646384 #35. # º- - ¿ » » = = 3. - s | MEMORIA SORRE LAS ISLAS CAROLINAS Y PALAOS PRESENTAT)A A, EM0, SR. (0MANDANTE GENERAL DEL APOSTADERO DE FLIPNAS POR EL COMANDANTE DEL CRUCER0 t WELASC0» "ATPITAN DE FRA (RATA D0N EMILI0 BUTRON Y DE LA SERNA MA D R I D IMPRENTA DE FORTAN ET CALLR DE LA LIBERTAD, NÚM. 29 - 4 S 855 2. ¿? 8. «. # 3— PC/ 3 o, UNIVERSITY OF MICHIGAN GºNFRAL LIBRARY MEMORIA SOBRE LAS SLAS CAROLINAS Y PALAOS PRESENTADA Al M0, SR. UMANDANTE GENERAL DEL APOSTADER0 DE PRAS P0R EL C0ANDANTE DEL CRUCER0 «WELASC0» CAPITAN DE FRAGATA. D0N EMILIO BUTRON Y DE LA SERNA varº Publicada en la Revista General de Marina. MA D R ID IMPRENTA DE FORTAN ET CALLE DE LA LIBERTAD, NÚM. 29 Al 88.5 D º 5e 3 B 98, ISILAS CAROLINAS. Dispuesto por la superioridad que el crucero Velasco fuese á desempeñar una comision á la isla de Yap (Carolinas) y al grupo de las Palaos y siendo dichas islas poco conocidas, ha parecido conveniente, despues de apuntar los antecedentes mecesarios, decir á vuela pluma las observaciones que han po- dido hacerse en el corto tiempo que el Velasco ha permaneci- do en dichas islas. Con estos datos, de que ántes se carecia, no será difícil ha- cer de ellas más adelante, si la ocasion se presentase, un estu- dio más acabado. «B» Su eactension, límites, poblacion. Segun consta en el derro- tero del Océano Pacífico, en el general de Horsbourg y en el Diccionario geográfico de M. Vivien de Saint-Martin, el Ar- chipiélago consta de 48 grupos, formando en todo muy cerca de 500 islas, ocupando en longitud unas 450 leguas y en lati- tud desde los 2º á 7º N. ó sean 100, de suerte que, con el mar a º — 6 — que rodea á dichas islas, viene á tener el grupo una extension de 45 000 leguas cuadradas. La confusion de los nombres dados por los naturales, que hablan dialectos tan diferentes, la distinta manera de escribir- los y áun pronunciarlos, segun la diversa nacionalidad de los navegantes que las visitaban, han dificultado mucho el exacto conocimiento de estas islas. Hasta hace pocos años fueron re- lativamente desconocidas. Esta ignorancia y lo que los primeros navegantes que por ellas habian cruzado decian de sus muchos peligros, las ha- cian muy temibles para los que tenian que navegar entre ellas. Muchas de estas dudas y temores se disipan en gran parte con los viajes del capitan de navío francés de La Coquille M. Duperrey, y los trabajos hidrográficos del capitan de ma- vío ruso Lütke, de la corbeta Semavine. A pesar de la gran faja de mar que ocupan, segun el capi- tan Lütke, la extension de todas las Carolinas reunidas (ex- cepcion hecha de las islas mayores de Ualam, Panope y Roug) mo contando con los arrecifes, vendrá á ser de unas 25 millas de largo por solos 200 metros de anchura. Su poblacion total (fuera de Yap y el grupo de las Palaos) vendrá á ser de unas 3 000 almas. Por ese cálculo resultan unos 500 habitantes por cada milla cuadrada, tanto por ciento muy superior á el que dan los paí- ses más poblados de Europa (1). Pero se ha de tener en cuenta que las islas de coral mo se deben comparar con los continentes, porque las primeras tie- men todas su superficie cubiertas con el coco, el árbol del pan, el plátano y ciertas raíces alimenticias que acaso podrían man- tener hasta 3000 individuos por milla cuadrada. (1) Bélgica está poblada á razon de 487,7l; la India inglesa, 3ll,57; Inglaterra, 289,62; Francia, 216,62 y España 84,55 por milla cuadrada. (American almanac Statistical, financial and political for the year 1884.) II. Descubrimiento de dichas Islas. Se cree que la primera no- ticia que se tiene de este grupo la dió el piloto portugués Die- go de Roche en 1525, que las bautizó Islas Sequeira. Hablan de ellas vagamente Villalobos, en 1543, y despues Miguel Lopez de Legaspi, en 1565. Lorenzo de Barrito vió en 1595 algunas islas sin habitantes. En 1686 el piloto español Francisco Lezcano (1) descubrió una gran isla á la que llamó Carolina, en honor de Carlos II, á la sazón reimante, así como se les puso el nombre de Maria- nas al grupo más al N., en honra de doña María de Austria, segunda mujer de Felipe IV y madre del desgraciado Car- los II. ¿Cuál fué esa grande isla descubierta por Lezcano? Difícil sería averiguarlo, pues áun cuando segun dice en una mota á sus curiosos estudios sobre el emplazamiento de Santa Cruz de Mar Pequeña mi amigo el capitan de fragata D. Pelayo Al- calá Galiano, la corredera ya se conocia desde 1557 y que el primer navegante que la aplicó fué Purchas, en su viaje á las Indias Orientales en 1607, una situacion de estima en viaje tan largo y hecha al paso no podria mémos de ser inexactí- sima. Sea lo que fuere, la isla vista por Lezcamo ha temido la suer- te de dar mombre al grupo que continúa llamándose de las Carolinas. El famoso mavegante inglés sir Frances Drake vió algunas en 30 de Setiembre de 1779 en su famoso viaje, más propio de un pirata que de un capitan de navío. Viaje en el que, des- pues de saquear á Acapulco, llegó con su tripulacion exhausta y dos enfermos á Tinian, en las Marianas, allí repuso su gen- te, abordó y saqueó á un galeon que llevaba á Manila, desde (1) Los derroteros ingleses le llaman Almirante Lezcano. — 8 — Acapulco, el Situado, y áun tuvo sir Frances la idea de atacar á Manila. . En 1636 un buque español en su derrota en las Marianas á Manila vió algunas islas del grupo y en el mismo año una gran piragua tripulada por gente desconocida arribó á una de las Filipinas, despues de vagar setenta dias á merced de las olas. Los jesuitas de Manila proyectaron ir á evangelizar dichas islas. En 1710 se hizo la primera tentativa en un buque man- dado por Francisco Padilla, pero sin buen éxito. En 1721, á resulta de informes recogidos por el gobernador de las Marianas de ciertos náufragos carolinos, el P. Cantova salió en 1733, despues de dos tentativas desgraciadas, pero di- cho padre fué asesinado en Mog-Mog por los naturales. «Desde esa fecha (dice M. Vivien de Saint-Martin con una »sans facon censurable) España, ha inscrito á las islas Caroli- »nas en el número de sus posesiones insulares, sin que mi Es- »paña, ni Carolinas, ni la ciencia, ni la civilizacion, hayan »sacado el menor provecho de tan vano título.» «g Increpar á los descubridores del Nuevo Mundo, á los que no conquistaron para traficar, que no han hecho nada por la civilizacion porque no han tomado posesion de unos islotes perdidos en medio de las soledades del mar Pacífico, mo me- rece refutacion seria. En 1817 visita las Carolinas el capitan de navío ruso FKotzebuc, en 1819 el capitan de navío francés M. Freycinet con L’Uranie, en 1824 el capitan de navío francés M. Du- perrey con Le Coquille, en 1826 M. Dumont d'Urbille con L'Astrolabe, en 1828 el capitan de navío ruso Lütke con la Semavine. III. A quien pertenecen las Carolinas. A no dudar á los espa- ñoles. Difícil es decir, segun el derecho internacional moder- mo, en qué bases se funda el derecho á poseer de las naciones. — 9 — Por el derecho antiguo claro está que corresponden á Espa- ña, no tan sólo porque fueron españoles sus primeros descu- bridores, sino por la famosa bula de Alejandro VI, cuando el César Cárlos V, tuvo por conveniente venderle á los portugue- ses el Maluco. Es verdad que mi se ha tomado posesion de ellas con las for- malidades con que el inmortal genovés tomó posesion de la que más adelante se habia de llamar América, formalidad que han seguido usando los navegantes sucesores y reducida hoy á izar, saludando, la bandera nacional. No es ménos cierto que no se han poblado ni civilizado, mi convertido al cristianismo por los españoles, y es cuando ménos dudoso que de las islas Carolinas se haga mencion en ningun tratado. Pero ¿qué derecho tienen los ingleses á las islas Malvinas? ¿no fueron ocupadas, pobladas y civilizadas por los españoles? Cuando las colonias españolas se emancipan de la madre patria, parece como que las Malvinas debian seguir la misma suerte ó bien continuar siendo españolas; sin embargo hoy son inglesas por el único derecho indiscutible... por la ley del más fuerte. No parece que en el derecho público prescriba la propiedad como sucede en el derecho privado, así es que si las Caroli- mas fueron en el tiempo que se descubrieron propiedad legíti- ma de los españoles y nadie ha dicho nunca nada en contra, es evidente que forman parte de la Corona de España. En un famoso brindis en 9 de Noviembre de 1876, Lord Beaconfield, presidente del Consejo de ministros de Inglaterra, dijo: «La paz es la política de Inglaterra. No puede ser un po- der agresivo, porque tiene tanto que nada ambiciona mi desea.» En 1874 Inglaterra ocupó á Lakeseke en Arabia y se anexio- nó á las islas Fije; en 1875 compró á Motramerch en la boca del Eufrates y por la adquisicion de 177.000 acciones del canal de Suez el derecho de intervenir en el Egipto; en 1877 ocupó á Khelte en el Bilbochistan y se anexionó, á pesar de las pro- testas de la poblacion, la república del Transvaal en el S. de África, y en 1878 ocupó á Chipre. Así es que, en último resultado, el derecho de posesion es el derecho del más fuerte, á cuya mínima consagracion se le llama tratado. é. IV. Tentativas hechas para evangelizar las Carolinas. Con una amabilidad que no tengo frases con que agradecer, el M. R. P. Richar, Superior de la Casa de la compañía de Je- sus en Manila, me facilitó una coleccion de cartas inéditas es- critas en francés y en aleman por padres Jesuitas residentes en Filipinas á sus hermanos en Europa en el pasado siglo: de tan curiosos y notables documentos se ha extractado lo que parece presentar más interés. El año de 1701; varias embarcaciones carolinas empujadas por las corrientes y temporales abordaron á Filipinas. A pe- sar de que ardia enconadísima la guerra de sucesion y de que Felipe V tenía asuntos de más importancia en que pensar, com- signó á la mision de padres Jesuitas de Filipinas no tan sólo autorizacion para evangelizar en Palaos sino los fondos sufi- cientes para dicha empresa (1). En 1707 llegó á Filipinas una nueva mision y se eligió para ir á Carolinas al P. Joseph Bobadilla de orígen español, aum- que nacido en Alejandría en el Milanesado. Se ordenó á dicho padre que aprendiese la lengua de los palaos de boca de los náufragos de que ántes se habló, uno de los cuales tenía consigo á su mujer y á un hijo varon. Un año tardó en alistarse el P. Bobadilla, y salió de Manila en un patache, pero á poco de desembocar por el Estrecho de San Bernardino los vientos y violentas corrientes hicieron que dicho buque se aconchara en la costa oriental de Mindanao. Preciso fué regresar á Manila por el S. y O. de Mindanao. El P. Bobadilla creyó describir por primera vez las islas de . (1) Mandó facilitar 10000 pesos. Otros 10000 dió la Asociacion de San Francisco Xavier. — ll — Sarangani (que aún no se conocian por ese nombre) y saltó en tierra, pero los habitantes huyeron á los bosques y el P. Bo- badilla en vista de lo magantos y extenuados que encontró á algunos cerdos, gatos y cabras, que hubo de ver, llamó á es- tas islas de los Flacos. º, En 1702 se hizo otra tentativa y salió de Manila el P. Boba- dilla, en otro patache y á pesar de estar en la mar seis me- ses!! no logró ver el grupo de Palaos, pues encontró mo tan solo la monzon del NE. muy fresca, sino mucha corriente con- traria. 4. Tuvieron pues que regresar á Manila despues de sufrir grandes temporales é inauditos sufrimientos, como gran falta de víveres que suplieron comiendo con alegría carne de tibu- ron y de agua que la mezclaban con una mitad de agua del II la I”.- Así que el segundo viaje á Palaos tampoco tuvo buen éxito. En 1710, vuelta á la obra; se fletan dos buques, una balan- dra y un patache. La balandra que era la más chica hacía de capitana y el pa- tache de almirante. En la capitana embarcó el P. Bobadilla y en la almirante los PP. Duberon y Costel, ambos flamencos. La poca pericia del piloto de la balandra hizo que esta vara- se en el desemboque de San Bernardino y, áun cuando se per- dió, pudieron salvarse pasajeros y mercancías. Enfermó gravemente de disentería el P. Bobadilla, lo cual le obligó á quedarse en tierra, pero el patache siguió para Pa- laos con los PP. Duberon y Costel y el indígena con su mujer é hijo, que tan útiles habian de ser en la recalada. Pocos dias despues llegó el patache á la vista de las Palaos, pero el intempestivo celo de algunos marineros fué causa de que todo se malograra. Arrian un bote, entusiasman á los Pa- dres y á los indígenas (en todo unas 12 personas) á que se em- barquen en el bote y así lo efectúa sin embarcar agua mi ví- veres mi tomar precauciones de ninguna clase. Se pusieron á bogar hácia tierra, salta un violento chubasco, — 12 — se embravece la mar, el patache trata de hacer por el bote, pero á poco lo pierde de vista; el patache regresó á Filipinas y nunca se ha vuelto á saber nada de el bote mi de sus 12 tripu- lantes. vº- En 1711 se envian por cuarta vez nuevos misioneros. Eran los PP. Ignacio Crespo y Andres Serrano y el hermano Este- ban Banden. Desde Cavite salieron para las Palaos. Pero no llegaron á salir al Pacífico porque bajo un hura- can se fué el buque á pique sobre la isla de Marinduque, pe- reciendo cuantos le tripulaban. «Tantos accidentes sucesivos (aquí traduzco las mismas pa- labras del Padre), tantas empresas vanas en busca de las Pa- laos hicieron creer á los nuestros que aún mo habia llegado la época en que la Divina Sabiduría habia dispuesto la conver- sion de las Palaos. Durante 48 años mada se hizo en este sen- tido hasta que renovó las tentativas el P. Juan Antonio Can- tova enviado como misionero por la provincia de Milan. En 1729 el P. Cantova, se embarcó en Marianas en un pa- tache, el cual arrastrado por las corrientes y bajo un tempo- ral se perdió en una de las islas Filipinas, ahogándose todos con la sola excepcion del P. Cantova, el cual se dirigió á Ma- mila. Tantos desastres, tantas dificultades en encontrar á las Pa- laos fueron causa de que los españoles en Manila les cambia- sen su nombre por el de las Islas Encantadas. ¡Parecia como si el desgraciado Rey Carlos II el Hechizado hubiera comunicado á las islas que llevaban su nombre, la mala ventura que tuvo mientras vivió ó los males que acasio- mó á España despues de muerto Pero el P. Cantova no se acobarda, regresa á las Marianas y el 11 de Febrero de 1731 sale de Agaña para las Palaos acom- pañado del P. Víctor Walter, aleman. La embarcacion en que lleno de la fe que animaba á San Francisco Xavier se aventuró el P. Cantova, era un bote de 8 remos tripulado por grumetes, el patron era el mismo Padre — 13 — que por amor al prójimo había aprendido el arte de la nave- gacion. Despues de una travesía de 18 dias el viernes 2 de Marzo de 1731 descubrió el grupo de Palaos y en una de sus islas des- embarcó. Despues de tomar cuantas precauciones le sugirió su pru- dencia, comenzó á evangelizar. Cree el P. Cantova que los españoles llamaron á estas islas las de los Garbanzos. Considera el P. Cantova á estos salvajes como llenos de vir- tudes, dice que conocen muy bien el pudor, que las mujeres se bañan solas y separadas de los hombres, que nadie puede entrar en casa de un hombre casado despues de puesto el sol y que son humildes y pacíficos. El P. Cantova llamó á estas islas de los Dolores, por haber desembarcado en ellas el Viernos de Dolores. Segun cartas de un P. Jesuita de 12 de Mayo de 1732, las esperanzas halagüeñas de convertir á los Carolinos se desvanecen, á pesar de los esfuerzos de los PP. Cantova y VWalter. Por carta de este mismo padre, escrita desde Acapulco en 26 de Mayo de 1734, dichos ensayos han sido infructuosos. Gran esperanza se tenía de convertir á aquellos infieles, pero ésta se ha perdido por completo, porque el padre Cantova ha sido miserablemente asesinado en honra de la fe. ¡Ojalá (añade el P. Jesuita) que su sangre vertida sea como una semilla del cristianismo Su compañero el P. Víctor Walter quiso volverá Marianas, pero los vientos y corrientes lo condujeron á Manila. Más de un año tuvo que esperar el P. Víctor ántes que sus súplicas obtuviesen del Gobernador una oportunidad para re- gresar á las Carolinas. Por fin pudo embarcar en un gran patache que salia para las Mariamas. Casi al llegar maufragó, y con gran dificultad pudo librarse de la muerte el P. Walter. No se desalentó por eso, y con los restos del patache náu- — 14 — frago pudo construir una embarcacion, con la cual salió para Carolinas. Al aproximarse á la costa no observó señal alguna de cris- tianos, y sin aventurarse á desembarcar se esforzó, bajo otros pretextos, á que vinieran abordo algunos carolinos; consiguió su objeto, uno subió abordo, y el P. Víctor se lo llevó consigo, primero á las Marianas y luégo á Manila. Refirió que los eme- migos del cristianismo llamaron al P. Cantova para que fuese á otra isla (Mog-mog) con objeto de asistir á un enfermo, y que allí lo asesinaron, por estar las doctrinas que el padre predica- ba en desacuerdo con sus supersticiones y malas costumbres. Segun carta del P. Cantova, los carolinos son navegantes muy inteligentes; muchos de ellos explicaron al padre la si- tuacion respectiva de las islas, valiéndose de guijarros ó de granos de maiz. Segun sus explicaciones, las Carolinas se extienden desde el 6° al 11º de latitud Norte. Una de las islas está en la misma latitud que el cabo del Espíritu Santo en Samar. Los dialectos que en ella se hablan opina el P. Cantova que proceden del hebreo ó del árabe. El P. Cellius opina que esta raza no procede de los malayos, sino de los japoneses. En la primera hilera de estas islas se halla Catai. La principal de ellas es Hofgolu. Es mayor y más elevada que Guaham, y sus habitantes son casi blancos. Está situada en 9º 20’ lat. N., y unos 15”, ó sean 300 leguas, al E. de Guahan. La isla Yap, montañosa, pero fértil, es muy poblada y tiene más de 40 millas de bojeo. En lugar de pan usan el camote, que segun aseguró un carolino, su padre Coor, hombre noble y de los principales de la isla, habiendo sido arrojado por un huracan sobre una de las Visayas, un P. Jesuita les dió hospitalidad, vestidos, hierro y sobre todo la raíz del camote, que él llevó á su país y exten- dió desde luégo por el archipiélago, y es base de la alimenta- cion de los carolinos. — 15 — Ningun pueblo parece más digno de piedad, porque hasta ahora no han encontrado quien les guie por el camino de la salvacion, á que tanto se prestan. Viven sin el menor conocimiento de una divinidad, sin fe, sin religion, mi tienen supersticiones, que tan difíciles son de desarraigar á los que se trata de convertir. En cuanto á lo que se les dice de los buenos y los malos es- píritus, Dios y el diablo, creen ménos de lo que nosotros creemos en la mitología griega. Nada aciertan á responder cuando se les pregunta quién ha criado el cielo, la tierra y lo demás. Tienen sus fábulas algo análogas á la mitología griega, y acaso por eso los insulares miran muy mal al que pretende mirar á una mujer en el baño, temiendo no le suceda lo que á Acteon por haber visto á Diana. Miran al sol, la luna y las estrellas, como personas anima- das, é imaginan que hay reinos super-terrestres habitados por pueblos celestiales que viven en el aire como nosotros en la tierra. Por lo demás, no rinden culto alguno á tales personajes. Tampoco tienen mi ídolos, ni templos, mi sacerdotes, mi sa- crificios. Veneran algunos de sus muertos, que ellos creen han pa- sado de esta vida mortal á otra mejor. Hay hombres y mujeres que pretenden tener relaciones con los muertos, y avisan á los vivos cuáles de aquellos han ido á la gloria y cuáles al infierno. Los elegidos ó dichosos salen del cielo al cuarto dia para errar visibles en la tierra; en casa de sus parientes y amigos les llaman buenos espíritus é intercesores. Cada familia tiene uno ó varios, y á ellos recurren en sus peligros y necesidades, los enfermos les piden la salud, en la mar viento favorable, en la pesca mucho pescado, etc. Para obtener, ó despues de haber logrado algun favor de esa clase, suspenden cerca de la cara del jefe ciertos regalos. El pueblo de Yap es muy salvaje, es el más cruel de to- — 16 — dos (1734), honran con ceremonias supersticiosas al cocodrilo, bajo cuya forma representan al diablo (1). Los brujos y adivinos les hacen creer que son amigos de estos animales, y que está en su mano librarlos de ellos. La poligamia está muy esparcida por estas islas, y el Tamol ó Sultan es tanto más poderoso y considerado, cuantas más concubinas tiene. El de Yap, en esa fecha temía mueve. Así las mujeres como los hombres, pueden divorciarse, ob- servando ciertas reglas relativas á los bienes que aportan al matrimonio. Si la mujer es infiel, el cómplice del adulterio debe dar al marido un rico presente, pero si el esposo ofendido mo admite el regalo, puede despachar á la mujer. Una viuda con hijos sólo puede casarse con el hermano de Su marido. Generalmente arrojan los cadáveres en el sitio más agitado del mar; pero cuando quieren distinguir á alguno lo entierran, dentro de un féretro, en el interior de su casa ó bien erigen una especie de capilla en un sitio apartado, hecha de piedras, sin emplear mortero, y ponen sobre ella víveres destinados á alimentar el alma del difunto. Antes del entierro cubren el cadáver de un polvo amarillo oloroso, dan gritos de dolor y lloran con amargura; algunos se afeitan en señal de duelo los cabellos y la barba, que son el signo más evidente de nobleza. Una vez en el féretro, una de las mujeres pronuncia en alta voz la oracion fúnebre, en la que se celebran las cualidades del difunto, la belleza de su cuerpo, nobleza de su raza, su agili- dad en el baile, su dicha en la pesca, su valor en el combate. Termina la triste ceremonia por un gran banquete, despues del cual, todos los comensales no pueden comer ni beber hasta el siguiente dia. (1) Debe haber error. No se conoce al cocodrilo, ni existen en la isla rios en donde hubiese podido haberlos. — 17 — Sus juegos y diversiones se reducen á la natacion, el baile, tirar la lanza ó la piedra con honda. Se bañan tres veces al dia: ántes de salir el sol, al medio dia y al crepúsculo de la tarde, á cuya hora se acuestan. Las mujeres y los hombres se bañan en lugares separados y sin desnudarse del todo. No tienen ningun instrumento de música, y cuando bailan, que suele será la luz de la luna, delante de la casa del Rey, cantan lo mejor que pueden, y al compás de la voz agitan to- dos en cadencia la cabeza, los brazos, las manos y los piés, pero sin avanzar una línea del sitio en que al principio se colo- C3.I"OIl. Sus actitudes y movimientos son artísticos y agradables, se adorman la cabeza con flores y plumas ó plantas olorosas, y en las orejas usan zarcillos artísticamente tejidos de hojas de pal- mera, y en cada uno de los otros miembros, brazos, manos, pié, pantorrilla, tienen su adorno especial y característico. Despues del baile, el Rey, si no es demasiado roñoso, le re- gala á cada uno un pedazo de concha de tortuga ó de tela; lo levanta en alto con su propia mano y es posesion del que al salto lo alcanza. Las mujeres no tienen costumbre dé bailar: se sientan en tierra en dos filas, y luego empiezan á mover los brazos, la ca- beza y el cuerpo á compás de un canto dulce y monótono, que agrada mucho á todos. Los hombres se ocupan de la construccion de barcos para pescar, en recoger plátanos y legumbres y las mujeres cocinan los alimentos, tejen vestidos para ellas con la fibra del coco y de otras palmeras, tejen petates y ayudan á los hombres en la cultura del ñame. Para pelar, estirar, unir, coser las cortezas y fibras de los árboles, tienen herramientas de piedra. De hierro sólo las usa el Rey. Las otras artes, especialmente las liberales, las desconocen por completo, porque ni conocen el alfabeto, ni tienen libros mi maestros; acaso debe exceptuarse la astronomía, de la que 2 — MS — conocen cuanto puede serles mecesario ó útil para la nave- gacion. Antes de emprender un viaje echan suertes para averiguar si el viaje será feliz ó desgraciado; lo mismo hacen ántes de sa- lir á pescar. Para salir á pescar no llevan nunca víveres, pues creen que si llevan algo de comer ó de beber se les hincharian las manos, los piés y las pudendas. Respetan mucho á su Rey, á quien consideran á la vez como gran sacerdote, y del cual dependen en todo, así en las cosas temporales como en las espirituales. La sumision, el respeto, la obediencia que tienen á su jefe, es verdaderamente asombrosa. No emprenden negocio alguno sin besar ántes las manos y los piés del Rey; en su presencia inclinan la cabeza hasta la rodilla é inclinan el cuerpo como una bola, posicion que con- servan mientras están delante del Rey. Siempre que pasan por delante de la casa del Rey, hecha de tablones, adornada con pinturas y algo más elevada que las otras, dan las mismas señales de respeto, inclinando profunda- mente el cuerpo. Todas las tardes se reunen algunas jóvenes en casa del Rey, le cantan en voz baja hasta que el Rey se duerme ó las manda callar y retirarse. e Inculcan á sus hijos con la leche el más extraordinario res- peto á sus jefes, y toda falta de respeto sería castigada como uno de los mayores crímenes. Para obtener tanta consideracion y respeto, el Rey gobierna con ruda severidad. Habla muy poco á sus vasallos y siempre con seriedad. Da sus órdenes desde un pedestal algo elevado; los vasallos lo escuchan sentados en tierra. Los castigos suelen ser privarles de sus bienes ó desterrarlos á una isla extraña. Su mismo aspecto exterior inspira temor á los súbditos; por- que, contra la costumbre de la plebe, usa barba larga, se ador- ..»º º — 19 — ma lujosamente con flores y plumas, y suele usar una especie de manto, que llega de las espaldas á las rodillas. Las armas son la maza de piedra y la lanza, en cuya punta engastan una espina de pescado ó diente de tiburon. Nunca se sirven de estas armas en sus querellas particulares, que se arreglam por mediacion de una tercera persona y por medio de regalos, sino en sus cuestiones de pueblo á pueblo. La manera de combatir es muy curiosa. Se adelantan los enemigos formados en tres líneas. En la pri- mera van los muchachos, en la segunda los adolescentes y en la tercera los hombres hechos. Llegados unos á la vista de los otros, se adelantan un chi— cuelo de cada banda, y se empiezan á tirar piedras con la honda hasta que uno de ellos es herido ó huye. Continúan luego los jóvenes, y por último los hombres hechos. El vencedor entona cánticos de guerra. Hasta aquí lo extractado de las cartas inéditas de los padres jesuitas sobre el estado de las Carolinas en el año 34 del siglo pasado; no se ha de extrañar que en muchas cosas hayan va— riado las costumbres y modo de ser de estos naturales. ¿Se parece en algo el madrileño de hoy al de hace siglo y medio? V. Yap en Febrero de 1885, al ser visitada por el Crucero de S. M. «Velasco». En la imposibilidad de observarlo todo por mí en corto número de dias, distribuí el trabajo entre el segundo comandante y los oficiales. El primer grupo, compuesto de los tenientes de navío don José Romero y D. Arturo Marenco y el alférez de mavío D. Antonio Romero no han descansado un momento hasta averiguar cuanto se deseaba saber, — 20 — Los alféreces de navío D. Severo Lopez de Roda y D. Adolfo Navarrete han desempeñado su cometido á mi entera satis- faccion. Y el médico de este buque, D. Luis Cirera, con el contador D. Waldo Aranda han colmado todos mis deseos. Fácil tarea es coleccionar la rica cosecha de datos por dichos oficiales recolectados. 1.º Situacion. —Latitud.—Longitud, configuracion del país.— Clima.—Mareas, etc., etc. (1. 2. 7.) Corrientes. 1. Segun las observaciones hechas en el viaje, de San Bernardino á Yap y los datos facilitados por los capi- tanes mercantes establecidos en Yap , la corriente varía en la monzon del NE., tirando al SO. ú OSO.; su velocidad depende de la fuerza de la monzon, llamándose más al O. segun que se desatraca la costa de Samar; su fuerza entre 1 y 2 millas por hora. En la monzon del SO., la corriente tira para el NE., lla- . mándose al E. al acercarse á las Carolinas; su velocidad es menor que en la monzon del NE. Monzones. La del NE. se entabla de Setiembre á Octu— bre, rolando más al E. á medida que va soplando con más fuerza. La del SO. se entabla en los meses de Junio á Julio; segun los diarios de capitanes mercantes que se han podido exami- mar, puede admitirse como probable la siguiente tabla de vientos. Emero.—La décima parte, calmas y variables del segundo cuadrante; el resto es ENE. frescachon. Febrero.—Lo mismo. Marzo.—Los chubascos son más duros, pero la monzon aún fresca pierde algo de su fuerza. Abril.—La cuarta parte del mes calmas y variables del pri- mero y segundo cuadrante; á veces el viento sopla muy fresco. Mayo.—Lo mismo, pero más seremo el tiempo. Junio y Julio.—La décima parte calmas, y "/o variable del — 21 — tercer cuadrante muy sucios; los “/o restantes variables del primer cuadrante, pero bonancibles. Agosto.—Dos décimos calmas, el resto variables del tercer cuadrante muy sucios y duros, durando á veces las rachas á temporadas siete y ocho horas. Desde este mes empieza la época de los baguios que aunque mo muy violentos por ser éste el lugar donde macen, son temibles por la mucha mar que arbolan. Los meses de Junio, Julio y Agosto son los de lluvias con- tinuas. Setiembre y Octubre.—Sigue el tiempo lo mismo. A fines de Octubre termina la época probable de los baguios por más que á veces se han sentido algunos en Diciembre. Noviembre.—Dos décimos ventolinas, calmas del primer cuadrante; el resto NE. ó NE. % E. Diciembre.—Como en Noviembre; pero en los chubascos rola el viento más al E. En la isla de Yap desfogan en la monzon del NE. continuos chubascos con poca agua y mucho viento, siendo tanto más frecuentes cuanto más avanzada la monzon. Las lluvias continuas, desde mediados de Junio hasta prin- cipio de Agosto. En la monzon del NE. se siente poco la humedad; es escasa la evaporacion y no hay rocío; en la del SO. los dias de calma, mucho rocío y mucha humedad. Barómetro. Durante la permanencia del Velasco en Yap, las máximas barométricas de 764 á 761 y las mínimas de 761 á 759 correspondientes á estas últimas fuertes chubascos del ENE. Termómetro. La temperatura máxima, de 29º á 30”; la mínima, de 23° á 25º; diferencia de bola seca á bola húme- da, 1º. Mareas. Son regulares, siendo casi nulo el establecimiento de puerto; la diferencia de nivel en las grandes mareas de 5 % piés ingleses. Se ha observado y comprobado por lo que dicen los residen- — 22 — tes europeos y los naturales que en la monzon del NE., la bajamar tiene más agua de noche que de dia, y lo contrario en la monzon SO. Y Temblores. Los hay pero de muy poca intensidad y muy de tarde en tarde. LOS naturales los consideran como una especie de castigo de Dios. Rayos y truenos. Muy rara vez los hay; tambien los consi- deran como castigo de la divinidad. Puerto de Tomil. La corta permanencia en dicho puerto y la falta de instrumentos han hecho imposible la rectifica- cion de las inexactitudes que á primera vista se notan en el plano. Sin embargo, diremos dos palabras sobre este puerto. Segun lo observado á bordo y lo dicho por los habitantes de Yap para tomar el puerto: reconocida la isla Yap por su punta S., y dando el debido resguardo á la restinga que des- pide como al SSO., de 4 á 5 millas de extension, y á una pie- dra que sale como á unos 2 cables de la extremidad de la restinga, se gobernará á pasar cerca de los arrecifes de la costa SE., sin temor de que la corriente aconche sobre ellas, pues tiran para fuera en sus proximidades, rebasando la primera pasa, conocida en el plano con el nombre de mal canal (el cual no llega á la costa en la bajamar como equidistantes apa- recen en el plano), al demorar monte Buray al N. 20° O. (m.) y valizados por las piedras que velan á la parte O. del canal de entrada, se gobernará como al NO. % O. hasta la primera punta, que se gobierna al NO. % N., hasta estar al SO. de punta Rul, que se pondrá la proa á la isla Engmotch, entónces Se gobernará segun el fondeadero que se quiera tomar. 1." Para tomar el de Rul al demorar al SO. de punta Mellroi, se gobernará al ONO. y entre las islas y la punta se fondeará en 18 brazas de agua, fondo fango duro y madré- p0raS. ºs 2." Para tomar el de la isla Engnotch se gobernará al dejar el canal de entrada al NNE., y al estar cerca del arrecife que — 23 — cierra el puerto por el SE., se fondeará en 21 brazas. Este fon- deadero sólo es aceptable en la monzon del NE., porque el buque no borneará; conviene fondear con dos anclas. 3." Para tomar el fondeadero de Guiman se gobernará desde el camal á buscar la punta E. del arrecife de Engmotch, y al es- tar al E.-O. con la isla y un poco desatracado de ella, se gober- mará al O. % NO., y al demorar al S. % SO. se fondeará en 24 brazas con dos anclas, por estar próximos los arrecifes de Punta Tunking. 4.” Para tomar el fondeadero de Danguea, una vez E.-O. con la isla Engnotch, se gobernará al N. á pasar entre los arrecifes de punta Maru y al S. de la isla Tarrang, y al estar tanto avante con el muelle de esta isla y próximo á su parte SO., se fondeará en 16 brazas de fondo. Al pasar entre los arrecifes de punta Maru y los del S. de Tarrang, hay que cuidarse de un bajo que no vela en la plea- mar y que se encuentra aislado en la enfilacion de la isla Obi con el monte Buray. ak 5.” Para tomar el fondeadero de la ensemada NE. se go— bermará despues de rebasada la isla Engnotch al N., hasta que, demorando al SE. la isla de Obi, y ya zafos de su arrecife, se gobernará al NE. para librarse del bajo que se ha dicho existe en la enfilacion del monte Buray é isla Obi, y rebasada la punta S. del arrecife de Tarrang, se gobermará al N. fondeando, ántes de llegar á los corrales, en 18 brazas. Al E. de esta isla, Tarrang hay un bajo de 5,5 m. Si aún se quisiese entrar más adentro, pasando por entre los corrales hay 14 brazas de fondo, y al descubrir entre isla Impackel y Punta Mercedes el pueblo de Togu, se puede fom- dear en 12 brazas. Como los arrecifes y bajos fondos se distin- guen desde las cofas á buena distancia, debe enviarse á la de proa una persona inteligente y de buena vista. El puerto de Tomil está abierto al E. %. NE. y SSO. por las puntas Tomil y Rul, es bastante abrigado y, aunque lleno de bajos, es de bastante extension. Desde punta Yaam (lugar en donde están los cementerios de Rul y de Lames) á punta Rul hay un estero que se intro- duce bastante al SO. con poco braceaje; desde ésta, á punta Mellroi, corre la costa casi al N., formando el abra de Rul; toda esta parte está unida al arrecife O. del canal de entrada hasta el sitio que ocupa Mr. Freidlander, comisionista aleman, en donde hay 12 brazas cerca del muelle. Entre punta Mellroi y punta Rosita se interna un estero, que primero corre al O. y luego al N. con poco braceaje. De punta Rosita á punta Cármen hay un pequeño fronton, como hácia el N. % NE. y como al E. % NE. se encuentran las islas Rosa, Blelatsh y Engmotch, en cuya enfilacion fon- deó el Velasco. Seis son las islas que contiene el puerto. Al ENE. de la bahía la isla de Obi sin habitar; es tradicion que antigua- mente la ocuparon los españoles. Geología. 2. La isla de Yap parece que debe su orígen á un levantamiento del suelo submarino. En las capas más elevadas se encuentran capas sedimenta- rias de rocas, cuyos planos de estratificacion están en un plano casi vertical, y corren casi en direccion NE. Rodean toda la isla arrecifes de coral, cuyos detritus han ido ensanchando la superficie de la isla. Suelo industrial. 3. No puede decirse el valor del suelo en dinero, porque la moneda no tiene curso en Yap. El único producto que se exporta es la nuez del coco seca, conocida en el comercio con el nombre de Copra. De ésta se extraen anualmente, como término medio, 1 5U0 t. inglesas, aunque el año pasado no pasó de 500, por haber sido muy escasa la cosecha. En los meses de Enero y Febrero de este año tienen ya re- colectadas y listas para embarcar las cuatro casas de comercio que monopolizan el negocio unas 600 t. Las casas de referencia son: 1.° Hernstein & C.” de Hamburgo, con estaciones en Ulici, Panope, Palaos y Yap; agentes en Yap, Mr. Robert Friedlander. 2.º Handelo & Pantagin, con estaciones en todas las is- — 25 — y las principales del grupo de las Carolinas; agente en Yap, Mr. Adreus Spiezo. 3.° David O. Keef, irlandés, súbdito inglés, comercia por su cuenta en Yap, Palaos y S. Davis. 4.º Mr. Holcomb, súbdito americano, manda el pailebot, de su propiedad Bartola, y trafica por su cuenta en las Caro- limas y Palaos. En 1884 entraron en Yap 23 buques con un tonelaje de 4.500 t. En los meses de Enero y Febrero de 1885 entraron 5 buques Con 1.081 t. Yap produce tan poca madera para construcciones, que hay que importarla de otras islas del grupo. Suelo cultivado, granos, cereales, frutos. 4. La zona de los cocos en Yap es una faja que rodea la isla de una anchura de % á 1 km., y que produce además de las 1.500 t. de copra que se exportan, la mo pequeña cantidad que consumen los 1.200 habitantes de la isla para su alimentación y la de los cerdos domésticos que existen en gran número, y á los que cuidan mucho. No se cultiva cereal alguno. El arroz no ha podido aclimatarse, aunque lo han pretendido con empeño. \ Parece que el maíz se habia de dar bien, pero no lo co- ll OC62Ile Se da en gran cantidad y de muy buena clase el camote, así Como ñame, ube, gabe, papaya, piña, macupa, plátanos de diversas clases, caña dulce, fruta del pan, ó sea rima, y el al- mendro tropical. Aunque se aseguraba que la única tierra vegetal era la ocupada por los cocos, el hecho no es exacto, pues en la subida al monte Buray por los oficiales del Velasco, estos han podido Comprobar que el suelo está formado de excelente tierra negra, Cubierta de una hierba grasa y abundante, propia para el ga- mado vacuno. Hácia el centro de la isla dicen que existe una llanura que — 26 — llaman el Desierto, pero no se ha podido determinar su exis- tencia mi condiciones. Hidrología. 5. El sistema fluvial de Yap es muy sencillo como era de esperar, dada la corta extension de la isla. Las partes N. y central las recorre una pequeña cordillera de poca elevacion, cuyas vertientes distribuyen la lluvia en la parte baja de la isla. s Las filtraciones son escasas, así es que escasea el agua cuando pasa algun tiempo sin llover. Los maturales hacen pequeñas presas ó lagunetas para cul- tivar el gabe (tara de los ingleses). No hay pozos, pero parece fácil construirlos en la playa; mo es raro que no los haya, pues los naturales apénas usan para nada el agua dulce. ---" Fauna.—Animales útiles y dañinos importados ó indígenas, 6. Existen en Yap (importados) el cerdo doméstico, la cabra (la odian los naturales por lo dañina que es á los sembrados), el perro y el gato. Natural de la isla no hay más cuadrúpedo que la rata; existe además el panique, palomas de diversas variedades, iguanas, lagartos, tortugas desde la de carey á la verde, y variedad de mariscos comestibles. Habitantes.— Poblacion. 7. El número de habitantes de Yap es de unos 1 200 próximamente, y como la extension de la isla es de unos 150 km”., sale á pazon de 13,33 habitantes por kilómetro cuadrado. En Bélgica (censo de 1880), sale á razon de 482 habitantes por milla cuadrada; en Rusia, á razon de 10; en España, ára- . zon de 84; en la República Argentina, á razon de 3. Pertenecen á la raza malaya, aunque no dejan de encon- trarse algunos del tipo de Baltak, ó sea de la segunda Subdi- vision de dicha raza. El cabello liso en unos y ondulado y rizado en otros, pero de color negro mate, largos, mo gruesos y abundantes en ge- meral; tienen poca barba y poco bello en las demás partes del Cuerpo. — 27 -a- La frente elevada y ligeramente inclinada hácia delante. El occipital aplastado, vertical, y no sobrepasa la línea del cue- llo, los pómulos algo salientes y la cara casi tan ancha como larga. Ojos grandes y negros, mariz regular, mo achatada como la de Filipinas, boca grande, labios gruesos, dientes teñidos de negrO. En ambos sexos se tatuar con dibujos que llaman la aten- cion por lo perfectos. El lenguaje es sonoro, agradable y de fácil pronunciacion para los españoles. Aptitudes. Son aficionados á la pesca, su robustez y docili- dad los hace aptos para toda clase de trabajos. Son en general holgazanes, sin duda por su carencia de necesidades. Cualidades y defectos morales. Faltan con frecuencia á su palabra, mienten, suelen no ser formales; pero efecto de su carácter apacible y apático, desconocen las pasiones violentas. LENGUA Y DIALECTOS. Vocabulario y frases.— Escritura y numeracion. 8. Care- cen de numeracion escrita. El sistema de numeracion verbal es el décuplo decimal, y su formacion es como sigue: las nueve unidades simples, las tres primeras decenas y la cincuentena, tienen nombres propios, las restantes se forman anteponiendo á la decena (ragag), las unidades de primer órden y las cauti- dades intermedias por adicion. La primera centena tiene nombre propio, y las nueve res- tantes y las cantidades intermedias de un modo análogo á las decenas. No saben contar más allá de mil. NUMERACION. M Tarek. 4 Anin-guih. 2 Lagarú. 5 Lal-lé. 3 Dalip. 6 Nil. —- 28 — 7 Meidilip. 30 Goyeí. 8 Meiruk. 40 Aminguig-ragag. 9 Merep. 50 Uguien. 10 Ragag. 60 Nil-ragag. 11 Ragag-telek. 100 Re-hay. 20 Rulí. 4 000 Buin. Vocabulario, escritura, frases. No conocen la escritura, los extranjeros residentes en Yap han formado vocabulario escrito; el idioma parece momosilábico. Cuando son vocales las letras adyacentes de dos sílabas con- secutivas, se rompe la union prosódica de la palabra sobre la vocal primera con una pausa brusca, como si les faltara respi- racion. ¿ Eso se indica aquí con un guion. Por ejemplo: ta-aren = nosotros. La o y la e casi nunca se pronuncian como en español, sino son sonidos intermedios, nasales ó guturales. La v y la f es muy difícil diferenciarlas en el sonido, así como en ulfade=suavemente-divel = canto. La ll no la conocen ó la pronuncian como los andaluces, v. gr., cayer = llorar. Tienen la ng tagala de sonido gutural-nasal, V. gr., siguping- amdar. Tambien confunden la d y z, cuya pronunciacion es la de una z de lengua gorda, emitida explícitamente. SUSTANTIVOS Y ADJETIVOS. A. B. Amigo = Olag. «. Baile = Tru. Armas = Dilug. Boca = Lanam. Agua (lluvia) = Nú. Bote (I) = Boat. Arbol = Reis. Barba (pelo) = Rob. Arrecife = Na-ak. Brazo = Paak. ...” — 29 — Brujo = Lanat. Betel = Cabuy. Benga = Abú. Bueno (I) = Fel. C. Cañon = Cá fun. Cuchillo = Ian. Cal = Guet. Casa = No-on. Cristal = Cirik. Calle = Güa. Carbon = Teren-udos. Cinturon de guerra = Fagal. Canto cantan = Dovel. Corral de pesca = Aet. Cielo = Daranú. Collar = Ruok. Combate = Trramp. Cabeza = Luguen. Cuerpo = Quen-inava. Cabello = Pí. D. Dientes = Agolem. Dinero = Metaf. Dios = Pin-one—Machi-Machi. E. Estrellas = Tuf. Extranjero = Arre-verré-verré. Estero = Min-ni. Embarcacion del país = Mú. E". Fuego = Nevi. Fuerte = Vo-guel. Flaco = Gualre-quites. G, Gordo = Bogá. Gallina = Numen. HI. Hacha = Arratangon. Herida = Mesey. Hierro = Gasdi. Hermano = Ulaquek. Euevo = Facanene. . L. Luna = Pulí. Lengua = Azek. Llanto = Cayor. MI. Malo = Maqueref. Mar = Dai. Manos = Rufuruf. Madres = Titenak. Muerto = Quí-in. Mujer = Pipin. Madera = Reu. Monte = Tep. Metal = Cobre. Muelle = Gabiat. N. Niña = Buejel. Niño = Pitor. Nariz = Peiziu-rek. Noche = Que-nep. O. Ojos = Antem. Orejas = Teilin. — 30 — P. Rayo solar, luz = Gurre-guerre. Padre = Titamak, Rey = Pilum. Pierna = Ek. Pescado = Nig. S. Pájaros = Arrté. Sueño = Moll. Parro = Pilis. Piedra = Fé. Sombrero = Armak. Sangre = Arretá. Plátano = Pan. Sol = Taid. Piña = Noon-or. e Pobre = Cafugó. T. Pendientes = Guien. Pulseras = Lacayak. Peineta = Ru-aí. Puerto = Berrao. Palma = Bu. Triángnlo = Ey-orror. Tabaco = Siguer. Taparrabo = Vegui. Timor = Madus. R. V. Rico = Ririamataf. Vestido = Mad. Risa = Minimin. Viento = Emfrú. Redondo = Trrua. Vianda = Tómas. Regalo = Pi. Verdad = Riul. VER B O S. A. C. Andar = Reyen. Acostarse = Moll. Apagar = Metor. Acabar = Canio. Aturcar = Motriliguir. Amarrar = Mak. Cazar n = Manemong-arrté. Comer = Mecoy. Cortar = Midep. Comprar = Paluaun. Comerse = Mo-gro. Caer = Candal. B. Beber = Mamung. D. Bajar = Metan-abut. Buscar = Mègai. Dar = Pí. (Bajar subir) = La mereg-(Cá es Doler = Com. ilú). Dormir = Corro-mol. — 31 — E. Empezar = Das. Encender = Car-ra-raí. Encender = Mopoí. Fº. Formar = Boil. G, Gritar = Tolul. HI. Hablar = Neilzim. Huir = Milk. Ls. Levantar = Tulan. Llorar = Cayor. MI. Mirar = Mugoí. Mentir = Telofenlequen. O. Oler = Taravan. Oir = Aburan-ek. P. Pescar = Menomung—nik. Pelear = Mol. R. Regar = Mili. Reir = Minimin. Romper = Mutar. S. Soltar = Mo-ok. Subir = Metan-alan. T. Traer = Puv-ok. Tejer = Milifit. Tocar = Mozac-ak. Trabajar = Murruel. V. Ver = Camugoy. OTRAS PARTES DE LA ORACION. Yo = Igay. Tu = Igur. Nosotros = Tá-anen. Mio = Tomak. Tuyo = Faman. Suyo = Tomas-chaman. Bien = Fel. Mal = Maqueref. Dentro = Langun. Fuera = Heng. Mañana = Cabul. Ayer = Tanag. Anteayer = Fa-palá. Hoy = Catatul-nei. Arriba = Alau. Abajo = Abut. Mucho = Pirá. Poco = Botú. Si = (Faarrí). No = (Volrey) Taarri. Despues = Volrey. Antes = Cacarof. Más = Tabugafok. — 32 — ¿Cómo se dice? ¿Cómo te llamas? ¿De dónde vienes? ¿Qué quieres? ¿Para qué sirve esto? No sé. Apaga el fuego. Ven acá. Toma. ¿Quiero? ¿Quién eres? Me gusta. Gracias. ¿Por dónde iré? ¿Dónde vas? Por aquí. Espera. Adios (despedida). Camina despacio. ¿Qué es eso? Luego vendremos. ¿Tienes hambre? Traeme mañana. Te daré mañana. Tendré mañana. Es verdad. Vete. El cuchillo sirve para cortar. La cara del rey. Yo quiero. ¿En dónde está? En casa. ¿Qué traes? ¿Cuándo vienes? Muchas veces. Me alegro. Dame esto. Dime. FRASES. ¿Maan an firi aun? ¿Minim-ti-tinan? ¿Bu—u? ¿Maan fau-ran ? ¿Maan fau-ran? Tagoman. Metoí laramp. Aboi. Vis. ¿Garacai? ¿Igur meni? Gacdak. RCurun-ren. ¿Calan an gun? ¿Miniming-ang? Calan an ará. Minim i num. Guarram. Taarí-papaí. ¿Maan ará? Baí—ip batabok. ¿Taare coquien? Pecan-arai-cabul. Pi inous. Cavaí-cabal. Sorron. Gonan. Tabugafi yar rog ngome. Noon teberre pilum. Pin ogin. ¿Manga bayó? Bun orok. ¿Manga bayok? ¿In agará mó? Atain mab et. Cafalanok. Gubes chonci. Mumun-menguh. — 33 — No hay predominios de los vocablos agudos sobre los es- drújulos y viceverva; los graves abundan y se observan algu- mas palabras de tres sílabas que tienen dos acentos periódicos como en Dá-ra-mí.—Cielo. De aquí resulta que la palabra no es vibrante pues la sono- ridad de la primera vibración, se apaga con la otra. Cualquier persona con mediano oido y disposicion para el estudio de las lenguas, podría, ántes de seis meses entenderse muy bien con los habitantes y escribir una gramática que fuese de utilidad para los que desearan aprender dicha lengua. Usos y costumbres. Yap. Saludos. 9. No tienen demostra- cion especial, pero suelen al llegar junto á una persona y al despedirse pronunciar la palabra girarak, abur ó babul, hasta mañana. Pruebas de amistad. Parece que no son ni muy dadivosos mi demasiado expresivos. Pero al decirse amigos suelen cru- zarse sus dedos índices por sus caras palmares. El beso, sea familiar, sea lúbrico, es como en Filipinas una aspiracion nasal, aplicando la mariz á la parte besada. Pactos y juramentos. Los pactos son de palabra y sin tes- tigos. No juran, lo cual les evita el perjurio, y suelen faltar á su palabra; pero, si en prueba del qumplimiento de una promesa, dejan en poder de uno el canasto del buyo, del que nunca se separan, jamás faltan á lo prometido. Hospitalidad. Son hospitalarios á la manera de los taga- los, dan de comer y sitio donde dormir á todo el que lo so- licita. Venganzas. Aunque de carácter pacífico, cuando se ven ata- cados en su honor, matan si pueden, al que los ha ofendido, quedando la familia del difunto en la obligacion de vengar esta muerte con otra, cadena que se interrumpe ó queda en el pri- mer eslabon, si el ofensor paga al ofendido la cantidad que éste exija en piedra moneda, en Cúrcuma (que es la semilla tintórea del biaca orellana que los tagalos llaman achuete ó concha de caray). Cuando no pueden vengarse del ofensor, se vengan cortando sus cocos. — 34 — La venganza la suelen tomar á traicion; no se conoce el duelo que tampoco conocieron los romanos. Robo. Parece que no deja de ser frecuente, pero el rey los castiga (si son de alguna importancia), con la pena de muerte. Rapto. Es muy frecuente entre pueblos vecinos. A queja de la parte agraviada, satisface el raptor con dinero. Epigamia. No tienen para usar de la mujer otra restric- cion, sino la de que ha de ser púber; el hombre ha de tener alguna cantidad para entregarla á los padres de la futura, cos- tumbre que fué de los romanos como lo demuestran las arras. Eacogamia. Pueden tomar mujer lo mismo en su pueblo que en otro cualquiera, aunque jamás pueden ser nacidas en su pueblo las mujeres de las casas grandes ó Comunes, pues estas han de ser precisamente de pueblos extraños, de suerte que son endogamos y escogamos para el matrimonio y exclusi- vamente eacogamos para sus goces lúbricos con las hetereas ó sacerdotisas de Venus, que viven en las casas grandes. Poligamia. Lo general es que los hombres tengan una sola mujer, se dan casos de dos y algunos muy raros de tres. No parece que por esto se ofende la primera mujer, ántes bien mira á su compañera como un refuerzo para las labores de campo; los casados tienen tambien derecho á las mujeres de la casa grande de su barrio. Poliandria. Existen en cada pueblo varias casas grandes (unicagá) una de cada barrio á los que van los hombres casa- dos y los solteros á pasar el tiempo y á dormir. En dichas casas, tienen como propiedad común algunas, mujeres, como ántes se ha dicho forasteras. Como los hombres suelen ser de 20 á 30 y 6 ó 7 las mujeres, no podría llamársele á esto po- liandria, pues su organizacion no se parece en mada mi á las Casas de meretrices de Roma, mi á las famosas mancebías de España, ni siquiera á los bateauac-afleur d'eau de los chinos ni las casas de té de los japoneses. En todas estas partes se pagaba á la mujer, no así en Yap. Celibato. Es desconocido entre ellos. sº Compra de la mujer-Dote-Boda. Tres puntos que casi con- — 35 — funden, porque el hombre cuando pretende á una mujer, para nada cuenta con la voluntad de ella, sino con la venia de los padres que se la expresan aceptando los regalos ó admitiendo la cantidad que se le ha de entregar, y luégo sin más ceremo- nias se va la hija á casa del movio. En el caso de pretender la mujer para que habite la casa grande, es más cara la compra, así como cuando algun hom- bre quiere tomar por mujer para sí propia alguna de las de la unicagá, lo cual mo es tan raro como en nuestras ideas pu- diéramos suponer. Castidad-Fidelidad conyugal. La castidad como virtud no la conocen. Los niños de ambos sexos desde la edad de 4 á 5 años van ya á la casa grande donde á cada niño le señalan una miña y hacen allí el aprendizaje para el matrimonio. La unicagá es un gran salon con piso de tablas sin ningun compartimiento mi retretes. Las casadas se consideran como propiedad del marido y sólo en ese concepto son castas, pues cuando el marido ordena á su mujer que se entregue á alguien ya sea por precio que éste haya recibido ó por otra razon, la mujer nunca protesta. Si ausente el marido la mujer se entrega á otro, ella misma se lo suele referir al marido el cual no se venga sino del poco generoso galan. Sólo cuando se fuga con éste la repudia. s Preñez y parto. En los últimos meses del embarazo no ssale la mujer á los trabajos del campo. Pare sentada en el suelo, é inmediatamente despues se da un baño de mar, luégo con la cria se va á pasar unos dias á una casa especial que en cada pueblo existe, y en la que no pueden entrar los hombres. Están despues en sus casas treinta dias sin trabajar y vuel- ven á sus tareas ordinarias. En la casa ántes nombrada, pasan los dias críticos todas las mujeres del pueblo. Lactancia. La madre lacta á sus hijos, á los que cuidan con mucho cariño. Casi de recien nacidos los enseñan á be- -é — 36 — ber, por un canutito hecho de hoja de gabe, el agua de coco. Veneracion á los ancianos. Hasta que estos no han comido. no comen los jóvenes. Locos é idiotas. Existen en muy corto número y se burlan de ellos. Enfermedades. Parece que es frecuente la disentería, la tísis y las fiebres; no existe la lepra ni el venéreo, pero el mé- dico D. Luis Cirera ha visto algunos casos de escrofulotedes. No existen médicos mi medicinas, aunque usan ciertas ho- jas para curar las heridas. Enterramientos. Tienen los cadáveres de seis á doce dias en la casa; luégo en cuclillas los meten en un cesto enterrán- dolos sin ceremonia alguna. Cubren la fosa de piedras cons- truyendo una meseta rectangular de 0,30 m. de altura en las sepulturas más sencillas; en las de más lujo tiene la dicha me- seta 1 ó 2 m. de altura con cinco ó seis grados de inclinacion. Tienen cierto respeto supersticioso á las sepulturas. Higiene. La higiene individual está en el mayor abando- no, puede decirse que están reñidos con el agua. La separa- cion de las mujeres durante el período catamenial y durante los loquios, tiene algo del Veto Mosáico, pero se ignora si ha- cen allí algunas abluciones. s Ideas, creencias, religion. 10. Parece que llaman Machi- machi á su divinidad cuya maturaleza segun se ha podido de- ducir de sus oscuras explicaciones es poderosa, pero cruel y autora de todos los cataclismos y males que padecen, por lo cual sus preces sólo se encaminan á aplacar su ira, casi siem- pre producida por crímenes ó delitos comunes aquí, pues p0- dría creerse que sus dogmas encierran alguna moral. No tienen imágenes pero sí algunas representaciones de ciertos atributos de Dios, hácia el cual sienten temor supers- ticioso, el árbol del balete, por ejemplo, cuyas ramas y tronco no deben desgajarse ni herirse so pena de que caigan sobre el pueblo los rigores celestes; no es fácil afirmar si todos los ba- letes son sagrados ó tan solo uno de ellos colosal que existe en un pueblo. — 37 — Cierto dia fueron los oficiales del crucero Velasco á visitar el único establecimiento religioso de que los naturales daban razon; despues de mucho caminar, por entre bosque espeso, llegaron á un claro en cuyo centro se levantaba una chocilla en forma de pirámide triangular que parecia el techo des- prendido de un bajai dividido trasversalmente en tres com- partimientos todos vacíos. En uno de los frentes habia una piedra pesada de forma irregular, y en el otro una pila formada de cortezas de coco, que procedieron de los cocos consumidos por un santon que guardaba este recinto sagrado, y que fué ahorcado por haber hecho un robo en cuadrilla á uno de los europeos establecidos en Yap. Cuando este lo capturó dijo aquel que lo habia vencido por- que tenia más Machi-machi que él; parece pues que Machi- machi es sinónimo de pudor. Debajo de la piedra mencionada, no hay excavacion ni nada visible; cuando los reyes quieren castigar al pueblo, levantan la piedra, y al momento la tierra tiembla y el mar sube hasta los pueblos. Si acaece naturalmente alguno de estos fenómenos natura- les soplam en un caracol, para aplacar las iras de Dios, pero ninguno de ellos se acerca jamás al recinto sagrado ni mucho mémos se atreve á levantar la piedra, y el guia que acompa- ñaba á los oficiales, no quiso aproximarse y daba señales de supersticioso temor. Al lado de esta piedra está el balete sagrado. Creen en la inmortalidad del alma; los espíritus de los ma- los van á la isla de Palaos á buscar moneda, y en general andan por las noches vagando por los bosques comarcanos, los de las mujeres muertas de parto vuelven á sus casas por la noche y arman mucho ruido agitando puertas y ventanas. Otra de sus supersticiones, es la de que creen que existen unos barotos fantásticos presagios de algun asesinato Ó Castigo, y que se desvanecen al acercarse á ellos. Trajes y adornos. 11. 1.º Los hombres van desnudos con — 38 — un taparrabos de tela de diversos colores, ó bien hecho en el país de fibras vegetales, en su color ó teñidos. Las mujeres sólo usan una especie de saya corta ó tomelete de hierbas ajustado á la cintura, y su largo viene á ser hasta la rodilla. En general, llevan ambos sexos la cabeza descubierta, pero los hombres usan para ir á la pesca unos sombreros á seme- janza de los que usan los moros en Joló. 2.” Hombres y mujeres se taladran las dos orejas al cum- plir los seis ó siete años, y de ellos se cuelgan los hombres grandes zarcillos de avalorios, coral, careys; tambien suelen taladrarse la termilla de la mariz, pero mo hemos visto que en ese sitio usen algun adorno. Los hombres suelen llevar al cuello collares de cristal, de avalorios ó hechos de ciertas conchas; pero las mujeres sólo usan una especie de trenza vegetal teñida de megro. Tambien los hombres se adornan los tobillos con ciertos adornos de palma tejida, usan pulseras hechas de caracoles y unos cinturones adornados tambien con caracoles. El tatuaje es muy comun, de un color verdi-negro y con dibujos muy curiosos y bien acabados; los hombres prefieren tatuarse en el pecho y piernas, las mujeres los brazos y las (13, Il OS, El peinado de los hombres es de varias clases, unas veces rizado y flotando sin ningun arreglo; otras encrespado por la frente y recogido luego en un moño ó castaña detrás de la cabeza; se adornan con una peineta de madera ó caña en forma de abanico, cuyo instrumento lo usan tambien como peina. Las mujeres llevan el cabello recogido en dos bandas, de- trás de la cabeza ó encrespado á la Niñon. Generalmente no se pintan, pero á veces las mujeres se pintan de amarillo las palmas de las manos, la garganta y el pecho. No usan insignia alguna que pueda indicar su posicion SO- cial, pero los que no usan peineta parece que son esclavos. — 39 — El complemento del equipo del hombre lo forma una cesta que llevan en la mano izquierda y de la que nunca se separan, la cual contiene los componentes del buyo, una cañita delga- da, que contiene un pedazo de la médula de un árbol, que les sirve de yesca, con un pedazo de hierro para eslabon y una piedra de pedernal; por último, el hombre lleva siempre so- bre el hombro derecho una azuela que le sirve para sus traba- jos de campo; casi todos llevan una yagua sobre lo que se , sientan en el campo. Armas. Consisten en hachas de piedra ó de huesos de pes- cado, lanzas de madera dura montadas en bambúes delgados, y otras terminando en dientes de tiburon. Hoy conocen las armas de fuego modernas, y tienen mu- chas de ellas. Alimentacion. 12. Los principales alimentos son de ube, coco, gabe y camote. Las cocinas están en unas chocitas cerca de las casas; en un hoyo que hacen en el suelo, encienden la lumbre con la yesca y el eslabon. El fuego se alimenta con leña ó con bonote de coco, sobre él colocan sus cazuelas hechas de un barro colorado que abun- da en Yap, y envueltas en hojas de plátano ó de arbusto, cue- cen el tubérculo, pescado ó marisco con agua en abundancia. Aunque abundan las gallinas y los cerdos, que son de muy buena raza y engordan con almendra de coco, en general no comen esas carmes que sólo cuidan para vender á los europeos pero no tienen contra ellas preocupacion ninguna. Para tomar sus comidas colocan la cazuela sobre un plato de madera, con un pie de un palmo de alto y que viene á servir de mesa; los comensales en cuclillas se colocan alrede- dor y comen con los dedos como los tagalos. Frutas existen las de los climas tropicales y son á ellas aficionados. Su bebida principal es el agua de coco. No tienen bebida alcohólica indígena y prefieren los vinos suaves á los alcoholes. — 40 — El único estimulante es el betel del que abusan en extremo; tambien fuman mucho y mascan tabaco; aunque crece alguno en la isla, generalmente es importado. Cada familia tiene cerca de su casa una plantacion que les da lo suficiente para subsistir y para tener cambios con los europeos. «y Jº Habitaciones. 13. Son de madera, de formas artísticas, y las que como todas las que se construyen en Filipinas, gravi- tan sobre un basamento de piedra menuda más ó mémos elevado, siempre lo bastante para evitar la humedad. Los techos son de mipa y las paredes de caña delgada ligada con un cordelillo de fibra de coco (mo tienen bejuco) trabajo de muy bonito aspecto. Las ligaduras que dan á las vigas y á sus empalmes son tambien de cuerda de coco y muy primorosas. La forma del techo es de dos vertientes, siendo los perfiles de los frentes algo parecidos á las proas de los pancos chinos; en su interior tienen algunos compartimientos de madera y caña para guardar sus efectos, armas, etc. En la mayor parte de las casas sólo vive una familia; al lado de la choza grande hay otra más pequeña para habitacion de la mujer ó mujeres é hijas solteras, las cuales siempre viven aparte. e Tienen otra pequeña choza para cocina y algunos tienen otra para secar la almendra del coco. Cercada con cañizos y rodeada de cocos, algunos plátanos y una cochimera, forman en Yap la habitacion de una familia. Las calles son senderos ó calzadas de piedras colocadas con arte y no son rectas, sino que siguen las sinuosidades necesa- rias para ir de unas casas á otras. \ Existen algunas plazoletas en las que colocan piedras en forma de losas en posicion casi vertical como el respaldo de una silla en las que parece se sientan los hombres á charlar. Género de vida. 14. Las mujeres labran el campo, cuidan el gabe, crian á sus hijos y cocinan. LOS hombres son muy aficionados á la holganza y á la vida — 4l — º social, tienen sus reuniones en las plazas, análogas á los an- tiguos mentideros, así como ciertas casas en donde tienen mujeres y en donde se reunen á la hora de la siesta y por la noche. Tienen sus fiestas que celebran con bailes en el que toman parte hombres y mujeres, pero no se ha podido averiguar las épocas mi las causas de dichos festejos; parece ser que se pre- paran para la guerra con grandes bailes que duran toda la noche. La vida política es muy sencilla. En cada pueblo hay un vejezuelo ó cacique que tiene dere- cho de vida ó muerte sobre sus súbditos y administra justicia, castigando con pena de muerte el asesimato y el robo. Las ejecuciones que son en una horca, las suele hacer un verdugo de aficion que hay en la isla y al que llaman los caciques cuando necesitan sus servicios; pero si se trata del asesinato de un infdígena, los parientes de la víctima hacen el papel de verdugo. s Entre los ochenta y tantos caciques de la isla, siete son los más poderosos, pero su categoría y título (Pilum) es el mismo. Organizacion doméstica, social y política. 15. Existen en Yap tantos reyes Pilum como aldeas; esto es, unos ochenta, los cuales aunque al parecer no se diferencian de sus vasallos, ejercen autoridad sobre ellos. Existen dos castas; la libre y la esclava; parece ser que esta proviene de prisioneros hechos en guerras con otras islas; los hijos de los esclavos lo son á su vez; su trabajo es para el dueño; no pueden llevar peineta como los hombres libres. Servicios públicos. 16. Las calles están muy limpias y bien cuidadas. Existe una red de calzadas bien construidas que unen á unas aldeas con otras. Industria. 17. Construyen bien sus casas y sus canoas, cultivan sus campos, recolectan y secan el coco, construyen cuerdas y algunos tejidos para uso doméstico, del bomote del * . — 42 — $ COCO y tambien cordeles para aparejos de pesca; de estos he- mos visto uno de cabello de mujer; fabrican cal para el buyo de las conchas y madréporas, hacen redes, velas para sus ca- noas y sus hachuelas para los trabajos de campo. LOS europeos aquí establecidos tienen criados indígenas á los que pagan en efectos de tres á cinco pesos mensuales; las mu- jeres no se han dedicado hasta la fecha al servicio doméstico. Comercio. 18. El comercio exterior de Yap consiste en el coco seco (copra) que obtienen los compradores á cambio de armas blancas y de fuego, telas, hierro y otros efectos. Comercio interior puede decirse que no existe, pues casi todas las familias tienen sus sembrados y cocotales de lo que se alimentan. Los caminos que unen á unos pueblos con otros de la costa son notables; son unas calzadas de piedra dura de formas regulares; su anchura es de 1,50 á 2,50 m. elevados sobre el piso de 60 á 70 cm., sin duda para que sean transitables en la época de las lluvias torrenciales. El centro de la isla está despoblado; no tienen caminos que atraviesen la isla mi tampoco conocen el ganado propio para el acarreo, ni clase alguna de carro ó carreta; todo el tráfico Se hace por la vía marítima. La moneda la constituyen unas piedras circulares Con un taladro en el centro y que varían desde 20 cm. de diámetro hasta un metro. Con esta piedra, que es muy dura, en forma de piedra de molino, y que se importa de las islas Palaos, satisfacen al Rey su tributo, comprando la misma autoridad pequeñas para Sus sembrados. 4 Los pesos que hoy usan son los ingleses. Medidas; como tales pueden considerarse unos canastos hechos de yaguas que son los que les sirven para vender el COCO S62CO. Las compras y ventas, que casi siempre son á plazo, se hacen por medio de pacto verbal, pero el rey de cada aldea garantiza á los europeos que se cumplirá el contrato. — 43 — Literatura. 19. Como no conocen la escritura, su litera- . tura es verbal; parece que se reduce á dos clases; una popular en el idioma del país, reducida á coplas amorosas, cantada siempre, y en algunos casos bailable, y otra elevada en idioma extranjero (dialecto de la isla Olep cerca de las Maria- mas) compuesta de cantos guerreros y canciones fúnebres para acompañar danzas del mismo género. Los oficiales del Velasco presenciaron un baile acompañado de canto, pues no conocen los instrumentos de música. Fué como sigue: Se formaron en fila cinco hombres con el cinturon de guerra ceñido; el que llevaba la voz se sentó á un lado á la manera oriental; á una señal empezó á salmodiar una cancion monótona que no carece de dulzura, haciendo pausas á inter- valos como si marcara estrofas de igual duracion; los otros seguian el compás y como si á todos los impulsase el mismo resorte, ejecutaban movimientos simultáneos sin salir de su emplazamiento y con lentitud; estos movimientos eran giros á derecha é izquierda, genuflexiones y levantamiento de bra- zos, pasos de avance y retroceso, todo con una mímica varia- dísima. Uno de los pasos más característicos de este baile lo hacian adelantando una pierna al frente á la vez que iban bajando el cuerpo con lentitud con el brazo derecho extendido hasta tocar la tierra con el dorso de la mano, quedando en la posicion de un chiquillo que coge un trompo que ha hecho bailar; volvian despues á erguirse con gran ceremonia y compostura; así al inclinarse como al erguirse le seguian los movimientos nece- sários de la mano con mirada reconcentrada y cara descom- puesta, y por ese estilo son las diversas pantomimas de baile. Los finales de las estrofas los ahogaban con gritos salvajes ó aullidos guturales y fuertes palmadas en los muslos, brazos ó pectorales. Clases de buques. , 20. No usan más clases de embarcacio- mes que la piragua, la cual está construida en su obra viva de una sola pieza formada de un árbol ahuecado, y luego como — 44 — hacen los moros con las vintas del S. de Filipinas, tienen tablas ajustadas con trincas de fibra de coco ó plátanos dados y cala- fateadas sus costuras con musgo y masilla de cal y aceite. Sobre la falca llevan una plataforma de madera ligera ó tejido de varitas de bambú sobre la cual suben los tripulantes; de uno de los costados sobre la falca salen horizontalmente dos varas largas unidas por sus extremos de afuera y á ellas va hecho firme una barquilla de madera dura que les sirve de batanga ó contrapeso. La vela, que suele ser de mipa toscamente tejida, ó de tela fabricada de la fibra del plátano, es de forma de abanico y trabaja sobre una cabria de dos bordones que se inclima más ó mémos sobre la proa por medio de vientos de cuerda de coco. En ambas proas llevan las piraguas altos tajamares muy voleados, lo que les da un aspecto muy airOSO. Gobiernan sin timon y hacen uso de una ú otra proa; por eso les basta con una batanga. No son muy pescadores los de Yap; el pescado que consu- men lo cogen en corrales de piedra; pescan tambien á cordel y prefieren á todo esto como más fácil el pescar con cartuchos de dinamita. Permaneció el crucero Velasco en Yap desde el 26 de Febrero al 8 de Marzo de 1885, con lo cual ya se deja enten- der que muchas de las observaciones anteriores mecesitan confirmacion unas y aclaraciones otras. El 8 de Marzo salió para el puerto de Koror en el grupo de Palaos. GRUPO DE PALAOS. VI. El paquete Antelope de la famosa Compañía de la India in- glesa capitan H. Wilson, que salió de Macao el domingo 20 de Julio 1783, se perdió en los arrecifes del grupo de Pa- laos bajo un temporal el 10 de Agosto. A pesar de la fama de crueles y de ladrones de que disfruta- ban los maturales encuentran en éstos la acogida más ca- riñosa. Valiéndose de uno de los tripulantes, el portugués Tomás Rosa, que hablaba malayo, y de un máufrago malayo que ha- blaba la lengua del país, pudieron los ingleses hacerse com- prender. Segun el capitan Wilson ellos eran los primeros eu- ropeos que veían. El 26 de Agosto el capitan Wilson, en vista de la relacion que el rey Abadul le habia hecho de la isla Orulong, izó en ella la bandera inglesa que afirmó con tres descargas de fusi- lería, en señal de toma de posesion por el pueblo inglés. El rey de Palaos los ayuda á la construccion de un buque con los restos del buque náufrago, confía al capitan Wilson su hijo Lec-bu que llevan á Macao y de aquí á Lómdres con idea de educar al jóven en la religion cristiana, pero tiene la des- — 46 — gracia de ser víctima de un ataque de viruelas malignas y en un lujoso mausoleo, construido á expensas de la Compañía, lo entierran en una parroquia de Lóndres. Todo esto consta en un curioso libro en folio de 400 páginas ilustrado con buenos grabados: un ejemplar de la tercera edi- cion de dicho libro hemos visto en poder del rey actual. El li- ibro se titula. «An account of the Pellew islands, from the journal of Cap- tain Harry Wilson who in 10 August 1783 was there Shi- pwrecket in the Antelope a packet belonging to the Honorable East India Company, by George Keate. London. Printed, for Captain Wilson and sold by G. Ni- col bookseller to his majesty. Mr. H. Pall-Mall, 1789 III Edition. 3 Muerto el principe Lec-Bu la Compañía de la India orde- mó que uno de sus buques tocara en Palaos para dar tan triste noticia al Rey, y envió muchos regalos, entre otros, unas pa- rejas de ganado vacuno cuyas crias han subsistido en las Palaos hasta que en 1876 acabaron con los últimos toros los oficiales de la fragata de guerra alemana Hertha. Teniendo á la vista el libro ántes citado, y con lo obser- vado por los oficiales del crucero Velasco en una permanem- cia de trece dias en Koror haciendo uso de un intérprete in- glés y dos tagalos residentes los tres en Palaos desde hace veinte años, pueden aceptarse como comprobados los datos siguientes: Situacion. Rectificacion del plano.— Clima.— Mareas, etc. 1. Lo dicho sobre vientos, corrientes, monzones y lluvias para la isla Yap es aplicable á las Palaos. Parece que hay algo más de rocío y son mémos frecuentes los temblores. La temperatura es algo mas alta, el barómetro se ha mante- mido á una altura media de 762 á 764, la máxima con chubas- cos duros del N., 15 de Marzo, la mínima el 21 que saltaron los variables del 2.º cuadrante. Las mareas son regulares; la diferencia de nivel es de — 47 — 1,60 m. de dia y 1,25 m. de noche, llegando en las sizi- gias á 1,85 m. Los arrecifes que rodean este grupo no están bien situados, especialmente los de la parte S. Al reconocerlo por el E. Se ha de tener en cuenta que al ENE. de Malagagayos, y como á 13 ó 14 millas de la costa, hay un bajo, no situado en las cartas y que por lo achubascado del día en que recala- mos no fué posible reconocer, pero su existencia no admite dudas. Tambien está mal situada en la carta la ensenada de Mala- gagayos, pues debe estar en una abra del arrecife á 10 millas al S. del cabo Artingol. Para encontrar el canal del puerto Koror por la parte del E. debe atracarse el arrecife á corta distancia, y despues de pasar su parte mas saliente á la altura de la isla Koror y demoran- do abierta la punta NO. de Uruktapel y la SO. de Arracomel meter á estribor y gobernar á la voz de una persona de muy buena vista colocada en la cruceta; pasado el canal (que es muy angosto) se gobernará al NE. poco más de un cable y despues al N. á buscar las 20 brazas N.-S. con isla Alfonso y demorando el muelle al O. % NO. El puerto de Koror está formado por las islas Olupenkel al NE., Malakal al O. y Uruktapel al S.; es muy abrigado y sus bajos como los de Yap fáciles de valizar pues en el puerto los vientos duros no arbolan mar. La entrada, como depende de la claridad con que se han de ver los bajos, sólo puede efectuarse con el sol de espalda. Es muy fácil hacer la aguada, que se hace junto al muelle de Malakal, en un manantial de agua cristalina, que algunos creen medicinal. El plano del puerto levantado en 1862 por el Master Greve— ner es inexactísimo, pero no ha sido posible corregirlo por falta de tiempo y de instrumentos. El paso entre la isla Olupre y otros islotes para ir á Koror, Siempre es posible para los boles pequeños, áun en la bajamar de las grandes mareas. Geología. 2. La mayor parte de los 200 islotes que for- man el grupo de las Palaos, parecen como de basalto; en mu- chos de ellos se forman caprichosas grutas llenas de estalac- ticas y estalacmitas. º En casi todos estos peñones, á pesar de carecer de tierra ve- getal, aparece una vegetacion tropical que les da la forma, visto desde el mar, de camastillas de flores. Los naturales de Yap recogen cierta clase de piedra, que trabajan en forma de piedra de molino, y usan en Yap como moneda. Suelo industrial. 3. No produce, mi con mucho, tanto co- pra como Yap. Así es, que aunque fértil y susceptible de producir tabaco, arroz y otros productos tropicales, á causa de lo pocó poblado de este grupo, puede asegurarse que sus principales exporta- ciones son el balate, carey y la piedra moneda. No hay europeo alguno establecido, pero los que lo están en Yap explotan tambien estas islas. Suelo cultivado, granos, cereales, frutos. 4. Se da el arroz, pero en corta cantidad. No cultivan el camote, á que no son aficionados, mi la ca- labaza. Como mo tienen bueyes mi carabaos, desconocen el arado, de suerte que introduciendo esos rumiantes, y en vista del mucho terreno limpio que en la isla de BabelZuap existe, parece que daría buen resultado el cultivo, en mayor escala, del 3.II'OZ. Dr Sería muy útil introducir el maíz para la cria de sus cerdos. Hidrología. 5. No existen rios. En la época de las llu- vias abundan los manantiales, algunos de los cuales no se- agOtan. Fauna. 6. Como en Yap: sin embargo, hasta hace muy poco han tenido vacas y aún tienen cabras. Tambien han tenido hasta hace pocos años, unos caballos. Tanto los caballos como las vacas, procedían de un regalo — 49 — hecho al rey Abadul por la Compañía de la India inglesa en 1785. Habitantes, poblacion, etc. 7. Este grupo está despobladí- simo. Acaso no lleguen á 1 200 sus habitantes, y como ocu- pan una extension cuatro ó seis veces mayor que en Yap, es mucho mémos poblado. No alcanzo á comprender las causas, pero es indudable que sobra aquí terremo para los emigrantes. Son los habitantes de la raza polinesia algo más claros de color y más guapos que los de Yap. Son tambien algo más aseados. Muy dóciles, hospitalarios, obedientes á su rey y mémos holgazanes que los de Yap. Lengua. 8. El sistema de numeracion es decimal. Las mueve unidades simples tienen nombres propios. La decena tiene dos nombres, el primero es propio de ello, el segundo para sus compuestos y derivados. No cuentan más que hasta mil. Las cantidades intermedias se forman por adicion casi siem- pre, pero en algunos casos se cometen pleonasmos como se verá en el cuadro: 1 Aban. 60 Ogolon. 2 Orun. 70 Oguid. 3 Odú. 80 Ogai. 4 Oan. 90 Og-itin. 5 Oin. l00 Abast. 6 Malon. 200 Orun-dast. 7 Uid. 300 Edel-dast. 8 Yai. 400 Onal-dast. 9 Ytin. 500 Eimel-dast. 10 Magot Fruyos. 600 Eldom-dast. 12 Fruyos magairum. 700 Emit-dast. 13 Fruyos maga—odú. 800 Eail-dast. 15 Fruyos magain. 900 Ytin-dast. 16 Fruyos maga-ild. 1000 Fruyol-dast. 30 Ogdei. — 50 — SUSTANTIVOS ADJETIVOS. A Arbol = Agarragá. Amigo = Zacalic. Abuelo = Agadil. Agua-dulce = Real. Agua salada = Daop. Amarillo = Bebrulo. Agua de coco = Cusa quel ábos. Armas = Calo codoc. B. Bueno = Maniel. Blanco = Pegelelen. Brazo = Caimac. Boca = Nagarie. Barba = Arenuc. Buyo = Cabuy. Blando = Magay-Sagot. C. Casa = Pilai. Idem grande comunidad = Bai. Culo = Ian-az. Cuerpo = Calacadal. Cabeza = Azulin. Cuello = Canlil. Cejas = Zomoyogut. Cabello = Cayol. Cesto = Cadip. Caja = Quinal. Cobarde = Matnisco. Coco = Leos. Coco duro = Macas leos. , Coco = Mungur Leos. Cocina = Acap. Camisa = Tuloc. Calle de pueblo = Cadas isa bulo. D. Dios = Acalid. Dia = Melones. Dientes = Un-gabe. Dedo = Cad-ngalil acaimal. Duro = Maduc. E. Estrellas = Abdug. Esclavo = Adil. Extranjero = Aragat. Enfermo = Marac. Embarazada (en cinta) = Adiol. Espalda = Ameguce. Embarcacion indígena = Al bai. E". Frente = Arreguice. Fuego = Ngnaro. Fusil = Puyos. Fuerte = Buduc. G. Gabe = Cucaro. Gato = Cacir. Grande = Clon. HI. Hermano = Gudelu. EIerida = Dulebig. Bambre = Son aran-aran. Hombre = Rizacal. Hoja = Lil. — 5l — isla = Cocal. L. Luna = Buil. Ligen = Arumur. Largo = Camangal. Ladron = Morogon. Laura = Pusus. ¿Lengua = Canrac. Ll. TLluvia = Gul. MI. Mar = Au samal. Monte = Caren. Madre = Dalak. Mujer = Andil. Muchacha == Arrdil-gubil. Muchacho = Laral ngalac. Mano = Calmelik. Muerto = Delip—marac. Miedo = Madac. Memoria = Omin apletui. Mitad = Abilu-el. Malo = Mant-it. N. Noche = Clevesci. Negro = Cadeloquele. O. Orejas = Dimac. Rº. Padre = Cadam. Pueblo = Buló. Pájaro = Carem. Perro = Pelis. Puerco = Babi. Pescado = Ni-iquel. Palma de coco = Duira leos. Palo = Carcar. Pechos = E'ut. Pequeño = Guerequci. Pescador = Cadai mai. Plato de madera = Boi corracal. Poco = Bai agavel. Pierna = Cogmic. R. Rayo = Adrunik. Rio = Comoaqui. Rey = Abadul. S. Sol = Sdrills. Sangre = Rasay. Sable = Calipul. Sepulcro = Matancal. Sueño = Magai-gaic. T. Tierra = Palú. Terremoto = Adsine. Tiburon = Caden. Tabaco = Adgó o. Tuba = Camadce. V. Viento = Iolt. Viejo = Cadol-socal. Viejo = Cadul-arrdel. Verde = Malamane Valiente Pa— qoci. — 52 — ADVERBIOS. Mañana = Cluguc. Hoy = Caibagan. Ayer = Caitisip. Dentro = Casid. A. Andar = Marril. Amarrar = Sonri. Apagar = Dogni. B. Beber = Meclin. Bajar = Menestin. Bailar = Mil-il. C. Cortar = Zabogai. Comer = Mang-an. Comprar = Mamagar. Caer = Monlon. Cantar = Mein-Aade. Cazar = Memura. Comer = Camis. Cambiar (trocar) = Mamagar. Cocer = Marag-an. D. Dar = Bascao. Dormir = Mubat. E. Encontrar = Ronar. Enojarse = Cavad. Escuchar = Oisen. Fuera = Agiril. Lejos = Earogot. Cerca = Diemit. VERBOS. Fº. Firmar = Mologó. G. Guardar = Porté. HI. Hablar = Molocoi. L. Levantarse = Maquis. Ll. Llorar = Limun-al. M. Morder = Omang. N. Nadar = Man-igai. Negar = Olocobai. P. Pelear = Ruc. Pedir = Pestac. Pensar = Diluma. Pescar = Porocai. Parir = Ngo-magail. Pegar = Calobedi. — 53 — R. Robar = Bubac. Reir = Ogorogor. Romper e Matomal. Respetar = Rubac. S. Subir = Melam-iac. Salir = Pedric. Sentarse = Guici. ¿Cómo se dice Palaos? ¿Para qué sirve esto? Sirve para trabajar. ¿De dónde vienes? Vengo del monte. Vengo de tierra. ¿Qué haces? Partir un coco. ¿Cuándo vienes? Pronto, mañana. ¿Sabes subir al monte? Sí. Ve delante de mí. Guíame. No me atrevo. Tengo miedo. Trae gallina mañana. No puedo. ¿Me das esa peineta? Sí, toma. Vete. Entra. Sal afuera. Trae fuego. Trae agua para beber. Yo voy. Saber = Madung-ai. Soplar = Dagni. T. Trabajar = Muru-fadal. Tirar = Oi-tu. V. Vender = Oltrao. jº FRASES. ¿Aromdel-tial-klalo? ¿FCan-ilu ureguer? FCeeledel—amentré. ¿Ecaim lar? Mura caro-man. Akanlara-ablú-lenus. ¿Ngaca-murú? Melana- asusen-ser. ¿Mec-rmoi ugará? Morocadam. ¿Reus modini morse rapan ? Adan. Merti. Mobenquei. Diacam-me. Ae-madac. Mu-amal-megluque. Dicume. ¿Augar mon sang? Adam mem sang. Murai. Tuó ra calsil. Murá agivil. Matal ngas. Mai ral-ac inclem. Angac murolon. — 54 - Voy á pescar. Angue-mura acai. Voy á bañarme. Angue-mura ang. Trae aquello. Mei-gan. Voy á comprar un cerdo. Ae mamacar á babi. Buen tiempo. Mainil arac. Buen corazon. Ongil arangul. Vamos á comer. Quita mangá. Vamos á dormir. Quita mibat y maari vai. Usos y costumbres. * 9. El saludo y las pruebas de amistad, exacta y puramente en un todo como en Yap, áun cuando es—. tos parecen más afectuosos y expansivos. Hospitalidad. Tienen justa fama de ser muy hospitalarios. La conducta de estos naturales con los náufragos del Ante- lope fué, usando las mismas frases del capitan Wilson, aten- ta, cortés, cariñosa, desinteresada y llena de verdadera deli- cadeza. A la hora de la despedida pobres y ricos dieron á los ingle- ses cuanto tenían y con frecuencia refrenaban su natural cu- riosidad por no molestar. Estaban ajenos á las pasiones que excitan ambicion y á los cuidados que la riqueza inspira. Todos parecian satisfechos, COn Sul Suerte. Nada que se oponga á esto han observado los tripulantes. del Velasco. Rapto. Parece frecuente entre pueblos vecinos, llevado á. cabo por los soldados invasores, que consideran el botin como. propiedad comun. Las mujeres robadas habitan los cuarteles ó casas de los soldados, siendo en tiempo de paz ellas las únicas que las viven. Son estas casas verdaderos burdeles á la manera que en Yap. Estas mujeres suelen regresar á su pueblo natal cuando son viejas. «és No dan importancia alguma á la castidad; tratan á la mujer — 55 — como á cosa, y ellas no suelen disponer de su persona, sino los padres ó maridos si son casadas. Religion. No parece que tengan culto externo; sin embar- go, delante de la casa del rey y en otros lugares tenian una especie de casita de madera elevada sobre pilares de madera, cerrada con llave y dentro de la cual encerraban un canasto con buyo. El rey actual es muy escéptico y se rie de esto y no permite que haya en Koror, como hay en otros puntos, acalido ó gran sacerdote. Este es consultado por todos y de sus oráculos viven bien en Artingol. Pero áum sin templos mi rito es muy probable que adoren á Dios. Ello es que tienen algunos principios excelentes de moral. Son laboriosos (en relacion con sus necesidades), industrio- sos, benévolos, en los momentos de peligro enérgicos, en la desgracia sufridos, en la hora de la muerte resigmados. ¿Es posible reunir estas condiciones morales sin alguna es- peranza de vida futura? La palabra supersticiom es muy lata, y aunque muchos sos- tengan que es hija de la ignorancia, sin embargo, mo se con- cibe sim que tenga muchos puntos de contacto con alguna re- ligion. La gente de Palaos cree en dias prósperos y adversos, en maderas y piedras de buen ó mal agüero, en la influencia del diablo, en el mal de ojo y en la segunda vista, como creen muchos ingleses ilustrados en la mala sombra del viernes para embarcarse; los franceses en mo comer trece á la mesa; los españoles en mo casarse en martes; los italianos en la jet- tatura; los yankees en los rappin - Spirits; pues, en cuanto á supersticion, nada pueden echarles en cara los pueblos civili- zados á los salvajes. Creen que los hombres malos cuando muerem se pudren en la tierra y que los buenos vuelan al cielo en donde se vuelven hermosísimos. Trajes y adornos. Usan los hombres el mismo taparrabos — 56 — de tela que en Yap; no usan collares y los zarcillos son mu- cho más pequeños ó bien se colocan en el agujero de la oreja yerbas y flores. Se peinan de un modo análogo, pero la peineta es mas pe- queña y mémos vistosa, y como pulseras usan la primera vér- tebra de cierto pescado que introducen en la muñeca con gran dificultad. El uso de esta pulsera es signo de aristocracia y de riqueza: la que usaba el rey Abadul habia costado unos 200 peSOS. Las mujeres usan una saya corta hecha del bonote del coco que peinan con unos dientes de hierro. Dicha saya se compo- ne de dos á modo de delantales, que, sujetos á un cinturon, colocan uno delante y otro por la espalda pendientes de la cintura, las tiñen de amarillo con cúrcuma. Usan poco de pulseras ó zarcillos, y se tatúan con profusion en brazos, manos, piernas, empeine y muslos; los hombres se tatúan mémos. Suelen las mujeres teñirse el cuerpo con cúrcuma, así como las palmas de las manos. Los hombres se tiñen la cara para sus bailes guerreros; en el pecho y en la cara formando rayas verticales, en la frente y mejillas, adornándose además para esta diversion con hojas verdes de palma que colocan en la cabeza, pecho y brazos. Las armas indígenas son la lanza, de unos doce piés de lar- go, terminada en forma de harpon y acabada á veces en un diente de tiburon ó en la espina dentada de la cola de la raya. Suelen arrojarla á unos 50 ó 60 piés de distancia. Usan tambien la azuela, que les sirve para mil usos diver- sos, y que llevan sobre el hombro de un modo característico. Es tan propio de estos naturales el uso de la azuela en esa forma, que habiéndose querido fotografiar al rey Abadul, des- pues de estar ya ante el objetivo del lente, se levantó, y como quien ha olvidado algo muy importante, fué á su casa por la azuela, que colocó en el hombro con cierta elegancia. Usan todos un canasto tejido ya de coco, ya de la fibra del plátano, en el cual llevan el buyo, los útiles para encender el — 57 — fuego, tabaco, el peine, la navaja, la cuchara, hecha de con- chas de marisco ó de carey. Abadul llevaba siempre un cu- bierto de plata á la europea. Las peinetas las hacen de madera de naranjo y ébano. Los anzuelos que usaban en el siglo pasado eran de concha de carey; los aparejos de fibra de coco tejida ó de cabello hu- mano, y los petates sobre que dormian eran tejidos de la fibra del plátano. El rey Abadul dormia sobre uno de estos petates, usando dos almohadas con sus fundas y un abrazador á la mänera filipina. Al lado de su cama ardia el fuego del hogar, cuyo humo se adheria al techo por carecer de chimenea; tenía gran- des tinajas llenas de miel, sacos de balate seco, y debajo de la casa, como á una braza, una bien poblada cochinera ó za- hurda. No se debe extrañar esto si se recuerda que al hablar Homero del palacio de Ulises, mos habla del monton de estiér- col en donde dormia el fiel perro Argos, cuyo monton de es- tiércol mo faltaba en el palacio de Píramo. En vez de plato suelen usar una hoja de plátano; la nuez del coco les sirve para beber. Tienen ollas y cazuelas de barro para calentar el agua, cocer el pescado y ñame, etc., etc. Las escobas las hacen con bastante ingenio del bonote del coco; el agua la conservan en bombones de bambú. Ya desde 1783 utilizaban la concha de carey, que abunda mucho en las Palaos, y habian descubierto el modo de mol- dearla, haciendo cucharas y pequeñas bandejas en forma bas- tante elegante; tambien hacian y hacen zarcillos y pulseras de carey para las damas de la aristocracia. No conocian, sin embargo, el modo de pulimentar el carey. Habitaciones. En general son de madera y bambú, eleva- das como medio metro del suelo, sobre harigues de madera dura; las paredes son de caña cortadas á tiras y rebatidas al exterior, con una especie de palma; los pisos de bambú. No son tan grandes como las casas de Yap, pero en cambio están mucho más acabadas. — 58 — Tienen algunos edificios públicos todos de madera, con ex- cepcion del techo, que es de palmas. Cada casa abriga una sola familia, pero no tienen los cerca- dos que usan en Yap. En otros edificios grandes, que llaman cuarteles, viven en colectividad las mujeres públicas, propiedad de los sol- dados. Las calles están empedradas. Alimentacion. Usan poco más ó mémos los mismos alimen- tos que en Yap, pero usan mucho más el marisco y el pesca- do, y no suelen comer el camote. Para los utensilios de cocina suelen usarlos de procedencia europea; pero tienen ciertos platos ó tinajas de madera con im- crustaciones de mácar ó carey que no carecen de cierto mérito , artístico. Usan una bebida hecha con agua, melaza y jugo de limon, de un sabor bastante grato; no tienen bebida alcohólica indí- gema, y abusan del betel y del tabaco. A su comida ordinaria, ñame y coco, añaden á veces ciertos dulces, á los que son muy aficionados, y hacen un jarabe del jugo que destila la palma del coco. Hay tres clases de dulces: el primero y que más abunda lo hacen del coco raspado, mezclado con el jarabe ántes nombra- do; lo ponen al fuego, le dan punto y luégo lo ponen á secar en hoja de plátano seco; se pone durísimo. El segundo se diferencia del primero en que emplean la al- mendra del coco entero sin raspar, y el tercero es una especie de dulce de almíbar claro y trasparente; éste lo hacen de la raíz de tapioca. *...e. El pescado lo cuecen en agua salada y lo mismo los cangre- jos (que abundam y son muy sabrosos) y mariscos. Estos los suelen tomar crudos con jugo de limon. No tienen sal, pero la aprecian mucho. En las comidas beben el agua del coco cruda y rara vez agua, y son, por lo general, muy sobrios. Género de vida. La vida doméstica es igual á la de Yap: lo — 59 — mismo que allí, la mujer es la que cocina, cuida de la casa y de los hijos y ayuda á los trabajos del campo. La organizacion política es algo más complicada que la de Yap. Hay un rey que es el que manda y gobierna; pero uno de los hermanos de éste, bajo el título de Aracoco, lo suS- tituye. Hay un Consejo de diez principales, entre los que se cuen- tán los jefes del ejército y el primer ministro. Hay dos reyes principales en Palaos, el de Koror y el de Artingol, al N. Se levantan al alborear, y en seguida, tanto hombres congó mujeres, se bañan en agua dulce. Los baños de los hombres están muy separados de los de las mujeres, y no les está permitido á los primeros acercarse al baño de las segundas, cosa tanto más de extrañar, cuanto que estando desnudas las mujeres, con la sola excepcion de la saya corta, no parece que obedezcan al impulso de curiosidad que lleva á los europeos á ver bañar á las mujeres en las playas de Trouville ó de Zarauz. A las ocho de la mañana almuerzan; despues suele tener el rey Consejo con los principales y la plebe va al trabajo; á me- dio dia comen y poco despues de puesto el sol cenam. Dos horas despues se acuestan; pero los dias de fiesta sue- len pasar bailando la noche entera. Averiguan la hora por la altura del sol y de noche por las estrellas. El año lo dividen en dos estaciones: seca y húmeda. Comercio, productos, etc. Visto este grupo desde el mar parece lleno de colinas cubiertas de arboleda; pero en el inte- rior, aunque hay algunos cerros, los valles son hermosos y pintorescos. El suelo parece muy fértil y produce hierba á propósito para el ganado vacuno. La Compañía de la India inglesa, entre otros presentes, re- galó á Abadul I un toro y una vaca. Como los naturales mo los comian se multiplicaron mucho, áun cuando los vendian ó re- — 60 — galaban á los buques europeos, y en 1883, reducido el rebaño á gran número de toros, sin ninguna hembra, los oficiales de la fragata de guerra alemana Hertha los mataron á tiros. El suelo no tiene valor en dinero, puesto que este no lo hay en el país; pero aunque parece que existen grandes exten- siones de terreno, propias para el cultivo del arroz, tabaco, maiz, etc., exceptuando las pequeñas siembras de ñame y ube en los alrededores de Koror, los demás están sin roturar; en cuanto á los grandes grupos de islas é islotes del E. de Ko- ror, todos de formacion volcánica y cubiertos de bosque impe- metrable, no son susceptibles de cultivo. El único mineral que se encuentra en ciertos valles, tiene algun parecido exterior con la galena, y no habiéndose podido analizar á bordo, se llevarof á Manila algunos ejemplares con dicho objeto. En algunas cuevas calizas se han visto manchas de filtra- ciones que por su color parecen de óxido de hierro. Se extrae una especie de sílice que, labrada en bloque de diversos tama- ños, se exporta á Yap, en donde hace las veces de moneda. Aunque no parece que abundan las maderas preciosas, se han visto algunos árboles de guayacan, lanete y algunas va- riedades de acacia, entre ellos el sibucao, que usan para hacer tintas negras y azules. Hoy los productos principales de ese grupo son el carey y el balate; de este último algunos años se han exportado más de 400 t. º El arroz se da bien en Koror, pero los naturales mo se dedi- can á su cultivo, aun cuando les gusta tanto como á los fili- pinos. El coco se da bien en todas las islas, y años pasados se ex- plotaban cantidades considerables de copra, pero parece ser que un tifon hubo de destruir los cocos de tal suerte, sobre todo en Koror, que hoy es insignificante la especulacion. En Koror han hecho nuevas plantaciones que aún tardarán diez ó doce años en dar fruto. Abunda el árbol del pan y los demás árboles tropicales in- — 6l — cluso una fruta llamada avian en el país y que parece ser una variedad del duvian. Emplean mucho el buyo, pero usan la nuez verde, al contra- rio de los filipinos, que la usan seca. Sistema político. La organizacion política en Palaos difiere algo de la de Yap. Hay varios reyes que ejercen verdadera soberanía, pero los dos más importantes son Abadul en Koror, y Araclay al N., en Artingol, siendo los otros feudatarios de éstos. No existe la esclavitud, pero sí las castas que pudieran por analogía llamarse nobleza, clase media y estado llano, tan homdamente separadas unas de otras como pueden estarlo en Rusia. Gobiernan estos reyes aconsejándose con la nobleza que se reune en unos grandes edificios ad hoc que llaman la casa de los Consejos. Tambien tiene gran influencia con los reyes el Acalid, que es una especie de auguró gran sacerdote, que suelen explotar á las gentes, haciéndolas creer en su correspondencia con los espíritus. En Koror, despues de la muerte del último Acalid, ocurrida hace algunos años no se ha cubierto la plaza, pues el actual rey Abadul no permitió que la ocupase uno que se presentó como enviado divino con ese objeto. En la familia, la mujer es atendida por el marido, con quien comparte hasta los más rudos trabajos del campo. La poligamia está permitida, pero es poco frecuente en Ko- ror, donde es muy comun el divorcio. La prostitucion está organizada. El rey tiene robadas algunas mujeres de las tribus veci- mas, y estas mujeres son para el uso de los soldados (casi en su totalidad solteras) y para los forasteros que lo solicitan del rey. Lo más extraño, es que estas mujeres después de robadas son como una propiedad del rey, sin que intenten rescatarlas los pueblos despojados; y á tal extremo llega este respeto que — 62 — con frecuencia se les concede licencia temporal de la que nunca se exceden. *ºv El rey administra justicia, y sus rentas se componen de las multas impuestas y de una cierta parte que le corresponde en todo cambio ó venta; rara vez ordena la pena capital, pero es árbitro de imponerla, y en esos casos la ejecucion la hacen los soldados á lanzadas ó á tiros de fusil. Hace bastantes años fué ajusticiado un antecesor del actual rey Abadul por imposicion del comandante de un buque de guerra inglés; pues parece que los naturales, instigados por el rey, habían asesinado á un capitan mercante inglés. Aún se puede ver delante de la casa del rey un túmulo de piedra, levantado por los indígenas como recuerdo de este hecho. El adulterio lo castigan los maridos injuriados, pero han de pagar cierta cantidad al rey por la justicia que á sí mismos se hacen, esta multa munca es grande áun cuando hayan muerto los adúlteros á manos del marido. En las solteras no es delito grave el coito, y el adulterio lo consideran como una travesura propia de muchachas jóvenes. Casadas y solteras obedecen al rey y á los maridos cuando las mandan entregarse á los forasteros, lo cual parece hacen de bastante buena voluntad, recordando aquellas escenas de la hospitalidad hebráica de que nos hablan las santas escri- fU l'aS. Cuando alguna mujer de la familia real contrae matrimo- mio es dueña absoluta de su marido, puede hasta darle muerte sin más que decirle al rey la causa de su determinacion. El matrimonio ordinario se verifica pidiendo á la movia des- pues de hacer á los padres ciertos regalos, y llevándola luego á su casa sin más ceremonia. Los hijos están bajo la patria potestad hasta que pueden vivir de por sí, entónces se van alejando de la casa hasta que dejan de volverá ella como suelen hacer los pájaros con sus hijuelos y algo parecido á lo que ocurre con la familia en los Estados-Unidos de América. — 63 — Marina. Algo varían sus embarcaciones de las que usan los maturales de Yap. Pero la variacion es tan solo en la forma, pues están hechas del mismo modo. El balate y concha de carey es lo que pescan para exportar, el primero lo secan al sol, y de la tortuga comen su carne y venden la concha. En el corto espacio de trece dias, tiempo que permaneció el Velasco en el grupo de Palaos, sin conocer el idioma del país y teniendo otras muchas ocupaciones, no será difícil que mu- cho de lo ántes dicho requiera confirmacion. Los referidos naturales son pacíficos y muy susceptibles de admitir la civilizacion cristiana; están ellos tan satisfechos con su suerte y son al parecer tan felices, que parecen como un ejemplo vivo de aquella tésis del misántropo Juan Jacobo Rousseau, cuando sostenía que el hombre que piensa es un animal depravado. *:)*)$:$ ::::: §§ $$$$· §§ 6 FMG §§ |||| §§ §§§§§ §§§ ****، ¿¿ §§§§§ saeaeae × ≤ x <-ºcsas!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! !! !!!!!!!! --·#***<ă, ș, ț¢&-&z=3&aesºxs<;-***#!***!