadas de H de nialos espiritus y de ciiferraeda- des, Maria llamada Mae;dalena, de la qual habian salido siete demonios, 3 Y Juana muger de Cliiiza procurador de Heiodcs, y Susa- na, y otras muchas que ie Ser- vian de sus haciendas. 4 Y como se juntase gran com- paSa, y de cada eiudad concur- riesen a 61, dixo por una para- bola : 5 Sali6 un sembrador a sem- brar su simiente: y sembrando, xm^pcnte cayo junto al camino ; y fue hoUada, y las aves del cielo la comieron. 6 Y otra i)arte cay6 sobre pie- dra; y nacida secose, porque no tenia humor. 7 Y otra parte cayo entre es- pinas; ynaciendolasespinasjun- tamente, ahoaaronla. 8 Y otra jmrte cay6 en buena tierra, y quando fue nacida llevo fruto a cicnto por iino. Diciendo estas cosas, clamaba, El que tiene orejas para oir, oyga. 9 Y siK discipulos le pregun- taron, ^Qu6 era esta parabola? 10 Y el dixo, A vosotros es dado conocer los misterios del reyno de Dios : mas a los otros, por parabolas ; para que viendo no vean, y oyendo no, entiPndan. 11 Es pues essta parabola: La simiente es la palabra de Dios. 12 Y los de junto al caraino, estos son los que oyen : y hie go viene el diablo, y quita la palabra de su corazon, porque no se sal- ven creyendo, 13 Y los de sobre piedra, son los que habiendo oido, reciben la palabra con gozo : mas estos no tienen raices ; que d tiempo eireen, y en el tiempo de la ten- CAP. VIII. 62 tacion se apartan. M Y lo que cayo entre cspi- nas, 6,stos son los que oyeron ; mas ido3 son ahogados de los cui- dados y de las riquezas y de los pasatiempos de la vida, y uo lie- van fruto. 15 Y lo que en buena tierra, 6stos son los que con buen cora- zon y recto retienen la palabra oida, y Uevan fruto en paciencia. 16 Ninguno empero que cn- ciende el candil, lo cubre con algiin vaso, 6 lo pone debaxo de la cama : mas p6nelo en el cau- delero, para que los que entran, vean la luz. 17 Porque no kay cosa oculta, que no haya de ser manifestadaj ni cosa escondida, que no haya de ser conocida, y devenir^luz. 18 Mirad pues como ois ; por- que A qualquiera que tuviere, le serd dado ; y k qualquiera que no tuviere, aun aquello que pa- rece tener, le serk quitado. 19 Y vinieron k 61 su madre y hermanos ; y no podian llegar k 61 por causa de la multitud. 20 Y fuele dado aviso, dicien- do, Tu madre y tus hermanos estan fuera, que te quieren ver. 21 El ent6nces respondiendo, les dixo. Mi madre y mis herma- nos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen. 22 Y acontecio un dia que 61 entro en un navio con sus disci- pulos ; y dixoles, Pasemos de la otra parte del lago ; y parti6- ronse. 23 Y navegando ellos, dnr- miose. Y descendio una tem- pestad de viento en el lago : y hehchianse dc ugua y peligraban. v4 Y llegandose a H\o desper- taron, diciendo, Maestro, Maes- stro, perecemos. Y 61 desperta- do, riiio al viento y a la tenapes- tad del agua ; y cesaron, y fu6 hecha bonanza. 25 Y dixoles, i Qu6 es de vues- tra fe ? Y ellos atemorizados se 84 EVANGELIO SEGUN maravillaion, diciendo los unos a los otros, <; Quien es este, que aun a los vlentos y al agua man- da, y le obedecen? 26 Y navegaron d la tierra de los Gadarcnos, que esta frontera de Galilea. 27 Y saliendo 61 a tierra, sa- li61e al encuentro de la ciudad un hombre que tenia demonios ya mucho ticinpo liabia, y no se vestia vestido, ni cstaba en casa, sino por lo« sepnlcios. 28 El qnal conio vi6 k Josus, cxclamo, y postiose delaiile de 61, y dixo a gran voz, * i QuC tengo yo contigo, Jesns, Hijo del Dios AllJsijno ? Ru6gote que no meatormentes. 29 (Porque niandaba al espiritu inniundo que .*aliese del houdjre: porque ya mucho liabia que lo arrebataba; y guardabanlo atado con cadenas y grillos ; mas rom- piendo las cadenas, era acosado del dcmonio por los desiertos.) . 30 Yprcguntole Jesus, dicien- do, I Que nombre tienes ? Y el dixo, Legion. Porque muchos d,emonios habian entrado en 61. 31 Y rogabanie que no les man- dase que se fuesen al abismo. 32 Y habia alii un gran hato de puercos, que pacian en el nionte : y rogaronle que los dexase entrar en ellos: y dex61os. 33 Y salidos los demonios del hombre, entraron en los puercos; y el hato de ellos se arroj6 de un tlespenaderoenellago,yahog6se. 34 Y los porqueros, corao vie- ron lo que habia acontecido, hu- yeron, y yendo hici6ronlo saber en la ciudad y por los cortijos. 35 Y salieron k ver lo que ha- ,bia acontecido,y vmieronajesus, y hallarou sentado al hombre, del qual habian salido los demonios, vestido y en su seso a Ics pies de Jesus : y temieron. 36 Y contaronles los que lo ha- * Gr, que ami y a ti. bian visto, como liabia sido sano aqucl endemoniado. 37 Entonces toda la multitud de la tierra de los Gadarenos al rededor le rogaron, que se fuese de ellos : porque tenian gran temor. Y 61 tntrando en el na- vio se volvio. 38 Y aquel hombre del qual habian salido los demonios le ro- go por estar con 61 : mas Jesus lo despidio, diciendo, 39 Vuolvete k tu casa, y cuenta quan grandes cosashahecho Dios conti<40. Y 61 se fu6, predicando por toda la ciudad quan grande* cosas habia Jesus hecho con 61. 40 Y aconteci6, que volviendo Jesus, la compaiia lo recibio: por- que todos lo e.«peraban. 41 Y he aqui, un varon llamado Jairo, que era prIncipe de la sina- goga, vino, y eciidndose k los pies de Jesus, rogibale, queen- trase en su casa: 42 Porque una hija unica que tenia como de doce aiios, se estaba muriendo. Y yendo, la multitud lo apretaba. 43 Y una muger que tenia fluxo de sangre ya habia doce anos, la qual habia gastado en raedices toda su hacienda, y do nir.guno habia podido ser curada, 44 Llegfindose por detras toco el borde de su ropa: y luego estanco e\ fluxo de su sangre. 4.5 Entonces Jesus dixo, ; Quien nie ha tocado? Y negando todos, dixo Pedro y los que cstaban con 61, Maestro, la multitud te aprieta y presa, y dices, <; Quien me ha tocado ? 46 Y Jesus dixo, Alguien me ha tocado : porque yo he cono- cido que ha salido virtud de mi. 47 Entonces como la muger vio que no se escondia, vino temblando, y postrandose delante de 61, declare en presencia de todo el pueblo la causa porque le habia tocado, y como luego babia side sana. 48 Y ^1 le dixo, Confia, hija ; tu fe te lia.salvado ; vete en paz. 49 Estando ann 61 hablando, vino uno de casa del principe de la sinagoga a decirle, Tu hijaes nuierta: no fatigues al Maestro. 60 Y oyendolo Jesus, respon- diole, No teraas : solamente cree, y sera sana. 51 Y entrando en casa, no dex6 entrar a nadie consigo sino k Pe- dro, y {i Jacobo, y^ Juan, y al padre y a la niadre de la moza. 52 Y todos Uoraban, y la la- mentaban. Y 61 les dixo, No Uoreis ; no es muerta, mas duerme,. 53 Y hacianse burla de el, sa- biendo que estaba muerta. 54 Y i'l cehados todos f uera, y trabandola de lamano, clamo, di- eieiido, Moza, levdntate. 55 Entonces su espiritu volvio, y levantose luego : y 61 mando que le diesen de comer. 56 Y sus padres quedaron ato- liitos : ii los quales 61 mand6 que a nadie dixesen lo que babia sido hecho. S. LUCAS, CAP. VII. 83 lio, y sanando por todas partes. 7 Y oy6 Her6des el tetrarca todas las cosas que hacia ; y estaba en duda : porqiie algunos decian, que Juan ha resucitado de los muertos; 8 V otros, que Elias habiaapa- recido ; y otros, que algun pro- feta de los antiguos babia resu- citado. 9 Y dixo Her6des, Yo degoUe k Juan : ;quien pues seraeste de quien yooy go tales cosas? Y pro- curaba \erlo. 10 Y vueltos los ap6stoles, con- tiironle todas las cosas que habian hecho. Y tomandolos retirose aparte a nn lugar despoblado de la ciudad llamada Bethsaida. 1 1 Lo qual como las companas entendieron, sigui6ronlo ; y 61 los recibio, y les hablaba del reyno de Dios, y sand d los que tenian necesidad de ser curados. 12 Y el dia babia comenzado k declinar, y llegindose los doce, dix6ronle, Despide las compa- nas, para que yeudo a las aldeas CAP. IX. 1 "Vr JUNTADOS sus doce, 1 dioles virtud y potestad sobre todos los demonios, y que saaasen enfermedades. 2 Y envioles a que predicasen el reyno de Dios, y que sanasen l05 enfermos. 3 Y diceles, No tomeis nada para el caeiino, ni vara, ni talega, ni pan, ni dinero ; ni tengais dos vestidos. 4 Y en qiialquiera casa que entrareis, quedad alii, y salid de alii. 5 Y todos los que no os reci- bicren, saliendoos de aquella ciu- dad, aun el polvo sacudid de vues- tro8 pies en testimonio contra ellos. 6 Y salidos ellos iban de pueblo en pueblo, animciando el Evange y cortijos de al rededor, se al- berguen y hallen viandas : porqne aqui estamos en un lugar desierto. 31 Y diceles, Dadies vosotros de comer. Y ellos dixeron, No tenemos mas de cinco panes y dos peces, sino vamos nosotros i comprar viandas para todo este ptteblo. 14 Y eran casi cinco mil hora- bres. Ent6nces dixo a sus dis- cipulos, Hacedlos recostar por mesas de cincuenta en cincuenta. 15 Y hicieronio asi, y recosta- ronse todos. 16 Y tomando los cinco panes y los dos peces, mirando al cielo, bendixoles, y partio, y di6 k sus discipulos para que lo pusicsen delante de ias coniparias. 17 Y comieron todos, y harti- ronse: y alzaronloque les sobr6, los pedazos, doce esportones. 18 Y aconteci6, que estando 61 solo orando, estaban con 61 los I 86 EVANGELIC SEGUN discipulos : y pregimtoles, di- ciendo, ^ Quien dicen las compa- nas que yo soy? 19 Y ellos respondieion, y dixeron, Juan Bautista; y otros, Elias; y otros, que algun profeta de los autiguos ha resucitado. 20 Y dixoles, Y vosotros j quien decis que soy? Entonces respon- diendo Simon Pedro, dixo, El Mesias de Dios. 21 Entonces €l amenaz^ndo- los, mandoles que a nadie lo dixesen ; 22 Diciendo, Es menester que el Hijo del honibre padezca mu- chas cosas, y que sea desechado de los ancianos, y de los principes de los sacerdotes, y de los Escri- bas; y que sea muerto, y que resucite al tercero dia. 23 Y decia a todos, Si aiguno quiere venir detras de mi, i6- guese a si niismo, y tome su ciuz cada dia, y si game. 24 Porque qnalquiera que qui- siere salvar su aninia, la perdera : qualquiera que perdiere su anima por causa de mi, ^ste la salvara. 25 Porque i que aprovecha al hombre, si ganare todo el mundo, y se pierda a si mismo, 6 corra pcligro de si? 26 Porque el que se avergon- zare de mi, y demis palabras, de este tal el Hijo del hombre se aver- gonzara, quando vendr^ en su gloria, y del Padre, y de los Santos Angeles. 27 Y digoos en verdad, que hay algunos de los que estan aqui, que no gustaran la muerte, hasta que vean el reyno de Dios. 28 Y acoiiteci6 que despues de estas palabras, como ocho dias, tom6 k Pedro, y a Juan, y ^ Ja cobo, y subi6 al monte a orar. 29 Y entretanto que oraba, la figura de sii rostro se hizo otra, y su vestido albo y resplandeciente. 30 Y he aqui dos varones que hablaban con ^l : los quales eran Moyses y Elias: 31 Que aparecieron en glojia, y hablaban de su salida, la qual habia de cumplir en Jerusalem. 32 Y Pedro y los que estaban con el estaban cargados de sueno : y como despertaron, vieron su gloria, y a aquellos dos varones que estaban con 61. 33 Y aconteci6, que partidos ellos de el, Pedro dice a Jesu:^, Maestro, bueno es que nos este- mos aqui : y hagamos tres caba- rias ; una para ti, y una para Moyses, y una para Elias : no sabiendo lo que se decia. 34 Y estando 61 hablando esto, vino una nube, que los cubrio : y entrando en la nube hubieron temor. 35 Y vino una voz de la nube, que decia, Este es mi Hijo, cl amado; k el oid. 36 Y pasada aquella voz, Jesus fu6 hallado solo. Y ellos calla- ron, y por aquellos dias no dixe- ron nada k nadie delo que habiaa visto. 37 Y acontecio el dia siguiente, que descendiendo ellos del monte, gran compaiia le salio al encuen- tro. 38 Y he aqui, un hombre dela compaiia clam6, diciendo, Maes- tro, ruegote que veas k mi hije que tengo linico. 39 Y he aqui, un espiritu lo toma, y de repente grita; y lo despedaza con espuma; y ap6nas se aparta de 61, quebrant^ndolo. 40 Y rogu6 k tus discipulos, que lo echasen fuera, y no pu- dieron. 41 Yrespondiendo Jesus, dice, O generacion infiel y perversa, ^ hasta quando tengo de estar con vosotros, y OS sufrir6 ? Trae ta hijo ac^. 4^^ Y como aun se acercaba,'el demon io lo descoyunt6, y despe- dazo: mas Jesus riri6 al espiritu inmundo, y sano al muchacho, y volvi61o k su padre. 43 Y todos estaban at6nitos de la magnificencia de Dios. Y ma- ravillundose todos de todas las cosas que hacia, dixo ^sus disci- pulos, 4i Poned en viiestras orejas estas palabras : poique ha de acontecer que el Hijo del hom- bre sera entiegado. en manos de hombres. 45 Mas ellos ignoraban esta palabra; y crales encubierta de tal manera, que no la entendian: y temian de preguntarle de esta palabra. 46 Y entraron en disputa entre si misnios, sobre qual de ellos seria el mayor. 47 Mas Jesus viendo el pensa- laiento del corazon de ellos, tomo un nino, y piisolo cabe si ; 48 Y diceles, Quaiqiiiera que recibiere este niiio en mi nombre, a mi fecibe: y qualquiera que^ me recibiere, recibe al que me envio: porque el que fuere el menor entre todos vosotros, este sera grande. 49 Entonces resporidiendo Juan, dixo, Maestro, visto ha- beraos a uuo que echaba fuera demonios en tu nombre ; y de- fendimosselo, porque no te siguc con nosotros. 50 Jesus le dixo, No le defen- dais : porque el que no es contra nosotros, por nosotros es. 61 Y acontecio, que como se cumpli6 el liempo en que habia de ser recibido arriba, 61 afirm6 su rostro para ir a Jerusalem, 52 Y envio mensageros delante de si : los quales fuerou, y en- traron en una ciudad de los Sa- maritanos, para aparejai le posada. 53 Mas no lo recibieron; por que su rostro era de hombre que iba ^ Jerusalem. 54 Y viendo eato sus discipuios Jacobo y Juan, dixeron, Seiior, ( quieres que digamos que des cienda fuego del cielo y los con- suma, como hizo Elias? 55 Entonces volvi^ndose 61 S. LUCAS, CAP. X. 87 ritioles, diciendo, Vosotros no sabeisde que espiritu sois. 56 Porque el Hijo del hombre no ha venido a perder las animas de los hombrt's, sino a salvarlas. Yfueronse a otra aldea. 57 Y acontecio, que yendo ellos, uno le dixo en el oamino, Setior, yo tc seguire donde quiera que fueres. 58 Y Jesus le dixo, Las zorras tienen cuevas, y las aves de los cielos nidos : mas el Hijo del hombre no tiene donde recline la cabeza. 59 Y dixo 4 otro, Siguerae. Y 61 dixo, Seiior, d6xarae que primero vaya y entierre a mi padre. 60 Y Jesus le dixo, Dexa los muertos que entierren k sus muertos : y tu, ve, anuncia el reyno de Dios. 61 Ent6nces dixo otro, Seguir- te he, Senor, mas dexame que me despida primero de los que estan en mi casa. 62 Y Jesus le dixo, Ninguno que poniendo su mano al arado mirare atras, es apto para el rey- no de Dios. CAP. X. 1 T^ESPUES de estas cosas i^ sefialo el Senor aun otros setenta, los quales envio de dos en dos delante de si ii todas las ciudades y lugares donde el ha- bia de venir. "2 Y deciales. La mies cierta- mente es mucha, mas los obreros pocos : rogad pues al Seiior de la mies, que envie obreros a su mies. 3 Andad : he aqur, yo os envio como corderos en med.o de lobos. 4 No Ueveis bolsa, ni talega, ni zapatos : y a nadie saludeis por el camino. 5 Ed qualquier casa que en- 12 88 trareis, primeramente decid, Paz sea d esla casa. 6 Y si hubiere alii algun hijo de paz, vuestra paz reposara so- bre el : y sino, volverse ha k vos- otros. 7 Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que OS dieren : porque digno es el obrero de su salario. J o.« Galileos? 3 Vo OS digo que n6 : ^ntes si no OS emendareis, todos perece- r^is asi. 4 O aquellos diez y echo, so- bre los quales cayo la torre en Siloe, y los mat6, ^ pensais que ellos fueron mas deudores que todos Ids hombres que habitan en Jerusalem? 5 Yo OS digo que n6 : antes si no OS emendareis, todos perece- r^is asi. 5 Y decia esia parabola; Vn borabre tenia una higueia plan- tada en sn vina ; y vino k buscar fruto en ella, y no liall6. 7 Y dixo al viriadero, Fie aqui, tres aiios ha que vengo k buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo. C6rtala: ^ porque ocupa- ra aun la tierra? 8 El ent6nce8 respondiendo, le dixo, Senor, d^xala aun este aito, hasta que yo la excave, y la ester- cole : 9 Y si hiciere fruto, Men: y sino cortarla has despues. 10 Y ensetiaba en una sinago- ga en s^bados. 11 Y he aqui, una mugcr que tenia espiritu de enfermedad diez y ocho anos habia; y andaba agobiada, que en ninguna manera se podia enhestar. 12 Y como Jesus la vi6, Ua- mola, y dixole, Muger, libre eres de tu enfermedad. 13 Y piisole las manos encima : y luego se enhesto, y glorificaba k Dios. 14 Y respondiendo un principe de la sinagoga enojado (jue Jesus hubiese curado en sabado, dixo a la compana, iSeis dias hay en que conviene obrar : en estos pues venid y sed curados, y no en dia de sabado. 15 Entonces ei Serior le res- pondi6, y dixo, Hip6crita, ;cada uno de vosotros no desata en sd- bado su buey 6 su asno del pese- bre, y lo Ueva k beber? 16 iY k esta hija de Abraham, que, he aqui, Satanas ha tenido ligada diez y ocho anos ha, no convino desatarla de esta liga- dura en dia de sabado? 17 Y diciendo cstas cosas aver- gonzabanse todos susadversarios: mas todo el pueblo se gozaba de todas las cosas que gloriosamentc eran hechas por 61. 18 Y decia, ; A qu6 es seme- jante el reyno de Dios, y k que lo comparar^ ? 19 Semejante es al grano de la mostaza, que tomandolo el hom- bre, lo metio rn su huerto ; y cre- ci6, y fu6 hecho krho\ grande ; y las aves del cielo hicieron nidos en sus ramas. 20 Y otra vez dixo, f A qu6 comparard el reyno de Dios? 21 Semejante es ^ la levadura, que tomandoU la muger la es- S. LUCAS, coirde en tres mcdidas de harina, hasta que todo sea leudado. 22 Y pasaba por todas las ciu- dades y aldeas, ensenando, y ca- ininando a Jerdsalein. 23 Y dlxole uno, Sefior, ^ son pocos los que se sal van ? Y 61 les dixo, 24 Porfiad k entrar por la puerta augosta : porque yo os di- go, que mnchos procuraian de entrar, y no podran. 25 Y quando el padre de la familia se hubiere levantado, y cerrado la puerta, y vosotros es- tando de fuera comenzareis a llamar a la puerta, diciendo, Se- nor, abrenos : y el os responde- ra, y dira, No os couozco de donde seals : 26 Entonces comenzareis a deeir, Delante de ti hemos comi- do y bebido, en nuestras plazas ensenaste. 27 Y deciros ha, Digoos, que no OS conozco de donde seals : apartaos de mi, todos los obreros de iniquidad. 28 Alii ser^ el llorar y el cru- xir los dientes, quando viereis a Abraham, y a Isaac, y a Jacob, y a todos los profetas en el reyno de Dios, y vosotros ser echados fuera. 29 Yvendran of ros del oriente, y del poniente, y del norte, y del medio dia, y sentarse han k la mesa en el reyno de Dios. 30 Y he aqui que son postre- ros los que eran primeros, y que sou primeros los que eran pos- treros. 31 Aquel mismo dia llegaron ciertos Fariseos, diciendole, Sal, y vete de aqui : porque Herodes te quiere matar. 32 Y diceles. Id y decid a aquella zorra, He aqui, echo fue- ra demonios, y acabo sanidades hoy y mariana, y trasmaaana soy consumado. 33 Empero es menester que hoy, y maaana, y trasmailana yo CAP. XIV. 95 camine : porque no cs posible que profeta muera en otra parte fuera de Jerusalem. 34 Jerusalem, Jerusalem, que matas los profetas, y apedreas los que son enviados ^ ti ; j quan- tas veces quise juntar tus hijos, como la gallina sus polios debaxo de sus alas, y no quisiste ! 35 He aqui, os es dexada vues* tra casa desierta : y digoos que no me verbis, hasta que venga tieinpo quando digais, Bendito el que viene en el nombre del Senor. CAP. XIV. 1 '\r ACONTECIO, que en- X trando en casa de un prlncipe de los Fariseos un siba- do a comer pan, ellos lo acecha- ban. 2 Y he aqui, un hombre hidro- pico estaba delante de el, 3 Y respondiendo Jesus, habl6 d los doctores de la ley y i los Fariseos, diciendo, i Es licito sa- nar en sabado ? 4 Y ellos callaron. Entonces el tomandolo, sanolo, y envi6lo. 5 Y respondiendo a ellos, dixo, i El asno 6 el buey de qual de vosotros caera en algun pozo, y el no lo sacara luego en dia de sibado ? 6 Y no le podian responder a estas cosas. 7 Y dixo una parabola k los convidados, considerando como escogian los primeros asientos} dici^ndoles, 8 Quando fueresconvidadode alguno k bodas, no te asientes en el primer lugar; porque podra ser que otro mas honrado que tH sea convidado de el. 9 Y viniendo el que te convido 4 ti y a el, te diga, Da lugar k este ; y entonces comiences con vergiienza a tener el postrer lugar. 10 Mas quando fueres convi- EVANGELIO SEGUN 56 dado, ve, asi^ntate en el postrer lugar ; porque quando viniere el que te convido, te diga, Amigo, sube arriba : entonces habras glo- ria delante de los que juntameute se asientan a la mesa. 11 Porque qualquicia que se ensalza, seii humillado ; y el que se huniiila. ser^ ensalzado. 1 2 Y decia tambien al que lo habia convidado, Quando das una comida 6 una cena, no Hames k tus amigos, ni k tus hermanos, m (i tus parientes, ni ^ tus veci- nos ricos ; porque tambien ellos te vuelvan ix convidar, y te sea recompcn&ado. ] o Mai quaudo haces banquete, llama a los pobre?, los mancos, los coxos, y ci'Cgcs : 14 Y serds bienaventurado ; porque no te pueden recompen- sar : mas serte ha recompensado en la resurreccion de los justos. 15 Y oyendo esto uno de los que juntamente estaban senta- dos k la mesa, dixole, Bienaven- turado el que come pan en el reyno de Dios. 16 Ent6nces le dixo, Un hom- bre hizo una gran cena, y convi- do a muchos : 17 Y a la bora de la cena, en- vio a su criado k decir k los con- vidados, Venid ; que ya todo estd aparejado. 18 Y comenzaron todos k una a escusarse. El primero le dixo, He comprado un cortijo, y he menester salir, y verlo : ru^gote que me hayas por escusado. 19 Y el otro dixo, He compra- do cincoyuntasde bueyes, y voy k proborlos ; ru^gote que me hayae por escusado. 20 Y el otro dixo, Heme casa- do, y por tanto no puedo venir. 21 Y vuelto el criado, hizo saber estas cosas k su seiior. Entonces el padre de la familia enojado, dixo k su criado, Ve presto por las plazas y por las calles de la ciudad, y mete ack los pobres, los mancos, y coxos, y ciegos. 2"^ Y dixo el criado, Serlor, hecho es como mandaste ; y aun hay lugar. 23 Y dixole el senor al criado, Ve por los caminos y por los cercados, y fuerzalos a cutrar, para que se hincha mi casa, 24 Porque yo os digo, que ninguno de aquellos hombrcs que fueron convidados, gustard mi cena. 25 Y muchas companas ibau con 61; y volvi^ndose, dixoles, 26 Si alguno viene a mi, y no aborrece k su padre, y raadre, y muger, y hijos, y hermanos, y hermanas, y aun tambien * su vi- da, no puede ser mi discipulo. 27 Y qualqiiiera que no trae su cruz a ouestas, y viene detras de mi, no puede ser mi disci- pulo. 28 Porque i qual de vosotros queriendo editicar una torre, no cuenta primero, sentados los gas- tos, si tiene lo que ha menester para acabarla? 29 Porque despues qtie haya puesto eltundamento, y no pueda acabar/flf, todos los que lo vieron, no comiencen k hacer burla de el; .SO Diciendo, Este hombre co- menz6 a edificar, y no pudo acabar. 31 O ^qoal rey habiendo de ir k hacer guerra contra otro rey, sentandose primero no consulta si puede salir al encuentro <;on diez mil al que viene contra el con veinte mil ? 32 Otramente, aun quando el otro estalejos, le ruega por paz, enviandole embaxada. S3 Asi pues qualquiera de vos- otros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discipulo. 34 Buena es la sal : mas si la Gr. su ditiinai S. LUCAS, CAP. XV. 97' sal fucre dcsvancclda, ^con qa6 se adobara? 35 Ni para la tierra, ni para el muladar es buena: en * la calle la echan. Quien tieae orejas para oir, oyga. CAP. XV. 1^^ LLEOANSE d ^1 todos X los publicanos y pecado- res d oirlo. 2 Y murmuraban los Fariseos y los Escribas, diciendo, Este k los pecadores rccibe, y con ellos come. 5 V el les t propuao esta para- bola, diciendo, 4 ^Qu6 hombre de vo»otrois, teniendo cien ovejas, si perdiere nua de ellas, no dexa las noventa y naeve en el desierto, y va d la que se perdi6, hasta que la haller' 3 Y haliada la pone sobre sus tiojnbros gozoso. 6 Y viniendo k casa, junta a los amigos y vecinos, dici^ndoles, Gozaos conmigo ; por que he hallado mi oveja qne se liabia perdido. 7 Digoos, que asi habrd gozo en el cielo de un pecador que se emienda, mas que de noventa y nueve justos, que no ban menes- ter cmendarse. 8 O ^ que muger que tiene diez dracmas, si perdiere la una dracma, no enciende el candil, y barre la casa, y busca con dili- gencia hasta haUar/a ? 9 Yquando la hubiere hallado, junta las amigas y las vecinas, diciendo, Gozaos conmigo : por- qne he hallado la dracma que ha- bia perdido. 10 Asi OS digo qne hay gozo delante de los angeles de Dios por un pecador que se arrepiente. 11 Item dice, Un hombre te- nia dos hijos : * Gr./uera. ♦ Gr, dixo. 12 Y el menor dc ellos dixo a . m padre. Padre, dame la partfe de la hacienda que me pertencce. Y ^l les reparti6 la hacienda. 13 Y no muchos dias despues, juntandolo todo, el hijo menor parti68e I6j08 k una provincia apartada, y alii desperdici6 su ha- cienda, viviendo disolutamente. 14 Y desde que lo hubo todo desperdiciado, vino una grande hambre en aquella provincia j y conienz61e a faltar. 17 Y fu6, y lleg6se k nno de los ciudadanos de aquella tierra, cl qual lo envi6 k su cortijo para jque apacentase los puercos. 16 V deseaba henchir su vien- tre de las algarrobas que los puercos comian : mas nadic se las daba. 17 Y volviendo en sf, dixo, i Quantos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aqui me muero de hambre ! 18 Levantarme he, y ir^ a roi padr€, y decirle he. Padre, peea- do he contra el cielo, y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser lla- mado tu hijo : haznie como k uno de tus jornaleros. S!0 Y levantandose, vino k su padre. Y como aun estuviese lejos, vi6lo su padre, y fue mo- vido a misericordia ; y corriendo k 61, derrib6se sobre su cuello, y besolo. 21 Y el hijo le dixo, Padre, pecado he contra el cielo, y con- tra ti ; ya no soy digno de ser llamado tu hijo. 2'2 Mas el padre dixo 4 sus criados, Sacad el mejor vestido, y vestidlo ; y poned anillo en su mano, y zapatos en sus pies : 23 Y traed aquella ternera en- gordada, y matadla ; y comiendo regocijemonos : 24 Porqne este mi hijo muertQ era, y ha revivido ; habiase perp dido, y es hallado. Y comcn»a« Ton a jtegocijarse. K 98 EVANGELIO SEGUN 25 Y sn hijo el mayor estaba en el campo; el qual como vino, y llego cerca de casa, oyo la miisica y las danzas. 26 Y llamando d uno dc los criados, pregunt61e qu6 era aquello. '27 Y 61 le dixo, Tu hemiano es venido : y tn padre ha mncrto la ternera engordada, per haber- lo recobrado sano y salvo. 28 Ent6nces 61 se enoj6, y no qiierla entrar. El padre ent6n- ces saliendo, rogibale. 29 Mas 61 respondiendo, dixo al padre, He aqui, tantos anos Jia que te sirvo, que nunca he traspasado tu mandamiento ; y nnnca me has dado un cabrito para alegrarme con mis amigos. SO Mas desde que vino este tu hijo, que ha consumido tu ha- cienda con rameras, hasle mata- do la ternera engordada. 31 Entonces le dixo, Hijo, tu siempre estas conmigo, y todo quanto tengo es para ti. 32 Pero razonera festejarnos y regocijarnos ; pues que este tu herniano era muerto, y revivi6 ; liabiase perdido, y es hallado. CAP. XVI. 1 IST'DECIAtambiendsusdis- JL cipulos, Habia un hom- bre rico, el qual tenia un mayor- domo : y este fu6 acusado delante de 61, como disipador de sus bienes. 2 Y llam61o, y dicele, ^ Qu6 es esto que oygo de ti ? Da cuenta de tu niayordomia ; porque ya no podris mas ser mayordomo. 3 Entonces el mayordomo dixo dentrodesi, ^•Qu6har6? que mi senor me quita la mayordomia. Cavar no puedo : mendigar tengo vergiienza. 4 Fo s6 lo que hare, para que quando fuere quitado de la ma- yordomia, me reciban en sus casas. 5 Y llamando ii cada uno dd los deudorcs de su seiior, dixo al primero, i Quanto debes a mi seiior ? 6 Y 61 dixo, Cien medidas de aceyte. Y dixole, Toma tu obligacion, y si6ntate presto, y escribe cincuenta. 7 Despues dixo k otro, Y tCi ; quanto debes? Y 61 dixo, Cicn ' medidas de trigo. Y 61 le dixo, Toma tu obligacion, y escribe ochenta. 8 Y alabo el seiior al mayor- domo injusto, por habcr hecho prudentemente: porque los hijos deste siglo mas prudentes son que los hijos de luz en su gcnero. 9 Y yo OS digo, Haceos amigos en las riquezas de maldad : para que quando faltareis, os reciban en las moradas eteriias. 10 El que es fiel en lo poco, tambien es fiel en lo mucho ; y el que en lo poco es injusto, tam- bien en lo mucho es injusto. 11 Pues si en las malas rique- zas no fuisteis fieles, lo que es verdadero ^quienoslo conliara? 12 Y si en lo ageno no fuisteis fieles, lo que es vuestro ^quien os lo dara? 13 Ningun siervo puede servir a dos seiiores: porque 6 aborre- cera al uno, y amara al otro ; 6 se llegara al uno, y menospre- ciard al otro. No podeis servir a Dios y a las riquezas. 11 Yoian tambien los Fariseos todas estas cosas, los quales eran avaros ; y burliibanse de 61. 15 Y diceles, Vosotros sois los que OS justificais a vosotros mis- mos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones: porque lo que los hombres tiencn por sublime, delante de Dios es abominacion. 16 La ley y los profetas hasta Juan : desde entonces el reynd de Dios es anunciado, y quieu- quiera hace fuerza contra 61. 17 Empero mas facil €Osa c» S. LUCAS, perecer el clelo y la tierra, que perderse una tilde de la ley. 18 Qualqnieia que lepiidia a $u miiger, y se casa con otra, adultera: y el que se casa con la repudiada del marido, adultera. 19 Habia un hombie rico, que 8e vestia de purpura y de lino finisimo, y banqueteaba cada dia espl6ndidameute : 20 Habiatiiinbien un mendigo llamado Lazaro, el qual estaba cchado ^ la puerta de el, lleno dc liagas, 21 Y descaba hartarse de las migajas que caian de la mesa del rico: nia^ aun los pcrros venian, y le lamian las Uagas. 22 Y acontecio que murio el mendtgo, y fue llevado por los iingeles al seno de Abraham : y murio tanibien el rico, y fue se- pultado ; 23 Y en el infierno, alzando susojos, estando en los tonnentos, vi6 d Abraham l^jos, y k Lazaro en su seno. 21 Entonces ^1 dando voces, dixo, Padre Abraham, ten mise- rico^rdia de mi, y envia^ Lazaro que moje la punta de su dedo en ^g"^> y refresque mi lengua ; porque soy atormentado en esta llama. 25 Y dixole Abraham, Hijo, acu^rdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lazaro tambien males : mas ahora este es conso- lado, y tu atormentado. 26 Y denias de todo esto, una grande sima est^ confirmada en- tre nosotros y vosotros ; que los que quisieren pasar de aqui k vosotros, no pueden, ni de alia pasar aca. 27 Y dixo, Ru^gote pues, pa- dre, que lo envies a casa de mi padre : 28 Porque tengo cinco herma- nos ; para que Ics proteste, por- que no vcngan ellos tambien k este lugar de tormento, 29 Y Abraham le dice, A CAP. XVI. 99 Moyses y a los profetas tienen ; 6yganlos. 30 Ent6nces dixo, No, padre Abraham; mas si alguno de los muertos fuere a ellos, se emen- daran. 31 Mas Abraham le dixo, Si no oyen k Moyses y d los profe- tas, tampoco creeran si alguno de los muertos resucitare. CAP. XVII. 1 ^\7^ DICE k sus discipulos, ■ Imposible es que no vcn- gan escandalos : mas jay de aquel por quien vienen ! 2 Mejor le seria, si una muela dc tin moiiho de asno le fucse puesta al cuello, y fuese echado en la mar, que escandaiizar uno de estos pequeilitos. 3 Mirad per vosotros. Si pe- care contra ti tu hermano, repre- hendeio : y si se arrepintierc, perdonale. 4 \^ si siete veces al dia pecare contra ti, y siete veces al dia se volviere a ti, diciendo, Pesame; perdonale. 5 Y dixeron los ap6stoles al Seuor, Aumentanos la fe. 6 Entonces el Sefior dixo. Si tuvieseis fe como un grano de mostaza, diriais a este moral, Desarrdygate, y plantate en la mar, y 61 os obedeceria. 7 \^ ^qual de vosotros tiene un criado que ara, 6 apacienta, que vuelto del campo, le diga luego, Pasa, si^ntate a la mesa ? 8 j No le dice antes, Adereza que cene, y cinete, y sirveme hasta que haya comido y bebido; y despues de esto come tu y bebe ? 9 i Por Ventura hace gracias al criado porque hizo lo que le habia sido mandado? Pienso que no. 10 Asi tambien vosotros, quan- do hubiereis hecho todo lo que os es mandado, decid, Siervos inu- K2 100 EVANGFXrO SEGUN tries somos : p.orqne \o que debia- mos liacer, hicimos. 11 Y aconteci6, que yendo 61 & Jerusalem, pasaba por medio de Samaria y de Galilea. 12 Y entrando en una aldea, vini^ronle al encuentro diez bom- bresloprosos, los quales se para- lOH de 16J0S. 13 Y alzaron la voz, diciendo, Josus, Maestro, ten misericordia de uosotios. 14 Los quales como el vi6 di- xoles. Id, mostraos & los sacer- dotes. Y acontecI6, que yendo eilos, fueron limpios. 13 Ent6nces el uno de ellos, eomo se vi6 que era limpio, v^vi6 glorificando d Dios fi g^an voz. 16 Y derrib6se sobre su faz 4 sus pies, haci^ndole gracias : y 6.ste era Samaritano. 17 Y respondiendo Jesus, dixo, j No son diez los que fueron lim- pios? f y los nueve donde esldn? 18 No hubo quien volviese, y diese gloria a Dios, sino este e«trangero. 15 Y dixole, Levantate, vete : t« fe te ba beclio salvo. 20 Y preguntado de los Fari- scos, quando habia de venir el reyno de Dios, respondioles, y dfxo, El reyno de Dios no ven- dra * con raiiestra exterior: 21 Ni dirdn, Helo aqui, 6 helo aill : porque he aqui, el reyno de Dios entre vosotros esta. 22 Y dixo a sus discipulos, Tierapo vendrd quando desear^is Ver uno de los dias del Hijo del hombre, y no lo verbis. "25 Y deciros ban, Helo aqui, 6 helo alii : no vayais, ni sigais. a4 Porque como el relampago relampagueando desde una parte que estd debaxo del cielo, res- plandece hasta la oira que estd debaxo del cielo ; asi tambien sera el Hijo del hombre en su dia. * Gr, con observqcion. 25 Mas prlm^ro es menester que padezca mucho, y que sea reprobado de esta gencracion. 26 Y como fu6 en los dias de No6, asi tambien serk en los dias del Hijo del hombre. ^27 Comian, bebian, casabanse los hombrei, y eran las mugeres dadas en casamiento, hasta el dia que entr6 No6 en el area, y vino el diluvio, y destruy6 k todos. 28 Asimismo como fai en los dias de Lot ; comian, bebian, compraban, vendian, plantaban, edificaban : 2'.) Mas cl dia que Lot sali6 dc Sodoma, llovio del cielo fuego y azufre, y destruy6 k todos. 30 Como esto serk el dia que el hijo del hombre se manifestard. 31 En aquel dia, el que estu- viere en el tcjado. y sus alhajas en casa, no desciendaa tomarlas : y el que en el campo, asimismo no vuelvaatras. 32 Acordaos de la muger dc Lot. 33 Qualqulera que procurare * su vida, la perdera : y qual- quiera que la perdiere, lasalvard. 34 Digoos, aquella noche esta- rkn dos en una cama ; el uno sp.rk tomado, y el otro dexado. 3.1 Dos mugeres estar^n mo- liendo juntas ; la una serk toraa- da, y la otra dexada. 3d Dos estaran en el campo; el uno serk tornado, y el otro dexado. 37 Y respondiendo, le dicen, ^ Donde Seaor ? Y 61 les dixo, Donde el cuerpo estuviere, all4 tambien se juntardn las dguilas.. CAP. xvni. 1 "I^IXOLES tambien una pa- ■ * rabola ; que es meneste? orar siempre, y no se cansar j * Gr. dnima. S. LUCAS, CAP. XVIIT. 2 Diciendo, Habia uu juez en \ina ciiidad, el qual ni temia a Dios, ni respetaba a hombre: 3 Habia (ambien en aquella ciudad una viuda, la qual venia ix el, diciendo, Hazme justicia de mi adversario. • 4 Mas ^1 por mucho tienipo no qniso. I'ero despues de esto dixo cntre si, Aunque ni temo d Dios, ni tenj^o respcto a hombre; • 5 Todavia, porqne esta viuda me es niolesta, yo le hare justi- cia : porque aJ fin no venga, y me fatigue. 6 Y dixo el Senor, Oid lo que dice el juez iniquo. 7 ^Y Dios no hara la venganza 'k SHs esoogidos, que clanian a el dia y noclie, aunque difiera en venga il OS? 8 Digoos, que los vengara presto. Empero el Hijo del hom- bre quando viuiere, ^ pensais que hallara fe en la tierra? 9 Item, dixo a unos que con- fiaban de si comojustos, y menos- preciaban a los otros, esia pa- rabola. 10 Dos hombres subieron al templo k orar, cl uno Fariseo, y el otro publicano. 11 El Fariseo estando en pi6 oraba entre si de esta manera ; Dios, hagote gracias, que no soy •orao los otros hombres, ladrones, injustos, adiilteros, ni aun como este publicano. 12 Ayuno dos veces * en la semana, doy diczmos de todo lo que poseo. 13 Mas el publicano, estando lejos, no queria ni aun alzar los ojos al cielo; pero heria su pecho, diciendo, Dios, s6 propicio a mi pecador. 14 Digoos, que este descendio d su casa justiticado antes que e! otro: porque qualquiera que se ensalza, sera humillado ; y el que se humilla, sera ensalzado. 101 * Gr. en el subado. 15 Y traianle nirios, para que les tocase : lo qual vi6ndolo los discipulos, reiiianles. 16 Mas Jesus llamdndolos, dixo, Dexad los niiios venir k mi, y no los impidais : porque de los tales es el reyno de Dios. 17 En verdad os digo, que qualquiera que no recibiere el reyno de Dios como niiio, no eutrara en 61. 18 Y pregunt61e un principe, diciendo, Maestro bueno, ^Que har6 para poseer la vida eterna? 19 Y Jesus le dixo, i Porque me dices bueno ? ninguno hay bueno, sino solo Dios. 20 Los mandamientos sabeis : No adulteraras, No mataras, No hurtards. No diras falso testi- monio, Honra a tu padre y a tu madre. 21 Y el dixo, Todas estas cosas he guardado desde mi juventud. 22 Y Jesus oido esto, dixole, Aun una cosa te falta: todo lo que tienes, vendelo, y dalo a los pobres, y tendras tesoro en el cielo : y ven, sigueme. 23 Entonces el, oidas estas cosas, fu6 muy triste : porque era muy rico. 24 Y viendo Jesus que se ha- bia entristecido mucho, dixo, i Quan dificaltosamente entraran en el reyno de Dios los que tioLien dineros! 25 Porque mas facil cosa es entrar im camello por el ojo de una aguja, que un rico entrar en el reyno de Dios. '26 Y los que lo oian, dixeron, J Y quien podra ser salvo? 27 Y el les dixo, Lo que es imposible acerca de los hombres, es posible acerca de Dios. 28 Entonces Pedro dixo, He aqui, nosotros habemos dexado todas las cosas y te heraos se- guido. 29 Y 61 les dixo, En verdad os digo, que uadie hay que haya K 3 102 EVANGELIC SEGUN deocado casa, 6 padres, 6 herma- uos, 6 muger, 6 hijos, por el reyno de Dios, 30 Que no haya de recibir mucho mas en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna. 31 Y Jesus tomando aparte los doce, les dixo, He aqui, su- bimos a Jerusalem, y seran cum- plidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas del Hijo del hombre. 32 Poique sera entregado a los Gentiles, y sera escarnecido, y injuriado, y escupido. 33 Y dcspues que lo hubieren azotado, matarlo ban : pero al tercero dia resucitara. 34 Mas ellos nada de eslas cosas entendieron ; y esta pala- bra les era enenbierta, y no su- pieron lo que les decia. 35 Y aconteci6, que acerc^n- dose 61 a Jerico, un ciego estaba sentado junto al camino mendi- gando : 36 El qual corao oyo la com- paRaque pasaba, preguntabaqu^ era aquello. 37 Y dixdronle, que Jesus Nazareno pasaba. 38 Entonces di6 voces, dicien- do, Jesus, Hijo de David, ten misericordia de mi. 39 Y los que iban delante le reiiian, que callase : pero 61 cla- mabamucho mas, Hijo de David, ten raisericordia de mi. 40 Je8us ent6nces parandose, maiidolo traer k si. Y como 61 lleg6, pregunt61e, 41 Diciendo, j Qu6 quieres que te haga ? Y 61 dixo, Senor, que yo vea. 42 Y Jesus le dixo, Ve: tu fe te ha hecho salvo. 43 Y luego vio ; y seguialo, glorificando a Dios: y todo el pueblo, como vio esto, dio gloria d Dios. CAP. XIX. 1 '\r ENTRADO en JericJ^ X pas6 adelaute. 2 Y he aqui un varon llamado Zacheo, el qual era el principal de los publicanos, y rico. 3 Procuraba ver a Jesus, quien fuese : y no podia k causa de la multitud; porque era pequeiio de estatura. 4 Y corriendo delante, subi6se en un * cabrahigo para verlo : porque habia de pasar por alii. 5 Y como vino k aquel lugar Jesus, mirando, vi6lo, y dixole, Zacheo, date priesa, desciende ; porque hoy es menester que pose en tu casa. 6 Entonces 61 descendi6 aprie- sa, y recibiolo gozoso. 7 Y todos viendo esto, mur- murabau, diciendo, que habia entrado a posar con un hombre pecador. 8 Entonces Zacheo puesto en pi6, dixo al Setior, He aqui, Seiior, la mitad de mis bienes doy a los pobres : y si en algo lie defraudado k alguno, lo vuelvo con el quatrotanto. 9 Y el Seaor le dixo. Hoy ha sido salva esta casa ; porque tam- bien 61 es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y k salvar lo que se habia perdido. 11 Y oyendo ellos estas cosas, prosiguiendo ^/, dixo nna para- bola, por quanto estaba cerca de Jerusalem, y porque pensaban que luego habia de ser manifes- tado el reyno de Dios. 12 Y dixo, Un hombre noble se parti6 a una provincia 16jos para toraar para si el reyno, y vol ver. 13 Mas llamados diez siervos suyos, dioles diez minas, y di- xoles, Negociad entretanto que vengo. * Gr. sicomoro. S. LUCAS, 14 Einpcro siis ciudadanos lo aborrecian ; y enviaron tras ^1 nnaembaxa atadlo, y traedlo. 31 Y si 4lguien os preguntare, i Porqu^ lo desatais? dccirle heis asi, Porque el Seiior lo ha me- nester. 32 Y fueron los que habian sido enviados, y hallaron como H les dixo. 33 Ydesatando ellos el pollino, sus duehos les dixeron, ^ Porqu« desatais el pollino ? 34 Y ellos dixeron, Porque el Seiior lo ha menester. 35 Y traxeronlo k Jesus ; y echando ellos sus vestidos sobre el pollino, pusieron encima a Jesus. 36 Y yendo el, tendian sus ropas por el camino. 57 Y como Hegasen ya cere* de la descendida del monte de las Olivas, toda la multitud de los discipulos goz^ndose comen- zaron k alabar a Dios a graa voz, por todas las maravilias que ha- bian visto ; 38 Dicieudo, Bendito el Rey, que viene en el nombre del Se- iior ; paz en el cielo, y gloria en lo altisimo. 39 Entonces algunos de los Fariseos dc la compauale dixe- ron, Maestro, reprehende k tus discipulos. 40 Yelrespondiendo,lesdixo, Digoos, que si estos callaren, las piedras durau voces. 41 Y como iiego cerca, vienda la ciudad, lloro sobre ella; 42 Diciendo, j .Si tii tambien conocieses, a lo Mi6nos en este ta dia, lo. que tocu k tu paz! peio ahoracsta encnbierto de tus ojcs» 43 Por lo qual vendran dias 1 sobre ti, que tus enemigos te cer. W4 EVANGELIO oarin con baluarte, y te pondr^n rei fo, y de todas partes te pon- dran en estrecho ; 44 Y te derribaran fi tieira, y a tns hijos los que est^n dentro de ti ; y no dexaran sobre ti pie- dra sobre piedia; poiquanto no conociste el tiempo de tu visita- cion. 45 Y entrando en el templo, comeuzo a echar fuera ^ todos los que vendian y compraban en ^1 ; 46 Did6ndoles, Escrito esta, Mi oasa, casa de oracion es : mas "vosotros la habeis hecho cueva de ladrones. 47 Y ensenaba cada dia en el templo. Mas los principes de los saceidotes, y los Escribas, y los principales del pueblo, procura- ban matarlo, 48 Y no hallaban cosa que Z^ pudlesen liacer : porque todo el pueblo quando lo oia estaba pen- diente de el. SEGUN. CAP. XX. 1 "^ ACONTECIO un dia a que ensenando el en el templo al pueblo, y anunciando el Evangelio, sobrevinieron los principes de los sacerdotes, y los Escribas, y los ancianos. 2 Y liablanle, diciendo, Dinos, ( con que autovidad haces cstas cosas ? i 6 quien es el que te ha dado esta autoridad ? 3 Respondiendo entonces Je- sus, dixoles, Preguntaros he yo tambien una palabra ; respon- dedme. 4 El bautismo de Juan, ^era del cicio, 6 de los bombres? 5 Mas ellos pensaban dentro de si, diciendo, 8i dixeremos, Del cielo; dira, ^Porque, pues, no le crtisteis? 6 Y si dixeremos, De los hom- bres, todo cl pueblo nos ape- dreard : porque cstan ciei tos que Juan era profeta. 7 Y respondieron, que no sa- bian de donde. 8 Entonces Jesus les dixo, Nl yo OS digo, con qu6 autoridad hago estas cosas. 9 Y comenzo 4 decir al pueblo esta parabola: Un hombre planto una villa, y arrend^la a labra- dores, y ausentdse por mucho tiempo. 10 Y al tiempo envio un siervo a los labradores, para que le die- sen del fruto de la viiia: los quales hiriendolo, lo enviaron vacio. 11 Y volvio a enviar otro sier- vo : mas ellos a este tambien herido y afrentado le enviaron vacio. 12 Volvio a enviar al tercer siervo : mas ellos tambien a ese echaron herido. 13 Ent6nces el senor de la viiia dixo, ; Qu6 har6 P enviare a mi hijo amado : quiza, quando lo vieren, le tendran respeto. 14 Mas los labradores viendo- lo, pensaron entre si, diciendo, Este es el heredero : venid, ma- temoslo, para que la heredad sea nuestra. 15 Y echandolo fuera de la viiia, mataronlo. ^ Que, pues, les hara el seilor de la vina? 16 Vendra y destruira a estos labradores, y dari su viiia 4 otros. Y como ellos lo oyeron, dixeron, Nunca tal sea. 17 Mas el mirandolos dice, ( Que, pues, es lo que esta escri- to : La piedra que desecharon los edificadores, esta es hecha cabeza de la esquina? 18 Qualquiera que cayere so- bre aquella piedra, sera quebran- tado ; mas sobre el que la piedra cayere, desmenuzarlo ha. 19 Y procuraban los principes de los sacerdotes, y los Escribas, echarle mano en aquella bora : mas bubieron miedo del pueblo ; porque entendieron que contra ellos habia dicho esta parabola. S. LUCAS, SO Y acechdndolo enviaron malflincs que sc fingiesen justos, para tomarlo en alguna palabra, y entrejrarlo al impeiio y potes- tad del gobt'inador. ?1 Los quales le prejiuntaron, diciendo, Maestro, sabcmos que hablas y ensenas rectameiite ; y que no tienes rcspeto d persona; intcs ensenas el camino de Dios con verdad : 2'v' ^Esnos licito dar tributo a C^sar, 6 no ? 23 Mas 61 entendida el astucia de ellos, dixoles, ^Porqu^ me tentais? 21 Mostradmelamoneda: ^de qnien tiene la imagen y letrero ? Y respondiendo, dixeron, De C^sar. t5 Ent6nces dixoles, Pues dad & C^sar !o que es de C^sar, y lo 'que es de Dios, k Dios. 26 Y no piiilieron reprehender fu palabra d^'lante del pueblo : antes ma ravillados de su respues- ta, callaron. 27 Y llegandose algunos de los Saduceos, los quales niegan la resuireccion, preguntdronle, 28 Diciendo, INlaestrOjMoyses nos escribio, Si el hermano de algun© muriere, tenieiido muger, y muriere sin hijog, que su her- mano tome la muger, y levaute simiente k su hermano. 29 Fueron pues siete herma- nos ; y el primero tom6 muger, y murio sin hijos. 50 Y toni61a el segnndo ; el qual tambien murio sin hijos. ol Y tom61a el tercero ; asf mis- mo tambien todos siete : y no dexaron simiente, y murieron. S'i Y a la postre de todos, mu- ri6 tambien la muger. 33 En la resurreccion pues, granger de qual de ellos sera? Porque los siete la tuvieron por muger. 34 Entonces respondiendo Je- ^us, dixoles, Los hijos de este piglo »e casan, y ellas son dadas I CAP. XXT. 103 en casamientor ^5 Mas los que fuorcnliabidos por dignos de aquel siglo, y de la resurreccion de los muerto8,ni ellos se casan, ni ellas son dadas en casamieiito. 36 Porque no pueden ya mas morir : porque son iguales 4 los angeles, y son hijos de Dios, qnando son hijos de la resurrec- cion. 37 Y que los muertos liayan de resucitar, Moyses auu lo en- seiio junto al zarzal, qnando dice al Seiior, Dios de Abraham, y Dios de I>aac, y Dios de Jacob, 38 Porque Dios no es Dios de muertos, sino de vivas : por que todos viven it el. 39 Y respondi^ndulc algunos de los Escribas, dixerou, Maes- tro, bien has dicho. 40 Y no osaron mas pregnn- tarle algo. 41 Y 61 les dixo, f-Como diceit que el Mesias es hijo de David? 42 Y el mismo David dice en el libro de los Psalmos, Dixo el Seiior a mi Seiior, Asi6ntate 4 mis diestras, 43 Hasta que haya pnesto £ tus enemigos por estrado de tus pies. 44 Pues si David lo llama Se» iior, i como es su Iiijo? 45 Y oy^ndolo todo el pueblo, dixo d sus di»cipulo3 : 46 Guardaos de los Escribas, que quieren andar con ropas luengas, y aman las salutaciones en las plazas, y los primeros asientos en las sinagogas, y los primeros lugares en los cpnvites; 47 Que se tragan las casas de las viudas, fingiendo luenga ora- cion : ^stos recibiran mayor con« denacion. CAP. XXI. 1 -\r MIRANDO, vi6 los ri- X cos que ecliaban sus ofrendas en el gazofilacio. .tos EVANGELIC SEGUN 2 Y vi6 taimbien una viuda po- irccita, que echaba alli dos ini- uutos. 3 Y dixo, VerdadcramentP os digo, que esta pobrc viuda eeh6 mas que todos : 4 rorcjiK' todos estos de It) que les sobra ccharon para las ofren- das de Dios : mas esta de su po- breza echo todo el sustento que tenia 5 Y a unos que deoian del temple, que estaba adornado de hermosas piedras y dones, dixo, 6 F.stas cosas qne veis, dias vendr^n que no qiiedar^ piedra sobre piedia, que no sea de.s- truida. 7 Y prejruntaronle, diciendo, Maestro, ,; (|uando sera esto ? ^ Y qu6 senal hubrd quando estas co- sas hayan de acontecer ? 8 El enl6nces dixo, Mirad no scais engaiiados : porque ven- dr^n muchos en mi nombre, di- ciendo, Yo soy ; y el tempo estA cerca: por tanto no vayais de- tras de ellos. 9 Empero quando oyereis guerras y sedicioues, no os espan- teis : porque cs menester que estas cosas acontezcan primero; mas no lue«jo sera la fin. 10 Entonces les dixo, Levan- tarse ha gente contra gente, y reyno contra reyno. 11 Y habr^ grandes terremotos en cada lugar,y hauibres, y pes- tilencias ; y habra cosas espanto- sas y grandes seiiales del cielo. 12 Mas ante todas cosas, os echaran niano y persegnir^n, en- tregandoos a las sinagogas, y d las carceles, y Uevavos ban de- la nte de los reyes y de los gober- nadores por causa de mi nombre. 13 Y seros ha esto en testi- nionio. 14 Tened pues fixo envuestros corazones, de no premeditar co- nio hayais de responder. 15 l^orque yo os dare boca y sabiduria, a la qual no ppdr^n resi?tir ni contradeeir todos los que se os opondran. 16 Mas serais entregados aun de vuestros padres y niadres, y hermanos, y parientes, y amigos;, y mataran ulgunos de vosotros. 17 Y serais aborrecidos de to- dos por causa de mi nombre. 18 Mas ni aununpelode vues- tra cabeza ptrecera. ly En vnestra paciencia po- seed vuestrds animas. 20 Y quando viereis a Jerusa- lem cercada de ex^rcitos, sabed eninnces que su destruccion ha llega se acordo de la palabra del Senor, como le habia dicho. Antes que el gallo cante, me negar^s tres veces. 62 Y saliendo fuera Pedro, iloro amargamente. 63 Y todos los hombres que teniaui a Jesus, lo escarnecian y herian. 64 Y cubri^ndolo herian su rostro, y preguntabanle, dicien- do, Adivina quien te dio. 65 Y decian otras muchas co- sas injuri^ndolo. 66 Y como fue de dia, junta- ronse los ancianos del pueblo, y los principes de los sacerdotes, y los Escnbas, y trax^ronlo a su concilio, 67 Diciendo, Si td eres el Me- sias, dinoslo. Y dixoles, Si os lo dixere, no lo creereis : 68 Y tambien si os pregun- tare, no me responderdis, ni me soltareis. 69 Mas desde ahora el Hijo del hombre se asentara a la dies- tra de la poteacia de Dios. 70 Y dixeron todos, i Luego tii eres el Hijo de Dios? Y el les dixo,Vosotros decis que yo lo soy. 71 Entonces ellos dixeron, i Que mas necesidad tenemos de testimonio ? pues que nosotros lo habemos oido de su boca. CAP. xxni. 1 T EVANTANDOSEentnn- JLi ces toda la multitud de ellos, lo llevaron a Pilato. 2 Y" comenzaron i. acusario, diciendo, A este habemos halla- do pervirtiend.0 al pueblo, y ve- dando dar ios tributos a Cesar, y diciendo ser el Mesias Rey. 3 Entonces Pilato le pregunto, diciendo, ^ Eres tu el Rey de los Judios? Y el le respondio, di- ciendo, Tu lo dices. 4 Y' Pilato dixo ^ los principes de los sacerdotes, y a las compa- nas, Ninguna culpa hallo en este 110 EVANGELIC SEGUN honibre. 5 Mas ellos insistian, diciendo, Alborota al pueblo, enseiiando por toda Judea, conienzando des- de Galiiea basta aqui. 6 Entonces Pilato oyendo de Galiiea, pregunto si era Galileo. 7 Y como entendio que era de la jurisdiccion de Herodes, remi- ti61o a Herodes; el qual tambien estaba eu Jerusalem en aquellos dias. 8 Y Her6des viendo a Jesus liolg6se en gran manera; por que habia niuclio que lo deseaba ver, porque habia oido de 61 muchas cosas ; y esperaba que le veria bacer alguna serial. 9 Y preguntabale con muchas palabras ; mas 61 nada le res- pondi6. 10 Y estaban los principes de los sacerdotes y los Escribas acu- sandolo con gran instancia. 11 Mas Herodes con su gente lo menosprecio, y escarnecio, vis- tiendolo de una ropa rica, y vol- vi61o a enviar k Pilato. 12 Y fucron hechos aniigos entre si Pilato y Herodes en el misnio dia : porque dntes eran enemigos entre si. 13 Ent6nces Pilato convocan- do los principes de los sacerdotes, y los magistrados, y el pueblo, 14 Dixoles, Habeisme presen- tado a este, por hombre perver- tidor del pueblo: y he aqui yo preguntando delante de vosotros, no he hallado alguna culpa en este hombre de aquellas dc que lo acusais : 15 Ni tampoco Herodes : por- que OS remit! a 61, y he aqui, que ninguna cosa digna de muerte se le ha hecho. 16 Soltarlo he pues, AafrienJoZo castigado. 17 (Y tenia necesidad de sol- tarles uno en la fiesta.) 18 Y toda la raultitud di6 vo ces k una, diciendo, Quita k este, y su6ltanos a Barrabas : 19 El qual habia side echado en la carcel por cierta sedicioR hecha en la ciudad, y por homi- cidio. 20 Habl61es otra vez Pilato, queriendo soltar a Jesus. 21 Mas ellos volvian k dar vo- ces, diciendo, Crucificalo, Cru- cificalo. 22 Y 61 les dixo la tercera vez, ; Porque? ^Que nial ha hecho este ? Ninguna culpa de muerte he hallado en 61. Castigarlo he pues, y soltarlo he. 23 Mas ellos insistian k grandes voces pidiendo que fuese cruci- ficado. Y sus voces crecian, y las de los principes de los sacer- dotes. 24 Ent6nces Pilato juzgo, que se hiciese lo que ellos pedian. 25 Y soltoles k aquel que ha- bia sido echado en la carcel por sedicion y homicidio, al qual ha- bian pedido; y entrego a Jesus k la voluntad de ellos. 26 Y llevandolo tomaron dun Simon Cireneo, que venia del campo, y pusi6ronle la cruz a. cuestas, para que la Uevase tras Jesus. 27 Y seguialo gran muliitud de pueblo, y de mugeres, las quales lo Uoraban y lamentaban. 28 Mas Jesus vuelto k ellas, les dice, Hijas de Jerusalem, no me lloreis k mi, mas lloraos a vosotras mismas, y k vuestros hijos. 29 Porque he aqui que vendran dias en que dirau, Bienaventura- das las est6riles, y los vientres que no concibieron, y las tetas que no criaron. 30 Entonces comenzaran a decir a los montes, Caed sobre nosotros; y a los collados, Cu- bridnos. 31 Porque si en el arbol verde hacen estas cosas, ,; en el seco que se hara? 32 Y llevaban tambien con 61 otros dos malhe chores k morir. S3 Y como vinieron al lugar llamado Calvario, crucificaronlo S. LUCAS, CAP. XXIV. alll, y 4 los malhechores, uno k la (liestra, y otro d la siniestra. 34 Mas Jesus decia, Padre, perd6nalos, porqiie no saben lo que liacen. Y dividiendo sus vestidos echaron suertes. 35 Y el pueblo esiaba miran- do ; y burlabanse de ^l los prin- cipes conellos, diciendo, A otros salvo ; s^lvese a si mismo, si este es el Mesias, el escogido de Dios. 36 Escarnecianle tambien los soldados, y llegandose le preseu- taban vinagre, 37 Diciendo, Si td eres el Rey de los Judios, salvate k ti mismo. 33 Y babia tambien un titulo escrito sobie el con letras grie- gas, latinas, y hebraicas, Estk ES F.L Kky ol: i-iis Judios. 39 Y uno de los malhechores que estaban colgados, lo injuria- ba, diciendo, Si tii eres el Mesias, salvate a ti mismo, y a nosotros. 40 Y respondiendo el otro, ria6is, 'iici^udo, ^ Ki aun tis tc- mes k Uios, estando en la raisma condenacion ? 41 Y nosotros de cierto justa- mente pudecemos, porque recibi- mos lo que merecieron nuestras obras : mas ^ste ningun mal hizo. 42 Y dixo k Jesus, Senor, acu6rdate de mi quando vinieres k tu reyno. 43 Entonces Jesus le dixo, En verdad te digo, que hoy ser^s conmigo en el Paraiso. 44 Y eran casi las seis, y fuf- ron hechas tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora de las nueve. 45 Y el sol se obscurecio, y el velo del templo se rompio por medio. 46 Ent6nces Jesus clamando k gran voz, dixo, Padre, en tus manos encomiendo mi espiritu. Y habiendo dicho esto, espiro, 47 Y como el centurion vio lo que habia acontecido, di6 gloria 111 a Dios, diciendo, Verdadera- mente este liombre era justo. 48 Y toda la multitud de los que estaban presentes d este espectaculo, viendo lo que habia acontecido, se volvian hiriendo sus peclios. 49 Mas todos sus conocidos estaban de lejos, y las mugeres que lo habian seguido desde Galilea, mirando estas cosas. 50 Y he aqui un varon Uamado Joseph, el qual era senador, varon bueno y justo ; 51 (El qual no habia consenti- do en el consejo ni hechos de ellos;) de Arimathea, ciudad de Judea, el qual tambien esperaba el veyno de Dios. 52 Este llego a Pilato, y pidi6 el cuerpo de Jesus. 53 Y quitado, lo envolvio en una sabana, y lo puso en un se- pulcro cavado en una peiia, en el qual aun ninguno habia side puesto. 54 Y era el dia de la prepara- cion, y el sabado seguia. 55 Y viiiieudo tarnbien las mugeres que lo habian seguido de Galilea, vieron el sepulcro, y como fue puesto su cuerpo. 56 Y' vueltas, aparejaron dro- gas aromaticas, y ungiientos ; y reposaron el sabado, conforme al mandamiento. Y CAP. XXIV. EL primer dia de la semana muy de mariana vinieron al monumento, trayeudo las drogas aromaticas que habian aparejado, y algunas otras mu- geres con ellas. 2 Y hallaron la losa revuelta del sepulcro. 3 Y entrando, no hallaron el cuerpo del Seiior Jesus. 4 Y acontecio, que estando ellas espantadas de esto, he aqui dos varones que se pararon cerca 112 EVANGELIC SEGUN de ellas vestidos de vestiduras resplandecientes. 5 Y habiendo ellas temor, y abaxando el rostro a ticna, d\\6- ronles, ^ Porqu6 buscais entre los muertos al que vive? 6 No esta aqui, rnas lia resu- citado : acordaos de lo que os luiblo quando aun estaba en Ga- liloa, 7 Diciendo, que es menester que el Hijo del hoiiibre sea enlre- j;ado en manos de liombres peca- dores, y ser crucificado, y resu- citar al tercero dia. 8 Entonecs ellas se acordaron de sus palabras, 9 Y volviendo del sepulcro dieron las nuevas de todas estas cosas a los once, y a todos los denias. 10 Y eran Maria Magdalena, y Juana, y Maria madre de Jaco- bo, y las demas que estaban con ellas, las que decian estas cosas 4 los apostoles. 11 Mas a ellos les parecian como locura las palabras de ellas, y no las creyeron. 12 Y levantandose Pedro, cor- rio al sepulcro : y como niiro dentro, ve solos los lienzos alii ecbados, y fu6se maravillado en- tre si de este caso. 13 Y he aqui, dos de ellos iban el mismo dia a, una aldea, que estaba de Jerusalem sesenta estadios, llamada Emmaus. 14 Y iban hablando entre si de todas aquellas cosas, que ha- bian acaecido. 15 Y aconteci6, que yendo ha- blando entre si, y pieguntandose el uno al otro, el mismo Jesus se lleg6, y iba con ellos juntaniente. 16 Mas los ojos de ellos esta- ban detenidos, que no lo cono- ciesen. 17 Y dixoles, ; Que pldticas sou estas que tratais entre voso- trc^ caminando, y cstais trihtes? 18 Y respoudiendo el uno qno so llajnaba Cieotas, dixoie, ^Ti; solo eres peregrin© en Jerusalem, y no sabes las cosas que en ella han acontecido estos dias? ly Entonces ^1 les dixo, i Qu6 ? Y ellos le dixeron, De Jesus Na- zareno, el qual fu6 varon profeta, podcroso en obra y en palabra, delante de Dios y de todo ei pueblo : •iO Y como lo entregaron los principes de los sacerdotes y nuestros magistrados a condena- cion de muerte, y lo crucificaron. 21 Mas nosotros esperabanios que el era el que habia de redi- mir a Israel : ahora, sobre todo t?sto, hoy es el tercero dia qu« esto ha acontecido. 22 Aunque tambien unas mu- geres de los nuestros nos han ea- pantado, las quales antes del dia lueron al sepulcro : 23 Y no hallando su cuerpo, vinieron diciendo que tambien liai)ian visto vision de angeles, los quales dicen que vive. 2'i Y fueroii algi:n5,'s de los nuestros al sepulcro, y hallaron =er nsi coiiro IriS mugeres habiaa dlcho : mas k 61 no lo vieron. 25 Entonces el les dixo, ; O locos, y tardos de corazon para creer todo lo que los profetas han dicho ! 26 I No era menester que el Mesias padeciese estas cosas, y que entrase en su gloria? 27 Y comenzando desde Mor- ses, y de todos los profetas, de- clara bales cslo en todas las es- crituras que kabluban de el. 28 Y llegaron al aldea adonde iban : y el tingio que iba mas !ejos. 29 Mas ellos lo detuvierrn por fuerza, diciendo, Quedate con nosotros : porque se hace tarde, y tl dia es ya baxo. Y entr6 con ellos. 30 Y acontecie, que estando sentado a la niesa con ellos, to- niando el pan, bendixo, y parti6, y dicles. S. LUCAS, CAP. XXIV. 51 Entonces fueron abiertosi los ojos de ellos, y conoci^ronlo , mas 61 se despareci6 de los ojos de ellos. S'i Y decian entre si, i No ar- dia miestro corazon en nosotros, mientras nos hablaba en el ca- miiio, y quaudo nos abiia las Es- ciituras ? 33 Y levantandose en la mis- ma liora, tornaronse a Jerusa- lem: y hallaron a los once juntos, y a los que estaban con ellos, 34 Que decian, Resucitado ha el Senor verdaderamcnte, y ha aparecido a Simon. 35 Entonces ellos contironZ^s las cosas que habian acontecido en el camino, y corao habia sido conocido de ellos en el partir del pan. 36 Y entre tanto que ellos ha- blaban estas cosas, Jesus se puso en medio de ellos, y les dixo, Paz sea con vosotros. 37 Entonces ellos espantados y asombrados, pensaban que veian algun espiritu. 38 Mas el les dice, ^Porqu6 estais turbados, y suben pensa- raientos a vuestros corazones ? 39 Mirad mis manos y mis pies : que yo mismo soy. Pal- pad, y ved ; que el espiritu ni tiene came ni huesos, como veis que yo tengo. 40 Y en diciendo esto, mos- tr6Ies las manos y los pies. 41 Y no lo creyendo aun ellos de gozo, y maravillados, dixoles, ^Teneis aqui algo de comer? 42 Entonces ellos le presenta- 113 y ron un pedazo de pece asado an panal de miel. 43 Lo qual el tomo, y comi6 delante de ellos. 44 Y dixoles, Estas son las pa- labras, que os hable estanclo aun con vosotros ; que era necesario que se cuinpliesen todas las cosas que estan escritas en la ley de Moyses, y en los Profetas, y en los Salmos, de mi. 45 Entonces les abrio el senti- do, para que entendiesen las Es- crituras ; 46 Y dixoles, Asi esta escrito, y asi fue menester que el Mesias padeciese, y resucitase de los muertos al tercero dia. 47 Y que st predicase en su nombre penitencia y remision de pecados en todas las naciones, comenzando de Jerusalem. 48 Vosotros sois testigos de estas cosas. 49 Y he aqui, yo enviare la promesa de mi Padre sobre vos- otros : mas vosotros asentad en la ciudad de Jerusalem, hasta que seais envestidos de la virtud de lo alto. 50 Y sacolos fuera hasta Be- thania, y alzando sus manos los bendixo. 51 Yaconteci6,quebendici6n- dolos se fu6 de ellos, y era Ueva- do arriba al cielo. 52 Y ellos despues de haberlo adorado, volvi^ronse k Jerusalem con gran gozo. 53 Y estaban siempre en el templo, alabando y beadiciendo a Dios. Amen. EL SANTO EVANGELIC DE NUESTRO SENOR J E S U C R I S T O SEGUN SAN JUAN. CAP. I. SN el principio era el bo ; y el Verbo era s Ver- y el verDo eraacer- ca de Dios; y aquel Verbo era Dios, 2 Este era en el principio acer- ca de Dios. 3 Todas las cosas por 6ste fue- ron heclias : y sin el nada de lo que es liecho, fu6 liecho. 4 En ^1 estaba la vida; y la vida era la luz de los hombres. h Y la luz en las tinieblas res- plandece : mas las tinieblas no la comprehendieron. 6 Fue un hombre enviado de Dios : el qual se llamaba Juan. 7 Este vino para dar testimo- nlo, para testificar de la Luz ; para que todos creyesen por ^1. 8 El no era la Luz, sino fu^ envinilo para que diese testimonio de la Luz. 9 Era la verdadera Luz, que alumbia a todo hombre que viene al mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo fu6 hecho por ^1, y el mundo no lo conocio. 1 1 A lo qve era suyo vino, y los iryos no lo recibieron. 12 Mas a todos los que lo re- cibieron, dioles potcstad de ser hechos hi] OS de Dios, d los que creen en su nombre. 13 Los quales no son engen- drados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varon, mas de Dio$. 14 Y aquel Verbo fu^ hecha carne, y habito entre nosotros : y vimos su gloria, la gloria como del unigenito del Padre, lleno de gracia y de verdad. 15 Juan testifica de el, y cla- ma, diciendo, Este es del que ya decia. El que viene tras mi es ^ntes de mi : porque el es pri- mero que yo. 16 Y de su plenitud todos to- mamos, y gracia por gracia. 17 Porque la ley por Moyses fu6 dada : mas la gracia y la ver- dad por Jesu Cristo fu6 hecha. 11 Ninguno jamas vio a Dios : el unigenito Hijo, que esta en el seno del Padre, ^1 nos lo deciar6. 19 Y este es el testimonio de Juan, quandolos Judios enviaron de Jerusalem sacerdotes y levi- tas, que le preguntasen, ( Tii quien eres ? 20 Y confeso, y no nego : ccn- feso que ^1 no era el Mesias. 21 Y preguntaronle, ; Qu6 pues ? i Eres tu Elias ? Dixo, No soy. ^ Eres tu profeta ? Y res- pondio, No. 22 Dix^ronle pucs, ^' Quien eres? para que demos respue^ta a los que nos enviaron. ,: Qu6 dices de ti mismo ? 23 Y dixo, Yo soy voz del que clama en el desierto, Enderezad el camino del Seiior ; como dixo Isaias profeta. 24 Y los que habian sido cn- viados, eran de los Fariseos. 25 Y preguntdronle, y dix€- S. JUAN ronle, ; Porqn6 pues baiitizas, si tu no eres el Mesias, ni Elias, ni profeta ? i?6 Y Juan les respondio, di- ciendo, Yo bautizo con agua : mas en medio de vosotros esta, qiiien vosotros no conoceis : '27 Este es el que ha de venir tras mi, el qual es antes de mi : del qual yo no soy digno de des- atar la correa del zapato. 28 Ehtas cosas acoutecieron en Bcthabara de la otia parte del Jordan, donde Juan bautizaba. 29 El siguiente dia ve Juan a Jesus que venia a ^1, y dice. He aqui el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. 30 Este es del que dixe, Tras mi viene un varon el qual es ^n- tes de mi : porque era primero que yo. 3i Y yo no lo conocla: mas para que fuese manifestado -k Israel, por eso vine yo bautizan- do en agua. 32 Y Juan dio testimonio, di- ciendo, Y'o vi al Espiritu, que descendia del cielo como paloma, y reposo sobre ^1. S3 Y yo no lo conocla : mas el que me envio a bautizar con agua, aquel me dixo, Sobre aquel que vieres descender el E^piritn, y que reposa sobre el, este es el que bautiza en Espiritu Santo. Si Y yo lo -vi, y he testificado que este es el Hijo de Dios. So El siguiente dia otra vez estaba Juan, y dos de sus disci- pulos ; 56 Y mirando k Jesus que an- daba po7' alii, dixo, He aqui el Cordero de Dios. 57 Y oy^ronlo dos de sus dlsci- pUiOs hablar, y siguieron a Jesus, 38 Y volviendose Jesus, y vien- doios seguirle, diceles, ^ Que bus- cais? Eilosledixeron, Rabi,(que interpretado quiere decir. Maes- tro,) ( donde moras ? 39 Diceles, Venid, y ved. VI- nieron, y vieron donde moraba. , CAP. I. 115 y quedironse con el aquel dia ; porque era como la hora de las diez. 40 Andres hermano de Simoa Pedro, era uno de los dos que liabian oido de Juan, y lo habian seguido. 41 Este hallo primero k su hermano Simon, y dixole, Habe- mos hallado el Mesias, que inter- pretado es * Gristo. 42 Y llev61o a Jesus. Y mi- randolo Jesus, dixo, Tu eres Simon hijo de Jona : tii seras llamado Cephas, que quiere de- cir, Piedra. 43 El dia siguiente quiso Je- sus ir k Galilea, y halla a Felipe, al qual dice, Siguerae. 44 Y Felipe era de Betlisaida, ciudad de Andres y de Pedro. 45 Felipe halla a Nathanael, y dicele, Habemos hallado aquel, de quien escribio Moyses en la ley, y los Profetas : es a saber a Jesus de Nazareth, hijo de Jo- seph. 46 Y dixole Nathanael, ; De N^azareth puede liaber algo de bueno ? Dicele Felipe, Ven, y ve. 47 Y Jesus vio venir d si a Xathanael, y dixo de 61, He aqui una verdaderamente Israelita, en el qual no hay engaiio. 41 Dicele Nathanael, ^ De donde me conoces ? Respoude Jesus, y dixole, Antes que Felipe te Uamara, quando estabas de- baxo de la higuera, te vi. 49 Respondio Nathanael, y dixole, Rabi, tii eres el Hijo de Dios ; tii eres el Rey de Israel. 50 Ilespoiidio Jesus, y dixole, ( Porque te dixe, yo te veia de- bnxo de la higuera, crees? ma- yores cosas que estas veras. 51 \^ dicele. En verdad, en verdad os digo, De aqui adelante vereis el cielo abierto, y angeles de Dios que subeu y descieu- den sobre el Hijo del hombre. * U)igido. M EVANGELIO SEGUN CAP. II. 1 "XT^ AL tercero dia hici^ronse JL Unas bodas en Can^ de Galilea ; y estaba alii la madre de Jesus. 2 Y fu^ tambien llaraado Jesus, y sus disclpulos, alas bodas. 3 Y faltando el vino, la madre de Jesus le dixo, No tienenvino. 4 Y dicele Jesus, * ^Qu^ tengo yo contigo, niuger? aun no ha venido mi hora. 5 Su madre dice k los que Servian, Haced todo lo que os dixere. 6 Y estaban alli seis tinajas para agua, conforme k la purifi- cacion de los Judios, que cabia en cad a una dos 6 tres cantaros. 7 Diceles Jesus, Henchid las tinajas de agua. Y hinchi^ron- las hasta arriba. 8 Y diceles, Sacad ahora, y presentad al mayordomo. Y pre- sentaronle. 9 Y como el mayordomo gusto el agua hecha vino, que no sabia de donde era, (mas los que Ser- vian, que habian sacado el agua, lo sabian,) llama al esposo, 10 Y dicele, Todo hombre pone primero el buen vino ; y quando ban t bien bebido, en- tonces lo que es peor : mas tii has guardado el buen vino hasta ahora. 41 Este principio de seiiales hizo Jesus en Can^ de Galilea, y manifesto su gloria: y sus disci- pulos creyeron en 61. 12 Despues de esto descendio & Capernaum, 61, y su madre, y hermanos, y discipulos : y estu- vieron alli no muchos dias. 13 Y estaba cerca la pascua de los Judios ; y subi6 Jesus d Jerusalem, I'h Y hall6 en el templo los * Gr. ijii^ dmi y d ti. t Gr, se han embriagado. que vendian bueyes, y ovejas, y palomas, y los cambiadores sen- tados. 16 Y hecho un azote de cuer- das, ech61os in todos del templo, y las ovejas, y los bueyes ; y derram6 los dineros de los cam- biadores, y trastorn6 las mesas : 16 Y A los que vendian las pa- lomas dixo, Quitad de aqui esto; y no hagais la casa de mi Padre casa de mercado. 17 Entonces se acordaron sus discipulos que esta escrito, El zelo de tu casa me comio. 18 Y los Judios respondieron, y dixeron, ^ Qu6 serial nos mues- tras de que haces esto ? 19 Respondi6 Jesus, y dixoles, Destruid este templo, y en tres dias yo lo le van tare. 20 Dixeron luego los Judios, En quarenta y seis aiios fue este templo edificado, ,5y tii en tres dias lo levantaras? 21 Mas el hablaba del templo de sucuerpo. 22 Por tanto quando resucit6 de los muertos, sus discipulos se acordaron que les habia dicho esto : y creyeron a la escritura, y a la palabra que Jesus habia dicho. 23 Y estando en Jerusalem en la pascua, en el dia de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo las seiiales que hacia. 24 Mas el mismo Jesus no se fiaba de ellos, porque 61 conocia a todos. 25 Y no tenia necesidad que alguien le diese testimonio del hombre : porque 61 sabia lo qu» habia en el hombre. Y CAP. III. HABIA un hombre de los Fariseos, que se 11a- maba Nicodemo, principe de los Judios : 2 Este vino ^ Jesus de noche, y dixole, Rabi, sabemos que hat S. JUAN, venido dc Dios por maestro : poi*- que nadie puede hacer estas se- ll ales que til liaces, si no fiiere Dios con ^1. 3 Respondio Jesus, y dixole, En verdad, en verdad te digo, que el que no nacicie otra vez, no puede ver el reyno de Dios. 4 Dicele Nicodemo, i Como puede el hombre nacer sicndo \iejo? ^ puede entrar otra vez en el vientre de su madre, y nacer ? 5 Respondio Jesus, En verdad, en verdad te digo, que el que no renaciere de agua y de Espiritu, no puede entrar en el reyno de Dios. 6 Lo que es nacido de carne, came es; y lo que es nacido de Espirit(i, espiritu es. 7 No te maraviiles de que te dixe, Necesario os es nacer otra vez. '^ 8 El viento de donde quicre sopla, y oyes su sonido, mas ni sabes de doude vieno, ni a donde Vaya : asi es todo aquel que es nacido etc E?';v''f.^. 9 Respondio Nicodemo, y dixole, i Como puede hacerse esto ? 10 Respondio Jesus, y dixole, i Tu eres el maestro de Israel, y no sabes esto? 11 En verdad, en verdad te digo, que lo que sabemos, habla- vn'.:s, y lo quehabemos visto, tes- tificamos; y no recibis nucstro testinionio. 12 Si OS he dicho cosas terrenas, y no creeis, ^ como creereis, si OS dixere las celestiales? 13 Y nadie subio al cielo, sino el que descendio del cielo, que es el Hijo del hombre, que esta en el cieio. 14 Y como Moyses levanto la #erpicnte en el desierto, asi es necesario que el Hijo del hombre sea levantado: 15 Para que todo aqnel que creyere en el, no &e pierda, mas CAP. III. 117 haya vida eterna. 16 Porque de tal manera am6 Dios al mundo, que ha dado ^ su Hijo unigeuito, para que todo aquel que en 61 cree, no se pier- da, mas liaya vida eterna. 17 Porque no envi6 Dios k sn Hijo al mundo para que condene al mundo, mas para que el mundo sea salvo por 61. 18 El que en el cree, no e« condenado : mas el que no cree, ya es condenado ; porque no crey6 en el nombre del unig6- aito Hijo de Dios. 19 Esta es la condenacion ; que la hiz vino al mundo, y los hom- bres amaron mas las tinieblas que !a luz, porque sus obras eran malas. 20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz; y no viene a la luz, porque sus obras no scan redargiiidas. 21 Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que sus obras seaii manitiestas, que son necna* en Dios. *^"' 22 Despues de esto vino Jesu« con sus discipulos a la tierra de Judea ; y estabase alii con ellos, y bautizaba. 23 Bautizaba tambien Juan eu Enon junto k Salim, porque ha- bia alii muchas aguas : y venian, y eran bautizados : 24 Porque aun Juan no habia sido eclTado en la Ccircel. 25 Y bubo question entre los discipulos de Juan y los Judios, acerca de la purificacion. 26 Y vinieron a Juan, y dix6- ronle, Rabi, el que esta ba contigo de la otra parte del Jordan, del qual til diste testinionio, he aqui, bautiza, y todos vicnen a el. 27 Respondio Juan, y dixo, No puede el hombre recibir algo, sino le fuere dado del cielo. 28 Vosotrcs misnios me sols testigos, que dixe, Yo no soy el Mesias, mas soy enviado delaute de el. 118 EVANGELIC SEGUN 29 El que tiene la esposa, es el esposo : mas el amigo del csposo, que asiste y lo oye, g6- zase en gran manera de la voz del esposo. Asi, pues, este mi gozo es cumplido. 30 A 61 conviene crecer ; k mi ter disminuido. 31 El que de arriba viene, sobre todos es : el que es de la tiena, terreno es, y cosas terre- nas habla : el que viene del cielo, sobre todos es. 32 Y lo que vi6 y oy6, eso testificaj y nadie recibe su tes- timonio. 33 El que recibe su testimo- nio, 6ste firm6 que Dios es ver- dadero. 34 Porque el que Dios cnvi6, las palabras de Dios habla: por- que no le da Dios el Espiritu por medida. 35 El Padre ama al Hijo, y todas las cosas dio en su mano. 36 El que cree en el Hijo, tiene dece al Hijo, no vera la vida; Bias la ira de Dios est^ sobre el. CAP. IV. 1 ^^OMO, pues, entendio Je- \_J sus que los Fariseos ha- bian oido que Jesus bacia disci- pulos, y bautizabamas que Juan, 2 (Aunque Jesus no bautizaba, sino sus discipulos,) 3 Dex6 a Judea, y fuese otra vez k Galilea. 4 Y era menester que pasase por Samaria. 5 Vino pues a una ciudad de Samaria, que se llama Sichar, junto 4 la heredad que Jacob dio k Joseph su hijo. 6 Y estaba aili la fuente de Jacob. Jesus, pues, fatigado del camino, por eso se sento cerca de la fuente : y era como la h» ra de las seis. 7 Vino una muger Samaritana a sacar agua: y Jesus le dice, Dame k beber. 8 (Porque sus discipulos ha- bian ido a la ciudad k comprar de comer.) 9 Y la muger Samaritana le dice, i Como tu, siendo Judio, me demandas k mi de beber, que soy muger Samaritana? porque los Judios no se tratan con los Samaritanos. 1 Respondio Jesus, y dixole, Si conocieses el don de Dios, y quien es el que te dice. Dame de beber, tii pedirias de el, y tl te daria agua viva. 11 La muger le dice, Seiior, no tienes con que sacarla, y el pozo es profundo: ^de donde, pues, tienes el agua viva ? 12 ( Eres tii mayor que nuestro padre Jacob, que nos di6 este pozo, del qual el bebio, y sus bijos, y sus ganados? 13 Respondio Jesus, y dixole, Qualquiera que bebiere de esta agiia, volvei'ii a tener sed • 14 Mas el que bebiere del agua que yo ie dare, pava siem- pre no tendr^ sed ; mas el agua que yo le dare, sera en el fuente de agua, que salte para vida eterna. 15 La muger le dice, Seiior, dame esta agua, para que yo no tenga sed, ni venga aca a sacarZa. 16 Jesus le dice, Ve, llama a tu marido, y ven aca. 17 R('spondi6 la muger, y dixole, No tengo marido. Dicele Jesus, Bien has dicho. No tengo marido : 18 Porque cinco maridos has tenido ; y el que ahora tienes, no es tu marido : esto has dicho con verdad. 19 Dicele la muger, Senor, par6ceme que tii eres profeta. 20 Nuestros padres adoraron en este monte : y vosotros decis, que en Jerusalem es el lugar donde es menester adorar. 21 Dicele Jesus, Muger, cr^eme S. JUAN, ^uc la hora viene, quando ni en €ste monte, ni en Jerusalem, adorar^is al Padre. 22 Vosotros adorais lo que no sabeis : nosotros adoramos lo que sabemos : porqne la salud de los Judios viene. 23 Mas la hora viene, y ahora es quando los verdaderos adora- tlores adoraran al Padre en espi- ritu y en verdad : porque tam- bien el Padre tales adoradores busca, que lo adoreu. 24 Dios es Espiritu : y los que lo adoran, en espiritu y en ver- dad es menester que adoren. 25 Dicele la niuger, Vo s6 que cl Mesias ha de venir, el qual se llama Cristo : quando 61 viniere, nos declarara todas las cosas. 26 Dicele Jesus, Yo soy que hablo contigo. 27 Y estando en esto, vinieron sus discipulos, y maravill4ronse de que hablaba con muger : mas ninguno dixo, ^"Que preguntasr 6, ;Qu6 hablas con ella? 28 Entonces la niuger dex6 su cantaro, y fuese a la ciudad, y dixo k aquellos hombres, 29 Venid, ved un hombre que me ha dicho todo lo que he he- cho ; ;• si acaso 61 es el Mesias ? 30 Entonces salieron de la ciu- dad, y vinieron k 61. 31 Entre tanto los discipulos le rogaban, diciendo, Rabi, come. 32 Y 61 les dixo, Yo tengo una comida que comer, que vosotros no sabeis. So Entonces los discipulos de- cian el uno al otro, i Si le ha trai- do ^Iguien de comer ? 34 Diceles Jesus, Mi comida es, que yo haga la voluntad del que me euvio, y que acabe su obra. 35 i No decis vosotros que aun hay quatro meses hasta la siega ? He aqui, yo os digo, alzad vues- tros ojos, y mirad las regiones ; porque ya estan blancas para la siega. CAP. IV. llf 36 Y el que siega, recibe sa- lario, y allega fruto para vida eterna : para que el que siembra tambien se goze, y cl que siega. 37 Porque en esto el refran es verdadero, que uno es el que siembra, y otro es el que siega. 38 Yo OS he enviado a segar lo que vosotros no labrastes : otros labraron, y vosotros habeis en. trado en sus labores. 39 Y muchos de los Samarita- nos de aquella ciudad creyeron en 61 por la palabra de la muger, que daba testimonio, diciendo^ Que me ha dicho todo lo que h» hecho. 40 Mas viniendo los Saraarita- nos k 61, rogaroule que se que- dase con ellos: y quedose alii dos dias. 41 Y muchos mas creyeron por la palabra de 61. 42 Y decian k la muger, Ya no creemos por tu dicho : porque nosotros mismos habemos otdo, y sabemos que verdaderamente este es el Salvador del mundo, el Mesias. 43 Y dos dias despues sali6 de alii, y fuese a Galilea. 44 Porque el mismo Jesns di6 testimonio, que profeta en su tierra no tiene honra. 45 Y como vino k Galilea, los Galileos lo recibieron, vistas to- das las cosas que habia hecho en Jerusalem en el dia de la fiesta : porque tambien ellos habian ve- nido k la fiesta. 46 Vino pues Jesus oti-a vez k Cank de Galilea, donde habia hecho del agua vino : Y habia en Capernaum uno del rey, cuyo liijo estaba enfermo. 47 Este como oyo que Jesus venia de Judea a Galilea, fue k el, y rogabale que descendiese, y sanase su hijo: porque se esta- ba muriendo. 48 Ent6nces Jesus le dixo. Si no viereis senales y milagros, n© creereis. 120 49 El del rcy le dixo, Seiior, desciende untes que mi hijo muera. 50 Dicele Jesus, Ve ; tu hijo vive. Creyo el hombre a la pa- labra que Jesus le dixo, y fucse. 51 Y ya que * vciiia, los cria- dos lo salieron a recibir, y Ic; dicron nuevas, diciendo, Tu hijo vive. 52 Entonces 61 les pregunt6, ^ A qu6 bora comenzo a estar mejor ? Y dix6ionle, Ayer a las siete lo dexo la liebre. 53 El padre entonces entendio que aqnella era la bora quando Jesus le dixo, Tu bijo vive. Y creyo 61, y toda sn casa. 54 Esta sigunda seiial volvio Jesus k hacer. quando vino de Judea a Galilea. D CAP. V. lESPUES de estas cosas, era la iiestade los Judios ; y subio Jesus a Jerusalem. 2 Y esta en Jerusalem a la ptterta del gauado un estanque, que en bebrayco se llama Be- tliesda, el qual tiene cinco por- tal es. 3 En estos estaba echada f^rande multitnd de enfermos, ciegos, coxos, y t contiabecbos, que estaban esperando el movi- miento del agua. 4 Porque un dngel descendia a cierto tienipo al estanque, y revolvia el agua ; y el que pri- Kiero descendia despues del mo- vimiento del agua, era sano de qualquier enfermedad que tu- viese. 5 Y estaba alii un hombre, que babia trcinta y ocbo anos que estaba enf'ermo. 6 Como Jesus vi6 a 6ste echa- * Gr. descendia. t Gr. st;c9s. EVANGELIC SEGUN do, y entendio que ya habia mu- cho tienipo, dicele, Quieres ser sano ? 7 Y el enfermo le respondio, Scilor, no tengo hombre que quando el agua faere revuelta, me nieta en el estanque : por<]ue entretanto que yo vengo, otro antes de mi ha descendido. 8 Dicele Jesus, Levantate, toma tu lecho, y camina. 9 Y luego aquol hombre fu6 sano, y tomo su lecho, y ibase. Y era sabado aquel dia. 10 Entonces los Judios decian al que habia side sanado, Sabado es hoy ; no te es licito llevar tu lecho. 11 Respondioles, El que mc sano, 61 me dixo, Toma tu lecho, y camina. 12 Y preguntaronle entonces, i Quien es el que te dixo, Toma tu lecho, y camina ? 13 Y' el que habia side sanado, no sabia quien fuese ; porque Jesus se habia apartado de la compaiia, que estaba en aquel hi gar. 14 Despues halloio Jesus en el templo, y dixole. He aqui, eres sano : no peques mas, porque no te acontezca otra cosa peor. 15 El hombre se fue, y hizo saber a los Judios, que Jesus era el que le habia sanado. 1 6 Y' por esta causa los Judios perseguian a Jesus, y procuia- ban matarlo : porque hacia estas cosas en sabado. 17 Y Jesus les respondio, IVIi padre hasta ahora obra,y yo obro. 18 Por esto, pues, tan to ma» procuraban los Judios matarlo, porque no solamente quebranta- ba el sabado, mas aun tambien decia que Dios era su Padre, haciendose igual a Dios. 19 Respondio pues Jesus, y dixoles. En verdad, en verdad OS digo, no puede el Hijo hacer algo de si mismo, sinp lo que viere hacer al Padre : porque S. JUAN, todo lo que el hace esto tambien hace el Hijo juntamente. '20 Porque el Padre ama al Hijo, y le luuestra todas las co- s€is que 61 hace : y mayores obras que estas le mestrara, que voso- tros OS maravilleis. 21 Porque como el Padre le- vanta los muertos, y les da vida, asi tambien el Hijo 4 los que quiere, da vida. 22 Porque el Padre k nadie juzga, mas todo el juicio di6 al Hijo. ifS Para que todos honren al Hijo, como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que lo envio. 24 En verdad, en verdad os digo, el que oye mi palabra, y cree al que me envio, tieue vida etema^ y no vendr^ en conde- nacion, mas paso de muerte k vida. 2.5 En verdad, en verdad os digo, vendra bora, y ahora es, quando los muertos oiran la voz del Hijo de Dios : y los que oye- ren, viviran. 26 Porque como el Padre tiene vida en si misrao, asi dio tam- bien al Hyo que tuviese vida en si mismo; 27 Y tambien le dio poder de hacer j-uicio, en quanto es Hijo del hombre. 28 No os maravilleis de esto : porque vendra, la hora, quando todos los que estan en los sepul- cros oirin su voz, 29 Y los que hieieron bien, saldrdn 4 resurreccion de vida : mas los que hieieron mal, d re- surreccion de condenacion. 30 No puedo yo de mi raismo hacer algo : como oygo, juzgo ; v mi juicio es justo ; porque no busco mi voluntad, mas la volun- tad de mi Padre, que me envio. 31 Si yo doy testimonio de mi mismo, mi testimonio no es ver- •ladero. 32 Otro es el que 4a testimo- CAP. V. 121 nio de mi : y s6 que el testimonio que da de mi, es verdadero. 33 Vosotros enviasteis k Juan, y H di6 testimonio k la verdad. 34 Mas yo no tomo el testimo- nio de hombre : pero digo esto, para que vosotros seals salvos. 35 El era candil que ardia y alurabraba: pero vosotros qui- sisteisos engreir por un poco en su luz. 36 Mas yo ten go mayor testi- monio que el de Juan : porque las obras que el Padre me dio que cumpliese, las mismas obras, d^o, que yo liago, dan testimo- nio de mi, que el Padre me ha enviado. 37 Y el Padre que me envi6, 61 di6 testimonio de mi. Ni nun- ca habeis oido su voz, ui visto su figura. 38 Ni teneis su palabra j>erma- neciente en vosotros : porque al que 61 envi6, a 6ste vosotros no creels. 39 Eseudriiiad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas teneis la vida eterna ; y ellas son las que dan testimonio de mi. 40 Y no quereis venir d mi, para que hayais vida. 41 Vo no recibo gloria de lo* hombre s. 42 Mas yo os conozco, que no teneis amor de Dios en vosotros. 43 Yo he venido en nombre dt mi Padre, y no me recibis : si otro viniere en su propio nom- bre, aquel recibireis. 44 ;Comopodeis vosotros creer, pues tomais la gloria los unos de los otros, y no buscais la gloria que de solo Dios viene? 45 No penseis que yo os tengo de acusar delante del Padre : hay quien os acusa, Moyses, en quien vosotros esperais. 46 Porque si vosotros creye- seis k Moyses, creeriais a mi : porque de mi escribio 61. M in EVANGELIC SEGUN 47 Y si d sus escritos no creeis, jcomo creerd'is k mis palabras? CAP. VI. 1 T^ASADASestascosasfu^se Jl Jesus de la otra parte de la mar de Galilea, que es de Ti- berias. 2 Y segiiialo gran multitud, porque veiansus seiiales, que lia- cia en los enfemios. 3 Subi6 pues Jesus k un monte, y estCivose alii eon sus discipulos. 4 Y acercdbase la pascua, la fiesta de los Judios. 5 Y como alz6 Jesus los ojos, y vio que habia venido a 61 gran multitud, dice k Felipe, i De don- bre, ent6nces entender^is que yo soy, y que nsida hago de mi mis- mo : mas como el Padire me en- seno, esto hablo. 29 Parque el que me- envi6, conniigo esta : no me ha dexado solo el Padre ; porque yo I© qwe d ^1 agrada hago siempre. 30 Hablando el estas cosas, muchos creyeron en ^1. 31 Y decia Jesus k los Judios que le habian creido, Si vosotros permaneciereis en mi palabra, serais verdaderamente mis disci- pulos. 32 Y couocer^is la verdad, y la verdad os hara libres. 33 Y respondieronle, Siraiente de Abraham somos, y jamas ser- vimos a nadie : corao dices tu, ^- Serais libres? 34 Jesus les respondi6, En verdad, en verdad os digo, que todo aquel que hace pecado, es siervo del pecado. 35 Y el siervo no queda en casa para siempre : mas el Hijo queda para siempre. 36 Asi que, si el Hijo os hi- ciere libres, serais verdadera- mente libres. 37 Yo se que sois hijos de Abraham : mas procurais ma- tarrae, porque mi palabra no cabe en vosotros. 38 Yo lo que he visto acerca de mi Padre, hablo: y vos- otros lo que habeis visto acerca de vuestro padre, haceis. 39 Respondieron, y dix6ronle, Nuestro padre es Abraham. Di- celes Jesus, Si fuerais hijos de Abraham, las obras de Abraham hariais. 40 Empero ahora procurais de matarme, honibre que os he ha- blado la verdad, la qual he oido (ie Dios: no hizo esto Abraham. 41 Vosotros haceis las obraide 1«J EVANGELIC SEGUN vncstro padre. Dix6ronle pnes, Nosotros no somos nacidos de fornicacion : un padre tenemos, que cs Dios. 42 Jesus ent6nces les dixo, Si Tuestro padre fuera Dios, cier- tamente me amariais : porque yo de Dios he salido, y he venido ; que no he venido de mi mismo, mas i\ me envi6, 43 ^Porqu6 no entendeis este mi lenguage ? porque no podeis ©ir mi palabra. 44 Vosotros sois hijos del dia- blo, y los deseos de vuestro padre quereis cumplir. El ha sido ho- micida desde el principio, y no permanecio en verdad, porque no hay verdad en el. Quando babla mentira, de suyo habla : porque es mentiroso, y padre de mentira. 45 Y porque yo digo verdad, no me creeis. 46 i Quien de vosotros me ar- guye de pecado ? Si os digo verdad, ^porqu^ vosotros no me creeis ? 47 El que es de Dios, las pa- labras de Dios oye. Por tauto vosotros no las ois, porque no sois de Dios. 48 Respondieron ent6nces los Judios, y dixeronle, ^ No deci- mos bien nosotros, que tii eres Samaritano, y que tienes demo- nio? 49 Respondi6 Jesus, Yo no tengo deraonio : antes honro a mi Padre, y vosotros me habeis deshonrado. 50 Y yo no busco mi gloria: hay quien la busque y juzgue. 51 En verdad, en verdad os digo, que el que guardare mi palabra, no vera muerte para siempre. 52 Entonces los Judios.le dixe- ron, Ahora conocemos que tie- nes demonio. Abraham muri6, y los prot'etas : y t6 dices, El que ffuardare mi palabra, no gustar^ muerte para siempre. 53 i Eres id mayor que nuestr» padre Abraham, el qual murio ? y los profetas murieron : i quien te haces ? 54 Respondio Jesus, Si yo me glorifico k mi mismo, mi gloria es nada : mi Padre es el que me glorifica ; el que vosotros decis, que es vuestro Dios. 55 Y no lo conoceis ; mas yo lo conozco : y si dixere que no lo conozco, sere como vosotros mentiroso : mas con6zcolo, y guardo su palabra. 56 Abraham vuestro padre se gozo por ver mi dia ; y violo, y goz6se. 57 Dixeronle ent6nces los Ju-» dios, ^Aun no tienes cincuenta anos, y viste a Abraham? 58 Dixoles Jesus, En verdad, en verdad os digo. Antes que Abraham fuese, yo soy. 59 Tomaron entonces piedras para tirarle : mas Jesus se encu- brio, y sali6se del templo. CAP. IX. 1 '^r PASANDO Jesus, vi6 X un hombre ciego desde su nacimiento. 2 Y preguntaronle sus disci- pulos, diciendo, Rabi, ^ quien pec6, este, 6 sus padres, porque naciese ciego? 3 ■Respondi6 Jesus, Ni este peco, ni sus padres; mas para que las obras de Dios se mani- fiesten en 61. 4 A mi me conviene obrarlas obras del que me envio, entre tanto que el dia dura: la noche viene, quando nadie puede obrar. 5 Entre tanto que estuviere en el mundo, Luz soy del mundo. 6 Habiendo dicho esto, escu- pi6 en tierra, y hizo lodo de la saliva, y unt6 con el lodo sobre los ojos del ciego, 7 Y dixole, Ve, lavate en el estanque de Silo6 : que interpre- tado significa Enviade. Y fii6 S. JUAN, «»nt6nces, y lav6se, y volvi6 con vista. 8 Entonces los veclnos, y los qne ^ntes lo habian visto que era ciego, decian, ;No es este fl qne estaba sentado y pedia Hmosna? 9 Otros decian, Este es: y otros, Parece ^ €\: y el decia, Que yo soy. 10 Y decianle, ^ Como te fue- lon abieitos los ojos? 11 El respondi6, y dixo, Aquel liombre que se llama Jesus, hizo lodo y me imt6 los ojos, y me dixo, Ve al estanque de Silo^, y lava los ojos: y yo fui, y lav6 los *>jes, y recibi la vista. 12 Y dix^ronle, Donde esta ^quel? El dice, No s6. 13 Llevanlo k los Fariseos al que 4ntes habia sido ciego. 14 Y era s^bado, quando Jesus habia hecho el lodo, y le habia abierto los ojos. 15 Y volvi^ronle 4 preguntar tambien los Fariseos, de qu6 ma nera habia recibido la vista: y ^1 les dixo, Piisome lodo sobre los ojos, y iav6/os, y veo. 16 Decianle pues algunos de los Fariseos, Este hombre no es de Dios, pues que no guarda el sabado. Y otros decian, ;Como puede un hombre pecador hacer estas seiiales ? Y habia disension entre ellos. 17 Vuelven a decir al ciego, Tti ;que dices del que te abri6 los ojos ? Y el dixo, Que es pro- feta. 18 Mas los Judios no creian de el, que hubiese sido ciego, y que hubiese recibido la vista, hasta que llamaron 4 sus padres del que habia recibido la vista: 19 Y preguntaronles, dicien- do, i Es este vuestro hijo, el que vosotros decis que naci6 ciego? Como, pues, ve ahora? yo Respondi^ronles sus pa- fires, y dixeron, Sabemos que «ste G» nuestro hijo, y que naci6 CAP. IX. U9 ciego : 21 Mas como vea ahora, no sabemos ; 6 quicnloliaya abierto los ojos, nosotros no lo sabemos: 61 tiene edad, preguntadle 4 61 ; 61 hablard por si. 22 Esto dixeron sus padres, p»rque habian miedo de los Jn- dios: porqueya los Judios habian concluido, que si alguno corife- sase ser el Mesias, fuese echado de la sinagoga. 23 Por eso dixeron sus padres, Edad tiene, preguntadle k 61. 24 Asi que, volvieron k llamar al hombre que habia sido ciego, y dix6ronle. Da gloria k Dios : nosotros sabemos que este hom- bre es pecador. 25 Entonces 61 respondi6, y dixo, Si es pecador, no lo s6 : una cosa s6, que habiendo yo sido ciego, ahora veo. ^6 Volvi6ronle k decir, ( Qu6 tehizo? ^ Como te abrio los ojos? 27 Respondioles, Ya os lo be dicho, y no lo oisteis : i qu6 ma« quereis oir? ^Quereis tambien vosotros haceros sus discipulos? 28 Y maldix6ronle, y dixeron, Tu seas su discipulo ; que nos- otros discipulos de Moyses somos. 29 Nosotros sabemos que Dios habl6 a Moyses : mas este no sabemos de donde es. 30 Respondioles aquel hombre, y dixoles, Cicrto, maravillosa cosa es esta, que vosotros no sa- beis de donde sea, y « mi me abri6 los ojos. 31 Y sabemos que Dios no oye k los pecadores : mas si alguno es temeroso de Dios, y hace su voluntad, k 6ste oye. 32 Jamas fu6 oido, que abriese alguno los ojos de uuo que naci6 ciego. 33 Si este no fuese de Dios, no pudiera hacer nada. 34 Respondieron,y dix6ronle. En pecados eres nacido todo ; ; y tfi nos enseSas ? Y ech^ronla fucra. 130 EVANGELIC SEGUN 35 Oy6 JesHs que lo kabian echado fuera; y halliindolo, di- xole, ^Crees tii en el Hijo de Dios ? 36 El respondio, y dixo, j Quieu es, Senor, para que crea en^lP 37 Y dixole Jesus, Y haslo vis- to, y el que liabla contigo, el es. 38 Y 61 dice, Creo, Seiior. Y adorolo. 39 Y Jesus dixo, Yo para jui- cio he venido a este mundo, pa- ra que los que no ven, vean ; y los que veu, sean cegados. 40 Y oyeron esto algunos de los Fariseos, que estaban con €\, y dixeronle, ( Somos nosotros tambien ciegos ? 41 Dixoles Jesus, Si fuerais ciegos, no tuvierais pecado : mas ahora porque decis, Vemos, por tanto vuestro pecado permanece. CAP. X. 1 XT^N verdad, en verdad os 1^^ digo, El que no entra por la puerta en el corral de las ove- jas, mas sube por otra parte, el tal ladron es y robador. 2 Mas el que entra por la puerta, es el pastor de las ovcjas. 3 A 6ste abre el portero, y las ovejas oyen su voz : y k sns ove- jas llama por nombre, y las saca. 4 Y como ha sacado fuera sus ovejas, va delante de ellas ; y las ovejas lo siguen : porque cono- cen su voz. 5 Mas al estraiio no seguiran, dntcs huiran de el : porque no conocen la voz de los estranos. 6 Esta parabola les dixo Jesus: mas ellos no entendieron lo que les decia. 7 Volvioles pues Jesus k decir, En verdad, en verdad os digo, que yo soy la puerta de las ove- jas. 8 Todos los que &ntes de mi vinieron, ladrones son y roba- dor es : mas no los oyeron la$ ovejas. 9 Yo soy la puerta: el que por mi entrare, sera salvo ; y entrara y saldra, y hallara pastos. 10 El ladron no viene, sino k hurtar, y a matar, y a destruir las ovejas. Yo he venido para que hay an vida, y abunden. 1 1 Yo soy el buen pastor : el buen pastor su dnima da por las ovejas. 12 Mas el mercenario, y que no es el pastor, de quien las ove- jas no son propias, ve al lobo que viene, y dexa las ovejas, y huye; y el lobo arrebata, y disipa las ovejas. 13 Asi que, el mercenario hu- ye, porque es mercenario, y no tiene cuidado de las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas, y las mias me conocen. 15 Como el Padre me conoce, y yo tambien conozco al Padre ; y pongo mi alma por las ovejas. 16 Tambien tengo otras ove- jas, que no son de este aprisco : las quales me conviene tambien traer, y oir^n mi voz ; y hacerse ha un aprisco, y un pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi anima, para volverla k tomar. 18 Nadie la quita de mi, mas yo la pongo de mi mismo : poder tengo para ponerla, y poder ten- go para volverla k tomar. Este mandamiento recibi de mi Padre. 19 Y volvio a haber disension entre los Judios por estas pala- bras. 20 Y muchos de ellos decian^ Demonio tiene, y est^ fuera de si : ^ para que lo ois ? 21 Otros decian, Estas pala- bras no son de endemoniado : i puede el demonio abrir los ojos de los ciegos? 22 Y celebr^base la fiesta de la dedicacion en Jerusalem, y era invierno. S. JUAN, CAP. XI. 23 Y Jesus se paseaba en el templo por el portal de Salomon. 24 Y cerc^ronlo los Judios, y dixeronle, i Hasta quando traes nuestra 4nima suspensa? Si t6 eres el Mesias, diuoslo libre- mente. 25 Respondioles Jesus, Dicho OS lo he, y no lo creeis : las obras que yo hago en nombre de mi Padre, estasdantestimoniodemi. 26 Mas vosotros no creeis, por- que no sois de mis ovejas, como 05 he dicho. 27 Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y siguenme. 28 Y yo les doy vida eterna ; y jamas perecerdn, y nadie las arrebatara de mi mano. 29 Mi Padre, que me las di6, mayor es que todos : y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. 30 Yo y el Padre una cosa somos. 31 Ent6nces volvieron i tomar piedras los Judios, para ape- drearlo. 32 Respondioles Jesus, Mu- cbas buenas obras os he mostra- do de mi Padre : ^ por qual obra de ellas me apedreais? 33 Respondi^ronle los Judios, diciendo, Por la bueua obra no te apedreamos ; sino por la blas- femia, y porqne tii siendo hom- bre te haces Dios. 34 Respondioles Jesus, dNo «sta escrito en vuestra ley, Yo dixe, dioses sois ? 35 Si * Uamo dioses d los que fue hecha palabra de Dios, y la Escritura no puede faltar, 36 ( A mi, que el Padre santi- fic6, y envio al mundo, vosotros decis, queblasfemo, porque dixe, Hijo soy de Dios ? 37 Si no hago obras de mi Pa- dre, no me creais. 38 Mas si las hago, aunque 6 mi no creais, creed a las obras : * Gr. dixo* 131 para que conozcais, y creais, que el Padre es en mi, y yo en ^1. 39 Y procuraban otra vez pren- derlo, mas 61 se sali6 de sus manos ; 40 Y fuese otra vez de la otra parte del Jordan, al lugar donde Juan estaba primero bautizaudo : y estiivose alii. 41 Y muchos venian & i\, y decian, Juan ciertamente ningu- na seiial hizo : mas todo lo que Juan dixo de este, fue verdad. 42 Y muchos creyeron alU en 61. CAP. XI. 1 "C^ ST ABA entonces enfer= W^J mo uno llamado Lazaro, de Bethania, aldea de Maria y de Marta hermana de ella. 2 Y Maria era la que ungi6 al Senor con ungiiento, y limpio sus pies con sus cabellos, cuyo her- mano Lazaro estaba enfermo. 3 Enviaron pues sus hermanas a 61, diciendo, Seiior, he aqui, el que amas esta enfermo. 4 Y oyendo/o Jesus, dixo, Esta enfermedad no es para muerte, sino para gloria de Dios: afin que el Hijo de Dios sea glo- rificado por ella. 5 Y amaba Jesus 4 Marta, y a su hermana, y a Lazaro. 6 Como oyo pues, que estaba enfermo, quedose entonces dos dias en el lugar donde estaba. 7 Luego despues de esto dixo i sus discipulos, Vayamos a Ju- dea otra vez. . 8 Dicenle los discipulos, Rabi, ahora procuraban los Judios ape- drearte ; ^ y vas otra vez alia ? 9 Respondio Jesus, i No tiene el dia doce horas ? El que anda de dia, no tropieza ; porque ve la luz de este mundo. 10 Mas el que anduviere de noche, tropieza ; porque no hay luz en 61. 11 Dicho esto, diceles despues, \M EVANGELIC SEGUN Lizaro nuestro amigo duerme; mas yo voy a despertailo del sueiio. 12 Dix^ronle entonces sua dis- cipnlos, Seiior, si duerme, sano •etara. 13 Mas esto decia Jesus de la muerte de Lazaro : y ellos pensa- ron que hablaba del sueiio de dormir. 14 Ent6nce8pues Jesus lesdixo elaramente, Lazaro es muerto. 15 Y huelgome per vosotros, que yo no haya estado alia, para que creais. Mas vayamos k el. 16 Dixo entonces Tomas, el que es Uamado Didimo, a los condiscipulos, Vayamos tambien nosotros, para que muramos con €1. 17 Vino pues Jesus, y hallolo que habia quatro dias que estaba en el sepulcro. 18 Y Bethania estaba cerca de Jerusalem como quince es- tadios. 19 Y muchos de los Judios ha- bian venido a Marta y a Maria, k consolarlas de su hermano. 20 Entonces Marta, como oy6 que Jesus venia, saliolo a recibir : mas Maria estabase sentada en casa. 21 Marta dixo a Jesus, Senor, si estuvieras aqui, mi hermano no fuera muerto : 22 Mas tambien s6 ahora, que todo lo que pidieres de Dios, te to dara Dios. 23 Dicele Jesus, Tu hermano resucitara. 24 Marta le dice, Yo s6 que resucitara en la resurreccion en el tiltimo dla. 25 Dicele Jesus, Yo soy la resurreccion y la vida : el que cree en mi, aunque este muerto, vivird : 26 Y todo aquel que vive, y cree en mi, no morira eternal- niente. ^ Crees esto ? 27 Dicele, Si, Seifor; yo he creido quo tu eres el Mesias, el Hijo de Dios, que habia de venir al mun«lo. 28 Y como hubo dicho esto, fu6se y llanio aparte a su herma- na Maria, diciendo, El Maestro esti aqui, y te llama. 29 Ella como oyo esto levin- tase prestamente, y viene a 61. 30 Porque Jesus aun no habia llegado al aldea; mas estabase en aquel lugar donde Marta lo habia salido k recibir. 31 Entonces los Judios que estaban en casa con ella, y la consolaban, como vieron que Maria se habia levantado pres- tamente, y habia salido, siguie- ronla, diciendo, Al sepulcro va para llorar alii. 32 Mas Maria como vino don- de estaba Jesus, vi^ndolo, derri- b6se a sus pies, dieiendole, Seiior, si hubieras estado aqui, no fuera muerto mi hermano. 33 Jesus entonces como la vio Uorando, y a los Judios que ha- bian venido juntamente con ella Uorando, gimio en espiritu, y turbose. 34 Y dixo, i Donde lo pusis- teis ? Dicenle, Seiior, Vcn y ve/o. 35 Y lloro Jesus. 36 Dixeron entonces los Ju- dios, Mirad, como lo amaba. 37 Y algunos de ellos dixeron, i No podia este, que abrio los ojos del ciego, hacer que este no muriera ? 38 Y Jesus gimiendo otra vez en si mismo, vino al sepulcro, que era una * boveda, la qual tenia una losa encima. 39 Dice Jesus, Quitad la losa. Marta, hermana del muerto, le dice, Seiior, yahiede : porque es de quatro dias. 40 Jesus le dice, ^- No te he di- cho, que si creyeres, veras la glo- ria de Dios ? 41 Entonces quitaron la losa de donde el muerto habia sid* * Ocuiva. S. JTJAN, CAP. XII. puesto. Y Jesus alzando los ojos en alto, dixo, Padre, gracias te liago, que nie has oido. 42 Que yo sabia que siempre me oyes : mas por causa de la compana que esta al rededor lo dixe, para que crean que tii me lias enviado. 43 Y liabicndo dicho esto, cla- ino k alta v^z, Liizaro, ven fuera. 44 Ent6nces el que habia sido niuerto sali^, atadas las nianos y los pies con vondas : y su rostro eslaba euvuelto en un sudario. Diceles Jesus, Desatadlo, y dc- xadlo ir. 45 Entonces muchos de los Judios, que habian venido a Ma- ria, y habian visto lo que habia hecho Jesus creyerou en 61. 46 Pero algunos de ellos se fueron ^ los Fariseos, y les dixe- ron lo que Jesus habia hecho. 47 Y los pontifices y los fari- seos juntaron consistorio, y de- cian, ^Qu6 haceinos? que este hombre hace niuchas seiiales. 48 Si lo dexamos asl, todos creer^n en 61 : y vendran los Roraanos, y quitaran nuestro lu- gar y nacion. 49 Entoiices Caifas, uno de ellos, sumo pontifice de aquel ano, les dixo, Vosotros no sabeis nada, 50 Ni pensais que nos con- viene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la na- cion se pierda. 51 Mas esto no lo dixo de si mismo : sino que como era el sumo pontifice de aquel ailo pro- fetizo, que Jesus habia de morir por la nacion : 5y Y no solamente por aquella nacion, mas tambien para que juntase en uno los hijos de Dios que estaban derramados. 53 Asi que, desde aquel dia consultaban juntos de matarlo, 54 De manera que Jesus ya no andaba publicamente entre los Judios, mas fu6se de alii ^ la 13,1 tierra que estii junto al desierto, ^ una ciudad llaniada Efraiin : y estabase alii con sus discipulos. 55 Y la pascua de los Judios se acercaba : y muchos de aque- lla tierra subieron k Jerusalem antes de la pascua, para puriti- carse. 56 Y buscaban k Jesus, y ha- bia ban los unos con los otros es- tando en el templo, i Que os pa- rece de que no liaya venido a la fiesta ? 57 Y los pontifices y los fari- seos habian dado mandamiento, que si alguno supiese donde es- tuviese, que lo manifestase, para que lo prendieaen. CAP. XII. 1 XESUS, pues, seis dias dntes t/ de la pascua vino a Betha- nia donde Lazaro habia sido muerto, al qual Jesus habia re- sucitado de los muertos. 2 Y hici^ronle alii una cena : y Marta servia, y Lazaro era uno de los que estaban sentados a la mesa jimtaraente con el. S Entonces Maria tom6 una libra de ungiiento de nardo li- quido, de mucho precio, y ungi6 los pies de Jesus, y limpio su» pies con sus cabellos ; y la casa se hinchio del olor del ungiiento. 4 Y dixo uno de sus discipu- los, Judas Iscariota, hijo de Si- mon, el que lo habia de entregar, 5 ^Porqu6 no se ha vendido este ungiiento por trecientos di- neros, y se di6 k los pobres ? 6 Mas dixo esto, no por el cui- dado que 61 tenia de los pobres : pero porque era ladron, y tenia la bolsa, y traia lo que se echaba en ella. 7 Ent6nces Jesus dixo, D6xa- la : para el dia de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre N 1S4 EVANGELIC SEGUN los tendrils con vosotros ; mas ^ mi no siempre me tendinis. 9 Entonces mucha compana de los Judios enteiidio que el es- tabaalli; y vinieronnosolamente poi causa de Jesus, mas tambien por ver a Lazaro, al qual habia resHcitado de los muertos. 10 Consultaron asimismo los principes de los sacerdotes de matar tambien a Lazaro : 11 Porque muchos de los Ju- dios por causa de el iban, y creian en Jesus. 12 El dia siguiente mucha compaiia que habia venido a la fiesta, como oyeron que Jesus venia a Jerusalem, 13 Tomaron ramos de palmas, y sali^ronle k recibir, y clama- ban, Hosanna; Bendito el que viene en el norabre del Seiior, el Rey de Israel. 1 i Y hall6 Jesus un asnillo, y sentose sobre ^1, como esta es- crito, 15 No temas, 6 Hija de Sion : he aqui, tu Rey viene asentado sobre un pollino de una asna. 16 Mas estas cosas no las en- tendieron sus discipulos al prin- cipio. Empero quando Jesus f'ue glorificado, entonces se acor- daron que estas cosas estaban escritas de 61, y que le hicieron estas cosas. 17 Y la compaiia que estaba con 61 daba testimonio de quan- do llamo a Lazaro del sepulcro y lo resucito de los muertos. 18 Por lo qual tambien habia venido la compaiia ^ recibirlo ; porque habian oido que 61 habia hecho esta senal. 19 Mas los fariseos dixeron entre si, < Veis que nada apro- vechais? He aqui que el raun- do se va tras 61. 20 Y habia algunos Griegos de los que habian subido a adorar en la fiesta. 21 Estos, pues, se llegaron a Eelipe, que era de Bethsaida de Galilea, y rogaronle, diciendo, Senor, querriamos ver k Jesus. 2'2 Vino Felipe, y dixolo a Andres : Andres ent6nces y Fe- lipe lo dicen a Jesus. 23 Ent6nces Jesus les respon- di6, diciendo, La hora viene en que el Hijo del hombre ha de ser glorificado. 24 En verdad, en verdad os digo, que si el grano de trigo, que cae en la tierra, no muriere, 61 solo queda : mas si muriere, mucho fruto lleva. 25 El que ama su * vida, per- derlaha: y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardara. 26 El que me sirve, sfgame: y donde yo estuviere, alii tam- bien estara mi siervo. El que me sirviere, mi Padre lo hon- rara. 27 Ahora es turbada mi ani- ma : e y q«6 dir6 ? Padre, s^Iva- me de esta hora : mas por eso he venido en esta hora. 28 Padre, glorifica tu nom- bre. Ent6nces vino una voz del cielo, diciendo J Y helo glorifica- do, y glorificarlo he otra vez. 29 Y la compaiia que estaba presente, y la habia oido, decia que habia sido trueno : otros de- cian. Angel le ha hablado. 30 Respondio Jesus, y dixo. No ha venido esta voz por mi causa, sino por causa de voso- tros. 31 Ahora es el juicio de este mundo : ahora el principe de este mundo sera echado fuera. 32 Y yo si t'liere levantado de la tierra, a todos traer6 a mi mismo. 33 Y esto decia dando a en- tender de qu6 muerte habia de morir. 34 Respondiole la compaiia, Nosotros habemos oido de la ley, que el Mesias permanece para * Gr. anima. S. JUAN CAP. XIII. 135 siempre: ;coino, pues, dices tu, Conviene que ol Hijo delhombre sea levantado? ^ Quien es este Hijo del hombre ? 35 Entonces Jesus les dice, Ann por un poco estard la luz entre vosotros: andad entietanto que teneisluz, porque no os com- preliendan las tinieblas ; porque el que anda en tinieblas, no sabe donde va. 36 Entre tanto que tenels la luz, creed en la luz, para que seais hijos dc luz. Estas cosas hablo Jesiis, v fucse, y escon- diose de ellos. 37 Y aunque habia hecho tan- tas seiiales, no creian en ^1 : 38 Para qne se cumpliese la palabra del profeta Isaias, que dixo, Senor, jquien ha crcido a nnestra palabra? ^y el brazo del Seiior a quien es revelado ? 39 Por esto no podia n crcer, porque otra vez dixo Isaias, ■10 Cego los ojos de ellos, y endurecioies el corazon; porque no vean de los ojos, y enticndan de corazon y se conviertan, y yo los sane. 41 Estas cosas dixo Isaias, quando vio su gloria, y hablo de el. 42 Con todo eso ann de los principes niuchos creyeron en ^1 : mas por causa de los fariseos no lo confesaban, por no ser echa- dos de la sinagoga. 43 Porque aniaban mas la glo- ria de los liombres, que la gloria de Dios. 44 Mas Jesus clamo, y dixo, El que croe en rai, no cree en mi, sino en el que me envio. 45 Y el que me ve, ve al que me envio. 46 Yoluz he venidoal mundo, para que todo aquel que cree en mi no permanezca en tinie- blas. 47 Y el que oyere mis pala- bras,y no creyere, yo no lo juzgo: j)orque no be venido a juzgar al mundo, mas a salvar al mundo. 48 El que me dosccha, y no recibe mis palabras, tiene quien lo juzgue: la palabra que he ha- blado, ella lo juzgara en el ulti- mo dia. 49 Porque yo no he hablado de mi mismo : mas el Padre que me envio, ^1 me di6 mandamien- te de lo que tcngo de decir, y de lo que tengo de hablar. 50 Y s^ que su mandamiento es vida elerna. Asi que, lo que yo hablo, como el Padre me lo ha dicho, asi lo hablo. 'A CAP. XIII. NTES de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesus que su bora era venida para que pasase de cste mundo al Padre, como habia amado a los suyos que estaban en el mundo, amolos liasta el fin. 2 Y la cena acabada, como el dia bio ya habia metido en el corazon de Judas Iscariota, hijo de Simon, que lo entregase: 3 Sabiendo Jesus que el Padre le habia dado todas las cosas en las manos, y que habia salido de Dios, y k Dios iba: 4 Lev^ntase de la cena, y quitase la ropa, y tomando una toalla, ciiiose. 5 Luego ech6 agua en una palangana, y comenzo alavar los pies de los discipulos, y k lim- piarlos con la toalla con que estaba ceiiido. 6 Vino pues i Simon Pedro : y Pedro le dice, Senor, } tu me lavas los pies ? 7 Respondio Jesus, y dixok, Lo que yo hago, tu no lo sabes ahora ; mas saberlo has despues. 8 Dicele Pedro, No me lava- ras los pies jamas. Rcspondiole Jesus, Si no te lavare, no tendras parte conmigo. 9 Dicele Simon Pedro, Senor, N2 13«5 EVANGELIO SEGUN no solamente mis pies, mas aun las manos y la cabeza. 10 Dicele Jesus, El que est^ lavado, no ha menestcr sino lavar los pits, mas estron a Jesus. Y CAP. XX. EL primer dia de los Sdbados Maria Magdale- na vino de manana, siendo aun obscuro, al sepulcro, y vi6 la lo- sa quitada del sepulcro. 2 Ent6uces corri6, y vino k Simon Pedro, y al otro discipulo, al qual amaba Jesus, y diceles, Llevado ban al Senor del sepul- cro, y no sabemos donde lo ban puesto. 3 Y sali6 Pedro, y el otro dis- cij)ulo, y vinieron aJ sepulcro. 4 Y corrian los dos a la par : mas el otro discipulo se adelanl6 corriendomas apriesa que Pedro, y vino primero al sepulcro. 5 Y abaxandose d mirar, vio los lienzos puestos : mas no entro. 6 Vino pues Simon Pedro si- guiendolo, y entro en el sepulcro, y vi6 los lienzos puestos; 7 Y el sudario, que habia es- tado sobre su cabeza, no puesto con los lienzos, sino aparte en un lugar, envuelto. 8 Entonces, pues, entro tam- bien el olro discipulo, que habia venido primero al monumento, y vio, y creyo. 9 iPorque aun no sabian la Escritura, que era menester que resucitase delos muertos. 145 10 Y volvi^ronse los disciptj- ios a los suyos. 11 Empero Maria estaba fuera Uorando cerca del sepulcro : y estando lloraiulo, iuclinose a mirar el sepulcro. 12 Y vio dos angeles en ropa« blancas, que estaban sentados el uno -k la cabecera, y el otro a lo8 pies, donde el cuerpo de Jesus habia sido puesto. 13 Y dixeronle, Muger, i per- qtie Uoras? Diceles, Hanrae lle- vado k mi Seuor, y no se donde lo ban puesto. 14 Y como bubo diclio esto, volviose a mirar atras, y vio a. Jesus que estaba alii, mas no sa> bia que era Jesus. 15 Dicele Jesus, Muger, i por- que lloras ? i a quien buscas ? Ella, pensando que era el horte- lano, dicele, Seiior, si tu lo has llevado, dime donde lo has pues- to, y yo lo llevar^. 16 Dicele Jesus, Maria. Vol- viendose ella, dicele, Rabboni; que quiere decir. Maestro. 17 Dicele Jesus, No me toques; porque aun no he subido a mi Padre : mas v6 a mis hermanos, y diles, Subo k mi Padre, y k vuestro Padre ; a mi Dios, y k vuestro Dios. 18 Vino Maria Magdalena dan- do las nuevas a los discipulos, de que habia visto al Seiior, y que le habia dicho estas cosas. 19 Y como fu6 tarde aquel dia el primero de los sabados, y las puertas estaban cerradas, donde los discipulos estaban juntos por miedo de los Judios, vino Jesus, y pi'isose en medio, y dixoles, Paz sea con vosotros. 20 Y como hubo dicho esto, mostroles las manos y el costado. Ent6nces los discipulos se goza« ron, viendo al Seiior. 21 Entonces diceles otra vez, Paz sea con vosotros. Como me envio el Padre, asi tambieu y» OS envio. O 146 EVANGELIC SEGUN 22 Y como hiibo dicho esto, sopl6, y dixoles, Recibid el Es- piritu Santo. 23 A los que soltareis los pe- cados, les son sueltos ; & los que los retuviereis, seran retenidos. 24 Empero Tomas uno de los doce, llamado Didimo, no estaba con ellos quando vino Jesus. 25 Dix^ronle pues los otros discipulos, Al Seiior hemos visto. Y ^1 les dixo, Sino viere en sus manos la senal de los clavos, y metiere rai dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creer^. 26 Y ocho dias despues esta- ban otra vez sus discipulos den- tro, y con ellos Tomas : vino Je- sus, las puerteis cerradas, y pu- sose en medio, y dixo, Paz sea con vosotros. 27 Luego dice k Tomas, Mete tu dedo aqui, y ve mis manos ; da ac^ tu mano, y meteZa en mi costado : y no seas incredulo, £ino iiel. 28 Ent6nces Tomas respondio, y dixole, Seiior mio, y Dios mio. 29 Dicele Jesus, Porque me has visto, 6 Tomas, creiste : bien- aventurados los que no vieron, y creyeron. SO Tambien otras mucbas se- nales hizo Jesus en presencia de sus discipulos, que no estan es- critas en este libro. 31 Estas empero son escritas, para que creais que Jesus es el Mesias, el Hijo de Dios ; y para que creyendo hayais vida eterna en su nombre. CAP. XXI. ^ n JL^ Jesus otra vez a sus dis- cipulos a la mar de Tiberias ; y manifestose de esta manera. 2 Estaban juntos Simon Pedro y Tomas llamado Didimo, Na- tanael, el que era de Cana de Galilea, y los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discipulos. 3 Diceles Simon Pedro, A pes- car voy. Dicenle, Vayamos nos- otros tambien contigo. Fueron, y subieron luego en un navib : y aquella noche no tomaron nada. 4 Y venida la maiiana, Jesus se puso a la ribera : mas los discipulos no eutendieron que era Jesus. 5 Diceles pues, Mozos, i teneis algo de comer ? Respondi^ronlc, No. 6 Y el les dice, Echad la red a la manderecha del navio, y hallar^is. Ent6nces echaron, y no la podian en ninguna manera sacar, por la multitud de los peces, 7 Dixo entonces aquel disci- pulo, al qual amaba Jesus, vi Pe- dro, El Seiior es. Entonces Si- mon Pedro, como oyo que era el Seiior, ciiiose la ropa, (porque estaba desnudo,) y echose a la mar. 8 Y los otros discipulos vinie- ron con el navio : porque no es- taban lejos de tierra, sino como docientos codos, tirando de la red de los peces. 9 Y como descendieron d tier- ra, vieron ascuas puestas, y un pece encima de ellas, y pan. 10 Diceles Jesus, Traed de los peces que tomasteis ahora. 11 Subio Simon Pedro, y traxo la red a tierra, Uena de grandes peces, ciento y cinqiienta y tres: y siendo tantos, la red no se rompi6. 12 Diceles Jesus, Venid, co- rned. Y ninguno de los discipu- los le osaba preguntar, ^ Tu quien eres ? sabiendo que era el Seiior. 13 Asi que, viene Jesus, y to- ma el pan, y dales, y asimismo del pece. 14 Esta ei'a ya la tercera vez que Jesus se manifesto a sus dis- cipulos habiendo resucitado de los muertos. S. JUAN, CAP. XXI. 15 Pnes como hubieron comi- do, Jesus dixo 4 Simon Pedro, Simon, liyo de Jona, ^dmasme mas que estos? Dicele, Si, Se- nor, tu sabes que te amo. Di- cele, Apacienta mis corderos. 16 Vuelvele k decir la segun- da vez, Simon, hijo de Jona, i ^masme r Resp6ndele, Si, Se- iior : tu sabes que te amo. Di- cele, Apacienta mis oveja». 17 Dicele la tercera vez, Si- mon, hijo de Jona, ^ ^masme ? Entristeciose Pedro, de que le dixesc la lercera vez, i Amasme ? Y dicele, Seiior, tu sabes todas las cosas ; tu sabes que te amo. Dicele Jesus, Apacienta mis ovejas. 18 En verdad, en verdad te digo, quando eras mozo, ceiiiaste, y ibaji donde querias : mas quan- do ya fueres viejo, estenderas tus manos, y ceiiirte ha otro, y pasarte ha donde no querias. 19 Y esto dixo, dando a en- tender con que muerte babia de glorificar a Dios. Y dicbo esto, dicele, Sigueme. 20 Vuelto Pedro, ve 4 aquel Uiscipulo ai qual amaba Jesus, 147 que tambien se que seguia, el habia recostado a su pecho en la cena, y le habia dicho, Seiior, ( quien es el que te ha de entre- gar? 21 Asi que, como Pedro vio a este, dice a Jesus, Senor, ^y este qu6 ? 22 Dicele Jesus, Si quiero que ^1 quede hasta que yo venga, * i qu6 k ti ? Sigueme tii. 23 Sali6 pues esta palabra en- tre los hermanos, que aquel dis- cipulo no habia de morir : y Je- sus no le dixo. No morira ; sino. Si quiero que 61 quede hasta que yo venga, ; que a ti ? 24 Este es aquel discipulo que da testimonio de estas cosas, y escribio estas cosas : y sabe- mos que su testimonio es verda- dero. 25 Hay tambien otras muchas cosas que hizo Jesus, que si se escribiesen cada una por si, ni aun en el mundo pienso que ca- brian los libros que se habrian de escribir, * I Que tienes que ver en esat LOS ACTOS DE LOS APOSTOLES. CAP. T. 1 Bj^N el primero libro habe- " JJi mos, O Te6fiIo, hablado fie todas las cosas que Jesus co- menzo a hacer y a ensenar. 52 Hasta el dia que habiendo dado mandamientos por Espiritu Santo k los apostoles que esco- gio, fue recibido arriba : 3 A los quales despues de ha- ber padecido, se present© vivo en muchas pruebas, apareci^n' doles por quarenta dias, y lia- bi^ndoles del reyno de Dios. 4 Y junt^ndolos, les mando que no se fuesen de Jerusalem, mas que esperasen la promesa del Padre, que oisteis (dice J de inf. 5 Porqae Juan ciertamente bantiz6 en agua: mas vosotros serais bautizados en Espiritu ilanto no muchos dias despues de estos. 6 Entonces los que se habian juntado, le preguntaron, dicieu- do, Seuor, ^restituiras el reyno d Israel en este tiempo ? 7 Y dixoles, No es vuestro saber los tiempos 6 las sazones, que el Padre puso en su sola potestad. 8 Mas recibir^is la virtud del Espiritu Santo que vendrasobre vosotros; y serme hcis testigos en Jerusalem, y en toda Judea, y Samaria, hasta lo ultimo de la tierra. 9 Y habiendo dicho estas co- sas, viendoZo ellos, tu6 levanta- do en alto, y una nube lo reci- bio, y 10 quilo de delante de sus «jos. 10 Y teniendo ellos los ojo» blncados en el eielo entre tanto que 61 iba, he aqui, dos varones se pusieron junto a ellos en ves- tidos blancos ; li Los quales tambien lea dixeron, Varones Galileos, pultado, y su septilcro csta entre nosotros hasta el dia de hoy. 30 Asi que, siendo profeta, y sabiendo que con juramento le habia Dios jurado, que del fruto de sus lomos, quanto k la carne, habia de levantar al Mesias, para sentarlo sobre su trono ; 31 Previ^udolo, hablo de la resurreccion de Cristo, que su anima no haya sido dexada en el infierno, ni su carne haya visto corrupcion. 32 A este Jesus resucito Dios, de lo qual todos nosotros somos tesligos. 33 Asi que, levantado por la diestra de Dios, y recibiendo del Padre la promesa del Espiritu .Santo, ha derramado esto, que vosotros ahora veis y ois. 34 Porque David no subi6 k los cielos : empero cl dice, Dixo el Senor k mi Seiior, Asi^ntate k mis diestras, 35 Hasta que poi^a tus ene- migos por estrado de tus pies. 36 Sepa pvies certisimamente toda la casa de Israel, que k este ha hecho Dios Seiior y Mesias, a este Jesus, que vosotros crucifi- casteis. 37 Entonces oidas estas cosas, fueron compungidos de corazon, y dixeron a Pedro y k los otros ap6stoles, Varones hermanos, qu6 haremos? 38 Y Pedro les dice, Arrepen- tios, y bautizese cada uno de vosotros en el nombre de Jesu Cristo para perdon de pecados, y recibir^is el dou del Espiritu Santo. 39 l^orque ^ vosotros es hecha la promesa, y a vuestros hijos, y a todos los que estan lejos, d qualesquiera que el Seiior nues- tro Dios llamare. 40 Y con otras muchas pala- bras testificaba y los exhortaba, diciendo, Sed salvos de esta per- versa generacion. LOS APOSTOLES, CAP. VIII. isj 4t\ Los que, pues, alegremente recibieron su palabra, fueron bautizados : y fueion anadidas u la i^lcsia aqiiel dia coino tres mil * personas. 42 Y perseveraban en la doc- trlna de los apostoles, y en la comunion, y en el partimiento del pan, y en las oraciones. 43 Y toda persona tenia temor: y ninchas niavavillas y senales eran heclias por los apostoles. 44 Y todos los qnc cretan, estaban juntos, y tenian todas las cosas comunes ; 45 Y vendian las poseslones y las haciendas, y repartianlas a todos, como cada uno habia nienester. 46 Y perseverando unanimes cada dia en el leinplo, y partien- do el pan en las casas, comian juntos con alegria y con sencillez de corazon; 47 Alabando k Dios, y tenien- do gracia acerca de todo el pue- blo. Y el Seiior aaadia cada dia a la iglesia los que habian de ser salvos. CAP. III. (EDRO y Juan subian juntos al temple a la hora; de la oracion de las nueve. 2 Y un varon, que era coxo desde el vientre dtj su madre, era traido, al qual ponian cada dia a la puerta del templo, que es Uamada Hermosa, para que pidiese limosna k los que entra- ban en el templo : 3 Este como vio a Pedro y a Juan que comenzaban a eiitrar en er templo, rogabaZes que le diesen limosna^ 4 Y' Pedro con Juan puestos los ojos en ^l, dixo, Miranos. 5 Y el los miraba atentaniente, •sperando recibir algo de ellos. 6 Y Pedro dixo, Ni tengo pla- Gr. (inimas. ta ni oro ; mas lo que tengo, eso te doy : En el nombre de Jesu Cristo Nazareno, levantate y anda. 7 Y tomaudolo por la niano derecha, levantoio: y luego fue- ron fortificados sus pies y tobillos. 8 Y saltando pusose en pi6, y anduvo, y entr6 con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dies. 9 Y todo el pueblo lo vi6 an- dar^ y alabar a Dios : 10 Y conocianlo que el era el que se sentaba k la puerta Her- mosa del templo k pedir limosna : y fueron llenos de miedo y de espanto, par lo que le habia acontecido.^ 11 Y teniendo el coxo, que habia sido sanado, k Pedro y a Juan, todo el pueblo concurrio a ellos al portal llamado de Salo- mon, atonitos. 12 Lo qual viendo Pedro, res- pondio al pueblo, Varones Israeli- tas, ( porqu6 os maravillais de esto ? i O porqu6 poneis los ojos en nosotros, como si con nuestra virtud 6 santidad hubiesemos he- cho andar a este ? 13 El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado (\. su Hijo Jesus, al qual vosotros entregasteis, y negaslels delante de Pilato, juzgando 61 que debiu de ser suelto. 14 Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que se OS diese uu hombre homicida ; 15 Y matasteis el Autor de la vida, al qual Dios ha resucitado de los muertos : de lo qual nos- otros somos testigos. 16 Y en la fe de su nombre, JL amenazas y muerte con- tra los discipulos del Seiior, vino al principe de los sacerdotes, 2 Y demando de el letras pa- ra Damasco k las sinagogas, para que si hallase algunos hombres 6 mugeres de esta * secta, los tra- xese presos a Jerusalem. 3 Y yendo por el camino, acon- teci6 que llegando cerca de Da- masco, stibitamente lo cerco un resplandor de luz del cielo. 4 Y cayendo en tierra, oyo uu» voz que le decia, Saulo, Saulo, i porqu^ me persigues? 5 Y 61 dixo, ,; Quien eres, Se* iior? Y el Seiior dixo, Yo soy Jesus, k quien tii persigues : du- ra cosa te es dar coces contra el aguijon. 6 El temblando y temeroso dixo, Seiior, ^qiie quieres que haga? Y el Senor le dixo, Le- vantate, y entra en la ciudad, y decirsete ha lo que te convien© hacer. * Gr, camiiM, LOS APOSTOLES, CAP. IX. 7 Y los varones que lo a- rompaiiaban, quedaron at6nitos , oyendo ciertamente la voz, mas no viendo d nadie. 8 Entonces Saulo levant6se de tieira; y abriendo los ojos no veia d nadie : asi que, llevaudolo por la manO; meti^ronlo en Da- masco ; 9 Donde estuvo tres dias sin ver, y no comio ni bebio. 10 Habia entonces un disci- pulo en Damasco, llamado Ana- nias : al qual el Sefior dixo en vision, Ananias. Y ^1 respondio, Heme aqui, Seiior. 11 Y el Seiior le dixo, Levan- tate, y ve d la calle que se llama Derecha, y pregunta en casa de Jiidas por uno llamado Saulo de Tarso : porque he aqui que el ora, 12 Y ha visto en vision un va- ron llamado Ananias, que entra, y le pone la mano encima para que reciba la vista. 13 Ent6nces Ananias respon- dio, Seiior, oido he a muchos de este hombre, quantos males haya hecho d tus santos en Jerusalem : . 14 Y aun aqui tiene poder de los principes de los sacerdotes de prender a todos los que invo- cart tu nombre. 15 Y dixolo el Senor, Ve : por- que vaso de elecion me es 6ste, para que lleve mi nombre de- lante de los Gentiles, y de los reyes, y de los hijos de Israel: 16 Porque yo le mostrar^ quan- to le sea menester que padezca por mi nombre. 17 Ananias ent6nces fue, y entr6 en la casa; y poni^ndole las manos encima, dixo, Herma- no Saulo, el Seiior Jesus que te aparecio en el camino por donde venias, me ha enviado, para que recibas la vista, y seas lleno de Espiritu Santo. 18 Y subitamente se le caye- ron de los ojos como escamas ; y recibio luego la vista, y levan- 161 tandose tu6 bautizado. 19 Y como comi6, fu6 confor- tado : y estuvo Saulo con los dis- cipulos que estaban en Damasco, por algunos dias. 20 Y luego en las sinagogas predicaba a Cristo, que 6ste era el Hijo de Dios. 21 Y todos los que lo oian es- taban atonitos, y decian, ^ No es este el que destruia en Jerusa- lem a los que invocan este nom- bre, y d eso vino acd, para lle- varlos presos d los principes de los sacerdotes ? 22 Empero Saulo mucho mas se esforzaba, y confundia a los Judios que moraban en Damas- co, afirmando que 6ste es el Me- sias. 23 Y como pasaron muchos dias, los Judios tomaron consejo entre si de matarlo. 24 Pero sus asechanzas fueron entendidas de Saulo : mas ellos guardaban las puertas de dia. y de noche para matarlo. 25 Ent6nces los discipulos to- mandolo de noche, lo guindaroa por el muro metido en una es- puerta. 26 Y como Saulo vino a Jeru- salem, tentaba de juntarse con los discipulos: mas todos teniau miedo de ^1, no creyendo que era discipulo. 27 Ent6nces Barnabas tomdn- dolo, trdxolo d los ap68tole8, y conto como habia visto al Seiior en el camino, y que le habia ha- blado ; y como en Damasco ha- bia hablado confiadamente en el nombre de Jesus. 28 Y entraba y salia con ellos en Jerusalem. 29 Y hablaba confiadamente en el nombre del Sehor Jesus, y disputaba con los Griegos : mas ellos procuraban de matarlo. 30 Lo qual como los hermanos entendieron, acompandronlo has- ta Cesarea, y envidronlo a Tarso. 31. Las iglesias ent6nces por P 3 162 LOS ACTOS DE toda Judca, y Galilea, y Samaria, tenian paz, y eran edificadas ; andando en el temor del Senor, y con consuelo del Espiritu San- to, eran multiplicadas. 32 Y acontecio, que Pedro vlsitandolas d todas, vino tam- bien k los santos que habitaban en Lida. 53 Y hall6 alii a uno que se llamaba En^as^ que habia ya echo aiios que estaba en cama, que era perlatico. 54 Y dixole Pedro, En^as, Jesu Cristo te sana: levantate, y hazte tu cama. Y luego se levanto. 35 Y vi^ronlo todos los que habitaban en Lida y en Sarona ; Ids quales se convirtieron al Senor. 36 Entonces en Jope habia una discipula llamada Tabitha, que interpretada quiere decir * D6rcas. Esta era Uena de bucnas obras, y de limosnas que hacia. 37 Y aconteci6 en aquellos dias, que enfermando murio : a la qual despues de lavada, pusie- ron en una sala alta. 38 Y como Lida estaba cerca de Jope, los discipulos oyendo que Pedro estaba alii, cnvidroule dos hombres, rogandole, No te detengas de venir hasta nosotros. 39 Pedro entonces levantan- dose, vino con ellos : y como lleg6, Uev^ronlo a la sala alta, do-nde lo rodearon todas las viu- das llorando, y mostrandole las tdnicas y vestidos que Dorcas les hacia, quaudo estaba con cllas. 40 Ent6nces echados fuera to- dos, Pedro puesto de rodillas, «r6 : y vuelto al cuerpo, dixo, Tabitha, levantate. Y ella abri6 los ojos ; y viendo d Pedro, se sent6. 41 Y ddndole H la mano, la levantd. Entonces llamando a * Gama, los santos y a lag viudas, dioselir viva. 42 Esto fu6 notorio pot toda Jope, y creyeron muchos en cl Senor. 43 Y acontecio, que se qued6 muchos dias en Jope en casa de un cierto Simon curtidor. CAP. X. 1 ^LT HABIA un varon en ¥ Cesarea llamado Corne- lio, centurion de la compaiiia que se llamaba la Ttaliana ; 2 Pio, y temeroso de Dios con toda su casa, y que hacia muclias limosnas al pueblo, y que oraba d Dios siempre. 3 Este vio en vision raanifies- tamente, como a la hora de las nueve del dia, que un dngel de Dios entraba a ^1, y le decia, Cornelio, 4 Y ^1, puestos los ojos en 61, espantado dixo, ^Que es, Sciior? Y dixole, Tus oraciones y tus limosnas han subido en memoria eu la presencia de Dios. 5 Envia pues ahora varones & Jope, y haz venir d un Simon, que tiene por sobrenombre Pedro. 6 Este posa en casa de un Si- mon curtidor, que tiene su casa junto d la mar : 6ste dira lo que te conviene hacer. 7 Y ido el dngel que hablaba con Cornelio, llamo dos de sus criados, y un soldado temeroso del Senor, de los que se llegaban a ol; 8 A los quales despues de ha- b^rselo contado todo, enviolos a Jope. 9 Y un dia despues, yendo ellos su carnino, yllegando cerca de la ciudad, Peclro subio sobre la casa a orar, cerca de la hora^ sexta. 10 Y acontecio, que le vino- una grande hambre, y quiso co- mer: y aparejandole ellos, cay6 sobre ^1 un extasis, 11 Y vi6 el cielo abierto, y LOS APOSTOLES <]\xe doscendiaa 61 nn vaso, como mi gran lienzo, que atado de los qiiatro cantos, era abaxado del cielo a la tierra ; 12 En el qual habia de todos los animales de qiiatro pies de la tierra, y fieras, y reptiles, y aves del cielo. 13 Y vinole una voz, Levun- tate Pedro, mata y come. 14 Entonces Pedro dixo, 3e- Bor, no ; porque ninguna cosa comun y inmunda he coraido jamas. 15 Y la voz le volvi6 4 decir la segunda vez, Lo que Dios limpi6, tu no lo ensiicies. 1 6 Y esto fu^ hecho por tres ▼eces : y el vaso volvio k ser recogido en el cielo. 17 Y estando Pedro dudando dentro de si, que seria la vision que habia visto, he aqui los va- rones que habian sido enviados de Cornelio, que preguntando por la casa de Simon, Uegaron a la puerta, 18 Y Uamando, pregiintaron si un Simon, que tenia por so- brenombre Pedro, posaba alii. 19 Y estando Pedro pensando en la vision, dixole el Espiritu, He aqui, tres varones t€ buscan. '20 Levantate pues, y descien- de, y no dudes de ir con ellos : porque \o los he enviado. 21 Entonces Pedro descen- diendo a los varones que le habia enviado Cornelio, dixo. Heme aqui, yo soy el que buscais: ique es la causa porque habeis veuidor 22 Y ellos dixeron, Cornelio centnrion,varonjustoy temeroso de Dios, y que tiene testimonio de toda la nacion de los Judios, h^ sido amonestado de Dios por >in sanlo angel, de hacerte venir a su casa, para oir tus palabras. 23 Ent6nces meti^ndolos den- tro, hospedolos : y el dia siguiente Icvantaudose, fu^se con ellos; y acompandronlo algunos de los hermanos de Jope. 163 24 Y otro dia despues entra- ron en Cesarea. Y Cornelio los estaba esperando, habiendo 11a- mado sus parientes y los amigo» mas familiares. 25 Y como Pedro enir6, Cor- nelio lo salio d recibir, y derri- bdndose k sus pies, ador6lo. 26 Y Pedro lo levantcS, dicien- do, Levantate; que yo tambien soy hombre. 27 Y hablando con 61, entr6, y hallo a muchos que se habian juntado. 28 Y dixoles, Vosotros sabeis que es cosa abominable a un va- ron Judio juntarse 6 llegarse a estracgero ; mas hame mostrado Dios, que a ningun hombre Uame comun 6 inmundo. 29 Por lo qual llamado he ve- nido sin dudar. Asi que, pre- gunto la causa porque me hayais- hecho venir. 30 Entonces Cornelio dixo, Quatro dias ha, que k esta hora yo estaba ayuno ; y a la hora de las nuese estando oraudo en mi casa, he aqui, un varon se puso delante de mi en vestido re«- plandeciente, 31 Y dixo, Cornelio, tn ora- cion es oida, y tus limosnas han venido en raemoria en la presen- cia de Dios. 32 Envia pues a Jope, y haz venir a un Simon, que tiene por sobrenombre Pedro ; este posa en casa de Simon curtidor, junto a la mar : el qual venido te ha- blara. 33 Asi que, luego en vie a ti ; y S6i LOS ACTOS DE ticia, le agrada. St) La palabra que declar6 it los hijos de Israel anunciando paz por Jesu Ciisto : (este es el SJeiior de todos :) 37 Vosotros sabeis que es he- cha por toda Jndea, coruenzando de Galilea, despues del bautismo que predic6 Juan ; 38 Como Dios ungi6 con Es- piritu Santo y con potencia a Jesus Nazareno : el qual andnvo haciendo bien y sanando todos los oprimidos del diablo ; porque Dios era con ^1. 39 Y nosotros soraos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea y en Jerusalem ; al qual mataron colgandolo en un madero. 40 A 6ste, Dios lo resucito al tercero dia, y hizo que apare- ciese manifiesto : 41 No a todo el pueblo, sino 4 los testigos que Dios habia an- tes ordenado, es a saber a noso- tros, que comiraos y bebimos jun- tamente con el, despues que re- sucito de los muertos. 42 Y nos mando que predica- semos al pueblo, y testificasemos que el es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 43 A este dan testimonio todos los prole tas, de que todos los que en el creyeren, recibir^n perdon de pecados por su nombre. 44 Estando aun hablando Pe- dro estas palabras, el Espiritu Santo cayo sobre todos los que oian el sermon. 45 Y espant^ronse los fieles que eran de la circuncision, que habian venido con Pedro, de que tambien sobre los Gentiles se derramase el don del Espiritu Santo. 46 Porque los oian hablar en lenguas, y magnificar a Dios. Entonces Pedro respondio, 47 ( Puede alguien inipedir el agua, para que no scan bautiza- tios estos, que han recibido el Espiritu Santo tambien como nosotros ? 48 Y mand61os bautizar en el nombre del Seiior. Y rogaronle que se quedase con ellos por algunos dias. CAP. XL 1 '\r OYERON los ap6stoles i y los hermanos que esta-' ban en Judea, que tambien los- Gentiles habian recibido la pa- labra de Dios. 2 Y como Pedro subi6 d Je- rusalem, contendian con el los que eran de la circuncision, 3 Diciendo, Que has entrado a hombres qiie tienen prepucio, y has comido con ellos. 4 Entonces comenzando Pe- dro, declar61es todo por orden, diciendo, 5 Estando yo en la ciudad de Jope orando, vi en 6xtasis una vision, es a saber, un vaso, como- un gran lienzo que descending que por los quatro cantos era- abaxado del cielo ; y venia has- ta mi. 6 En el qual como puse los ojos, consider^, y vi animales terrestres de quatro pies, y fie- ras, y reptiles, y aves del cielo. 7 Y 01 tambien una voz que medecia, Levantate, Pedroj ma- ta, y come. 8 Y dixe, Seiior, no ; porque ninguna cosa comun ni inmun- da entro jamas en mi boca. 9 Ent6nces la voz me respon- dio del cielo la segunda vez, Lo- que Dioslimpi6,no lo ensucies tii. 10 Y esto fu6 hecho por tres veces : y volvio todo a ser toma- do arriba en el cielo. 11 Y he aqui que luego tres varones sobrevinieron en la casa donde yo estaba, enviados a mi de Cesarea. i2 Y el Espiritu me dixo que rae fuese con ellos, sin dudar.. LOS APOSTOLES, CAP Y v'micron tambien conmif^o es- tos seis hermanos, y entramos en casa de im varon : 13 El qnal nos cont6 como ha- bia visto un ^ngel en su casa, que se paio, y le dixo, Envia * algunos a Jope, y haz venir a un Simon, que tiene por sobre- uombre Pedro; 14 El qual te hablar^ pala- bras, por las quales seras salvo, tii, y toda tu casa. 15 Y como comenc6 k hablar, cayo el Espiritii Santo sobre alios, tambien como sobre noso- tros al principio. 16 Entonces me acord^ del diclio del Seiior, como dixo, Juan ciertamente bautiz^ en agua; mas vosotros sereis bautizados en Espiritu Santo. 17 Asi que, si Dios les dio el mismo don, tambien como a no- sotros, que habemos creido en el Seiior Jesu Cristo; ;quien era yo, que pudiese estorbar a Dios? 18 Entonces oidas estas cosas, callaron, y glorificaron k Dios diciendo, De manera que tam- bien a los Gentiles ha dado Dios jienitencia para vida. 19 Y los que habian sido es- parcidos por la tribulacion que habia sucedido por causa de Es- tcvan, llegaron hasta Fenicia, y Chipre, y Antioquia, no hablan- do a nadie la palabra, sino a so- los los Judios. 20 Y entre ellos habia algunos varones Chipriotas y Cirenenses, los quales como entraron en An- tioquia, hablaron a los Griegos, anunciando al Seiior Jesus. 21 Y la mano del Seiior era con ellos : y gran numero de creyentes se convirtio al Seiior. 2!2 Y llego la fama de estas cosas a, oidos de la iglesia que estaba en Jerusalem; y enviaron 4 Barnabas, para que fuese hasta Antioquia. XII. 16$ 23 El qual como lleg6, y vi6 la gracia de Dios, goz;6se, y ex- hort6 d todos que permaneciesen enel prop6sito del corazon en el Senior. 24 Porque era varon bucno, y lleno de Espiritu Santo y de fe : y mucha compaua fue allegada al Seiior. 25 Y parti6se Barnabas 4 Tar- so a buscar a Saulo : y ballado, trdxolo d Antioquia. 26 Y conversaron todo un aiio alii con la iglesia, y enseriaron mucha compaiia : de tal manera que los discipulos fueron llama- dos Cristianos primeramente en Antioquia. 27 Y en aquellos dias desccH- dieron de Jerusalem profetas a Antioquia. 28 Y levantandose uno de ellos llamado Agabo, daba a entender por el Espiritu, que habia de iiaber una gran hambre por todo el mundo : la qual fu6 en tiempo de Claudio Cesar. 29 Entonces los discipulos, cada uno conforme a lo que tenia, determinaron de enviar subsidio dios hermanos que habi- taban en Judea. 30 Lo qual asimismo hicieron enviando a los ancianos por mauo de Barnabas y de Saulo. Gr, varones. CAP. XIT. Y EN el mismo tiempo el Rev Herodes puso las manos en afligir algunos de la iglesia. 2 Y mato a Jacobo el hermano de Juan a cuchillo. 3 Y viendo que habia agrada- do a los Judios, pas6 adelante para prender tambien a Pedro; y eran los dias de las cenceiias. 4 El qual preudido, echolo ea la carcel entregandolo ii quatro quaterniones de soldados que lo jguardasen; queriendo sacarlo a.L 166 LOS ACTOS DE pueblo dcspues de Pascua. 5 Asi que, Pedro estaba guar- dado en la cJircel ; y la iglesia liacia oracion a Dios por 61 sin cesar. 6 Y quando Her6des lo habia de sacar, aquella misma noche estaba Pedro diirmiendo eutre dos soldados, aprisionado con dos cadenas de hierro : y las guardas delante de la puerta, que guardaban la carcel. 7 Y he aqui, el angel del Se- fior sobrevino, y la luz resplan- dccio en la cdrcel ; y tocando a Pedro en el costado despert61o, diciendo, Levantate prestamen- te : y las cadenas se le cayeron de las nianos. 8 Y dixole el ^ngel, Cinete, y 4tate tus zapatos. Y hizolo asi. y dixole, Echate encima tu ropa, y sigueme. 9 Y saliendo, * seguialo, y no sabia que era verdad lo que hacia el dngel ; mas pensaba que veia vision. 10 Y cerao pasaron laprimera y segunda guarda, vinieron 4 la puerta de hierro que va k la ciu- dad ; la qual se les abrio de si misma: y salidos pasaron una calle ; y luego el angel se aparto de 61. 1 1 Ent6nces Pedro volviendo en si, dixo, Ahora entiendo ver- daderamente que el Seiior ha en- viado su angel, y me ha librado de la mano de Her6des, y de to- da la esperanza del pueblo de los Judios. 12 Y considerando esto vino 4 casa de Maria la madre de Juan, que tenia por sobrenom- bre Marcos, donde muchos esta- ban congregados y orando. 13 Y como Pedro Uamase k la puerta del zaguan, una mucha- cha llamada Rode salio a escu- char. 14 La qual como conoci6 la * Se. Pedro, voz de Pedro, de gozo no abri(> el zaguan, sin^ corriendo dentio di6 nuevas que Pedro estaba en el zaguan. 15 Y ellos le dixeron, Estas loca. Pero ella afirmaba que era asi. Ent6nces ellos decian, Su dngel es. 16 Mas Pedro perseveraba en Uamar: y como le abrieron, vie- ronlo, y espant^ronse. 17 Y {'I liaci^ndoles serial con la mano que callasen, cont61es como el Seiior lo habia sacado de la carcel. Y dixo, Haced saber esto a Jacobo y a los herrnanos. Y salido de alii se fu6 k otro lugar. 18 Siendo pues de dia huba gran turbacion entre los solda- dos siihre qu6 se hubiese hecho de Pedro. 19 Mas Her6des como lo bus- c6, y no lo hall6, despues de ha- ber examinado las guardas, man- dolos llevar. Y descendiendo de Judea k Cesarea, qued6se alii. 20 Y Her6des estaba enojado con los de Tiro y con los de Si- don : mas ellos vinieron Concor- des a el, y sobornado Blasto, que era el camarero del rey, pedian paz ; porque las tierras de ellos eran mantenidas de la tierra del rey. 21 Y un dia senalado, He- r6des vestido de ropa real, sen- tose en el tribunal, y habloles. 22 Y el pueblo aclamaba, Voz de Dios, y no de hombre. 23 Y luego el angel del Seiior lo hirio, por quanto no di6 la gloria a Dios : y comido de gu- sanos, espiro. 24 Mas la palabra del Seaor crecia, y era multiplicada. 25 Y Barnabas y Saulo vol- vieron de Jerusalem, cumplido- su servicio, tomando consigo k Juan, que tenia por sobrenombrS' Marcos. LOS APOSTOLES, CAP. XIII. CAP. XIII. 1 TT A BI A ent6nces en la igle- J._l. sia, que estaba en Antio- quia, profetas y doctores, Bar- nabas, y Simon llamado Niger, y Lucio Cireneo, y Manaen, que habia sido criado eon Her6des el tetrarca, y Saulo. 2 Ministrando pues ^stos al Seiior y ayunando, dixo el Espi- ritu Santo, Apartadme k Barna- bas y a Saulo para la obra d que I05 be llamado. 3 Entonces ayunando y oran- do, y poni^ndoles las manos en- cima, enviaronlos. 4 EUos pues enviados por el Espiritu Santo, descendieron d Seleucia ; y de alii navegaron a Chipre. 5 Y llegados 4 Salamina, anun- ciaban la palabra de Dios en las sinagogas de los Judios ; y te- nian tambien a Juan en el minis- terio. 6 Y como hubieron andado por toda la isla hasta Pafo, halla- ron nn encantador, falso profeta, Judio, llamado Barjesus : 7 El qual estaba con el pro- c6nsul, Sergio Paulo, varon pru- dente. Este llamaudo k Barna- bas y a Saulo, deseaba oir la pa- labra de Dios. 8 Pero Elimas el encantador, que asi se interpreta su nombre, les resistia, procurando de apar- tar de la fe al proc6nsul. 9 Entonces Saulo, que tambien es Pablo, Ueno de Espiritu San- to, poniendo en ^1 los ojos, 10 Dixo, O lleno de todo en- gano y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia, i no cesaras de trastornar los ca- minos rectos del Seiior ? 11 Ahora pues, he aqui la ma- no del Seiior contra ti, y ser^s ciego, que no veas el sol por tiempo. Y luego cayo en ^1 obs- curidad y tinieblas ; y andando 167 al rededor buscaba quleu le die- se la mano. 12 Entonces el proc6ngul, vien- do lo que habia acontecido, creyd, maravillado de la doctrina del Seiior. 13 Y partidos de Pafo Pablo y los que con 61 estaban, vinieron ^ Perge ciudad de Panfilia : en- tonces Juan apartandose de ellos, volviose k Jerusalem, 14 Y ellos pasando de Perge, vinieron d Antioquia ciudad de Pisidia, y entrando en la sinago- ga un dia de s4bado, asentironse. 15 Y despues de la leccion de la Ley y de los Profetas, lo» principes de la sinagoga envia- ron k ellos, diciendo, Varones hermanos, si hay en vosotios al- guna palabra de exhortacion pa- ra el pueblo, hablad. 10 Entonces Pablo levantan- dose, hecho silencio con la mano, dice, Varones Israelitas, y los que temeis k Dios, oid. 17 El Dios de este pueblo de Israel escogi6 a nuestros padres, y ensalz6 el pueblo, siendo ellos estrangeros en tierra de Egipto ; y con brazo levantado los sac6 de alii. 18 Y por tiempo de casi qua- renta aiios soporto sus costum- bres en el desierto. 19 Y destruyendo las siete gentes en la tierra de Canaan, reparti61es por suerte la tierra de ellas. 20 Despues de esto casi qua- trocientos y cincuenta anos, dio- les jueces, hasta el profeta Sa- muel. 21 Y entonces demandaron rey. Y dioles Dios k Saulo hijo de Cis, varon del tribu de Ben- jamin, por quarenta aiios. 22 Y quitado aquel, levantoles al Rey David ; al qual dio testi- monio, diciendo, He hallado 4 David hijo de Jes6, varon con- forme k mi corazon, el qual har4 todo lo que yo quiero. 168 LOS ACTOS DE 23 De la simicnte de cste, Dios, confoiine a la promesa, levauto a Jesus por Salvador i. Israel : 24 Predicando Juan delante de la faz de su venida el bautis- mo de penitencia a todo el pue- blo de Israel, 25 Mas como Juan curapliese 8u carrera, dixo, ^ Quien pensais que soy ? No soy yo aquel : mas he aqui, viene tras mi aguel cuyo zapato de los pies no soy digno de desatar. 26 Varones hermanos, bijos del linage de Abraham, y los que cntre vosotros temen a Dios, a vosotros es enviada esta palabra de salud. 27 Porque los que habitaban en Jerusalem, y sus principes, no conociendo a 6ste, eondenan- dolo, cnmpUeron las voces de los profetas, que se leen cada sdbado 28 Y sin hallar en H causa de muerte pidieron a Pilato que fuese muerto. 29 Y habiendo cumplido todas las cosas que de 61 eran escritas, quitando/o del madero lo pusie- ron en el sepulcro. 30 Mas Dios lo resucito de los inuertos. 31 El qual fue visto por mu- chos dias de los que habian su- bido juntamente con 61 de Gali- lea k Jerusalem ; los quales son sus testigos al pueblo. 32 Y nosotros os anunciamos aquella promesa que fu6 hecha 4 los padres ; 33 La qual Dios ha cumplido & los hijos de ellos, k nosotros, resucitando a Jesus ; como tam- bien en el Salmo segundo esta escrito, T6 eres mi hijo, yo te engendr^ hoy. 34 Y que lo resucit6 de los muertos, para nunca mas volver & corrupcion, asl lo dixo, Daros he las cosas santag de David firmes. 35 Por tanto en otra parte dice, No permitiras que tu San- to vea corrupcion. 36 Porque k la verdad David, habiendo servido en su edad al consejo de Dios, durmi6, y fH6 juntado con sus padres, y vi6 corrupcion. 37 Mas aquel que Dios resu- cito, no vio corrupcion. 38 S6aos pues notorio, varones hermanos, que por 6ste os es anunciada remision de pecados. 39 Y de todo lo que por la ley de Moyses no pudisteis ser jus- tificados, en este es justificado todo aquel que creyere. 40 Mirad pues, que no venga sobre vosotros lo que esti. dicho en los Profetas. 41 Mirad, 6 menosprcciadores, maravillaos, y desvaneceos : por- que yo obro obra en vuestros dias, obra que no la creereis, si 4lguien OS la contare. 42 Y salidos de la sinagoga de los Judios, los Gentiles les ro- garon que el sabado siguiente les hablasen estas palabras. 43 Y deshecha la congrega- cion, muchos de los Judios y de los religiosos * convertidos siguie- rou a Pablo y a Barnabas. Los quales hablandoles, persuadian- les que permaueciesen en la gra- cia de Dios. 44 Y el sabado siguiente jun- tose casi toda la ciudad a oir la palabra de Dios. 45 Entonces los Judios, vista la multitud de geiite, fueron lle- nos de zelo, y contradecian a lo que Pablo decia, contradiciendo y blasfemando. 46 Entonces Pablo y Barna- bas dixeron con toda libertad, A vosotros primeramente era me- nester que se os hablase la pala- bra de Dios : mas pues la dese- chais, y os juzgais indignos de ia vida eterna, he aqui, nos vamoa k los Gentiles. * Gr. proselitog. LOS APOSTOLES, CAP. XIV. 4? Porque asi nos lo mando C'l Sefior, dkiendo^ Hete pnesto para liiz de los Gentiles, para que >;eiis por salud hasta lo postrero de la tierra. 48 Y los Gentiles oyendo esto, se gozaron, y glorificaban la pa- lahra del Seiior. Y creyeron todos los que estaban dntes oidc- nados para vida eterna. 49 Y la palabra del Seiior era sembrada por toda aquella region. 50 Mas los Judios concitaron las niugeres pias y honestas, y los principales de la ciudad, y levan- taron persecncion contra Pablo y Barnabas ; a los quales echaron de sus t^'-rminos. 51 Ellas eutonces sacudicudo contra cllos el polvo de sus pies, vinieronse k Iconio. 52 Y los discipulos eran Ue- nos de gozo, y de Espiritu Santo. CAP. XIV. 1 -\r ACONTECIO en Ico- X nio, que entrando junta- mcnte en la sinagoga de los Ju- dios, hablarou de tal nianera, que creyo una gran multitud de Judios, y asimismo de Griegos. 2 Mas los Judios incr^dulos incitaron y corrompieron los ani- inos de los Gentiles contra los bernianos. 3 Con todo oMo se deiuvieron alii niuclio tiempo contiados en el Sefior; el qual daba testinio- iiio k la palabra de su gracia, dando que seiiales y milagros t'uesen hechos por las manos de ellos. 4 Mas la multitud de la ciudad se dividio ; y unos eran por los Judios, y otros por los ap6stoles. 5 Y haciendo impetu los Ju- dios y los Gentiles juntaniente con sus principcs, para afrentar- los y apedrearlos, 6 Entendi6ndolo, huy^rouse d 169 Listra y k Derbe, ciudades de Licaonia, y por toda la tierra al rededor. 7 Y alii predicaban el Evan- gelio. 8 Y un varon de Listra impc- dido de los pies estaba sentado, coxo desde el vientre de su ma- dre, que jamas habia andado : 9 Este oy6 hablar a Pablo : el qual como puso los ojos en ^1, y vio que tenia fe para ser sano, 10 Dtxo a gran voz, Lev<»n- late derecho sobre tus pies. Y el salto, y anduvo. 11 Entonces las companas, visto lo que Pablo habia heclio, alzaron la voz, diciendo en len- gua Lica6mca, D loses seniejan- tes a hombres ban deseendido a. nosotros. 12 Y a Barnabas llamaban Jupiter, y a Pablo, Mercnrio, porque 6ste era el que bablaba. 13 Y el sacerdote de Jupiter, que estaba delante de la ciudad de ellos, trayendo toros y guir- naldas delante de las pueitas, queria con el pueblo sacrificarles. 14 Lo qual como oyeron los apostole^, Barnabas y Pablo, rompiendo sus vestidos, saltaron en medio de la multitud, dando voces, 15 Y diciendo, Varones, ipor- qu6 haceis esto? Nosotros tam- bien somos hombres sujetos k las mismas pasiones que vosotros, que OS anunciaraos que de estag vanidades os convivtais al Dios vivo, que hizo el cielo, y la tierra y la mar, y todo quanto hay en ellos : 16 El qual en los tiempos pa- sados ha dexado k todas las gen- tes andar en sus caminos de ellos. 17 Aunque no se enor,que hace todas estas cosas. 18 Notorias son a Dios desde el siglo todas sus obras. 19 Por lo qual yo juzgo, que los que de los Gentiles se con- vierten a Dios, no han de ser inquietados : 20 Sino escribirles que se aparten de las contaminaciones de los idolos, y de fornicacion, y de ahogado, y de sangre. 21 Porque Moyses desde los tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinogogas, donde es leido cada sabado. 22 Entonces pareci6 bien a los apostoles y a los ancianos con toda la iglesia, elegir va- rones de ellos, y enviarlos a An- tioquia, con Pablo y Barnabas a Judas que tenia por sobre nombre Barsabas, y a Silas, va- rones priucipales autre los her manos : 23 Y escribir por mano de ellos aai : Los apostoles, y los ancianos, y los hermanos, k los hermanos que son de los Gentiles que estan en Antioquia, y en Siria, y en Cilicia, salud : 24 Por quanto habemos oido, que algunos que han salido de nosotros os han inquietado con palabras, trastornando vuestras animas, mandando circuncidaros y guardar la ley ; a los quales no mandamos tal cosa : 2a Hanos parecido congrega- dos en uno, de elegir varones, y enviarlos a vosotros, con nues- tros amados Barnabas y Pablo, 26 Hombres que han entre- gado sus vidas por el nombre de nuestro Seiior Jesu Cristo. 27 Asi que, enviamos a Jiidas y a Silas, los quales tambien de palabra os haran saber lo mismo. 28 Que ha parecido bien al Espiritii Santo, y i nosotros, de ninguna carga os poner, mas que estas cosas necesarias ; 29 Que OS aparteis de las co- sas sacrificadas a los idolos, y de sangre, y de ahogado, y de for- nicacion : de las quales cosas si OS guardareis, hareis bien. Dios sea con vosotros. 30 Ellos pues enviados vinie- ron a Antioquia ; y juntada la multitud, dieron la carta. 31 La qual como leyeron, go- zaronse de la consolacion. 32 Asimismo Judas y Silas, que tambien eran profetas, con- solaron y confirmaron los herma- nos con abundancia de palabra. 33 Y pasaudo alii alguu tiem- po, fueron enviados de los herma- nos a los apostoles en paz. 34 Mas a Silas pareci6 bien quedarse alii. 35 Y J'ablo y Barnabas se es- taban en Antioquia, enseiiando la palabra del .Seaor, y anuu- ciando el Evangelio, con otros muchos. 36 Y despues de algunos dias, Pablo dixo k Barnabas, Volva- mos a visitar los hermanos par Q 2 172 LOS ACTOS DE todas las ciudades en las quales habemos anunciado la palabra del Senor, yarn ver como les vd. 37 Y Barnabas queria que to- masen consigo 4 Juan, que tenia por sobrenonibre Marcos. 38 Mas Pablo era de parecer que el que se habia apartado de ellos desde Panfilia, y no habia ido con ellos a la obra, no fnese adniitido en la compania. 39 Y hubo tal contencion en- tre ellos^ que se apartaron el uno del otro : y Barnabas tomando a Marcos, naveg6 4 Chipre. 40 Y Pablo escogiendo ii Si- la*, partiose, enconiendadode los hernianos & la gracia de Dies. 41 Y anduvo la Siria y la Cili- eia, confirmando las iglesias. CAP. XVI. 1 "YT^ VINO hasta Derbe y jL Listra: y he aqui, esta- ba alii un discipulo llaniado Ti- moteo, hijo de una muger Judia fiel, mas de padre Griego : 2 De este daban buen testi- monio los hermanos que estaban en Listra y en Iconio. 3 Este quiso Pablo que fuese con ^1 ; y tomdndolo, circunci- dolo, por causa de los Judlos que estaban en aquellos lugares: porque todos sabian que su pa- dre era Griego. 4 Y como pasaban por las ciu- dades, dabanles que guardasen los decretos, que habian sido or- denados por los ap6stoles y an- cianos que estaban en Jerusalem. 5 Asi que, las iglesias eran eonfirmadas en fe, y crecian en Biimero cada dia. 6 Y pasando d Frigia y a la provincia de Galacia, fugles de- fendido por el Espiritu Santo de hablar la palabra en Asia. 7 Y como vinieron d Misia, tentaron de ir a Bitinia : mas el I'spiritn no los d«x6 ir. 8 Y pasando 4 Misia descen- dieron k Tr6ade, 9 Y fu6 mostrada 4 Pablo de uoche una vision : Un varon Ma- cedonio se puso dclante rogos. 10 Ent6nees los hermanos luego de noche enviaron 4 Pa- blo y d Silas a Berea : los quales i'omo Uegaron, entraron en la sinagoga de los Judios. 1 1 Y fueron los mas nobles de l4)s Judios, que estaban en Tesa- lonica, estos que recibieron la palabra con toda alegria, escu- driiiando cada dia las Escrituras, si estas cosas eran asi. 12 Y asi muehos de ellos ere* yeron, y mugeres Griegas bones- tas, y no pocos hombres. 13 Mas como entendieron los Judios de Tef:al6nica, que tam- bien en Berea era anunciada la palabra de Dios por Pablo, vi- uteron tambien ull^ alborotando al pueblo. 14 Empcro luego lo8 l.eruia- nos enviaron 4 Pablo llevasen a la fortaleza; y mand6 que fuese examinado con azotes, para saber porqu^ causa clama>- ban asi contra ^1. 25 Y como lo ataron con cor- reas, Pablo dixo al centurion que estaba presente, j Esos licito azotar a un hombre Romano sin ser condenado ? 26 Y como cl centurion oyo estOy fue al capitan, y diole avis« LOS APOSTOLES, CAP. XXIII. dtcrendo, jQu^ has de hacer? porque este hombre es Romano. 27 Viniendo el capitan, dixole, Dime, ( eres tii Romano ? Y ^1 dixo, Si. 28 Y respondi6 el capitan, Yo con mucha stima alcanc^ ese privilegio de cindadano. £n- tonces Pablo dixo, Pues yo lo soy de nacimiento. 29 Asi que, luego'se apartaron de ^1 los que lo habian de ator- mentar : y aun el capitan tam- bien tuvo temor, entendido que era Romano, por haberlo atado. 30 Y el dia siguiente, que- riendo saber de cierto la causa porque era acusado de los Ju- dios, quitole las prisiones, y man- do venir 4 los principes de los sacerdotes y k todo su consisto- rio ; y sacando a Pablo, presen- tolo delante de ellos. CAP. XXIII. 1 XJINTONCES Pablo, po- M^J niendo los ojps en el consistorio, dice, Varones her- manos, yo con toda buena con- ciencia he andado delante de Dies hasta el dia de hoy. 2 El principe de los sacerdo- tes Ananias mand6 entoncesalos que estaban delante de ^1, que lo hiriesen en la boca. 3 Ent6nces Pablo le dixo, Herirte ha Dies, pared blan- queada : ^ y tu estds seutado jnzgindome conforme a la ley, y contra la ley me mandas herirr 4 Y los que estaban presentes> dixerou, ^Al sumo sacerdote de Dios injurias P 5 Y Pablo dixo, No sabia, hermanos, que era el principe de los sacerdotes: que escrito esta, Al principe de tu puebio no maldeciras. 6 Entonces Pablo sabiendo que la una parte era de Sadu- ceos, y la otra de Fariseos, clam*^ ea el consistorio, Varones her- 183 manos, yo Fariseo soy, hijo de Fariseo : de la csperauza y de la resurreccion de los muertos soy yo acusado. 7 Y como hubo dicho esto, moviose disension entre los Fa* riseos y los Saduceos : y la mul- titud fu6 dividida. 8 Porque los Sadnceos dicen que no hay resurreccion, ni 4ngel ni espiritu; mas los Fariseos confiesan lo uno y lo otro. 9 Y hubo gran voceria. En- tonces se levantaron los Escribas de la parte de los Fariseos, y altercabau diciendo, Ningunmal hallamos en este hombre ; que si espiritu le ha hablado, 6 angel, no repngnemos k Dios. 10 Y habiendo gran tra religion he vivido Fariseo. 6 Y ahora por la esperanza de la promesa que hizo Dios k nuestros padres, soy Uaraado en juicio. 7 A la qual nuestros doce tri- bus, sirviendo a Dios perpetua- mente de dia y de noche, espe- ran que ban de venir : por la qual esperanza, 6 Rey Agripa, soy acusado de los Judios. 8 j Como ? j Teneis por cosa increible vosotros, que Dios re- sucite los muertos ? 9 Yo ciertamente habia deter- minado de hacer gran daiio con- tra elnombre de Jesus Nazareno. 10 Lo qual tambien hice en Jerusalem ; y yo encerre en c^r- celes a muchos de los santos, ha- biendo recibido poder de los principes de los sacerdotes ; y quando eran matados, yo di mi voto. 11 Y muchas veces por las sinagogas castigandolos, los force a blasfemar : y enfurecido sobre manera contra ellos, los persegui hasta en las ciudades estraaas. 12 En el qual tiempo yenda ijo k Damasco con poder y comi- sion de los principes de los sacer- dotes, 13 En mitad del dia, 6 Rey, vi en el camino una luz que so- brepujaba el resplandor del sol. la qual me rodeo, y a los que iban conraigo. 14 Y habiendo todos nosotros caido en tierra, oi una voz que me hablaba, y decia en lengua hebraica, .Saulo, Saulo, i porqu6 me persigues? dura cosa te es dar coces contra los aguijones. 15 Yo entonces dixe, jQuien eres, Senor? Y el dixo, Yo soy Jesus, a quien tii persigues. 16 Mas levantate, y tente so- bre tus pies : porque por eso tc 188 LOS ACTOS DE he aparecido, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de las que te mostrar^ : 17 Libr^ndote de este pueblo y de los Gentiles, k los quales ahora te envio ; 18 Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas k la luz, y de la potes- tad de Satanas a Dios : para que reciban por la fe que es en mi, remision de pecados, y pane en- tre los santiticados. 19 Por lo qual, 6 Rey Agripa, yo no fui rebelde k la vision ce- lestial. 20 Antes primeramente a los que estaban en Daniasco, y en Jerusalem, y por toda la tierra de Judea, y a los Gentiles, anun- ciaba que se emendasen y se con- eonvirtiesen a Dios, haciendo obras dignas de conversion. 21 Por esta causa los Judios tom^ndome en el templo, tenta- ron de matarme. 22 Mas ayndado del ayuda de Dios, persevero hasta el dia de hoy, dando testimonio a chicos y a grandes ; no diclendo nada fuera de las cosas que los profe- tas y Moyses dixeron que habian de venir : 23 Es a saber^ que el Mesias habia de padecer, que habia de ser el primero de la resurreccion de los muertos, que habia de anunciar luz a este pueblo y k los Gentiles. 24 Y diciendo ^1 estas cosas en su defensa, Festo k gran voz dixo, Loco estas, Pablo ; las mu- chas letras te tornan loco. 25 Y Pablo dice. No estoy loco, excelentisimo Festo, sino bablo patabra de verdad y de templanza. 26 Porque el rey sabe estas cosas, delante del qual tambien bablo libremente. Porque no pienso que ignora nada de esto : que esto no ha sido hecho por rincones. 27 ^Cree"?, Rey Agripa, 4 los Profetas ? Yo s6 que crees. 28 Entonces Agripa dixo ^ Pablo, Por poco me persuadiras que me haga Cristiano. 29 Y Pablo dixo, Deseo de- lante de Dios, que por poco y por mucho, no solamente tu, mas aun tambien todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales qual yo soy ; exceptas estas pri- siones. oO Y como hubo dicho estas cosas, levantose el rey, y el go- bernador, y Bernice, y los que se habian asentado con ellos. 31 Y conio se apartaron apar- te, hablaban los unos con los otros diciendo, Nijiguna cosa digna de rauerte ni de prision hace este hombre. 32 Y Agripa dixo a Festo, Este hombre podia ser dado por libre, si no hubiera apelado para Cesar. CAP. XXVII. 1 l\/rAS como fu^ determina- XtjI. do que habiamos de na- vegar para Italia, entregaron k Pablo y a algunos otros presos k un centurion llamado Julio, de la compania Augusta. 2 Asi que, embarcandonos en una nao Adramitina, nos parti- raos para navegar junto a los lu- gares de Asia, estando con nos- otros Aristarco Macedonio de Thesalonica. 3 Y otro dia llegamos k Sidon. Y Julio tratando k Pablo huma> namente, permitiole que fuese a los amigos para ser de ellos bien tratado. 4 Y partidos de alii navega- mos baxo Chipre ; porque los vientos eran contrarios. 5 Y habiendo pasado la mar que esta junto k <3ilicia y Panfi» Ua, venimos k Wira, ciudad de Licia. LOS APOSTOLES, CAP. XXVIf. 6 Y hallando alii el centurion una nao Alexandrina que nave- gaba a Italia, pusonos en ella. 7 Y navegando muchos des- pacio, y habiendo con dificultad llegado delante de Gnido, por- que el viento nos impedia, nave- ganios baxo Creta, junto 4 Sal- mone, 8 Y costeandola con gran di- ficnltad, venimos d un lugar lla- mado Buenos Puertos, cerca del qual cstaba la ciudad de Lasea. 9 Y pasado mucho tiempo, y jiendo ya peligrosa la navega- cion, porque ya era pasado el Siyuno, Pablo hs amonestaba, 10 Diciendo, Varones, yo veo, que con incomodo y mucho daiio, no solo de la cargazon y de la nao, mas aun de nuestras perso- nas, babra de ser la navegacion. 11 Pero el centurion creia mas al raaestre y al piloto, que a lo que Pablo decia. 12 Y no habiendo puerto c6 modo para invernar, los mas fue ron de parecer de partirse de alii, si en alguna manera pudiesen tomar k Fenix, y invernar alii que es un puerto de Creta que mira al Abrego y al Poniente. 13 Y venteando el Austro, pa- reci6ndoles que ya tenian lo que deseaban, partidos iban de cerca costeando i Creta. 14 Mas no mucho despues dio en ella un viento tempestuoso, que se llama Euroaquilon. 15 Y sieudo arrebatada de 61 la nao, que no podia resistir con tra el viento, dexada la nao a los vientoSy 6ramos lie v ados. 16 Y llevados hacia una peque na isla llamada Clauda, con difi- cultad pudimos tomar el batel : 17 El qual tomado, usaban de remedios cinendo el navio ; y temiendo que no diesen en las sirtes, abaxadas las velas eran asi llevados. 18 Y habiendo padecido una grandisima torraenta, el siguien- it9 te dia alijaron : 19 Y al tercero dia nosotros con nuestras manos cchamos los aparejos de la nao. 20 Y no pareciendo sol ni es- trellas por muchos dias, y sobre. viniendo una gran tormenta, ya era perdida toda la esperanza *de poder escapar. 21 Y habiendo ya mucho que no comiamos, entonces Pablo es- tando en pi6 en medio de ellos, dixo, Fuera cierto conveniente, 6 varones, oirme k mi, y no par- tir de Creta, y evitar este peligro y daiio. 22 Mas ahora os amonesto que tengais buen animo; porque nin- guna persona de vosotros peli- grara, sino solamente el navio. 23 Porque esta noche ha esta- do conmigo el angel de Dios, cuyo yo soy, y al qual sirvo, 21 Diciendo, Pablo, no temas ; menester es que seas presentada delante de Cesar: y he aqui, Dios te ha dado a todos los qu« navegan contigo. 25 Por tanto, 6 varones, tened buen animo : porque yo creo 4 Dios, que sera asi como me ha sido dicho. 26 Mas es menester que demos en alguna isla. 27 Em pero venida la cator- cena noche, y siendo llevados por el mar Adriatico, los mari- neros a la media noche sospecha- ron que estaban cerca de tierra; 28 Y echando la sonda, halla- ron veinte brazas : y pasando un poquito mas adelante, volvien- do a echar la sonda, hallaron quince brazas. 29 Y temiendo de dar t en al- gunas lugares asperos, echando quatro ancoras de la popa, de- seaban que viniese el dia. 30 Entonces procurando los marineros de huirse de la nao, Gr de nuestra salud^ ^ Enroeas. 190 LOS ACTOS DE cchando el batel k la mar, socu- lor de qucrer largar las ^ncoras de proa, 31 Pablo dixo al centurion y 4 los soldados, Si estos no que- dan en el navio, vosotros no po- dcis salvaros. 32 £nt6nces los soldados cor- taron las amarras del batel, y dex^ronlo perder. 33 Y como se comenzo k hacer de dia, Pablo exhortaba a todos que comiesen, diciendo, Este es el catorceno dia que esperais, y permaneceis ayunos no comien- do nada. 31 Por tanto ruegoos que co- mais por vuestra salud : que ni aun un cabello de la cabeza de ninguno de vosotros caer char, 6 de caer muerto de re- pente : mas habiendo esperado mucho, y viendo que ningun mal le venia, mudados, decian que era Dios. 7 En aquellos lugares habia heredade* de un principal de la isla, llamado Publio, el qual nos recibi6, y nos hospedo tres dias humanamente. 8 Y acontecio, que el padre de Publio estaba en cama en- fermo de fiebres y de camaras ; al qual Pablo entv6, y d^pues de haber orado, pusole las manos encima, y san61o. 9 Y esto hexr ho, tambien los otros que en la isla tenian eib> LOS APOSTOLES, CAP. XXVIII. ferniedadcs, Uegaban, y eran sanados. 10 Los quales tambien nos hicieron mucha honra. Y quan- de hubimos de parti r nos carga- ron de las cosas nccesarias. 11 As{ que, pasados tresmeses navegamos en una nao Alexan- drina, que habia invernado en la isla ; la qual tenia per ensena a Castor y d P61ux. 12 Y venidos a Siracusa, estu- vinios alii tres dias. 13 De donde costeando al re- dedor, venimos k Regio : y otro dia despues venteando el Austro, venimos el segundo dia a Pnzol: 14 Donde lialladus los herma- nos, rogdronnos que quedasemos con ellos siete dias : y asi veni- mos a Roma. 13 Doude oyendo de nosotros los hermanos, sali^ronnos k reci bir hasta el lucrcado de Apio, y las Tres Tiendas: a los quales corao Pablo vio, haciendo gra- cias a Dios, torao ^nimo. 16 Y como llegamos k Roma, '«! tienturton entrego los presos al general de los exercitos ; mas k Pablo fue permitido de estar por si, con un soldado que lo guardase. 17 Y aconteci6, que tres dias despues Pablo convoc6 los prin- cipales de los Judios : los quales como fueron juntos, dixoles, Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra los ritos de la patria, he sido entregado preso desde Jeru- salem en manos de los Romanos. 18 Los quales habi^ndose in- formado de mi, me querian soltar, por no haber en mi causa nin- guna de muerte. 19 Mas contradiciendo los Ju- dios, fui forzado de apelar k C6sar; no que yo tenga de que acusar a mi nacion. 20 Asi que, por esta cansa os he llaniado, para veros y habla- •ros: porque por la esperanza de 191 Israel estoy rodeado de esta ca- dena. 21 Ent6nces ellos le dixeron, Nosotros ni habemos recibido letras de Judea tocante k ti, ni viniendo alguno de los hermanos nos ha denunciado, ni hablado algun mal de ti. 22 Mas querlamos oir de ti lo que sientas : porque de esta secta notorio nos es que en todos lu- gares le contradicen. 23 Y ellos habi^ndole sena- lado el dia, vinieron k €\ muchos a la posada ; k los quales decla- raba testificando el reyno d* Dios, procurando persuadirles lo que es de Jesus, por la ley de Moyses y por los Profetas, desde la maiiana hasta la tarde. 24 Y unos creian lo que se les decia, y otros no creian. 25 Y como fueron entre si discordes, fueronse, diciendo Pa- blo esta palabra, Bien ha habla- do -el Espiritu Santo por el pro- feta Isaias k nuestros padres, 26 Diciendo, V6 k este pue- blo, y dileSy Con las orejas oir6is y no enteuder^is ; y viendo ve- reis, y no discernir^is : 27 Porque el corazon de cste pueblo fnl engrosado, y con las orejas oyeron pesadamente, y sus ojos han cerrado ; porque no vean con los ojos, y oygan con las orejas, y entiendan coti el cora- zon, y se conviertan, y yo los sane. 28 Seaos pues notorio, que k los Gentiles es enviada esta salud de Dios, y ellos oir^n. 29 Y habiendo dicho esto, los Judios se salieron, teniendo entre si gran contienda. 30 Pablo empero qued6 dos arios enteros en sn posada alqui- lada, y recibia k todos los qi»e venian a el, 31 Predicando el reyno de Dios, y enseiiando lo que es del Seiior Jesu Cristo con toda li- bertad, sin impedimento ninguno. L4 EPISTOLA DEL APOSTOL S. PABLO A LOS ROMANOS. CAP. I. 1 TT^ABLO, sieivo de Jesu Jl Cristo, llamado apostol, apartado para predicar el Evan- gelio de Dios ; 2 El qual habia intes prome- tido por SU8 profetas en las san- tas Escrituras : 3 De su Hijo, el qual fue he- cbo de la simiente de David se- gun la carne : 4 El qual Jesu Cristo, Seiior nuestro, fu6 declarado Hijo de Dios con potencia, segun el es- piritu de santificacion, por la resurrecion de los muertos: 5 Por el qual recibimos gracia y apostolado, para que se obe- dezca a la fe en todos los Genti- les por su nombre ; 6 Entre los quales sois tam- bien vosotros llamados de Jesu Cristo ; 7 A todos los que estais en Roma, amados de Dios, llamados santos : Gracia y paz haynis de Dios nuestro Padre, y del Serior Jesu Cristo. 8 Primeramente cierto hago gracias k mi Dios por Jesu Cristo acerca de todos vosotros, de que vuestra fe es divulgada por todo el mnjtdo. 9 Porque testigo me es Dios, al qual sirvo en mi espiritu en el Evangelio de su Hijo, que sin cesar me acuerdo de vosotros. 10 Siempre en mis oraciones rogando, si al fin algun tiempo iiaya de haber por la voluntad de Dios prospero viaje, para ve- nir k vosotros. 11 Porque os deseo ver, para repartir con vosotros algun don espiritual, para confirmaros : 12 Es A saber, para ser junta- mente consolado con vosotros, por la comun fe, vuestra y jun- tamente mia. 13 Mas no quiero, hermanos, que ignoreis, que muchas veces he propuesto de venir a vosotros, empero hasta ahora he sido estor- bado, para tener tambien entre vosotros algun fruto, conio entre los otros Gentiles. J4 A Griegos y a Barbaros, a sabios y a ignorantes, soy deu- dor. 15 Asi que, quanto ami, presto estoy para anunciar el Evangelio a vosotros tambien que estais en Roma. 16 Porque no me avergiienzo del Evangelio de Cristo : porque es potencia de Dios para salud a todo aquel que cree; al Judio primeramente, y tambien al Griego. 17 Porque la justicia de Dios se descubre en 61 de fe en fe: como esta escrito, Mas el justo vivira por fe. 18 Porque la ira de Dios se manifiesta del cielo contra toda impiedad y injusticia de los horn- bres, que detienen la verdad en injusticia. 19 Porque lo que se puede conocer de Dios, a ellos les es manifestado : porque Dios se lo manifesto. 20 Porque las cosas invisibles de el, que son su potencia eterna y su divinidad, se ven por 1« EPISTOLA A LOS ROMANOS, CAP. II. creacion del muiuio, sieiulo con- sideradas por las obras : para que ellos qnedeu sin escusa, iil De que habiendo couocido ii Dios, no lo {jloriricaban conio a Dios, rii le liicieron gracias ; antes se desvanecieron en sus discur- sos, y sn tonto corazon fue ente- aebrecido : 22 Los quales teniendose por sabios, se enloquecieron : 23 Y trocaron la gloria de Dios incorruptible en semejanza de imagon de liombre corrupti- ble, y de aves, y de aniniales de quatro pies, y de reptiles. 24 Por lo qual tanibien Uios los entrcgo a las concupiscencias de sus corazones para inmundi- cia, para que contaminasen sus cuerpos entre si misinos : '2ij Que niudaron la verdad de Dios en mentira, honrando y sir- viendo a las criaturas, antes que al Criador; el qual es bendito + para sienipre jamas. Amen. 26 Por lo qual Dios los entre- go a afectos vergonzosos : por- que aun sus mugeres niudaron el natural uso en el uso que es con- tra natura. 27 Y por el semejante los ma- chos, dexado el uso natural de la hembra se encendieron en sus concupiscencias los unos con los otros : cometiendo cosas nefan- das machos con machos, y reci- biendo en si mismos la recom- pensa que convino de su error. 28 Y como no se les dio nada de conocer a Dios, asi Dios los enirego al reprobo sentido, para que hagan lo que no conviene : 29 Atestados de toda iniqui- dad, de fornicacion, de malicia, de avaricia, de inaldad ; llenos de envidia, de homicidios, de contiendas, de engailos, de ma- lignidades; chismosos, 30 Maldicientes, aborrecedo- res de Dios, injuriadores, sober- * Gr. por siglos. 193 bios, altivos, inventores de males, desobedientes k sus padres, 31 Sin entendiniiento, deslea- les, sin afeccion nahiral, impla- cables sin misericordia : 32 Los quales habiendo cono- cido la justicia de Dias, es a sa- ber, que los que tales cosas hacen son dignos de muerte, no sola- mente las hacen, mas aun favore- cen a los que^ las hacen. CAP. II. 1 T3OR lo qual eres inescusa- XT^ ble, 6 hombre, qualquie- ra que Juzgas : porque en lo mismo que juzgas a otro, te con- denas k ti mismo ; porque lo mis- mo haces tu, que juzgas a otros. 2 Porque sabemos que el jui- cio de Dios es segun verdad con- tra los que hacen tales cosas. 3 i Piensas esto, 6 hombre que juzgas a los que hacen tales co- sas, que til escaparas del juicio de Dios ? 4 ; O menosprecias las rique. zas de su benignidad, y pacien- cia, y longanimidad ; ignorando que su benignidad te guia a pe- nitencia ? 5 Mas por tu dureza y por tu corazon impenitente atesoras pa- ra ti mismo ira para el dia de la ira y de la manifestacion del justo juicio de Dios : 6 El qual pagara a cada uno conforme a sus obras : 7 Dando vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, bus- can gloria, y honra, 6 immor- talidad. 8 Mas a los que son contenciosos, y que no obedecen a la verdad, antes obedecen a la injusticia, daru enojo e ira, 9 Tribulacion y angustia, so- bre toda ^nima de hombre que obralomalo; del Judio prirae- ramente y despues del Griego; 10 Mas gloria, y honra, y paz S n94 EPISTOLA A LOS k qual(iiiiera que obra el bicn; al Jiidio primeramente, y despues al Griego : 11 Porque no hay acepcion de personas acerca de Dios. 12 Porque todos los que sin ley pecaron, sin ley tambien pe- receran ; y todos" los que en la ley pecaron, por la ley seran juz- gados ; 13 (Porque no los que oyen la ley son justos delante de Dios, luas los que hacen lo que manda la ley seran justificados : 14 Porque los Gentiles que no tienen la ley, haciendo natural- niente lo que es de la ley, los tales aunque no tengan la ley, ellos mismos se son ley ; 15 Mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio juntamente sus con- ciencias, y acusandose y tambien escusandose sus pensamientos unos con otros ;) 16 En el dia que juzgara Dios los secretos de los liombres, con- forme a mi Evangelio, por Jesu Cristo. 17 He aqui, tii te llamas por sobrenombre Judio, y estas re- posado en la ley, y te glorias en Dios, 18 Y sabes su voluntad, y apruebas lo inejor, instruido por la ley; 19 Y confias que eres guia de los ciegos, luz de los que esim en tinieblas, 20 Ensenador de los que no saben, maestro de niilos, tjue tienes la forma de la ciencia y de la verdad en la ley. 21 Tii, pues, que ensenas a otro, ,; no te enseiias ^ ti mismo ? Tii que predicas que no se ha de hurtar ^ hurtas ? 22 Tii que dices que no se ha de adulterar ; adulteras ? Tii que abominas los idolos ^ cometes sa- crilegio? 23 Tu que te jactas de la ley, i con transgresion de la ley des- honras k Dios ? 24 Porque el nonibre de Dios es blasfemado por causa de vos- otros entre los Gentiles; como esta escrito. 25 La circuncision ciertamen- te aprovecha, si guardares la ley : mas si fueres transgresor de la ley, tu circuncision es vuelta en prepucio. 26 Por tanto si el prepucio guardare las ordenanzas de la ley, j no sera tenido su prepucio por circuncision? 27 Y lo que de su natural es prepucio, gnaidando perfecta- mente la ley, ^te juzgar^ k ti, que con la letra y con la circun- cision eres transgresor de la ley ? 28 Porque no es Judio el que lo es en manifiesto ; ni es circun- cision, la que es hecha por de fuera en la carne. 29 Pero aquel es Judio, que en lo secreto es Judio ; y la cir- cuncision es la del corazon, en espiritu, no en letra : el alaban- za del qual no viene de los hom- bres, sino de Dios. Q CAP. IIL ■ i'^^' pues, tiene mas el ^^ Judio, 6 qu6 aprovecha la circuncision ? 2 Mucho en todas maneras. Porque quanto k lo primero k ellos fueron confiados los oracu- los de Dios. 3 Porque i qu6 hay si algunos de ellos han sido incredulos? ^Su incredulidad habra hecho vana la verdad de Dios ? 4 En ninguna manera. Por- que Dios es verdadero, y todo hombre mentiroso : como esta escrito. Para que seas justificado en tus palabras, y venzas quando juzgares. 5 Ysinuestrainjusticia ensal- za la justicia de Dios, i que dire- raos ? i Sera injusto Dios, quando castiga ? Yo hablo como hombre- ROMANOS, CAP. IV. 6 * No, ni por pensamicnto. ^ De otra manera como juzgaria Dio8 al mundo? 7 Porqne si la verdad de Dios con mi mentira creci6 k gloria snj^a, ^porqa6 aun yo tambien soy condcnado como pecador ? 8 <■ Y no antes (como sonios blasfemados, y como algunos di- cen que nosotros decimos) haga- mos males, para que vengau bienes? La coadenacion de los quales es justa. 9 ,: Pucs qii^' ? ; somos mas ex- celentes? En ningnna manera; porquo ya habemos convencido a Judios y a Griegos, que todos estan debaxo de pecado j 10 Como esta escrito, No hay justo, ni aun uno. 11 No Iiay quien cntienda, no hay quien busque a Dios. 12 Todos se lian apartado, ^ una fueron hechos in utiles: no hay quien haga bien, no hay ni aun uno. 13 Sepulcro abierto es su gar- ganta: con sus lenguas tratan engaiios : veneno de aspides hay debaxo de sus labios : 1-i Cuya boca est^ llena de maldicion y de amargura : 15 Sus pies son ligeros para derramar sangre : 16 Quebrantamiento y eala- midad hmj en sus caminos : 17 Y camino de paz no cono- cieron : 18 No hay temor de Dios de- lante de sus ojos. 49 Empero ya sahemos que todo lo que la ley dice, a los que estan debaxo de la ley lo dice : para que toda boca se cierre, y que todo el mundo se sujete a Dios. 20 Porque por las obras de la ley ninguna carne sera justifica- da delante de el : porque por la ley es el conocimiento del pecado. * Gr. no sea hecho. 195 21 Empero ahora sin la ley la justicia de Dios se ha manifesta- do, testificada por la ley y por los profetas. 22 La justicia, dlgo, de Dios por la fe de Jesu Cristo, para todos y sobre todos los que creen ; porque no hay diferencia : 2o Por quanto todos pecaron, y estan destituidos de la gloria de Dios : 2t Justificados graciosamente por su gracia por la redencion que es en Jesu Cristo ; 25 Al qual Dios ha propuesto para propiciacion por la fe en su sangre, para manifestacion de su justicia, para la remision de los pecados pasados ; 26 Que soporto Dios, para mostrar su justicia en el tienipo presente, afin que 61 sea el justo, y el que justifica al que e* de la te de Jesu Cristo. 27 j Donde, pues, esta, la jac- tancia? Echada es fuera. ^- Por qual ley? ^De las obras? No, mas por la ley de la fe. 28 Asi que, concluimos ser el hombre justificado sin las obras de la ley. 29 ,; O es Dios solamente D'wa de los Judios ? ^ No es tambien de los Gentiles? Ciertamente tambien es de los Gentiles. 30 Porque uu solo Dios hay que justificara de fe a la cir- cuncision, y por la fe al pre- pucio. 31 ,; Luego hacemos vana la ley por la fe? En ninguna ma- nera: antes establecemos la ley. Q CAP. IV. UE, pues, dircmos que i \^ hallo Abraham, nuestro padre segun la carne ? 2 Porque si Abraham fue '}\\^' tificado par las obras, ticne gloria, mas no delante de Dios. 3 Porque ^ quo dice la Escii- S 2 196 EPISTOLA A LOS tura? Y crcy6 Abraham 4 Dios, y fu^le imputado ^ justicia. 4 Empero al que obra, no se le imputa el salaiio por gracia, sino por deiula. 5 Mas al que no obra, sino crec en aquel que justilica al impio, la fe le es imputada k justicia. 6 Como tumbien David dice ser bienaventurado el liombre, al qual Dios imputa justicia sin obras, diciendo, 7 Bienaventurados agnellos cu- yas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. 8 Bienaventurado el varon al qual el Seiior no imputo pecado. 9 Esta beatificacion pues i es solamente en la circuncision, 6 tambien en el prepucio ? porque decimos que a Abraham fue im- putada la fe a justicia. 10 ^Como, pues, le fue impu- tada, en la circuncision, 6 en el prepucio ? No en la circuncision, sino en el prepucio. 11 Y recibio la senal de la circuncision, sello de la justicia de la fe, que tuvo en el prepucio para que fuese padre de todos los creyentes por prepucio: para que tambien a ellos les sea impu- tado ^justicia; 12 Y que sea padre de la cir- cuncision, no solamente a los que son de la circuncision, mas tam- bien k los que siguen las pisadas de la fe, que fu6 en el prepucio de nuestro padre Abraham. 13 Porque no por la ley fu6 duda la promesa d Abraham 6 A 3U simiente, que seria heredero del mundo; sino por la justicia de la fe. 14 Porque si los que son de la ley, son los herederos, vana es la fe, y la promesa es de ningun valor. 15 Porque la ley obra ira: por- que donde no hay ley, alii tam- poco hay transgresion. 16 Por tanto por la fe, para que sea por gracia ; para que lu promesa sea firme k toda la si- miente: no solo al que es de la ley, mas tambien al que es de la fe de Abraham, el qual es padre de todos nosotros ; 17 (Como estii escrito, Yo te he pucsto por padre de muchas naciones ;) delante de Dios, al qual creyo ; el qual da vida k los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen : 18 El qual crey6 para esperar contra esperanza, que seria hc- cho padre de muchas naciones ; conforme a lo que Ze habia sido dicho, Asi sera tu simiente. 19 Y no se enflaquecio en la fe, ni consider© su cuerpo ya nuierto, siendo ya de casi cien anos, ni la matriz muerta de Sara. 20 Tampoco dud6 con descon- fianza de la promesa de Dios ; antes fu6 fortificado en fe, dando gloria a Dios: 21 Teniendo por muy cierto, que lo que habia prometido, era tambien poderoso para hacerlo. 22 Por lo qual tambien le fue imputado k justicia. 2.3 Y el haberle sido imputado a justicia, no esta escrito sola- mente por €1; 24 Sino tambien por nosotros, a quien sera imputado, es a sabei'^ k aquellos que creen en el que resucito de los muertos a nuestro Senor Jesus : 25 El qual fue entregado por nuestros pecados, y resucit6 para nuestrajustificacion. CAP. V. 1 XUSTIFICADOS pues por t/ la fe, tenemos paz para con Dios, por nuestro Seiior Jesu Cristo. 2 Por el qual tambien tenemos entrada por la fe a esta gracia, en que est^mos firmes^ y nos glo- ROjMANOS rlamos eu la espcianza de la glo ria de Dios. 3 Y no solainente esto, mas aiin nos gloriainos en las tribula- ciones : sabiendo que la tribula- cion obra paciencia; 4 Y la paciencia piuebaj y la praeba esperanza : 5 Y la esperanza no avergiien- za ; porqne el amor de Dios esta derramado en nuestros corazones por el Espiritu Santo, que nos es dado. 6 Porqne Cristo, aun quando ^ramos flacos, a su tiempo murio por los inipios. 7 Ciertamente ap6nas mnere algunopornnjusto; porsMbien- hechor podra ser que algiino muera. 8 Mas Dios ensalza su caridad para con nosotros, que siendo aun pecadores, Cristo murio por nosotros. 9 Mucho mas, pnes, ahora que somos jnstificados en su sangre, ser^mos librados de la ira por el. 10 Porqne si siendo enemigos fuimos reconciliados con Dios por la nuierte de su Hijo, mucho mas ya reconciliados sercnios salvos por su vida. 11 Y no solaraente esto, mas aun nos gloriamos en Dios por nuestro Senor Jesu Cristo ; nor el qual hemos ahora alcauzado reconciliacion. I'i Por tanto, de la raanera que el pecado entr6 en el niundo por un hombre, y por el pecado la niuerte : y la muerte asi paso por todos los hombres, porque todos pecaron : 13 (Porque hasta la ley el pecado estabaen el mundo : mas el pecado no era imputado no habiendo ley. 14 Con todo eso reyno la muerte desde Adam hasta Moy- ses, aun en los que no pecaron a la manera de la transgresion de Adam ; el qual es tigura del que babia de venir. , CAP. Vr. 197 15 Pero la * gracia no fue como el pecado : porjjuc si por el pecado de uno marieron mu- chos, nnicho mas la gracia do Dios, y t'l don por la gracia de un hombre, Jesu Cristo, abundo a muciios. 16 Ni tampoco es el don como lo que entio por uno que pcco : porque la culpa ciertamente tino de un pecado para condenacion, m3s la gracia rino de mucbos pe- cados para jnstificacion. 17 Porque si por un delito la muerte reyno por uno, mucho mas los que reciben la abundan- cia de gracia y del don de justi- cia, reynar^n en vida por uno, Jesu Cristo.) IB Pues como por un delito vino la culpa sobre todos los hom- bres para condenacion, asi tam- bien por una justicia vino la gra- cia sobre todos los hombres pai'a justificacion de vida. 19 Forque como por la desobe- diencia de un hombre machos fueron hechos pecadores, asi por la ojjediencia de uno muchos seran hechos justos. 20 La ley empero entr6 para que el pecado creclese : mas quando el pecado crccio, sobre- pujo la gracia: 'HI Para que de la manera que el pecado reyno para nuierte, asi tambieu la gracia reyne por la justicia para vida eterna, por Jesu Cristo nuestro Senor. CAP. VI. 1 . JT^UES qu^ dir6mos, per- i X severaremos en pecado para que la gracia crezca? 2 En ningnnamanera. Porqne los que somos muiMtos al pecado, i como vivirt mos aim en el ? 3 ^O no sabeis que todos los que somos bauti/ados en CristQ * 6 Jon . S3 198 Sll Jesus, somos bautizados en muerte? 4 Porque somos sepnltados juntamente con el por el bautis- mo para nmerte ; para que como Cristo resucito de los muertos para gloria del Padre, asi tani- bien nosotros andemos en nove- dad de vida. 5 Porque si fuimos plantados juntamente con el a la semejanza de su muerte, tambienlo seremos d la de su resurreccion : 6 Ciertos, que nuestro viejo hombre juntamente fue crucifi- cado con el, para que el cuerpo del pecado sea deshecho, atin que no sirvamos mas al pecado. 7 Porque el que es muerto, libre es del pecado. 8 Y si somos muertos con Cristo, creemos que tambien vi- viremos con ^1 ; 9 Ciertos que Cristo, habiendo resucitado de los muertos, ya no muere : la muerte no se enseuo- reara mas de ^1. 10 Porque en haber sido muer- to, al pecado fue muerto ixna vez: y en quanto vive, a Dios vive. 11 Asi tambien vosotros con- cluid que vosotros de cierto sois muertos al pecado ; mas que vivis a Dios en nuestro Seiior Jesu Cristo. 12 No reyne pues el pecado en vuestro cuerpo mortal obe- deciencj* al pecado en sus con- cupiscencias. 13 Ni tampoco presenteis vuestros miembros al pecado por instrumentos de iniquidad : antes presentaos ^ Dios como resucita- dos de los muertos, y vuestros miembros a Dios por instrumen- tos de justicia. 14 Porque el pecado no se en- senorear^ de vosotros : porque no estais debaxo de la ley, siuo debaxo de la gracia. 15 ^ Pues que? ^'Pecar6mos, porque do estamos debaxo de la EPISTOLA A LOS ley, sino debaxo de la gracia? En ninsjuna manera. 16 (j O no sabeis que a quien OS presentasteis a vosotros mis- mos por siervos para obedecer- h, sois siervos de aquel a quien obedeceis, 6 del pecado para muerte, 6 de la obediencia para justicia? 17 Gracias a Dios quefuisteis siervos del pecado ; mas habeis obedecido de corazon a. la forma de doctrina, a la qual sois entre- gados. 18 Y libertados del pecado sois heclios siervos de la jus- ticia. 19 Hablo como hombre, por la enfermedad de vuestra carne : que como para iniquidad presen- tasteis vuestros miembros a ser- vir ti la inmundicia y ^ la iniqui- dad, asi ahora parasantidad pre- senteis vuestros miembros para servir a la justicia. 20 Porque quando fuisteis sier- vos del pecado, libres erais de la justicia. 21 (jQue fruio, pues, teniaisdt? aquellas cosas, de las quales ahora OS avergonzais ? porque el fin de ellas es muerte. 22 Mas ahora librados del pecado, y hechos siervos de Dios, teneis por vuestro fruto la santificacion, y por fin la vida eterna. 23 Porque las pagas del peca- do es muerte ; mas la gracia de Dios es vida eterna. o CAP. VII. IGNORAIS, hermanos, (hablo con los que saben la ley,) que la ley tiene seiiorio sobre el hombre, todo el tiempo que viver 2 Porque la muger que estd' sujeta a marido, mientras el ma- rido vive esta obligada a la ley; mas muerto el marido, ella es li- bre de la ley del marido.^ ROMANOS, 3 Asi que, viviendo el marido se llamara adiiltera, si fuere de otro varon : mas si su marido muriere, libre es de la ley ; de tal manera que no sera adultera, si fuere de otro marido. 4 Asi tambien vosotros, her- manos mios, sois muertos a la ley en el cuerpo de Cristo, para que seais de otro ; es a saber, del que resucito de los muertos, alin que fructifiquemos para Dios. 5 Porque mi^ntras eramos eu la carne, los atectos de los peca- dos que eran por la ley, obraban en nuestros miembros fructifi- cando para la muerte. 6 Mas ahora somos libres de la ley, siendo muerto aqtiel en quien estabamos detenidos ; para que sirvamos en novedad de es- piritu, y no en vejez de letra. 7 ( Que, pues, diremos r ^ La ley es pecado? En ninguna ma- nera. Empero yo no conoci al pecado sino por ia ley : porque tampoco conociera la concupis- cencia, si la ley no dixera, No codiciaras. 8 Entonccs el pecado, habida ocasion, obro en mi por el man- damiento toda concupiscencia : porque sin la ley el pecado esta- ba muerto. 9 Asi que, yo sin la ley vivia por a] gun tiempo : mas venido el mandamiento el pecado revivi6, 10 V yo mori. Y el manda- miento que me era dado para vida, fue hallado serme para muerte. 11 Porque el pecado, habida ocasion, me engaiio por el man- damiento, y por el me mat6. 12 De manera que la ley cier- taraente es santa, y el manda- miento santo, y justo, y bueno. 13 i Luego lo que es bueno, a mi se me ha convertido en muer- te? No en ninguna manera : si- no el pecado, que para mostrarse pecado, por lo bueno me obro la muerte, haci^udose pecado sobre CAP. VIII. 199 manera pecante por el manda« mieuto. 14 Porque ya sabemos que la ley es espiritual ; mas yo soy carnal, vendido li sujecion del pecado. 15 Porque lo que cometo, no lo entiendo : porque no hago lo que quiero ; mas lo que aborrez- co, eso hago. 16 Y si lo que no quiero, eso hago, apruebo que laleyes bucua. 17 De manera que ya yo no obro aquello, sino el pecado que mora en mi. 18 Porque yo se que no mora bien en mi, es a saber, en mi carne : porque tengu el querer, mas perficionar el bien no lo alcanzo. 19 Porque no el bien que quiero, esto hago : mas el mal que no quiero, esto hago. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no lo obro yo, sino el pecado que mora en mi. 21 Asi que, queriendo yo ha- cer el bien, hallo esta ley, que el mal reside en mi. 22 Porque con el hombre in- terior me deleyto con la ley de Dios, 23 Mas veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley dc mi espiritu, y me lleva cautivo a la ley del pecado, que est^ en mis miembros. 24 Miserable hombre de mi, ; quien me librara del cuerpo de esta muerte ? 25 Gracias hago a Dios por Jesu Cristo nuestro Seiior. Asi que, yo mismo con el espiritu sirvo k la ley de Dios, mas con la carne d la ley del pecado. CAP. VIII. 1 A SI que, ahora ninguna con- J\_ dcnacion hay para los que estan en Cristo Jesus, que no andan contbrme a la carne, mas couformc al espiritu. 200 EPISTOLA A LOS 2 Porque la ley del espiritu de vida, que es en Cristo Jesus, me ha librado de la ley del pe- cddo y de la niuerte. 3 Porque lo que era iniposible k la ley, por quanto era d6bil por la carne, Dios enviando k su Hijo en semejanza de carne de pecado, de pecado tambicn con- deno al pecado en la carne : 4 Para que la justicla de la ley fuese cumplida en nosotros, que no andamos conforme a la carne, uias conforme al Espiritu. 5 Porque los que son confor- me a la carne, las cosas que son de la carne saben ; mas los que son conforme al Espiritu, las co- sas que son del Espiritu. 6 Porque el * intento de la carne es muerte ; mas el inteuto del Espiritu es vida y paz. 7 Por quanto el intento de la carne es enemistad contra Dios : porque no se sujeta a la ley de Dios, ni tampoco puede. 8 Asi que, los que son en la carne, no pvieden agradar a Dios. 9 Mas vosotros no sois en la came, sino en el Espiritu, por quanto el Espiritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tie- ne el Espiritu de Cristo, el tal no es de 61. 10 Empero si Cristo estu en vosotros, el cuerpo ciertamente es muerto a causa del pecado ; mas el Espiritu es vida d causa de la justicia. 11 Y si el Espiritu de aquel que resucito de los muertos a Je- sus, mora en vosotros, el que re- sucit6 a Jesu Cristo de los muer- tos, vivificard tambien vuestros cuerpos mortales por su Espiritu, que mora en vosotros. 1'2 Asi que, hermanos, deu- dores somos, no a la carne para que vivamos conforme a la carne, si7io al Espiritu. 13 Porque si viviereis confor- * Q prudencia. me a la carne, morir^is : mas s| por el Espiritu mortificareis las obras del cuerpo, vivircis. 14 Porque todos los que son guiados por el Espiritu de Dios, los tales son hijos de Dios. 15 Porque no habeis recibido el espiritu de servidumbre para estar otra vez en temor : mas ha- beis recibido el espiritu de adop- cion, por el qual clamamos Abba, quiere decir, Padre. 16 Porque el mismo Espiritu da testimouio a nucstro espiritu, que somos hijos de Dios. 17 Y si hijos, tambien herede- ros; herederos ciertamente de Dios, y juntaniente herederos con Cristo : si empero padece- mos juntamente con el, para que juntaniente con H seamos glori- ficados. 18 Porque yo me resuelvo en que lo que en este ticmpo se pa- dece, no es de coraparar con la gloria venidera, que en nosotros ha de ser manifestada. 19 Porque el continuo atalayar de la criatura espera la manifes- tacion de los hijos de Dios. 20 Porque la criatura sujeta esta a vanidad, no de su volun- tad, mas por causa del que la sujeto ; 21 Con esperanza que tam- bicn la misma criatura aera libra- da de la servidumbre de cor» up- cion en la libertad glorlosa de los hijos de Dios. 22 Porque ya sabemos que toda criatura a una gime y a una esta de parto hasta ahora. 23 Y no solamente la criatura, mas aun tambien nosotros mis- mos, que tenemos las primicias del K.spiritu, nosotros, digo, tam- bien gemimos dentro de nosotros mismos esperando la adopcion, cs a saber, la redencion de nuestro cuerpo. 21 Porque en esperanza somos salvos : que la esperanza que se ve, no es esperanza : porque lo ROMANOS rjiie alguno ve, ^ como lo espe- rar4 ? 23 Pues si lo que no vemos esperamos, per paciencia espe- ramos. 26 Y asimisrao tambien el Espiiitii ayuda ^ nuestras flaque- «as : porque no sabemos lo que nos conviene orar: mas el Espi- ritu demanda por nosotros con gcmidos ineuarrables. 27 Mas el que escudriiia los corazones, sabe qu6 es el intento del Espiritu ; porque conforme a Dios demanda por los santos. 28 Y sabemos, que a los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien ; es ct saber ^ a los que conforme al prop6sito son liamados. 29 Porque los que intes cono- cio, tambien los predestin6 para que fuesen bechos conformes a la imagen de su Hijo ; para que el sea el priraogenito entre mu- chos hermanos. 30 Y k los que predestin6, a estos tambien llamo ; y a los que llamo, a estos tambien justi- fico : y 4 los que justifico, a es- tos tambien glorifico. 31 ^Pues que diremos 4 esto? Si Dios es por nosotros, ;> quien sei'd contra nosotros ? 32 El que aun k su propio Hijo no perdono, antes lo entre- g6 por todos nosotros, i como no nos dara tambien con 61 todas las cosas ? 33 j Quien pondra acusacion contra los escogidos de Dios? Dios es el que /os justifica. 14 ; Quien es el que los conde- nara? Cristo es el que murio, antes el que tambien resucito, el que tambien esta a la diestra de Dios, el que tambien intercede por nosotros. 35 ( Quien nos apartara del amor de Cristo ? ^ Sera tribula- cion, 6 angustia, 6 persecucion, 6 hambre, odesnudez, 6 peligro, 6 cuchillo ? , CAP. IX. 201 36 Como estd escrito, Por cau- sa de ti somos entregados a la muerte cada dia ; somos estima- dos como ovejas para el mata- dero. 37 Antes en todas estas cosas somos mas que vencedores, por aquel que nos amo. 38 Por lo qual estoy cierto que ni la muerte, ni la vida, ni Angeles, ni principados, ni potes- tades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 Ni lo alto, ni lo baxo, ni ninguna criatura, nos podra apar- tar del amor de Dios, que es en Jesu Cristo nuestro Seiior. CAP. IX. 1 "WTERDAD digo en Cristo, ▼ no miento dandome jun- tamente testimonio mi concien- cia por el Espiritu Santo : 2 Que tengo gran tristeza, y continuo dolor en mi corazon. 3 Porque desearia yo mismo ser * apartado de Cristo por mis hermanos, mis parientes digo, segun la came : 4 Que son Israelitas ; de los quales es la adopcion, y la gloria, y los conciertos, y el do» de la ley, y el culto, y las promesas : 5 Cuyos son los padres, y de los quales es Cristo segun la car- ne; el qual es Dios sobre todas las cosas, bendito eternalmente. Amen. 6 Mas no es posible que la palabia de Dios haya faltado : porque no todos los de Israel son Israelitas. 7 Ni por ser simiente de Abra. ham, por eso son todos hijos : mas en Isaac te sera Uamada si- miente. 8 Quiere decir, No los que son hijos de la came, estos son hijos de Dios : mas los que son hijos de*la promesa, estos son * Gr. anathema. 202 EPISTOLA A LOS contados en la generacion. 9 Porque la palabra de la pro- mesa es esta: Por este tiempo vendr6, y Sara tendri un hijo. 10 Y no solamente ^sto ; mas aun Rebeca concibiendo del uno, es a saber J de nuestro padre Isaac, experimento esto : 11 (Porque no siendo aun na- cidos, ni habiendo liecho aun bien ni mal, para que el propo- sito de Dios conforme a la ele- clon, no por las obras, sino por el que llama, permaneciese :) 12 Le fu6 dicho, El mayor «ervir4 al menor. 13 Como est^ escrito, A Jacob am^, mas in Esau aborreci. 14 d Pues qu6 diremos ? j Que hay injusticia acerca de Dios? En ninguna manera. 15 Mas k Moyses dice, Habr6 misericordia del que yo hubiere misericordia, y compadccerme he del que me compadecer^. 16 Asi que, no es del que quie- re, ni del que corre ; sino de Dios que ha misericordia. 17 Porque la Escritura dice de Faraon, Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi potencia, y que mi nombre sea divulgado por toda la tierra. 18 De manera que hace mise- ricordia d quien quiere, y endu- rece al que quiere. 19 Dirasme pues, ^Porque, pues, se enoja? porque ; quien ha resistido a la voluntad de el ? 20 Mas dntes, 6 hombre, ^ quien eres lu para que alterques con Dios ? < 6 dird el vaso de barro al que lo labro, Porque me has hecho tal ? 21 ,; O no tiene poder el ollero para hacer de un mismo barro un vaso para honor y otro para deshonra ? 22 I Y qu6, si Dios queriendo mostrar ira, y hacer notoria su potencia soporto con mucha man- sedumbre los vasos de ira prepa- rados para perdiciim : ^3 Y para hacer notorias las riquezas de su gloria para coir los vasos de misericordia, que k\ ha preparado para gloria, 24 Los quales tambien llamo, es (i saber, a nosotros, no solamen- te de los Judios, mas tambien de los Gentiles r 26 Como tambien en Os6as dice, Llamar6 al que no era mi pueblo, Pueblo mio ; y a la no amada, Amada. 26 Y sera, que en el lugar donde antes les era dicho, Voso- tros no sois pueblo mio, alii seran llamados hijos de Dios viviente. 27 Asimismo Isaias clama acer- ca de Israel, Si fuere el numero de los hijos de Israel como el arena de la mar, las reliquias se- rein salvas. 28 Porque el Senor acaba y abrevia la * palabra en justicia : porque 61 hara palabra abrevia- da en la tierra. 29 Y como dntes dixo Isaias, Si el Seiior de los ex^rcitos no nos hubiera dexado simiente, co- mo Sodoma fu6ramos hechos, y 4 Goraorra fueramos semejantes. 30 ; Pues que diremos ? Que los Gentiles que no seguian jus- ticia ban alcanzado justicia ; cs d saber, la justicia que es por la fe. 31 Y Israel que seguia la ley de justicia, no ha Uegado a la ley de justicia. 32 d Porqu6 causa? Porque no por fe, mas como por las obras de la ley : porque tropezaron en la piedra de tropezon. 33 Como esta escrito. He aqui, pongo en Sion piedra de trope- zon, y piedra de caida: y todo aquel que creyere en el, uo sera avergonzado. CAP. X, 1 TrjrERMANOS,cicrtamen(c i 1 la voluntad do mi cora- zon, y la oracion a Dios es sobre * Cuenta. Israel \)iird salnd. V? Porque yo les doy testimonio t]ne cieitaniente ticiieu zflo de Dios; mas no segiin ciencia. S Porque ij^iioraudo lajusticia de Dios, y prociirando dc esta- l)lecer la suya, no son sujetos k lajusticia de Dios. 4 Porque el tin de la ley es Cristo para justicia a qualquiera que cree. 5 Porque Moyses escribe de lajusticia que es por la ley, que el hombre que hiciere las cosas que ella mauda, vivira por ellas. 6 Mas de la justicia que es por la fe, dice asi, No digas en tu corazon, j Quieu subira al cie- lo? Esto es traer de lo alto 4 Cristo ; 7 ;0 quien descendera al abis- j>io? Esto es volver a truer a Cristo de los muertos. 8 i Mas que dice ? Cerca esta de ti la palabra en tu boca y en tu corazon : esta es la palabra de fe, la qual predicamos ; 9 Que si confesares con tu boca al Seilor Jesus, y creyeres on tu corazon que Dios lo resu- cito de los muertos, seras salvo. 10 Porque con el corazon se cree para justicia; mas con la boca se haceconfesion para salud. 11 Porque la Escritura dice, Todo aquel que en el creyere, no sera avergonzado. J 2 Porque no hay diferencia de Judio ni de Griego : porque el xnismo es el Senor de todos, rico para con todos los que lo invocan. 13' Porque todo aquel que in- vocare el uombre del Seuor, ser4 salvo. 14 ( Como, pues, invocaran a aquel en el qual no han creido ? ; Y como creeran a aquel de ipiien no han oido? ;Y como ^iran, si no hay quien les predi- que? J 5 j Y como predicaran, si no ROMANOS, CAP. XI. 203 fueren enviados ? Como esta es- crito, j Quan hermosos son los pies de los que anuncian el evangeli© de paz, de los que anuncian el evangelio de bienes! 16 Mas no todos han obedeci- do al Evangelio: porque Isaias dice, Seiior, ^ quien ha creido li nuestra predicacion ? 17 Luego la fe es por el oir, y el oir por la palabra de Dios.) 18 Mas digo j/o, ^ No han oido? Antes ciertamente por toda la tierra ha salido la fama de ellos, y hasta los cabos de la redondez de la tierra las palabras de ellos. 19 Mas digo yo, i No ha Israel venido al conocimiento ? Pri- meramente Moyses dice, Yo os provocar6 4 zelos con gente que no es mia, con gente ignorante os provocare a ira. 20 Y Isaias osa decir, Fui hallado de los que no me busca- ban ; manifesteme 4 los que no preguntaban por mi. 21 Pero contra Israel dice, Todo el dia he estendido mis manos al pueblo rebelde y con- tradecidor. CAP. XI. 1 I ^IGOpties, ^Ha desecha- JL^ do Dios a sn pueblo? En ninguna manera. Porque tam- bien yo soy Israelita, de la si- miente de Abraham, del tribu de Benjamin. 2 No ha Dios desechado su pueblo, al qual antes conoci6. ;0 no sabeis que dice de Eliag ia Escritura, como hablando con Dios dice contra Israel, 3 Seiior, a tus profetas han muerto, y tus altares han derri- bado ; y yo he quedado solo, y procurau matarme. 4 ; Mas que le dice la divina respuesta ? Vo me he dexado sicte mil varones, que no han 204 EPISTOLA A LOS doblado las rodillas delante de Baal. 5 Asi tambien en este tiempo lian quedado reliquias por la eleccion graciosa. 6 Y si por giacia, luego no por obras : otramente la gracia ya no es gracia. Y si por las obras, ya no es gracia : otramente la obra ya no es obra. 7 ^Pues que? Lo que buscaba Israel, aquello no ha alcanzado : mas los elegidos lo ban alcanzado, y los demas fueron cegados. 8 Como estci escrito, Dioles Dios espiritu de remordimiento, ojos con que no vean, y orejas con que no oygan, hasta el dia de hoy. 9 Y David dice, Scales vuelta su mesa en lazo y en red, y en tropezadero, y en paga. 10 Sus ojos scan oscurecidos para que no vean, y agoviales siempre el espinazo. 11 Digo pues, (jTropezaron luego de tal manera, que cayesen del todo? En ninguna manera. Pero por la caida de ellos vino la salud a los Gentiles, para provo- carlos k los imitar. 12 Y si la caida de ellos es la riqueza del mimdo, y el raenos- cabo de ellos la riqueza de los Gentiles, ^ quanto mas lo sera el henchimiento de ellos? 13 Porque k vosotros hablo, Gentiles, en quanto ciertamente yo soy apostol de los Gentiles, mi ministerio honro ; 11 Si en alguna manera yo provocase a los de mi nacion a imitar, y hiciese salvos k algunos de ellos. 15 Porque si el desecharlos es la reconciliacion del mundo, ^ qu6 sera el recibirfos sino vida de los muertos ? 16 Y si * el primer fruto es santo, tambien lo sera la masa ; y si la raiz es santa, tambien lo * O primicias. seran los ramos ; 17 Y si algunos de los ramos fueron quebrados, y tii siendo acebuche has sido enxerido en lugar de ellos, y has sido hecho participante de la raiz y de la grosura de la oliva; 18 No te glories contra los ramos ; y si te glorias, tii no sustentas a la raiz, sino la raiz k ti. 19 Dirjis pues, Los ramos fue- ron quebrados, para que yo fuese enxerido. 20 Bien : por su incredulidad fueron quebrados, mas tii por la fe estas en pie. No te ensober- bezcas, antes teme : 21 Porque si Dios no perdon6 a los ramos naturales, mira, a ti tampoco no perdone. 22 Mira antes la bondad y la severidad de Dios : la severidad ciertamente en los que cayeron ; mas la bondad en ti, si perma- necieres en la bondad : otra- mente tu tambien seras cortado, 23 Y aun ellos, si no perma- necieren en incredulidad, seran enxeridos : porque poderoso es Dios para volverlos a enxerir. 24 Porque si tu eres cortado del natural acebuche, y contra natura fuiste enxerido en la buena oliva, ^ quanto mas estos, que son los ramos naturales, serau enxeridos en su oliva r 25 Porque no quiero, htrma- nos, que ignoreis este misterio, para que no seals acerca de vosotros mismosarrogantes; que la ceguedad en parte aconteci6 en Israel, hasta tanto que la plenitud de los Gentiles haya venido. 26 Y asi todo Israel sera salvo ; como est^ escrito, Vendra de Sion el Libertador, y quitara de Jacob las impiedades. 27 Y esto sera mi testamento a ellos, quando quitare sus pe- cados. 28 Asi que, quanto al Evan- ROMANOS gello, tengolos por enemigos por causa de vosotros: mas qiianto ^i la eleccion, son ainados por causa de Jos padres. SJ9 Porquesin arrepentimiento son las mercedes y la vocacion de Dios. 30 Porque como tambien vos- otros eiT algun tiempo no creis- teis ii Dios, mas ahora habcis al- canzado misericordia por la in- credulidad de ellos: 31 Asi tambien estos aliora no ban creido en vuestra misericor dia, para que ellos tambien al- caucen misericordia. 32 Porque Dios encerr6 a todos en incredulidad, para ha- ber misericordia de todos. 3S i O profundidad de las ri- quezas de la sabiduria y de la ciencia de Dios! ; quan incon- prebensibles son sus juicios, 6 imposiblos de hallar sus caminos ! 34 Porque ^'quien entendi6 el intenlo del Senor? ^6 quien fu6 su consejero? 35 ; O quien le di6 a H pri- mero, para que le sea pagado? 36 Porque de 61, y por 61, y en el, son todas las cosas. A 61 sea gloria eternalmente. Amen. CAP. XII. 1 A SI que,hermanos,ruegoos jLjL por las misericordias de Dios, que presenteis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable d Dios, que es vuestro racional culto. 2 Y no OS conformeis con este siglo : mas sed transformados por la renovacion de vuestro euten- dimiento, para que experimen- teis qual sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. 3 Digo pues, por la gracia que me es dada, k todos los que est^n entre vosotros, que no se- pan mas de lo que conviene -saber ; ma.s que sepau coo tem- , CAP. XII. 205 planza, cada uno conforme a, la medida de fe que Dios le repartio. 4 Porque dc la raanera que en un cuerpo tenemos mucbos miembros, empero todos los miembroH no tienen la misma operacion : 5 Asi mucbos somos un cuer- po en Cristo, mas cada uno miembros unos de otros : 6 Teniendo diferentes dones, segun la gracia que nos es dada, 6 profecia, conforme a la pro- porcion de la fe ; 7 O ministerio, en servir; d el que ensena, en doctrina ; 8 El que exborta, en exhor- tar; el que reparte, en simplici- dad; el que preside, en solici- tud ; el que hace misericordia, en alegria. 9 El amor sea sin fingimiento : aborreciendo lo malo, y Uegan- doos k lo bueno. 10 Inclinaos a amaros los uno« k los otros con un amor hermana- ble; previniendoos con honralos unos a los otros ; 11 Noperezosos en bienhacer; fervientes en espiritu, sirviendo al Senor: 12 Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulacion : cons* tantes en la oracion ; 13 Comunicando a las necesi- dades de los santosj exercitando hospitalidad. 14 liendecid k los que os persiguen ; bendecid, y no mal- digais. 15 Gozaos con los que se gozan, llorad con los que lloran. 16 Uninimes entre vosotros : no altivos, mas acomodandoos k los baxos : no seals prudentes en vuestra opinion: 17 No pagando d nadie mal por mal : procurando lo bueno delante de todos los hombres : 18 Si se puede bacer, quant6 es en vosotros, teniendo paz con todos los hombres : T 806 EPISTOLA A LOS 19 No OS vengando k vosotros mismos, amados, ^ntes dexad pasar la ira : porque escrito esta, Mia es la venganza; yo pagare, dice el Senor. 20 Asi que, si tu enemigo tie- ne hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber : que bacieiido esto, ascuas de fuego amontonas sobie su cabeza. 21 No seas vencido de lo malo, mas vence con bien el mal. CAP. XIII. 1 rjlODA ^nima sea sujeta 4 I las potestades superiores : porque no hay potestad sino de Dios, y las que son, de Dios son ordenadas. 2 Asi que, el que resiste 4 la potestad, a la ordenacion de Dios resiste : y los que resisten, ellos mismos recibiran condenacion para si. 3 Porque los magistrados no son para hacerse lemor de los que obran bien, sino de los que obran mal. i Quieres pues no temer la potestad? Haz lo bue- no, y habras alabanza de ella : 4 Porque es ministro de Dios para tu bien ; mas si hicieres lo malo, teme ; porque no sin causa trae el cuchillo : porque es mi- nistro de Dios, vengador en ira contra aquel que hace lo malo. 5 Per lo qual es necesario que le seals sujetos, nosolamente por la ira, mas auu por la con- ciencia. 6 Porque por esto le pagais tambien tributes: porque son ministros de Dios, que sirven 4 esto mismo. 7 Pagad pues 4 todos lo que debeis : al que tributo, tribute ; al que peclio, pecho; al que temor, temor ; al que honra, bonra. 8 No debais & nadie nada, siao qne os amels los unos a los otros : porque el que araa al proximo, cumplio la ley. 9 Porque, No adulteraras, No matar^s, No hurtaras. No diras falso testimonio, No codiciaras ; y si hay al gun otro mandamiento, en esta palabra se compreben. de sumariamente, Amaras a tu pr6ximo como i ti mismo. 10 La caridad no hace mal al pr6ximo ; asi que, el cumpli- miento de la ley es la caridad. 11 Y esto, conociendo * el tiempo, que es ya hora de le- vantarnos del sueHo : porque ahora nos esta mas cerca nuestra salud, que quando creimos. 12 La noche ha pasado, y el dia ha llegado : echemos pues de nosotros las obras de las tinieblas, y vistamonos las armas de luz. 13 Andemos como de dia, ho- nestamente : no en glotonerias y borracberias, no en camas y disoluciones, no en pendencias y envidia. 14 Mas vestios del Senor Jesu Cristo : y no hagais caso de la came en sus concupiscencias. CAP. XIV. 1 A L enferme en la fe t so- Xm. brellevad, pero no en contiendas de disputas. 2 Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas : otro, que es enfermo, come legumbres. 3 El que come, no menospre- cie al que no come ; y el que no come, no condene al que come : porque Dios lo ha tomado. 4 i Tu quien eres que condenas al siervo ageno? para su senor esta en pi6 6 cae: y afirmarse ha ; que poderoso es Dios para afirmarlo. 5 Uno hace diferencia entre dia y dia : otro juzga iguales to- * O oportunidad, t O recibid. ROMANOS, CAP. XV. dos los dias. Cada uno este ase- gurado en su animo. 6 £1 que bace caso del dia, h^celo para el Scnor ; y el que no hace caso del dia, no lo hace asimisjno para el Seiior. El que come, come para el Seiior; por- que hace gracias a Dios : y el que no come, no come para el Senor, y hace gracias a Dios. 7 Porqae ninguno de nosotros vive para si, y ninguno rauere para si. 8 Que si vivimos, para el Seiior vivimos; y si niorimos, para el Senor niorimos. Asi que, 6 que vivamos, 6 que muramx>s, del Seiior soraos. 9 Porque Cristo para esto mu- rio, y resncito, y Tolvio a vivir, para enseiiorearse asi de los niuertos como de los vivos. 10 Mas tu ij porque condenas 4 tu hermano ? 6 tu lambit-n ( porqu^ menosprecias a tu her- mano? Porque todos parecer6- mos delante del tribunal de Cristo. 11 Porque escrito e&ik, Vivo yo, dice el Seiior, que a mi se doblara toda rodilla, y toda len- gua alabard a Dios. 12 De manera que cada uno de nosotros dara 4 Dios cuenta de si m'lsmo. 13 Asi que, no juzguemos mas los unos de los otios : antes juz- gad mas de que no pougais tro- pezon al hermano, 6 esc^ndalo. 14 Fo s^, y confio en el Senor Jesus, que por 61 nada hay in- mundo : mas k aquel que piensa que alguna cosa es inmuuda, a este tal es inmuuda. 15 Enipero si por causa de la comida tu hermano es contrista- do, ya no audas conforme k la caridad. No eches a perder con tu comida k aquel por quien Cristo murio. 16 Asi que, no sea blasfemado vuestro bien : 17 Porque el reyno de Dios 207 no cs comida ni bebida; sino justicia, y paz, y gozo por el Espiritu Santo. 18 Porque el que en esto sirve a Cristo, agrada k Dios, y es acepto a los hombres. 19 Asi que, sigamos lo que hac« k la paz y ^ la edificaciou de los unos para con los otros. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas ciertameute son limpias : mas malo es al hombre que come con escandalo. 21 Bueno es no comer came, ni beber vino, ni cosa en que tu liermano tropiece, 6 se ofenda, 6 sea enfermo. 22 (Tu tienes fe ? Tenia para ti delante de Dio«. Bienaventu- rado el que no se condena a si mismo con lo que aprueb^. 23 Mas el que duda, si comiere, es condenado ; porque no conie por fe ; y todo lo que no es de fe, es pecado. CAP. XV. 1 4 SI que, nosotros que somos jTjL fueries debemos sobre- llevar las flaquezas de los fla- cos, y no agradarnos a nosotros mismos. 2 Cada uno de nosotros agrade a su proximo en bien para edifi- cacion. 3 Porque Cristo no se agrado a si mismo : antes, como esta. escrito, Los vituperios de los que te vituperan, cayerou so- bre mi. 4 Porque las cosas que ^ntes fueron escritas, para nuestro en- setiamiento fueron escritas; para que por el padecer, y por la consolacion de las Escritura?, tengamos esperanza. 5 Mas el Dios de paciencia y de consolacion os de que entre vosotros seais unanimes segun Cristo Jesus : 6 Para que concordats, k una T2 SOS EPISTOLA A LOS boca glorifiqueis & Dios, y al Padre de nuestio Senor Jesu Cristo. 7 Por tanto sobrellevaos los iHios k los otros, como tanibien Cristo nos sobrellev6 para gloria de Dios. 8 Digo pues, que Cristo Jesus fue miuistro de la circuncision, por la verdad de Dios, para con- iirmar las promesas de los padres : 9 Y para que los Gentiles glorifiquen li Dios por la miseri- cordia: como cst^ escrito, Por tanto yo te confesar6 entre los Gentiles, y cantare a tu nombre. 10 Y otra vez dice, Gozaos, Gentiles, con su pueblo. 11 Y otra vez dice, Alabad al Seiior, todos los Gentiles ; y mag- niticadlo, todos los pueblos. 12 Y otra vez Isaias dice, Estara la raiz de Jes6, y el que se levantara a regir los Gentiles; los Gentiles esperaran en 61. 13 Y el Dios de esperanza os hincha de todo gozo y paz cre- yendo; para que abundeis en esperanza, por la virtud del Espiritu Santo. 14 Empero cierto estoy de vosotros, hermanos mios, que por vosotros mismos estais llenos de bondad, llenos de todo conoci- miento ; de tal manera que po- deis amonestaros los unos k los otros. 15 Mas heos escrito, hermanos, en parte osadamente, como amo- nestandoos, por la gracia que de Dios me es dada, 16 Para que yo sea ministro de Jesu Cristo entre los Gentiles, * sacrificando el Evangelio de Dios, para que la ofrenda de los Gentiles sea agradable, santifi- cada por el Espiritu Santo. 17 Asi que, tengo de que gloriarme en Cristo para con Dios. 18 Porque yo no osaria hablar * O adminisirando. alguna cosa, que Cristo no haya hecho por mi, para atraer los Gentiles - tros pies. La gracia de nuestro Seiior Jesu Cristo sea con voso- tros. Amen. 21 SaludanosTimoteo mi coad- jutor, y Lucia, y Jason, y Sosi- pater mis parientes. 22 Yo Tercio que escribi la epistoia os &aludo en el Seiior, T3 ^10 PRIMERA EPISTOLA A LOS 23 Salndaos Gayo, mi hu6sped y de toda la iglesia. Salndaos Erasto, tesorero de la ciudad, y el hermano Quarto. 24 La gracia de nuestro Senor Jesu Cristo sea con todos voso- tros. Amen. 25 Y al que puede confirma- ros segun mi Evangelio, y la pre- dicacion de Jesu Cristo, segun la Tevelacion del misterio, encu- bierto desde tiempos eternos, ^6 Mas manifestado ahora, y por las Escrituras de los profe- tas, por el mandamiento de Dios eterno, declarado a todos los Gentiles para que obedezcan 4 lafe: 27 Al solo Dios sabio sea glo- ria por Jesu Cristo eternalmente. Amen. Fu6 escrita de Corinto i los Ro- manos con Febe diaconisa de la iglesia de Cencrea. LA PRIMERA EPISTOLA DE S. PABLO A LOS CORINTIOS. CAP. I. 1 "pABLO, llamado apostol Jr de Jesu Cristo por la vo- luntad de Dios, y el hermano Sostenes, 2 A la iglesia de Dios que es- t^ en Corinto, santificados en Cristo Jesus, llamados santos, y & todos los que invocan el nom- bre de nuestro Senor Jesu Cristo en qualquier lugar ; Senor, digo, de ellos y nuestro : 3 Gracia y paz hayais de Dios nuestro Padre, y del Senor Jesu Cristo. 4 HagograciasamiDiossiem- pre por vosotros, por la gracia tie Dios que os es dada en Cristo Jesus ; 5 Que en todas cosas sois en- riquecidos en ^1, en toda lengua y en t^a ciencia ; 6 Segun que el testimonio de Cristo ha sido confirmado en vosotros: 7 De tal manera que nada o% falte en ningun don : esperando la raanifestacion de nuestro Se- nor Jesu Cristo. 8 El qual tambien os confirma- ra sin pecado hasta el fin, hasta el dia de nuestro Senor Jesu Cristo. 9 Fiel es Dios, por el qual soi» llamados d la compariia de su Hi- jo nuestro Seiior Jesu Cristo. 10 Ruegoos pues, hermanos, por el nombre de nuestro Senor Jesu Cristo, que hableis todos una misma cosa, y que no haya entre vosotros disensiones; antes seals enteros en un mismo enten- dimiento, y en un mismo parecer. 11 Porque me ha sido decla- rado de vosotros, hermanos miosy CORINTIOS, CAP. II 211 por los que son de la familiu de Cloe, que hay entre vosotios contiendas. 1*2 Quiero decir, que cada uno de vosotros dice, Yo cieitatnente soy de Pablo ; mas yo de Apolo ; mas yo de C^fas ; mas yo de Cristo. 13 i Es dividido Cristo ? ^ fu6 crucificado Pablo por vosotros? ( 6 habeis sido bautizados en el nombre de Pablo ? 14 Hago gracias d mi Dios que a ninguno de vosotros he bauti- zado, sino d Crispo y a Gayo : 15 Para que ninguno diga que yo lo bautize en mi nombre. 16 Y tambien bautize la casa de Estefana : mas no s6 si haya bautizado algun otro. 17 Porque no me envio Cristo a bantizar, sino a predicar el Evangelio: no en sabiduria de palabras, porque no sea hecha vana la crnz de Cristo. 18 Porque la palabra de cruz ciertamente locura es a los que se pierden ; mas a nosotros que alcanzamos salud, potencia de Dios es. 19 Porque escrito esta, Des- truir6 la sabiduria de los sabios, y la sagacidad de los sagaces re- probar6. 20 d Qu4 es del sabio ? i Que es del Escriba? ^ Que es del in- quiridor de este siglo? ^Noha Dios enloquecido la sabiduria de este mundo ? 21 Porque por no haber el mundo conocido en la sabiduria de Dios a Dios por sabiduria, plugo a Dios salvar los creyentes por la locura de la predicacion. 22 Porque los Judios piden senal, y los Griegos buscan sabi- duria : 23 Mas nosotros predicamos a Cristo cruciticado, que es k los Judios ciertamente tropezadero, y a los Gentiles locura. 24 Empero d los llama^los, asi Judios como Griegos, Cristo po- tencia de Dios, y sabiduria de Dios. 25 Porque lo loco de Dios es mas sabio que los hombies ; y lo flaco de Dios es mas fuerte que los hombres. 26 Porque mirad, hermanos, vuestra vocacion ; que no sois muchos sabios segun la carne, no muchos poderosos, no muchos nobles. 27 Antes lo que es locnra del mundo escogio Dios para aver- gonzar k los sabios : y lo que es flaqueza del mundo escogio Dios para avergonzar. 23 Y lo vil del mundo, y lo menospreciado escogi6 Dios, y lo que no es, para desbacer lo que es : 29 Para que ninguna carne se glorie delante de el. 30 Por el empero sois voso- tros en Cristo Jesus ; el qual nos ha sido hecho de Dios sabiduria, y justicia, y santiticacion, y re- dencion : 31 Para que, como esta escri- to, El que se gloria, en el Senor se glorie. CAP. II. 1 A SI que, hermanos, quando xjL yo vine a vosotros, no vine con altivez de palabra 6 de sabiduria a anunciaros el testi- monio de Dios. 2 Porque no me juzgue saber algo entre vosotros, sino a Jesii Cristo, y a este crucificado. 3 Y estuve yo con vosotros con flaqueza, y con mucho temor y temblor. 4 Y mi palabra y mi predica- cion no fue en palabras persua- sorias de humana sabiduria, mas en demonstracion de Espiritu y de potencia : 5 Para que vuestra fe no con- sistiese en sabiduria de hombres, sino en potencia de Dios. 212 EPISTOLA A LOS 6 Empero Iiablanios sabiduiia entre pertectos; y no sabiduiia de este siglo ni de los priiuipes de este siglo, que perecen : 7 Mas hablainos sabiduria de Dios en misterio, la que esta en- cubierta, la que Dies predestino ^ntes de los siglos para nuestra gloria : 8 La que ninguno de los prin- cipes de este siglo conocio : por- que si la eonocieran, nunca cru- cificaran al Seiior de gloria. 9 Antes predicamos, como est^ escrito, Lo que ojo no vio, ni oreja oyo, ni en entendimiento de bombre subi6, lo que Dios prepar6 para los que lo aman. 10 Empero Dios nos lo revel6 a nosotros por su Espiritu : por- que el Espiritu todo lo escu- driiia, aun lo profundo de Dios. 11 Porque i quien de los hom- bres sabe las cosas que son del hombre, sino el espiritu del bom- bre, que esta en el ? Asi tani- poco nadie conocio las cosas que son de Dios, sino el Espiritu de Dios. 1'2 Y nosotros babemos recibi- do, no el espiritu del niundo, mas el Espiritu que es de Dios ; para que conozcamos lo que Dios nos ba dado. 13 Lo qual tambien hablamos, no con doctas palabras de hunia- na sabiduria, mas con doctrina del Espiritu Santo, acomodando lo espiritual a lo espiritual. 14 Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Es- piritu de Dios; porque le son locura : y no las puede entender ; porque se ban de examinar espi- ritualmente. 1.5 Empero el hombre espiri- tual exaniina cicrtamente todas las cosas ; mas ^1 de nadie es examinado. 16 Porque jqnicn conoci6 la •mente del Seiior, para que le ♦ El intento. instruya ? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo, CAP. III. 1 I ^E nianera que yo, ber- JL^ manos, no pude hablaros como a espirituales, mas hableos como a carnales, es a saber, como a niiios en Cristo. 2 Dios a beber leche, no os di vianda : porque aun no podiais, ui aun ahora podeis. 3 Porque aun sois carnales : porque hubiendo entre vosotros envidia, y contenciones, y par- cialidades, ^no sois carnales, y andais como hombres? 4 Porque diciendo el uno, Yo ciertamente soy de Pablo ; y el otro, Yo de Apolo ; i no sois car- nales ? 5 i Qu6, pues, es Pablo ? y ^que es Apolo? Ministros por medio delos, quales babels creido, conforme a lo que el Senor ha da- do a cada uno. 6 Yo plante, Apolo reg6 ; mas Dios ha dado el crecimiento. 7 Asi que, ni el que planta es algo, ni el que riega ; sino Dios que da el crecimiento. 8 Empero el que planta y el que riega son una misma cosa : aunque cada uuo recibir^ six sa- lario conforme a su labor. 9 Porque nosotros coadjutores somos de Dios : y vosotros la- branza sois de Dios, edificio sois de Dios. 10 Conforme d la gracia de Dios que me ha sido dada, yo co- mo sabio maestro de obra puse el fundamento, mas otro edifica sobre ^1. Empero cada uno vea como edifica sobre 61. 11 Porque nadie puede poner otro fundamento, sino el que es- ta puesto, el qual es Jesu Cristo. 12 Y si alguno edificare sobre este fundamento oro, plata, pie- dras preciosas, madera, henOj hO' jarasca > CORINTIOS, CAP. IV. nS 13 Laobra de cada uno ser4| 3 Yo en muy poco toago scr manifestada : porque el dia la juzgado de vosotros, 6 de /m?«a- declarar^; porque por el fiiego no *juicio: dntes ni aim yo me sera manifestada; y la obra deljuzgo. cada uno qual sea, el fuego bara la prucba. 14i Si la obra del que sobre cdific6, permaneciere, recibird salario. 15 Si la obra de alguno fuerc quemada, 61 padecevik detrimew- to ; pero sera salvo, mas asi como por fuego. 16 ^' O no sabeis que sois tem- ple de Dios, y que el Espiritu de Dios mora en vosotros? 17 Si alguno violare el templo de Dios, Dios destruira al tal : porque el templo de Dios, el qual sois vosotros, santo es. 18 Nadie se engane. Si alguno entre vosotros se tiene a si mismo por sabio en este siglo, hagase loco, para que sea sabio. 19 Porque la sabiduria de este raundo locura es acerca de Dios. Porque escrito esta, El que prende d los sabios en la astucia de ellos. 20 Y otra vez; El Seiior co- noce que los pensamientos de los sabios son vanos. 21 Asi que, ninguno se glorie en los hombres: porque todo es vuestro. 22 Sea Pablo, sea Apolo, sea C^fas, sea el mundo, sea la vida, sea la muerte, 23 Sea io presente, sea lo por venir ; todo es vuestro : 24 Y vosotros de Cristo, y Cristo de Dios. CAP. IV. 1 rpENGANNOS los hombres I por miuistros de Cristo, y dispensadores de los misterios de Dios. 2 Resta empero, que se re- quiere en los dispensadores, que cada uno sea haliado fiel. 4 Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no per eso soy justiticado; mas el que mejuzga, es el Senor. 5 Asi que, no juzgueis nada antes de tiempo, hasta que venga el Seiior ; el qual tambien acla- rara lo oculto de las tinieblas, y manifestar^ los consejos de los corazones : y ent6nces cada uno habra de Dios la alabanza. 6 Esto empero, hermanos, he pasado por exemplo en mi yen Apolo por causa de vosotros ; para que en nosotros aprendais a no saber mas de lo que estii escrito, hinchandoos por causa de otro el uno contra el otro. 7 Porque ^quien te juzga? ;6 que tienes que no hayas recibi- do? Y si lo recibiste, i de que te glorias, como si no lo hubieras recibido ? 8 Ya estais hartos, ya estais ricos ; sin nosotros reynais : y oxala reynaseis, para que nos- otros reynemos tambien junta- mente con vosotros. 9 Porque, a lo que pienso, Dios nos ha t puesto por los postreros de los apostoles, como a sentenciados a muerte : por- que somos heclios espectaculo al mundo, y a los angeles, y d los hombres. 10 Nosotros locos por amor de Cristo, y vosotros prudentos en Cristo ; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros no- bles, y nosotros viles. 1 1 Hasta esta hora hambre- amos, y tenemos sed, y estaraos desnudos, y somos abofeteados, y andamos vagabundos; 12 Y trabajamos, obrando con nuestras propias manos : maldi- * Gr.dia. t Como en teatro. S14 PRIMERA EPISTOLA A LOS ci^ndonos, bendeciraos nosotros ; siendo perseguidos, lo sufrimos. 13 Sieudo blasfemados, roga- mos. Somos bechos basura del mundo, y coino el desecho de todos hasta ahora. 14 No escribe esto para aver- gonzaros : laas amonestoos como k mis amados hijos. 15 Porque aunque tengais diez mil ayos en Gristo, pero no tendrHs muchos padres : por- que en Cristo Jesus yo os he en- gendrado por el Evangelio. 16 Por tanto ruegoos que me iuiiteis. 17 Por lo qual os envie & Ti- moteo, que es ml amado hijo, y fiel en el Senor : el qual os traer^ & la memoria mis caminos quales sean en Cristo, de la mauera que enseno en todas partes, en cada iglesia. 18 Mas como si nunca hubie- •e yo de venir k vosotros, asi andau hinciiados algunos. 19 Empero vendr6 presto 6 vosotros, si el Senor quisiere, y entender^, no las palabras de estos que andan hinchados, sino la virtud esphitual. 20 Porque el reyno de Dios no consiste en palabras, sino en virtud. 21 iQu6 quereis? ^ vendr6 d vosotros con vara, 6 con caridad, y con espirilu de mansedumbre? CAP. V. 1 r^E cierto se oye entre vos- _Lr otros fornicacion, y tal fornicacion, qual ni aun se nom- bra entre los Gentiles ; tanto que haya quien tenga la muger de su padre. 2 Y vosotros estais hindiados, y no OS habeis mas presto entris- tecido, paia que fuese quitado de en medio de vosotros el que hi^o tal obra. 3 Yo ciertameute como ausente con el cuerpo, mas presente con el espiritu, ya como presente he Juzgado que el que esto ha asi cometido, 4 En el nombre de nuestro Seiior Jesu Cristo, juutados vos- otros, y mi espiritu, con la au- toridad de nuestro Seiior Jesu Crista, 5 El tal sea entregado a Sata- nas para muerte de la came, porque el espiritu sea.salvo en el dia del Senor Jesus. 6 No es buena vuestra jactan- cia. ( No sabeis que con un po- quito de levadura toda la masa se Icuda? 7 Limpiad pues la vieja le- vadura, para que seals nueva masa, como sois cenceiias. Por- que nuestra Pascua, es d saber y Cristo, es por nosotros sacrifi- cada. 8 Asi que, hagamos fiesta, no en la vieja levadura, ni en la le- vadura de malicia y de maldad; sino en cenceiias de sinceridad y de verdad. 9 Escriio os he por carta que no OS envolvais con los fornica- rios. 10 No del todo con los forni- carios de este mundo, 6 con los avaros, 6 con los ladrones, 6 id6- latras: otramente seriaos^menes- ter salir del mundo. 11 Mas ahora os he escrito, que no os envolvais, es a sa&er, que si alguno llamandose her- mano, fuere fornicario, 6 avaro, 6 idolatra, 6 maldiciente, 6 borra- cho, 6 ladron ; con el tai digOy ni aun comais. 12 Porque iqn6 me va a mi en juzgar de los que estan tuera? ij no juzgais vosotros de los que estan dentro ? 13 Porque de los que estan fuera, Dios juzgara. Quitad pues a este malo de entre vos- otros mismos. CORINTIOS, CAP. VI. 12 Todas 215 CAP. VI. SO • V^ teniemio pleyto con otro, ir k jnicio delaute de los injustos, y no delante de los Santos ? 2 ^ O no sabeis que los santos han dc juzgar el mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ,; sois vosotros indignos de juzgar las cosas pequenitas ? 3^0 no sabeis que habenios de juzgar k los angeles? ^quanto mas las cosas de este siglo? 4 Por tanto si hubiereis de tener juicios de cosas de este si- glo, constituid por jueces a los que son de menor estima en la iglesia. 5 Para avergonzaros lo digo. las cosas me son Ucitas, mas no todas convienen : todas las cosas me son licitas, mas yo no me meters debaxo dc la potcstad de ninguna cosa. 13 Las viandasson para el vien- tre, y el vientre para las vian- das; empero y ^ 61 y a ellas des- hara Dios : mas el cuerpo no es para la fornicacion, sino para el Sefior ; y el Senor para el cuerpo. 14 Y Dios que resucit6 al Se- fior, tambien nes resucitara k nosotros con su potencia. 15 ,5 O ignorais que vuestros cuerpos son miembros de Cristo ? ^•Quitare pues los miembros de Cristo, y liacerZos he miembros de ramera? En ninguna manera. 16 ^ O no sabeis que el que se junta con la ramera es hecho un cuerpo con Ala ? Porque seran, Asi que, ^no hay entre vosotros dice, los que eran dos una carne. sabio, ni ann uno, que pueda juzgar entre sus hennanos? 6 Sino que el hermano con el hermano pleyta en juicio, y esto delante de los infielos. 7 Luego ya sin falta hay culpa en vosotros, pues que traeis pley- tos los unos con los otros. ^Por- que no sufris 4ntes la injuria? i Porq«6 no recibis ^ntes el dafioP 8 Sino que vosotros sois los que irijuriais, y haceis el dano, y esto a los hermanos. 9 iO no sabeis que los in- justos no poseeran el reyno de Dios ? No erreis ; que ni los fornicarios, ni los id6latras, ni los adulteros, ni los afeminados, ni los que se echan con machos, 10 Ni los ladrones, ni los ava- ros, ni los borrachos, ni los mal- dicientes, ni los robadores, no heredaran el reyno de Dios. 11 Y esto erais algunos : mas ya sois lavados, mas ya sois san- tificados, mas ya sois jnstiticados en el nombre del Seuor Jesu Cristo, y con el Espiritu de nuestro Dios^ 17 Empero el que se junta con el Senor un espiritu es C071 H. 18 Huid la fornicacion. Qual- quier otro pecado que el hombre cometiere, fuera del cuerpo es : mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca. 19 (O ignorais que vuestro cuerpo es templo del Espiritu Santo, el qual estu en vosotros, el qual teneis de Dios, y que no sois vuestros ? 20 Porque comprados sois por precio: glorificad pues d Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espiritu, los quales son de Dios. Q CAP. VII. UANTO 4 las cosas que me escribisteis, bueno seria^l hombre no tocar muger : 2 Mas por evitar fornicacfones, cada uno tenga su muger, y ca- da una tenga su marido. 3 El marido d6 a la muger la debidabenevolencia: y asimismo la muger al marido. ^i6 PRIMERA EPISTOLA A LOS 4 La miiger no tiene el seiio- rio de su piopio cnerpo, sino el marido : y por el scinejante, tam- poco el marido tiene el seiiorio de su propio cuerpo, sino la ran- ger. 5 No OS defraudeis el nno al otro, sino fuere de consentimien- to de amhos por tienipo ; para ocuparos en ayuno y en oracion : y volved a juntaros en uno ; porqne no os tiente Satanas k causa de vuestra incontinencia. 6 Mas esto digo por permision, no por mandamiento. 7 Porque querria que todos los honibres fuesen como yo soy. Empero cada uno tiene propio don de Dios, uno ciertamente asi, y otro asi. 8 Digo pues ^ los solteros y a las viudas, que les es bueno si se quedaren como yo. 9 Y si no tienen don de conti- nencia, caseuse : porque mejor es casarse, que abrasarse. 10 Mas a los que estin juntos en matrimonio denuncio, no yo, sino el Seiior, Que la mugei no se aparte del marido. 11 Y si se apartare, est^se sin casar, 6 reconciliese con su ma- rido : y que el marido no dexe a su muger. 12 Y a los demas yo digo, no clSeiior: Si algun hermano tiene muger infiel, y ella consiente ha- bitar con 61, no la dexe. 13 Y la muger que tiene ma- rido infiel, y 61 consiente habitar con ella, no lo dexe. 14 Porque el marido infiel es santificado en la muger, y la mu- ger infiel en el marido. De otra manera vuestros bijos cierta- mente serian inmundos, empero ahora son santos. 15 Mas si el infiel se aparta, ap^rtese : porque el hermano 6 la hermana no se sujeto a servi- •dumbre en semejantecww: antes -S. paz nos ha llamado Dios. 16 Porque ^de donde sabes, 6 muger, si quiza haras salvo a tii marido? ^6 de donde sabes, 6 marido, si quiz^ haras salva k tu muger ? 17 Sino que cada uno, como Dios repartio con t^/, y como el Seiior llamo a cada uno, asi ande : y asi enseiio en todas las iglesias. 18 ^ Es alguno llamado circun- cidado ? no estienda el jtrepucio. Es alguno llamado en prepucio ? no se circuncide. 19 La circuncision nada es, y el prepucio nada es, sino la ob- servancia de los mandamientos de Dios. 20 Cada uno en la vocacion en que fu6 llamado en ella se quede. SJl ; Eres llamado sicndo sier- vo ? no se te c\i nada : mas tam- bien si puedes hacerte libre pro- cura lo mas. 22 Porque el que en el Senor es llamado siendo siervo, horro es en el Seiior : asimismo tambien el que es llamado siendo libre, siervo es de Cristo. 23 Por precio sois comprados; no OS hagais siervos de los hofii- bres. 24 Cada uno, hermanos, en lo que es llamado, en esto se quede acerca de Dios. 25 Empero quanto a las vir- genes, no tengo mandamiento del Seiior : mas doy mi parecer, co- mo hombre que ha alcanzado mi- sericordia del Seiior para ser fiel. 26 Tengo pues esto por bueno k causa de lanecesidad presente : por lo qual bueno es al hombre estarse asi. 27 i Estas ligado k muger ? no procures soltarte. ,; Estas suelto de muger ( no procures muger. 28 Mas tambien si tomares muger, no pecaste: y si la vir- gen se casare, no peco. Pero afliccion en la carne tendrdn log tales : mas yo os perdono. 29 Esto empero digo, henna- nos, que iel tiempo es corto : lo que resta es, que los que tienea Hiugeres scan como los que no las tienen : 30 Y los que lloran, como los que no lloran : y los que se go- zan, como los que no se gozan : y los que compran, como los que no poseen : 31 Y los que usan de este mundo, como los que no usan : porque la apariencia de este mundo se pasa. 32 Mas querria que estuvie- seis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Senor, como ha de agradar al Senor : 33 Empero el que se caso tiene cuidado de las cosas del mundo, como ha de agradar a su muger. 34 Y la muger por casar, y la virgen tiene cuidado de las cosas del Seiior, para ser santa, asi en el cuerpo como en el espiritu : mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, como ha de agradar a su marido. 35 Esto empero digo para vuestro provecho : no para echa- ros lazo, sino para que honesta y decentemente y sin impedimento OS llegueis al Senor. 36 Mas si a alguno parece cosa indecente en su virgen, que pase ya de edad, y que asi conviene que se haga, haga lo que qui- siere : no peca : c^sense. 37 Empero el qtie esta firme en su corazou, y que no tiene necesidad, mas que tiene libertad de su voluntad, y determino en su corazon esto de guardar su virgen, bien hace. 38 Asi que, el que la casa bien hace, y el que no la casa mejor hace. 39 La muger casada esta atada ^ la ley, mientras vive su mari- do : mas si su marido muriere, libre es; casese con quien qui- siere : con tal que sea en el .Seiior. 40 Empero mas bienaventu- CORINTIOS, CAP. VIII. 2l7 rada sera, si se quedare asi. Y pienso que tambien yo lengo Espiritu de Dios. CAP. VIII. 1 XT^MPERO de lo que a los _1^ idolos es sacrificado, sa- bemos que todos tenemos cien- cia. La ciencia hincha, mas la caridad edifica. 2 Y si alguno se piensa que sabe algo, aun no sabe algo como le conviene saber. 3 Mas el que ama k Dios, el tal es conocido de Dios. 4 Asi que, de las viandas que son sacriticadas a los idolos, sa- bemos que el idolo es nada en el mundo, y que no lyiy otro Dios sino uno. 5 Porque aunque haya algu- nos que se Uamen dioses, 6 en el cielo 6 en la tierra, (como hay muchos dioses, y muchos se- iiores,) 6 Nosotros empero no tenemos mas de un Dios que es el Padre, del qual son todas las cosas, y nosotros en el : y un Senor Jesu Cristo, por el qual son todas las cosas, y nosotros por el. 7 Mas no en todos hay esta ciencia : porque algunos con conciencia del idolo hasta aqui, comen como sacrificado a idolos; y su conciencia, siendo flaca, es contaminada. 8 Empero la vianda no nos hace mas aceptos a Dios : por- que ni que comamos, ser^mos mas ricos, ni que no comamos, ser^mos mas pobres. 9 Mas mirad que esta vuestra libertad no sea tropezadero a los que son flacos. 10 Porque si te ve alguno, kti que tienes esta ciencia, que estas sentado a la mesa en el lugar do los idolos, la conciencia de aquel que es flaco i no sera adelantada U 218 PRIMERA EPISTOLA A LOS k comer de lo sacrificado k los idolos? 11 Y con tu ciencla se perde- rk el hermano flaco, por el qual Cristo muri6. 12 De esta manera pues, pe- cando contra los hermanos, y hiriendo su flaca conciencia, contra Cristo pecais. 13 Por lo qual si la vianda es a mi hermano ocasion de caer, jamas comere came, por no es- caudaiizar a mi hermano. CAP. IX. NO soy ap6stol ^ libre? i no soy (. no vi a nuestro Seiior Jesu Cristo ? ^no sois vos- otros mi obra en el Senor ? 2 Si a los fftros no soy apostol, 4 vosotros ciertamente lo soy : porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Seiior. 3 Mi repuesta para con los que me preguntan, es esta : 4 <• O no tenemos potestad de comer y de beber ? 5 iO no tenemos potestad de Uevar por donde quiera una muger hermana tambien como los otros ap6stoles, y los herma- nos del Senor, y C^fas? 6 ; O solo yo y Barnabas no tenemos potestad de no trabajar? 7 ( Quien jamas pelea d sus expensas? ^ Quien planta viiia, y no come de su fruto ? ^ 6 quien apacicnta el ganado, y no come de la leche del ganado ? 8 a Digo esto como hombre ? ^ No lo dice tambien la Ley ? 9 Porque en la Ley de Moyses esta escrito, No ataras la boca al buey que trilla. ^ Tiene Dios cuidado de los bueyes ? 10 ^ O dicelo de cierto por nosotros ? Porque por nosotros esta escrito. Porque con espe- ranza ha de arar el que ara : y el que trilla, con esperanza de haber io que espera, trilla. 11 Si nosotros os sembramos las cosas espirituales, ( sera gran cosa si segaremos vuestras cosas carnales ? 12 Si otros tienen en vosotros esta autoridad, ( porque no ^ntes nosotros ? mas no usamos de esta autoridad ; antes lo sufrimos to- do por no poner algun impedi- mento al Evangelio de Cristo. 13 ^No sabeis que los que sirven en las cosas sagradas, co- men de las cosas del templo? j Y que los que asisten al altar, com el altar partlcipan ? 14 Asi ordeno el Senor k los que anuncian el Evangelio que vivan del Evangelio. 15 Mas yo de nada de esto me aproveche ; ni tampoco he escrito esto, para que se haga asi con- migo : por que tengo por mejor morir, antes que nadie haga vana mi gloriacion. 16 Porque si anunciare el Evangelio, no tengo porque glo- riarme : porque necesidad me es impuesta : y ay de mi sine anua< ciare el Evangelio. 17 Por lo qual si lo hago de voluntad, premio habre : mas si por fuerza, la dispensacion me ha sido encargada. 18 ■( Qu^ premio, pues, ten- dre ? Que predicando el Evan- gelio, ponga el Evangelio de Cristo de balde por no usar mal de mi autoridad en el Evan- gelio. 19 Por lo qual siendo libre para con todos, me he hecho siervo de todos por ganar almas. 20 Y soy hecho k los Judios como Judio, por ganar a los Ju- dios : a los que estdn sujetos k la Ley, como si yo fuese sujeto k la Ley, por ganar a los que estdn sujetos a la Ley. 21 A los que soji sin Ley, como si yo fuera sin Ley, (no estando yo sin Ley quanto a Dios, mas sujeto k la Ley de Cristo,) por ganar a los que estaban sin Ley. 22 Soy hecho k los flacos como flaco, por ganar d. los flacos : li todos soy heclio todo, para que de todo punto salve algunos. 23 Y esto hago por causa del Evangelio, para ser hecho junta- mente participante de 61. 24 itos con el creyente Abraham. 10 Porque todos los que son de las obras de la Ley, debaxo de maldicion estan : porque es- crito esta, Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas que estan escritas en el libro de la Ley para hacerlas. 1 1 Mas por quanto por la Ley ninguno es justificado delante de Dios, queda manifiesto, que el justo por la fe vive. 12 La Ley tambien no es de la fe : mas el hombre que las hiciere vivira por ellas. 13 Cristo nos redimi6 de la maldicion de la Ley, hecho por nosotros maldicion : porque es- crito esta, Maldito qnalquiera que es colgado en madero : 14 Para que la bendicion de Abraham viniese a los Gentiles por Jesu Cristo : para que por la fe recibamos la promesa del Espiritu. 15 HerraanoSjhablo como hom- bre : aunque el contrato sea de un hombre, con todo eso, si es conlirmado, ninguno lo reprueba ni le aiiade algo. 16 A Abraham fueron dichas las promesas, y a su simiente. No dice, Y a las simientes, como de muchos, sino como de uno; Y a tu simiente, la qual es Cristo, 17 Esto pues digo, que el con- trato contirmado de Dios para con Cristo, la Ley, que fu6 he- cha quatrocientos y treinta anos despues, no lo abroga, para in- validar la promesa. 18 Porque si la herencia es por la Ley, ya no sera por la promesa : Dios empero por la promesa hizo la donacion k Abra- ham. 19 ^-Pues la Ley que? Fue puesta por causa de las trans- gresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa, ordenada por los ange- ies en la mano del Medianero. 20 Y el Medianero no es de uno, y Dios es uno. GALATAS, t.*l ( Luego la Ley es contra ias proinesas de Dios ? En nin- gnna manera : porque si la Ley dada pudiera viviiicar, la justi- oia verdaderamente fuera por la Ley. 2ii Mas la Escritura encerro todo debaxo de pecado ; para que la promesa fuese dada a los creyentes por la fe de Jesu Cristo. as Empero dntes que viniese la fe, estabamos guardados de- baxo de la Ley, encerrados para aqueila fe que habia de ser re- velada. 24 De manera que la Ley nues- tro ayo fne para llevarnos a Cris- to, para que fuesemosjustificados por la fe. *25 Mas venida la fe, ya no estamos debaxo de ayo. 26 Porque todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesus. 27 Porque todos los que ha- beis sido bautizados en Cristo, de Cristo estais vestidos. 28 No hay Judio ni Griego, no hay siervo ni libre, no hay macho ni hembra : porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesus. 29 Y si vosotros sois de Cristo, ciertamenle la simiente de Abra- ham sois, y conforme a la pro- mesa los herederos. CAP. IV. 1 XT^ STO tambien digo, entre rn^J tanto que el heredero es niiio, en nada difiere del siervo, aunque sea senor de todo : 2 Mas esta debaxo de tutores y curadores hasta el tiempo sena- lado por su padre. 3 Asi tainbien nosotros, quando fuiraos ninos, 6ramos reducidos en servidumbre debaxo de los rudimentos del mundo ; 4 Mas venido el cuinplimicnto CAP. IV. 243 del tiempo. Dios envio su Hijo hecho de muger, hecho sujeto k la Ley, o Para que redimiese a los que estaban debaxo de la Ley, para que recibi^semos la adop- cion. 6 Y por quanto sois hijos, envio Dios el Espiritu de su Hijo en vuestros corazones, el qual clama Abb4, tjuiere deciVj Padre. 7 Asi que, ya td no eres mas siervo, sino hijo : y si hijo, tam- bien heredero de Dios por Cristo. 8 Antes en otro tiempo no couociendo a Dios, serviais a los que por naturaleza no son dioses : 9 Mas ahora habiendo cono- cido a Dios, 6 por mejor decir, siendo conocidos de Dios, ( corao OS volveis otra vez ^ los flacos y necesitados rudimentos, ^ los quales quereis volver a servir de nuevo? 10 Guardais dias, y meses, y tiempos, y aiios. 11 T6mome de vosotros de que no haya yo trabajado en va- no en vosotros. 12 Sed como yo, porque yo soy como vosotros, hermanos, ruegoos : ningun agravio me ha- beis hecho. 13 Que vosotros sabeis que con flaqueza de came os anun- ci6 el Evangelio al principio. 14 Y no desechasteis ni me- nospreciasteis * mi tenlacion que pasuba eu mi came : antes me recibisteis como a un angel de Dios, como a Cristo Jesus. 15 iDonde esta pues vuestra bienaventuranza? Porque yo os doy lestimonio, que si pudiera hacerse, os sacariais vuestros ojos para dkrmelos. 16 c Heme pnes hecho vuestro enemigo diciendoos la verdad? 17 Tienen zelos de vosotros * O prueba, Y2 ii'14 EPISTOLA A LO.S no bien ; antes os quieren echar f'uera para que vosotros los zeleis 6. ellos. 18 Biieno es ser zelosos, mas en bien siempre; yno solamente quando estoy presents con vos- otros. 19 Hijitos mios, que vuelvo otra vez k estar de parto de vos- otros, hasta que Cristo sea for- mado en vosotros ; 20 Querria cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz ; porque * perplexo estoy en vos- otros. 21 Decidme los que quereis estar debaxo de la Ley, ^ no ois la Ley ? 22 Porque escrito esta, que Abraham tuvo dos hijos; el uno de la sierva, y el otro de la libre. 23 Mas el que era de la sierva, nacio segun la carne ; el que era de la libre, nacio por la pro- mesa. 24 Las qnales cosas son dichas por alegoria : porque estos son los dos contratos : el uno cierta- mente en el monte de Sina, el qual engendra para servidumbre, que es Agar. 25 Porque Agar es Sina, monte de Arabia, el qual corresponde ^ la que ahora se llama Jerusalem, la qual sirve con sus hijos. 26 Mas aquella Jerusalem que esta arriba libre es; la qual es madre de todos nosotros. 27 Porque est^ escrito, A16- grate, la esteril que no pares; rompe en alahanzas y clama, la que no estas de parto : porque mas son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. 28 Asi que, hermanos, nos- otros, como Isaac, somos hijos de la promesa. 29 Empero como entonces el que era engendrado segun la carne perseguia al que era en- gendrado segun el Espiritu, asi tambien ahora. 30 ^Mas que dice la Escriturar Echa a la sierva y k su hijo : porque no seri heredero el hijo de la sierva con el hijo de la libre. 31 De manera, hermanos, que no somos hijos de la sierva, mas de la libre. CAP. V. EST AD pues firmea en la libertad en que Cristo y no 08 el yugo envolvais de servi- Turbadn. nos liberto, otra vez en dumbre. 2 He aqui, yo Pablo os digo, que si os circuncidareis, Cristo no OS aprovechara nada. 3 Y otra vez vuelvo a protes- tar a todo hombre que se circun- cidare, que es obligado a guar- dar toda la Ley. 4 Vacios sois de Cristo los que por la Ley os justificais ; de la gracia habeis caido. 5 Porque nosotros por el Espi- ritu de la fe esperamos la espe- ranza de la justicia. 6 Porque en Cristo Jesus ni la circuncision vale algo, ni el prepucio ; sino la fe que ohra por caridad. 7 Corriais bien : ^ quien os ha impedido, para que no obedecie- seis k la verdad ? 8 Esta persuasion ne es del que 08 llama. 9 Una poca de levadura leuda toda la masa. 10 Y eonfio de vosotros en el Senor, que ninguna otra cosa sentireis : mas el que os inquieta, llevara el * juicio, quienquiera que sea. 11 Yo ciertamente, hermanos, si aun predico la circuncision, i porque, pues, padezco persecu^ cion? Luego quitado es el es- candalo de la cruz. 12 j O si aun fuesen talados * O condenacion. GALATAS, CAP. VI. 215 los que OS alborotan ! j 13 Porqiie vosotros, hermanos, & libertad sois llaraados : sola-j mente que no deis la libertad porj ocasion 4 la carne, mas que os sSrvais los unos 4 los otros por caridad. 14 Porque toda la Ley en esta sola palabra se resume, Amaras 4 tu proximo como k ti mismo. 1.5 Y si los unos a los otros os mordeis y os comeis, mirad que tanibien no os consumais los unos k los otros. 16 Digo pues, andad en Espi- ritu, y no hagais lo que desea la carne. 17 Porque la carne codicia contra el Espiritu, y el Espiritu contra la carne; porque estas cosas se oponen la una a la otra ; para que no hagais todo lo que quisiereis. 18 Y si sois guiados del Espi- ritu no estais debaxo de la Ley. 19 Maniliestas son empero las obras de la carne, que son adul- terio, fornicacion, inmundicia, disoluciou, 20 Idolatria, hechicerias, ene- mistades, pleytos, emulaciones, irasjcontiendas, disenciones, sec- tas, 21 Envidias, homicidios, bor- racheces, glotonerias, y cosas se- mejantes 4 estas : las quales os denuncio, como ya os he denun- ciado, que los que hacen tales cosas no heredaran el reyno de Dios. 22 Mas el fruto del Espiritu es, caridad, gozo, paz, paciencia, bcnignidad, bondad, fe, 23 Mansedumbre, templanza : contra tales no hay Ley. 24 Porque los que son de Cris- to, han crucificado la carne, con 8U3 afectos y concupisccncias. 25 Si vivimos por Espiritu, andemos tambien en Espiritu. 26 No seamos codiciosos de vanagloria, irritando los unos a los otros, envidiosos los unos de los otros. CAP. VI. 1 TTERMANOS, si alguno JTJL fuere tomado en algnna ofensa, vosotros que sois espiri- tualcs, restaurad al tal con espi- ritu de mansedumbre ; conside- randote a ti mismo, porque tu no seas tambien tentado. 2 Llevad los unos las cargas de los otros ; y de esta manera cumplid la ley de Cristo. 3 Porque el que estima de si que es algo no siendo nada, a si mismo se engana. r 4 Asi que, cada uno examine su obra, y ent6nces en si mismo tendrl gloria, y no en otro. 5 Porque cada qual llevard su carga. 6 Y el que es instruido en la palabra comunique todos los bie- nes al que lo instruye. 7 No OS enganeis : Dios no es burlado : porque todo lo que el hombre sembrare, eso tambien segara. 8 Porque el que siembra para su carne, de la carne segara cor- rupcion : mas el que siembra pa- ra el Espiritu, del Espiritu sega- ra vida eterna. 9 No nos cansemos pues de hacer bien ; que k su tiempo se- gar6mos, si no nos hubi^remos desmaj'ado. 10 Asi que, entre tanto que te- nemos tiempo hagamos bien 4 todos ; y mayormente 4 los do- m^sticos de la fe. 11 Mirad que larga carta os he escrito de mi raano. 12 Todos los que quieren se- gun el apariencia agradar en la came, 6stos os constririen k cir- cuncidaros; solamente por no padecer persecucion por la cruz de Cristo. 13 Porque ni aun los mismos que se circuncidan, guardan la Ley ; mas quieren que os circun- cideis vosotros por gloriarse en Y3 246 Tuestra carne. 14 Mas * niinca Dios quiera que yo me glorie, sino en la cniz de niiestro Seiior Jesu Cristo ; por el qual el mundo me es crii- cificado a mi, y yo al mundo. 15 Porque en Cristo Jesus, ni la circuncision vale nada, ni el prepucio, sino la nueva criatura. 16 Y todos los que anduvieren * Gr, (i mi no sea hecho. EPISTOLA A LOS conforme ^ esta regla, la paz y la misericordia sera sobre ellos, y sobre el Israel de Dios. 17 De aqui adclante nadie me sea molesto : porque yo traygo en mi cuerpo las marcas del Se- iior Jesus. 18 La gracia de nuestro Seiior Jesu Cristo sea, hermanos, con vuestro espiritu. Amen. Cnviada de Roma 4 los Galatas. LA EPISTOLA DEL APOSTOL S. PABLO A LOS EFESIOS. CAP. I. 1 TT^ABLO, apostol de Jesu JL Cristo, por la voluntad de Dios, a los santos que estdn en Efeso, y fieles en Cristo Jesus : 2 La gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Senor Jesu Cristo, sea con vosotros. 3 Bendito el Dios y Padre de nuestro Senor Jesu Cristo, el qual nos ha bendecido en toda bendicion espiritual en bienes ce- lestiales en Cristo : 4 Como nos eligi6 en ^1 dntes de la fundacion del mundo ; para que fu^semos santos, y sin man- cha delante de 61 en caridad : 5 El qual nos predestin6 dntes para ser adoptados en hijos por Jesu Cristo en si mismo, segun el buen querer de su voluntad, 6 Para alabanza de la gloria de su gracia con la qual nos hizo j;raciosos a si en el Amado : 7 Ed el qual tenemos reden- cion per su 8angre,remision,d?g-o, de pecados, segun las riquezas de su gracia : 8 Que sobreabundo en noso- tros en toda sabiduria 6 inteli- gencia ; 9 Descubriendonos el miste- rio de su voluntad, segun su gra- tuita benevolencia, que €1 habia propuesto en si mismo : 10 De restaurar todas las co- sas por Cristo en la dispensacion del cumplimiento de los tiempos, asi las que estan en los cielos, como las que estdn en la tierra; en 61, digo, 11 En el qual tuvimos suerte, predestinados antes conforme al prop6sito del que hace todas las cosas por el arbitrio de su voluntad; 12 Para que seamos para ala- banza de su gloria nosotros, que dntes esperamos en Cristo. IS En el qual esperais tambien vosotros habiendo oido la palas EFESIOS, CAP. II. bra de verdad, que es el Evange- lio de vuestra salud : en el qual tanibien desde que creisteis fuis- teis sellados con el Espiritu Santo de la promesa, 14 Que es las arras de nuestra herencia, para redencion de la posesion adquirlda, para alaban- za de sii gloria. 1.5 Por lo qnal tambien yo oyendo vuestra fe, que es en el Senor Jesus, y la caridad para con todos los santos, 16 No ceso de hacer gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones : 17 Que el Dios de nuestro Se- nor Jesu Cristo, Padre de gloria, OS de espiritu de sabiduria y de revelacion por su conocimiento : 18 Alumbrandoo* los ojos de ▼uestroentendimiento; para que sepais qual sea la esperanza de su vocacion, y quales scan las riquezas de la gloria de su heren- cia en los santos, 19 Y qual sea aquella grande- za admirable de su polencia en nosotros los que creemos, segun la eficacia de la poteneia de su fortaleza, 20 La qual obr6 en Cristo re- sttcit^ndolo de los muertos, y co- Ioc4ndolo d su diestra en los cie- los, 21 Sobre todo principado, y potestad, y poteneia, y senorio, y todo nombre que se nombra, no solo en cste siglo, mas avin en el venidero: 22 Y sujetandole todas las co- sas debaxo de sus pies, y poni^n- dolo por cabeza sobre todas las cosas 4 la iglesia ; 23 La qual es su cuerpo, y lienchiraiento de aquel que hin- ehe todo en todos. CAP. II. 1 '^LT OS vivijicb estando muer- X tos en vuestros delitos y pecadog : 247 2 En que en otro tiempo andn- visteis conforme al curso de este niundo, conforme al principe de la potestad de este ayre, el espi- ritu que ahora obra en los hijos de contumacia: 3 Con los quales nosotros tam- bien conversamos otro tiempo ea los deseos de nuestra came, ha- ciendo la voluntad de la came y de los pensamientos, y ^ramos por naturaleza hijos de ira, tam- bien como los demas. 4 Empero Dios, que es rice en misericordia, por su mucha cari- dad con que nos amo, 5 Auu estando nosotros muer- tos en pecados, nos di6 vidajun- tamente con Cristo; (por cuija gracia sois salvos ;) 6 Y juntamente nos resucit6, y asimismo nos hizo asentar en los cielos con Cristo Jesus : 7 Para mostrar en los siglos venideros las abundantes rique- zas de su gracia en la bondad pa- ra con nosotros en Cristo Jesus. 8 Porque por gracia sois sal- vos por la fe : y esto no de voso- tros, que don de Dios es : 9 No por obras, para que na- die se glorie. 10 Porque hechura suya so- mos, criados en Cristo Jesus pa- ra buenas obras, las quales Dios prepare para que anduvi^semos en ellas. 11 Por tanto tened memoria que vosotros que en otro tiempo erais Gentiles en came, que erais Ilamados prepucio por la que se llama circuncision en came, la qual se hace con mano : 12 Que erais en aquel tiempo sin Cristo, alejados de la repiibli- ca de Israel, y estrangeros de los concierios de la promesa, sin esperanza, y sin Dios en el mun- do; 1 3 Mas ahora, en Cristo Jesus, vosotros que en otro tiempo esta- bais 16J0S, habeis sido hcchos cer- canos por la sangre de Cri»to. 248 14 Porqnc ^'1 cs nuestra paz, que (le anibos hizo uno, desha- ciendo el apartaniiento de la pa- red : 15 Deshaciendo en su carne las enemistades, (jue e^'an la ley de los niandamientos en los ritos; para edificar en si mismo los dos en un niievo hombre, hacicndo la paz ; 16 Y rcconciliar por .su ci uz con Dios k auibos en un mismo cuerpo, matando en ella las ene- mistades : 17 Y vino y annnci6 la paz a vosotros que estahais lejos, y a los que estahan cerca. 18 Que por ^1 los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espiritu al Padre. 19 Asi que, ya no sois estran- geros ni adv^nedizos, sino juuta- mente ciudadanos con los santos, y dom^sticos de Dios: 20 Edificados sobre el funda- mento de los apostoles y de los profetas, cuya piedia capital de la esquina es el mismo Jesu Cristo; 21 En el qual todo el edificio juntamente trabado crece paia templo santo al Seiior : 22 En el qual vosotros tambien sois juntamente edificados para que seats morada de Dios por el Espiritu. CAP. III. >OR esta causa yo Pablo soy prisionero de Jesu Cristo por vosotros los Gentiles ; 2 Si empero babeis oido la dis- pensacion de la gracia de Dios, que me ha sido dada en vosotros ; 3 Que ^l me ba por revelacion raanifestado el misterio, como ya OS lo be escrito en pocas pala- bras ; 4 Lo qual Icyendo podeis en- tender qual sea mi inteligencia en el misterio de Cristo, EPISTOLA A LOS 5 El qual en los otros siglos no fu6 entendido do los bijos de los hombrcs, como ahora es reve- lado 4 sus santos ap6stoles y pro- fetas por el Espiritu: 6 Que los Gentiles scan jun- tamente lierederos e incorpora- dos, y consortes de su promesa en Cristo por el Evanjjelio ; 7 Del qua! yo soy heclio mi- nistro, por el don de la ^racia de Dios que me ha sido dado, segun la eficacia de su potencia. 8 A mi, rfiijo, el mas pequeiio de todos los santos, es diida esta gracia de anunciar entre los Gen- tiles el Evangelio de las incom- prehensibles riquezas de Cristo; 9 Y de manifestar a todos qual sea la participacion del misterio escondido desde los si- glos en Dios, que cri6 todas las cosas por Jesu Cristo : 10 Para que la multifoi-me sa- biduria de Dios sea ahora notifi- cada por la iglesia A los princi- pados y potestades en los cielos, 11 Conforme 4 la determina- cion eterna que hizo en nuestro Senor Jesu Cristo : 12 Por el qual tenemos atre- vimiento y entrada con confian- za por la fe de ^1. 13 Por tanto pido que no des- mayeis por cmisa de mis tribula- ciones por vosotros, lo qual es vuestra gloria. 14 Por esta causa hinco mis rodillas al Padre de nuestro Se- iior Jesu Cristo, 15 Del qual esnombrada toda la * parentela en los cielos y en la tierra, 16 Que OS d^, conforme a las riquezas de su gloria, que seals Corroborados con potencia en el hombre interior por su Espiritu ; 17 Que habite Cristo por fe en vuestros corazonos; para que ar- raigados y fundados en caridad^ 18 Podais comprehender con • OfamiUa, EFESIOS, CAP. IV. todos los santos qnal sea la an- 249 chura, y la longura, y la profun didad, y la altura, 19 Y couocer la sobreeniinen- te caridad de Cristo; para que seals curaplidos de todo cumpli- miento de Dios. 20 Y a aquel que es poderoso para hacer todaslas cosas mucho mas abundantemente de lo que pedinios 6 entendemos, por la potencia que obra en nosotros, 21 Sea gloria en la iglesia por Cristo Jesus por todas edades del siglo de los siglos. Amen. CAP. IV. 1 T> UEGOOS pues, yo preso XV- en el Senor, que andeis como es digno de la vocacion en «[ue sois Uamados, 2 Con toda humildad y manse- dumbre, con paciencia soportan- doos los unos a los otros en cari- dad : 3 Solicitos i guardar la union del Espiritu en vinculo de paz. 4 Un cuerpo y un Espiritu, como sois tambien Uamados ^ una misma esperanza de vuestra vocacion : 5 Un Senor, una fe, un bautis- nio, 6 Un Dios y Padre de todos, el qual es sobre todas las cosas, y por todas las cosas, y en todos vosotros. 7 Empero k cada uno de noso- tros es dada gracia conforme 4 la medida del don de Cristo. 8 Por lo qual dice, Subiendo 4 lo alto llevo cautiva la cautivi- dad, y dio dones a los bombres. 9 (Y que subio, ^qu^ es, sino que tambien habia descendido primero en las partes baxas de la tierra? 10 El que descendio el mismo es que tambien subio sobre to- dos los cielos, para henchir to- das las cosas.) 11 Y el mismo dio unos, cier- tamente ap6stoles ; y otros, pro- fetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores ; 12 Para la conjuncion de los santos en la obra del ministerio, para la edificacion, digo^ del citer- po de Cristo : 13 Hasta que todos salgamos en imidad de fe, y de conoci- miento del Hijo de Dios, cada uno en varon perfecto, 4 la me- dida de ia cdad cumplida de Cristo : 14 Que ya no seamosninosin- constantes, y seamos traidos al rededor ii todo viento de doctri- na, por maldad de horabres que enganan con astutos errores : 15 Antes siguicndo la verdad en caridad, crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza : 16 Del qual todo el cuerpo corapuesto y ligado por todas las junturas de su alimento, segun la operacion de cada mierabro conforme a su medida, toma au^ meuto de cuerpo edificdndose en caridad. 17 Asi que, esto digo y requie- ro por el Seiior, que no andeis mas como las otras Gentes, que andan en la vanidad de su sen- tido ; 18 Teniendo el entendimiento entenebrecido, agenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la ceguedad de su corazon ; 19 Los quales despues que perdieron el sentido dela concien- cia se entregaron a la desver- gUenza, para conieter toda in- mundicia,muy apasionadamente, 20 Mas vosotros no habeis aprendido asi a Cristo ; 21 Si empero lo habeis oido, y habeis sido por 61 enseiiados, como la verdad esta en Jesus ; 22 A dexaros, quanto a la pa- sada manera de vivir, el viejo hombre, que se corrompe con- forme a los deseos de error ; £50 EPISTOLA A LOS 23 Y 4 renovaros en el espiri- tu de vuestro cntendimiento ; 24 Y vestir el nuevo liombre, que es criado conforme a Dios en justicia y en santidad de ver- dad. 25 Por lo qual dexando la raen- tira, hablad verdad cada uno con su pr6ximo : porque somos miem- hros los unos de los otros. 26 Airaos y no pequeis ; no se ponga el sol sobve vuestro enojo ; 27 Ni dels lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte ya : ^ntes trabaje, obrando de BUS manos lo que es bueno ; para que tenga de que d^ al que tiene necesidad. 29 Ninguna palabra * sucia saiga de vuestra boca ; mas si la liay, sea buena para edificacion, para que de gracia k los oyentes. 30 Y no contristeis al Espiritu Santo de Dios, por el qual eslais sellados para el dia de la reden- cion. 31 Toda amargnra, y enojo, y ira, y voces, 6 injuria, sea qui- tada de vosotros, y toda malicia : 32 Antes sed los unos con los otros benignos, misericordiosos, perdonandoos los unos a los otros, como tambien Dios os perdon6 en Cristo. CAP. V. 1 A SI que, sed imitadores de J\. Dios, como hijos amados : 2 Y andad en caridad, como tambien Cristo nos amo, y se en- trego a si mismo por nosotros ofrenda y sacfificio a Dios en olor suave. 3 Y fornicacion, y toda inmun- dicia, 6 avaricia, ni aun se nom- bre entre vosotros, como convie- ne a santos : 4 Ni palabras torpes, ni locu- * lieshonesta. ras, ni truhanerias, que no con- vienen ; sino ^ntes hacimiento de gracias. 5 Porque ya habeis entendi- do, que ningun fornicario, 6 in- mundo, 6 avaro, que es id6latra, tiene herencia en el reyno de Cristo y dc Dios. 6 Nadie os engaiie con pala- bras vanas : porque por estas cosas viene la ira de Dios sobre los hijos de desobediencia. 7 No seais pues sus aparce- ros: 8 Porque otro tiempo erais ti- nieblas ; mas ahora sois Inz en el Senor : andad como hijos de luz : 9 (Porque el fiuto del Espiri- tu es en toda bondad, y justicia, y verdad :) 10 Aprobando lo que es agra- dable al SeSor. 11 Y no comuniqueis con las obras infructuosas de las tinie- blas ; mas antes redarguidlas. 12 Porque lo que estos hacen en oculto, torpe cosa es aun de^ cirlo. 13 Mas todas las cosas qnando de la luz son redargiiidas, son manifestadas : porque lo que uia- nifiesta todo, es la luz. 14 Por lo qual dice, Despierta t& que duermes, y levantate de los muertos, y alumbrarte ha Cristo. 15 Mirad pues como andeis avisadamente ; no como locos, mas como sabios ; 16 Redimiendo la ocasion, por- que los dias son raalos. 17 Por tanto no seais impru- dentes, sino entendidos de qual sea la voluntad del Senor. 18 Y no OS emborracheis de vino, en el qual hay disolucion ; mas sed Uenos de Espiritu : 19 Hablando entre vosotros con salmos, y con himnos, y con canciones espirituales ; can- tando y alabando al Seiior en vuestros corazones : 20 Haciendo gracias siempre EFESIOS, CAP. VI. Sdl i\e toilo al Dios y Padre, en el nombre de nuestio Seuor Jesii Cristo : 21 Siijetaiidoos los unos k los otros en el tcmor de Dios. 22 Miigeies, sed sujetas a vuestros maridos, corao al Senor. 23 Porque el marido es cabeza de la inuger, asi conio Cristo es cabeza de la iglesia : y el es el que da salud al cuerpo. -24 Asi que, conio la iglesia es sujeta 4 Cristo, asi tambien las casadas lo sean a sus maridos en todo. 2.5 Maridos, aniad a vuestras mugeres, asi como Cristo amo a la iglesia, y se entrego a si mis- mo por ella : 26 Para santificarla, limpian- dola en el lavamiento del agua por la palabra : 27 Para presentarsela a si niismo iglesia gloriosa, que no tenga mancha, ni arruga, ui cosa semejante; mas que t'uese santa, y irreprehensible. 28 Asi tambien los maridos lian de amar a sus mugeres, co- mo a sus mismos cuerpos. El que ama a su muger, a si mismo ama. 29 Porque ninguno aborrecio jamas su propia carne ; antes la sustenta y regala, como tam- bien el Serior a su iglesia : 30 Porque somos miembros de su cuerpo, de su came, y de sus hifesos. 31 Por esto dexara el hombre 4 padre y a madre, y llegarse ha ^ su muger, y seran los dos una carne. 32 Este misterio grande es: mas yo digo en Cristo y en la iglesia. .33 Asi tambien cada uno de vosotros en particular ame 4 su muffer como a si misrao : y la muger tenga en reverencia ^ su xnarido. CAP. VI. 1 TTUOS, obedeced en el X JL Senor a vuestros pa- dres : porque esto es justo. 2 Honra a tu padre y a tu madre, (que es el primer manda- miento con promesa,) 3 Para que hayas bien, y seas de luenga vida sobre la tierra. 4 Padres, no provoqueis k ira a vuestros hijos ; sino criadlos en disciplina y castigo del Seiior. 5 Siervos, obedeced a los se- iiores segun la carne, con temor y temblor, con sencillez de vues- tro corazou, como a Cristo: 6 No sirviendo al ojo, como los que procuran agradar k los hombres ; sino como siervos de Cristo, haciendo de corazon la voluutad de Dios : 7 Sirviendo con buena volun- tad al Seiior, y no a los hombres. 8 Estando ciertos que el bien que cada uno hiciere, esc reci- bird del Senor ; sea siervo, sea libre. 9 Y vosotros, los senores, ha- cedles a ellos lo mismo, dexando las amenazas : sabiendo que el Senor de ellos y vuestro esta en los cielos ; y que no hay respeto de personas acerca de el. 10 Resta, hermanos mios, que OS conforteis en el Seiior, y en la potencia de su fortaleza. 11 Vestios toda la armadura de Dios, para que podais estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino con- tra principados, contra potesta- des, contra Seiiores del mundo, gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra malicias espi- rituales que estun en lo alto. 13 Por tan to tomad toda la armadura de Dios, para que po- dais resistir en el dia malo, y estar firrMs, acabado todo. 252 EPISTOLA A LOS 14 Estad pnes Jirmes cenidos los lomos de verdad, y vestidos de cota de justicia ; 15 Y calzados los pies con la preparacion del Evangelio de paz : 16 Sobre todas cosas tomando el escudo de la fe, en el qual podr^is apagar todos los dardos de fuego del maligno. t7 Y el yelmo de salud tomad, y el cucbillo del Espiritu, que es la palabra de Dios : 18 Oraudo en todo tiempo con toda oracion y ruego en el Espi- ritu, y velando en ello con loda instaucia y suplicacion por todos los santos, , 19 Y por mi, que me sea dada palabra con abrimiento de mi boca con confianza, para bacer notorio el misterio del Evangelio, 20 Por el qual soy embaxador en cadena : que osadamente ha« ble de el como me conviene. 21 Y porque tambien vosotros sepais mis negocios, y lo que hago, todo OS lo hara saber Ti- chico, hermano amado, y fiel siervo en el Senor : 22 Al qual os he enviado para esto mismo, para que entendais lo que pasa entre nosotros, y para que consuele vuestros cora- zones. 23 Paz sea a los herraanos, y caridad y fe por Dios Padre, y por el Seiior Jesu Cristo. 24 Gracia sea con todos los que aman a nuestro Seiior Jesu Cristo para inmortalidad. Amen. Fu6 enviada de Roma 4 los Efe- sios con Tichico. LA EPISTOLA DEL APOSTOL S. PABLO A LOS FILIPENSES. CAP. I. 1 T^ABLO y Timoteo, sier- M^ vos de Jesu Cristo, a todos los santos en Cristo Jesus que est^n en Filipos, y k los obispos y ABLO, y Silvano, j Ti- Jr moteo, k la iglesia de los Tesalonicenses congregada en Dios Padre, y en el Senor Jesu Cristo : La gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Senor Jesu Cristo, sea con vosotros. 2 Hacemos siempre gracias k Dios por todos vosotros, hacien- do memoria de vosotros en nues- tras oraciones : 3 Sin cesar acordandonos de la obra de vuestra fe, y del tra- bajo de caridad, y de la pacien- cia de la esperauza en nuestro Serior Jesu Cristo, delante de Dios y nuestro Padre : 4 Estando ciertos, hermanos amados, de que sois elegidos de Dios: 5 Por quauto nuestro Evan- gelio no fue entre vosotros en palabra solamente, mas tambien tu potencia, y en Espiritu Santo, y en mucha certeza de persua- f5ion : como sabeis quales fuimos entre vosotros por causa de vos- otros. 6 Y vosotros fuisteis hechos imitadores de nosotros y del Se- nor, recibiendo la palabra con mucha tribulacion, con gozo de Espiritu Santo ; 7 De tal manera que hayais sido exemplo k todos los que han creido en Macedonia y en Acaya. 8 Porque por vosotros ha sido divulgada la palabra del Senor, no solo en Macedonia y en Acaya, mas aun en todo lugar vuestra fe, que es en Dios, se ha esten- dido de manera^ que no tengamos necesidad de hablar nada. 9 Porque ellos cuentan de nos- otros qual entrada tuvimos a vos- otros, y de que manera fuisteis convertidos a Dios dexando los idolos, para servir a Dios vivo y verdadero, 10 Y esperar k su Hijo Jesus de los cielos, al qual resucit6 de los muertos, el qual nos libra de la ira que ha de venir. 262 PRIMERA EPISTOLA A LOS CAP. II. 1 T3ORQUE, hermanos, vos- X^ otros sabeis que nuestra entrada 4 vosotros no fue vana : 2 Antes aun habiendo padeci- do, y sido afrentados en Filipos, como sabeis, tuvimos osadia en nuestro Dios para anunciaros el Evangelio de Dios con gran com- bats. 3 Porque nuestra exhortacion no fu6 de error, ni de inmuudi- cia, ni por engano : 4 Sino por liaber sido aproba- dos de Dios para que se nos en- cai'gase el Evangelio, asi habla- mos ; no como los que agradan 4 los hombres, sino ^ Dios, el qual prueba nuestros corazones. 5 Porque nunca fuimos lison- geros en la palabra, como sabeis, ni tocados de avaricia; Dios es testigo ; 6 Ni buscando de los hombres gloria, ni de vosotros, ni de otros ; aunque podiamos seros carga, como ap6stoles de Cristo. 7 Antes fuimos hechos man- 8OS en medio de vosotros, como si el ama criase sus hijos : 8 Tan aficionados a vosotros, que quisieramos entregaros no solo el Evangelio de Dios, mas aun nuestras propias animasj porque nos 6rais carisimos. 9 Porque ya, hermanos, os acordais de nuestro trabajo y fa- tiga; que trabajando de noche y de dia, por no ser graves k nin- guno de vosotros, predicamos entre vosotros el Evangelio de Dios. 10 Vosotros sois testigos, y Dios, quan santos y justos 6 ir- reprehensibles fuimos d los que creisteis : 11 Como sabeis que exhorta- bamos y consolabamos k cada uno de vosotros, como el padre k sus hijos, 12 Y OS protestabamos que anduvieseis dignamente segun Dios, que os llam6 k su reyno y gloria. 13 Por lo qual tambien noso- tros hacemos gracias a Dios sin cesar, de que habiendo recibido de nosotros la palabra de la doc- trina de Dios, la recibisteis, no como palabra de hombres, mas como k la verdad lo es, como pa- labra de Dios, el qual obra en vosotros los que creisteis. 14 Porque vosotros, hermanos,, habeis sido iniitadores en Cristo Jesus de las iglesias de Dios, que estan en Judea: que habeis padecido tambien vosotros las mismas cosas de los de vuesira propia nacion, como tambien ellos de los Judios : 15 Que tambien mataron al Seiior Jesus y a sus propios pro- fetas, y a nosotros nos han perse- guido : y no son agradables a Dios, y a todos los hombres son enemigos ; 16 Defendi^ndonos que no ha- blemos a los Gentiles para que se salven ; para que hinchan sus pecados siempre : porque la ira, los ha alcanzado hasta el cabo. 17 Mas, hermanos, nosotros privados de vosotros por un po- co de tiempo, de la vista, no del corazon, por tanto nos apresu- ramos mas con mucho deseo para ver vuestro rostro. 18 Por lo qual quisimos venir a vosotros, yo Pablo a la verdad una vez y otra ; mas impidi6nos Satanas. 19 Porque ,: que es nuestra es- peranza, 6 gozo, 6 corona de glo- riacion? ^No sois vosotros de- lante de nuestro Seiior Jesu Cris- to en su venida ? 20 Ciertamente vosotros sois nuestra gloria y gozo. CAP. III. 1 ijOR lo qual no esperando wi mas acordamos darnos solos en At^nas, mas acordamos de que- TESALONICENSES, CAP. IV. 2 Y enviamos k Timoteo nues- tro hermano, y niioistro de Dios, y coadjutor luiestro en el Evan- gelic de Cristo, 4 confirmaros y exhortaros en vuestra te ; 3 Para que nadie se mueva en estas tribulaciones: poique vos- otros sabeis que nosotros sonios puestos para esto, 4 Porque aun estando con vos- otros OS predic^bamos que ha- bianios de pasar tribulaciones : como ha acontecido, y lo sabeis. 5 Por lo qual tambien yo no esperando mas, lo he enviado pa- ra conocer vuestra fe, temicndo que el tentador no os hubiese en alguna manera tentado, y que nuestro trabajo no fuese en vauo. 6 Empero volviendo de vos- otros a nosotros Timoteo, y ha- ci^ndonos saber vuestra fe y ca- ridad ; y que siempre teneis bue- na raemoria de nosotros, desean- nos en beso santo. 27 Adjuroos por el Senor, que esta carta sea leida k todos los santos hermanos. 28 La gracia de nuestro Senor Jesu Cristo sea con vosotros. Amen. La primera a los Tesalonicenses fue escrita de At^nas. LA SEGUNDA EPISTOLA DE S. PABLO A LOS TESALONICENSES. CAP. I. 1 T>ABLO, y Silvano, y Ti- JL moteo, k la iglesia de los Tesalonicenses congregada en Dios Padre nuestro, y en el Se- nor Jesu Cristo : 2 La gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Senor Jesu Cristo, sea con vosotros. 3 Debemos hacer siempre gra- cias a Dios por vosotros, herma- nos, como es justo, de que vues- tra fe va creciendo, y la caridad de cada uno de todos vosotros abunda entre vosotros : 4 Tanto que nosotros mismos nos gloriemos de vosotros en las iglesias de Dios, de vuestra pa- ciencia y fe en todas vuestras persecuciones y tribulaciones que sp.fris; 5 En testimonio del justo jui- cio de Dios, para que seals habi- dos por dignos del reyno de Dios, por el qual asimismo padeceis: 6 Porque justa cosa es delante de Dios pagar con tribulacione* a los que os atribulan : 7 Y a vosotros, que sois atri- bulados, y a nosotros reposo, quando se manifestara el Seiior Jesus del cielo con los dngeles de su potencia, 8 Con llama de fuego, para dar el pago k los que no conocen a Dios, ni obedecen al Evangelio de nuestro Senor Jesu Cristo ; 9 Los quales ser^n castigados de eterna perdicion por la pre- sencia del Seiior, y por la gloria de su potencia : 10 Quando viniere para ser glorificado en sus santos, y 4 ha« * Aa 266 SEGUNDA EPISTOLA A LOS TESALONICENSES. cerse admirable en todos los que creyeron : por quanto nuestro testimonio ha sido creido entre vosotros. 11 Por lo qual asimismo ora- mos siempre por vosotros, que nuestro Dios os haga dignos de su vocacion, y cumpla todo el buen proposito -de su bondad, y la obra de la fe con potencia ; 12 Para que el nombre de nuestro Senor Jesu Cristo sea glo- rificado en vosotros, y vosotros en el, por la gracia de nuestro Dios, y del SeSor Jesu Cristo. CAP. II. 1 JJOGAMOSOS pues, her- M\j manos, por la venida de nuestro Senor Jesu Cristo, y por nuestro recogimiento a el, 2 Que no os movais facil- mente de vuestro sentiniiento, ni seals espantados, ni por espiritu, ni por palabra, ni por carta como nuestra, como que el dia de Cristo est6 cerca. 3 No OS engaiie nadie en nin- guna manera. Porque no vendrd sin que primero haya venido la * apostasia, y sea manifestado el hombre de pecado, el hijo de perdician : 4 Oponi6ndose y levantandose contra todo lo que se llama Dios, 6 Divinidad : tanto que se asiente en el templo de Dios como Dios, dando d entender que es Dios. 5 i No os acordais que quan- do estaba con vosotros os decia esto ? 6 Y vosotros sabeis que cs lo que lo detenga, para que a su liempo sea manifestado. 7 Porque ya obra el misterio de iniquidad : solamente tenien- do su reyno por ahora, hasta que sea quitado : 8 Y entonces ser^ manifestado * Apartumiento. aquel iniquo, al qual el SeSor matari con el espiritu de su bo- ca, y con la claridad de su veni- da lo deshara : 9 El qual iniquo vendra por operacion de Satanas, con gran- de potencia, y senales, y mila- gros mentirosos, 10 Y con todo engano de ini- quidad en los que perecen ; por quanto no recibieron el amor de la verdad, para ser salvos. 11 Por tanto, pues, enviari Dios en ellos eficacia de error, para que crean k la mentira : 12 Para que scan condenados todos los que no creyeron 4 la verdad, antes se huelgan en la injusticia. 13 Mas nosotros debemos ha- cer siempre gracias a Dios por vosotros, hermanos, amados del Senor, de que Dios os haya ele- gido desde el principio para salud, por la santiticacion del Espiritu, y por la fe verdadera: 14 A lo qual os ha Uamado por nuestro Evangelio, para alcan- zar la gloria de nuestro Senor Jesu Cristo. 15 A si que, hermanos, estad fitmes, y retened la doctrina que habeis aprendido, sea por pala- bra, 6 por carta nuestra. 16 Y el mismo Seiior nuestro Jesu Cristo, y Dios nuestro Pa- dre, el qual nos amo, y nos di6 la consolacion eterna, y la buena esperanza por gracia, 17 Consuele vuestros corazo- nes, y os confirme en toda buena palabra y obra. CAP. III. 1 X) ESTA pues, hermanos, iV que oreis por nosotros, que la palabra del Seiior corra, y sea hecha ilustre, asi como entre vosotros : 2 Y que seamos librados de hombres importuuos y perver- PRIMERA EPISTOLA A TIMOTEO. 267 SOS : porqiic no es de todos la fe. 3 Empero fiel es el Senor, que OS confirmar^, y guardara de mal. 4 Y tenemos confianza de vos- otros en el Senor, que haceis y har^is lo que os mandamos. 5 El Senor enderece vuestros corazones en el amor de Dios, y en la esperanza de Cristo. 6 Denunciamosos empero, lier- manos, en el nombre de nuestro •Senor Jesn Cristo, que os apar- teis de todo hermano que andu- viere fuera de 6rden, y no con- forme a la doctrina que recibio de nosotros. 7 Porque vosotros sabeis, de que manera es menester imitar- nos ; porque no nos hubimos desordenadamente entre vos- otros, 8 Ni comimos el pan de nin- guno de balde; antes con trabajo y fatifi^a trabajando de noche y de dia, por no ser graves a nin- guno de vosotros : 9 No porque no tuvieseraos potestad, mas por darnosos por dechado, para que nos imitaseis. 10 Porque aun estando con vosotros OS denunciabamos esto, que si alguna no quiere trabajar, no coma. 11 Porque oimos que andan algunos entre vosotros fuera de 6rden, no entendiendo en nada, sino tratando con curiosidad. Ii2 Y a los que son tales de- nnnciamos, y rogamos en nues- tro Seiior Jesu Cristo, que tra- bajando quietamente coman su pan. 13 Y vosotros, hermanos, no OS canseis de bien hacer. l-i Y si alguno no obedeeiere a uuestra palabra por carta, al tal notad; y no trateis con 61, para que se avergiience. 15 Y no lo tengais como a enemigo, sino amonestadlo como a hermano. 16 Y el mismo Senor de paz OS d6 siempre paz en todas ma- neras. El Senor sea con todos vosotros. 17 La salutacion de mi mano, de Pablo, que es mi senal en cada carta : asi escribo. 18 La gracia de nuestro Senor Jesu Cristo sea con todos vos- otros. Amen. La segunda epistola a los Tesalo- nicenses fue enviada de At6» nas. LA PRIMERA EPISTOLA DE S. PABLO A TIMOTEO. CAP. I. 1 i ^ABLO, ap6stol de Jesu JL Cristo, por la ordenacion de Dios Salvador nuestro, y del Seiior Jesu Cristo, esperanza nuestra ; 2 A Timoteo, verdadero hijo en la fe : gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre, y de Aa 2 J?68 PRIMERA EPISTOLA A LOS nuestro Senor Jesu Cristo. 3 Haras como te rogu6, que te qiiedases en Efeso, quando me parti para Macedonia, para que denunciases a algunos que no en- seiien diversa doctrina : 4 Ni se ocupen en fabulas y ge- nealoglas sin t^rmino, que £ntes engendran questiones, que edifi- cacion de Dios, que es por la fe. 5 Kl fin del mandamiento es caridad de corazon limpio, y de buena conciencia, y de fe no fin- gida. 6 De las quales cosas apartan- do»e algunos, se extraviaron k vanidad de palabras ; 7 Queriendo ser doctores de la ley, no entendiendo ni lo que iiablau, ni lo que afirman. 8 Sabemos que la ley es bue- na, si se usa de ella legltiraa- mente : 9 Sabiendo que la ley no es puesta para el Justo, sino para los injustos, y para los desobe- dientes ; para los impios y peca- dores; para los malos contami- uados; para los raatadores de padres 6 madres ; para los horai« cidas ; 10 Para los fornicarios ; para los que se echan con machos ; para los que hurtan hombres ; para los mentirososy perjures; y si hay alguna otra cosa contra- .ria a la sana doctrina : 11 Conforme al Evangelio de la gloria de Dios bienaventura- do, el qual me ha sido encarga- do. 12 Gracias hago al que me for- tific6, a nuestro Seiior Jesu Cris- to, de que me tuvo por fiel po- ni6ndome en el ministerio : 13 Habiendo sido ^ntes blas- femo, y perseguidor, 6 injuria- dor : mas fui recibido a miseri- cordia; porquelo hice con igno- rancia no teniendo fe. 14 Pero la gracia de nuestro Senor fu6 mas abundante con la fe y amor, que es en Cristo Jesus. 15 Palabra fiel, digna de ser recibida por todas vias, que Cris- to Jesus vino al mundo para sal- var los pecadores; de los quales yo soy el primero. 16 Mas por esto ful recibido k misericordia, para que Cristo Jesus raostrase en mi el primero toda clemencia, para exemplo de los que habian de creer en ^1 para vida eterna. 17 Al Rey de los siglos, inmor- tal, invisible, al solo sabio Dios, sea honra y gloria por siglos de siglos. Amen. 18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecias pasadas de ti, batalles en ellas buena batalla : 19 Reteniendo la fe y buena conciencia, la qual echando de si algunos, hicieron naufragio en lafe: 20 De los quales son Himeneo y Alexandre, que yo entregu6 k Satanas, para que aprendan a iio blasfemar. CAP. II. 1 A MONESTO pues, que XjL ante todas cosas se ha- gan rogativas, oraciones, peti- ciones, hacimientos de gracias, por todos los hombres : 2 Por los reyes, y por todos los que estan en eminencia : pa- ra que vivamos qnieta y reposa- damente en toda piedad y hones- tidad. 3 Porque esto es bueno y agra- dable delante de Dios Salvador nuestro : 4 El qual quiere que todos los hombres scan salvos, y que ven- gan al conocimiento de la ver- dad. 5 Porque uno es Dios, y uno es el Medianero entre Dios y los hombres, hombre Cristo Jesus : 6 El qual se dio a si niismo en TIMOTEO precio del rescate por todos ; ptn'a que fuese testimouio en sus tiempos. 7 De lo qnal yo soy pnesto por predicador y apostol, (vei- dad digo en Cristo, no miento,) doctor de los Gentiles en fideli- dad y verdad. 8 Quiero piies, que los honi- bres oren en todo lugar, levan- tando nianos limpias sin ira ni contienda : 9 Asimismo tambien que las mugeres, en trage honesto, se atavien de vcrgiienza y modes- tia; no con cabellos encrespa- dos, 6 oro, 6 perlas, 6 vestidos costosos ; 10 Mas de buenas obras ; co- mo convieue a mugeres que pro- fesan piedad. 11 La muger aprenda callan- do con toda sujecion. 12 Porque no permito 4 la muger enseuar, ni tomar autori- dad sobre el varon, sino estar en silencio. 13 Porque Adam fxxk formado el primero, luego Eva. 14 Y Adam no fue engaiiado ; sino la muger, enganada, fu^ causa de la transgresion. 15 Empero salvarse ha engen- drando hijos, si permanecieren en fe y caridad, en santificacion y modestia. CAP. III. 1 T>ALABRA fiel : si alguno Jl desea obispado, obra in- signe desea. 2 Conviene, pues, que el obis- po sea irreprehensibie, marido de una muger, solicito, templado, compuesto, hospedero, apto pa- ra enseiiar : 3 No amador del vino, no he- ridor, no codicioso de ganancias torpes ; mas moderado, no con- tencioso, ageno de avaricia: 4 Que gobierne bien su casa, , CAP. IV. 269 que tonga sus hijos en sujecion con toda houestidad ; 5 (Porque el que no sabe go- bernar su casa, ^que cuidado tendra de la iglesia de Dios ?) 6 Nonovicio; porque hinch^n- dose no cayga en condenacion del diablo. 7 Asimismo conviene que tam- bien tenga testimonio de los es- tranos : porque no cayga en vcr- giienza, y en lazo del diablo. 8 Los diaconos asimismo ho- nestos, no de dos lenguas, no da- dos k mucho vino, do amadores de torpes ganancias : 9 Que tengan el misterio de la fe con limpia conciencia. 10 Y estos tambien scan da- tes probados ; y asi ministren, si fueren sin crimen. 11 Las mugeres asimismo ho- nestas; no calumniadoras ; tem- pladas, fieles en todo. 12 Los diaconos scan maridos de una muger, que gobiernen bien sus hijos y sus casas. 13 Porque los que bien minis- traren, ganan para si buen gra- do, y mucha confianza en la fe, que es en Cristo Jesus, 14 Esto te escribo con espe- ranza que vendr6 presto k ti. 15 Y si no viniere tan presto, para que sepas como convenga andar en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios vivo, columna y cimiento de verdad. 16 Y sin duda ninguna, gran- de es el misterio de la piedad : Dios se ha manifestado en came, Im sido jnstificado en Espiritu, ha sido visto de los angeles, ha sido predicado a los Gentiles, ha sido creido en el mundo, ha sido recibido en la gloria. CAP. IV. 1 "C^MPERO el Espiritu dice mJ manifiestamente, que en los postreros tiempos algunos A a 3 270 PRIMERA EPISTOLA A LOS apostataran de la fe, escuchando ^ espiritus de error, y a doctri- nas de demonios ; 2 Que con hipocresia habla- ran mentira ; teniendo cauteri- zada la concieucia : 3 Que prohibiran el matrimo- nio, y manduran abstenerse de las viandas que Dios cri6, para que con hacimiento de gracias parti- cipasen de ellas los fieles, y los que han conocido la verdad. 4 Porque todo lo que Dios cri6, es bueno, y nada hay que desechar, tom^ndose con haci- miento de gracias : 5 Porque por la palabra de Dios, y por la oracion es santifi- cado. 6 Si esto propusieres a los her- manos, seras buen ministro de Jesu Cristo, criado en las pala- bras de la fe y de la buena doc- trina, la qual has seguido. 7 Mas las fibulas profanas y de viejas desecha, y exercitate en la piedad. 8 Porque el exercicio corpo- ral para poco es provechoso : mas la piedad k todo aprovecha ; porque tiene promesa de esta vJda presente, y de la venidera. 9 Palabra fiel, y digna de ser por todas vias recibida: 10 Que por esto padecemos, y somos vituperados, porque espe- ramos en el Dios viviente, el qual es Salvador de todos l»s hom- bres, y mayormente de los fieles. 11 Esto denuncia, y enseiia. 12 Ninguuo tenga en poco tu juventud; mas s^ exemplo de los fieles en palabra, en portamiento, en caridad, en espiritu, en fe, en limpieza. 13 Entre tanto que vengo, octipate en leer, exhortar, y en- senar. 14 No raenosprecies el don que esta en ti, que te es dado, por profecia, con la imposicion de las manos del * presbiterio. * X>€ Us ancianQSt 15 En estas cosas ocupate, en estas esta, de manera que tu aprovechamiento sea manifesto a todos. 16 Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina: s6 diligente en esto. Porque si asi lo hicieres, a ti mismo salvaras, y a los que te oyen. N". CAP. V. reprehendas dspera* mente el anciano, mas exhortalo como a padre ; a los mozos, como a hermanos ; 2 A las viejas, como k madres ; k las mozas como d hermanas, con toda limpieza. 3 A las viudas honra; las que de verdad son viudas. 4 Y si alguna viuda tuviere hijos, 6 nietos, aprendau prime- ro a gobernar su casa piamente, y a recompensar k sus padres ; porque esto es honesto y agrada> ble delante de Dios. 5 Mas la que de verdad es viu- da y solitaria, espera en Dios, y es diligente en suplicaciones y oraciones noche y dia. 6 Porque la que vive en deley- tes, viviendo estd muerta. 7 Manda pues estas cosas, pa- ra que scan irreprehensibles. 8 Y si alguno no tiene cuida- do de los suyos, y mayormente de los de su casa, la fe neg6, y es peor que infiel. 9 La viuda sea puesta en ofi- cio no menor que de sesenta alios ; la qual haya sido muger de un varon ; 10 Que tenga testimonio de buenasobras: si crio sus hijos, si ha hospedado, si ha lavado los pies de los santos, si ha socorri- do k los que han padecido aflic- cion, si se ha ocupado en toda buena obra. 11 Pero k las viudas mas mo- zas no admitas: que desde que han vivido disolutamente contra Cristo, quieren casarse; 1:^ Condenadas ya por baber fulsado la primera fe. 13 Denias de esto siendo ocio- sas, aprenden k andar de casaen casa ; y no solamente son ociosas, mas aun parlerasy curiosas, par- lando lo que no conviene. 14 Quiero pues, que las mozas se casen, crien bijos, gobiernen casa, y ninguna ocasion den al adversario para maldecir. 15 Porque ya algunas ban vuelto atras empos de Satanas. 16 Y si algun fiel 6 alguna fiel liene viudas, niant^ngalas, y no sea cargada la iglesia ; para que haya lo que es menester para las que de verdad son viudas. 17 Los ancianos que gobier- nan bien, sean tenidos por dig- nos de doblada bonra ; y raayor- mente los que trabajan en pre- dicar y enseiiar. 18 Porque la Escritura dice, No embozaras al buey que trilla: item, Digno es el obrero de su jornal. 19 Contra el anciano no reci- bas acusacion, sino con dos 6 tres testigos. 20 A los que pecaren, redar- guyelos delante de todos, para que los otros tambien hayan te- mor. 21 Requierofe delante de Dios, y del Senor Jesu Cristo, y de sus angeles escogidos, que guardes estas cosas, sin perjuicio de na- die, que nada hagas acostandote 41a una parte. 22 No impongas facilmente las manos k alguno, ni comuni- ques en pecados agenos : conser- vate en limpieza. 23 No bebas de aqui adelante agua, sino usa de un poco de vi- no por causa del estomago, y de tus continuas enfermedades. 24 Los pecados de algunos hombres son maniliestos, prece- di^ndo2os al juicio ; mas k otros van detras. ii5 Asimismo las bnenas obras TIMOTEO, CAP. VI. ^71 son manifiestas; y las que son de otra manera no se pueden esconder. CAP. VI. 1 npODOS los que est^n de- M. baxo de yugo de servi- dumbre, tengan k sus senores por dignos de toda honra, porque no sea blasfemado el nombre del Senor, y su doctrina. 2 Y los que tienen senores fieles, no los tengan en menos por ser sus hermanos ; antes les sirvan mejor, por quanto son fieles y amados, y participes del beneficio. Esto ensena y exhorta. _ 3 El que de otra manera ense- na, y no se allega k las sanas pa> labras de nuestro Senor Jesu Cristo, y 4 la doctrina que es conforme a piedad, 4 Hinchado est4, nada sabe, enloquece acerca de qiiestiones y contiendas de palabras, de las quales nace envidia, pleyto, in- jurias, malas sospechas, 5 Perversas disputas de horn* bres corruptos de entendimien- to, y privados de la verdad, y que tienen la piedad por gran- geria; apartate de los que son tales. 6 Grande grangeria empero es la piedad con lo que basta. 7 Porque nada metimos en este mundo, y sin duda nada podr^mos sacar. 8 Asi que, teniendo sustento y con qu6 cubrirnos, content6mo- nos con esto. 9 Porque los que quieren en- riquecerse, caen en tentacion y en lazo, y en muchas codicias locas y danosas, que anegan a los bombres en perdicion y muerte. 10 Porque el amor del dinero es la raiz de todos los males : al qual algunos apeteciendo se des- caminaron dela fe, y fueron traspasados de mucbos dolores. 272 SEGUNDA EPISTOLA A 11 Mas tii, 6 hombre de Dios, huye de estas cosas : y sigue la justicia, la piedad, la fe, la cari- dad, la paciencia, la mansedum- bre. 12 Batalla biiena batalla de fe; echa mano de la vida eterna, i la qual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena confesion delante de muchos testigos. Jo Encargote delante del Dios, que da vida k todas las cosas, y de Jesu Cristo, que testifico la buena confesion delante de Pon- cio Pilato, 14 Que guardes estos manda- mlentos sin niancha ni reprehen- sion, hasta que aparczca nuestro Senor Jesu Cristo : 15 Al qual a su tiempo mos- trar^ el bienaventurado y solo poderoso Key de reyes, y Senor de senores ; 16 Que solo tiene inmortali- dad, que habita en luz inaccesi- ble ; a quien ninguno de los hombres vio, ni puede ver; al qual sea honra e imperio sempi- terno. Amen, 17 A los ricos de este siglo en- carga, que no scan altivos, ni pongan la esperanza en las rique- zas inciertas, sino en Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gozemos: 18 Que hagan bien a otroSf que sean ricos en buenas obras, que repartan con facilidad, que sean comunicables : 19 Que atesoren para si un buen fundamento, para lo por venir, para a^canzar la vida eterna. 20 O Timoteo, guarda * lo que se te ha encomendado, huye las profanas vanidades de pala- bras, y los arguraentos del vano nombre de ciencia. 21 La qual muchos profesando fueron descaminados acerca de la fe. La gracia sea contigo. Amen. La primera k Timoteo fue envia- da de Laodicea, que es metr6- polis de la Frigia Pacaciana. * Gr. el depusitp. LA SEGUNDA EPISTOLA DE S. PABLO A TIMOTEO. CAP. I. 1 "pABLO, ap6stol de Jesu JT Cristo por la voluntadde Dios, segun la promesa de la vida, que es por Jesu Cristo, 2 A Timoteo amado hijo : gra- cia, misericordia, y paz de Dios Padre, y de nuestro Senor Jesu Cristo. S Hago gracias a Dios, alqual sirvo desde mis antepasados con limpia conciencia, de que sin cesar tengo memoria de ti en mis oraciones noche y dia : 4 Deseando verte, acorddndo- TIMOTEO wie de tus l^rimas, para estar Heno de gozo : 5 Trayendo a la niemoria la fe no fingida que esta en ti, que tambien estuvo primero en tu abuela Loyde, y en tu madre Eunice ; y estoy cierto que esta en ti tambien. 6 Por lo qual te aconsejo que despiertes el don de Dios, que esta en ti por la imposicion de mis manos : 7 Porque no nos ha dado Dios espiritu de temor, sino de forta- leza, y de amor, y de templanza. 8 Por tanto no te avergiiences del testimonio de nuestro Senor, ni de mi que estoy preso por el : ^ntes s6 participante de los tra- bajog del Evangelio por la virtud de Dios; 9 Que nos ha librado, y llama- do con vocacion santa : no por nuestras obras, mas segun su in- tento, y por la gracia la qual nos es dadaen Cristo Jesus, antes de los tiempos de los siglos ; 10 Mas ahora es manifestada por la venida de nuestro Salva- dor Jesu Cristo, el qual asimismo ha destruido la muerte, y sacado k luz la vida y la incorrupcion por el Evangelio : 11 Del qual yo soy puesto pre- dicador, y apostol, y doctor de los Gentiles. 12 Por lo qual asimismo pa- dezco esto : mas no me avergiien- zo ; porque yo s6 a quien he creido, y estoy cierto que es po- deroso para guardar mi deposito para aquel dia. 13 Reten la forma de las sanas palabras, que de mi oiste, en la fe y caridad, que es en Cristo Jesus. 14 Guarda el buen deposito por el Espiritu Santo que habita en nosotros. 15 Ya sabes esto, que me han sido contrarios todos los que estan en Asia; de los quales es Phigelo y Hermogenes. CAP. II. 27.3 16 El Seiiorhaga misericordia a la familia de Onesiforo, que muchas veces me refrigero, y no se avergonzo de mi cadena : 17 Antes estando el en Roma, me busco diligentemente, y me hallo. 18 D^le el Senor que halle misericordia delante del Senor en aquel dia. Y quanto nos haya ayudado en Efeso, id lo sabes muy bien. CAP. II. 1 rr^U pues, hijo mio, esfu^r- X zate en la gracia que es en Jesu Cristo : 2 Y lo que has oido de mi entre muchos testigos, esto en- carga a los hombres fieles que ser^n suficientes para ensenar tambien a otros. 3 Tii, pues, sufre trabajos como buen sohlado de Jesu Cristo. 4 Ninguno que guerrea, se embaraza en negocios de la vida, por agradar a aquel que lo tomo por soldado. 5 Y aun tambien el que pelea, no es coronado, si no hubiere peleado legitimamente. 6 El labrador, para recibir los frutos, es menester que trabaje primero. 7 Entiende lo que digo : d^te pues el Senor entendimiento en todas las cosas, 8 Acuerdate que Jesu Cristo resucito de los muertos, de la simiente de David, segun mi Evangelio : 9 Por el qual soy fatigado hdistdL ser puesto cwprisiones como malhechor; mas la palabra de Dios no esta presa. 10 Por tanto todo lo sufro por causa de los elegidos, para que ellos tambien alcancen la salud que es en Jesu Cristo, con gloria eterna. 274 SEGUNDA EPISTOLA A 11 Palabra fiel: que si somos muertos con el, tambien vivir^- mos con 61. 12 Si sufrimos, tambien rey- naremos con 61. Si negdremos, el tambien nos negara. 13 Si fu^remos infieles, 61 se queda siempre fiel : no se punde negar k si mismo. 14 Esto aconseja, protestando delante del Senor que no tengan contiendas de palabras ; lo qual para nada aprovecha, antes tras- torna d los oyentes. 15 Procura con diligencia pre- sentarte a Dios aprobado obrero que no tiene de que avergon- zarse : que corta bien la palabra de verdad. 16 Mas los profanos y vanos clamores evita ; porque muy ade- lante irdn en la impiedad. 17 Y la palabra de ellos cunde como cancer : de los quales es Himeneo y Fileto ; 18 Que se ban descaminado de la verdad, diciendo, que la re- surreccion es ya hecha; y tras- tornaron la fe de algunos. 19 Mas el fundamento de Dios e«ta firme, el qual tiene este sello, Conoce el Sefior a los que son suyos : y, Apartese de iniquldad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. 20 Empero en la grande casa no solamente hay vasos de oro y de plata, mas aun de madera y de barro : los unos ciertamente para honra, y los otros para des- honra. 21 Si alguno, pues, se limpiare de estas cosas, sera vaso para honra, santificado y titil para los servicios del Senor, aparejado para toda buena obra. 22 Huye asimismo los deseos juveniles, y sigue la justicia, la fe, la caridad, la paz, con los que invocau al Senor con limpio co- lazon. 23 Empero las qiiestiones locas y sin sabiduria desecha, sabien- do que engendran contiendas. 24 Porque no conviene que el siervo del Seiior sea contencioso, sino quieto para con todos, apto para ensenar, sufrido : 25 Que con mansedumbre en- sene a los que resisten: si en algun tiempo Dios les de que se arrepientan y conozcan la ver- dad : 26 Y se conviertan del laza del diablo, en que estin cautivos, k la voluntad de 61. CAP. III. 1 M A^ STO empero sepas, que Tj en los liltimos dias ven- drdn tiempos peligrosos. 2 Porque habrd hombres ama- dores de si, avaros, gloriosos, so- berbios, maldicientes, desobe- dientes k sus padres, ingratos, desvergonzados, 3 Sin aficion natural, deslea- les, calumniadores, destempla- dos, crueles, aborrecedores de los buenos, 4 Traydores, arrebatados, hin- chados, amadores de deleytes mas que de Dios ; 5 Teniendo el apariencia de piedad, mas negando la efica- cia de ella. Apartate pues de 6stos. 6 Porque de 6stos son los que se entran por las casas, y Uevan cautivas las mugercillas cargadas de pecados, llevadas de diversas concupiscencias ; 7 Que siempre aprenden, y uunca pueden acabar de llegar al conocimiento de la verdad. 8 Y de la manera que Jannes y Jambres resistieron d Moyses, asi tambien estos resisten k la verdad : hombres corruptos de entendimiento, reprobos acerca de la fe. 9 Mas no iran k mas : porque su locura sera manifiesta k to- dos, como tambien lo fu6 la de aquellos. TIMOTEO 10 Tu empero has alcanzado mi doctrina, institucion, intento, fe, mansedumbre, caridad, pa- ciencia, 11 Persecuciones, aflicciones, que me acontecieron en Antio- quia, Iconio, y Listra : las quales persecuciones he sufrido ; y de todas me ha librado el SeSor. 12 Y aun todos los que quie- rcu vivir piamente en Cristo, pa- deceran persecucion. 13 Mas los malos hombres y los euganadores irau de mal en peor, enganando a otros, y enga- nados eltos. 14 Asi que, tii esta firrae en lo que has aprendido, y te ha sido encargado,sabiendo de quien lo hayas aprendido ; 15 Y que desde tu ninez has sabido las sagradas letras, las quales te pueden hacer sabio pa- ra salud, por la fe que es en Cris- to Jesus. 16 Toda Escritnra divinamen- te inspirada es uiil para ensenar, para redarguir, para corregir, para instituir en justicia: 17 Para que el hombre de Dios sea perfecto, perfectamente ins- truido para toda buena obra. CAP. IV. 1 A DJUROTEpues,delante XjL de Dios,y del Seiior Jesu Cristo que ha de juzgar los vivos y los muertos en su manifestacion en su reyno, 2 Que prediques la palabra; que insistas a tiempo, y fuera de tlempo ; redarguye, reprehende, exhorta, con toda blandura y doctrina. 3 Porquevendra tiempo quan- do no sufrir^n la sana doctrina ; antes teniendo comezon en las orejas, se amontonaran maestros conforme a sus ooncupiscencias. 4 Y asi apartaran de la ver- dad el oido, y volverse ban ^ las iabulas. CAP. IV. 275 5 T(i por tan to vela en todo, sufre trabajos, haz obra de evan- gelista, perfeccionatu ministerio. 6 Porque ya yo soy sacrifica- do, y el tiempo de mi desatamien< to esta cercano. 7 Buena batalla he batallado, acabado he la carrera, guardado he la fe. 8 En lo demas, la corona de justicia me esti guardada, la qual me dara el Seiior, juezjusto, en aquel dia: y no solo ^mi, mas aun 4 todos los que desean su venida. 9 Procura de venir presto d mi: 10 Porque D6mas me ha des- amparado, amando este siglo, y es ido a Tesalonica ; Crescente a Galacia, Tito a Dalmacia : 11 Lucas solo esta conmigo. Toma a Marcos, trdelo contigo : porque me es util para el minis- terio. 12 A Tichico envi6 ^Efeso. 13 La capa de agua que dex^ en Tr6ade en casa de Carpo, traeZa contigo quando vinieres, y los libros, mayormente los per- gaminos. 14 Alexandro el calderero me ha hecho mucho mal : el Seiior le pague conforme a sus hechos. 15 Del qual tutambienteguar- da : que en gran manera ha re- sistido a nuestras palabras. 16 En mi primera defensanin- guno me ayudo ; antes me des- ampararon todos : no les sea im. putado. 17 Mas el Senor me ayudo, y me esforzo, para que por mi fue- se perfeccionada la predicacion, y todos los Gentiles la oyesen ; y fui librado de la boca del leon. 18 Y el Seiior me librara de toda obra mala, y me preservara para su reyno celestial: al qual sea gloria por siglos de siglos. Amen. 19 Saludad k Prisca y a Aqui- la, y a la familia de Onesiforo. 276 EPISTOLA A 20 Erasto se quedo en Corin- to, y k Trophimo dex^ en Mileto enfermo. 21 Procura de venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Pudente, y Lino, y Claudia, y todos los hermanos. 22 EI Senor Jesu Ciisto sea cou tu espiritu. La gracia sea convosotros. Amen. La segunda i Timoteo fu6 escri- •ta de Roma; el qual fu6 el primer obispo que rii6 ordena- do en Efeso, quando Pablo fu^ presentado la segunda vez k C6sar Neron. LA EPISTOLA DEL APOSTOL S. PABLO A TITO. CAP. I. X>ABLO, siervo de Dios, y apostol de Jesu Cristo, segun la fe de los elegidos de Dios, y el conocimiento de la ver- dad, que es segun la piedad : 2 Para la esperanzade la vida etema, la qual promeli6 Dios que no puede mentir, antes de los tiempos de los siglos, y la mani- festo i sus tiempos ; 3 Es a saber, su palabra por la predicacion que me es a mi en- comendada, por mandamiento de nuestro Salvador Dios : k Tito, verdadero hijo en la comun fe. 4 Gracia, misericord ia, y paz, de Dios Padre y del Seiior Jesu Cristo Salvador nuestro. 5 La causa porque te dex6 en Creta, es para que corrigieses lo que falta, y pusieses ancianos en cada pueblo, asi como yo te he ordenado : 6 El que fuere sin crimen, marido de una muger, que ten- ga hijos fieles, no que puedan ser acusados de disolucion, 6 con« tumaces. 7 Porque es menester que el obispo sea sin crimen, como dis» pensador de Dios ; no contumaz, no iracundo, no amador del vino, no heridor, no codicioso de tor- pe ganancia: 8 Mas hospedero, amador de los buenos, circunspecto, justo, santo, templado : 9 Retenedor de la fiel palabra que es conforme a la doctri- na ; para que tambien pueda ex- hortar con sana doctrina, y con- vencer a los que contradixeren. 10 Porque hay tambien niu- chos incorregibles, y habladores de vanidades, y engaiiadores de las animas, mayormente los que son de la circuncision : 11 A los quales conviene ta- parlcs la boca ; que trastornan las casas enteras, ensenando lo q\ie no conviene por torpe ga- nancia. 12 Un cierto profeta de ellos dixo, Los Cretenses siempre som TITO, CAP. III. inentirosos, nialas bestias, vien- ties perezosos. 1:3 Este testimonio es verda- dero : por tanto redarguyelos dnramente, para que sean sauus en la fe, 14 No escuchando (i fibulas Jiidaicas, y a mandamientos de hombres, que se apartan de la rerdad. 15 Todas las cosas ciertamen- te son Hmpias 4 los limpios : raas ii los contanilnados e infieles na- da es limpio, antes su entendi- miento y conciencia son conta- uiinados. 16 Profesan conocer a Dios, mas con los hechos lo niegan, siendo abominables y rebeldes, y rcprobados para toda buena obra. CAP. II. 1 nnu empero habla lo que JL conviene k la sana doc- trina : ti Log viejos que sean sobrios, graves, templados, sanos en la te, en la caridad, en la paciencia. 3 Lafi viejas asluiismo, que unden en trage conveniente k san- tidad, no caluniniadoras, no da- das a mucho vino, maestras de honestidad : 4 Que ensenen a las mugeres Diozas d ser prndentes, k que amen a sus maridos, 4 que amen 4 sus hijos ; 5 A que sean templadas, cas- tas, a que est6n en casa, buenas, sujetas 4 sus maridos; porque la palabra de Dios no sea blasfe- snada. 6 Exhorta asiniismo 4 los man- cebos, que sean templados. 7 En todo date por dechado de buenas obras : en iu doctrina haya integrklad, gravedad, incor- ruptibilidad. 8 Palabra sana, € irreprehen- sible : que cl adversai-io j-c avrr- if77 giienze no tentendo mal ninguno que decir de vosotros. 9 Exhorta 4 los siervos, que sean sujetos a sus seaores, que les agraden en todo, no respon- dones : 10 En nada defraudando, dn- tes mostrando toda buena fideli- dad : para que adornen en todo la doctrina de nuestro Salvador Dios. 11 Porque la gracia de Dios salutifera, a todos los hombres se manifesto, 12 Enseiiandonos, que renun- ciando a la impiedad y a los de- seos mundanos, viramos templa- da, y justa, y piamente, en este siglo : 13 Esperando aquella esperan- za bienaventurada, y la venida gloriosa del gran Dios y Salvador nuestro Jesu Cristo : 14 Que se dio a si misnio por nosotros, para redimirnos de to- da iniquidad, y limpiar para si un pueblo propio, seguidor de buenas obras. 15 Esto habla, y exhorta; y redarguye con toda antoridad. Nadie te tenga en poco. CAP. III. 1 A MONESTALES que se XjL sujeten i los principes y potestades, que les obedezcan, que estC'n aparejados para toda buena obra, 2 Que ii nadie infamen, que no sean pendencieros, mas mo- destos, mostrando toda manse- dunibre para con todos los hom- bres. 3 Porque tambien 6ramos nos- otros locos en otro tiempo, re- beldes, errados, sirviendo (i con. cupiscencias y deleytes diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborreciblcs, aborreciendo los unos (i los otros. 4 Mas quando se manifest6 la B b 278 EPISTOLA A FILEMON. bondad del Salvador nuestroDios, y su amor para con los hombres, 5 No por las obras de justicia que nosotros habiamos heclio, mas por su misericordia nos sal- vo por el lavamiento de la rege- neracion, y de la renovacion del Espiritu Saiito ; 6 EI qual derram6 en noso- tros abundanmente por Jesu Cris- to Salvador nuestro : 7 Para que justificados con su gracia, seamos heclios herederos segun la esperanza de la vida eterna. 8 Palabra fiel «s, y esto quiero que afirmes, que los que creen a Dios, procuren gobernarse en buenas obras. Esto es lo bue- no, y lo Citil a los hombres. 9 Mas las qiiestiones locas, y las genealogias, y contenciones y debates de la ley, evita : por- que son sin provecho y vanas. 10 Al hombre herege despues de haberlo una y otra vez amo- nestado, desechaJo ; 11 Estando cierto que el tal es trastornado, y peca, condena- do de su propio Juicio. 12 Quando enviar6 a ti a Ar» temas, 6 k Tichico, procura de veuir ^ mi a Nicopolis : porque alii he determinado invernar. 13 Trae contigo k Zenas, doc- tor de la ley, y a Apolo, con todo respeto, de manera que nada les falte. 14 Aprendan asimismo los nues> tros a gobernarse en buenas obras para los usos necesarios; porque no sean inutiles. 15 Todos los que estan con- migo te saludan. Saluda a los que nos aman en la fe. La gra- cia sea con todos vosotros. Amen. A Tito, el qual fue el primer obispo, ordenado para la igle- sia de los Cietenses, escrita de Nicopolis de Macedonia. LA EPISTOLA DEL APOSTOL S. PABLO A FILEMON. CAP. L 1 'I3ABLO, prisionero de Jesu wi Cristo, y el hermano Ti- moteo, ^ Filemon amado y coad- jutor nuestro : 2 Y a la amada Afia, y d Ar- quipo nuestro companero de guerra, y a la iglesia que estii en tu casa : 3 La gracia y paz de Dios nuestro Padre, y del Sefior Jesu Cristo, sea con vosotros. 4 Hago gracias a mi Dios, ha- ciendo siempre memoria de ti en mis oraciones, 5 Oyendo tu caridad y la fe que tienes en el Senor Jesus, y para con todos los santos : 6 Que la comunicacion de tu fe sea eficaz, para conocimiento de todo el bien que estd en voso- tros por Cristo Jesus. 7 Porque tenemos gran gozo EPISTOLA A LOS HEBREOS, CAP. I. y consolacion de tu caridad, de que pur ti, 6 hermano, ban sido recreadas las eutranas de los Santos. 8 Por lo qual aunqiie tengo mucho atrevimiento en Cristo de mandarte lo que te conviene, y Pero ruego antes por cari- dad ; porque soy tal, es a saber, Pablo viejo, y aun ahora prisio- nero de Jesu Cristo. 10 Ruego pues por mi hijo Ou^simo, que he engendrado en mi prision : 11 El qual en otro tiempo te fu^ inutil, mas ahora 4 ti y a mi bastante iitil. 12 Volvilo 4 enviar : mas reci- belo tu como k mis entraiias. 13 Yo quisiera deternelo con- migo, para que en lugar de ti me sirviei-a en la prision del Evan- gelio. 14 Mas nada quise hacer sin tu consejo, porque tu beneficio no facse como de necesidad, mas voluntario. 15 Porque podra ser que se haya apartado de ti por tiempo, para que lo volvieses 4 tener pa- ra siempre ; 16 Ya no como siervo, dntes mas que siervo, como amado her- 279 mano, mayormente de mi : y I quanto mas de ti, en la came y en el Senor ? 17 Asi que, si me tienes por conipaiiero, recibelo como 4 mi. 18 Y si en algo te ha ofendi* do, 6 te debe algOj ponlo k mi cuenta. 19 Yo Pablo lo escribi de mi mano, yo lo pagar6 : por no de- cirte que aun a ti mismo ademas de esto te me debes. 20 Asi, hermano, alcance yo este beneficio de ti en el Seiior ; recrea mis entraiias en el Seiior. 21 Hetc escrito confiado de tu obediencia, sabiendo que aun har^s mas de lo que digo. 22 Y asimismo tambien apa- reja de hospedarme : porque es- pero, que por vuestras oraciones OS tengo de ser concedido. 23 SaMdante Epapbras, mi compaiiero en la prision por Cristo Jesus ; 24 Marcos, Aristarco, Demas, Lticas, mis coadjutores. 25 La gracia de uuestro Seiior Jesu Cristo sea con vuestro es- piritu. Amen. A Filemon fu6 enviada de Roma por Onesimo siervo. LA EPISTOLA DEL APOSTOL S. PABLO A LOS HEBREOS. CAP. I. 1 TTABIENDO Dios habla- AJL do muchas veces y en inuchas maneras en otro tiempo k. los padres por los profetas, en estos liltimos dias nos ha hablado por el Hijo, 2 Al qual constituy6 por here* dero de todo, por el qual aslmis« mo hizo los siglos. 3 El qual siendo el resplaiidor 280 EPISTOLA A LOS de gloria, y la im^gen de sn per- sona, y sustentando todas las co- sas con la palabi a de sii potencia, habiendo heclio la purgacion de iiuestros pecados por si mismo, se asent6 a la diestra de la Ma- gestad 611 las alturas ; 4 Hecho tanto mas excelente ORQUE todo pontifice es JL tomado de los hombres, constituido en lugar de los hom- bres en lo que d Dios toca, para que ofrezca dones y sacrificioi por los pecados : 2 Que pueda bastantemente sobrellevar a los ignorantes y errados ; porque 61 tambien estd rodeado de fliaqueza : 3 Por causa de la qual deba. HEBREOS, CAP. V. S8S asi tambicn por si conio por el tes en Cristo, vayamos adelante pueblo, ofrecer por los pecados. '4 la perfeccion, no echando otra 4 Ni nadie se toma para si la! vez el fundamento de penitencia Iionra slno cl que es Uamado de'de las obras de rauerte, y de la Dios, como Aaiou. ife en Dios, 5 Asi tarabien Cristo no sej 2 De la doctrina de los bautis* glorifico 4 si mismo liaci6ndose mos, y de la imposicion de las I'ontifice, jnas el que le dixo, 'manos, y de la resurrcccion de Til eres mi Hijo, yo te he engen-tlos inuertos, y del juicio eterno. drado hoy. 3 Y esto ciertameute hartmos, 6 Por(|ue tambien dice en otro si Dios lo permitierc liigar, Tu eres Sacerdote eter-! 4 Porque es imposible 4 los nahnente segun la6rden de Mel-jque una vez recibieron la luz, y que gustaron aqtiel don celes- tial, y que fueron hechos parti- cipes del Espiritu Santo, 5 Y que asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las vir- tudes del siglo venidero, 6 Y recayerou, ser renovados de nuevo por penitencia, cruci- ficando otra vez para si mismos al Hijo de Dios, y exponiendolo k vituperio. 7 Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y que produce yerba provechosa a aquellos de los quales es labrada, recibe bendi- cion de Dios ; 8 Mas la que lleva espinas y abrojos es reprobada, y cercana de maldicion, y su fin sera por fuego. 9 Pero de vosotros, 6 amados, esperamos mejores cosas que ^stas, y mas cercanas a salud, aunque hablamos asi. 10 Porque Dios no es injusto que se olvide de vuestra obra y del trabajo de lacaridad que ha- beis mostrado en su nonibre, ha- biendo ayudado k los santos, y ayudandoles. 11 Masdeseamos quecadauno de vosotros muestre la misma so- licitud, hasta la fin, para cuui- plimiento dc su esperanza. 12 Para que no os hagais pe- rezosos, mas imitadores de aque- llos que por la fe y la paciencia heredardn las promesas. 13 Porque prometiendo Dios quisedec. 7 Elqualenlosdias desucarne ofrcciendo ruegos y suplicacio- ncs, con gran clamor y lagrimas, al que lo podia librar de la muer- te ; y oido por su piedad ; 8 Annque era Hijo, porlo que padecio, aprendio obediencia: 9 Y santificado, fue hecko causa de eterna salud d todos los que le obedecen : 10 Nombrado de Dios Ponti- fice segun la orden de Melquise- dec. 11 Del qual tenemos mucho que decir, y dificnlto«o de dccla- rar, por quanto sais perezosos de orejas. 3 2 Porque habiendo de ser ya maestros, si miramos al tiempo, teneis necesidad de volver a ser enseiiados quales scan los prime- ros rudimeutos de las palabras de Dios ; y sois hechos tales que tengais necesidad de leche, no de mantenimiento solido. 13 Porque qualquiera que usa de Icche, es nihabil para la pala- bra dejusticia; porque es nino. 14 Mas de los perfectos es la vianda solida, los quales per la coslumbre tienen ya los sentidos cxercitados d la discrecion del Lien y del mal. CAP. VI. 1 "I3OR lo qual dexando ya la Mr palabra de los principian- 384 EPISTOLA A LOS k Abrabani, no pndiendo jurar por otio mayor, jur6 por si mis- mo, 14 Diciendo, Ciertamente ben- diciendo te bendecir^, y multi- plicando te multiplicar^. 15 Y asi esperando paciente- mente alcanz6 la promesa. 16 Porque los hombres cierta- mente por el mayor que ellos juran : y el fin de todas sns con- troversias es el juramento hecho para confirmacion. 17 En lo qual queriendo Dios mostrar mas abundaniemente (t los herederos de la promesa la inmutabilidad de su consejo, in- terpuso juramento : 18 Para que por dos cosas in- mutables, en las qnales es impo- sible que Dios mienta, tengamos un tortisimo consuelo, los que ha- bemos tomado nucstra carrera para alcanzar la esperanza pro- puesta : 19 La qual tenemos como por segura y firme ancla del anima, y que entra hasta lo que esta del velo adentro : 20 Donde entro por nosotros nuestro Precursor Jesus, hecho Pontifice eternalmente segun la orden de Melquisedec, CAP. VII. 1 "pORQUEesteMelquisedec Jl rey de Salem, sacerdote del Dios altisimo, el qual salio a recibir a Abraham, que volvia de la matanza de los reyes, y lo bendixo : 2 Al qual asimismo repartio Abraham los diezmos de todo: interpretado primeramente Rey de justicia; y luego tambien Rey de Salem, que es Rey de paz; S Sm padre, sin madre, sin genealogia : que ni tiene princi- pio de dias, ni fin de vida : mas hecho semejante al Uijo de Dios ; se queda Sacerdote eternalmente. 4 Mirad pues, quan grande hni/a sido ^ste, al qual aun Abra- ham el patriarca dio diezmos de los despojos. 5 Que ciertamente los que de los hijos de Levi exercitan el ofi- cio del sacerdocio tienen manda- miento de tomar del pueblo los diezmos, segun la Ley ; es k sa- ber, de sns hermanos; aunque tambien ellos hayan salido de los lomos de Abraham: 6 Mas aquel cuya genealogia no es contada entre ellos tomo de Abraham los diezmos, y ben- dixo al que tenia las promesas. 7 Y sin ninguna contradicciori lo que es monos es bendito de lo que es mas. 8 Y aqui ciertamente los hom- bres mortales toman los diez- mos : mas alii aquel del qual esta dado testimonio, que vive. 9 Y (por hablar asi) en Abra- ham fue tambien diezmado el mismo Levi, que recibe los diez- mos. 10 Porque aun ^1 estaba en los lomos de su padre, quando Melquisedec salio a recibir d Abraham. 11 Pues si la perfeccion era por el sacerdocio Levitico, (por- que debaxo de 61 recibi6 el pue- blo la Ley,) i que necesidad ha- bia aun de que se levantase otrd sacerdote segun la orden de Mel- quisedec, y que no fuese llama- do segun la orden de Aaron ? 12 Luego traspasado el sacer- docio, necesario es que se haga tambien traspasamiento de la Ley. 13 Porque aquel de quien esto se dice, de otro tribu es, del qual nadie asistio al altar. 14 Porque manifiesto es que nuestro Senor nacio del tribu de Juda, del qual tribu nada hablo Moyses tocante al sacerdocio. 15 Yfs^oesau'n mas manifiesto, si se levanta otro sacerdote que HEBREOS, sea semejante d Melquisedec, 16 El qual no es hecho con- forme k Ja ley del mandamiento carnal, mas por virtud de vida sin mnerte. 17 Porque el testimonio es de esta manera, Tu eres Sacerdote para siempre segun la 6f den de Melquisedec. 18 El mandamiento precedente cierto se abioga por su flaqueza e inutilidad. 19 Porque la Ley 4 ninguna cosa perfecciono, sino la intro- duccion de mejor esperanza, por la qual nos acercamos a ]-)ios. 20 V quanto no es sin juramen- to; (porque los otros ciertamente ein juiamento fuerou'hechos sa- cerdotes : 21 Mas este con juramentopor €l que le dixo, Juro el Senor, y no se arrepentiri, Tu ^res Sacer- dote eterHalmente segun la 6rden de Melquisedec:) 22 Tanto de mejor testamento «s hecho fiador Jesus. 23 Item, los otros cierto fue- ron rauchos sacerdotes, en quan- to por la niuerte no podian per- manecer. 24 Mas este, por quanto per- manece eternalmente, tiene el sacerdocio eterno. 25 Por lo qual pnede tambien salvar eternalmente a los que por el se allegau it Dios, vi- yiendo siempre para rogar por .ellos. 26 Porqne tal Pontifice nos convenia teuer, santo, inocente, limpio, apartado de los pecado- res, y hecho mas sublime que los cielos ; 27 Que no tuviese necesidad cada dia, como los otros pontifi- ces, de ofiecer primero sacrifi- cios por sus pecados, y lueg« por los del pueblo : porque esto Jiizo una vez ofreciendose a si fnif-mo. 28 Por(jue la Ley constituye poiitiiices, hombres ilscos : masi CAP. VIII. 285 la palabra del juramenlo, des- pues de la Ley, al iiijo, perfcclu eternalmente. CAP. VIII. A snma pues de lo dicho ^ es, que tenemos tal Pon- tifice que se asento a la diestra del trono de la Magestad en lo;s cielos : 2 Administrador de las cosas santas, y de aquel verdadero ta- bernaculo, que el Seiior asent6, y no honibre. 3 Porque todo pontifice es puesto para ofrecer dones y sa- crificios : por lo qual es necesa- rio que tambien tuviese algo que ofrecer. 4 Asi que, si estuviese sobre la tierra, ni aun seria sacerdote, habiendo aun los otros sacerdo- tes que ofrecen los dones con- forme a la Ley. 5 Los qnales sirven en la traza y sombra de las cosas celesiia- les : como fue respondido (t Moyses quando habia de acabar el tabernacido : Mira, dice, haz todas las cosas conforme a la tra- za que te ha sido mostrada en el nionte. 6 Mas ahora tanto mas exce- lente ministerio ha alcanzado, quanto ^l es Medianero de mejor testamento, el qual es hecho de mejores promesas. 7 Porque si en aquel primero no hubiera falta, cierto no se hubiera procurado lugar de se- gundo. 8 Porque reprehendiendolos, dice, He aqui, vienen dias, dice el Seiior, y consuraar^ para con la casa de Israel y para con la casa de Juda un nuevo testa- mento : 9 No como el testamento que hice con sus padres el dia que los tom6 por la mano para sacar- 286 EPISTOLA A LOS los de la tlerra de Egipto ; por- que ellos no permanecieion en mi testamento, y yo los menos- preci6^ ellos, dice el Senor. 10 Porque este es el testamen- to que ordenar^ k la casa de Is- rael despues de aquellos dias, dice el Senor ; pondv6 mis leyes en su entendimiento de ellos, y sobre el corazon de ellos las es- cribir^ ; y ser6 k ellos por Dios, y ellos me serdn a mf por pueblo. 11 Y ninguno ensenar^ k su pr6ximo, ni ninguno a su her- mano, diciendo, Conoce al Se- nor: porque todos me couoceran desde el raenor de ellos hasta el mayor. 12 Porque ser6 propiciod sus iniquidades, y de sus pecados y de sus iniquidades no me acor- dare mas. 13 Diciendo, Nuevo, dio por ▼iejo al primero : y lo que es dado por viejo y se envejece, cerca est^ de desvanecerse. CAP. IX. 1 rilENIA empere tambien el JL primero sus justificacio- nes del culto, y su santuario * mundano. 2 Porqne el tabernaculo fu6 hecho : el primero, en que esta- ban las lampiras, y la mesa, y los panes de la proposicion, lo que llaman el Santuario. 3 Tras el segundo velo estaba cl tabernaculo, que^laman el Lugar Santisimo, 4 Que tenia un incensario de oro, y el area del concierto cu- bierta de todas partes al rededor de oro; en la qual estaba un vaso de oro que tenia el mand, y la vara de Aaron que reverdecio, y las tablas del testamento. 5 Y sobre ella los querublnes de la gloria que cubrian el pro- * Terreno. piciatorio ; de las quales eosas no se puede ahora hablar de cada una en particular. 6 Y estas cosas asi ordenada.<, en el primer tabernaculo siemprie entraban los sacerdotes para ha- cer sus ofieios : 7 Mas en el segundo^ solo el pontitice una vez €n el ano, nt> sin sangre ; la qual ofrecia por si mismo, y por las ignorancids^ del pueblo : 8 Dando en est© k entender el Espintu Santo que aun no estaba descubierto camino para el san- tuario entre tanto que el primer tabernaculo estuviese en pi6 : 9 El qual ein figura de aquel tiempo presente, en el qual se ofrecian dones y sacrificios que no podian segun la conciencia hacer perfecto al que servia. con ellos ; 10 Sino en viandas y en bebi- das, y en diversos lavamientos y justificaciones de la carne, im- puestas hasta el tiempo de la correccion. 11 Mas estando ya presente Cristo, Pontifice de los bienes que habian de venir por otro mas amplio y mas^ perfecto ta- bernaculo, no hecho con ma- nos, es a saber, no de esta ere- acion ; 12 No por sangre de cabrones ui de becerros, mas por su pro- ipia sangre entro una vez en el santuario, liabiendo liallado eter- na redencion. 13 Porque si la sangre de los toros y de los cabrones, y la ceniza espareida de la becerra, santitica d los innmndos para purificacion de la carne ; 14 i Quanto mas la sangre de Cristo, el qual por el Espiritu tterno se ofreci6 a si mismo sin mancha k Dios, limpiard vues- tras conciencias de las obras de muerte, para que sirvais al Dio# viviente ? 15 Asi que, por eso es Media* HEBREOS, CAP. X. ntro del nnevo tcstamento, para; que entreviniendo niuerte, para reinision de las transgresiones ORQUE la Ley teniendo 9i la sombra de los bienes venideros, no la misma Imogen viva de las cosas, nunca puede hacer perfectos a los que se lie* gan por los mismos sacrificios, que ofrecen continuamente cada aiio. 2 De otra manera cesarian de ofrecerse : porque los que sacri- ficasen, limpios de una vez no tendrian mas conciencia de pe- cado. 3 Empero en ^stos cada ano se liace conmemoracion de los pecados. 4 Porque la sangre de los to- ros y de los cabrones no puede quitar los pecados. 5 Por lo qual entrando en el mundo dice, Sacrificio y ofren- da no quisiste, mas apropiasteme el cuerpo. 6 Holocaustos y expiuciones por el pecado no te agradaron. 7 Entonces dixe, Heme aqui, 25 Y no para ofrecerse muii(en el principio del libro esta €has veces k si mismo, como escrito de mi,) para que haga, 6 entra el pontifice en el santua- Dios, tu voluntad. rio cada un ano por sangre 8 Diciendo arriba, Sacrificio, agena ; y ofrenda, y holocaustos, y ex- 26 Otramente fuera necesa- piaciones por el pecado, no qui- ^8 EPISTOLA A LOS slste, ni te agratlaion las cosas que se ofrecen segnn la Ley ; • 9 Ent6nces dixo, Heme aqui, para que haga, 6 ])ios, tu volun- tad. Quita lo primeio, para es- tablecerlo postiero. 10 En la qual voliintad somos sanlificados, por la ofrenda del cuerpo de Jesu Cristo una vez. 11 Asi que, todo sacerdote se presenta cada dia niinistrando, y ofreciendo muchas veces los misnios sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados : 12 Pero este habiendo ofreci- do por los pecados un sacri- ficio, est4 asentado para siempre ^ la diestra de Dios : 13 Esperando lo que resta, es 6, sabet'y hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. 14 Porque con una sola ofren- da iiizo consumados para siem- pre k los santificados. 15 Item, contestanos lo mis- mo el Espiritu Santo: pues ha- biendo dicho : 16 Y este es el testamento que testar^ dellos despues de aquellos dias, dice el Scnor ; pondr^ mis leyes en sus corazones, y en sus entendimienios las escribire ; 17 Y nunca mas ya me acor- dar6 de sus pecados 6 iniquida- des: 18 Donde pues bay remision de estos, no hay mas ofrenda por pecado. 19 Asi que, hermanos, tenien- do libertad para entrar en el san- tnario por la saugre de Jesu Cristo, no Por el camino que el nos consagr6, nuevo y vivo; por el velo, es d saber, por su carne ; 21 Y teniendo a aquel gran sa- cerdote sobre la casa de Dios, 22 Llegu^monos con corazon verdadero, y con fe Uena, puri- ficados los corazones de mala conciencia, S3 Y lavados los cuerpos con agua limpia ; retengamos firme la confesion de nuestra esperan- za ; porque fiel ts el que pro- meti6 : ^•i Y consider^monos los unos a los otros, para provocarnos a caridad, y a buenas obras : 25 INo dexando nuestra con- gregacion, como algunos tieneu por costumbre, mas exhortando- nos: y tan to mas, quanto veis que aquel dia se acerca. 26 Porque si pecaremos vo- Uuitariamente despues de haber recibido la noticia de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados, 'J7 Sino una horrenda espe- ranza del juicio, y un furor del fuego que ha de tragar ^ los ad- versaries. 28 El que menospreciare la Ley de Moyses, por el testimo- nio de dos 6 de tres testigos mue- re sin ninguna misericordia : S;9 ( Quanto pensais que ser4 mas digno de mayor castigo el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la saugre del testamento en la qual fu6 santificado, y hiciere afrenta al Espiritu de gracia? 30 Porque conocemos al que dixo, Mia es la venganza, yo da- r6 el pago, dice el Senor. Y otra vez, El Seiior juzgara a su pueblo. 31 Horrenda «osa es caer en las manos de Dios vivo. 32 Traed empero a la memo- ria los dias pasados, en los quales despues de haber recibido la luz, sufristeis gran combate de aflic- ciones : 33 De una parte ciertamente con vituperios y tribulaciones sacados en teatro; y de otra f^arte hechos companeros de loa que estaban en tal estado. 34 Porque de mis prisiones tambien os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bieues pa- decLsteis con gozo, couociendo HEBREOS, CAP. XI. que tenials en vosotros una me- jor substancia en los cielos, y que permanece. 35 No desecheis pues esta vuestraconfianza,quetienegian- de remuneracion de galardon. 36 Porque la paciencia os es necesaria, para que habiendo he- cho la voluntad de Dies hayaLs la promesa. 37 Porque aun un poquito, un poquito, digOj y el que ha de ve- nir vendra, y no tardara. 38 Mas el justo vivira por la fe : pero el que se retirare, no agradara k mi ^nima. 39 Pero nosotros no somos tales que nos retiremos para per dicion, sino fieles para ganancia del anima. CAP. XI. 1 1 j^ S pues la fe la substancia JOJ de las cosas que se espe- rau, la demostracion de las cosas que no se ven. 2 Porque por 6sta los anti- guos alcanzaron testiraonio. 3 Por fe entendemos haber eido compuestos los siglos por la palabra de Dios, sieudo hecho lo que se ve de lo que no se veia. 4 Por fe Abel ofrecio a Dios mayor sacrificio que Cain ; por la qual alcanzo testimonio de que era justo, dando Dios testi- monio a sus dones : y difuuto aun habla por ella. 5 Por fe Enoch fue traspues- to para no ver muerte ; y no fu6 hallado porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto tu- vo testimonio de haber agradado a Dios. 6 Sin fe empero es imposible agradar a Dios: porque es me-' nester que el que 4 Dios se alle- ga, crea que hay Dios ; y que es galardonador de los que lo bus can. 7 Por fe No6 habiendo jeci 28!^ bido respuesta de cosas que aun no se veian, aparej6 el area en que su casa se saivase : por la (^lal area condeno al mundo, y fn6 hecho heredero de la jus- ticia que es por la fe. 8 Por fe Abraham siendo lla- mado, obcdecio, para ir al lugar que habia de recibir por heren- cia : y se parti6, sin saber don- de iba. 9 Por fe habito en la tierra prometida como en tierra agena, morando en cabaiias con Isaac y Jacob, herederos juntamente de la misnia promesa : 10 Porqne esperaba ciudad con fundamentos, el artifice y hacedor de la qual es Dios. 11 Por fe tambien la misma Sara recibio fuerza para conce- bir generacion, y pario aun fue- ra del tiempo de la edad, por- que creyo ser fiel el que lo habia prometido. 12 Por lo qual tambien de uno, y ese yj^ muerto, salieron como las estrellas del cielo en multi- tud, y como la arena innumera- ble que esta a la orilla de la mar. 13 Conforme d la fe murieron todos 6stos, sin haber recibido las promesas ; sino mirandolas de 16jos, y crey^ndolas, y saludan- dolas, y confesando que eran pe- regrines y advenedizos sobre la tierra. 14 Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscau la patria. 15 Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto^ tenian tiempo para volverse. 16 Mas ahora desean la mejor, es a saber, la celestial: por lo qual Dios no se avergiienza de ilamarse Dios de ellos; porque les habia aparejado ciudad. 17 Por fe ofreci6 Abraham ^ Isaac, quaudo fue tentado: y ofreci6 el unig^nito en el qual habia recibido las promesas ; Cc 290 EPISTOLA A LOS 18 Habi^ndole sido dicho, En Isaac te sera llainada simiente : 19 Pensando dentro de si que Dios lo podia tambien resucitar de los miiertos : por lo qual tam- bien lo recobr6 en cierta seme- janza. 20 Por fe Isaac bendlxo a Ja- cob y a Esau tocante a las cosas venideras. 'il Por fe Jacob muri6ndose bendixo 4 cada uno de los hijos de Joseph, y adoro estrihando sobre la cabeza de su bordon. 22 Por fe Joseph mnrieiidose se acordo de la partida de los hijos de Israel, y dio nianda- miento acerca de sus huesos. 2S Por fe Moyses nacido fu6 escondido de sus padres por tres nieses, porque le vieron hermoso nino; y no temieron el manda- miento del rey. 24 Por fe Moyses hecho ya grande rehus6 de ser hijo de la hija de Faraon : 25 Escogiendo dntes ser afli- gido con el pueblo de Dios, que gozar de comodidades tempo- rales del pecado : 26 Teniendo por mayores ri- quezas el vitnperio de Cristo que los tesoros de los Egipcios : por- que miraba a la rennmeracion. 27 Por fe dexo k Egipto, no temiendo la ira del rey : porque oomo aquel que veia al invisible, se esforzo. 28 Por fe celebr6 la Pascnay el derramamiento de sangre, para que el que mataba los primoge- nitos no los tocase. 29 Por fe pasaron el mar ber- mejo como por tierra seca; lo qual probando los Egipcios fue-i ron tragados. i 30 Por fe cayeron los rauros de Jerico con rodearlos siete dias. 31 Por fe Raab ramera no pe- reci6 juntaraente con los incr6- dulos, habiendo recibido las es- pias en paz. 52 Y ( qu6 aun dir6 ? porque el tiempo me faltara contando de Gedeon, de Barac, de Sanson, de Jefte, de David, de Samuel, y de los Profetas : 33 Que por fe ganaron reynos, obraron justicia, alcanzaron pro- mesas, taparon las bocas a los leones, 34 Apagaron la fuerza del fue- go, evitaron el filo de la espada, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fucrtos en las bd- tallas, hicieron huir campos de los estranos. 35 Las mugercs recibieron sus muertos por resurreccion. Unos fueron atormentados, no recibiendo redencion, por ganar mejor resurreccion. 36 Otrosasimismo experimen- taron vituperios y azotes ; y allende de esto, prisiones y cdr- celes : 37 Fueron apedreados, corta- dos en piezas, tentados, muertos a cuchillo : anduvieron perdidos cvhiertos de pieles de ovejas y de cabras, desainparados, angustia- dos, maltratados : 38 De los quales el mundo no era digno : perdidos por los de- siertos, por los montes, por las cuevas, y por las cavernas de la tierra. 39 Y todos estos habiendo al- canz'ado testimonio por la fe, no recibieron la promesa: 40 ProveyendoDios alguna co- sa mejor para nosotros ; para que no fuesen perfeccionados sin nosotros. CAP. XII. OR tanto nosotros tam- bien teniendo puesta so- bre nosotros una tan gran nube de testigo'5, d^xando todo el pe- so del pecado que nos rodea, corramos por paciencia la carre- ra que nos es propuesta, 2 Puestos los ojos en el Autor y Consumador de la fe Jesus : el qual habi<*ndole sido propues- HEBREOS, to gozo, sufri6 la cruz menospre- eiando la deshonia, y fne asen- tado k la diestra de Dios. 3 Considerad pues qulen ha- ya sido cste que sufri6 tan gran contiadiccion de los pecadores contra si mismo ; porque no os fatigueis en vuestros ^nimos des- niayando. 4 No habels aun resistide has- ta la sangre, conibatiendo contra el pecado. 5 Y estais ya olvidados de la exhortacion qne como con hijos habla con vosotros, ciiciendo, Hijo mio, no mcnosprecies el castigo del Senor, ni desmayes qnando eres de ^1 redargiiido : 6 Porque el Senor al que ama, castiga, y azota a qualquiera que recibe por hijo. 7 Si sufVis el castigo, Dios se OS presenta ccmo a hijos : porque ( que hijo es, a quien no castigue el padre? 8 Mas si estais fuera del casti- go, del qual todos ban sido lie- chos participantes, luego bastar- dos sois, que no hijos Icgitimos. 9 Item, tuvinios i la verdad a los padres de uuestra carne, por castigadores, y reverenciamos- los: ^-porqu^ no obedecer^mos mucho mejor al Padre de los espiritus, y vivir^mos? 10 Y aquellos k la verdad por pocos dias nos castigaban, como 4 ellos les parecia; mas este pa- ra lo que nos es provecboso, es a sabcry para que recibamos su santiticacion. 11 Es verdad que ningun cas- tigo al presente parece ser de gozo, sino de tristeza : mas des- pues fruto quietisimo de justicia da ^ los que en ^l son exercita- dos. 12 Por lo qual enhestad las manos cansadas, y las rodillas descoyuntadas ; 13 Y haced derechos pasos k vuestros pies ; porque lo que es coxo no saiga fuera de camino ; CAP. XII. 291 dntes sea sanado. 14 Seguid la paz con todos, y la santidad ; sin la qual nadie vera al Seiior : 15 Mirando bien que ninguno se aparte de la gracia de Dios : que ninguna raiz de amargura brotando os inipida, y por ella muclios scan coutaminados : 16 Que ninguno sea fornica- rio, 6 profano, como Esau, que por una vianda vendio su primo- genitura. 17 PoKque ya sabeis que aun despues deseando heredar la ben- dicion, fue reprobado : que no hallo lugar de arrepentimiento, aunque la procuro con Idgrimas. 18 Porque no os habeis llega- do al monte que se podia tocar, y al fuego encendido, y al turbion, y a la escuridad, y a la tempes- tad, 19 Y al sonido de la trompe- ta, y k la voz de las palabras, la qual los que la oyeron se escusa- ron que no se les hablase mas : 20 (Porque no podian sufrir lo que se decia, Item, si beslia to- care al monte sera apedreada, 6 pasada con dardo : 21 Y' tan terrible cosa era lo que se veia, que Moyses dixo, Estoy asombrado y temblando :) 2"^ Mas habeis Uegado al mon- te de Sion, y a la ciudad del Dios vivo, Jerusalem la celestial, y a la compania de muchos mi- Hares de Angeles, 23 Y ^ la congregacion de los primog^nitos que estan tornados por lista en los cielos, y ai Juez de todos, Dios, y k los espiritus de los justos y perfectos, i 24 Y al Medianero del nuevo testamento, Jesus; y a la sangre del esparcimionlo que habla me- jores cosas que la de Abel. 25 Mirad que no raenospre- cieis al que habla: porque si aquellos no escaparon que me- nospreciaron al que hablaba en la tierra, mucho m^nos nosotros C c 2 292 EPISTOLA A LOS HEBREOS. si desecliaremos al que nos habla cle los cielos : 26 La voz del qual ent6nces conmovi6 la tierra; mas ahora ha denunciado, diciendo, Aun una vez, y yo conmovere no so- lamente la tierra, mas aun el cielo. 27 Y lo que dice Aun una vez, declara la niutacion de las cosas movibles como de cosas bechas, para que queden las cosas lirmes. 28 A si que, toniando el reyno inmovible, retengamos la gracia por la qual sirvanios a Dios agra- dandole, con temor y reveren- cia. 29 Porque nuestro Dios es fue- go consumidor. CAP. XIII. 1 T A caridad fraterna per- JL^ manezca. 2 De la hosipitalidad no os ol- videis : porque por esta algunos hospedaron angeles sin saberlo. 3 Acordaos de los presos, co- mo presos juntamente con ellos; y de los trabajados, como tara- bien vosotros mismos estais en el cuerpo. 4 Venerable es en todos el matrimonio, y la cama sin man cha : mas a los fornicarios y adtilteros juzgara Dios. 5 Sean las costumbres sin ava- ricia, sed contentos de lo pre- sente : porque ^1 dixo, No te desamparar^, ni te dexare. 6 De tal nianera que digamos confiadamente, El Seiior es mi ayudador, no temer6 lo que me har^ el hombre. 7 Acordaos de vuestros pasto- res, que os hablnron la palabra de Dios : cuya fe imitad, consi- derando qual haya sido la salida de su comportacion. 8 Jesu Cristo ayer y hoy; el mismo tambien es por siglos. 9 No seals saeados del camino por doctriuas diversas y estra- iias : porque buena cosa es afir- mar el corazon en gracia; no en viandas, que nunca aprove- charon k los que anduvieron en ellas. 10 Tenemos altar, del qual no tierien facultad de comer los que sirven al tabern^culo. 11 Porque los animales, la sangre de los quales es metida por el pecado en el santuario por el pontifice, los cuerpos de estos son quemados fuera del real. 12 Por lo qual tambien Jesus, para santificar al pueblo por su propia sangre, padecio fuera de la puerta. 13 Salgamos pues d 61 fuera del real, Uevando su vituperio. 14 Porque no tenemos aqui ciudad perraaneciente, mas bus- camos la que esta por venir. 15 Asi que, ofrezcamos por medio de H a Dios siempre sacri- ficio de alabanza, es a saber, fruto de labios, que confiesen k su nombre. 16 Item, del bienhacer y d© la comunicacion, no os olvideis : porque de tales sacrificios se agrada Dios. 17 Obedeced k vuestros pas- tores, y snjetaos d ellos ; porque ellos velau por vuestras Animas, como aquellos que han de dar la cuenta ; para que lo hagan con alegria, y no gimiendo : porque esto no OS es util. 18 Oradpor nosotros: porque confiamos que tenemos buena conciencia, deseando de compor- tarnos bien en todo. 19 Y mas os ruego que lo ha. gais asi, para que yo os sea mas presto restituido. 20 Y el Dios de paz, que sac6 de los muertos al gran Pastor nuestro Seiior Jesus, por la san- gre del testamento eterno, 21 Os haga aptos en toda buena obra para que hagais su volun- tad, haciendo t-/ en vosotros lo EPISTOLA DE SAxNTIAGO. 29C que es agradable delante tie 61, por Jesu Cristo : al qual sea glo- ria por siglos de siglos. Amen. 22 Ruegoosempero,hermanos, que soporteis la palabra de ex- hortacion : porque yo os he es- crito en breve. '23 Sabed que el hermano Ti- moteo esta ya * libre, con el qual * O suelto. (si viuiere mas presto) os ir6 d ver. 24 Saludad a todos vuestros pastores, y iscencias; 4 Y diciendo, i Adonde est^ la promesa de su advenimientor Porque desde que los padres durmieron, todas las cosas perse veran asi como desde el princi- pio de la creacion. 5 Cierto ellos ignoran volun- tariamente, que los cielos fueron en el tiempo antiguo, y la tierra, que de agua y por agua esta asentada, por la palabra de Dios : 6 Por lo qual el mundo de en- t6nces pereci6 anegado por agua. 7 Mas los cielos que son ahora, y la tierra, son conservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el dia del juicio y de la perdicion de los hombres impios. 8 Mas, 6 amados, no ignoreis una cosa, y es que un dia delante del Seiior es como mil aiios, y mil ailos son como un dia. 9 El Seiior no prolonga su promesa, (como algunos la tie- nen por prolongacion,) emperc es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos sean recibidos a penitencia. 10 Mas el dia del Senor vendra como ladron en la noche, en el qual los cielos pasaian con grande c»t»uendo, y los elementos ar- diendo serdn deshechos, y la tierra, y las obras que en ella est^n, ser^n abrasadas. 11 Pues como todas estas cosas se deshagan, iqu6 tales conviene que vosotros seals en santas con- versaciones, y en * exercicios de piedad, 12 Esperando y apresurandeos para el advenimiento del dia de Dios ; en el qual los cielos siendo encendidos, seran deshechos, y los elementos siendo abrasados, se fundiran? 13 Pero esperamos cielos nue- vos, y tierra nueva, segun su pro- mesa, en los qwales mora justicia. 14 Por lo qual, 6 amados, estando en esperanza de estas cosas, procurad con diligencia que seals de 61 hallados sin ma- cula, y sin reprehension, en paz: 15 Y tened por salud la pa- ciencia de nuestro Seiior, como tambien nuestro amado hermano Pablo, segun la sabiduria que le ha sido dada, os ha escrito : 16 Casi en todas sus epistolas liablando de estas cosas : entre las quales hay algunas dificiles de entender, las quales los in- doctos 6 inconstantes tuercen, como tambien las otras Escritu- ras, para perdicion de si mismos. 17 Asi que vosotros, 6 amados, pues estais amonestados, guar- daos que por el error de los abominables no seals juntamente con los otros engariados, y cay- gais de vuestra firmeza. 18 Mas creced en la gracia y conocimiento de nuestro Seiior y Salvador Jesu Cristo. A el sea gloria ahora, y hasta el dia de ia eternidad. Amen. * Gr. picdadu. ( 3or ) LA EPISTOLA UNIVERSAL I)E S. JUAN APOSTOL. CAP. I. 1 IT O que era desde el priiicU JLi pio, lo que habcmos oido, lo que habemos visto con nues- tros ojos, lo que habemos mirado, y nuestras manos ban tocado, de la Palabra de vida; 2 (Porque la Vida es manifes- tada ; y tambien vimos y testifi- cainos, y os anunciamos la Vida eterna; la qual estaba con el Padre, y nos ha aparecido;) 3 Lo que, pues, habemos visto y oido, eso os auunciaraos, para que tambien vosotros tengais compania con nosotros ; y que nuestra compania sea con el Pa- dre, y con su Hijo Jesu Cristo. 4 Y estas cosas 05 escribimos, para que vuestro gozo sea cum- plido. 5 Y esta es la promesa que oi mos de el niismo, y os la anuncia- mos, que Dios es laz, y no hay ningunas tinieblas en 61. 6 Si nosotros dix^remos, que tenemos compaiiia con 61, y an- damos en tinieblas, mentimos, y no * haceraos verdad. 7 Mas si andamos en luz, co- mo 61 esta en luz, tenemos una reciproca compaiiia con 61 ; y la sangre de Jesu Cristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 8 Si dixeremos que no tene- mos pecado, enganimonos i nos- otros mismos, y no hay verdad en nosotros. 9 Si confesamos nuestros pe- * Decimos, cados, 61 es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados, y nos limpie de toda maidad. 10 Si dix6remos que no habe- mos pecado, hac6moslo d 61 men- tiroso, y su palabra no estd en nosotros. CAP. II. 1 XTTIJITOS mios, estas cosas B i osescribo, para que no pequeis: y si alguno hubiere pe- cada, abogado tenemos dclante del Padre k Jesu Cristo justo. 2 Y este mismo es la aplaca- cion por nuestros pecados : y no solamente por los nuestros, mas tambien por los de todo el mun- do. 3 Y por esto sabemos que nos- otros lo habemos conocido, si guardamos sus mandamientos. " 4 El que dice, Yo lo he cono- cido, y no guarda sus manda- iniontos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en 61. 5 Mas el que guarda su pala- bra, la caridad de Dios esta ver- daderamente perfecta en 61 : por esto sabemos que estamos en 61. 6 El que dice que estii en 61, debe andar como 61 anduvo. 7 Hermanos, no os escribo niandamiento nuevo, sino el man- damiento antiguo, que habeis te- nido desde el principio : e! man- damiento antiguo es la palabra que habeis oido desde el princi- pio. 8 Otra vez os escribo nn man- damiento nuevo, que es la ver- EPISTOLA UNIVERSAL DE 508 dad en 61, y en vosotros : porque las tinieblas son pasadas, y la verdadera luz ya alumbra. 9 El que dice que estaen luz, y aborrece a su hermano, el tal aun esta en tinieblas todavia. 10 El que ama a su hermano cstd en luz, y no hay tropezon en cl. 11 Mas el que aborrece d su hermano, estd en tinieblas, y an- da en tinieblas, y no sabe donde sc va, porque las tinieblas le lian cegado los ojos. 12 Hijitos,escriboos, que vues- tros pecados os son perdonados por su nombrc. 13 Padres, escriboos, que ha- beis conocido d aquel que es des- de el principio. Mancebos, es- criboos, que habeis vencido al maligno. Hijitos, escriboos, que habeis conocido al Padre. 14 Padres, escrito os he, que habeis conocido al que es desde el principio. Mancebos, yo os escribi, que sois fuertes, y que la palabra de Dios mora en vos- otros, y que habeis vencido al maligno. 15 No ameis al mundo, ni las cosas que estdn en el mundo. Si alguno ama al mundo, la cari- dad del Padre no estd en ^l. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, es d saber, concupis- cencia de came, y concupiscen- cia de ojos, y soberbia de vida, no es del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo se pasa, y su concupiscencia : mas el que hace la vohintad de Dios, perraanece para siempre. 18 Hijitos, ya es la postrera hora: y como vosotros habeis oido, que el Antecristo ha de ve- nir, asi tanibicn al presente ha comenzado a haber muchos An- tecristos : por lo qual sabemos que ya es el postrimero tiempo. 19 Salieron de nosotros ; mas no eran de nosotros : porque si fueran de nosotros, hubierancier- to permanecido con nosotros : pero esto es para que se manifes. tase que todos no son de noso- tros. 20 Mas vosotros teneis la un- cion del Santo, y conoceis todas las cosas. 21 No OS he escrito, como si ignoraseis la verdad, mas como a los que la conoceis, y que nin- gnna mentira es de la verdad. 22 i Quien es mentiroso, sino el que niega que Jesus es el Mesias? Este es Antecristo, que niega al Padre y al Hijo. 23 Qnalquiera que niega al Hijo, este tal tampoco tiene al Padre : el que conriesa al Hijo, tiene tambien al Padre. 24 Lo que, pues, habeis oido desde el principio, permanezca en vosotros : porque si lo que ha- beis oido desde el principio per- maneciere en vosotros, tambien vosotros permanecereis en el Hi- jo y en el Padre. 25 Y esta es la promesa, la qual 61 nos prometio, es a saber, la vida eterna. 26 Esto OS he escrito de los que OS enganan. 27 Y la uncion que vosotros^ habeis recibido de 61, mora en vosotros; y no teneis necesi- dad, que ninguno os enseiie : mas como la uncion misma os enseiia de todas cosas, y es ver- dadera, y no es mentira, asl co- mo OS ha enseiiado perseverad en 61. 28 Y ahora, hijitos, perseverad en 61 : para que quando apare- ciere, tengamos confianza, y no seamos coafundidos de 61 en su venida. 29 Si sabeis que 61 es justo, sabed tambien que qualquiera que hace justicia, es nacido de 61. CAP. III. I RAD qual caridad nos ha dado el Padre, que Jl S. JUAN, seamos llamados hijos de Dios. Por esto el niundo no nos cono- ce, porque no lo conoce k 61. i Muy amados, ahora somos hijos de Dios ; y aim no cs ma- nifestado lo que habemos de ser: pero sabemos que quando H apa- reciere, ser^mos semejantes k 61 : porque lo ver^mos como 61 es. 3 Y qualquiera que tiene esta esperanzaen si, se purifica, como 61 tarabien es limpio. 4 Qualquiera que hace pecado, tiaspasa tambieu la Ley : y el pecado es transgvesion de la Ley. 6 Y sabeis que 61 apareci6 pa- ra quifar nuestro*; pecados ; y no Lay pecado en 61. 6 Qualquiera que permanece en 61, no peca : qualquiera que peca, no lo ha vlsto, ni lo ha co- nocido. 7 Hijitos, ninguno os engatie : el que hace justicia, es justo; como cl tambien es justo. 8 El que comete pecado es del diablo : porque el diablo pe- ca desde el principio. Para esto apaveci6 el Hijo de Dios, para que deshaga las obras del diablo. 9 Qualquiera que es nacido de Dios, no comete pecado ; por- que su simieute esta en 61: y no puede pecar, porque es nacido de Dios. 10 En esto son manifiestos los hijos de Dios, y los hijos del diablo : qualquiera que no hace justicia, y que no aiua a su her- mano, no es de Dios. 11 Porque esta es la predica- cioH que habeis oido desde el principio, que nos araemos unos k otros. 12 No como Cain, que era del maligno, y mato a su liernmuo. i Y porque causa lo mato ? Por- que sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 13 Hermanos mios, no os ma- ravilleis si el mundo os abor- rcce. 11 No?otros sabemos que so- CAP. IV. 309 mos pasados de niuerte k vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama k su hermano, esta en muerte. 15 Qualquiera que aborrece k su hermano, es homicida : y sa- beis que ningun homicida tiene vida eterna permaneciente en si.' 16 En esto habemos conocido la caridad, en que 61 puso su vida por nosotros: tambien nos- otros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17 Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su her- mano tener necesidad, y le cer- rare sus entraiias, ; como est^ la caridad de Dios en 61 ? 18 Hijitos mios, no amemosde palabra, ni de lengna ; sino coH obra y de verdad. 19 Y en esto conocemos que nosotros somos de la verdad, y tendr6mos nuestros corazones certificados delante de cl. 20 Y si nuestro corazon no» condena, ciertamente mayor e» Dios que nuestro corazon, y co- noce todas la^ cosas. 21 Carisimos, si nuestro cora- zon no nos condena, confiauza tenemos en Dios. 22 Y qualquiera cosa que pe- dimos, la recibimos de 61 : por- que guardamos sus ))iandamien- tos, y hacemes las cosas que son agradables delante de 61. 23 Y e?te es su mandamiento,' que creamos en el nombre de su Hijo Jcsu Cristo, y nos amemog unos a otros, como nos lo ha man- dado. 24 Y el que guarda sns man- damientos, esta en 61, y 61 en 61. Y en esto sab6mos que 61 esta en nosotros, por el Espiritu que- nos ha dado. CAP. IV. 1 A MADOS, no creaisa todo XjL espiritu ; mas probad los espiritus si son de Dios ; porque 31 f EPISTOLA UNIVERSAL DE muchos falsos profetas son sali- dos en el mundo. 2 En esto conoced el Espiritu de Dios : todo espiritu qiie con- fiesa que Jesu Cristo es venido en came, es de Dios : 3 Y todo espiritu que no con- fiesa que Jesu Cristo es venido en carne, no es de Dios: y este es aquel espiritu del Antecristo, del qual habeis oido que habia de venir, y que ahora ya esta en el mundo. 4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los liabeis vencido : porque el que esta en vosotros, es mayor que el que esta en el mundo. 5 EUos son del mundo: por eso hablan del mundo, y el mun- do los oye. 6 Nosotros somos de Dios: el que conoce ^ Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espiritu de verdad, y el espiritu de error. 7 Amados, amemonos unos a ©tros : porque el amor procede de Dios. Qualquiera que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 8 El que no ama, no conoce a Dios ; porque Dios es amor. 9 En esto se mostro el amor de Dios en nosotros, en que Dios envi6 su Hijo unig^nito al mun- do, para que vivamos por 61. 10 En esto consiste el amor, HO que nosotros hayamos amado k Dios, sino que el nos ara6 a nosotros, y eHvi6 k su Hijo para ser aplacacion por nuestros pe- cados. 11 Amados, si Dios nos ha asi amado, debemos tambien noso- tros amaruos unos d otros. 12 Ninguno vio jamas a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios estA en nosotros, y su amor es perfecto en nosotros. 13 En esto conocemos que es- tamos en 61, y 61 en nosotros, en que nos ha dado de su Espiritu. 14 Y nosotros hemos visto, y testificamos que el Padre ha e»' viado d su Hijo para ser Salva- dor del mundo. 15 Qualquiera que confesare que Jesus es el Hijo de Dios, Dios est^ en 61, y 61 en Dios. 16 Y nosotros habemos cono- cido y creido el amor que Dios tiene en nosotros. Dios es amor : y el que est^ en amor, esta en Dios, y Dios en 61. 17 En esto es perfecto el amor con nosotros, para que tengamos confianza en el dia del juicio ; que qual 61 es, tales somos nos- otros en este raundo. 18 En el amor no hay temor: mas el perfecto amor echa fuera el tenior; porque el temor tiene * pena. De donde el que teme no esta perfecto en amor. 19 Nosotros lo amamos 4 61- porque 61 primero nos amo. 20 Si alguno die?, Yo amo 4 Dios, y aborrece a su hermano. mentiroso es. Porque el que no ama a su hermano al qual ha visto, ; como puede amar a Dios que no ha visto? 21 Y nosotros tenemos este mandamiento de 61, que el que ama a Dios, ame tambien a s« hermano. CAP. V. 1 npODO aquel que cree que M Jesus es el Mesias, es nacido de Dios : y qualquiera que ama al que ha engendrado, ama tambien al que es nacido de61. 2 En esto conocemos que ama- mos d los hijos de Dios, quando amamos k Dios, y guardamos sus mandamientos. 3 Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus man- damientos ; y sus mandamiento* no son graves. 4 Porque todo aquello que. es • Congoja. S. JUAN, nac'ulo de Dios, vence al mundo : y esta es la victoria que vence al mundo, es a saber, nuestra fe. 5 j QuLen es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesus es el Hijo de Dios ? 6 Este es Jesu Cristo, que vino por agua y sangre; no por agua solamente, siuo por agua y sangre. Y el Espiritu es el que da testimonio ; porque el Espiritu es la verdad. 7 Porque tres son los que dan testimonio en el cielo, el Padre, el Verbo, y el Espiritu Santo: y estos tres son uno. 8 Tambien son tres los que dan testimonio en la tierra, el espiritu, el agua, y la sangre : y estos tres convienen en uno. 9 Si recibimos el testimonio de los hombres, el testimonio de Dios es mayor : porque este es el testimonio de Dios, que ha testificado de su Hijo. 10 El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio de Dios ^n si mismo. El que no cree ^ Dios, ha hecho mentiroso d Dios : porque no ha creido en el testimonio que Dios ha testitica- do de su Hijo. 11 Y este es el testimonio, es 6 saber, que Dios nos ha dado vida eterna : y esta vida esta en su Hijo. Vi El que tiene al Hijo, tiene •la vida : el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene vida. 13 Y OS he escrito estas cosas i vosotros que creeis en el nom- CAP. V. 311 bre del Hijo de Dios ; para que sepais que teneis vida eterna, y pai-a que creais en el nombre del Hijo de Dios. 14 Y esta es la confianza que tenemos en Dios, que si deman- ddremos alguna cosa conforme d su voluntad, 61 nos oye. 15 Y si sabemos que 61 nos oye en qualquiera cosa que de- mandaremos, tambien sabemos que tenemos las peticiones que le hubi^remos demandado. 16 Si alguuo viere pecar d su hermano pecado que no es de muerte, demandara d Dios, y ^l le dara vida, a los que no pecan, digo, de muerte. Hay pecado de muerte ; por 61 yo no digo que ruegues. 17 Toda maldad es pecado : mas hay pecado que no es de muerte. 18 Bien sabemos que qual- quiera que es nacido de Dios no peca : mas el que es engen- drado de Dios se guarda a si mismo, y el maligno no le toca. 19 Sabido tenemos que somos de Dios, y todo el mundo esta puesto en maldad. 20 Empero sabemos que el Hijo de Dios es venido, y nos da dado entendimiento para conocer al que es vcrdaderoj y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesu Cristo ; 6ste es el ver- dadero Dios, y la vida eterna. 21 Hijitos, guardaos de los idolos. Amen. ( 312 ) LA SEGUNDA EPISTOLA DE SAN JUAN APOSTOL. 1 "IJ^L anciano 4 la senora mJ elegida, y k sus hijos, a los quales yo anio en verdad : y no solo yo, pero tambien to- dos los que han conocido la verdad ; 2 Por la rerdad que esta en nosotros, y serd perpetuamente con nosotros : 3 Gracia, misericordia, y paz, de Dios Padre, y del Senor Jesn Cristo, Hijo del Padre, en verdad y caridad sea con vos- otros. 4 Heme gozado mucho, por- que he hallado de tus hijos, que andan en la verdad, como nos- otros habemos recibido el man- damiento del Padre. 5 Y al presente, senora, yo te ruego, no como escribi^ndote nuevo mandamiento, mas aquel que nosotros hemos tenido desde el principio, que nos araemos unos 4 otros. 6 Y esta es la caridad, que caminemos segun el mandamien- to de ^1 ; y el mandamiento es, como vosotros habeis oido des- de el principio, que camineis en 61. 7 Porque muchos engaiiadores son entrados en el mundo ; les quales no confiesan ser Jesu Cris- to venido en came. Este tal es enganador y Antecristo. 8 Mirad por vosotros mismos, porque no perdamoslas cosasque habemos obrado, mas recibamos el galardon cumplido. 9 Qnalquiera que quebranta, y no persevera en la doctrlna de Cristo, no tiene a Dios ; el que persevera en la doctrina de Cris- to, el tal tiene al Padre y al Hijo. 10 Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo re- cibais en vuestra casa, ni aun lo saludeis : 11 Porque el que lo saluda co- munica con sus malas obras. 12 Atmque tengo muchas co- sas que os escribir, no las he que- rido escribir por papel y tinta : mas espero de venir a vosotros, y hablar cara k cara con voso- tros, para que nuestro gozo sea cumplido. 13 Los hijos de tu hermana elegida te saludan. Amen. LA TERCERA EPISTOLA DE SAN JUAN APOSTOL. 1 ■ i^L anciano al amado Ga- JCi yo, al qual yo amo en verdad. 2 Mi amado, yo deseo que tii seas prosperado en todas cosas, y que tengas salud, asi como tu ^nima est& en prosperidad. 3 Ciertamente me goz6 mucho EPISTOLA UNIVERSAL DE S. JUDAS. ;J13 clio, qnando vinieron los herma- 1108, y dieron testimonio de tu verdad, como tu andas en la ver- dad. 4 Yo no tengo mayor gozo que de estas cosas, y es, de oir que mis hijos caminan en la verdad. 5 Amado, fielniente haces to- do lo que haces para con los her manos y con los estrangeros ; 6 Los quales han dado testi- monio de tu caridad, en presen- cia de la iglesia: 4 los quales si •encaminarescomo conviene se- gun Dios, haras bien. 7 Porque ellos son partidos por su nombre, no tomando nada de los Gentiles. 8 Nosotros pues, debemos re- cibir k los que son tales ; para que seamos coadjutores de la verdad. 9 Yo he escrito k la iglesia : mas Diotrefes, que ama tener el primado entre ellos, no nos re- cibe. 10 Por esta causa, si yo vi- * O ayudures. niere, dar6 4 entender las obras que hace, conio parla con pala- bras maliciosas contra nosotros ; y ni aun content© con estas co- sas, no solo no reel be k los her- mano8,pero aunprohibe a los que los quieren recibiVy y los echa de la iglesia. 1 1 Amado, no sigas lo que es nialo, sino lo que es bueno. El que hace bien es de Dios : mas el que hace mal, no ha visto a Dios. 12 Todos dan testimonio de Demetrio, y aun la misma ver- dad : pero tambien nosotros da- mos testimonio; y vosotros ha- beis conocido que nuestro testi- monio es verdadero. lo Yo tenia muchas cosas que escribirte ; enipero no quiero es- cribirte con tiuta y pluma. 14 Porque espero de verte en breve, y hablaremos cara k cara. 15 Paz sea contigo. Los ami- gos te saludan. Saluda tu a los amigos por ncmbre. LA EPISTOLA UNIVERSAL DE SAN JUDAS APOSTOL. 1 TUDAS, siervo de Jesu Cris- ta to, y hermano de Jacobo, •k los Uamados, santificados en Dios Padre, y conservados en Jesu Cristo. 2 Misericord ia, y paz, y cari- dad OS sea multiplicada. 3 Amados, por la gran solici- tud que tenia de escribiros de la comun salud, hame sido necesa- rio escribiros exhortandoos a que valerosaicente peleeis por la fe, que ha sido una vez dada a los santos. 4 Porque ciertos hombres im- pios se han dc secreto entrado, los quales desde antes habian es- tado ordeuados para esta conde* I Ee 314 EPISTOLA UNIVERSAL DE S. JUDAS. nacion, convirtiendo la gracia de niiestro Dios en disolucion, y ne- gando ^ Dios, que solo es el que tiene dominio, y a niiestro Seuor Jesu Cristo. 5 Pero quieroos avisar, pues que ya una vez sabeis esto, que el Senor habiendo librado a su pueblo de Egipto, despues des- truyo a los que no creian. 6 Y que a los angeles que no guardaron su origen, mas dexa- lon su habitacion, los ha reserva- do debaxo de obscuridad en pri- siones eternas para el juicio de aquel gran dia. 7 Como Sodoma y Gomorra, y las ciudades coniarcanas, las quales habiendo fornicado de la misnia nianera que ellos, y segui- do desenfrenadamente la came estraiia, fueron puestas por exein- plo, habiendo recibido el juicio del fuego eterno. 8 Semejantemente tambien es- tos engaiiados en suenos ensucian su came, y menosprecian la po- testad, y vituperan los que estan en autoridad. 9 Pues quando el arc^ngel Miguel contendia con el diablo, disputando sobre el cuerpo de Moyses, no se atrevio a usar de juicio de maldicion contra el, mas dixole, El Seiior te repre- henda. 10 Pero estos maldicen las co- sas que no conocen : y las cosas que naturalmente conocen, se corrompen en ellas, como bes- tias brutas. 11 i Ay de ellos! porque ban seguido el camino de Cain, y han venido a parar en el error del premio de Balaam, y perecieron en la contradiccion de Cor6. 12 Estos son raanclias en vues- trds convites, que banquetean jmitamente, apacentandose a si mismos sin ningun temor : nubes sin agua, las quales son llevadas de aca para alia de los vientos ; arboles marchitos, sin fruto, dos veces muertos, y desarraigados : 13 Fieras ondas de la mar, que espuman sus mismas abomina- ciones ; estrellas erraticas, k los quales es reservada eternalmen- te la obscuridad de las tinieblas. 14 De los quales tambien pro- fetizo Enoch, que fu^ elseptimo despues de Adam, diciendo, He aqui, el Seiior es venido con sus Santos millares. 15 A hacer juicio contra to- dos, y a convencer a todos los impios de entre ellos de todas sus mains obras que han hecho infielmente, y de todas las pala- bras duras, que los pecadores in- fteles han hablado contra €1. 16 Estos son murmuradores, querellosos, andando segun sus deseos ; y su boca habla cosas soberbias, teniendo en admira- ciou las personas por cansa del provecho. 17 Mas vosotros, amados, te- ned memoria de las palabras que de antes han sido dichas por los ap6stoles de nuestro Seiior Jesu Cristo ; 18 Como OS decian, que en el postrer tiempo habria burlado- res, que caminarian segun sus malvados deseos. 19 Estos son los que se apartan a si mismos, sensuales, no tenien- do el Espiritu. 20 Mas vosotros, 6 amados, edificandoos a vosotros mismos sobre vuestra santisima fe, oran- do en el Espiritu Santo, 21 Conservaos a vosotros mis- mos en el amor de Dios, espe- rando la misericordia de nuestro Seiior Jesu Cristo para vida eterna. 22 Y tened piedad de los unos con discrecion : 23 Y salvad k los otros por temor, arrebatandolos del fuego : mas con esto aborreciendo aun hasta la ropa que es contamina- LA REVELACION DE SAN JUAN, CAP. I. 315 da do tocamiento de came. i gria, 24 A a<]uel, pues, que es po- j 25 A. Dios solo sabio, Salva- deroso para guardaros sin peca- ! dor nnestro, sea gloria y magni>. do, y para llevaros delante de su ! ficencia, imperio y potencia, aho- gloria irreprehensibles con ale- ra y en todos siglos. Amen, LA REVELACION DE SAN JUAN EL TEOLOGO CAP. I. 1 T>EVELACION de Jesu JtV/ Cristo, la qual Dios le di6 para manifestar k sus siervos las cosas, que couviene, que sean hechas presto : y las declar6, en- viandola por su angel a su siervo Juan : 2 El qual ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del tes- timonio de Jesu Cristo, y de to- das las cosas que ha visto. 3 Bienaventurado el que lee, y hienaventurados los que oyen las palabras de esta profecia, y guar- dan las cosas que en ella estan escritas : porque el tiempo esta cerca. 4 JUAN 4 las siete iglesias que est^n en Asia: Gracia sea con vosotros, y paz del que e«, y que era, y que ha de venir ; y de los siete espiritus que estan de- lante de su trono ; 5 Y de Jesu Cristo, que es tes- tigo Fiel, Primogenito de los muertos, y Principe de los reyes de la tierra; que nos am6, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre, 6 Y nos ha hecho reyes y sa- cerdotes para Dios y su Padre ; k k\ sea gloria ^ imperio para sierapve jamas. Amen, 7 He aqui, viene con las nubes ; y todo ojo lo veri, y los que lo traspasaron ; y todos los linages de la tierra se lamentaran sobre el. Asi, Amen. 8 Yo soy Alfa y Omega, prin- cipio y tin, dice el Senor, que es, y que era, y que ha de venir, el todopoderoso. 9 Yo JuaH, vuestro hermano, y participante en la tribulacion, y en el reyno y en la paciencia de Jesu Cristo, estaba en la isla que se llama I'atmos, por la pa- labra de Dios, y por el testimoi. nio de Jesu Cristo. 10 Yo fui en espiritu en dia de Domingo, y ol detras de mi una gran voz corao de trompeta, 1 1 Que decia, Yo soy Alfa y Omega, el primero y postrero. Escribe en un libro lo que ves, y envialo a las siete iglesias, que estan en Asia, es a saber, a Efeso, y a Esmirna, y a P6rgamo, y 4 Tiatira, ya Sardes,y4Filadelfia, y a Laodicea. V2 Y volvirae para ver la vO« que hablaba conmigo : y vuelto, vi siete candeleros de oro. 13 Y en medio de los siete E e2 Si6 LA REVELACION DE candeleros de oro, vi a uno se- mejante al Hijo del hombre, ves- tido de una ropa que llegaba has- ta los pies, y cenido con una cin- ta de 010 por los pechos. 14 Y su cabeza y su cabello eran albos como la lana alba, y <;onio la nieve : y sus ojos como llama de fuego : 15 Y sus pies semejantes al laton finisimo, ardientes como en una hornaza : y su voz como ruido de muchas aguas. 16 Y tenia en su diestra siete estrellas : y de su boca salia una fi-spada de dos filos. Y su rostro era resplandeciente como el sol resplandece en su fuerza. 17 Y quando yo lo hube visto, cai como muerto d sus pies ; y el puso su diestra sobre mi dici^n- dome. No temas ; yo soy el pri- mero y el postrero : 18 Y el que vivo, y he sido muerto : y he aqui, vivo por si- glos de siglos, Amen; y tengo las Haves del infierno, y de la muerte. 19 Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que ban de ser despues de estas : 20 El secreto de las siete es- trellas que has visto en mi dies- tra, y los siete candeleros de oro. Las siete estrellas son los ange- les de las siete iglesias ; y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias. CAP. II. 1 17« SCRIBE al dngel de la W^J iglesia de Efeso ; El que tiene las siete estrellas en su diestra, el qual anda en medio de los siete candeleros de oro, dice estas cosas : 2 Yo s6 tus obras, y tu traba- jo, y paciencia, y que no puedes sufrir los raalos; y has probado 4 los que se dicen ser ap6stoles y no lo son, y los has hallado jnentirosos : 3 Y has sufrido, y sufres, y has trabajado por mi nombre, y no has desfallecido. 4 Pero tengo algo contra ti ; porque has dexado tu primera caridad. 5 Por lo qual ten memoria de donde has caido, arrepi^ntete, y haz las primeras obras : si no ven- dr6 presto k ti, y quilar^ tu can- delero de su lugar, si no te emen> dares, 6 Mas tienes esto, queaborre- ces los hechos de los Nicolaitas : los quales yo tambien aborrezco. 7 El que tiene oreja, oyga lo que el Espiritu dice a las igle- sias : Al que venciere dar6 d co- mer del arbol de vida, el qual estd en medio del paraiso dc Dios. 8 Y escribe al dngel de la iglesia de Esmirna ; El primero y postrero que fae muerto y vi- ve, dice estas cosas ; 9 Yo s6 tus obras, y tu tribu- lacion, y tu pobreza, (pero tu eres rico,) y la blasfemia de los que se dicen ser Jndios y no lo son, sino sinagoga de Satanas. 10 No tengas ningun temor de las cosas que has de padecer. He aqui, el diablo ha de enviar algnnos de vosotros a la cdrcel, para que seals probados : y ten- dreis tribulacion de diez dias. S6 fiel hasta la muerte, y yo te dar^ la corona de vida. 11 El que tiene oreja, oyg^ lo que el Espiriiu dice a las igle- sias : El que venciere, no reci- biri daiio de la muerte segunda. 12 Y escribe al angel de la iglesia que esta en P^rgamo ; El que tiene la espada de dos lilos, dice estas cosas : 13 Yo s6 tus obras, y donde moras, es d saber, donde estd la silla de Satanas : y tienes mi nombre, y no has negado mi fe, aun en los dias en que fue An- tipas mi testigo fiel, el qual ha sido muerto entre vosotros, don- S. JUAN, CAP. III. de Satanas mora. 14 Pero tengo algwnas cosas contra ti; porque tii tienes ahi los que lienen la doctriwa de Ba- laam, el qual enscnaba .k Balac k poner tropezadero delante de los hijos de Israel, k comer de cosas sacrificadas a los idolos, y k cometer fornicacion. 15 Asi tambien tii tienes k los que tienen la doctrina de los Ni- colaitas; lo qual ijo aborrezco. 16 Arrepientete ; porque de otramanera vendre a ti presto; y peleare contra ellos con la es- pada de mi boca. 17 El que tiene oreja, oyga lo que cl Espiritu dice a las igle- sias : Al que venciere, dare a co- mer del mana cscondido, y da- rele una piedrecica blanca, y en la piedrecica un nombre nuevo escrito, el qual ninguno conoce, sino aquelque lo recibe. 18 Y escribe al angel de la iglesia que est^ en Tidtira; El Hijo de Dios, que tiene sus ojos como llama de fuego, y sus pies semejantes al latoii finisimo, dice eslas cosas : 19 Yo he conocido tus obras, y caridad, y servicio, y fe, y tu paciencia, y tiis obras ; y las pos- treras, qne son rauchas mas que los primeras. 20 Mas tengo algo contra ti ; que permites k Jesabel muger, que se dice profetisa, enseiiar, y enganar a mis siervos a fornicar, y a comer cosas ofrecidas a los idolos. 21 Y hele dado tiempo para que se arrepienta de la fornica- cion, y no se ha arrepentido. 22 He aqui, yo la echo en la caraa, y a los que adulteran con ella, en muy grande afliccion, si- no se arrepintieren de sus obras. 23 Y raatar^ a sus hijos con muerte ; y todas las iglesias sa- brdn, que yo soy el que escu- driiio los riiiones y los corazones : y dar^ a cada uno de vosotros 317 segnn sus obras. 24 Pero yo digo k vosotros y a los demas de Tiatira, todoa aquellos que no tienen esta doc- trina, y que no han conocido las profundidades de Satanas, como dicen ; yo no pondr^ sobre vosoo tros otra carga : 25 Empero la que teneis te- nedla hasta que yo venga. 26 Y al que hubiere vencido, y hubiere guardado mis obras hasta la fin, yo le dare autoridad sobre las Gentes ; 27 Y las regira con vara de hierro : y seran quebrantadas como vasos de ollero ; como yo tambien la recibi de mi Padre : 28 Y darle he la estrella de la mauana. 29 El que tiene oreja, oyga lo que el Espiritu dice a las iglesias. CAP. III. 1 "Y^ ESCRIBE al angel de X la iglesia que esta en Sdrdes, El que tiene los siete es- piritus de Dios, y las siete es- trellas, dice estas cosas : Vo conozco tus obras, que tienes nombre que vives, y estas muerto. 2 S6 vigilante, y confirma las otras cosas que estan para morir : porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios. 3 Acu^rdate pues de lo que has recibido, y has oido; y guar- dalo, y arrepientete, Y si no velares, vendr^^a ti como ladron, y no sabras d qu6 hora vendre a ti. 4 Mas tienes aun en Sdrdes t alguaas pocas personas, que no han ensuciado sus vestidu- ras ; y andaran conmigo en vestLduras blancas : porque scmi dignos. 5 El que venciere, sera asi * Gr. pocos nombres. Ee3 3in LA REVELACION DE vestido de vestiduras blancas; y no bonar^ su noinbre del libro de la vida ; y confesarc su noin- bre delante de mi Padre, y deian- te de siis angeles. 6 El que tiene oreja, oyga lo que el Espiritu dice k las igle- sias. 7 Y escribe al angel de la igle- sia que esta en Filadelfia, El Santo y Verdadero, que tiene la Have de David, que abre y ninguno cierra, que cierra y ninguno abre, dice estas cosas : 8 Yo conozco tus obras : he aqui, te he dado la puerta abier- ta delante de ti, y ninguno la puede cerrar : porque tii tienes una poquita de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. 9 He aqui, doy de la sinagoga de Satanas, los que se dicen ser Judios, y nolo son, mas mionten : he aqui, los constrenir6 a que vengan, y adoren delante de tus pies, y sepan que yo te he amado. 10 Porque has guardado la palabra de mi paciencia, yo tam- bicn te guardar6 de la hora de la tentacion que ha de venir en todo el universo mundo, para probar los que moran en la tierra. 1 1 Cata, que vengo presto : ten lo que tienes, para que nin- guno tome tu corona. 12 Al que venciere, yo lo har6 columna en el templo de mi Dios, y nunca mas saldr4 fuera : y es- rribire sobre 61 el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, que es la Nueva Je- salem, la qual ha descendido del cielo de con mi Dios; y mi nom- bre nuevo. 13 El que tiene oreja, oyga lo que el Espiritu dice a I is iglesias. J 4 Y escribe al angel de la jfrlesia de los Laodicenses, Amen, 'restigo fiel y verdadero, Priaci- pio de la creacion de Dios, dice estas cosas : 15 Conozco tus obras, que ni eres frio ni caliente ; oxala fue- ses frio 6 caliente. 16 Mas porque eres tibio, y no frio ni caliente, yo te vomi- tar^ de mi boca. 17 Porque tu dices, Yo soy rico, y soy enriquecido, y no tengo necesidad de ninguna co- sa; y no conoces que tii eres cui- tado, y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo ; 18 Aconsejote que compres de mi oro afinado en fuego, para que seas hecho rico ; y seas ves- tido de vestiduras blancas, para que no se descubra la vergiienza de tu desnudez ; y unge tus ojos con colirio, para que veas, 19 Yo, k todos los que amo, repreheudo y castigo ; se pues zeloso y enmi^ndate. 20 Cata, que estoy parado k la puerta, y Uamo. Si alguno oyere mi voz, y me abriere la puerta, entrar6 a el, y cenare con 61, y 61 conmigo. 21 Al que venciere, yo le dar6 que se asiente conmigo en mi trono, asi como yo he vencido, y me he asentado con mi Padre en su trono. 22 El que tiene oreja, oyga lo que el Espiritu dice a las iglesias. CAP. IV. ESPUES de estas cosas mir6, y he aqui una puer- ta abierta en el cielo : y la pri- mera voz que oi, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo, Sube aca, y mostrarte he las cosas que es necesario que sean hechas despues de estas. 2 Y iuego yo fui en Espiritu : y he aqui un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno asentado. 3 Y el que estaba asentado, S. JUAN, cr-A al parftcer semejante d una piedra de jaspe y de sardonix : y el arco del cielo estaba al redc- dor del trono, semejante en el aspecto a la esmevalda. 4 Y al rededor del trono habia veinte y quatio sillas : y vi sobre las sillas veinte y qnatro ancianos sentados, vestidos de roj)as blan- cas ; y tenian sobre sus cabezas coronas de oro. 5 Y del trono salian relampa- gos, y truenos, y voces : y habia siete himparas de fuego, que es- taban ardiendo delante del trono ; las quales son siete espiritus de Dios. 6 Y delante del trono habia como an mar de color de vidrio semejante al cristal: y en medio del trono, y al rededor del trono, quatro animales Uenos de ojos delante y detras. 7 Y el primer animal era se- mejante a un leon, y el segnndo animal semejante a un becerro ; y el tercer animal tenia la car.a como de hombre ; y el quarto animal semejante al aguila que vuela. 8 Y los quatro animales tenian cada uno por si seis alas al rede- dor ; y de dentro estaban llenos de ojos : y no tenian reposo dia ni noche, diciendo, Santo, santo, santo, Sciior Dios todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir. 9 Y quando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, a! que vive para siempre jamas, iO Los veinte y quatro ancia- nos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siem- pre jamas, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo, 11 Senor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud ; porque tii criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser, y -fueroD criadas. CAP. V. 319 CAP. V. 1 '^T VI en la mano derecha JL del que estaba sentado sobre el trono un libro, escrito de dentro y dc fuera, sellado con siete sellos. 2 Y vi un fuerte dngel predi- cando en alta voz, ^ Quien es digno dc abrir el libro, y de des- atar sus sellos? 3 Y ninguno podia ni en el cielo, ni en la tierra, ni debaxo de la tierra, abrir el libro, ni mirarlo. 4 Y yo Uoraba mucho, porque no habia sido hallado ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. 5 Y uno de los ancianos me dice, No Uores: he aqui el Leon del tribu de Juda, la Raiz de David, que ha vencido para abrir el libro, y desatar sus siete sellos. 6 Y mir6 ; y he aqui, en me- dio del trono y de los quatro animales, y en medio de los an- cianos, estaba un cordero, como muerto, que tenia siete cuernos y siete ojos, que son los siete espiritus de Dios enviados por toda la tierra. 7 Y ^1 vino, y tom6 el libro de la mano derecha de aquel que . estaba sentado en el trono. 8 Y quando bubo tornado el libro, los quatro animales y los veinte y quatro ancianos se pos- traron delante del Cord(-ro, te- niendo cada uno harpas, y re- domas de oro llenasde perfumes, que son las oraciones de los Santos. 9 Y cantaban una nueva can- cion, diciendo, Digno eres de tomar el libro, y de abrir sus sellos : porque fuiste muerto, y nos has redimido para Dios con tu sangre, de todo linage, y len- gua, y pueblo, y nacion. 10 Y nos has hecho para 390 LA REVELACION DE nuestro Dios reyes y sacer dotes ; y reynaremos sobre la tierra. 11 Y Tnir6, y oi una voz de muchos aiigeles al rededor del tiono y de los animales y de los ancianos ; y la mnltitud de ellos era millones de millones; 12 Que decian enalta voz, El Cordero que fu6 muerto es digno de toniar potencia, y riquezas, y sabiduria, y fortaleza, y honra, y gloria, y alabanza. 13 Y oi ^ toda criatura que e&tk en el cielo, y sobre la tiei ra, y debaxo de la tierra, y que est^ en la mar, y todas las cosas que en ellos estan, diciendo, Al que estd sentado en el trono, y al Cordero, sea alabanza, honra, y gloria, y potencia, para siempre jamas. 14 Y los quatro animales de- cian. Amen. Y los veinte y qua- tro ancianos cayeron las caras en tierra, y adoraron al que vive para siempre jamaa. CAP. VI. 1 "^tr MIRE quando el Cor- X dero bubo abierto el uuo de los sellos ; y oi al uno de los quatro animales diciendo, como con una voz de trueno, Ven y v6. 2 Y mir^, y he aqui un caballo bianco; y el que estaba sentado encima de 61, tenia un arco, y fu6le dada una corona ; y salio victorioso, y para veneer. 3 Y quando 61 bubo abierto el segundo sello, oi al segundo animal que decia, Ven y v6. 4 Y salio otro caballo bernie- jo: y al que estaba sentado sobre 61, fu6 dado poder de quitar la paz de la tierra ; y que se maten unos k otros : y fuele dada una grande espada. 5 Y quando 61 bubo abierto el tercero sello, oi al tercer animal que decia, Ven y mira. Y mire, y he aqui un caballo negro ; y el que estaba sentado encima de el, tenia un peso en su mano. 6 Y oi una voz en medio de los quatro animales, que decia, Una medida de trigo por un di- nero, y tres medidas de cebada por un dinero : y no hagas dano al vino ni al aceyte. 7 Y desde que abri6 el quarto sello, oi la voz del quarto animal, que decia, Ven y ve. 8 Y mir6, y he aqui un caballo p^lido; y el que estaba sentado sobre el, tenia por nombre, Muerte ; y el infierno le se- guia : y fuele dada potestad so- bre la quarta parte de la tierra, para matar con cuchillo, con hambre, con mortandad, y con besiias de la tierra. 9 Y quando 61 bubo abierto el quinto sello, vi debaxo del altar las animas de los que habian sido muertos por la palabra de Dios, y-^-por el testimonio que elles '''ienian. 10 Y clamaban en alta voz, diciendo, ^Hasta quando, Senor, santo y verdadero, no juzgas, y vengas nuestra sangre de los que moran en la tierra ? 11 Y fueronles dadas sendas ropas blancas ; y fu6les dicho, que aun reposasen todavia un poco de tiempo, hasta que sus consiervos fuesen cumplidos y sus hermanos, que tambien ha- bian de ser muertos como ellos. 12 Y mir6 quando abri6 el sexto sello, y he aqui, fue hecho un gran terremoto : y el sol fue hecho negro como un saco de cilicio, y la luna fu6 hecha toda como sangre; 13 Y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la biguera echa sus higos, quando es movida de gran viento : 14 Y el cielo se apart6 como * O mantenUn. S. JUAN, CAP. VII. un libro que es envuelto; y todos los monies 6 islas fiieron movidas de BUS lugares : 15 Y los reyes de la tierra, y los principes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes, y todo siervo, y todo libre, se escondie- ron eu euevas y entre penas de los inontes; 16 Y deciau a los montes y a las peaas, Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de aquel que est^ sentado sobre el tiono, y de la ira del Cor- dero : 17 Porque el gran dia de su ira es venido ; ^ y quien podr4 estar delnnte de H ? CAP. VII. ESPUES de estas cosas vi quatro Angeles que es- tabau sobre las quatro esquinas de la tierra, y tenian los quatro vientos de la tierra, para que no soplase viento sobre la tierra, ni sobre la mar, ni sobre ningun arbol. 2 Y vi otro angel que subia del nacimiento del sol, teniendo el sello de Dios vivo. Y clam6 con gran voz k los quatro Ange- les, a los quales era dado podei- de hacer dano a la tierra y d la mar, 3 Diciendo, No hagais dano ^ la tierra, ni a la mar, ni k los arboles, hasta que seiialemos a los siervos de nuestro Dios en sus frentes. 4 Y oi el niimero de los seiia- lados, ciento y quarenta y quatro mil senalados de todos los tribus de los hijos de Israel. 5 Del tribu de Juda, doce mil senalados. Del tribu de Ruben, doce mil senalados. Del tribu de Gad, doce mil senalados. 6 Del tribu de Aser, doce rail senalados. Del tribu de Neftali, doce mil senalados. Del tribu S2i de Manases, doce mil senalados. 7 Del tribu de Simeon, doce mil senalados. Del tribu de Levi, doce mil senalados. Del trib.i de Isacar, doce mil seiia- lados. 8 Del tribu de Zabulon, doce mil seiialados. Del tribu de Jo- seph, doce mil senalados. Del tribu de Benjamin, doce mil se- nalados. 9 Despues de estas cosas mir^, y he aqui una gran compaiia, la qual ninguno podia contar, de todas gentes, y linages, y pue-^ bios, y lenguas, que estaban de- lante del irono, y en la presencia del Cordero, vestidos de luengas ropas blancas, y palmas en sus manos, 10 Y clamaban en alta voz, diciendo, Salvacion al que esta sentado sobre el trono de nuestro Dios, y al Cordero. 11 Y todos los angeles estaban al rededor del trono, y de los ancianos, y de los qaatro ani- males; y postraronse sobre sus caras delaiite del trono, y adora- ron a Dios, 12 Diciendo, Amen: bendi- cion, y gloria, y sabiduria, y hacimiento de gracias, honra, potencia, y fortaleza, sea k nues- tro Dios para siempre jamas. Amen. 13 Y hablando uno de los ancianos me pregunto, Estos que estan vestidos de ropas blancas, ^ quienes son, y de donde vinieron? 14 Y dixele, Seiior, tii lo sabes: Y el me dixo, Estos son los que ban venido de gran- de tribulacion, y ban lavado sus luengas ropas, y las ban blan- queado en la sangre del Cor- dero. 15 Por esto estan delante del trono de Dios, y le sirven dia y nocbe en su templo ; y el que esta sentado en el trono, morara entre ellos. i22 LA REVELACION DE 16 No tendr^n mas hambre iii sed, y el sol no caera mas sobre ellos, ni otro ningun calor : 17 Porque el Cordero, que esta en medio del trono, los regir^, y los guiar^ k las fuentes vivas de las aguas. Y Dios limpiara toda lagrima de los ojos de ellos. CAP. Vill. 1 '\r QUANDO el Iiubo a- X bierto el septimo sello, fu6 hecho silencio en el cielo casi por media bora. 2 Y vi siete angeles que esta- ban delante de Dios; y fu^ronles dadas siete trompetas. 3 Y otro angel vino, y parose delante del altar, teniendo un incensario de oro : y fu^ronle dados muchos perfumes, para que pusiese de las oraciones de todos los santos sobre el altar de oro, el qual est^ delante del trono. 4 Y el humo de los perfumes de las oraciones de los santos subi6 de la mano del ^ngel de- lante de Dios. 5 Y el ingel tom6 el incensa- rio, y hinchi6lo del fuego del altar, y echolo en la tierra ; y fueron hechas voces, y truenos, y relarapagos, y temblor de tierra. 6 Y los siete angeles que te- nian las siete trompetas, se apa- rejaron para tocarlas. 7 Y el primer angel toco la trompeta, y fu^ heclio granizo y fuego mezclado con sangre, y fueron enviados k la tierra : y la tercera parte de los arboles fu6 quemada, y toda la yerba verde fu6 quemada. 8 Y el segundo angel toc6 la trompeta, y como un grande monte ardiente con fuego fue lanzado en la mar : y la tercera parte de la mar fue vuelta en gangre. 9 Y muri6 la tercera parte de las criaturas que cstaban en la mar, las quales tenian vida : y la tercera parte de las naos pereci6. 10 Y el tercer angel toco la trompeta, y cayo del cielo una grande estrella ardieodo como una antorcha encendida, y cayo en la tercera parte de los rios, y en las fuentes de las aguas : 11 El nombre de la estrella se dice Axenjo. Y la tercera parte de las aguas fue vuelta en axenjo : y muchos hombres mu- rieron por las aguas, porque fueron hechas amargas. 12 Y el quarto angel toco la trompeta, y fue herida la tercera parte del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas : de tal niaiiera que se obscurecio la tercera parte de ellos, y no alumbraba la tercera parte del dia; y semejantemente de la noche. 13 Y mir^, y oi un angel volar por medio del cielo, diciendo eu alta voz. Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, por las otras voces de los tres angeles, que ban de tocar la trompeta. CAP. IX. 1 ^\7' EL quinto angel toc6 1 la trompeta, y vi una estrella que cay6 del cielo en la tierra ; y fuele dada la Have del pozo del abismo. 2 Y abrio el pozo del abismo, y subio el humo del pozo, como el humo de una grande hornaza : y el sol y el ayre fue obscurecido del humo del pozo. 3 Y del humo del pozo salie- ron langostas en la tierra ; y fu61es dada potestad, como tie- nen potestad los escorpiones de la tierra. 4 Y fueles mandado que no hiciesen daSo a la yerba de la S. JUAN, tierra, ni k ningiiDa cosa verde,| ni d iiingun arbol ; siiio sola-j mente a los boinbres que no tienen la senal de Dios en sus frentes. 5 Y fugles dado que no los matasen, sino que los atormenta- sen cinco meses. Y su torraento era conio tonnento de escorpion quando hiere al hombre. 6 Y en aquellos dias buscar^n los bombres la muerte, y no la liallar^i : y desearin morir, y la mnerte buira de ellos. 7 Y la semejanza de las lan- gostas ^ra semejante^ los caballos que estan aparejados para la ba- talla : y sobre sus cabezas teniun como coronas seniejantes al oro; y sus caras eran como caras de bombres. 6 Y tenian cabellos como ca- bellos de mugeres ; y sus dien- tes eran como de leones. 9 Y tenian corazas como co- razas de hierro : y el estniendo de sus alas como el ruido de los carros, que con muchos caballos corren a la batalla. 10 Y tenian colas semejantes d las colas de los escorpiones ; y tenian en sus colas aguijones ; y su potestad era de hacer daao a los bombres cinco meses. 11 Y tenian sobre si un rey, que es el 6ngel del abismo, el qual tenia por nombre en He- braico, Abaddon, y en Griego, * Apollyon. i'si El un ay es pasado : y he s^ui, vienen aun dos ayes des- pues de estas cosas. 13 Y el sexto angel toc6 la trompeta, y oi una voz de losj quatro cuernos del altar de oro. el qual esta delanle de los ojos de Dios, que decia al sexto angel que tenia la trompeta, 14 Uesata los quatro dngeles que estan atados en el gran rio Eufrates. * Destruidor. CAP. X. 32S 15 Y fueron desatados los quatro angeles, que estaban apa- rejados en bora, y en dia, y en mes, y en aiio, para matar la ter- cera parte de los bombres. 16 Y el niimero del excrcito de los de a caballo era docientos millones. Y oi el numero de ellos. 17 Y asi vi los caballos en vi- sion; y los que estaban sentados sobre ellos, tenian corazas de fuego, y de jacinto, y de azufre. Y las cabezas de los caballos eran como cabezas de leones ; y de ellos salia fuego, bumo v azu- fre. 18 De estas tres plagas fue muerta la tercera parte de los bombres, es a saber, del fuego, y del humo, y del azufre, que sa- lian de la boca de ellos. 19 Porque su potencia estaea su boca, y en sus colas. Porque sus colas eran semejantes d ser- pientes, que tienen cabezas y por ellas daiian. 20 Y los otros bombres que no fueron muertos con estas pla- gas, no se enmendaron de las obras de sus manos, para que no adorasen a los demonios, y a las imagenes de oro, y de plata, y de metal, y de piedra, y de ma- dera, las quales no pueden ver, ni oir, ni andar. 21 Y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus becbi- cerias, ni de su fornicacion, ni de sus hurtos. CAP. X. 1 "'^T" VI otro angel fuertedes- X cender del cielo, cerca- do de una nube ; y el arco del cielo eslaba en su cabeza, y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego. 2 Y tenia en su mano un libri- co abioi to : y puso su pie dere- cho sobie la mar, y el izqaierdo sobre la tierra, 324 LA REVELACION DK 3 Y clam6 con grande voz, como qnando nn leon braina : y quando hubo clamado, siete true- nos hablaion sus voces. 4 Y quando los siete truenos luibieron liablado sus voces, yo las habia de escribir: y oi una voz del cielo, que me decia. Sella las cosas (jue los siete true- nos ban hablado, y no las escii- bas. 5 Y el dngel que yo vi estar sobre la mar, y sobre la tierra, levanto su mano al cielo, 6 Y jur6 por el que vivie para siempre jamas, que ba criado el cielo, y las cosas que en ^1 estan, y la tierra, y las cosas, que en clla estdn, y la mar, y las cosas que en ella estan, que el tienipo no seri mas. 7 Pero en los dias de la voz del septimo ^ngel, quando 61 co- menzare a tocar la trompeta, el secreto de Dios sera consumado, como 61 lo ha denunciado a sus siervos los piofetas. 8 Y la voz que yo habia oido del cielo, hablo conmigo otia vez, y dixo, Anda v6, y toma el librico abierto de la mano del Angel que esta sobre la mar y so- bre la tierra. 9 Y fuime al angel, dici^ndole que me diese el librico : y el me dixo, Toma y tragalo, y el te ha- ra amargar tu vientre, pero en tu boca ser^ dulce como la miel. 10 Y tome el librico de la ma- no del angel, y tragu^lo ; y era dulce en mi boca como la miel : y desde que lo trague, mi vien- tre fu6 amargo. 11 Y ^i me dice, Necesario es que otra vez profetizes k muchos pueblos, y gentes, y lenguas, y reyes. CAP. XI. 1 "XT' FUEME dada una cana X semejaute k una vara ; y fu6me dicho, Levantate, y mide el templo de Dios, y el altar, y 4 los que adoran en 61. 2 Y excluye el patio que esta dentro del templo, y no lo midas ; porque cs dado k los Gentiles; y pisaran la santa ciudad qua- renta y dos meses. 3 Y dare k dos de mis testigos, y ellos profetizaran por mil y docientos y sesenta dias, vesti- dos de sacos. 4 Estas son las dos oltvas, y los dos candeleros, que estan delante del Dios de la tierra. 5 Y si alguuo les quisiere da- iiar, fuego sale de la boca de ellos, y traga a sus enemigos : y si alguno les quisiere hacer da- iio, es necesario que de esta ma- nera muera. 6 Estos tienen poder de cer- rar el cielo, que no Uueva en los dias de sn profecia ; y tienen poder sobre las aguas para con- vertirlas en sangre, y para herir la tierra con todo g^nero de pla- ga, todas las veces que quisieren. 7 Y quando ellos hubieren acabado sn testimonio, la bestia que sube del abismo hari guerra contra ellos, y los vencera, y los matara. 8 Y sus cuerpos serkn echa- dos en las plazas de la gran ciu- dad, que espiritualmente es Ua- mada Sodonia, y Egipto ; donde tambien nuestro Senor fue cru- cificado. 9 Y los de los linages, y de los pueblos, y de las lenguas, y de los Gentiles, vermin los cuerpos de ellos por tres dias y medio, y no permitiran que sus cuerpos sean puestos en sepulcros. 10 Y los moradores de la tierra se gozaran sobre ellos, y se alegrar^n, y enviarse ban pre- sentes los unos k los otros : por- que estos dos profetas ban ator- mentado a los que moran sobre la tierra. 11 Y despues de tres dias y medio, el Espiritu de vida, en- S. JUAN, CAP. XII. iHado de.Dios, entrari en ellos, y se enhestar^n sobre sus pies; y CAP. XII. caeri graii temor sobre los que los vieron. 12 Y oyeron una gran voz del cielo, que les dccia, Subid aca. Y subieron al cielo en un(a nube : y sus enemigos los vieron. 13 Y en aquella bora fu^ he- cho gran temblor de tierra : y la SUB 1 ^\7' UNA gran serial apare- X cio en el cielo : una nui- ger vestida del sol, y la luna de- baxo de sus pie?, y sobre su ca- beza estaba una corona de doce estrellas. 2 Y estando prenada clama d6cima parte de la ciudad cay6,j con dolores de parto, y sufretor- y fucron muertos en el temblor de la tierra los nombres de siete mil hombres : y los denias fue- ron espantados, y dieron gloria a Dios del cielo. 14 El segundo ay es pasado ; y he aqui, el tercero ay vendra presto. 13 Y el s^ptimo angel toc6 la trompeta. Yfueronhechasgran- • des voces en el cielo, que decian, Los reynos de este mnndo son reducidos a nuestro Seiior, y a 6u Mesias, y reynara para siem- pre jamas. 16 Y los veinte y quatro ancia- nos que estan sentados delante de Dios en su« sillas, se postra- ron inclinadas sus caras, y ado- raron k Dios, 17 Diciendo, Hac^moste gra- cias, Senor Dios todopoderoso, que eres, y que eras, y que has de venir, porque has tornado tu grandc poteucia, y has reynado : 18 Y los Gentiles se han aira- do, y tu ira es venida, y el tiem- po de los muertos para que sean juzgados, y para que des el ga- lardon d tus siervos los profetas, y 4 los santos, y k los que temen tu nombre, a los pequeiiitos y k los grandes, y para que destru- yas los que destruyen la tierra. 19 Y el templo de Dios fuk mento por panr. 3 Y fue vista otra senal en el cielo ; y he aqui un grande dra- gon bermejo, que tenia siete ca- bezas y diez cuernos, y en sus cabezas siete diademas. 4 Y su cola traia con violencia la tercera parte de las estrellas del cielo, y ech61as.en la tierra. Y el dragon se paro delante de la muger que estaba de parto; para que quando hubiese parido a su hijo, se lo tragase. 5 Y ella pario un hijo varon, el qual habia de regir todas las gentes con vara de hierro : y su hijo fu6 arrebatado para Dios, y para su trono. 6 Y la muger huyo a un de- sierto, donde tiene lugar apare- jado de Dios ; para que all! la mantengan mil y docientos y sesenta dias. 7 Y fue hecha una gran batalla en el cielo : Miguel y sus angeles batallaban contra el dragon ; y el dragon bat^Uaba y sus an- geles ; H Mas no prevalecieron, ni su lugar fu6 mas hallado en el cielo. 9 Y fu6 lanzado fuera aquel gran dragon, que es la antigua serpiente, que es llamada diablo y Satauas, el qual engana 6. todo abierto en el cielo, y el area de ; el mundo : y fue arrojado en su testamento Uih vista en su j tierra, y sus ingeles fueron der- templo; y fneron henhos rel^m- pagos, y voces, y truenos, y ter- reraoto?, y grande granizo. ribados con el. 10 Y o) una gran voz que de- cia, Ahora es hecha en el cielo salvacion, y virtud, y reyno de nuestro Dies, v potencia de su Ff 336 LA REVELACION DE Mesias : porqne el acusador de miestros hermanos es ya derriba do, el qnal los acusaba delante de nuestro Dios dia y noche. 11 Y ellos lo ban vencido por la sangre del Cordero, y por la palabra de su testimonio : y no ban amado sus vidas basta la muerte. 12 Porlo qual alegraos, cielos, y los que morais en ellos. ; Ay de los moradores de la tierra y de la mar! porque el diablo ba des- cendido a vosotros, teniendo grande ira, sabiendo que tiene poco tiempo. 13 Y despues que el dragon bubo visto que ^1 babia sido der- ribado en tierra, persignio k la muger que habia parido el bijo varon. 14 Y fueron dadas & la muger dos alas de grande aguila, para que de la presencia de la ser- piente volase al desierto i su lugar, donde es mantenida por un tiempo, y dos tiempos, y la mitad de un tiempo. 15 Y la serpiente echo de su boca tras la muger agua como un rio ; k fin de hacer que fuese arrebatada del rio. 16 Y la tierra ayud6 a la mu- ger : y la tierra abri6 su boca, y 8orbi6 el rio que habia echado el dragon de su boca. 17 Ent6nces el dragon se irrit6 contra la muger, y se fn6 d hacer guerra contra los otros de la si- Diiente de ella, los quales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesu Cristo. 18 Y yo me par^ sobre la are- na de la mar. CAP. XIII. 1 "^^T VI una bestia subir de JL la mar, que tenia siete cabezas, y diez cuernos; y so- bre sus cuernos diez diademas: y sobre las cabezas de ella un nombre de blasfemia. 2 Y la bestia que vi, era se- mejante a un leopardo, y sus pies como pies de oso, y su boca co- mo boca de leon : y el dragon le dio su potencia, y su silla, y gran poder. 3 Y vi una de sus cabezas co- mo herida de muerte ; y la Uaga de su muerte fue curada : y to- da la tierra maravillada siguio a la bestia. 4 Y adoraron al dragon, que habia dado la potencia a la bes- tia ; y adoraron a la bestia, di- ciendo, ^Quien es semejante 4 la bestia, y quien podra pelear contra ella? 5 Y fu^le dada boca que ha- blaba grandes cosas y blasfe- mias ; y fuele dada potencia de cumplir quarenta y dos meses. 6 Y abrio su boca en blasfe- mias contra Dios, para blasfemar su nombre, y su tabernaculo, y los que moran en el cielo. 7 Y fu^le dado poder de hacer guerra contra los* santos, y ven- cerlos ; tambien le fu6 dada po- tencia sobre todo tribu, y pue- bio, y lengua, y gente. 8 Y todos los que moran en la tierra la adoraron, cuyos nom- bres no est^n escritos en el libro de la vida del Cordero ; el qual f«6 muerto desde el principio del mundo. 9 Si alguno tiene oreja, oyga. 10 El que lleva en cautividad, va en cQiitividad ; el que a cu- chillo matare, es menester que a cuchillo muera. A qui esta la paciencia y fe de los santos. 11 Despues vi otra bestia, que subi« de la tierra; y tenia dos cuernos semejantes (l los del cor- dero, mas hablaba como el dra- gon. 1 2 Y exercita toda la poten- cia de la primera bestia en pre- sencia de ella ; y hace a ia tierra y a los mocadores de ella, adorar la primera bestia^ cuya llaga de muerte fn.€ curada. 13 Y hace grandes senalos, de tal manera que aun tambien hace descender fuego del cielo a la tiena delante de los honibres. 14 Y eagaila ^ los moradores de la tierra por las seiiales que le ban sido dadas para hacer en presencia de la bestia ; mandan- do a los moradores de la tierra que hagan la imagen de la bes- tia, que ticne la herida de cu- chillo, y vivio. 15 Y fuele dado poder que diese espiritu k la imagen de la bestia, y que la imagen de la bes- tia hable; y har^ que qualesquie- ra que no adoraren la imagen de la bestia, sean muertos. 16 Y hace a todos los peque- nos y graudes, ricos y pobres, libres y siervos, tomar la seiial en su raano derecha, 6 en sus frentes ; 17 Y que ninguno pueda com- prar 6 vender, sino el que tiene la seiial, 6 el n#mbre dela bestia, 6 el numero de su nombre. 18 Aquihaysabiduria. El que tiene entendimiento, cuente el ntimero de la bestia: porque es el numero del hombre, y el numero de ella es seiscientos y sesenta y seis. CAP. XIV. MIRE, y he X Cordero estaba sobre el monte de Sion, y con ^1 ciento y quarenta y quatro mil, que te- nian el nombre de su Padre escrito en sus frentes. 2 Y 01 una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno ; y oi una voz de tanedores de harpas que taiiian con sus harpas : 3 Y cantaban como una can- cion nueva delante del trono, y delante de los quatro animales, y de los ancianos. Y' nadie po- S, JUAN, CAP. XIV. S27 dia aprender la cancion, sino aquellos ciento y quarenta y qua- tro mil, los quales son comprados de entre los de la tierra. 4 Estos son los que con muge* res no sou contaminados; porque son virgenes. Estos siguen al Cordero- por donde quiera que fuere. Estos son comprados de entre los hombres por primicias para Dios, y para el Cordero : 5 Y en su boca no ha sido hallado engano; porque ellos son sin mancha delante del trono de Dios. 6 Y vi otro 6ngel volar por en- medio del cielo, que tenia el Evangelio eterno para evangeli- zar a los que raoran en la tierra^ y a toda gente, y tribu, y lengua, y pueblo, 7 Diciendo en alta voz, Temed a Dios, y dadle honra ; porque la hora de su juicio es venida : y adorad al que ha hecho el cielo, y la tierra, la mar, y las fuentes de las aguas. 8 Y otro dngel le siguio, di- ciendo, Ya es caida, ya es caida, Babilonia aquella gran ciudad ; porque ella ha dado a beber a todas las gentes del vino de la ira de su fornicacion. 9 Y el tercer angel los siguio, diciendo a alta voz, Si alguno adora a la bestia, y 4 su imagen, y toma la seiial en su frenie, 6 en su mano, 10 Este tambien beber^ del vino de la ira de Dios ; el qual esta echado puro en la copa de su ira : y sera atormentado con fuego y azufre delante de los santos augeles, y delante del Cordero. 11 Y el humo del tormento de ellos sube para siempre jamas. Y los que adoran k la bestia, y a su imagen, no tienen reposo dia y noche ; ni menos el que toniare la sefial de su nombre. 12 Aqui est^ la paciencia de los santos : aqui estdn los que Ff2 aqui el 328 LA REVFXACION DE guardan los mandamientos de Dios, y la fe de Jesus. la Y oi una voz del cielo, que me decia, Escribe, Bienaventu- rados los rauertos, que de aqni adelante mueren en el Senor. St, dice el Espiritu, para que descansen de sus trabajus, y sus obras los sigan. 14 Y mir6, y he aqni una nube blanca, y sobrelanube uno asen- tado semejante al Hijo del hom- bre, que tenia en su cabeza una corona de oro, y en su mano una boz aguda. 15 Y otro ^ngel sali6 del tem- ple, clamando con alta voz al queestabasentadosobre la nube, Echa tu hoz, y siega : porque la hora de segar te es venida ; por- que la mies de la tierra esta ma- dura. 16 Y el que estaba sentado sobre la nube, ech6 su hoz so- bre la tierra ; y la tierra fu6 se- gada. 17 Y sali6 otro dugel del tempio que estk en el cielo, teniendo tambien una hoz a- guda. 18 Y otro dngel salio del altar, el qual tenia poder sobre el fuego, y clam6 con gran voz al que tenia la hoz agxida, di- ciendo, Echa tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra ; porque sus uvas estan maduras. ly Y el dngel echo su hoz a- guda en la tierra, y vendimi6 la viiia de la tierra, y enviola al grande lagar de la ira de Dios. 20 Y el lagar fue pisado fuera de la ciudad ; y del lagar salio sangre hasta los frenos de los caballos, por mil y seiscientos estadios. CAP. XV. 1 ^\T VI otra seiial en el cielo, jL grande y admirable : siete 4ngeles, que teniao las siete pla- gas postreras ; porque en ello« es consuraada la ira de Dios. 2 Y vi como una mar vidriada mezclada con fuego : y los que habian alcanzado la victoria de la bestia, y de su imdgen, y de su seiial, y del niimero de su nombre, estar sobre la mar vidriada, teniendo las harpas de Dios. 3 Y cantabaCn la cancion de Moyses siervo de Dios, y la can- cion del Cordero,diciendo,Gran- des y maravillo-sas son tus obras, Seiior Dios todopoderoso : tus caminos son justos y verdade- ros. Key de los santos. 4 d Quien no te temera, 6 Se- iior, y engrandecer^ tu nombre? Porque tu solo eres santo. Por lo qual todas la5 gentes vendriin y adoraran delante de ti ; por- (jue tus juicios son manit'es- tados. 5 Y despues de estas cosas, niir6, y he aqui el tempio dej tabernaculo del testimonio fu6 abierto en el c[e\% 6 Y salieron del tempio siete iingeles, <|ne tenian siete plagas, vestidos de lino limpio y albo, y ceuidos al rededor de los pechos con cintas de oro. 7 Y uno de los quatro anima« les di6 a los siete angeles siete redomas de oro, Uenas de la ira de Dios, que vive para siempre jamas. 8 Y fue el tempio lleno de humo que salia de la magestad de Dios, y por su potencia : y ninguno podia enirar en el tem- pio, hasta que fuesen consuma- das las siete plagas de los siete Angeles. CAP. XVI. 1 ILT 01 una grande voz del JL tempio, que decia k los siete Angeles, Id, derramad las siete redomas de la ira de Dios ea la tierra. S. JUAN, CAP. XVI. SS9 2 Y el primer Angel fu6, y tlerram6 su redonia en la tierra : y fu6 liectia una plaga mala y danosa sobre los lionibres que tenian la seilal do la bestia, y sobre los que adoraban su Imo- gen. 3 Y el segundo Angel derram6 su redoma enlamar; yfu6vuelta en sangre conio de un muerto : y toda atan«ui, y at61o por mil alios, CAP. XX. 333 3 Y envi6lo al abismo, y ei»- ccrr61o, y sello sobre 61 ; porquc no engane mas d las gentes, has- ta que mil anos scan cumplidos : y despues de esto, cs necesario que sea desatado por un poco de liempo. 4 Y vi sillas, y sentdronse so- bre ellas, y fui'les dado el jnici©; y las dnimas de los degoilades por el testimonio dc Jesus y por la palabra de Dios, que no ado- raron la bestia, ni a su iniagen, y que no recibieron su seiial eu sus frentes, ni en sus manos: j vivirdn y reynar^n con Cristo mil aaos. 5 Mas los otros muertos no tornardn d vivir hasta que sean cumplidos mil afios. Esta es la primera resurreccion. 6 Bienaventurado y sauto el que tiene parte en la primera resurreccion : la seguuda muer- te no tiene poder en 6stos, antea seran aacerdoteff de Dios y de Cristo, y reynaran con ^1 mlt aiios. 7 Y quando mil anos fueren cumplidos, Satanas serd suelto de su prision; 8 Y saldra para enganar las gentes que estdn sobre las qua- tro esquinas de la tierra, Gog y Magog, para con^regarlos para ia batalla: el numero de los quales es cotno el arena de la mar. 9 Y snbieron sobre la anchu- ra de la tierra, y anduvieron al rededor de los exercitos de los Santos, y de la ciudad amada; mas de Dios desceudio fuego del cielo, y tragolos. 10 Y el diablo que los engaaa- ba, fue lanzado en el lago de fuego y de piedra azufre, donde esta la bestia y el falso profeta, y serau atormentados dia y no- che para siempre jamas. 11 Y vi ua gran trono bianco, y al que estaba sentado sobre 61, de delante del qua! huy6 la tier- 334 LA REVELACION DE ra y el cielo, y no se ha hallado el lugar de ellos. 19 Y vi los muertos, grandes y pequenos, que estaban delante de Dios; y los libros fueron abiertos: y otro libro fu6 abier- to, el qual es el libro de la vlda : y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escri- tas en los libros, segun sus obras. 13 Y la mar dio los muertos que estaban en ella ; y la muerte y el infierno dieron los muertos que estaban en ellos: y fu6 he- cho juicio de cada uno segun sus obras. 14 Y el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. Esta es la muerte se- gunda. 15 EI que no fue hallado es- crito en el libro de la vida, fu^ ^nzado en el lago de fuego. CAP. XXI. 1 ^\T VI un cielo nuevo, y M. una tierra nueva : por- «|ue el primer cielo y la primera tierra se fuk; y la mar ya no es. 2 Y yo Juan vi la santa ciu- dad de Jerusalem Nueva, que descendia del cielo, aderezada de Dios, como la esposa atavia- da para su marido. 3 Y oi una gran voz del cielo, que decia, He aqui la morada de Dios con los hombres, y morara con ellos ; y ellos seran su pue- blo, y el mismo Dios sera su Dios con ellos. 4 Y limpiay-d Dios toda Idgri- ma de los ojos de eHos ; y la muerte no serd mas, y no habra mas llanto, ni clamor, ni dolor : porque las primeras cosas son pasadas. 5 Y el que estaba sentado en el trono, dixo, He aqui, yo hago nuevas todas las cosas. Y dixo- me. Escribe : porque estas pala- bras son fieles y verdaderas. 6 Y dixome, Hecho es. Yo soy Alfa y Omega, principio y fin. Al que tuviere sed, yo le dar6 de la fuente del agua viva de balde. 7 El que venciere, poseeri todas las cosas : y yo ser6 su Dios, y ^1 sera mi hijo. 8 Mas k los temerosos € in- cr6dulos, d los execrables, y ho- micidas, k los fornicarios, y he- chiceros, k los id61atras, y k to- dos los mentirosos, su parte seri en el lago ardiendo de fuego y de piedra azufre ; que es la muerte segunda. 9 Y vino k mi uno de los siete angeles que tenian las siete re- domas llenas de las siete postre- ras plagas, y habl6 conmigo, di- ciendo, Yen, yo te mostrar6 la esposa, muger del Covdero. 10 Y Uevonie en espiritu a un gran monte y alto, y mostrome la gran ciudad santa Jerusalem, que descendja «][»1 €1*!$ ^% €^!>- Dios, 11 Teniendo la claridad de Dios : y su luz era semejante k. piedra preciosisima, como piedra de jaspe que tira k crista! res- plandeciente. 12 Y tenia un gran muro y alto, que tenia doce puertas, y en las puertas doce Angeles, y los nombres escritos, que son los nombres de los doce tribus de los hijos de Israel. 13 Al Oriente haMa tres puer- tas ; al Aquilon tres puertas ; al Mediodia tres puertas; al Po- niente tres puertas. 14 Y el muro de la cindad te- nia doce fundamentos, y en ellos los doce nombres de los doce ap6stoles del Cordero. 15 Y el que hablaba conmigo, tenia unamedida de una caria de oro, para medir la ciudad, y sua puertas, y su muro. 16 Y la ciudad estd edificada en quadro, y su longura es tanta como su ancbura, Y 61 midi6 la S. JUAN, CAP. XXII. ooS ciudail con la caiia de oro por doce mil estadios : y la longura y la altura y la auchura de ella son iguales. 17 Y niidi6 su muro de ciento y quarenta y quatro codos, dc uiedida de hunibre, la qual es dc ^ugel. 18 Y el material de sn muro era de jaspe : mas la ciudad era oro puro, semejante al vidrio limpio. 19 Y los fundamentos del mu- ro de la ciudad estaban adorna- dos de toda piedra preciosa. El primer fundamento era jaspe ; el segundo, saliro ; el tercero, calcedonia ; el quarto, esme- ralda; 20 El quinto, sardonix ; el sexto, sardio ; el s^ptimo, criso- lito ; el octavo, berilo ; el nono, topazio; el decimo, crisopasio; el und^cimo, Jacinto; el duode- cimo, amatista. 21 Y las doce puertas son do- ce perlas, en cada una una ; y cada puerta es dc una perla : y la plaza de la ciudad es oro pu- ro, como vidrio muy resplande- ciente. 22 Y no vi en ella templo: porque el Seuor Dios todopode- roso es el templo de ella, y el Cordero. 23 Y la ciudad no tiene nece- aldad de sol, ni dc luna, para que resplandezcan en ella: porque la clsuidad de Dios la ha alum- brado, y el Cordero es su lam- para. 24 Y las gentes que hubieren sicfo salvas, andar^n en la luz de ella : y los reyes de la tierra traer^n su gloria y honra k ella. *25 Y sus puertas no seriin cer- radas de dia ; porque alii no ha brd noche. 26 Y Uevarin la gloria y la honra de los Gentiles a ella. 27 Ninguna cosa sucia entra- ri en ella, 6 que hace abomina- ciou, 6 que habljL mentira : sino solamente los que estan escritos en el libro de la vida del Cor- dero. D CAP. XXII. ESPUES me mostr6 un rio Hmpio de agua viva, resplandeciente como crista!, que salia del trono de Dios y del Cordero. 2 En el medio de la plaza de ella, y de la una parte y de la otra del rio, estaba el arbol de vida, que Ueva doce frutos, dan- do cada mes su fruto : y las ho« jas del arbol son para sanidad de las Gentes. 3 Y toda cosa maldita no ser^ alii : sino el trono de Dios y del Cordero estar^ en ella, y sus siervos le servir^n. 4 Y ver^n su rostro, y su nom- bre estara en sus frentcs. 5 Y alii no habra mas noche, y no tienen necesidad de luz de candil, ni de luz de sol ; porque el Seiior Dios los alumbra ; y reynaran para siempre jamas. 6 Y dixome, Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Senor Dios de los santos profe- tas ha enviado su ^ngel, para mostrar ti sus siervos las cosas que es necesario que scan hechas presto. 7 Y he aqui, vengo presto. Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecia de este libro. 8 Yo Juan soy el que ha oido, y visto estas cosas. Y despues que las hube oido y visto, me postr^ para adorar delante de los pies del angel, que me mostraba estas cosas. 9 Y ei me dixo, Mira que no lo hagas ; porque yo soy consier- vo tuyo, y de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de la profecia de este libro : adora k Dios. 10 Y dixome, No selles las pa- 536 LA REVELACION D£ labras de la profecia de este li- bro : porque el tiempo est4 cerca. 11 El que es injusto, sea in- justo todavia ; y el que es sucio, ensiiciese todavia : y el que es justo, sea aun todavia justifica- do : y el santo, sea aun santifica- do todavia. 12 He aqui, yo vengo presto; y mi galardon est^ conmlgo, pa- ra recompensar k cada uno segun fuere su cj>ra. 1 3 Yo soy Alfa y Omega, pvin- cipio y fin, priniero y postrero. 14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos : pa- ra que su poteucia sea en el ar- bol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad. 15 Mas los perros estardn de fuera, y los hechiceros, ylos for- nicarios, y los homicidas, y los id61atras, y qualqulera que ama y hace mentira. 16 Yo Jesus he enviado mi angel para daros testimonio de cstas cosas en las iglesias. Yo S. JUAN, CAP. XXII. soy la raiz y generacion de Da- vid, la estrella resplandeciente y de la manana. 17 Y el Espiritu y la esposa dicen, Ven. Y el que oye diga, Ven. El que tiene sed, venga, Y el que quiere, tome del agua de la vida de balde. 18 Porque yo protest© a qual- quiera que oye las palabras de la profecia de este libro, Si algu- no aiiadiere a estas cosas ; Dios pondra sobre h\ las plagas escri- tas en este libro. 19 Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profe- cia, Dios quitara su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que estan escritas en este libro. aO El que da testimonio de estas cosas, dice, Ciertamente vengo en breve. Amen. Ven pues, Seiior Jesus. 21 La gracia de nuestro Seiior Jesu Cristo sea con todos voso- tros. Amen. Fin del Nuevo Testament© de nuestro Senor y Reflentor Jesu Cristo. \. ^,1^ ■▼>«»-■•■ iH*^ BS299.5 1817 El Nuevo Testamento de nuestro senory Princeton Theological Semmary-Speer Library 1 1012 00063 2622