st Pita eihe : bites ty wi) a. 98%? Re = OO _ OE A cal ear ae ee ere ae ane hh} Saat Sn 1s Mise ir gna ane Oe =m stste® Ras Be BSF Aye es ea At ee a ee 406 te = eer Ae ee ey ene Se ~ ht arti tn re Me, = weet ; : : — ks : cee Path ee . va a OPT SOF ee ae ee aes Pag mst Ay Act ae? ‘2 < = ~~, LF a! wif, Pqi? ae ee ee —— : i teh Geen THE UNIVERSITY OF ILLINOIS — LIBRARY VOIS2: Anr4dm n charging this material is t€ sponsible for its return on or before the | Latest Date stamped below. : Theft, mutilation, and underlining of books ion and may ity. The perso result University of L161— 09-1096 MEMORIA HISTORICA SOBRE LOS DERECHOS DE SOBERANEIA Y DOMINIO DE LA CONT RUGRROION BUN ALA PARTE AUSTRAL DEL .CONTINENTE AMERICANO, COMPREN= DIDA ENTRE LAS COSTAS DEL OCEANO ATLANTICO Y LA GRAN CORDILLERA DE LOS ANDES, DESDE LA BOCA DEL RIO DE LA PLATA HASTA EL CABO DE HORNOS, INCLUSA LA ISLA DE LOS ESTADOS, LA TIERRA DEL FUEGO, Y EL ESTRECHO DE MAGA« LLANES EN TODA SU_EXTENSION. POR O. PEDRO OS ANGELIS, MIEMBRO DE VARIAS SOCIEDADES LITERARIAS, EN EUROPA Y AMERICA. Wis BUENOS“AIRES. OS parca? 1SB2. ~ 6. AGILAGILAGILAGY DAEHN PAGD LUGS PASE WI ONS ROWS 26% 5; QGaLO GE OG IPACIEAGIEAGHEAG DEAE EACH PAE NACH LAGI EAG EAE HE AG IEAE § BENE DENG D ERG IEA LAG NEAGLE DRAG DEEDEAE RET AEIEDS * PROEMIO. Uno de los deberes mas inexcusables del Gefede un Estado es hacer respetar los titulos de soberania del pais que preside, conservar la integridad de su territorio, mantenerlo en el goce de todos sus privilegios. Cualquier descuido en la defensa de estos derechos, lo haria bajar del puesto eminente 4 que lo han elevado los sufragios de sus conciudadanos, y entregaria su nombre al desprecio y 4 la maldicion de la posteridad. Cuan distinto. hubiera sido el resultado de las guerras que han asolado el mundo, si todos los gobiernos, penetrados de Leste deber, se hubiesen resistido al espiritu de conquista que los a Sais | , é rn r 4 --amagaba! Sin buscar en los tiempos pasados lo que puede la 2 firme resolucion de un pueblo decidido 4 no dejarse arrebatar su - 3 independencia, nos bastaria recordar la heroica oposicion de los Espafioles 4 los ejércitos que los habian agredido, cuando las de- Ho mas potencias se humillaban ante el genio y el poder del Gran vail’: ne aor - Capitan de la Francia. al Uno de los mayores peligros que corren las naciones,es la am- ¢ bicion de sus vecinos que, cuando no enciende de pronto la, guer- 4 ra, la prepara; y hace inevitable, aunque 4 veces sin provecho pa-_ = raellos mismos. Y sin embargo tan seductora es para algunos la eg idea de ensanchar los limites 4 que deberian circunscribirse, que 5 sin detenerse en las enemistades que provocan, ni en los males que ‘a 3 causan, se lanzan, con una audacia incomprensible, 4 empresas & que ni pueden justificar con razones, ni sostener por la fuerza. En- 5 tretanto estas tentativas malogradas alteran las buenas relaciones aque tanto importa conservar entre estados amigos, inspiran re- 728066 BDA ass celos, y dejan impresiones profundas que no siempre es dado - borrar, por grande que sea la moderacion de los gobiernos, y el caracter bondadoso de los pueblos. | Hsta es Ja ingrata situacion en que se encuentra Ja Confe- deracion Argentina, por la ocupacion de una porcion de su ter- ritorio por parte de una Repdblica hermana, que nunca se apart6 de los principios de justicia tan -firmemente seguidos bajo la ilustrada administracion del General Bulnes, y pro- clamados por su antecesor en la guerra contra el General Santa Cruz. . No tenemos 4 la vista e] decreto de ereccion del Fuerte de Bulnes, levantado en el centro “del Hstrecho de Magallanes; pero ateniéndonos 4 lo que hallamos en un documento oficial, debemos creer que esta usurpacion de una parte del territorio Argentino, es el resultado de un error, que aun asi no basta a disculparlo. Ponderando el Ministro del Interior del Gobierno de Chile, en uno de sus informes al Congreso, la influencia, que tendria en lo venidero, sobre la prosperidad de la Repi- blica, el facilitar y asegurar la navegacion del Estrecho de Ma- gallanes, dijo, que. por este motivo “era de evidente urgencia ‘“posesionarse formalmente de ese punto extremo del territorio “Chileno, antes que alguna nacion Europea, apreciadora de su ‘Gmportancia, hiciese flamear alli su bandera. (1)” 51 realmente el Gobierno de Chile ha creido que sus dere- chos territoriales se extendian hasta el Estrecho de Magallanes, este error lo ha arrastrado 4 un ataque muy brusco contra las prerogativas eminentes de una nacion amiga, y debe agrade- cernos el cuidado que tomamos de ilustrar su conciencia, pre- sentandole con fidelidad, aunque en resumen, los titulos de so- berania de la Confederacion Argentina sobre esa parte extre- ma de su territorio. Fundaremos nuestros asertos, no en hipé- tesis 6 conjeturas, siempre vagas y disputables, aunque vestidas de formas brillantes, sino en datos auténticos, en declaraciones” explicitas del poder que por mas de tres siglos estuvo en pose- sion tranquila de estos vastos y valiosos dominios: y para no multiplicar indtilmente las pruebas, escogeremos entre las in- finitas que podriamos alegar, las mas irrefragables y convin- centes. Lo nico que nos permitiremos agregarles, sera el re- cuerdo de los inmensos sacrificios hechos por los Gobiernos de Buenos ‘Aires, antes y despues de la dominacion Espafiola, para llenar los deberes anexos al caracter de duefio absoluto y perpetuo de esos parages. ; Prescindiremos de los detalles de su descubrimiento, que et (1) Memoria del Departamento del Interior al Congreso Nacional, del dia 12 de Sep- tiembre de 1846. , od se encuentran cn todas las obras que tratan de la conquista de América, y nos limitaremos 4 demostrar que todos los trabajos, que se emprendieron para reconocer y colonizar las costas de Patagonia, la Tierra del Fuego, y el Estrecho de Magallanes, son debidos 4 la actividad y al celo de las autoridades que pre- sidieron las Provincias del Rio de la Plata. Cuando el Gobierno de Chile luchaba sin fortuna con las tribus belicosas de Cau- polican y Lautaro, y le era imposible evitar la destruccion de to- dos sus establecimientos, desde la Concepcion hasta Valdivia, las tropas Argentinas, guiadas por sus primeros magistrados, penetraban con arrojo en los puntos mas retirados de las Pam- pas, desafiando el poder y la ferocidad de sus moradores. Con igual resolucion extendian sus conquistas los Misione- ros, amparados por la fuerza ptblica, que por 6rdenes, expresas y repetidas del Gobierno Espafiol, les franqueaban las autorida- des de estas Provincias..... Pero no debemos invertir el é6rden na- tural de nuestro trabajo, y antes de hablar de los servicios pres- tados por los Gobiernos de Buenos Aires, queremos hacer la exposicion de sus derechos, ya que han sido desconocidos y atro- pellados. ~ DIST RAD AAR, SSeS ROS PRIMERA PARTE, EXPOSICION DE LOS HECHOs. Los derechos que tiene la Confederacion Argentina sobre la parte austral de estas provincias, hasta el cabo de Hor- nos, incluso el Estrecho de Magallanes, desde el Cabo de las Virgenes, en el Océano Ailantico, hasta su desemboque en el mar Pacifico, le han sido transmitidos por el que los posela co- ‘mo. primer descubridor y ocupante; y para disputarselos, habria que negar los que ejercié sin contestacion la Eispaiia so- bre todas sus antiguas colonias, sin exceptuar los que ha invoca- do, é invoca el Gobierno de Chile, para dominar su propio ter- ritorio. Cuando la América se levant6 en masa para. sacudir el yugo de la.metrépoli, no aspir6 sino 4 ser libre. La guerra que sostuvo no fué de conquista, sino de independencia, y bajo este nombre, la ha registrado la historia. Todos sus sacrificios fucron generosos, como lo era la cooperacion que se prestaban mutua- mente los pueblos para salir de la opresion en que habian gemido por tantos anos. tap Los Argentinos combatieron, y triunfaron de los ejércitos Espafioles, en Chile, en el Pera, y hasta en las fronteras de Co- lombia, y cuando vieron afianzada la suerte de sus hermanos, hag Sine volvieron 4 sus hogares sin pedir premios, y sin mencjonar si- quiera los sacrificios que habian hecho para libertarlos. No hace mucho que el Gobierno de esta provincia, tan so- brecargado de gastos, tuvo que reembolsar una cantidad crecida 4 un comisionado de la Republica de Chile, al que habia garan- tido el pago de dos buques de guerra que fué 4 buscar 4 los Estados Unidos, para contribuir 4 la emancipacion de aquel Estado. : Cuan legitimos, eminentes. y privilegiados fueron estos — derechos de Espafiia sobre todas las partes del nuevo conti- nente, descubierto y conquistado por sus armas, no es materia de controversia, por estar consignados en los anales politicos y diplomaticos del mundo, La extension, y la celeridad de estas. conquistas no le permitieron someterlas igualmente 4 la in- fluencia benéfica de las leyes, mientras dur6 la lucha con los aborigenes, que & pesar de su estado salvage, le opusieron : una tenaz. resistencia. El primer objeto del conquistador fué vencer estas dificultades, y establecer centros de poblacion y de fuerza para afianzar la conquista. Lo demas debia ser obra del tiempo, y del desarrollo natural y progresivo de estas colonias. Muchas causas sc opusieron 4 estos progresos, alounas de ellas debidas 4 la época de su creacion, otras al caracter de sus fundadores. Los principios que dominaban entonces en los varios estados de Europa, sin excluir los mas adelantados, nada habian perdido de la asperidad de los siglos anteriores, y la barbaric, la supersticion, la ignorancia, se disputaban el impe- - rio del orbe. El espiritu de caballeria, que hubiera podido suavizar estas costumbres, contribuy6 4 pervertirlas, por les vicios que fomentaba en las clases elevadas, y la nulidad 4 que ‘condenaba las humildes. El! feudalismo hize de la sociedad el patrimonio de unas cuantas familias, que partian con el soberano y el clero, todos los honores y los provechos, sin dejar mas lugar al pueblo que-el de proletarios y esclavos. Las guerras de religion habian exaltado. los animos, y familiarizados los. hombres con las escenas de inhumanidad en que se hacia con- sistir el heroismo; y tal era el trastorno de las.ideas que los monarcas espafioles creian Ilenar un acto de piedad asis- tiendo 4 los autos de fé, para dar gracias 4 Dios del buen éxito de sus guerras. Los conquistadores del Nuevo Mundo, que miraban como una necesidad la destruccion de todo -cuanto encontraban, no pusieron ningun esmero en reedificar lo que habian destruido, y aun cuando lo hubiesen deseado, no tenian 4 su disposicion los elementos que se necesitaban para realizarlo: porque, ni la po- ~ ~ Se oe blacion de Europa era exhuberante, ni el espiritu de emigracion se habia apoderado de las varias clases de la sociedad, que prefe- rian la oscuridad de su’ hogar doméstico 4 las promesas mas brillantes de la fortuna fuera de su patria. Ni eran estas las tni- cas trabas que se oponian al espiritu de colonizacion. Desde | la muerte de Fernando y de Isabella Catolica, hasta la exalta- cion al trono de Carlos III, es decir en el largo periodo de dos y medio siglos, la Espaiia fué casi exclusivamente ocupada en mantencrse 4 la altura a que la habia elevado el genio de Carlos Vv. La abdicacion de este gran rey puso en las manos inex- pertas de su hijo la suerte de_ los vastos estados de la monar- quia espafiola, y por ingentes que fuesen sus recursos, no siem- pre bastaron 4 cubrir los gastos. aun mas excesivos del erario. fa reunion de Portugal 4 Espafia, la sublevacion de los Paises Bajos, la expedicion de una grande armada contra Inglaterra, la proteccion acordada 4 la liga en Francia, y las guerras con- tmuas € interminables contra la Turquia, la Holanda, y casi todos los principes protestantes de Alemania, hicieron del reina- do de Felipe Ii una de Jas épocas mas agitadas de la Espaiia, Decaida de su grandeza, no tard6é en expiar las faltas de sus _gobernantes; las que agravaron despues los sucesores de Felipe Hi, por la expulsion de los Judios y de los Moros, que la privaron de las riquezas y del trabajo de una parte considerable de sus habitantes. : : EI poder colosal, que sin aliados y sin amigos, habia humilla- do 4 la Francia, contenido los progresos de la reforma en Ale- mania, la ambicion de Soliman en Turquia; la voz que habia si- do oida con respeto en la dieta de Worms, en las conferencias de Cambrai, de Ratisbona, y ‘hasta en el gran ‘Concilio de Trento; la espada que habia pesado tanto en los destinos de Eu- ropa en tiempo de Carlos V, no pudieron sostener sus conquistas en tiempo de Felipe IV, que tuvo que renunciar 4 la posesion de las Provincias Unidas, y devolver el Portugal 4 la casa de Bra- ganza. | La regencia de Ana de Austria en la minoridad de Carlos Ii, no hizo mas que aumentar los males de la monarquia Egpa- flola. Humillada por Luis XIV, abandonada por la Inglaterra, hostilizada por la Holanda, no pudo sustraerse 4 las duras con- diciones que le fueron impuestas en Aquisgran y Nimega, y su rey recibié como un favor la paz y la mano de una hija del rey de Francia. Despues de la muerte de esta princesa, con los vin- culos de familia se aflojaron los de amistad, y la Espaiia entr6 en la liga de la Europa, para. oponerse 4 la ambicion de Luis XIV. Esta determinacion le atrajo la guerra en sus propios es- tados. Los Franceses pasaron los Pirineos, y despues de haber bombardeado 4 Alicante, amagaron el Aragon, invadieron una Canp RS he parte de Catalufia, y se apoderaron de su capital Barcelona. La paz de Riswick puso fin 4 tantos desastres. — | El] cardenal Portocarrero decidié el rey 4 llamar un princi- pe Francés 4 sentarse en el trono de Espafia y de las Indias, y veintidos coronas se reunieron sobre la cabeza del j6ven duque de Anjou, nieto de Luis XIV. La muerte de Carlos II, que se verific6é aque! mismo ajo, fué la sefial de una guerra que abras6 4 toda la Europa, habien- dose declarado contra su testamento el Emperador de Alemania,la Ynglaterra, la Holanda, Portugal, la Prusia, la Saboya, reunidos por el tratado conocido bajo el Mombre de la grande alhanza. Los primeros generales del siglo, al frente de ejércitos nume- rosos, y como nunca los habia visto la Europa, combatian con varia fortuna en Espafia é Italia; y mientras el Principe Euge? nio destrozaba las tropas francesas en Carpi y Chiari, el Duque de Berwick se coronaba de laureles en Almanza, y el Duque de Vendome en Villaviciosa. : ‘Estos sucesos hicieron sentir la necesidad de una paz, que fué firmada en Utreque, y que costé 4 Espafia el sacrificio de sus posesiones en Italia. El espiritu inquieto y audaz del cardenal Alberoni, no pudo conformarse con este abatimiento, y desde que fué llamado 4 los consejos del rey, pensé en levantar la monarquia de Ja nulidad politica en que la habia hallado. Arbitro de la voluntad del rey, y disimulando el objeto de la reorganizacion y del aumento de las fuerzas terrestres y maritimas del estado, entr6 en negocia- ciones secretas con los principes italianos, 4 quienes prometid sustraer de la influencia austriaca, como aspiraba 4 hbrar 4 la Espafia de la preponderancia de la Francia y la Inglaterra. Pe- ro, prevenido en estos manejos, sucumbio al poder de sus ene~ migos, y la desgracia de este ministro fué seguida de la abdi-. cacion del rey, y de la paz de Viena, que quité 4 la Espafia’el cetro de Napoles y de Sicilia, con sus tltimas pretensiones sobre: el Milanés y los Paises Bajos. La muerte del Emperador Carlos VI volvio 4 encender la guerra en Europa, en la que tom6é parte Felipe V, sin prever que moriria con el desconsuelo de no alcanzar su término. Bajo al sepulcro con el presentimiento de mayores desastres para la monarquia Espafiola, que dejaba en desquicio 4 un Prin- cipe débil é hipocondriaco. Su sucesor, en sus raptos de me- lancolia, solo hallaba algun alivio en el canto, y este servicio hizo de un histrion (2) su primer ministro y confidente. Nin- gun hecho memorable sefialé el remado de Felipe VI, que me- el (2) Farinelli. te AD, a recié el dictado de sabio, solamente Sapa no habia aumentado las desgracias de Espafia. Su heredero, Carlos TE, subié al trono con bras ideas; y con mejores auspicios. Como guerrero habia hecho sus prue- bas en la -conquista del reino de Napoles; y como adminis- trador, en el modo de gobernarlo. Principe virtuoso, humano, benéfico, en quien la falta de imstruccion era. suphda por un corazon puro y una mente despejada. El primer acto de su gobierno fue renovar el. pacto de familia, que lo reconcili6 con la Francia. Esta alianza lo oblig6 4 acompafiarla en sus guerras contra la Inglaterra; y fueron los recelos que le infun- dia la ambicion de esta potencia, que nunca habia abandonado la idea de desplegar su supremacia en los mares, que llamaron la atencion de la Corte de Madrid 4 la defensa de sus posesio- nes ultramarinas. Hasta entonces se habia limitado 4 recomen- dar 4 sus delegados la conservacion de sus dominios, y de man- tener en su dependencia 4 las tribus que los habitaban. Se pro- puso tambien, desde los primeros tiempos de la conquista, hacer ocupar los puntos mas desamparados de la costa, y con este ob- jeto varias expediciones se habian organizado en los puertos del Pera y Espafia. Una de las mas mbntadas fué la que salié del Callao en 1579, para reconocer y poblar el Estrecho de Magallanes. Es imponderable el celo con que su gefe, el capitan Pedro Sarmien- to de Gamboa, registr6 todos los senos, sondeé todos los puer- tos, y exploré todas las costas, de las que hizo una minuciosa descripcion en su diario. “Son mnumerables, escribe con verdad un escritor acreditado, (3) las islas que descubrié y de que tomé posesion.” Esta era una de las obligaciones que le impuso el vi- rey eM sus instrucciones, (4) y que fueron Ilenadas con todas las formalidades que se acostumbraban entonces. El] mismo Sarmiento, al dar cuenta de uno de estos actos, dice—‘‘Se enar- “bolé una cruz alta, que todos adoraron con mucha devocion, ‘‘y cantése el Le Deum laudamus de rodillas, y con gran regoci- “jo dieron gracias 4 Dios, eonociendo las mercedes que de su “divina gracia habiamos recibido. Esto hecho, el capitan supe- “rior Pedro Sarmiento se levant6 en pié, y echando mano 4 una “espada que tenia en la cinta, dijo en alta voz en presencia de ““todos—Que le fuesen todos testigos, como él, en nombre de la Sa- | “era, Catohica, Real Magestad del rey Don F eline, Nuestro Sejior, ice de Castilla y sus anexos, y en nombre de sus herederos y suce- “sores, tomaba posesion de aquella tierra’ para siempre jamads. (5) ArGENsoLa—Historia de las Molucas. Lib. 3.°. c (4) Art. 8.° —“A donde quiera que llegdredes'y saltdredes en tierra, tomareis posesion ‘en nombre de S. M., de todas las provincias y.tierras y partes, adonde llegaredes, haciendo la ‘“solemnidad y autos necesarios, de los cuales dardn fé y testimonio, en ptibliea forma, los escriba- ‘nos que llevais. . 2 Se ee “‘Y en testimonio de ello, para que los presentes tuviesen ‘memoria, con la espada que tenia en la mano, cort6 arboles, “ramos y yerbas, mudo piedras, y de ellas hizo ua mojon en se- ‘fial de posesion.” Hemos recordado estos detalles para contes- tar de antemano~a los que, no sabemos con qué tundamento, han pretendido, que ningun caso debia hacerse de la bula de Alejandro VI,. si-no habia actos explicitos de posesion que la_ acompafiasei. Hstas tomas de posesion fueron repetidas en varios puntos del Estrecho, dejando declaraciones escritas y enterradas al pie de las cruces que levantaban. . El virey Toledo, en la carta que escribié al Gobernador del Rio de la Plata, para recomendarle de prestar 4 Sarmiento — los auxilios que pudiese necesitar, y de transmitirle sus comuni- caciones, se quejaba amargamente dei Gobernador de Chile, que habia omitido informarle de la llegada de un corsario Ingles al ~ puerto de Santiago (asi esta escrito), “donde habia robado un navio con cantidad de oro, ademas de otros robos en todas. aquellas costas.” Poco antes de desembocar al Atlantico, observé Sarmiento un parage muy angosto al que llamo Angostura de Nuestra Se-. jlora de la Esperanza, y que le parecié 4 propésito para dominar el Estrecho, por no tener mas que media legua de ancho, en et espacio de tres leguas, y con barrancas altas por los dos la- dos. (5) A su llegada 4 Espaiia, present6 Sarmiento la relacion de su viage 4 Felipe II, que se hallaba entonces en Badajoz, y se empend en probarle la necesidad, y facilidad de asegurar esta comunicacion entre los dos Océanos. El rey abraz6 estas ideas, 4 pesar de la tenaz oposicion del Duque de Alba, personage in- fluyente de su corte, y puso 4 disposicion de Sarmiento una es- cuadra de 23 naves con 2500 hombres, para establecer fuertes y poblaciones en el Estrecho de Magallanes. Nada prueba me- jor la importancia que se daba entonces 4 la ocupacion de aquel punto, que la fuerza, comparativamente excesiva por aquel tiempo, de esta expedicion. Colon, al cabo de ocho arios de di- ligencias y stiplicas, apenas pudo conseguir tres buques para em- prender el descubrimiento que anunciaba: su_competidor, Ame- rico Vespucio, siguié sus huellas con cinco; Vasco de Gama se lanzo 4 la conquista de la India con tres: Cortes 4 la de Méjico con diez; y Magallanes, que descubrié, y dej6 su nombre 4 este Estrecho, no tenia mas que cinco -buques, y 230 hombres de tri- pulacion. Pero, sea la contrariedad de los vientos, sea la imperi- (5) El Capitan Fitz Roy, en su ultimo viage deexploracion, le llam6 first narrow, (primera angostura.) - ee PT cia dé los pilotos, 6 lamala inteligencia que desde el principio se manifesto entre el gefe de la escuadray el de la expedicion, de este inmenso armamento, y de cuatro’ buques mas que se le agregaron despues de su salida de Espafia, apenas cinco Ilegaron al Kstre- cho con 530 honibres de equipage. Se malogré pues una oca-- sion tan propicia para echar en aquellas costas los cimientos de un grande y sdlido establecimiento. El! mal éxito de las poblaciones de Sarmiento hizo caer en descrédito estas empresas, 4 lo que contribuy6é tambien el des- cubrimiento de un nuevo paso, por las ticrras de los Estados y del Fuego, que parecio preferible al Estrecho de Magallanes. Cesaron pues las expediciones maritimas, y empezaron las terrestres, que fueron encomendadas al celo de los Gobernado- res de Buenos Aires. Un antiguo escritor ha dejado consigna- do en su obra los motivos de esta preferencia, que justificaba, por otra parte la posicion geografica de estas provincias. “Esta “empresa, dice el Dr. Xarque, es mas facil desde Buenos Aires, “porque esta libre de las serranias insuperables, que cierran el ‘paso desde Chile: por lo cual ha mandado 8. M. que el Provin- “cial del Paraguay envie los Misioneros competentes, y que a “estos les hagan escolta los soldados espafioles de Buenos Aires “que parezcan necesarios” (6) Y efectivamente la Gran Cordille- ra, en sus tltimas ramificaciones, se presenta como un obstaculo insuperable entre Patagonia y el antiguo reino de Chile, cuyos limites no se extendian al sud mas alla del archipiélago de los Chonos. El P. Mascardi, uno de los mas intrépidos misioneros que haya tenido la Compafiia de Jesus en estas regiones, tuvo que abandonar el proyecto de predicar el evangelio entre los’ Puelches y los Poyas, pueblos comarcanos que habia juntado en la reduccion de Nahuelhapi, y sin embargo separados por pre- Cipicios impracticables. _ | | Los Gobernadores de Buenos Aires no habian necesitado estos estimulos para someter las tribus belicosas que poblaban una gran parte de su territorio, y son memorables en los anales Argentinos, las dos expediciones que hizo personalmente el ade- lantado Hernandarias de Saavedra, en su segundo gobierno, para descubrir los Césares y debelar los Pampas. Otras acometie- ron algunos Gobernadores del Tucuman, cuyo recuerdo nos ha conservado la historia. La mas antigua es la que preparé Gon- zalo de Abreu en 1578, y que no pudo realizar por la imsurrec- cion de los Indios del Valle de Calchaqui. Otra emprendié Gas- par de Medina en 1589, 4 la que se asocié el venerable P. Alonso ‘de Barcena, que tanta fama adquirié despues por sus trabajos (6) Insignes Misioneros de la Compaiiia de Jesus, en la Provincia del Paraguay—Pam- plona, 1687, pag. 424. i OE evangélicos; y 4 las de Hernandarias de Saavedra que acabamos de nombrar, sucedieron las de! Licenciado Luis Peso, teniente del Gobernador del Tucuman en 1609, y de Geronimo Luis de Cabrera en 1622, antes que fuera llamado al Gobierno dle la provincia de Buenos Aires. La falta de un plan combinado,. la ignorancia del eer la exiguidad de los recursos, de que podian disponer separada- mente los Gobernadores de las provincias, siempre agitadas por sus convulsiones intestinas, suspendieron por algun tiempo estas empresas, que solo recordamos como un testimonio anti- cipado de los extensos limites de la jurisdiccion de los.Gobiernos del Rio dela Plata. Pero en 1674, el Gobernador de Buenos Aires, que lo era entonces el Maestre de Campo. D. Andrés Robles, recibié 6rden de la reina Ana de Austria, regente del reino en la minoridad de su hijo Carlos II, de acordar con el Obispo desu didcesis, y los Gobernadores y Obispos de las demas provin- cias, las medidas mas eficaces para reducir 4 los indios que aman Pampas, (7) y se dispuso 4 Ilenar personalmente este encargo, cuya responsabilidad partid despues con su propio hermano D. Manuel Robles, 4 quien confié el mando de una fuerte division que sali6 de Buenos Aires en Diciembre de 1677, En una junta, 4 la que asistié el Obispo y el Cabildo se- slar de esta ciudad, se trat6 del modo de llevar 4 efecto las disposiciones reales: pero, por un cambio que sobrevino en el gobierno, todo qued6 suspendido hasta el afio 1681, en que se reencarg6 al Gobernador D. Joseph de Garro, sucesor de Robles, la conversion de los Pampas, reduciéndolos 4 poblaciones, . por medio de la predicacion evangélica. (8) Esta resolucion esta- ba conforme con las contenidas en las cédulas de 15 de Mayo y 17 de Agosto de 1679, de 13 de Enero de 1680, las que fueron repetidas é inculcadas en las de 21 de Mayo de 1684, y de 15 de Agosto del afio siguiente. En la primera de las que acabamos de mencionar, se demarcaba con tanta precision el territorio de esta gobernacion, que era imposible desconocer sus limites. Des- pues de haber recordado las disposiciones anteriores, se encar- gaba al Gobernador de Buenos Aires de proponer los arbitrios que podrian adoptarse, para reducir 4 los Pampas y 4 los Serra-_ nos “en los términos de su jurisdiccion, por la parte del sud, y “confines de la Cordillera de Chile y Provincia de 'Tucuman:” y tanta era la extension de los poderes acordados 4 los que pre- sidian estas provincias, que por la cédula de 21 de Mayo de 1684. se autorizaba al mismo Gobernador de Buenos Aires, “para tras- (7) Real Cédula de 22 de Mayo de 1675. (8) Real Cédula de 13 de Enero de 1681. 4 i RS ee ‘‘mudar estos Indios Pampas al reino del Peri, aplicandolos al “trabajo de las minas,” segun habia sido propuesto por el Go- bernador del Tucuman, D. Fernando de Mendoza, Mate de Lu- na. Esta idea de formar reducciones entre los Pampas habia si- do indicada por el Padre Diego Francisco de Altamirano, Pro- vincial entonces de la Compafiia de Jesus en el Paraguay, en un papel anénimo (9), que dirigio 4 la reina Ana de Austria, y ya | habia sido apuntada por el Doctor D. Antonio’de Azcona Imber- to, cuarto Obispo de Buenos Aires, y abrazada por el Goberna- dor D. José-de Herrera y Sotomayor, en un largo informe que mando al Rey Carlos II, sobre el modo de llevar 4 efecto las cé- dulas de sus antecesores, “para convertir 4 los innumerables In- dios (son palabras del informe), de diversas parcialidades y na- ciones barbaras en su vivir, que pueblan los dilatados espacios y costas de mar,, que hay desde el distrito de este puerto de Bue- nos Aires, hasta el Estrecho de Magallanes; fuera de otras par- cialidades y naciones que estan pobladas tierra adentro sobre las margenes de los rios y lagunas, que tienen su principio en la Gran Cordillera de Chile (10).” Las consecuencias de estas reducciones, en el sentir del au- tor del informe, eran— 1. Aumentar los sibditos de la Corona. 20 Asegurar la posesion de las costas del mar, desde Bue- nos Aires hasta el Estrecho de Magallanes. | 3.0 Tener paso seguro y entrada, por aquel lado, 4 los ma- res del sud. 4° Pacificar los Indios que infestaban el reino de Chile. 5.0 Y ahorrar los grandes gastos que se hacian para pre- servailo de sus incursiones: objetos importantes que acreditan el celo con que los Gobernadores de Buenos Aires han tratado de arrancar de su vida salvaje 4 esos pueblos némades que in- festaban una gran parte de, su territoria, y para conservar el alto dominio de toda la region austral, incluso el Estrecho de Magallanes, en toda su extension. Entre las tentativas que se hicieron para reunir estas tri- bus, citaremos dos, la una al principio, y la otra al fin del ‘siglo XVII. Una de las memorias que ha dejado la Compaiila de Jesus en estas provincias, es una relacion en que se da cuenta del estado de la Mision de Buena Esperanza en 1619. Esta reduccion es remarcable por el lugar que ocupaba, en un tiempo en que la zona habitada de la gobernacion del Rio de la en (9) Informe de un celoso de Buenos Aires, 4 la Reina Gobernadora, sobre los Indios. Pam- pas. Buenos Aires 1.° de Septiembre de 1673. (10), Carta informe del Gobernador de Buenos Aires, en que hace presente al Rey los medios que se pueden proporcionar, para emprender la conversion de todas las naciones barba- ras hacia el Estrecho de Magallanes. . Buenos Aires, 23 de Enero de 1683. Se aA ee Plata se extendia apenas 4 cuarenta leguas de Buenos Aires. Este lugar, segun informes de viageros modernos, se halla en la costa septentrional del Estrecho, como 4 80 leguas del Cabo de las Virgenes, y ha conservado el nombre que le dié Sarmien- to en su primer viage, y que era el de su buque. Por lo que se ex- presa en esta relacion 4nnua, parece que no era esta Ja Gnica reduccion de aquellos parages, porque se habla siempre al plural. Por exemplo—“‘un dia que estabamos ocupados en estas reducciones ; “un dia que se dijo misa en una de estas iglesias, etc.” ¥ debe suponerse ademas que serian bastante adelantadas, porque se describe tambien la ceremonia de la entrega que los Misioneros hicieron de un estandarte 4 un cacique; y en cuanto al nimero de los neéfitos, la misma relacion que conservamos originalmente, afirma haber sido ciento veimte y cinco los que fueron bautizados. | se ane El] otro monumento de los trabajos evangélicos de aquel siglo, es la mision fundada en 1691, en el parage llamado el Es- pinillo cerca del Rio Cuarto,; por los PP. Catalaya y Caballero, bajo los auspicios del Gobernador del'Tucuman, D. ‘Tomas Feli- pe de Argandofia: No fueron felices sus resultados, por causas que se apuntan en su historia, en donde se halla la prueba que no se habia abandonado la idea de restablecer las reducciones del Estrecho. “Quiera Dios; dice el autor de esta memoria, que “tenga efecto la mision de Magallanes, de que ha desistido el “Gobernador de Buenos Aires en estos dias, porque este seria ‘un remedio eficaz para Ja conversion de los Indios Pampas, — ‘como ellos mismos me lo han asegurado.” (11) , Lo que mas contribuy6 4 paralizar estas empresas fueron los cuidados que rodearon al Gobierno de Buenos Aires para resistir 4 los enemigos que amagaban la seguridad interior y exterior de estas provincias. En aquel mismo aiio, en que salian de Cérdoba dos misioneros para fundar una reduccion en el Rio Cuarto, se presento una escuadra francesa de 24 buques, al man- do del almirante Pointis, delante de Buenos Aires, en donde aun fermentaba el espiritu de sedicion que se habia apoderado de sus tropas. | La paz firmada en Ryswich en 1697, que restablecié la tran- quilidad entre las potencias de Europa, fué turbada por el tes- tamento de Carlos II, que dispuso de sus estados 4 favor de un extrafio. La muerte de este principe fué la sefial de una guerra contra Espafia, la que amag6é la seguridad de sus cos lonias. Repetidas y urgentes fueron las 6rdenes para preca- verlas de un asalto, y no contenta la Corte de Lisboa con la (11) Relacion de una Mision de los Pampas, que se intenté fundar en el Rio Cuarto el aia de 1691, por el P. Lueas Caballero de la Compaiiia de Jesus. (inédita) * ess 5 tee devolucion que se le hizo de la Colonia del Sacramento, apro- vecho estos conflictos para ocupar las Misiones Orientales contra las estipulaciones explicitas del tratado de 1701. Al recibir este anuncio el Gobernador Prato reune todas las fuer- zas que pudo juntar en Buenos Aires y en las provincias mas inmediatas, para obligar, como hizo, 4 los Portugueses 4 aban- donar los puntos que habian ocupado. fEste primer suceso estimulé la Corte de Madrid 4 tentar otros, y D. Alonso Juan de Valdez Inclan, con su nombramien- to de Gobernador de Buenos Aires, recibio la orden de desalojar 4 los Portueueses de la Colonia, lo que consiguié despues de un largo sitio, y refiidos combates. 3 3 Mientras los Gobernadores de Buenos Aires resistian 4 los ataques exteriores, los Indios asaitaban los pueblos fronterizos del Chaco, desde Santa Fé hasta Salta; y en una situacion tan azarosa, se recibié el anuncio de haberse concluido el tra- tado de Utreque, por el cual se mandaba devolver la Colonia 4 los Portugueses, lo que importaba volver a abrir la puerta a to- das las intrigas y 4 todos los abusos de una potencia rival. Este estado se agrav6 en la administracion del Gobernador D. Bruno Mauricio de Zavala, por la ocupacion que los France- ses hicicron de Maldonado y de Castillos; y sobretodo por la anarquia en que cayé cl Paraguay, por la debilidad de su Go- bernador Reyes, el caracter turbulento de Antequera, y sus competencias con los Jesuitas. El Gobernador Zavala tuvo que abandonar cinco veces su asiento, para restablecer el orden en aquella provincia, y librar 4 Santa Ie de los Indios que la aso- laban, 3 | Entretanto los Portugueses, siempre en acecho para exten- der su dominacion en la Banda Oriental del Rio de la Plata, echaban los cimientos de una nueva poblacion en Montevideo, adonde fué personalmente Zavala 4 desalojarlos; y para asegu- rar de una vez este punto importante de la costa, tomé la reso- lucion de cubrirlo con fortificaciones, Pero ningun cuidado era bastante para oponerse al contra- bando que los Portugueses hacian desde la Colonia, y los Ingle- ses, 4 la sombra del asiento de negros que les habia sido conce- dido, y de que abusaban para su comercio clandestino. La re- sistencia que opuso un eapitan de esa nacion a la visita de su buque, todo cargado de mereaderias extrangeras, did motivo al Gobernador Zavala 4 hacer uso de la autorizacion que tenia, para ejercer represalias contra los Ingleses, y confiscar sus propieda- des. La muerte de este Gobernador puso término 4 la larga admi- nistracion de tan infatigable magistrado, pero no 4 las desave- nencias de Portugal y Espafia, que solamente acabaron por oy ieee la paz ajustada en Paris en 1736, bajo la mediacion de la Fran- cia, de la Inglaterra y de la Holanda. La guerra de sucesion que se encendid en Buraae pel la muerte del Emper ador Carlos VI, y la que la misma Inglaterra habia declarado 4 EXspafa por sus pretensiones sobre varias partes de sus colonias en América, no tardaron en envolver a la monarquia en nuevos conflictos. Sin embargo no fué posible sus- -pender por mas tiempo los trabajos iniciados en Ja region Pata- gonica.. Alentados por la inaccion en que por algunos afios se habia mantenido la autoridad publica ‘de estas provincias, los Indios mas’ cercanos 4 sus fronteras se lanzaron 4 invadirlas. Sus primeros ataques se dirigieron contra los partidos de Areco y Arrecifes, que fueron asolados. El Maestre de Campo San Martin, 4 quien el Gobernador. Salcedo habia mandado en per- secucion de estos malhechores, acometié 4 los inocentes, no ~ habiendo podido castigar 4 los culpables. Esta injusticia con-— movié 4 todas las tribus, gue se pusieron de acuerdo para ven- garla. Por fortuna un cacique de gran séquito, que estaba en relacion con el Gobierno, se ofrecié 4 apagar este incendio, y lo logr6é con el auxilio de los Misioneros, que nunca habian re- nunciado @ la idea de catequizarlos.. Desde este momento fueron incesantes los conatos del Go- bierno de Buenos Aires para atraer 4 la vida social 4 estos in- démitos moradores del desierto. Cuando subié al mando el Go- bernador D. Domingo Ortiz de Rosas, solo existia una reduc- cion, fundada en 1740 por los PP. Strabel, Quirini y Machoni, - bajo la advocacion de la Concepcion de los Pampas, cerca del Cabo San Antonio, y 4 poca distancia del Océano atlantico. (i 2) | Deseoso de multiplicar estos focos de poblacion, propuso el Gobernador Ortiz de Rosas aumentar la asignacion de los Misioneros, de la que'se harian cargo las cajas de esta provin- cla, asi como de los demas gastos de la reduccion ya fundada, y de cualquier otra que se fundaria en las tierras del Sur. (13) En este mismo oficio evacué el informe pedido 4 su antece- sor Salcedo, por real 6rden de. 11 de Diciembre de 1741, sobre el numero, las calidades, el gémio de los Indios Pampas, y la distancia 4 que convenia establecer la poblacion, propuesta por el Provincial de la Compaiiia de Jesus en Buenos Aires. Esta reduccion habia sido aprobada por cédula de 5 de Noviem- bre de 1741, en la que, de conformidad 4 lo prescripto en la de 1684, se mandaba dar una escolta suficiente 4los Misioneros, para que entrasen 4 los Patagones, y demas naciones que median. hasta et Estrecho de Magallanes. Y tal era el interés que tomaba nd (12) Del otro lado del rio Salado, en los 36.° 2’ latitud austral. (13) Oficio del Gobernador Ortiz de 29 de Octubre de 1744. © nt ? ia Corte de Espafia cn estas empresas, que acord6 privilegios: y exenciones, poco comunes en aquel tiempo, 4 dos particulares que se ofrecicron & llevar Misioneros 4 la costa Patagénica, ‘“‘pa- ra conseguir el importantisimo fin de la reduccion de los Indios Patagones, Pampas, Serranos, y demas que habitan el terreno desde el Cabo San Antonio hasta la entrada del Estrecho de Magallanes. (14) ¥ cuando estos faltaron 4 sus compromi- sos, se encarg6 de esta expedicion el Gobierno, y puso a la disposicion de los Misioneros un buque de guerra y un destaca- mento de infanteria y de Dragones para acompafiarlos en este viage de exploracion, que tomo desde luego un caracter cien- tifico. | 2 Este reconocimiento fué habilmente ejecutado por el P. Quiroga, y descrito por el P. Lozano; nombres ilustres en la historia Argentina por los trabajos con que la han enriquecido. Pero la direccion suprema del viage fué confiada al Gobierno. . de Buenos Aires, én cuyo puerto se completaron los aprestos de la expedicion, que ha quedado memorable en los fastos de los descubrimientos, por la importancia de sus resultados. En el corto espacio de cuatro meses, desde-el 5 de Diciembre de 1745, hasta el 4 de Abril de 1'746 (15) en que regresaron, no hubo un solo punto del vasto litoral, comprendido entre los 36° 40’, y 52° 20’ de latitud austral, 4 saber, en mas de quince orados del meridiano terrestre, que no hubiese sido diligentemente examinado y descrito. La configuracion de los puertos, la pro- fundidad-de las aguas, la naturaleza del fondo, los accidentes de la costa, los céleulos astronémicos, las variaciones de la aguja © magnética, todo entré en el plano de los exploradores, que obra- ban con arreglo 4 las instrucciones recibidas del Gobierno. de Buenos Aires. Ninguno de los viageros anteriores habia llevado tan lejos el espiritu de observacion y analisis. | Al volver de este viage, el P. Cardiel emprendi6 otro para — reconocer el terreno al sud de la reduccion del Cabo de San Antonio, con el objeto de establecer otras mas. Contando con la proteccion y los auxilios del Gobierno, los Misioneros se em- pefiaban en prolongar esta linea de puntos habitados, para en- tray en relacion con las tribus mas remotas, y exercer sobre ellas el influjo benéfico de su ministerio. Ya habian conseguido fundar dos otras reducciones cerca de la Sierra, una bajo la advocacion de Nuestra Senora del Pi- lar, enel parage que aun conserva el nombre de “Laguna de los (14) Son palabras de la cédula de Diciembre de 1744, repetidas en la real orden de 26 de Enero siguiente. (15) Se equivoca el autor de la Noticia de las expediciones de Magallanes, que precede Ja “Relacion del ultimo viage al Estrecho de Magallanes, de la fragata Santa Maria de la Cas beza, cuando dice, pdg. 277, que este viage del Padre Quiroga, se verificd en el afio de 1748.” sy B> Wipes Padres,” y la otra-con el titulo de Nuestra Sefora de los Desam- parados, 4 cuatro leguas de la primera. E] P. Falkner, el que le- -vanto el primer mapa de la region Patagénica, y que describid con tanta exactitud las costumbres de muchas _naciones desco- nocidas, fué uno de los fundadores de estas nuevas. reducciones; cuya existencia fué efimera. La tropa encargada de su defensa, y que debia haber dado el exemplo. de la moderacion y de la templanza, se entregé 4 los mayores excesos, y la indiferencia con que los miraban sus gefes, cuando ellos mismos no los co- metian, influy6 siniestramente en la suerte de estas colonias. Ni fué posible conservarlas, por el descrédito en que habia caido la Compafiia de Jesus, con motivo de la tenaz resistencia que ha- bian organizado entre los Indios de las Misiones Orientales del Uruguay, para oponerse 4 la ejecucion del primer tratado de li- mites del afio de 1750. Y la supresion subsiguiente de este ms- tituto obligé6 4 buscar otros arbitrios para contener 4 los infie- les, ya que no era posible evangelizarlos. Desde entonces em- pez6 ese lento y laborioso trabajo de los fuertes de campafia, que tantos gastos ha ocasionado 4 la administracion de Buenos Aires, sin conseguir su objeto, que era poner la provincia a cu- bierto de los acometimientos de los Indios. Sobrevino tambien otra circunstancia que interrumpi6 la obra de su reduccion. Las guerras casi continuas que habia sos- tenido la metrépoli, despues de la muerte de Carlos II, le habian quitado gran parte de su grandeza. El remado tranquilo, pero inerte de Fernando VI, habia dejado 4 su sucesor la dificil tarea de levantar 4 la Espafia de ese abatimiento. Uno de los prime- ros cuidados de Carlos IIE, al cefiir la corona, fué restablecer el pacto de familia, exponiéndose, como hemos referido, a partir con la Francia los azares de una guerra contra la Gran Bretafia. Esta guerra fué desgraciada: la ocupacion de las Fi- lipinas, de la Havana y de la Florida; la pérdida de una escuadra, y de inmensos caudales procedentes de las minas del Nuevo Mundo, aumentaron, en vez de disminuir, los males del esta- do, y en estos conflictos se hizo sentir la necesidad de vigilar con mas cuidado en la conservacion de las colonias. Estos re- celos no eran nuevos. En los tltimos momentos del largo reina- do de Felipe V, cuando mag ardia la guerra de sucesion, se previno al Gobernador D. Domingo Ortiz de Rosas, que aun se hallaba al frente del gobierno de Buenos Aires, que una escuadra - Inglesa de siete navios, con tropas de desembarco, habia sido avistada en la altura de Rio Janeiro, con direccion al sud; ‘“y “siendo la estacion avanzada para montar el Cabo de Hornos, “era muy probable que se dirigiese 4 hostilizar alguno de los es- ‘‘tablecimientos del Rio de la Plata.” Se le encargaba pues, prevenir, 6 evitar cualquier insul- Seg Ky \ , to, en todas las costas de su gobierno, y en el caso que pasase el Cabo de Hornos, informar inmediatamente al virey del Pe- ray al gobernador de Chile, de lo que creyera pudiese preca- verles de cualquier ataque que se intentase en las costas del sud. (16) A falta de otras pruebas para determinar los limites ju- risdiccionales del Gobierno de Buenos Aires, bastarian las tltimas palabras que acabamos de transcribir de este documento oficial. La vigilancia de este Gobierno debia extenderse hasta el Cabo de Hornos: exclusivamente suya era la responsabilidad de pre- servar estas costas de cualquier insulto de una fuerza exterior, y solamente en el caso que la escuadra que los amagaba pasase aquel Cabo, debia avisarlo 4 los Gobiernos del Pert y de Chi- le, para que se precaviesen de iguales ataques contra sus cos- tas. Estas disposiciones se hallan repetidamente confirmadas en muchas cédulas y reales 6rdenes posteriores que no menciona- mos, porque nada agregarian 4 la evidencia de un hecho incon- testable. Sin embargo, para no dejar la menor duda sobre la ex- tension de territorio comprendido en los limites jurisdiccionales del Gobierno de Buenos Aires, transcribiremos algunos parrafos de la real 6rden de 29 de Diciembre de 1766, expedida por el Ministerio de la Marina de Espafia. Infructuosas habian sido hasta entonces las diligencias prac- ticadas para descubrir el paradero de un establecimiento ingles, formado clandestinamente en la parte mas austral del continente Americano. Algunos decian que se hallaba en la Tierra de los Es- tados, al éste del Estrecho de San Vicente, 6 Le Maire: otros en alguna isla de la Tierra del Fuego, y tal vez en las mismas costas del Estrecho de Magallanes. La ocupacion de cualquiera de es- tos puntos era un ataque 4 los derechos de soberania de Es- pafia, tan celosa de la conservacion exclusiva de sus colonias. Importaba pues salir de estas dudas, y oponerse formalmente 4 estas usurpaciones. Acababa la Espaiia de restablecer su domi- nio sobre las islas Malvinas, ilegalmente ocupadas por una com- pania de San Mal6 bajo la direccion del Sr. Bougainville. La situacion tan retirada de estas islas pareci6 4 propdsito para -exercer una activa y continua vigilancia, sobre los parages in- mediatos; y el Bailio Arriaga, que presidia entonces el] departa- mento de la Marina, encarg6 al Gobernador de Buenos Aires, que lo era entonces el Sr. Bucareli, “de avivar‘las providencias para el logro de este obgeto, que por lo respectivo 4 esa costa hasta el istrecho de Magallanes, inclusive este, y sucesivamente hasta el Cabo de Hornos, ha de ser de la inspeccion de V. E. Y entrando en detalles sobre el modo de llevar 4 efecto este reco- nocimiento, agregaba—“Disponga V. E., por los medios que su (16) Real Orden de 25 de Octubre de 1745, pant (ane - &eonocimiento le dicte, que se reconozca costa 4 costa, con “embarcaciones 4 propésito, la distancia que media desde ese “rio hasta el Estrecho de Magallanes, y la parte que puedan de “este, y que en lo restante, hasta el Cabo de Hornos, se practi- “que igual diligencia,” acabando con el siguiente parrafo, en que la dependencia del Estrecho de Magallanes del Gobierno de Buenos Aires esté tan claramente expresada, que no deja la menor duda, ni lugar 4 interpretaciones. “Fuera de los expresados medios, quiere el Rey que V. H.. “(el Gobernador de Buenos Aires) haga partir uno de los cham~ “bequines, 6 si to halla mas conveniente una fragata, con é6rden ‘de que, observando en lo permitido a su buque el propio reco- ‘nocimiento hasta el Estrecho, lo continte en todo este, hasta ‘su embocadura en la parte del sud, y vuelta por el mismo 4 ese “puerto.” Ni se diga que estas disposiciones se limitaban al reconoci-_ miento de las costas, porque le citariamos otras reales ordenes que daban al Gobierno de Buenos Aires, los mismos poderes y la misma autoridad para administrar y explotar aquel territorio, que tenia para cualquiera otra parte de sus provincias. ‘Se pre- “venga al Gobernador de Malvinas, decia el mismo Ministro al - “Sr, Bucareli, de tener alli una fragata de dotacion para el uso. ‘de la colonia, con las embarcaciones menores que se encuen- “tran en ella, para su comunicacion con Montevideo, y los obje- “tos que, sobre el reconocimiento del Estrecho, disfrule de las made- “ras y del cultivo de los indtos, se prevendraén adelante;” (17) Se in-_ vestia pues al Gobierno de Buenos Aires del alto dominio sobre las cosas y sobre las personas, con el cuidado y la responsabili- dad de preservarlas de los insultos y ataques exteriores. ;Y noes esto lo que constituye el ejercicio del derecho de soberania en su sentido mas lato? | A pesar de la exigitidad de los recursos con que contaba el Gobierno de Buenos Aires, y de las multiplicadas atenciones del Gobernador de Malvinas en los primeros momentos de su instalacion, se llevaron 4 efecto estas medidas. ‘Tres expedicio- nes salieron casi al mismo tiempo, y por distintos rumbos, del Puerto de la Soledad, al mando. del capitan D. Domingo Perler, del teniente de navio D. Francisco Gil, y del teniente de fragata D. Manuel Pando, para averiguar el parage de la poblacion in- glesa, que todos afirmaban existir en el Estrecho de Magallanes, 6 en sus adyacencias. En una instruccion, habilmente formada por el Comandante de Malvinas, se manifestaba el objeto de es- te reconocimiento, con un trasunto de las reales 6rdenes que lo inculcaban (18). Debian entre otras cosas, reunir cuantas no- (17) Real Orden de 3 de Octubre de 1766. , . (18) Estas reales ordenes son las de 29 de Diciembre de 1766, de 7 de Febrero, 29 de Septiem- bre, 13 y 14 de Noviembre de 1767, a las que pueden agregarse otras que indicaremos despues. ticias les fuese posible adquirir sobre la navegacion del Estre- cho’ de Magallanes, y reconocerlo prolijamente hasta donde le permitieran los tiempos y los viveres que llevaban. (19) Entre estas medidas de seguridad hubo una de progreso, y es de sentir que se hubiese malogrado. A principio del afio de 1765 un buque espafiol, de los que se llamaban registros, con destino al Callao, naufragé en la costa oriental de la Tierra del Fuego, | en los 54° 30 de latitud austral. Afortunados en su desgracia, to- dos los individuos de la tripulacion, que constaba de 200 hombres, se salvaron, y como sucede en estos casos, se OCuparon en reti- rar del buque que se habia inutilizado, todo lo que podia servirles 4 construir otro. En esta embarcacion volvieron 4 Buenos Aires, y dieron cuenta de lo que les habia sucedido, y de lo que ha- bian observado. Lo que mas ponderaron fué la seguridad del puerto, y la hospitalidad de sus habitantes; y estos informes, transmitidos 4la Corte de Madrid, la decidieron a mandar que se hiciese un formal establecimiento en aquellos parages, para que sirviese de puerto de arribada “para los buques que no pu- diesen montar el Cabo de Hornos;” encargando al Gobierno de Buenos Aires de enviar 4 la Tierra del Fuego dos 6 mas Misio- neros para poblarla. (20) Estas disposiciones, repetidas con empefio (21), tropezaron en la contrariedad de los tiempos, segun resulta de los diarios de navegacion: y cuando el Gobernador Bucareli dio cuenta de estas dificultades, se le contest6 que preparase una hueva expe- dicion, y adoptase todas las providencias para que tuviese el efecto que deseaba su Magestad (22). 3 } _ No eran pues efimeros estos proyectos: ellos amunciaban un, yasto plan de colonizacion que meditaba la Corte de Espatia para. asegurar estos puntos extremos de sus posesiones ultramarinas, contra las miras patentes « ocultas de las potencias rivales. y; de una de las'reales 6rdenes que acabamos de citar (la de 6 de Diciembre de 1769), se infiere que el principal objeto que se tuvo en vista en e! establecimiento de Nuestra Sefiora de la Soledad en Malvinas, fué el reconocimiento del Estrecho de Magallanes, y el entrar en relaciones con los indigenas, para explorar su terri- toro. Tal erael celo con que se miraba la introduccion de los ex- trangeros en cualquier punto de la region Patagonica, y de la (19) Las instrucciones son las de 8 de Febrero de 1769. (20) Real Orden de 2,3 y 4 de Octubre de 1766 (21) Reales Ordenes de 29 de Diciembre de 1766, de 7 de Febrero, 21 de Agosto, 17 y 29. de Septiembre, 13 y 14 de Noviembre de 1767, de 3 de Septiembre y 25 de Febrero de 1768, de 1.° de Mayo, 6 y 11 de Diciembre de 1769, y de 7 de Febrero 1770. (22) Real orden de 11 de Septiembre de 1769. Tierra del Fuego, inciuso el Estrecho de Magallanes, que ha- biendo enviado una fuerza naval al mando del capitan de nayio D. Juan Ignacio Madariaga, para desalojar 4 los Ingleses del Puerto Egmont en las Malvinas, y temiendo que estas hostilida- des hiciesen mas dificil la negociacion de paz, entablada con la. Inglaterra, para la cesion pacifica de‘aquel punto, expidié érde- nes urgentes al Gobernador de Buenos Aires de suspender, si posible fuera, por entonces este ataque, y de limitarse 4 una nueva protesta contra el establecimiento del Puerto Egmont, 6 de algun otro parage de las islas Malvinas; “pero de llevar 4 “efecto, con fuerza y vigor, las 6rdenes relativas 4 la ocupacion ‘de cualquier punto de estas costas, del Cabo de Hornos, del. Es- “trecho de Magallanes, y dela parte del sud del continente, 6 “tierra firme.” (23) 3 Estas expediciones, sin resultado por causas extrafias 4 la colonizacion intentada en la Tierra del Fuego, fueron propicias 4 la de la costa Patagénica. El Comandante Pando, 4 su regreso de aquellos mares, recalé en Puerto Deseado, cuyo reconoci- miento form6 el objeto de un trabajo especial en que traté de las ventajas de su situacion, para la facil arribada de los buques que navegan al sud, por fortuna de mar, 6 para rehacer sus provi- siones, 4 lo que se prestaba oportunamente por la abundancia de caza, pesca y agua potable. Estas noticias, y las que habia transmitido el capitan de fragata D. Domingo Perler en otro re- conocimiento, que por orden del Gobernador Bucareli habia he- cho en toda la costa, desde el Cabo de San Antonio hasta el Estrecho de Magallanes, llamaron la atencion del Gobierno Es- paiiol sobre esta parte del Continente Americano: y mientras se tomaban nuevos informes sobre Puerto Descado, mando que se procediese sin demora 4 la fundacion de dos establecimientos en el Puerto de San Julian, y en la Bahia sin Fondo: y en ins- trucciones reservadas con que acompafio la cédula (24) al Virey, bajo cuyas érdenes debia obrar el Superintendente de estas nue- vas poblaciones, expresaba el motivo que tenia para apresurar su existencia, 6 importa 4 nuestro objeto manifestarlo. “Con mo- “tivo, decia el Ministro Galvez, de la guerra que subsiste entre “la Inglaterra y sus colonias sublevadas de la América Septen- “trional, y de la poca esperanza que tiene el Gobierno Britani- “co de reducir 4 la obediencia aquellas grandes posesiones que “hacian uno de los mayores resortes de su poder maritimo, pien- “‘sa la Corte de Londres indemnizarse de la pérdida que Ja ame- “naza, por el medio de adquirir alguna posesion en la América’ “Meridional, haciendo establecimientos en la expresada costa (23) Real Orden de 24 de Agosto de 1770. (24) La cédula es de 24 de Marzo de 1778, y las instrucciones llevan la fecha de 8 de Junio siguiente, ~ EDT, 5 Sere “Patagdnica, que tienen bien explorada y reconocida varios na- Syecantes yaventureros dé:su'acion. so... 64 ° Todos estos reconocimientos fueron adelantados el afio siguiente, en una nueva expedicion, destinada principalmente & penetrar en el Rio Colorado. Su gete era elmismo piloto Villa- rino, que salié del campamento formado en aquellas inmedia- ciones, el 23 de Abril de 1780, y adonde volvié el dia 27 del mes siguiente, despues de una penosa navegacion. Examino con el mayor esmero todo cuanto podia contribuir 4 dar una idea, sino perfecta, al menos clara de la importancia de este canal desco- nocido, para comunicar con las provincias mas retiradas del vireinato. Hallé las orillas muy pobladas de Indios, con quie- nes tuvo frecuentes relaciones, y alli conocié al famoso Cacique Negro que debia en estos mismo campos ser su verdugo. Los gastos de estos establecimientos, onerosos en tiempo de paz, llegaron 4 ser insoportables, cuando estall6 la rebelion (31) Real Orden de 23 de Julio de 1779. - ee | ‘entre Ios Indios del Perd, capitaneados por el} famoso cacique — Tupac-Amaro. ‘Toda la atencion de los Gobiernos inmediatos, am todas las fuerzas y los recursos de que podian disponer, fueron] © 7 empleados en apagar este gran incendio que amenazaba consu- — a mir el poder de la Espafia en sus colonias. La insurreccion ha- i bia cundido con una rapidez-asombrosa, y solamente un esfuerzo extraordinario podia contenerla, sino sofocaria enteramente. An- tes que llegasen las érdenes de Madrid, se habian puesto de acuer- do jos vireyes de’ Buenos Aires y de Lima, para dirigir sobre. a él Pera sus mejores cuerpos que debian obrar de concierto para oe atacar 4 los Indios en sus propias guaridas: perto, por mas pron- tos que fuesen estos auxilios, la sangre corrié 4 torrentes, antes — que se pudiese estanearla. Las distancias eran inmensas, y la as- pereza de los caminos, la falta de medios de conduccion, para los bagages y el tren del ejército, oponian obstaculos continuos y & veces insuperables, 4 sus movimientos. Todo el afio de 1781, y gran parte del afio siguiente,fueron sefialados por grandes des- astres 6 imponderables sacrificios. Entretanto, tal era el fervor con que se llevaba adelante la obra de la colonization, que NO © fué interrumpida. Mientras se extendian los: reconocimientos al rededor del establecimiento recien formado en el Rio Negro, se echaban los cimientos de otros en la Bahia de San Julian, pun- ; to indicado en las instrucciones del Ministro Galvez al Virey —— de Buenos Aires, como mas inmediato al Estrecho de Magalla- nes para dominarlo. D. Andrea de Viedma, encargado de esta expedicion, salié de la rada de Montevideo, 4 principios de 1780, en tres buques de la marina real. La navegacion fué larga y enfadosa, y apenas se consiguié dar fondo en la Bahia de San Julian 4 los 70 dias de viage; tanta fué-la impericia de un piloto Ingles embarcado abordo del navio almirante ! sist Despues de reconocido el terreno y de trabar amistad con los caciques de las tolderias vecinas, se sefialé el parage que pa- recié mas 4 propésito para la poblacion, y se dieron las érdenes para fundarla. Entretanto se recojian datos, y se hacian apres- tos para explorar e! pais, empezando por el sud, con el objeto. de abrirse camino para el Estrecho. El Superintendente Viedma diricié personalmente esta expedicion, que debia examinar el . curso del Rio Santa Cruz, del que hizo una prolija descripcion en su diario. La exactitud de sus observaciones ha sido atesti- — guada por el capitan Fitz-Roy, uno de los altimos y mas diligen-. tes exploradores de la region Patagonica y del Estrecho de Ma-_ gallanes, quien se valid de los descubrimientos de Viedma, para determinar el origen y el curso de aquel rio, tan retirado como desconocido. Una prueba mas positiva del mérito de los traba- jos de Viedma, es haber fijado'con una precision ciertamente Sorprendente, por los pocog 6 ningunos auxilios con que conta- ee eet ba, los puntos principales de la costa, que eran entonces poco menos que ignorados. En todos ellos entré en relacion con los Indios cuyos caciques nombra en su diario; y estas relaciones, de un caracter benévolo, tenian por objeto atraer los indigenas ala amistad de los Espajioles, para facilitar la fundacion de nuevas colonias. | Entretanto continuaba con.un celo incansable el piloto Vi- larino sus reconocimientos en los. parages mas inmediatos al fuerte del Carmen. Despues de haber examinado los Puertos de San Antonio y San José enla Bahia de San Matias, pas6 4 ex- plorar la Bahia de Todos Jos Santos, las Islas del Buen Su- ceso, y el desague del rio Colorado, que sondeé con la espe- ranza de hacerlo navegable. En estas diligencias invirtid los tres primeros afios de su permanencia en aquellos destinos, dejando para despues las mas arduas de todas, cual era el reconocimien- to del Rio Negro. En aquel tiempo eran numerosas y hostiles las tribus diseminadas en el vasto territorio, comprendido entre -la Cordillera y las costas de Patagonia. Una linea de fuertes se desplegaba al derredor de los pocos establecimientos rurales de la frontera, y sim embargo eran insuficientes para garantirlos. Los vireyes trataban con miramiento 4 los caciques, cumpliendo con las érdenes que recibian, y amoldéndose tambien al ejemplo de los Gobiernos europeos, que no tenian en menos de declararse tributarios de los berberiscos. Esta conducta no era ciertamente , la mas acertada para someter 4 los que amagaban el pais y diez- maban 4 los habitantes. Otra fué la que se adopté despues; mas ‘ninguno de los delegados del Gobierno Espafil se atrevié 4 de- safiar abiertamente 4 los Indios. El virey Ceballos que quiso ha- cerlo, encontr6 una fuerte oposicion en sus gefes, y sin embargo todos ellos habian acreditado valor en los varios encuentros que habian tenido con los barbaros: lo que indica que no los_retraia el miedo, sino la magnitud de la empresa, y la dificultad de reu- nir los elementos que consideraban necesarios para asegurarla. Contra estas preocupaciones tuvo que luchar Villarino, cuando se propuso examinar el curso del Kio Negro. Ninguna ‘yelacion existia entre los Indios que poblaban sus orillas, y los que guarnecian el fuerte recien levantado’ en su boca, ¥ nada se sabia de aquellos parages. | 3 Villarino salié del Fuerte del Carmen 4 fines de Septiembre — de 1782, con 4 buques y 62 hombres de tripulacion. Las aguas eran bajas, porque aun no habian empezado 4 derretirse las mie- - ves: muchas veces tuvo que armar espias y sirgas, y aun sacar del cauce ya seco, 6 embarazado, sus embarcaciones, para arras- trarlas penosamente 4 brazos de hombres. De este modo alcanzé 4 unpunto, de donde aseguré haber visto la cumbre nevada del Cerro de la. Tempestad. 7 oO i Quiso penetrar en un rio que fluye de la laguna de Térmi- nos,6 Huechum-lauquen, y de alliseguir su camino por tierra hasta Valdivia, que segun le afirmaban los Indios, solo distaba de aque- lla laguna 18 leguas: pero no pudo efectuarlo por los muchos saltos y despefiaderos, que imposibilitaban la havegacion, sobre- todo estando el rio bajo. A este punto concurrian todos los anos los cristianos de la plaza de Valdivia, 4 comerciar con los Au- caes y los Pehuenches, que les vendian animales 4 cambio de. -géneros. A la muerte de un cacique llamado Guchumpliqui, es- taba en su toldo uno de estos especuladores, venidos de Valdivia a comprarle todo el ganado que habia robado en las estancias. de Buenos Aires. Ya hemos hablado de la indiferencia con que las autorida- des chilenas miraban tales depredaciones, y este descuido tuyo consecuencias muy funestas para las provincias Argentinas, que veian atrasar su industria, mermar su poblacion y sus haciendas, por falta de cooperacion en un gobierno amigo, que especulaba. sobre estos crimenes, cuando debia haberlos escarmentado. Uno de estos caciques nombré 4 Villarino veintisiete de sus compa- fieros que vivian de esta industria, y con séquitos tan numerosos, como “los granos de arena que tiene el rio en sus ortllas.” Sin contar con mas recursos que los que le proporcionaba el hurto, y contando con la proteccion que encontraban en el es- tado vecino, se lanzaban con furor sobre nuestras estancias, y 7 mantenian en alarma 4 sus pobladores. Entre otras irrupciones fué memorable la del afio de 1780 en el partido de Lujan, uno de los mas centrales de la provincia de Buenos Aires. Muchas-fueron las medidas que se tomaron para asegurarla en lo sucesivo, y una de ellas fué la de aumen- tar el namero de los fuertes y las milicias, obligando 4 sus ha-_ bitantes 4 concentrarse para hallar la proteccion que era 1m- posible darles en puntos mas distantes. Hubo pues que abando- nar establecimientos recien fundados, resignandose 4 pérdidas considerables, y renunciando al desarrollo de la industria y de la riqueza de la provincia. Al afio siguiente algunos caciques Aucaes mandaron 4 solicitar la paz al virey de Buenos Aires, no porque estuvie- | sen dispuestos 4 desistir de sus robos, sino para inspirar con-— fianza, y prepararse con mas seguridad 4 perpetrarlos. El Virey— ‘se nego 4 esta demanda, y tuvo despues motivo de felicitarse de su resolucion, por haber sabido que el mismo cacique, que habia - pa venido 4 tratar de paces en Buenos Aires, habia dejado en el campo 4 sus Indios, para acometer 4 las estancias mas avanza- das. Mientras se sufrian estos males por la incuria del Gobierno ~ Chileno, el de Buenos Aires hacia construir nuevos fuertes para — asegurar las comunicaciones con el Pera y con Chile. . ry6 ‘ ee ES oe er Con distinto objeto, pero con igual tendencia 4 hacer nue- vos reconocimientos en la parie austral del vireynato, encargo -el Gobierno al piloto de la real armada D. Pablo Zizur, pro- yectar un camino que pusiese el Fuerte del Carmen en contacto con la capital de la que quedaba separado por tierra. Esta em-, presa ofrecia muchas dificultades, por el gran nimero de Indios que infestaban aquellos parages, desde la Sierra del Tandil has- ta el Rio Negro; y para dar unvidea de ellas, bastara decir que, para recorrer un espacio de 191 leguas, cuantas son las que se- paran aquel fuerte de la Guardia: del Monte, de donde sali6 la_ expedicion, se emplearon mas de dos meses y medio. | En este estado se hallaban los trabajos de la region Patagé- nica, cuando ocurrié al virey Vertiz suspenderlos. Los obstacu- los que se tocaban para la conservacion de las nuevas colonias, y los ingentes gastos que ocasionaban al vireynato, fueron los motives principales de esta proposicion, que fué aceptada por la Corte de Madrid. Al oficio del virey de 22 de Febrero contest6 el Ministro Galvez el 1.° de Agosto siguiente que: ‘se abandonase efectivamente el establecimiento en los puertos. “y parages de la Bahia de San Julian, dejando en éi una co- “lumna 6 pilastra que contenga las reales armas deS. M., y una “inscripcion que acredite la pertenencia de aquel terreno, el cual ha- ‘bra de ser visitado y reconocido todos los afios al mismo tempo “que lo es el Puerto de Egmont en las Islas Falkland, pudvendo en- “tonces, y aun debiendo ejceutarse lo mismo que en el Pucrio De- ‘sseqdo, donde occurren iguales. motivos para su abandono.” ‘Tambien deber& abandonarse, continuaba la real érden, el “puerto en la Bahia de San Joseph, dejando la misma. sefial ; “respecto 4 que todas las circunstancias que hasta ahora se han “reconocido en él y sus inmediaciones, le hacen inutil del todo: “y para mayor seguridad en lo venidero,.podra scr reconocido “todos los afios desde el rio Negro.” Este era el Gnico esta- blecimiento que debia dejarse en pié, por lo mucho que habia costado, asi como por la extraccion de la sal, de la que hay criaderos. abundantes en sus. cercanias. Se sentia tambien la necesidad de mantener una guarnicion en aquellas. costas, que sirviese al Gobierno de Buenos. “Aires, sea para facilitar los re- conocimientos anuales, sea para estar 4 la mira de los extrange- ros que intentasen ocuparlas. , Con la opinion del virey Vertiz no. se conformé D. Fran- -@isco de Viedma, Superintendente del Rio Negro, quien rebatié todos los argumentos en que la habia fundado, (82) represen- tandole, entre otras cosas, el feliz resultado que habia tenido la expedicion del teniente Salazar, encargado de hacer un nuevo (32) Oficio de 13‘de Octubre de 1783. D ey ees y prolijo reconocimiento del camino descubierto por el piloto Villarino, y que debia poner en comunicacion el Fuerte de San’ Joseph con el del Carmen. Pero estos informes [legaron al vi- rey cuando ya no le era posible retroceder de lo que habia pro- yectado. 7 La confianza que era natural que inspirasen las opiniones del Gefe del vireynato, arrastré 4 la Corte de Madrid en sus errores; pero quedaron perplejos los Animos de los Ministros al tomar una resolucion tan contraria 4 la idea que se habian for- mado de la utilidad de estos establecimientos. Si el virey Vertiz sc hubiese fijado con mas detencion en la cédula ereccio- nal del 14 de Mayo de 1778, hubiera comprendido que dos eran los objetos que se tenian en vista en la colonizacion de las costas Patagonicas: el uno, impedir que los extrangeros se internasen en el vireynato, y el otro, que se estableciesen en sus costas. De estos dos objetos, el primero debia considerarse alcanzado, por la imposibilidad de penetrar en el rio Colorado y el Negro, segun lo habian declarado los que los habian re- corrido: pero subsistian los temores de una ocupacion clandes- tina que estos mismos extrangeros hiciesen de algun punto del h-- toral, y el abandono de los pocos fuertes ya erectos ho era cier- tamente lo mas 4 propésito para calmarlos. Estas consideracio- nes no se ocultaron 4 la penetracion del Ministro Galvez que, 4 las demas instrucciones dadas al Marques de Loreto, suce- sor del virey Vertiz, agregé la orden “de reconocer y examl- ‘nar, con la reflexion y exactitud que le son propias, todos los “documentos y planes que existen en la secretaria, 6 archivo de ‘ese vireynato, relativos 4 ese importante asunto, tomando las “demas noticias que estimdre precisas. Y que bien meditado | “todo, especialmente los dictamenes, que dieron 4 su antecesor, “e] Brigadier D. José Custodio de Saa y Faria, y el Capitan de “navio D. Pedro de Cardenas, sobre la Bahia y Puerto de San “Joseph, exponga V. E. el juicio que formare sobre el abando- “no de este y los otros establecimientos de la Bahia de San Ju- “lian y Puerto Deseado; como tambien sebre la reduccion del de rio Negro, 4 fin de que, bien enterada 8. M., pueda resolver ‘eon el debido conocimiento, si han de quedar enteramente ‘abandonados y desiertos los referidos parages, 6 si convendra “volver 4 erigir pequefias poblaciones en algunos de ellos, cuan- “do lo permitan los grandes gastos y empenos con que se halla “oravada esa real hacienda, de resulta de las guerras dltimas*y “conmociones interiores de esas provincias.” (33) | El Marques de Loreto, que se inclinaba al fomento de las colanias, no pudo salvarlas, porque a la llegada de la real érden (33) Real Orden de 19 de Septiembre de 1789. - que acabamos de transcribir, ya se habian retirado los poblado- res y la guarnicion de la Bahia de San Julian, y por haber crel- do poco importante la ocupacion del Puerto de San Joseph. To- da su atencion se concentro desde luego en el establecimiento del Rio Negro, y en trabar relaciones con los Indios para conte- nerlos en sus depredaciones, ya que era imposible sujetarlos de otro modo. aig ; A fines de aquel afio de 1784, vino personalmente 4 Buenos Aires el famoso Cacique Negro, con una numerosa comitiva, a tratar de paces con el Gobierno, y de los informes que did de las tribus mas inmediatas 4 las fronteras, resultaba que ascen- dian A cerca de 4000, diseminados en una gran extension de ter- ritorio, desde las faldas de la Sierra de la Ventana hasta las ori-.: llas del Rio Negro. Venia este cacique como enviado de 16 de sus compafieros, que ofrecian someterse al Gobierno bajo aleunas condiciones que fueron admitidas. Pero este arbitrio, ni suspen- dié las incursiones de los Pampas, ni contuvo 4 los Aucaes, que continuaban 4 talar nuestros. campos. Se reconocié pues la necesidad de renunciar 4 las medidas. pacificas, y de tomar la defensiva contra estos irreconciliables enemigos del nombre cristiano. . El desenlace de la rebelion de Tupac-Amaru habia resta- blecido el 6rden en todos los puntos del vireynato, y no fal- taban elementos para emprender otra guerra. Todos los cuerpos que se habian enviado al Pera habian regresado; y las milicias, que en su ausencia habian ocupado su lugar en el servicio pabli- blico, se hallaban en el mejor pié de organizacion y disciplina. Las invasiones de los Indios, hechas mas frecuentes desde algun tiempo, habian contribuido 4 formar su espiritu, y 4 inspirarles confianza en sus gefes. Uno de los que mas se habian distingul- do, por su pericia y valor, era el Maestre de Campo Amigorena, que mas ocasiones habia tenido de ilustrarse, y este fué el desti- nado 4 ponerse al frente de la expedicion, que debia obrar con- tra los Pehuenches,:en la frontera de Mendoza; mientras que otra fuerza. atacaria 4 los Pampas que habian vuelto, 6 que mas bien nunca habian desistido de sus acometimientos. Esta ultima expedicion, que salid del fuerte del Carmen al mando de su mismo Superintendente D. Juan de la Piedra, fué sumamente desgraciada, y cost6 la vida 4 su gefe, y al piloto Villarino, que cayeron en la red que les habia tendido el Ca- cique Negro. El timico que se salv6 de estas asechanzas fué el teniente D. Leon Ortiz de Rosas, 4 quien respetaron los Indios, como yerno de D. Clemente Lopez, hombre de gran prestigio entre ellos, por la nobleza de su caracter y la generosidad de gus acciones. Estos sucesos, y-los recelos, que nunca abandonaban la Cor- te de Madrid, de las miras de las potencias extrangeras, la inci« taron 4 renovar las 6rdenes de reconsiderar las medidas provo- cadas irreflexivamente por el virey Vertiz. (34) Ni eran infun-— dados estos temores, porque, casi al mismo tiempo, se esparci6 Ja voz de dos establecimientos Ingleses, formados, une en Puer- to Deseado, y otro en un parage misterioso, designado con el nombre de Nueva Irlanda, que por las indicaciones que se da- ban, correspondia 4 la Isla de los Estados, al este de la ‘Tierra del Fuego. El que primero divulg6 la noticia de este tltimo es- tablecimiento, fué el capitan de un buque inglés nombrado Har- fort Packet, testimonio intachable por su origen, y por la re- lacion que hacia de su descubrimiento. Exhibié originalmente al Gobernador de Malvinas el diario de su navegacion, en que — habia apuntado la latitud del punto ecupado por la nueva colo- nia. y el ntmero de sus habitantes que, segun dijo, no eran Mari-_ nos, sino agricultores, protegidos por una guarnicion y un buque de guerra. Estos detalles levaban tal caracter de gravedad y evi- dencia, que no permitian al Gobernador de Buenos Aires, muy especialmente encargado de la conservacion y vigilancia de esta parte importante de su territorio, de trepidar en tomar las medi- das mas eficaces para ‘desalojar 4 los itrusos. Nadie le» pa~ recid mas 4 propdésito que el mismo Gobernador de Malvinas, — D. Ramon de Clairac, oficial distinguido de la marina real, y observador diligente de aquellos mares. — Se le ordend pues embarearse 4 la mayor brevedad, y empezar sus reconoci- mientos por Puerto Deseado, para continuarlos hasta mas al sud del Estrecho de Magallanes. Salié efectivamente el Gobernador de Malvinas del Puerto de la Soledad, y 4 mediados de Abril de 1789 lleg6 4 Puerto Deseado, en donde un marinero portugues le inform6é que, 4 menos de dos leguas, al norte de aque! punto, Jos Ingleses habian construido una casa de madera, cerca de una salina, de la que se valan para curtir cueros; y con ar- reglo 4 sus imstrucciones, mand6 al comandante de otro buque © de su convoy 4 destruirla. Incidentes que no es del caso rela- tar, retardaron la ejecucion de la segunda parte de este encargo, y solo al cabo de algun tiempo la lleno el teniente de navio D. Juan José Elizalde, pero sin poder sorprender 4 los invasores, que ya se habian retirado de la Bahia de Nueva Irlanda, 4 la que fué dado e! nombre de Puerto Arredondo, en obsequio al virey que presidia entonces estas provincias. Las continuas tentativas de los extrangeros para apode- rarse de las pesquerias, en estos y otros mares contiguos 4 los dominios Espafioles, indugeron la Corte de Madrid 4 organi- zar una Compania Maritima (35) para la explotacion de este im- (34) Real orden de 13 de Agosto de 1787. (35) Real Orden de 25 Febrero 1792. er) Pi nestle Se rcs jportante ramo de industria; y uno. de sus principales. asientos fué Puerto Deseado. (36) Con este motivo volvié 4 levantarse este establecimiento, y debian formarse otros, para dar mas im- pulso 4 los trabajos de la Compania. No se oculté al genio pers- picaz del Conde de Floridablanca, recien llamado 4. los conse- jos de la Corona, cuan improvida habia sido la medida tomada por sus antecesores, de apagar los focos de poblacion que de- ‘bian animar 4 esas partes extremas de las posesiones ultramari- nas; y cuando el Director de la,Compafiia Maritima representé Ja imposibilidad de sostener la colonia, de Puerto Deseado, dis- puso el Ministro que el virey de Buenos Aires le franquease todos los auxilios, “porque convenia, mantener 4 toda costa, la “posesion de aquel- punto, aunque solo fuera como presidic.” Y el deseo de ponerla fuera de toda emergencia hizo exo- nerar despues 4 la Compaiiia, de la obligacion de fomentarla, to- mando el Gobierno 4 su cargo enviar pobladores y soldados 4 San José, Rio Negro, Puerto Deseado y demas presidios que se -fweran formando, sin mas obligacion por parte de la Compafia, que sostener sus factorias, para lo cual se. hicieron nuevas y mas generosas concesiones. (37) Pronto se descubrio que sus apuros provenian de »la prevaricacion de sus agentes, que fueron rem- plazades, y obligados 4 volver 4 Exspatia a presentar sus descar- gos. (38) Estos desérdenes comprometicron por segunda vez la existencia de estos establecimientos, que otros sucesos hicieron perder de vista despues. Subsistié el de Puerto Deseado hasta fines de 1806, en que fué desamparado, Lo que mas influyé en este abandono, segun represento su tltimo comandante, fué la falta de viveres, y la ninguna esperanza de conseguirlos del Go- bierno de Buenos Aires, ocupado entonces en rechazar y repa- rar Jos estragos de la primera expedicion Inglesa, al mando del General Berresford. (89) | No dejé por esto el Gobierno de atender a la costa Patag6- nica, donde quedaba en pié el Fuerte del Carmen en la orilla del Rio Negro. Su primer explorador habia revelado la importancia de este rio, y el partido que podia sacarse de él para faciiitar la comunicacion mercantil con el reino de Chile; como habia ma- nifestado tambien la necesidad de ocupar la isla de Choelechel, paso preciso de_los Indios que venian del otro lado de la Cordi- llera 4 depredar nuestras estancias. Con estos antecedentes pro- puso ei Sindico del Consulado de Buenos Aires, que lo era en- tonces D. Vicente Antonio de Murrieta, practicar un nuevo (36) Reales ordenes de 2 de Agosto y 18 de Septiembre de 1792. (37) Real Orden de 15 de Septiembre de 1792. > (38) Oficio de D. Juan Criséstomo Martinez, de 28 de Diciembre de 1807, al virey de, Buenos Aires.. : d ~~ (39) Informe de Villareal, sobre contener y reducir & la obediencia 4 loa Indios del reino- de Chile, En el tomo 23 del Seminario Erudito, pag. 129 y 17%. — 38 —* reconocimiento para completar los trabajos de Villarino. Coin- cidian estos deseos con la tradicion de un antiguo camino ear- ril que cruzaba las Pampas, y se dirigia por un bosquete, cerca de Valdivia, y con la opinion de D. Feliz de Azara, que encargado por el virey Melo de proyectar una nueva linea de fronteras, habia indicado la ocupacion de este punto de Choe- lechel, como indispensable para ascgurar los establecimientos: mas al sud de estas provincias. Los peligros que corrian recla~ maban toda la atencion del Gobierno, que era por otra parte lla- mada, por ordenes urgentes de la Corte de Madrid, & la defensa de las costas. Tan completa era la confianza que se tenia en el celo: del Gobierno de Buenos Aires, que de las tres.expediciones (40) que se organizaron en Europa en el curso de pocos afios para. explorarlas, ninguna debia ocuparse de las poblaciones extran- geras que pudieran haberse establecido clandestinamente en al- guno de aquellos parages. Y lo que prueba que no era menos el crédito de que disfrutabam los trabajos executados en Buenos, | Aires, fué la recomendacion hecha al virey (41) de comunicar-- los 4 Malaspina, encargado de un reconocimiento cientifico del vasto litoral del continente Americano, para completar los traba~ jos hidrograficos de la monarquia Espafiola, emprendidos y le- vados 4 cabo, bajo la direccion del Brigadier Tofino, y de otros: oficiales de la marina real. Los recelos de la Corte de Espafia se habian aumentado- por la guerra en que se hallaba con la Repdblica Francesa,-y como se consideraba asequible la navegacion del Rio Negro y del Rio Colorado para conmover los reinos del Pera y Chile, el yirey Melo, por ordenes expresas que le fueron transmitidas,, mando hacer un nuevo y mas prolijo reconocimiente de este al- timo rio,que no estaba tanresguardado como el primero.Present6. el Piloto Pefia et diario de su viage, (42) cuyo resultado fué de- jar confirmado el juicio que habia formado de él Villarino, aun- “que con alguna diferencia en los detalles. Poco fondo, muchas. restingas en la boca, tierras anegadizas en las: orillas, y expues- to 4 los vientos del sud y del sueste, que son dominantes en aquellos mares. Pero ya empezaba 4 sentirse la necesidad de extender vans al sud las fronteras del vireynato, y de abrir comuni- caciones mas faciles con el reino de Chile. Las noticias que ~ eee eee (40) La primera y segunda al mando del capitan de navio D: Antonio de Cordova en 1785 y 1786, 1788 y 1789; y la tercera bajo la direecion de D. Alejandro Malaspina en 1791. (41) Reales Ordenes de 12 de Marzo, y de 4 de Abril de 1791. (42) Diario que hizo el primer piloto de la Real Armada D. Joseph. de la Pefia, del Rio Negro de Patagones 4 la Bahia de todos los Santos, Bahia Anegada, y Rio Colorado, en Mayo de 1795. } 4 4 — 39 — habia recojido Villarino en su exploracion del Rio Negro, despertaron el celo de los amigos del bien ptblico, que se ofre- cieron 4 prestarse mutuamente el auxilio de sus luces y expe- riencia. No todos convenian en el punto mas favorable al tran- « sito de la Cordillera. Cerro y Zamudio daban la preferencia al boquete de Atuel que se dirige 4 la ciudad de San Agustin de Talca; Barros al boquete de Achihueno, que conduce 4 lade Chillan; Molina y Cruz, al de Atuco que desemboca 4 la isla de Ja Laja cerca de Chillan; y Souillac que, por érden del virey Sobremonte, fué 4 reconocer el camino sefialado por Zamudio, confirmé y amplié sus descubrimientos, habiendo presentado un proyecto para hacer navegable el Rio Claro, y poner en contac- to la ciudad de San Agustin de Talca con la Nueva Bilbao en la boca del Maule. ; Cuantas ventajas hubiera reportado el co- mercio de estos descubrimientos, si el Gobierno de Buenos Aires hubiese sido segundado por el de Chile, que era el mas intere- sgado en sacar 4 su comercio del estado de aislamiento en que yas cia! Pero nada pudo vencer su apatia, y Zamudio, Molina y Cruz, que eran Chilenos, presentaron sus diarios al Cabildo de Buenos Aires, teniendo mas confianza en una corporacion extra- fia que en la de su propio pais. Y realmente si se recorre la historia de los tiempos pasados, se hallara al Gobierno de Chile siempre indiferente 4 todo cuanto podia contribuir 4 estrechar sus relaciones con el de Buenos ‘Aires. Ya hemos visto el ningun cuidado que tomaba de sus In- dios, cuyos acometimientos favorecia; y muchas pruebas de su sndolencia ministrarian los anales de las provincias de*Cuyo, que por tantos ufies formaron parte de su jurisdiccion, sin que leg _-quedase un solo monumento de sus desvelos. Por su singularida merece set recordado un hecho clasico de esta-indiferencia, tan opuesta al celo incansable de los Gobiernos de Buenos Aires. El rico mineral de Uspallata en la provincia de Mendoza fué descubierto en 1638, y cerca de un siglo y medio despues, en 1776, cuando las provincias de Cuyo fueron reunidas 4 este vi- reinato, se hallaban en el mismo estado en que estaban el dia de su descubrimiento. : Este abandono se notaba hasta en los asuntos que debian haberlo estimulado, por las ventajas que les prometian. Nada mas importante para él que la abertura de un camino carril, que activase su comercio interior con las provincias y la ciudad de Buenos Aires; y sin embargo cuando Zamudio lleg6 4 San Aoustin de Talca en un carro que habia hecho rodar por la Cordillera, la sorpresa que caus6 su aparicion no parecié digna al Ayuntamiento de aquella ciudad del sacrificio de 213 pesos que habia franqueado 4 Zamudio, bajo la varantia. del Consula- do de Buenos Aires. Muy crecida seria la cuenta de lo que he mice ALS men eostado A Buenos Aires en sangre y dinero la exploracion de 12 region Patagonica, cuyo dominio le disputan ahora los que nada han hecho para ayudarle. ; Ni se entibid este zelo bajo las autoridades nacionales que veemplazaron 4 los delegados de la monarquia Espafiola.Los cui+ dados y los peligros que rodearon 4 los magistrados: nuevamen-- te electos, no les hicieron perder de vista esa parte importante del-territorio de la Repablica. La 1..* Junta que se instalé des-- pues del dia memorable de 25 de Mayo de 1810, recibio el ho- menage espéntaneo de los caciques: de las: tribus del sud, y . una de sus principales medidas fué preparar una expedicion al mando del Coronel D. Pedro Andres Garcia, para organizar=- las. (43) Sino temiésemos: rebajar la dignidad de-este acto, diriamos que equivale 4 la aceptacion que hace-el legatario- dé- una herencia, con la obligacion de conservaria.. , Con este objeto convocé 4 principios de 1812 4 los princi- pales caciques Pampas para comunicarles su intencion de arran- carlos 4 la vida errante, y de reunirlos en: poblaciones, empe- zando por lade Salinas. Otro parlamento de caciques y capita- nejos (44) se celebré en la frontera de Mendoza para hacer re-- conocer al nuevo Gobierno de estas provincias; el que tuvo lu- gar. en el mismo: Fuerte de San Carlos, . donde pocos afios des- . pues volvieron & yuntarse por érden del General San Martin pa- ra segundar uno-desus estratagemas. | Despues de los gloriosos triunfos de Tucuman y Salta, toda ‘4 atencion del Gobierno de Buenos Aires se dirigié 4 la or- ganizacion de un ejército. destinado-4 continuarlos.. Sin dejarse: » arredrar por los obstaculos que le oponia la naturaleza, el Gene- ral Argentino, con el valor que desplegaron Anibal y Napoleot en ‘el paso de los Alpes, se decidié 4 trepar los Andes. Seis ca- minos, mas 6 menos frecuentados, pero todos: escabrosos, le ofrecia esa inmensa cadena de rocas que corre de un cabo al otro del continente Americano: El 1.? en la Provincia de la Rioja que desemboca a Coquimbo: el 2.°, llamado de los Pa- tos, entre la provincia de San Juan y el. valle de Putaendo: el 3.° de Uspallata, entre la provincia de Mendoza y el valle de Aconcagua: el 4.° del Portillo, que conduce al valle de San Ga-. priel: el 5.° de las Damas, enel valle Colchagua; y el 6. ° del Planchon, en el de Talca.. Este altimo,. el mas al sud de los: que acabamos de nombrar,. fué el que prefirié el General Argen-- tino para distraer la atencion del Gefe Espafiol del verdadero. punto que habia escojido. Y para dar 4 este ardid teda la apa~ (43) Oficio del’Presidente de la Junta, de 15 de Junio de 1810, veinte dias despues de su . instalacion. (44) En la Gaceta ministerial del Gobierno de Buenos Aires, de 19 de Junio de 1812, se- registran sus nombres, con otros detalles de aquelia reunion. ETS lle riencia de un plan acordado, hizo pedir formalmente 4 los Caci- ques que habitaban aquellos valles el permiso de transitar por su territorio. | . -El dia indicado se presentaron efectivamente los Caciques. con gran séquito al Fuerte de San Carlos, donde los aguarda- ba el General San Martin, y alli del modo mas solemne fué pe- dido y acdrdado el paso, con demostraciones inéquivocas de ad-’ hesion y respeto. Los sucesos de la guerra, y otras causas que — no es del caso enumerar por ahora, hicieron malograr es- tos ensayos, que con mas persistencia hubieran librado 4 estas provincias de muchos desastres. Pero no eran muy comunes entonces las ideas de atraer 4 la vida social’ 4 los Indios por medios suaves. Los que se preferian eran. los rigurosos, por un resto de las antiguas preocupaciones que los hacian mirar como. incapaces y hasta indignos de elevarse 4 la condicion de hom- bres civilizados. Si el respeto.con. que los traté el General San Martin no hubiese parecido una parte necesaria de un -estratagema de guerra, hubiera sido desaprobado con la mis- ‘ma unanimidad con que fué aplaudido. 7 Pero no se tard6 en reconocer que solo debia echarse ma- no del rigor cuando se agotaban los medios de templanza. Asi -fué muy, grande el disgusto cuando el Gobernador D. Martin Rodriguez, sin necesidad, m1 objeto, acometid en 1821 4 los . Pampas en Chapaleofa, que venian 4 someterse al Gobierno de la provincia. Esta injusticia predispuso fuertemente 4 los Indios contra todo proyecto de pacificacion, y por poco no comprometi6 la suerte de una gran expedicion que se hizo en 1822, con el obje- to de examinar las inmediaciones de la Sierra de la Ventana, para extender la linea de los fuertes que cubrian por aquel lado las fronteras de la provincia. Las dificultades y los peligros de esta expedicion se hallan extensamente relatados en el diario que Hevoé el ingeniero que la acompafiaba,(45) como se detallan en otros los: _incidentes de los dos reconocimientos que se practicaron, con el mismo objeto, en 1825 y 26, el 1° al sud, desde la costa hasta el Tandil, (46) y el 2.° al oeste, desde los: 36° 27’ 15”, donde aca-. baba la linea que habia recorrido la 1.* expedicion, hasta la Provincia de Santa Fé, por los 34° 18’ 10”. (47) Entretanto continuaban los trabajos de exploracion en fa costa, en los pueblos mas en contacto con los establecimientos publicos y particulares de la provincia. En 1822 fueron someti- dos 4un nuevo reconocimiento, el Rio Negro, el Colorado, y todo el litoral, desde el primero de estos rios hasta la Bahia (45) Ia sido publicado en el IV tomo dé nuestfa Coleccion de documentos inéditos sobre: el Rio de la Plata. (46) Este Diario se halla‘en el tomo VI de la misma Coleccion. (47) El diario de la segunda Comision que recorrié la frontera del oeste, es inédito. 6. i AY 8 de Brigtman al norte del segundo. Ignoramos el destino que ha- yan tenido los planes que levanté el Coronel Cramer, encargado de esta exploracion; lo Gnico que conservamos es el borrador autografo de su diario. (48) Para completar estos trabajos se nombro otra Comision con destino 4 la Bahia Blanca. Este punto, donde existe ahora una poblacion y un fuerte, quedé ig- norado hasta el afio de 1790, en que Malaspina, al pasar 4 los ‘mares del sud, noté este seno que no se hallaba indicado en sus _ mapas. No se detuvo a examinarlo; pero 4 su regreso,; encargo al comandante de uno de sus buques, que debia mandar la esta- cion de Montevideo, de explorarlo, para completar sus recono- cimientos en las costas de Patagonia. 1 Estos trabajos fueron elevados al virey Arredondo, que se hallaba al mando de estas provincias, y desde entonces no se vol- vio & hablar mas de Bahia Blanca; sea por descuido, sea mas — bien por temor de sefialar un nuevo punto de arribada 4 los bu- ques extrangeros que se ocupaban en la pesca de los anfibios. Hasta que penetrado el Gobierno de la necesidad de extender las fronteras, se fijé.en Bahia Blanca, que se presentaba como el mejor puerto de aquellas costas, (49) y decreté la creacion de un nuevo pueblo con un fuerte para protegerlo contra cualquiera tentativa, y bastaron muy pocos afios para hacer de este destino un punto importante. Pero pronto debian anublarse los dias de serenidad que ha- — bian brillado sobre la Reptblica. A los desérdenes interiores se agregaron luego los males de una guerra exterior, que agoté los recursos del erario, y en este desquicio se perdié de vista la reduccion de los Indios, que lo aprovecharon para organizarse. Sus continuas incursiones mantenian en alarma 4 toda Ja provin- cia, y era imposible permanecer en este estado. Los hacendados — ofrecieron su cooperacion para asegurar sus propiedades, y la esterilidad de los medios de que se habia echado mano hasta en- tonces para contener 4 los Indios, decidio el Gobierno 4 hacer una formal expedicion para atacarlos en sus propias suaridas. Varios sucesos hacian urgente esta medida. Un tal Hermosilla, compafiero del famoso bandido Pincheira, atrajo insidiosamente- en sus tolderias al Gobernador de Mendoza, con una numerosa comitiva, y de un solo golpe enluté las familias mas respetables de aquella provincia. Mientras se consumaba este atentado en Chacay, Pincheira amagaba la poblacion de Patagones, 'Toriano la de Bahia Blanca, Chocori, Llanquetruz y otros salteadores, recorrian el campo, asaltaban las estancias, mataban, 6 cautiva- (48) Se halla tambien en el tomo VI,de nuestra Coleccion. __ (AS) El informe de este reconocimiento ha sido publicado en el numero 16 del Registro Estadistico de Buenos Ayres. ; EAE: eis ban 4 las familias, contando con las dificultades con que lucha- ban los Gobiernos, y con la imposibilidad de escarmentarlos. Pero, jcomo pensar en expediciones contra los indios, cuando la guerra civil ardia en todos los angulos de la Republica? Ni entonces, ni despues fue posible organizarlas; y solamente el dia 9 de Marzo de 1833, el egército de la provincia pudo romper su marcha de la Guardia del Monte, é ir 4 acamparse en la mar- gen del Colorado, de donde salieron fuertes divisiones, para re- correr aquellos campos, buscando y combatiendo 4 los bar- baros. Se mand6 tambien ocupar la Isla de Choelechel, para cortar el paso 4 los indios Araucanos; se sometié 4 un nuevo. reconocimiento el Rio Negro y el Colorado, desde sus desagiies en el Océano, hasta donde fué posible remontarlos; y se despa- ché una partida avanzada hasta el rio Balchitas, al sud del Rio Negro, para entrar en relaciones con los indios 'Tehuelches, y otros que pueblan la peninsula de San José, y las inmediacio- nes de Puerto Deseado. Era intencion del Gefe de la expedicion hacer de estos dos puntos el centro de Jas operaciones que, debian emprenderse para someter 4 todas esas tribus, que vagan sin freno en las in- mensas soledades del sud, 4 cargo 4 si mismas y 4 sus vecinos. Pero nuevos trastornos que estallaron en tiempo de la adminis- tracion del General Balcarce no permitieron llevar mas adelan- te esta empresa. Quedoé sin embargo consignado en la tltima proclama dirigida al egército expedicionario, el derecho de la Confederacion 4 la soberania del territorio hasta el Estrecho de Magallanes. ‘“Hacen dos meses, se decia en aquel documento, que “perdisteis de vista vuestros hogares para internaros en las yer- ‘mas y vastas pampas del sud. Habeis operado activamente y sin ‘cesar todo el invierno, y terminados los trabajos de la campa- “fa en un afio, como os lo anuncié al tiempo de nuestra mar- “cha. Vuestras lanzas han despoblado de fieras al desierto; han “castigado los crimenes y vengado los agravios de dos siglos. “Las bellas regiones que se estienden hasta las Cordilleras de “los Andes, y las costas que se desenvuelven hasta el afamado “Magallanes, quedan abiertas para nuestros hyos. , Otra causa que se opuso 4 estos nobles descos fué la usur- pacion de Malvinas, que hizo sentir al Gobierno de Buenos Aires la necesidad de guarnecer los puntos que ocupaba, con fuerzas numerosas, para que bastasen 4 su defensa; y las cir- cunstancias del pais no permitian entonces desmembrar el ejér- cito de la Provincia. Ni ha sido posible hacerlo despues, por los conflictos en que se ha hallado la Confederacion para defen- derse contra los ataques exteriores. Y no es de dudar que con la misma firmeza sostendria los que le corresponden, de un RY pos modo tan legitimo como evidente, sobre toda la parte austral ‘de la Republica, hasta donde se extiende el continente Ame- ricano. sig SEGUNDA PARTE. (ome eee DISCUSSION DE PRINCIPIOS. _ Despues de. haber recordado los titulos de posesion de la Confederacion Argentina 4 la parte austral de su territorio, hasta el Cabo de Hornos, incluso el Estrecho de Magallanes, nos queda que indagar los que pueda haber invocado el Go- bierno de Chile para violarlos. No tenemos 4 la vista el decreto de ereccion del Fuerte de Bulnes en el centro del Estrecho, donde existi6 en otro tiempo la colonia fundada por «Sarmiento, € ignoramos por consiguiente lo que se ha alegado para justificar la ocupacion de un terri- torio separado enteramente de la Reptblica Chilena, y que nunca ha figurado en el namero de sus posesiones: pero bastan estos datos para declararla ilegitima. Los limites de esa Repablica no pueden ser otros que los del antiguo reino de Chile, por razo- nes tan 6bvias, que es escusado reproducirlas. | El respeto 4 los limites establecidos por el poder que go- berné por tantos anos estos Estados, ha sido mirado siempre por el Gobierno de Buenos Aires como una garantia de seguridad y érden para todos los pueblos. Asi lo expreso al primer Enviado que le mandé el G obierno de Washington. “A los grandes prin- “cipios, dijo, de ia abolicion de la guerra de corso, y de la no «eolonizacion Europea en el territorio de América, conviene “agregar este otro—que ninguno de los Gobiernos nuevos de este ‘continente, mude por violencia los limites reconocidos al tiempo de- “la emancipacion. Asi podria sofocarse la semilla de guerras que, “brotando juntamente con los nuevos Estados, tendrian una “influencia funesta en su civilizacion y costumbres.” (50) Fue- ra de este principio no queda mas que la_usurpacion y la conquista, que amagarian, no solamente los. derechos territo- riales de cada Estado, sino lo que tienen de mas precioso los pueblos, su libertad € independencia. Al reinado tranquilo de las leyes sucederia la agitacion de la guerra, la ebriedad del triunfo, con todos los peligros y males que trae consigo una lucha exte- rior, sobretodo, cuando es injusta. (50) Mensage del Gobierno de Buenos Aires, 4 la IV Legislatura. ROSS Mot Lo que mas sobra 4 los Estados Americanos e8 sti tervitorio. Una gran parte del que poseen es inhabitado é inculto: j de qué Jes serviria aumentarlo? En el largo periodo de la dominacion [spafiola, cuando la jurisdiccion: del Gobierno de Chile se ex- tendia hasta las provincias de Cuyo, al éste de la Gran Cor- dillera, su autoridad, en el sentido mas lato, expiraba en el Ar- chipiélago de los Chonos, en los 45° de latitud austral, y aun era nominal este dominio, porque desde la Concepcion _podian avistarse las tolderias de los indios independientes. Estos limites estan ademas tan fuertemente trazados por la naturaleza, que se oponen 4 cualquier proyecto de engrandecimiento, aunque fuese licito concebirlo. Las tltimas ramificaciones de la Cordillera por aquel lado, cortan todas las comunicaciones exteriores é in- teriores. La mar, que se estrella con furor en la costa, los cerros que se levantar con altivez sin dejar ningun paso, sea por lo es- carpado de sus flancos, sea por las nieves eternas que cubren sus cumbres, son obstaculos formidables que quitan toda espe- ranza de vencerlos. “Desde aquel punto, (el golfo de Ancud), “dice un observador moderno, separados de sus Ilanos y de sus “bajas compaiieras de la costa, el cordon de los Andes se vé de “Sepente bafiado por el Océano, y desde alli corre por la orilla “misma, enfurecido con sus repetidos volcanes.” (51) | Muy distinta es la perspectiva que se presenta del lado de la Repdblica Argentina. La ocupacion del Estrecho de Magallanes, que nunca ha dejado de ser parte de su territorio, no tiene para ella ninguno de estos inconvenientes, y cuando el Gobierno de Buenos Aires pueda ocuparse de la realizacion de tantos planes que deja en suspenso la conservacion de su independencia, nada se opone 4 llevar los limites de la provincia hasta donde se extien- den sus derechos. Estos derechos son cierios y evidentes, y no vemos como podrian ser disputados. La real 6rden de 29 de Di- ciembre de 1766, que hemos citado en la primera parte de este escrito, no era una delegacion nueva, sino la confirmacion de un hecho preexistente, y contemporaneo 4 la fundacion del Gobierno de Buenos Aires en los primeros afios de la conquis- ta. Sumas antiguo historiador, en la descripcion que hace de su territorio, afirma que el Rey le concedié 400 leguas de costa sobre el mar “desde la Cananea en la frontera del Brasil, hasta ‘el Estrecho de Magallanes; (52) y no se necesita ser muy ver- — sado en los usos de aquel tiempo, para saber que en esta con- eesion se comprendia todo el territorio que se abre tras de la linea bafiada por el Océano. Asi es que los primeros ensayos de colonizacion en el Estrecho se practicaron bajo la inmediata aes cee ee (51) Domeyko, Araucania y sus habitantes. Santiago de Chile, 1845, (52) Rui Diaz de Guzman, Argentina, cap. 2° direccion de los Gobiernos de Buenos Aires; que 4 ellos, y 4 ningun otro, se comunicaban todas las érdenes, todas las cédu- las, para su conservacion y vigilancia; y que la Gnica voz que se ha levantado, hasta nuestros dias, contra cualquier tentativa hecha para ocuparlo, ha salido nica y exclusivamente de Bue- nos Aires. A los demas hechos que hemos citado agregaremos otro, que por su posterioridad manifesta el celo constante de este Gobierno en mantener ilesos los derechos de la Confedera- cion Argentina sobre aquella parte extrema de su territorio. En Diciembre de 1833, los Sres. Arms y Coan, misioneros Norte-Americanos, desembarcaron en la Bahia de San Gregorio, con Animo de establecer una mision en el Estrecho de Magalla- nes. El General Rosas, que habia vuelto 4 tomar el mando de esta provincia, al poco tiempo de haber regresado de su ex- aa : : % Z ° “ pedicion al desierto, en su primer mensage a la Legisiatura,. anuncio este hecho, diciendo: “Tiene el Gobierno entendido que ‘otra invasion (acababa de dar cuenta de la de Malvinas) de di- “verso género, se ha hecho al territorio de la Reptiblica. Se di- “ce que en la Bahia de San Gregorio, cerca del Estrecho de Ma- — ‘“sallanes, ha sido introducida una pequena colonia extrangera,. “gue, bajo. el nombre de mision religiosa, ha entablado relacio- ‘nes con los indigenas. El Gobierno no puede ser indiferente 4 -éun suceso semejante, y tomandolo oportunamente en conside- “racion, propondra 4 los Sefiores Representantes las medidas ‘que crea convenientes adoptar en defensa y seguridad de los de- ‘rechos de la Reptblica.” (53) 3 Hemos buscado atentamente en los documentos de igual naturaleza que el Gobierno de Chile ha publicado en estos ulti-. mos aiios, los fundamentos de su derecho sobre e! Maga- llanes, y no hemos hallado mas que detalles sobre la. difi- cultad de colonizarlo. La inclemencia del clima, la esterilidad del suelo, la falta’de maderas y de aguas potables, han obligado aquel Gobierno 4 trasladar, al cabo de pocos afios, su pequena. colonia 4 otro punto mas inmediato al Cabo de las Virgenes, y por consiguiente al lado opuesto de su territorio. En una Memo-. ria del Ministro del Interior se insiste en el principio de utili- dad, y en la evidente urgencia de “posesionarse formalmente de “este punto extremo del terriforio Chileno, antes que alguna na-~ “cion Europea, apreciadora de su importancia , hiciese fla- mear en él su bandera.” (54) Que pueda parecer «til al Gobier- node Chile extender su dominacion hasta el Estrecho, no es lo que le contestamos, sino que baste esta conveniencia para Ocu- sarlo. Tampoco podemos admitir que se llame ¢erritorio Chileno (59) Mensage 4.la XIII Legislatura, ‘ (54) Memoria del Ministro del Interior al Congreso Nacional de 1846. ar ss Pee te lo que nunca le ha pertenecido, y que para prevenir la invasion de una potencia Europea, se haya considerado con derecho pa- ra usurparlo. No recordamos haber visto en ningun cédigo. esta facultad de tomar para si lo que corre riesgo de caer en manos agenas. Nila Confederacion Argentina ha dado pruebas de de- bilidad, para creer que miraria en silencio la agresion de una potencia Europea donde alcanza el poder de sus armas. Si ha sido posible privarla de las Islas Malvinas, no Jo seria ciertamente haccr otro tanto en ningun punto continental de su territorio, por mas poderosa que fuese la nacion que lo intentase. S1 ningun titulo tiene el Gobierno de Chile sobre el Estre- cho de Magallanes, ; en qué puede haber fundado su resolucion de ocuparlo? jSeria acaso por haberlo considerado como tierras nullius, 6 por el derecho que los publicistas Jaman de usucapion, declarando arbitrariamente prescriptos los derechos de la Con- federacion? Pero muy facil seria probarle que, ni la calificacion de tierras nullius, ni el principio de la prescripcion, 6 de la usucapion, son aplicables 4 aquella parte de América. Tierras nullius, segun lo indica la misma palabra,son las que & nadie pertenecen, y el Estrecho de Magallanes, desde su descu- brimiénto, ha pertenecido 4 la Espafia, por el derecho de descu- brider y de primer ocupante: y su gobierno, usando de este de- recho, agreg6 esas tierras 4 la jurisdiccion territorial del de Bue- -nos Aires, como mas pr6ximo y en contacto con ellas. Esta de- legacion, que se funda en titulos tan claros y eminentes, nunca fué revocado, mientras duré la dominacion Espafiola en el Nue- vo Mundo, y son infinitos los testimonios del celo con que fué desempefiada por los gobernadores y vireyes de estas provin- cias. Eixpediciones, reconocimientos, fundaciones de colonias, ‘trabajos cientificos, sacrificios imponderables, todo enfin lo que acredita miras de conservacion, y no intencion de abando- narlas. Las autoridades patrias que los reemplazaron, no pusieron menos interés en cl cumplimiento de estos deberes, y si por el estado del pais no han podido hasta ahora desenyolver sus pla- nes, y extender los limites de la Repdblica hasta donde pueden llevarlos, no por eso han caducado sus derechos, que son im- prescriptibles por las leyes de las naciones. ‘Si una nacion, “dice un escritor, cuyas opiniones son decisivas en estas “materias, deja parajes incultos y desiertes en su _territo- “rio, nadie tiene el derecho de ocuparlos sin su consentimiento, ‘“‘Aunque no se valga de ellos actualmente, son suyos estos pa- “rages, tiene interés en conservarlos para servirse de ellos en “lo venidero, y no esta obligado de dar cuenta 4 nadie del uso “que haga de lo que le pertenece.” (55) Y esto es lo que acon- (55) Vattel. Derecho de Gentes, cap. 7, lib. II, par. 86. seja la razon; porque jqué seria la soberania de una nacion, sin el derecho de disponer a su albedrio de lo que le ‘corresponde; de hacer lo que no puede, 6 no quiere en un tiempo deter- minado, y de tomar resoluciones y medidas prematuras, para no correr el riesgo de perder una parte de su territorio? ee Larestriccion gue algunos publicistas han puesto 4 este de- recho, alegando que, “una nacion no debe apropiarse una exten~ % sion de pais demasiado vasta,” y reducir los demas pueblos @ carecer de asilo y subsistencia, entra en-el ndméro de aquellas -deas abstractas, que suclen emitir los escritores para ostentar liberalidad de principios, 6. esmero en mirar las cuestiones por todos lados. Contra la aplicacion de esta doctrina, 6 mas_ bier opinion, hay argumentos de derecho y de hecho; y el primero que se presenta a la mente de cualquiera que la analice, es la imposibilidad de establecer una autoridad que determine la can- tidad de territorio que pueda ocupar una nacion, Su existencia, | aunque fuera el producto del consentimiento undnime de los pue- plos, los degradaria 4 todos, porque los haria bajar del alto pues-. to que ocupan como estados soberanos © independientes. Se opone tambien a este principio la practica de todas las naciones, antiguas y modernas, mucho mas imponente que los conceptos de un escritor, cualquiera que sea su mérito: y basta tender la vista 4 las posesiones Inglesas en el norte de Europa, 4 sus vas- tas colonias en la. Nueva Holanda, en la Nueva Zelanda, -y 4 tan-. tos otros puntos de la Polinesia; 4 las costas norueste de Amé-- rica, adonde ha desbordado la dominacion Rusa, ya demasiado extensa en Europa y en Asia, y a muchos otros ejemplos, que seria largo éinttil aducir. Muy privilegiados deberian ser esos derechos, para prescribir los de la Confederacion Argentina, que los ha proclamado y ejercido,. cuande los que invoca el Gobier- no de Chile son nominales é ignorados. | Pero, supongase que fuera obligacion precisa de los Esta~ dog que _poseen mas territorio del que pueden poblar, cederlo 4 los que no tienen bastante para su sustento. jls este el caso en — que se halla la Confederacion. Argentina con los Chilenos ? jNo ponderan los eseritores de Chile la extension y la feraci-. dad de sus campos, no deploran la escasez de sus habitantes, y — no se empefia en-este momento su Gobierno en atraer a los extrangeros para aumentarlos t 3 ' Este mismo principio de hospitalidad es el que profesa ef Gobierno Argentino, y la facil y benigna acojida que hallan en- tre nosotros los emigrados que abordan a nuestras playas, 4 pe-: gar de los muchos motivos'de disgusto que nos han dado mu-_— chos de ellos, quitan toda su fuerza al inico argumento en_que se funda la restriccion al principio de la inviolabilidad de los’ derechos territoriales de una nacion, porque el Gobierno Chileno — 49 — ofrece voluntariamente 4 los extrangeros el asilo y la subsisten- cia que no hallan en su propia tierra. Y aun sin esto, no basta jue un pais sea desierto para declararlo abandonado. — . En tiempo de Neron un gefe de los Germanos reprochaba a los Romanos conservar en su poder un pais que habian’ convertido en desierto sobre el Rin, diciéndoles:. que “como el “Cielo pertenece 4 los Dioses, asi las tierras vacias son comu- “nes 4 todos los hombres.” Pero este desierto era necesario 4 los Romanos para defenderse contra las irrupciones de pueblos be- licosos que habitaban la orilla opuesta del rio: lo que prueba que hay casos en que el abandono de una parte del territorio nacio- nal, envuelve el egercicio deliberado de un derecho superior a todos los demas, cual es el de su propia conservacion y defensa. Ni es por otra parte tan absoluto y determinado el derecho — de prescripcion en los asuntos internacionales como lo es en los -civiles; y hasta creemos que ninguna analogia puede haber entre ellos. La prescripcion entre particulares tiene por objeto cortar -desavenencias, evitar pleitos, mantenerlos en posesion tranquila de un bien adquirido sin desconfianza: pero muy distinto seria su efecto en las cuestiones politicas. Ningun pueblo sufre con resignacion la desmembracion de su territorio, y, el resentimien- fo que dejan estas ofensas, no se oculta, ni se olvida, sobretodo cuando viene de los vecinos. Las ventajas que el Gobierno de Chile se promete son inciertas, la enemistad que engendra su usurpacion es indudable, y podria dar lugar 4 un conflicto: por- que el Estrecho de Magallanes, por su posicion geografica, es an punto indispensable 4 la seguridad de la Confederacion Ar- gentina, y ninguna consideracion puede inducirla 4 dejarlo en poder de otra nacion, por mas estrechos que sean los vinc ulos de amistad que la unen 4 ella. Esta desconfianza debe haberse aumentado por la natura- jeza de los recursos con que cuenta el Gobierno de Chile para el fomento de su nueva colonia. Su Ministro del Interior, en una de-sus memorias que hemos citado, (56) solicita la coope- racion del Congreso, “para llevar 4 efecto sus planes, 4 lo que ‘nada contribuiria mas. eficazmente, que su autorizacion para “traer la emigracion necesaria de! punto, 6 puntos de donde con- “venga, para repartir entre los colonos una porcion de territo- “rio capaz de sostener sin conflicto una familia, (nico incentivo “gue puede obligar 4 abandonar el patrio suelo.” Y un dia- ‘rio de aquella Reptblica (57) nos revela imcidentalmente la condicion de los primeros fundadores del Fuerte de Bulnes, que sd (56) La de 1846, pag. 15. i (57). El Progreso, en sus numeros de 4 y 5 de Septiembre de 1848. ~) mee SO) ip, se componen nada menos que de deportados. A los demas cuida- dos que tiene pues el Gobierno de Buenos Aires, para mantener” el orden interior de la Confederacion y asegurar su independen- cia, se agregaria el de vigilar sobre un presidio, fundado en sus dominios por un poder extrafio, no solamente para descargarse de sus malhechores, sino para que sirva de asilo 4 todos los fa- ‘cinerosos del mundo. Y esto es lo que el‘mismo Ministro en su altima Memoria (58) llama:—Ensayo honroso, base preciosa, centi-. nela avanzada de la nacionalidad é integridad de la Repiblica! No pretendemos negar al Gobierno Chileno el derecho que’ tiene cualquier gobierno, de deportar a los criminales: digno es: ciertamente de una administracion ilustrada, mitigar el. rigor de las penas, y pensar en la regeneracion de los que las sufren. Pero es en sus propios dominios que debe establecer estos pre- sidios: practicar lo que hacen la Inglaterra, la Francia y la Ru- sia, que no descargan la hez de su-poblacion sobre otros es- tados, sino que la confinan 4 Botany-Bay, 4 Cayena, a Sibe- ria, para no contaminar los demas pueblos. Sin esto: la Confe-— deracion Argentina tendria que agregar a la pérdida de una gran parte de su; territorio, la no menos importante, de su seguri- dad: por que un asilo abierto 4 los vagos y facinerosos de todo- el mundo, 4 espaldas de sus provincias, en contacto inmedia-. to con los Indios que habitan los parages intermedios, fuera de la esfera de accion del poder que los coloniza, seria un amago” continuo al 6rden y tranquilidad de la Repablica. Por mas ge- nerosas que fuesen las ofertas del Gobierno Chileno, para po- plar.su colonia en el Estrecho de Magallanes, no conseguiria atraer la parte pura y laboriosa de’ la emigracion Europea, y solo veria llegar 4 aquellas playas. los que no hallan cabida en ninguna sociedad bien organizada. j Qué medios de coaccion tendvia el Gobierno de Chile para contenerlos, si en cerca de tres siglos no ha podido semeter 4 su poder a los Indios que lo rodean? Estos extranjeros, ya desmoralizados, se unirian 4 las | tribus fronterizas, y 4 su natural inclinacion al robo, agregarian: _ otros estimulos, para hacer mas peligrosa su existencia.. in cual-- quier disputa con los demas gobiernos, los que no se atreverian 4 atacar 4 la Confederacion Argentina, se valdrian de este punto apartado. de su territorio, para promover defecciones y preparar- dificultades, que embarazarian al Gobierno, si no llegasen 4. desquiciarlo, stow | ws) GF Otro motivo en que el Gobierno de Chile ha fundado esta ocupacion, es “la influencia, que tendria en la prosperidad de: ‘aguel estado el paso del Estrecho. de Magallanes, si, como se ‘espera, llegase 4 hacerse facil y seguro, reemplazando el viage (53) La de 1848. ta ty (Mee “Sor el Cabo de Hornos, siempre proccloso y prolongado.” (59) El principio de la utilidad aun no ha llegado, y talvez nun- ca llegue, 4 crear derechos. y 4 justificar usurpaciones. “Un fin ‘laudable, dice un escritor que puede citarse con confianza, no “basta 4 legitimar los medios, que deben ser legitimos por si mis- “mos. Cuando no se puede alcanzar algun objeto bueno y plau- “sible, sin hacer uso de medios ilegitimos, debe tenerse este “objeto por imposible, y abandonarlo.” (60) Admitiendo, lo que no est4 confirmado por la experiencia, que la navegacion interior por el Estrecho de Magallanes sea preferible 4 la exterior del Cabo de Hornos, jcudntas de estas mejoras no ha sefialado el estudio de la geografia, sin que haya sido posible practicarlas?; No estan tambien indicados los istmos de Suez, de Panama, y otros puntos de Centro-América, para facilitar las relaciones comerciales de Ja Europa con el Asia? Y sin embargd ha bastado la oposicion del Baia de Egipto, y la dificultad de entenderse con el Gobierno de Guatemala, para re- - traer 4 las Compaiiias y 4 los Gobiernos que ofrecian sus-cauda- les para, abrirlas. _Fuesen almenos adecuados los medios de que se vale el Go- bierno de Chile para conseguir este objeto. Los obstaculos que se oponen 4 la navegacion del Estrecho no se vencen con. esta- blecer un presidio en sus costas? Se necesitan practicos, marinos, hidrégrafos, hombres cientificos, y no. facinerosos, para repetir los reconocimientos en este paso. dificil de uno 4 otro Océano. La opinion de los que.lo han examinado con mas esmero es que estos obstaculos son insuperables. “El camino descubierto por “el mar libre, es mas facil y de menos riesgo que el indicado por “Magallanes,” dijeron los Nodales, al dar cuenta de su reconoci- miento del E’strecho de San Vicente, 6 Le Maire; y. tales fue- ron las dificultades y los peligros, que encontré el Gefe de las dos tltimas expediciones que mando el Gobierno Espafiol al Es- trecho de Magallanes, que al tratar del problema de la navega- cion que debia preferirse por la mar del sud, dijo: “Otros han “creido ventajosa la del Estrecho de Magallanes, si volvia A es- “tablecerse la Colonia de Sarmiento, en la que encontrandose _ “los navios con practicos, cesarian muchos de los riesgos de la. “navegacion. Pero los rigores del clima que no pudicron resistir “aquellos Espafioles,~ni aun los Holandeses que invernaron “en el Estrecho, y el mucho costo desu manutencion, son consi- “deraciones muy poderosas. De suerte que la razon y.la expe- ores ee sete (59) Memoria citada del Ministro del Interior al Congreso Nacional de 1846, * (60) Vattel, lib. 1.°, cap. 14, §.184. Griencia se unen para determinar que se abandone la navegaciorm _ del Estrecho de Magalianes.” (61) No seremos tan severos como los marinos Espafioles, aun- que nos merezcan crédito sus conceptos. Los progresos de las ciencias, el perfeccionamiento de las artes, han introducido me- joras considerables en la nautica, y sin pretender que se eviten las penalidades de una larga navegacion, podria conseguirse hacerla menos peligrosa. | S; el Gobierno de Chile, penetrado de las ventajas que re- portaria su pais, de la abertura de comunicaciones mas directas,. 6 mas faciles. con el comercio extrangero, hubiese organizado juntas y expediciones para alcanzarlo, no solamente no hubiera encontrado obstaculos en el Gobierno Argentino, sino que podia haber contado con su concurrencia. A ninguna nacion se ha. estorbado en sus trabajos cientificos, y el Capitan Fitz-Roy, er ia relacion de su viage, habla con gratitud de la acogida que’ recibio en el campamento del Colorado. El Sr. Barral, de la ma- rina Francesa extendié sus reconocimientos en el Rio de la Plata y en sus afluentes, hasta los puntos mas retirados de la costa, y que podian habérsele cerrado. Si asi se ha procedido: con los Europeos, que no se hubiera hecho con los Americanos? Pero el Gobierno Chileno no se contenta con explorar el Estrecho, lo.que quiere es ocupar lo que nunca le ha pertenecido, _ y que hasta esta fuera de sus limites naturales. Ni puede atri- buirse esta ofensa 4 ignorancia, porque, geomo suponerse desco- nozean en Chile los verdaderos limites de aquella Repablica? jn qué libro, en qué documento se habla del Estrecho de Magalla- nes como de una parte del territorio Chileno? ; Cuando su ju- risdiccion se ha extendido. hasta el Estrecho, 6 cuando ha pen- sado en dominarlo?—;Y como lo hubiera hecho? Invaden y con- quistan los que tienen lo que se necesita para realizarlo; pero, j quién se lanza 4 ocupar puntos maritimos, sin contar con me-_ dios adecuados para guardarlos ¢ Y sobretodo, jcomo quitarlos. para 2 ue é q al que dispone de egércitos numerosos? Dos grandes potencias navales no han. podido dar un paso fuera del Gnico punto que guarnecen en cl Rio de la Plata, jqué haria el Gobierno de Chile para mantenerse en el que ha tomado en el Estrecho? Ya lo hemos dicho, y no esta demas repetirlo : el Estrecho de Maga- Nancs no es Malvinas, y sobran medios al Gobierno Argentine. para hacer respetar sus derechos A los que persistiesen en vul- nerarlos. : Pero abrigamos la esperanza de que el recuerdo de los titulos del Gobierno Argentino sobre el Estrecho de Magallanes, la re- ed (61) Relacion del ultimo viage al Estrecho de Magallanes, de la Fragata de M. 5. Santa - Maria de la Cabeza, en los afios de 1785 y 1786, Madrid 1788, pag. 163. er e 5 #2 «& wot BQ. _Jacion de sus trabajos en la region Patagénica, y sobretodo el convencimiento del ningun derecho que asiste 4 la Reptblica Chilena para llevar sus limites mas alla de los que le ha asignado el poder de quien deriva, y que la misma naturaleza les ha trazado, basten 4 retraerlo de una resolucion inconsiderada. Demasiados objetos llaman la atencion de los Gobiernos Ameri- canos para acometer nuevas empresas de un éxito peligroso é incierto. Respetar los derechos de los vecinos para que no se atente 4 los propios, es lo que aconseja la razon y prescribe la justicia. Si cada Estado, por ambicion 6 egoismo, abusase de su poder para ensanchar su territorio, muy luego todo este conti- nente se convertiria en una palestra, en que se verian combatir a los individuos de la misma familia, no para defenderlo contra los extrangeros que lo amagan, sino contra sus propios herma- nos. Y, jen qué momento? Cuando la Gran Bretafia, en nombre del titulado Rey de Mosquitos, 4 quien declara su aliado, se apo- dera de los puntos mas importantes del Yucatan, y hace recono- cer las bocas del Orinoco, para extender los limites de las posesio- nes inglesas de Demerara, 4 expensas de los Estados America- nos! Cuando la Francia manda explorar el curso. de las Amazo- nas, éinvade una parte del territorio del Brasil, del otro lado del Oyapock, donde nunca han llegado los establecimientos France- ses de la Guayana! Cuando subsiste aun vivo el recuerdo del insulto hecho por el Comandante de un buque ingles en Africa, y de la multa impuesta al Gobierno Chileno, por los supuestos perjuicios irrogados 4 un Consul Frances en Valparaiso; y cuan- do aun truena el cafion de la intervencion europea en las aguas del Plata! Lejos de romper los lazos que unen 4 los Estados Ame- ricanos, deben esmerarse sus Gobiernos en hacerlos mas firmes é indisolubles, para oponerse 4 las tendencias agresoras de la Europa. Solo asi pueden esperar librarse de sus acometimientos. Parece que el Gobierno de Chile no ha previsto todas las consecuencias de su ataque contra los derechos de la Confede- racion Argentina. El titulo comun de soberania sobre las distin- tas partes del continente Americano que ocupan, emana del que les ha transmitido el Gobierno, Espaiiol :—titulo eminente, que ha resistido por tantos siglos 4 ]a ambicion de los grandes pode- res del mundo, aun en el estado de desamparo en que yacia una eran parte de sus costas. La conservacion de este derecho debe ser el objeto constante de sus conatos, porque se atacarian 4 si mismos, si atacasen 4 sus hermanos. El principio en que funda su usurpacion el Gobierno de Chile, si no fuese falso, deberia combatirse como peligroso. Por- que son tambien vacias y desiertas sus costas, aun mas‘al nor- te de los Tres Montes, que por una disposicion reciente de su Congreso, (62) marca el limite meridional de la Gobernacion maritima de Chiloé, tras de la cual sigue otra, aun mas desierta y abandonada. Si de nada.sirven los titulos primitivos de sobe- rania; si no bastan los trabajos, los gastos, los sacrificios hechos, para explorar y conservar Un pais, no usurpado, sino poseido le- gitimamente desde el primer dia de su descubrimiento, j que res- peto podria merecer la organizacion nominal de departamentos maritimos, donde ni hay pueblos, ni seria posible formarlos, por mucho tiempo y con crecidas erogaciones! Si la falta de pobla- cion hiciese caducar-los derechos de una nacion sobre una parte de su territorio, ;cuan reducidos y precarios serian los estableci- mientos .Europeos en Australasia, y en todo el litoral de Asia, Africa y América? Lo que los ampara, no es la poblacion ‘que es diminuta, 6 nula en la mayor parte de ellos, sino el caracter de descubridor, de primer ocupante, de poseedor tranquilo de esos parages, que son precisamente los titulos que reune, re- vindica, 6 invoca el Gobierno Argentino sobre toda la parte aus- tral del continente Americano, en la region Patagénica, Esirecho de Magallanes, Tierras del Fuego y de los Estados, hasta, el Cabo de Hornos. _ (82) Ley de 30 de Agosto de 1848. BuxnosArmss, Enero de 1849. - POCUMENT SS a. EL REY. Maestre de Campo D. Joseph de Garro, Caballero-de Ja Orden de S@htiago,mi Gobernador y Capitan General de las Provincias del Rio de la Plata, 6 4 la persona 4 cuyo cargo fuere su Gobierno— . Con ocasion de la representacion que se hizo de la ldstima que cau- -gaba el ver. tantas almas de Indios infieles, que no tenian las reducciones que se debiera, y particularmente los Indios que llaman Pampas, que pertenecen 4 vuestra jurisdiccion, que .entraban cada dia en tropas con sus familias en esa ciudad, los que, aunque eran encomendados, no tenian reduccion ni doctrinante, tuvo por bien la Reina mi Madre, por Cédula de veinte y dos de Mayo de mil seiscientos y setenta y cinco, mandar 4 D. Andres Robles vuestro antecesor en esos cargos, que comu- nicando, y dandoge la mano con el Obispo de la Iglesia Catedral de esa ciudad, y los Obispos y Gobernadores de las Provincias de ‘Tucuman y e] Paraguay, aplicase su mayor cuidado y desveto 4 disponer la reduccion de los Indios que estaban levantados en ese distrito, obrando con los que no estuviesen de guerra, por medio de la predicacion evangélica; para cuyo efecto se valiese de Religiosos misioneros, egecutando lo demas que se refiere en la Cédula citada. | Y¥ satisfaciendo 4ellael dicho D. Andres de Robles, en carta de yeinte de Abril del aio pasado de mil seiscientos setenta y ocho, di6 cuenta de lo que habia obrado para recoger todos los Indios encomenda- dos, yendo personalmente 4 este efecto, y que despues envid cien caballos, y cincuenta infantes, por el mes de Diciembre del afio pasado de mil seis- cientos setenta y siete, 4 cargo del capitan D. Manuel de Robles: y de los que voluntariamente bajaron con la noticia de que los iban a buscar, y con los que hallaron en la sierra, se ,juntaron hasta trecientas personas, algunos de las encomiendas de Cérdoba que andaban huidos de ellas, y los trajo 4 esa ciudad y puso con sus toxlos abajo de la estacada dei Iuerte, 4 la-parte del Rio, donde los tenia sustentando y trabajando en las obras de la Repiblica; habiendo hecho padron en forma de ellos, porque no lo tenia. Y que habiendo enviado 4 recojer todos los demas Indios que esta- i. ots ay Aten = “ae || ae i, ban situados en la Laguna de Halarles put o de esa ciudad, y asimisma los. que éstaban | q x Ls debajo deja estacada, por naderse Asi Conieriao ell Uva junta gue viZO0 ei casa del Obispo, CON asistencia del Cabildo segiar y oiras pe sOras prac- Was: e@Stando en este estaco, se ic mando os ent egase el izoplerno, con 8 TV x que hasta que llegdsedes se habia suspendido todo, y obrariades lo que os: pareciese mas conveniente A mi servicio. | Y habiéndose visto por los de mi Junta de Guerra de Indias, con lo. que en razon de esto escribid el Sr. Dr. D. Gregorio Suarez Cordero, em carta de 18 del mismo mes de Abril, ha patecido dar la presente, volvién. doos 4 encargar (como lo hago) con todo aprieto, la conversion de los di-. chos Indios Pampas, por medio de la predicacion evangélica; y que para conseguirlo, dispongais que se reduzean 4 poblaciones, y que se les den Curas, que con todo celo y cuidado Jos doctrinen y mantepgan en vida. cristiana y politica, Y lo mismo egecutareis con los demas Indios, que ha- biendo estado reducidos, hubiesen faltado 4 la obediencia: obrando en todo. io tocante 4 esta‘materia con particular desvelo y aplicacion, por ser esta la obligacion principal que se debe asistir, y tan del servicio de Dios y de mi conciencia, en que os encargo la vuestra. Y de lo que egecutaredes me dareis cuenta, que lo mismo se encargo, por despacho de este dia, al Obis- po de la Iglesia Catedral de esa ciudad. ; Fecha en Madrid, 4 trece de Knero de mil y seiscientos y ochen- ta y un anos. ; YO EL REY. “ad aa eee Proyecto de una expedicion al Estrecho de Magallanes, ee SEnor— No cumpliera yo con las obligaciones de cristiano y de vasallo, de muchas maneras obligado al servicio de V. M., si todo lo que, con buenos fundamentos y solidos, ocurre y sé ofrece al aumento de la gloria de Nuestro Sefior, y al acrecentamiento de la Corona y sefiorios de V. M., representando y previniendo inconvenientes, que con el tiempo pueden ser de cuidado, con disminucion de la dilatada monarquia de V. M. en las Indias, si no las propusiese, como lo hago en este escrito, que rendi- do 4 sus reales pies pongo, llevado de los motivos y razones que, como 4 vasallo afecto 4 su Sefior natural, me mueven, por hallar en proponerlo, — conforme 4 las noticias que me asisten, conveniencia grande para todos, y medios proporcionados, faciles y de poco gasto, que juntamente se me ofrecen. E] intento de esta propuesta, Sefior, no es otro, que el que se pro- eure, en la forma que diré, la conversion de innumerables Indios que ha- bitan, de diversas parcialidades y naciones, hoy enemigas del Espanol, barbaras en su vivir, que pueblan los dilatados espacios, y costa larga de mar que hay desde el distrito de este puerto de Buenos Aires hasta el Es- trecho de Magallanes, por espacio de 238 leguas que hay de graduacion desde esta ciudad: fuera de otras parcialidades y naciones, que estan po- bladas tierra adentro, sobre las margenes de los rios y lagunas, que tieuen su principio en la gran Cordillera de Chile. En cuya empresa, lo primero que se viene 4 los ojos es el servicio y gloria de Nuestro Senor, el aumen- to de la Iglesia Catélica en la conversion de tantos infieles cuantos son ellos, y cumplimiento y ejecucion de lo que por cédulas repetidas tienen mandado el Sr. D. Felipe IV, de gloriosa memoria, y Padre de V. M. ; % k= a e Vv | t Y conseguirdse en servicio de la Divina Magestad grande logro de mu- chasalmas que se salvaran por la ejecucion de este intento. Aun, como mas evidente, se reconoce la utilidad que puede se- guirse y esperarse en aumento del servicio de V. M. y seifiorios. Lo pri- mero, en el nuevo acrecentamiento de muchisimos y nuevos vasallos, por ser muchas y numerosas las naciones y parctalidades que hay en ‘dicho espacio, costas y tierra adentro. Lo segundo, asegurarse con esta ‘diligencia y prevencion Jas costas del mar, de aqui 4 dicho Estrecho de Magallanes, quedando conquistadas por este medio por la Corona de Y. M., no estandolo sino en manos de enemigos hasta ahora; y que no las pue- blen Ingleses, Portugueses, 6 cualesquiera otras naciones eXtrangeras, y por alli no asistan, y hagan escala por estas Indias por las poblaciones que pueden hacer, y se ‘sabe han anbelado por ellas, asentando el pie en este imperio por aquella. parte, y grangear para si todo el gentio de los Indios de dicha costa, y con el tiempo irse entrando y, sefiureando de él: y lo principal, tener paso seguro, y entrada por alli ala mar del sur, é infes- tarla, y como enemigos corsarios, impedir el paso, y aun intentar quitar el. tesoro de estas Indias que se despacha 4 Panama. : Y como quigra que todo esta ya poblado de enemigos, y no se tiene ‘comunicacion alguna.con ellos, es fell tengan ya alguna, 6 algunas po- blaciones que no se sepan, en algunos puertos de dicha costa: ni i hay modo de reconocerlo por la falta de embarcaciones armadas y 4 propdosito; y es- tando por tierra los caminos impedidos por los Indios infieles. ius tambien de comodidad extraordinaria para descubrir -y labrar la _mucha riqueza de metales de oro y plata, que es comun fama haber en muchos parages y serranias de dicha Cordillera de Chile, de que se han . visto ya piedras de metal de mucha ley en algunas que usan por armas los Indios que las habitan; del que se ha hecho ensayo, y sacado plata: los cuales - por no estar aun conquistados, no se descubren y labran: que de. internar- se viene 4 lograrse de nuestra parte el tesoro, que de no emprender esta conquista es muy contingente lograsen extrangeros enemigos, con sobrado Feast de este imperio. ; o es de menor importancia y peso abrirse por este lado puerta, y fundada esperanza de pacificar, andando el tiempo, los Indios enemigos que infestan el reno de Chile; con el ahorro que podra tener la Real Ha- cienda de la grande suma de gastos que se invierten en la milicia y pre- sidio de aquel reino, defemdiendola de ellos, $i se conquistasen los de la costa de aca, como dije adelante. Y no los de Chile solos, mas los de la Provincia de Cuyo, y de los ‘confines de los llanos y caminos de esa Provincia 4 la de Tucuman: sien-— do estos llanos la guarida y-~retirada de los de Chile, cuando por alla se yen: acosados de los Indies amigos,.y soldades Espaftoles: y cogidos en ‘medio los. que estuviesen rébe sides, pudiera de una vez acabar la guerra de Chile, y el gasto de 300,000 ¢ de situado, que se lleva todos los aiios, con solo-el fruto de conten erlos en sus guaridas y tierras. A este puerto, por inmediato 4 estas tierras, tambien se aiiade la eomodidad de librarse de las invasiones y hostilidades que padece de los Pampas, y fuera el medio mas proporcionado y eficaz para la conversion ‘de ellog, muchas veces encargada del Padre de V. M. y Nuestro Sefor. Facilitariase el camino por tierra, libre de las nieves que le impiden para, ‘el reino de Chile, cerrado é impenetrable por ellas mas de los ocho meses del aiio, por el abierto ahora, sin conocerse otra parte en lo descubierte Vi para desecharle: cuyas comodidades son mas de las que aqui pueder decirse. 3 AY oaie | Y cuando no se conociera otro, era inexplicable el que por este medio se espera que el kspatiol sea sefior, y posea todo cuanto hay en. este imperio: y se faciliten de este puerto y gobierno las noticias que piden priesa, para darlas al del reino de Chile, 6 recibir las de este por medio de aque! Gobierno. Y por esta conveniencia sola, tntent6 esto mismo D. Angel de Peredo, siendo Gobernador de Chile, que atajo haber acabado. su gobierno cuando lo comenzaba: desnaturalizando y sacando a los que impedian por quedarse rebeldes, y po quererse reducir 4 otras partes, donde no fuesen de estorbo para lo dicho, (que hay muchas donde pue- dan mudarse muy seguras) quedaba llano todo, y conseguido el 1utento y couveniencias dichas 4 la Real Corona, 4 estas Provincias, y Ja mayor, y que solo bastaba a la gloria de Nuestro Sehr, y la de tantas almas perdidas ahora, que con el cargo de su remedio, tiene Nuestro Sefior da- das y adjudicadas 4 los Catélicos y Sefiores Reyes de I’spaia, abuelos de V. M. por cuya cuenta corren hoy. | Vengo ya, Sefior, 4 Ja facilidad, modo y forma de esta expedicion y conversion, cuya facilidad, tanto en si por las comodidades que hay en ella, como por no afiadirse nuevos gastos 4 Ja Real Hacienda mas de los he- chos, y sin la esperanza de las conveniencias ya solo brevemente apunta- das, no es el menor y eficaz motivo para emprenderia, La forma, Senor, que me ocurre, es que esta conguista se en- : eargue primeramente 4 los Religiosos de la Compania de Jesus, por la experiencia que se tiene de su celo, espiritu, perseverancla, y medios pro- porcionados que siempre han puesto en semejantes conquistas, Con muy , buenos efectos, y logro de grandes conversiones, y teson continuo en con- servarlas, y todo atropellando por cuantas dificultades pueden ofrecérseles, una vez empefados: viéndose domesticadas las naciones de estos Indios, por fieras y barbaras gue sean, y siempre con grande aumento, asi en la doctrina y ensefanza cristiana, como en e] de los pueblos y doctrinas que han reducido. Y luce aun mas.este aumento cuando se reconoce la dismi- nucion en todas las que no gozan de su euidado y celo, y con el interés” con que atienden solo al servicio de Dios, y ensenanza cristiana ; envian- do Vuestra Majestad algunos Religiosos de ella para’esta expedicion 4 la eleccion de su Provincial, sirviéndose V. M. encomendarsela. Han de destinarse de escolta y resguardo 4 estos Religiosos como 150 soldados, mas 6 menos, como las circunstancias presentes lo pidieren: de los mismos que son de esta provincia de Buenos Aires, para escusar de nuevo este gasto. Los cuales, situados en la ribera del Rio de los Sauces, 6 de cualquier otro de los que desembocan al mar, que tambien sirva de puerto y abrigo 4 las embarcaciones, que sean como presidiarios de ella, _y principalmente de los Ministros Evangélicos que entran 4 convertir los Indios, y los soldados que estén a la mira para resistir los enemigos, y cas- tigar los atrevidos contra los operarios del Sehor; asegurando solo sus Vi- das, sin muestra de hostilidad 6 guerra ofensiva. ° ‘Yen orden 4 ello, se entrara, prometiendo y ofreciéndoles perdon general 4 todos los que se redugeren 4 nuestra Santa Fé, de los robos y ‘muertes cometidas contra los Espaiioles, y otras personas. Y juntamente 4 los que no fueren de impedimento & que se reduzcan 4 ser cristianos, y - amigos de los Espanoles, ofrézeaseles para facilitar su conversion, el que, \ VEE convertidos, y reducidos 4 vida cristiana y politica, no seran trasplantados ni desnaturalizados de sus tierras, antes seran mantenidos en ellas; ame- nazando con el castigo de haber de mudar y desnaturalizar 4 los rebel- des y tercos en no ser cristianos y amigos nuestros. Ni este auxilio y escolta son un nuevo gasto de la Real Hacienda, siendo asi que han de ser de soldados pagados ya, de este presidio. Ni por desmembrarlos de él para este efecto, queda el de este puerto mas flaco_ para la defensa de esta ciudatl: quedando, como quedan, en bastante nume- ro los restantes, y los mismos vecinos de la campafia: y para la oca- sion de cualquier invasion extrangera y enemiga, es facil traer y llamatlos, por la comodidad que hay en lo que se ha de caminar: siendo toda tierra llana, de tal modo, que sucede en. cinco dias caminar mas de cien leguas con mediana diligencia. Y asimismo se pide el socorro 4 Cordova, Santa Fé, y Corrientes, como en otras ocasiones ha sido socorrido de esas ciuda- des este punto. Facilita mucho. este intentolo pingiie y graso de las tier- ras, que son todas fructiferas y de pan llevar, con las demas comodidades, y de poblaciones Espafiolas muy llenas. Y siendo asi, queda la provision y sustento facil, sin afanes de acarrear, ni gastos nuevos en comprarlos. Ul- timamente, Seiior, las conveniencias que esta expedicion ofrece, los incon- venientes que ocurren, y de tan gran perjuicio como se muestran, Ja fa- cilidad y comodidades que convidan 4 esta empresa, no parece dejan res- quicio para que se quiera, por uno 6 dos afios, mande V. M. se pon- gan los medios que la misma experiencia ensefiara, los mas eficaces y oportunos. Puestos ya-en la obra, descubrirdnse, con la vista y toque, ayores conveniencias 6 inconvenientes que desengaiien; para que con- curran 6 no de todas estas Provincias 4 poblar 6 no, (segun se considere) los Espafioles que las habitan, y mantengan en la obediencia, servicio y vasallage de V. M.; y no sea necesario para mas adelante el que aun los -150 soldados de este presidio falten de este puerto, 6 dejando del todo la empresa, por juzgarse mas conveniente; 6, lo que tengo por mas cierto, que poblandose Espajioles, llevados de la bondad y comodi- dad del terreno, y gente de, servicio en abundancia, no seran para dicha escolta necesarios, y quedard la puerta abierta para todo lo que al prin- cipio prepuse en este papel, llevado de mi afecto y obligacion. Guarde Nuestro Sefior 4 V. M. como desea este su minimo vasallo, y la cristiandad necesita, con aumentos de nuevos reinos y SeOrios. Buenos Arres, y Enero 23 de 1683. D. JOSEPH DE HERRERA Y SOTOMAYOR. i oe EL REY. Mi Gobernador y Capitan General de las Provincias del Rio de la Plata— Por parte de Diego Altamirano de la.Compafiia de Jesus y Procu- rador de esag Provincias, las del Paraguay y Tucuman, se me ha repre- sentado que desde esa ciudad de Buenos Aires, y costas del Rio de la Pla- ta, que miran al sur, hasta el Estrecho de Magallanes, hay algunos centena- res de leguas, por la longitud y latitud de las tierras pobladas con naciones VU 2 de infieles, unos enemigos declarados de los Espafioles, por las hostilidades que en varias ocasiones se han hecho, otros no sugetos 4 mi obediencia, por no haber tenido quien les instruya en Ja vida cristiana, no obstante que por los aiios de mil seiscientos y setenta y cinco, Nicolas Mascardi, de la misma Compania, corriendo las serranias de Chile y costas del mar del sur, para atraer al conocimiento de la I'é, 4 los muchos inficles que las pueblan, did vuelta a la Cordillera Nevada, que divide aquel reyno de esas Provincias, y la de ‘Tucuman, y en los Ianos ‘que corren hacia el alto rio, ~hallé naciones que con veras pedian el bautismo, que les hubiera concedido, si antes de instruirlos, no le hubieran los Poyas, otra nacion mas barbara, dado muerte violenta, y otras se hallaban mas dispuestas para ser atraidas 4 la Fé: pues hacia-anos se conservaban entre ellos algunos Espasioles, que apresados de los enemigos Araucanos en las guerras de Chile, pasan- do de una nacion en otra, han llegado a esa citidad. Y siendo tan de mi celo el dilatar la Santa Fé, hoy parecia esta la mas necesaria empresa, no solo porque tantas almas conozcan su Criador, sino porque los Portugueses no prosigan adelantando sus poblaciones a la de San Gabriel, desde ese: - Rio de la Plata hacia el Estrecho de Magallanes, viendo desamparada de Espafioles toda la espaciosa costa del. mar del norte, como han-intentado otros extrangeros, y aun se juzgaba tenian una poblacion hecha, de que con el tiempo se podian seguir al Pert los daiios que se venian a los ojos; mas si ocupasen lds minas que habia en dichos espacios, dedonde sa- caban los infieles piedras que se habian visto en esa ciudad, pasadas de plata muy fina, y si las naciones que estaban en medio se reducian, se- ria facil el que entrasen ‘despues Espanoles 4 labrarlas, 6 .impedir a los extrangeros que asentasen el pie. Y atendiendo 4 estos inconvenien- tes, y 4 que su instituto era solicitar la salvacion de todas las naciones en nombre de su Provincia del Paraguay, ofrecia emprender esta mision, sefialandole alguna escolta de cincuenta soldados 6 los que pareciese convenir, para que defendiesen los Religiosos de los mmfieles mas fieros, ’ que eran los mas cereanos 4 esa ciudad, de donde podrian facilmente vol- ver 4 ella, con que no se afiadiria gravamen a mi hacienda, diciendo lo demas que tuvo por conveniente, Y habiéndose visto por los de mi Consejo de las Indias, con lo que cerca de esta materia escribid D. Joseph de Herrera y Soto mayor, exer- ciendo ese cargo en cartas de veinticinco de Diciembre de mil seiscien- tos y ochenta y dos, y veintiseis de Marzo de seiscientos y ochenta y tres, é informe que se pidio en esta Corte al Maestre de Campo D. Andres de Robles, con otros papeles tocantes 4 esto; y sobretodo 4 lo que dijo y pi- dié mi Fiscal de dicho Consejo, y dadome cuenta de ello en consulta de doce de Mayo de este afio, he resuelto conceder licencia, como por la pre- sente se la concedo, 4 la Religion de la Companhia de Jesus para que cua- tro Religiosos, los que eligiere, puedan entrar a tratar y disponer obra tan del servicio de Dios, y descargo de mi conciencia, fiando de la dicha Reli- gion que eligira sugetos de la virtud, egemplo y prudencia que requiere negocio tan importante, y que lo gobernarén con el acierto que asegura la experiencia en las demas misiones que estan 4 su cargo, Y para que estos puedan obrar con algun resguardo, sin quedar sugetos a los datios y hosti- lidades que suelen recibir de los Indios gentiles, os ordeno y encargo se- naleis 4 los cuatro Religiosos que han de ir acesta mision, la escolta de soldados de los de ese presidio, que se les podra dar, sin que hagan falta para la‘defensa de ese puerto y ciudad de Ja Trinidad, dejando (come 18.4 ~ dejo) esto 4 vuestro arbitrio, y del Superior de la Compania de Jesus en esas Provincias, para que con su comunicacion resolvais lo que hubiéredes por mas conveniente. Y es mi voluntad, que los soldados que se eligieren y fueren 4 esta mision, estén 4 orden de los Religiosos misioneros, y ege- cuten lo que ellos dispusieren, con que se asegurara el acierto: y que las. poblaciones que se hicieren de los Indios que se redujeren, hayan de-ser en lo mas mediterraneo, y tierra adentro de dichos parages, huyendo de hacer poblaciones en la costa, sino desviadas adentro de ellas, 4 lo menos treinta leguas, por ser mas conveniente que esté despoblada dicha costa, para que. nunca hallen abrigo extrangeros enemigos, ya que no es posible fortifi- earla con armas reales. Y para alentar 4 los Indios que se reduzcan, sin el temor de la servidumbre, ni de ser encomendados, he resuelto asi- mismo, que sobre los veinte aiios que estan concedidos 4 los Indios del Paraguay de exencion de tributos, se les aumente esta gracia con otros diez mas, de suerte que en todos sean treinta afios. Lo cual hareis notorio en las partes gue convenga, pues esto puede fagilitar mucho la conversion de aquellos infieles, 4 cuyo fin obrareis por vuestra parte cuanto sea po- sible. ‘ Fecha en Madrid, 4 veinte y uno de Mayo de mil seiscientos y ochenta y cuatro anos. - . YO EL REY. a 4. EL REY. Mi Gobernador y Capitan General de las Provincias del Rio de la Plata— - El Obispo de la Iglesia Catedral de ellas, en cartas de 9 y 11 de Enero del afio pasado de 1683, satisface las cédulas de 16 de Agosto de 679 y 15 de Enero de 680, en que se le encargo la reduccion y ensefanza de los Indios Pampas, y los proveyese de Ministros que los doctrinasen, representando la dificultad de su reduccion por su natural inconstancia y horror que tienen 4 la vida politica, y que por esta causa se habian des- vanecido las poblaciones 4 que se redujeron, y que siempre habia sido de parecer que los Indios se tuviesen en los arrabales de esa ciudad de la ‘Trinidad, donde 4 todas horas estuviesen 4 la vista, y se les pudiese pre- dicar la Fé; y nunca se habia seguido su dictamen, sino que los habian enviado 4 sitiamlejos, donde no habian permanecido. Y habiéndose visto por los de mi Consejo de las Indias, con lo que sobre esta materia me eseribid D. Fernando de Mendoza Mate de Luna, mi Gobernador de la Provincia de ‘Tucuman, que fue 4 ella por ese puerto; y sobre la habitacion de los dichos Indios, en carta de 80 de Julio de 1682, proponiendo que el medio mas 4 proposito seria el trasmutarlos 4 Jas Provincias del Perf, aplicandolos al trabajo de las minas; y lo que sobre todo dijo mi Fiseal de él, ha parecido responder al dicho Obispo, que con vista de esta proposicion, se ordeno al dicho mi Gobernador del ‘Tucuman, por despacho de 30 de Enero de esie afio, diese cuenta de ella 4 mi Virey de las dichas Provincias del Perfi, para que proveyese lo mas conveniente. De que se os da aviso para que lo tengais entendido, encargandoos (como x lo hago) que por vuestra parte fomenteis se ejecute esta orden con ‘toda brevedad. } r De Madrid, 4 veinte y uno de Mayo de mil seiscientos ochenta y cuatro anos. “VO KELOREY o4 oe IR ad De EL REY. a Por cuanto,.en cinco de Noviembre del afio de mil setecientos cua- renta y uno, se expidio la cédula siguiente-— EL REY—Por cuanto Diego Garcia, de la Compania de Jesus, Procurador General por su Provincia del Paraguay, ‘Tucuman y Buenos — Aires, ha representado que a peticion del Brigadier D. Miguel de Salce- do, mi Gobernador y Capitan General de las Provincias del Rie de la’ Plata y Buenos Aires, y con la aprobacion del Cabildo Eclesidstico de aquel Obispado, se eneargo dicha su Provincia de la conversion de los Indios Pampas y Serranos en Ja otra banda del rio Saladillo, distante cincuenta leguas de la capital de Buenos Aires, y reconcciendo dicho Go- bernador que para dicha empresa debian ser ayudados con algun socorro pecuniario los PP. Jesuitas que se encomendaban de ella, les asigno cuatrocientos pesos, que mando se les paguen en aquellas Cajas Reales, a los PP. Manuel Quirini y su compahero, como se egecuto en el ano proximo pasado de setecientos y cuarenta con feliz suceso; pues el mismo afio lograron los expresados PP. fundar pueblo bastante numeroso: y que no habiendo de ser perpetua la asignacion ‘de los cuatrocientos pe- sos 4 tos referidos Jesuitas, sino interino, y con cargo de que para los afios subsiguientes se pidiese y sacase mi real confirmacion, suponiende que, respecto de estar mandado por Real Cédula de diez y siete de Diciem- bre del afio pasado de mil setecientos diez y seis, 4 la Audiencia de Char- cas y Oficiales Reales de Potosi, que no solo se diesen doscientos pesos e en cada un ao para cada Jesuita de los que asistiesen en las misiones de Chiquitos, sino 4 los que en adelante fuese preciso enviar a ellas; lo que parece comprender a todos los que fuesen enviados por mis Ministros a la reduecion de los gentiles; pues lo contrario causaria no pequeiia novedad, que 4 mas de exponer sus vidas, hubiesen de costear 4 sus expensas en dicha milicia, se les dé confirmacion de lo determinado por el referido Gobernador, en orden 4 los doscientos pesos para cada Misionero de los Pampas y Serranos: y que por punto general se mande que 4 los demas,que en adelante saliesen para semejantes empresas, S@ les asista con los di-— chos doscientos pesos anuales, desde el dia en que salieren 4 ella. Y> que por cuanto en dicha nueva reduccion de los expresados Indios no puede am- pararse 4 los recien convertidos, mi la Compania tiene posibilidad para cos- tear el preciso adorno de alhajas y ornamentos para los divinos oficies, se mande que de.las Reales Cajas del Presidio de Buenos Aires, se libre lo. que fuere necesario para dichos ornamentos y alhajas precisas, y lo demas que esta prevenido en punto de nuevas reducciones. ~ Y que en atencion 4 que por Reales Cédujas de seis de Diciembre y de veinte y uno de Mayo del afio de mil seiscientos ochenta y cuatro, esta mandado, por la primera, se acuda 4 los Misioneros del Chaco, con escolta de veinte 6 vein= 4icineo soldados, y por la segunda esta dada la misma providencia:para ~ % XE la mision de las naciones que hay desde Buenos Aires 4 Magallanes, se mande renovar, 6 dar orden nueva, para que, con parecer de mi Goberna- dor y del Provincial del Paraguay, se ponga la escolta necesaria en la referida nueva reduccion de los. Pampas y Serranos, para que desde ella. (que esta en el camino) se haga entrada 4 los Patagones, y demas nacio- nes que median hasta el Lstrecho de Magallanes; para que con este auxilio vaya en aumento dicha nueva conquista, y no se impida, como en otras muchas ocasiones ha sucedido, con la muerte de los Misioneros 4 manos de los barbaros. Y habiéndose visto en mi Consejo de las Indias, con lo que dijo mi Tiscal de él, y tenidose presente, por la certificacion que ahora se ha -presentado, ser cierto estar fundado dicho pueblo de Indios Pampas y Serranos, he resuelto que 4 cada uno de los dos Religiosos, que estén empleados en la educacion de los Indios del dicho Pueblo- nuevamente fundado, se les acuda anualmente con doscienios pesos, desde que asistie- ron a dicha reduccion, descontados por razon del primer afio los cuatro- cientos pesos que-se les libraron y percibieron de jas Reales Cajas; con tal que esta cantidad no exceda de lo que ha sidoy es estilo, y parezca correspondiente 4 la manutencion de cada uno: y que para su recibo hayan de presentar certificacion de existir en dicha mision, de los adelantamien- tos que lograren, y del cierto namero de Indios que se hallen catequiza- dos y convertidos. Y que 4 esta proporcion, y segun lo prevenido por la expresada Real Cédula de 17 de Diciembre de. mil setecientos diez y seis, se asista con la misma eantidada los Religiosos, precediendo acuer- do del Gobernador y Oficiales Reales, y del Reverendo Obispo, sede: va-_ cante, se enviaren i dichas misiones para su continuacion y nuevas re- ducciones que se vayan haciendo. Que segun lo prevenido por la Ley séptima, Titulo segundo, Libro 1.° de la Recopilacion de Indias, se acuda, 4 costa de mi Real Hacien- da, con un ornamento, ealiz con patena, y uma campana para la Iglesia de la nueva reduccion, y lo mismo se ejecute con las que se vayan ade- lantando al tiempo de fabricarse las iglesias, con acuerdo de mi Gober- nador y Prelado: advirtiendo que no se entregue ‘su importe en especie de dinero, como se ha hecho otras veces; sino que se han de dar las alhajas, comprandolas por su mano los Oficiales Reales, con el posible ahorro y ‘economia. Que segun lo prevenido por la Real Cedula de veinte y uno de Mayo de mil seiscientos ochenta y cuatro, se les acuda por mi Gobernador con la escolta necesaria, arreglandose en todo y por todo 4 su contenido: de forma que, por falta de securidad y asistencia para la precisa manu- tencion de los que se emplearen'en obra tan importante, no se retarde empresa que es tan del servicio de Dios y mio. | Por tanto mando 4 mi Gobernador y Capitan General, que al pre- sente es, y adelante fuere, de la referida ciudad de la Peinidad y Puerto de Buenos Ayres, en Jas Provineias del Rio de la Plata, Oficiales de mi Real Hacienda de ella, y demas personas y Ministros 4 quienes tocare el cumplimiento de esta mi real resolucion, que asi lo cumplan y ejecu- ten, sin ir contra su tenor en manera alguna, que tal es mi voluntad. Dada en cinco de Noviembre de mil setecientos cuarenta y uno. YO EL REY—Por mandado del Rey Nuestor Senor—D. Mrguat DE VILLANUEVA. Y ahora por el Padre Juan Joseph Rico de la eh HNA de Jesus, Procurador General por su Provincia del Paraguay y Buenos Aires, se ‘ : ; ; 3 9 XiIt ha representado, que la citada Real Cédula de mil setecientos cuarenta y uno se expidid hallandose de Gobernador de Buenos Aires D. Miguet - de Salcedo; y aunque no duda se haya dado cumplimiento 4 lo manda-. © do en ella, sin embargo, para su mas exacta observancia, me ha suplicado se repita, entendiéndose con el actual Gobernador D. Domingo Ortiz de Rozas, y asimismo con el Reverendo Obispo de aquella Didcesis: encargan- - doles que cada uno por su parte den a los Jesuitas el fomento posible para que, no solo se mantenga dicha nueva reduccion, sino que se logren hacer Mey muchas otras con las semillas del Evangelio. Y habiéndose visto esta nueva snstancia en mi Consejo de Indias, con lo que dijo mi Fiscal de él, he convenido en ello. rie Por tanto por el presente os encargo, y mando 4 vos, el Brigadier oh D. Domingo Ortiz de Rozas, mi Gobernador y Capitan General de la Pro- we vincia de Buenos Aires, el cumplimiento de la precitada Real Céduia de cinco de Noviembre de mil setecientos cuarenta y uno y que por vuestra parte deis 4 los expresados Misioneros el fomento posible, para que con él se asegure esta empresa que es tan del servicio de Dios y mio. Asi lo executareis, ddndome cuenta de todo lo que se fuere adelantando, asi en Ja conversion de estos Indios, como de Jas demas reduccioues. que se hi- > cieren por los Misioneros de la Compaiiia de Jesus, que tal es ml vo- luntad. Dado en Sam Lorenzo 4 veinte y cuatro de Noviembre de mil se- e ~ PS tecientos cuarenta y tres. YO EL REY. ‘a G. EL REY. Por cuanto en veinte y cuatro de Noviembre del aio de mil se- tecientos y cuarenta y tres se expidid la Cédula que sigue— EL REY—Brigadier D. Domingo Ortiz de Rozas, mi Gobernador y Capitan General de la ciudad de la Trinidad y Puerto de Buenos Aires en las Provincias del Rio de la Plata. aa | Juan Joseph Rico, de la Compaftia de Jesus, -Procurador General de la Provincia del Paraguay, ha representado (entre otras cosas) que aunque los Misioneros que se hallan entendiendo en las reducciones de los Indios Pampas y Serranos, distantes de esa ciudad cifcuenta leguas, 41a otra banda del Rio Saladillo, que es camino y entrada 4 los Patago-. nes y demas naciones de Indios que estan desde el Cabo de San Antonio | ae hasta el Estrecho de Magailanes, hayan, de hacer la entrada por tierra, : sera muy conveniente que en el patache del Registro, 6 en otra embarca- ‘cion pequeiia, si la hubiese, se registre por mar toda aquella costa hasta el Estrecho, llevando dos 6 tres Jesuitas que reconozcan el.génio de aque- llos barbaros, y hallando algunos dispuestos 4 reducirse, se queden com ellos con alguna escolta, st pareciése necesaria, como lo tengo mandado 4 por Real Cédula de veinte y uno de Mayo del afio de mil seiscientos y : ochenta y cuatro, para hacer nuevo establecimiento 4 distancia del mar, desde donde se podra por tierra hacer correrias hasta el pueblo nuevo de los Pampas. Y que, ademas del bien espiritual que se podra conseguir. x Ment ' ; | XIII con esta diligencia, la considera tambien importantisima al temporal inte- rés de mi Real Corona. Y que se repita una vez cada afio, para tener pron- tas noticias de si los extrangeros intentan hacer algun establecimiento en dicha costa, 4 que les convida verla desamparada, y haber en ella buenos -puertos y ensenadas, en que estos dltimos afios han entrado 4 hacer agua- da navios Ingleses: con cuyo donocimiento se podra dar proata providen- cia para désalojar cualesquiera extrangeros que lo intenten, y no dar lugar 4 que con el tiempo y la dilacion, se haga imposible su expulsion. _Y habiéndose visto en mi Consejo de las Indias, con lo que dijo mi Fiscal de él, he resuelto encargaros (como por el presente os encargo) dispongais se haga este reconocimiente, con concurrencia de dos 6 tres Padres de la Compaiiia de Jesus, con la escolta proporcionada, y embarea- cion que tuviereis por mas conveniente; procurando que los gastos que en esto se ocasionaren, sean cow el mayor beneficio y ahorro que se pueda de mi Real Hacienda; y que experimentandose que del primer reconoci- miento se pueda esperar conseguir el fin que se desea, fomenteis elaconti- nuarlos para lograrlo, déndome cuerta de lo que en esto resultare, en'las primeras ocasiones que se ofrezcan. Re at . De Sdn Lorenzo, 4 veinte y cuatro de Noviembre del afio de mil setecientos y cuarenta y tres—YO EL REY—Por mandado del Rey Nuestro Sefior—Miaur, pre VILLANUEVA. . Y ahora el referido Juan Joseph Rico, de la Compafiia de Jesus, Procurador General por su Provincia del’ Paraguay y Buenos Aires, ha representado que por lo que mira al reconocimiento de la costa menciona- da, se mandé al Gobernador de Buenos Aires practicase lo conveniente para que se egecutase asi, con asistencia de Religiosos de la Compania. “Y que deseando que mis Reales Ordenes tengan el debido cumplimiento, por lo que toca 4 los individuos de su religion en cualesquiera casos, su- _plica se expida 4 los Superiores de ella Real Cédula, noticiando las pro- videncias que hubieren dado al referido Gobernador; pues debiendo concur- rir Religiosos de la Compafiia, sera indispensable acuerden con el Provincial lo que en este asunto se deba egecutar, para el servicio de Dios y mio. Y que, siendo asimismo consecuente 4 las anteriores Reales Ordenes que la escolta que hubiese de ir en dicha embarca- cion para la seguridad de los Misioneros en tierra, sea 4 eleccion y sa~ tisfaccion del Provincial de la Compafiia y Misioneros, se mande asi, - con la precisa circunstancia de que la escolta expresada vaya sugeta* y su- bordinada al Superior de la Mision; para lo cual seré tambien muy conve- niente que el sueldo de los soldados y su Gefe, se lés exhiba con interven~ cion de los Misioneros, cuya providencia asegura el mas puntual servicio mio, y estimularé 4 los Religiosos 4 que pasen con entera satisfaccion, a aquellos remotos parages, 4 la empresa‘citada. Y que asimismo se mande, por punto general, 4 los Gobernadores de Aires, Paraguay 7 ‘Tucuman, que ~comprehende su citada Provincia, que cuando ocurran escoltas para las Misiones, sean con Ja subordinacion y circunstancias expresadas, como anteriormente estaba mandado por lo respectivo 4 los Indios del Chaco y Patagones, en cédulas de veinte y uno de Mayo de mil seiscientos y ochenta y cuatro. . Y habiéndose visto en mi Consejo de las Indias, y tenidose presen~ te al mismo tiempo, que por la enunciada Real Cédula de mil seiscientos y ochenta y cuatro, se concedié licencia 4 la Religion de la Compania de Jesus, para que cuatro Religiosos, los que eligiese, pudiesen entrar a hacer ies oe + mision en aquellas Provincias, para convertir las muchas naciones de In- dios que hay en ellas, y para que estos pudiesen entrar con algun resguar- do, sin quedar sugetos 4 los datios y hostilidades que suelen recibir de los Indios infielesy les mandé sefialar la escolia de soldados que se les pudiese dar del presidio de Buenos Aires, sin que hiciesen falta para la defeusa de aquel puerto y ciudad, y que los soldados que se eligiesen y fuesen a esta faccion, estuviesen 4 la érden de los Religiosos Misioneros, y egechtasen lo que ellos dispusiesen, para asegurar el acierto; he venido en condescen- der 4 esta instancia. Por tanto por el presente mando al Gobernador de Buenos Aires, que al presente es, 0 adelante fuere, lo tenga asi entendido para el mas efectivo cumplimiento de la precitada Res! Cédula de 24 de Noviembre del afio proximo pasado de mil setecientos y cuarenta y tres, yla que asi- mismo se cita, de mil seiscientos y ochenja y quatro, 4 fin de que por su parte dé 4 los éxpresados Misioneros e! femento y auxilio que sea po“ _— sible, para que con él se asegure la empresa, que es tan del servicio de Dios y mio: arregl4ndose 4 lo queen ellas esta prevenido en cuanto a — que la escolta, que haya de ir en la referida embancacion, vaya snjeta al Superior de las Misiones, y que el sueldo de los soldado#se les exhi- ba, con intervencion de los Misioneros. Y asi lo executareis, dandome cuen- ta de todo lo que se. fuere adelantando, asiep la conversion de estos In- dios, como dé las demas que se hicieren por los expresados Misioneros de la Companhia de Jesus, que tal es mi voluntad. Dado en San Ildefonso 4 veinte y trés de Julio de mil setecien- tos y cuarenta y cuatro. mai YO EL REY. ny REAL ORDEN. Por Real. Cédula, expedida en 30 de Diciembre préximo pasado, que se ha remitido 4 Cadiz para que se conduzea en el navio, que al eargo de D. Francisco Garcia Huidobro esta pronte para salir. de aquel puerto, y -navegar 4 ese de la Santisima Trinidad de Buenos Aires, manda 5. M. 4 V.S&., con el mas estrecho encargo, se dedique 4 poner en practica las pro- videncias que le previene, para conseguir el importantisimo fin al SeTVIC1O de Dios, y logro de los piadosos deseos de.S. M., de la reduecion a nues- tra Santa Fé Catdlica de los Indios Patagones, los Pampas, Serranos, y demas que habitan el terreno, desde el Cabo de San Anronio de esa cos- ta, hasta la entrada del Estrecho de Magallanes, por medio del santo celo de los Misioneros Jesuitas, y de las disposiciones que en la. misma Cédula ordena S. M. se practiquen. Y como la execucion de las mas principales se fiaba 4 lo que debian observar, y se han obligado, D. Francisco Garcia Huidobro y D. José de Villanueva Pico, y para lo que concedié S. M. al primero, pudiese Hevar a cargo del segundo una embarcacion de ochenta toneladas, que sirviese de patache, debajo de las condiciones que, para su apresto y carga, y para su admision en ese puerto, se han expresado en las érdenes expedidas al Presidente de la Contratacion y 4 V. S. habiendo faltado D. Joseph de Villanueva 4 hallarse en Cadiz con una embarcacion que compro en San Sebastian, y que se le permitid empezase 4 cargar en x Ys Bay “ 5 es \ ‘ i ; XV RSet ese puerto para el referido fin, sin que se tenga noticia de ella, y malo- erandose en esta tardanza Ja oportuna estacion de salir 4 navegar desde Cadiz el navio de Huidobrdé® no queriendo 8. M. que por su detencion se » frustren 6 dificulten los importantes fines y proyectos, que en las érdenes que debe condacir se mandan poner en practica, ha resuelto, que el expre- - sado bajel se haga luego 4 la vela, y para que lo egecute, se previene con fecha de hoy lo conveniente al Presidente del Tribunal de la Contratacion, como para que quede abolida la gracia concedida 4 Huidobro para la na- vegacion del patache al cargo del citado D. Joseph Villanueva. En-consecuencia de todo lo referide, manda S. M. que despues que V. S. se haya enterado de lo que se Je previene en la citada Real Cédula, convoque 4 su casa al P, Juan Joseph Rico, Procurador de la Mision del Paraguay, y 4 D. Francisco Garcia Huidobro, y que conferencien sobre el modo ei que la expedicion se ejecute, eoncediendo V. S., si fuese necesario, alguna nueva ventaja 4 Huidobro, ya que no disfruta la que se le concedi6 en la embarcacion que ha faltado,-y que debia servirle de patache. En caso que este no quiera aun asi continuar Ja obligacion, vea V. S. si hay alguna persona que quiera suplir los gastos que sean necesarios, concediéndole V. S. las ventajas que le parecieren’ proporcionadas al desembolso, y provurando con la mayor eficacia, que la expedicion se haga sin la menor dilacion, con el mayor secreto, y las mejores y mas adecuadas medidas para su logro: porque la intencion del Rey es esta, como cosa que, segun queda expresado, importa tanto al servicio de Dios y al suyo. . "Que si hubiere en esas Cajas caudales de Real Ilacienda, se supla de ellos lo necesario para la referida expedicion, egecutandose con la ma- yor economia que sea posible, y avisando V.S. en la primera ocasion cuan- to se hubiere practicado, para que S. M. tome la resolucion convenien- te sobre la obligacion otorgada en el asunto por D. Francisco Garcia Hui- dobro, y D. Joseph Villanueva. ; ; 'Pambien me manda advertir S. M. 4 V. S. cuide muy particular- mente de que el navio que lleva fuidobro, ni otro alguno, en que haya tripulacion extrangera, se emplee en esta expedicion, pues conviene mu- cho reservarla con el mayor cuidado de la noticia de todo extrangero. : S. M. confia en el celo, prudencia y conducta de V. S., desempe- jiarA estos encargos con el acierto que tiene tan acreditado en otros de su real servicio. Dios guarde 4 V. S. muchos aiios, como deseo. El Pardo 26 de Enero de 1745. Ex. Marqugs DE LA ENSENADA. Sr. D. Domingo Ortiz de Rozas. ‘ 55) Ss. REAL ORDEN. Con la fragata nombrada Maria la Afortunadase dirigiO a V. 8. la Cédula, de que es duplicado la adjunta, sobre asistir con auxilios, medios y providencias 4 los Misioneros Jesuitas que pasan 4 predicar el evange; lio en el territorio que hay desde el cabo de San Antonio al Estrecho de Magallanes; y respecto de que en la propia embareacion se dirigié para Ofi- / AVI % ciales Reales la correspondiente 4 subministrar para el mismo fin el caudal correspondiente, ha resuelto el Rey que V. 8. saque desde luego del poder de los Oficiales Reales la expresada Cédula, pues ha considerado S. M, puede tener graves inconvenientes el que se sepa el destino de los ex- presados Misioneros; pretextando V. 8. para ello el que no tiene efecto la idea de ellos al referido parage, mediante. que en esta ocasion se pre- viene 4 los Oficiales Reales lo que corresponde 4 la subministracion de los caudales que V. S. pidiese, que lo debera hacer de solo los precisos, y.al tiempo que haya de tener efecto la ida de los citados Misioneros. La referida Cédula me devolvera V.S. en primera ocasion que se ofrezca. ‘ Dios guarde 4 V. S. muchos afios. E] Pardo 9 de Febrero de 1745. MarQUES DE LA ENSENADA. Sr. D. Domingo Ortiz de Rozas. ames 9. REAL ORDEN, | Por un Ministro fidedigno, y de toda confianza y satisfaccion, se ha puesto en noticia del Rey, que al recalar la flota del Portugal, que acaba de llegar 4 Lisboa, 4 las bocas del Janeiro, encontro una escuadra Inglesa de siete navios de linea, que pudo reconocerse llevaba tropa de desem- barco, y que siendo ya en tiempo avanzado para montar el Cabo de Hor- nos, no se dudaba en aquelios parages que se dirijian 4 hostilizar alguno de los del Rio de Ja Plata. Aunque sé habia tenido noticia de este armamento, no se pudo ad- quirir la de su destino, ni alguna que diese el mas ligero fundamento 4 presumirle: y si bien es creible que al arribo de esta 6rden haya su Coman- dante puesto en execucion cualquiera proyecto que llevase formado, 6 idea que haya podido disponerle, 6 facilitarle la mayor casualidad, aun en medio de la mayor-prevencion, y no dude S. M. que en uno f otro caso habra acudido V. S. con las providencias: correspondientes 4 frustrarle todo in- tento, dirigidas con el acierto y oportunidad que prometen las experien~ cias de su celo y amor al servicio, su actividad, y conocimientos, ayuda- dos de los socorros, aplicaciones y afecto de esos naturales, y de la buena -disposicion que habra en ellos facilitado su fidelidad, y la conveniencia de su propia defensa, me manda 8. M. hacer a Vv. S. el mas esencial encargo de que esté muy 4 la mira de todas las intenciones de esta escuadra, pro- curando por los medios mas seguros, cuantas noticias conviniere adquirir, asi para prevenirse 4 evitar cualquiera insulto, en todo lo que comprende la costa de esa gobernacion, como para impedir que al abrigo de esta fuerza pueda egecutarse algun comercio ilicito. >t. oa Si legare el caso de que se dirijan 4 pasar el Cabo de Hornos, 6— entendiere V. S. tienen 4nimo de egecutarlo, dara V. S. inmediatamente aviso al Virey del Pera, y al Gobernador de Chile, y.de cuanto V. S. com- prendiere pueda importar 4 que se precavan 4 cualquiera invasion que Jle- ven ideada en la costa del sur, 4 fin que desde luego anticipen sus proyi- dencias, y apliquen las importantes 4 donde sean mas precisas: pues en el caso de que hayan montado el] Cabo, 6 navegado 4 egecutarlo, no duda S. M. habra V. S. dado con anticipacion y oportunidad 4 aquellos Ministros los avisos y noticias conyenientes. ' VIE Como la distancia no permite acudir desde aqui con las providencias que se quisiera, para que nada faltase 4 la mas regular defensa de cualquier parage insultado, confia su Magestad que la pericia de V. S., su acreditada conducta y actividad, aplicara todas aquellas que dispongan, en la forma posible, la conservacion del honor de sus armas, y el escarmiento de sus enemigos. Como no es imposible que estos hallen en los Portugueses de la Co- lonia del Sacramento uleun abrigo, socorriendolos con armas, municiones y otros pertrechos, con los que les faciliten cualquiera expedicion, y que esto seria una indisculpable infraccion de la religiosa neutralidad que tienen prometida y deben observar en esas partes, quiere 8S. M. que V.S. se dedique con todo cuidado, y la reserva correspondiente, 4 un punto de tanta entidad, 4 averiguar positivamente lo que sobre él puedan facilitarle su mafiosa diligencia, y los medius mas seguros de conseguirlo. ~ S. M. aguarda que VY. 8. dé con puntualidad estas noticias, las de las providencias que haya dado para prevenirse 4 las operaciones de la es- cuadra, las que haya podido adquirir de sus movimientos y las de su estado yrumbos. Y para que con la brevedad posible pueda tenerlas S. M., despa- chara V. S., inmediatamente que reciba esta, un aviso dando de todo indivi- dual cuenta, y de lo demas que ocurra digno de su real noticia, si lo que ahi hubiese sucedido, 6 debiere recelarse, mereciese esta diligencia. Dios guarde 4 V. S. muchos afios como deseo. San Lorenzo el Real, 4 25 de Octubre de 1745. ManQuEs DE LA ENSENADA, Sr. Gobernador de Buenos Airés, " Steen 10. REAL ORDEN. Enterado el Rey de las noticias que contiene el papel adjunto, re- ativas 41s Tierra del Fuego, donde.estuvo la gente del Registro la Con- cepcion que se perdido en aquella costa, y considerando que seria de gran- - de importancia tener en aquel pais una colonia y puerto de arribada para las embareaciones que por alguna desgracia no pudiesen montar el Cabo: y sopretodo, atendiendo su catdlico celo 4 que, segun las demostraciones de amistad y carifio que en aquella ocasion manifestaron aquellos Indios, prometen la mejor disposicion de catequizarse ; me manda S. M. pasarlo 4 V.k., 4 fin de que, tratando sobre este asunto con los Superiores de la Re- ligion de Santo Domingo, acuerde con ellos el envio de dos 6 mas Religio- sos 4 la citada Tierra del Fuego, en alguna embarcacion pequefia, para que tanteen el logro de tan interesante objeto. Disponiendo V. E. que este gas- to se costee de cuenta de la Real Hacienda, y facilitandoles los demas auxi- lios que tenga por convenientes y precisos para la execucion de esta empre- sa, dando cuenta de sus resultas para conocimiento de S. M. Dios guarde 4 V. E. muchos afios. San Ildefonso, 2 de Octubre’ de 1766. Eu B. F. D, Junian Arniaca. Sr. D, Francisco Bucareli. semen pea PAPEL ANEXO. La Concepcion de Curruchea que iba al Callao, se perdio el diez de Enero en la costa de la Tierra del Fuego en los 544 de latitud. ‘Todo el equipage se salvé, porque vararon con buen tiempo. Sacaron viveres, her- ramientas, madera , algunos géneros de telas, y todo lo que necesitaban para mantenerse algun tiempo en aquel parage. Hicieron su real en una lanura, al abrigo de un bosque inmediato 4 un buen puerto de 26 pies de agua: su fondo arena y fango, y cabran en él hasta cien embarcaciones. La entrada estrecha, y hay en él 53 brazas de agua. Empezaron 4 cons- truir una goleta de 28 codos, su quilla era de un mastelero de gavia; para la tablazon aserraron el bauprés, palos, vergas y masteleros, y de la mitad del casco del! navio que Ja mar echd 4 la playa, sacaron la clavazon despues de haberle quemado. Salieron de este puerto, el dia 3 de Abril, 193. hombres, y legaron 4 Buenos Aires con pérdida de 3 el dia 24 del mismo. Parte de esta tripulacion tengo en mi barco, y de algunos hombres de ra- zon é inteligencia he procurado adquirir estas noticias, en las que todos convienen. is muy fértil, tiene mucho 4pio silvestre de un gusto muy de- licado, abundancia de una especie de fresas, manzanilla en unas matas como espinos, y otra frutiila, todo de muy buen gusto. ; ~ Los naturales son muy humanos y afables, de estatura mas que mediana, blancos, rubios y de. buena dispesicion. Su trage el de pieles de guanaco y de lobo marino, sus armas son el arco y la flecha, su mantenimiento es pescado, y en aqael tiempo habia varado una _balle- na en la playa, de ta que iban partiendo trozos que m'etian bajo de tierra, de la que los. iban sacando para comer 4 medio asar. ‘Traen rosarios al cuello, y manillas 6 pulseras, cuyas cuentas son de piedrecitas y con chas del mar, y querian que la marineria les regalase algunos. Sacan fuego refregando dos palos para encenderle en donde quieren. Cuando se embare6é esta marineria fué 4 hombros de los indios, porque voluntaria-— mente quisieron hacer estas manifestaciones de amistad y carifio: por lo que no hay duda que sera muy facil domesticarlos, y que si es tan buen temperamento, y el pais fértil como dice esta gente, convendra mucho tener alli una colonia y puerto de arribada para las embarcaciones que por aleuna desgracia no pudiesen montar el Cabo. Hay arboledas de diferen- 5 F 3% tes calidades, y se encuentran algunas maderas de construccion. ores ) HG. REAL ORDEN, Ademas de lo que en 6rdenes separadas se previene 4 V. IX. sobre las Malvinas, ha resuelto el Rey que en la fragatas Liebre y Esmeralda se embarquen, para ser transferidas 4 Europa, las familias y demas individuos Franceses que no se acomoden 4 quedar en aquellasislas. Que deter- mine V. E. con el Gobernador, si fuese preciso que se mantenga en ellas una de las fragatas por ahora, 6 si atendido a los dispendios que esto atrae, bastara quede alli la fragata el Aguila Francesa, que ha de ser de dota- cion de aquella colonia para su uso, con las embarcaciones menores que se encuentran en ella, para su comunicacion con Montevideo, y los ob- jetos que sobre el reconocimiento del Estrecho, disfrute de sus maderas, y cultivo de los Indios, se prevendran en adelante. Que D. Miguel de x XIX Bernazani, que va de Ministro en las citadas fragatas, hade quedar en las Malvinas para hacerse cargo de los objetos pertenecientes 4 la Real Hacienda, bajo las ordenes del referido Gobernador, pues hay. que recibir de los Franceses quanto alli existe: y tambien para la administra- _cion subsecuente de reses, viveres, y demas efectos que corresponda. Que las reses que se embarquen en Montevideo, y las demas que despues se envien, son para establecer hatos de ganado de cuenta de S. M., y subsis- tencia de aquella poblacion. Que. el .ingeniero D. Estevan O’Brien destinado 4 Malvinas, debe pasar con el Gobernador, y tambien el’oficial de artilleria D. Francisco de Orduiia, aunque vayan solo cuatro 6 seis ar- tilleros:‘pero si V. K. necesitase 4 este, se quedara en Buenos Ayres. Que V. E. haga que vuelvan luego las referidas fragatas, 6 una si no hubiese precision de ellas; pero que si estén aun los navios Diligente y Ga- llardo, prefiera V. KE. el regreso de estos. Que respecto del destino de Bernazani, vaya en las fragatas otro oficial del Ministerio de Marina, que desde el arrivo 4 Montevideo se haga cargo del de los navios, y de cuales- quiera otras embarcaciones del Rey que alli existan, cesando en el inte- rino D, Pedro Bermudez. Que los dos cirujanos de Ja armada que van de supernumerarios en las fragatas, queden en las Malvinas con las dos cajas de medicina que llevan, 4 mas de las de su dotacion, si se contem- _plase preciso. : Todo lo cual participo. 4 V. KE. de érden de S. M. para su inteli- gencia, y 4 fin de que disponga lo conveniente al efectivo cumplimien- to de esta real determimacion. Dios guarde 4 V. IX. muchos afos. San Ildefonso 3 de Octubre de 1766. cia D, Juuran ARRIAGA, Sr. D. Francisco Bucareli. arn es 12. REAL ORDEN, Con el fin de que tengan en las Islas Malvinas el pasto espiritual que conviene, ha resuelto el Rey que V. E. pida 4 los Superiores de la Religion de San Francisco, dos Religiosos de entera satisfaccion, para que ademas del referido objeto, pueda emplearse uno en el de tantear en las costas. del Estrecho de Magallanes la reduccion de aquellos Indios, que segun han experimentado los Franceses, se manifiestan afables y propor- cionados al trato de gentes. Participolo 4 V. E.de su real orden para que dispOnga su cumplimienta, Dios guarde a V. E. muchos anos. San Ildefonso, 4 de Octubre de 1766, , / D, Junian ARRiAGA, sr. D, Francisco Bucareli. seer oma 13. REAL ORDEN, _ _ Repetidamente confirmadas las noticias que habra V. E. recibido al arribo & Montevideo de las fragatas Liebre y Esmeralda, del intentado 10 XX establecimiento (ya formado) por Jos Ingleses en alguna isla de esos mares ‘6 los del sud, y acaso en sus costas, y no habiendo podido saberse el preci- so parage, urge cada dia mas el encargado descubrimiento de él, y por con- secuencia el avisar las providencias para este logro, que por lo respectivo desa costa hasta el Estrecho de Magallanes, inclusive este, y sucesiva- mente hasta Cabo de Hornos, ha de ser de ta inspeccion de V. ib. auxilian- dose con el Gobernador de Malvinas D. Felipe Ruiz Puente; disponga V. E., por los medios que su conocimiento le dicte, que se reconozca costa & costa, con embarcaciones 4 proposito, Ja distancia que media desde ese Rio al-Estrecho de Magallanes, y la parte que puedan de este; y que en lo restante, hasta el Cabo de Hornos, se practique igual diligencia. Para lo | que acordara V. I: con el citado Puente la parte de que haya de encargar- se él, luego que se posesione de las Islas Malvinas, no solo por lo que mira 4 todo el continente de estas, y Jas de que tenga noticia en aquellos mares, sino es tambien por la costa, desde el Kstrecho 4 Cabo de Hornos: aunque 4 la embarcacion con que V. E. despache, segun se le mando, los Misione- ros‘4 la Tierra del Fuego, donde se perdié el Registro la Concepcion, le sera mas adaptable este examen. Y debera V. E. instruir 4 los Capitanes, 4 fin de que, entrando en el parage donde encuentren el establecimiento, para reconvenir, como sorprendidos de él, de su intrusion en dominios de S. M., contra la buena fé de los tratados y armonia que subsiste entre las dos naciones, protestandoles sobre su contravencion, se valgan de Ja forzosa detencion para enterarse de la entidad del establecimiento, el naimero de. gentes y extension de fortificaciones, regresando inmediatamente 4 dar cuenta 4 V. E., quien despacharé, sin pérdida de instante, un aviso 4 estos reinos con estas noticias. Fuera de los expresados medios, quiere el Rey que V. E. haga par- tir uno de los dos chambequines, 6 si lo halla por mas conveniente, una ~ fragata, con drden de que, observando, en lo permitido 4 un buque, el pro- pio reconocimiento hasta el Itstrecho, ‘lo continue en todo este hasta su desembocadero en la parte del sud, y vuelva por el mismo 4 este puerto, trayendo un exacto diario de su navegacion, y novedades que le hayan ocurrido; que entregado a V. E., lo pasara 4 mis manos para noticia de 8S, M.- Dios guarde 4 V. i. muchos aiios. Madrid 29 de Diciembre de 1766. ‘—D. Juniax ARRIAGA. Sr. D. Francisco Bucareli. NN —= ie ne sca" REAL ORDEN. E1 Comandante de la fragata el Aguila, que ha regresado de las Islas Malvinas 4 San Mald, llamado Mr. Guyot, ha asegurado, en cuanto 4 si los Ingleses habian hecho algun establecimiento en aquellas islas, que no se ha descubierto rastro alguno de semejante establecimiento en las Malvinas, y que tiene por evidente que no lo hay; pues 4 haberlo, hubiera sido casi imposible que los Franceses no lo hubiesen penetrado, mediante jos reconocimientos que habian hecho casi al rededor de toda ella. Manifes- tando que no puede asegurar con igual certeza, que ne lo hayan-hecho en lo interior del Estrecho de Magallanes, 6 4 la otra parte de él, en alguna costa “ XX de la may del sud, y que aun se inclina 4 creer, que haya podido ser en and muy pequefia isla que esta casi en el medio del Estrecho, llamada la Isla Delfina, 6 San Luis, que jamas ha estado habitada, ni poblada por nadie. Que un piloto Inglés, con quien hablo en la Isla de Madera el mes de [nero del aiio pasado, le dijo habian arribado a ella dos fragatas Inglesas, las cuales iban 4 continuar la expedicion del Capitan Byron, y que tenia fundamentos para sospechar fuese la idea de los Ingleses el ha- cer un establecimiento en la referida Isla Delfina, 6 San Luis, 6 bien en la-Isla de la Madre de Dios, que .esta dentro de la mar del sud, siguiendo la costa del continente, entre50 y 53 grados de latitud austral: y le ana- did, que se inclinaba mas 4 esto Ultimo que al establecimiento de la Isla Delfina. | Enterado el Rey de estas noticias, me manda comunicarlas 4 V. E. A fin de que, consiguiente 4 lo que sobre este asunto le esta mandado en érden de 29 da Diciembre ultimo, le sirvan de gobierno para tomar las medidas correspondientes al mas exacto cumplimiento de lo resuelto por S. M. ick | Dios guarde 4 V. I. muchos anos. Madrid, 7 de Febrero de 1767. D, Suntan ARRraGa. Sr. D. Francisco Bucareli. 45. REAL ORDEN,. Desde el 16 de Febrero altimo, con cuya data se avisd a V. EK. lo que hasta ella se sabia de un establecimiento de los Ingleses en esos mares, nada ha podido adelantarse sobre la averiguacion del fijo parage en que se haya practicado, y si solo probables lucesde que no sea en la Isla de la Ma- dre de Dios, entre los 51 y 53 grados de latitud, siguiendo la costa de aquel continente, que entonces se creia, y sia la parte de aca del Estrecho de Magallanes, en una isla no distante de las Malvinas; pues las noticias que se esparcen en Londres son tan artificiosamente vertidas, que permaneee la duda. En ese supuesto; solo espera el Rey aclararla por los examenes y reconocimientos que 4 V. E. se le tienen recomendados, y nuevamente le encarga 5. M. Dios guarde 4 V. E. muchos ajios. San Ildefonso 21 de Agosto de 1767. D. Jutian ARRIAGA. Sr. D. Francisco Bucareli. nacre Gianna EG. | . REAL ORDEN. - Respondiendo V:; E. ala orden de 2 de Octubre del afio- proximo pasado, manifiesta en carta de 9 de Abril del presente, que las. noticias que se le dieron, relativas 4 la Tierra det Fuego, se conforman en todo con las que ha adquirido de algunos individuos del Registro la Concepcion que se perdio en aquella costa, y aun permanecen ahi: ahadiendo V. E. que, en habiendo caudales para sufragar los gastos de esta expedicion, y la cons~ XXET truccion de una embarcacion proporcionada, se pondra de acuerdo con los Superiores de la Religion de Santo Domingo, y se enviaran alli algunos Religiosos que tanteen el logro de tan interesante objeto. | Enterado el Rey de todo, reencarga S. M. 4 V. E. esta importaneta, y es su real Animo, que vaya en la embarcacion algun sugeto de confianza, aquien V. E. cometa el reconocimiento de toda la costa, por si se logra descubrir si hay algun establecimiento de extrangeros. Dios guarde 4 V. E. muchos afios. San Ildefonso 17 de Septiembre de 1767. : D. Juniaw ARgiaca. Sr. D. Francisco Buearell. ornate 17. Oficio del Gobernador de Buenos Aires. Exmo,. Srenor— Muy Sefior mio: En carta de 16 del ailtimo Agosto, relativa 4 las érdenes de 27 y 29 de Diciembre del afio pasado, manifesté 4 V. EK. los motivos que en aquella ocasion imposibilitaban su cumplimiento, y aun- que en la presente ocurre la misma dificultad, porque son siempre mayo- res los objetos que los auxilios, apurando todos los arbitrios adoptables 4 la practica, en las precisas circunstancias en que me hallo de atender 4 otros mas graves y egecutivos, con la irremediable falta de embarcaciones proporcionadas, y especialmente de las que vinieron para ello, y por pos- teriores Ordenes tuvieron distinto destino, despaché en 23 del anterior Di- ciembre al Capitan de fragata D. Domiugo Perler, con el chambequin de su mando, nombrado el Andaluz, 4 reconocer costa 4 costa la del: sud, desde esta al Estrecho de Magallanes, y la parte que pueda de él y su des- embocadero, advertido de cuanto debe practicar en su navegacion, y con los: Ingleses, en caso de encontrarlos establecidos en algun parage de la extension sefialada 4 su examen y descubrimiento; y 4 su regreso llegue 4 lasislas: Malvinas, 4 informar 4 aquel Gobernador de las resultas de su co- mision, por lo que pueda convenir 4 la cometida 4 este para el continente de ellas, y demas de que tenga noticia. De las que produzca uno y otro en la aplicacion de las que tienen 4 su cargo, y mi eficaz solicitud, avisaré 4 V. KE, con la posible puntualidad, para que se sirva pasarlas al Rey. Y ahora con esta satisfago la 6rden de 27 de Agosto, y la de 29 de Septiembre, que recibi ayér por el bergantiv nombrado Hopp, que en 18 del presente ar-. ribé al puerto de Montevideo. Nuestro Sefior guarde 4 V. E. muchos aiios como deseo. Buenos Aires 24 de Enero de 1768. 7 P. D. Exmo. Sefior; Me dedicaré 4 saber la distancia que hay desde Ja isla 4 tierra firme; pero antes quiero oir 4 Perler, que espero lo traiga averiguado; y segun mi concepto, este nombre de Falkland, fue confirmacion. que le dieron los Ingleses 4 la parte. de las Malvinas que ocuparon, ! | Francisco. Bucare.l. Exmo. Senor D. Julian Arriaga. eee es ee eee 4 XXITE «as. | Oficio del Gobernador de Buenos Aires Exmo. Senor— Muy Sefior mio: Como no pude encontrar embarcacion alguna proporcionada 4 la practica de los objetos que prescribe Ja Real Orden de 2de Octubre de 66, relativa 4 la colonia, y puerto de arribada. que el Rey ha resuelto establecer en la Tierra del Fuego, ni otro arbitrio mas oportuno 4 su: cumplimiento, que el propuesto 4 V. Ei. en mi carta de 7 de Abril de 67, tuve por indispensable la providencia de cons- truir un bergantin capaz de verificarlo; y concluido, habilitado, y provisto de todo, 4 satisfaccion del ‘Teniente de fragata D. Manuel Pando, que comi- sioné 4 esta importante expedicion, se hizo 4 la vela la tarde del 17 del presente, con cuatro Religiosos Dominicos, un sargento, seis soldados de infanteria y otros individuos, que con el repuesto correspondiente de pro- visiones de boca y guerra, y diferentes efectos, propios al entretenimiento y reduecion de los Indios, han de quedar alli, en el parage mas conforme al fin 4 que se dirigen las intenciones de S. M., advertidos de cuanto conviene al logro, y 4 este oficial de lo que debe practicar en su navegacion, reconoci- miento de la costa, y con cualquiera nacion extrangera que halle en la ex- tension seialada 4 su examen: y de las resultas daré 4 V. E. noticia con la posible puntualidad, esperando ahora se sirva pasar esta 4 lade S. M., y merecer su real aprobacion. | Nuestro Senor guarde 4 V. &. muchos afios. Buenos Aires, 28 de Enero de 1768. 2 Francisco BucaRre.t. Exmo. Senor D. Julian Arriaga. a 19. REAL ORDEN, Continuando a V. E. los avisos que se iban adquiriendo sobre el parage en que hubiesen hecho los Ingleses su nuevo establecimiento, en islas, 6 tierra firme de esos reynos,.pude decirle, con fecha de 29 de Sep- tiembre del aiio proximo, con la certeza que ya habia, de ser en la Isla Falkland. | | Posteriormente se ha asegurado mas, por las .cartas que se recibie- ron de! Gobernador de las Islas Malvinas, de que naturalmente estara ya V. E. advertido por el mismo Gobernador, respecto de ser sus fechas de 25 de Abril. del referido ano, habiendo padecido notabilissimo extravio. Aungue es constante este primer establecimiento en el citado para- ge, no por esto disminuyen los recelos de que intenten, 6 hayan intentado otros en islas, 6 tierra firme de la bandadel sur; y aun hay modernos reiterados anuncios de que su idea sea en el Puerto del Hambre, que ellos nombran Famine, y tambien en la Isla de la Madre de Dios. Y en una carta de fecha de 11 de Agosto altimo, que escribid 4 V. E. D. Antonio Guill, (que se ha recibido en esta misma ocasion) tratando de las providen- cias que daba, segun las ordenes que tenia, para resguardo de: aquel rei- no, expresa habérsele asegurado hallarse establecidos ya Ingleses en la ‘Tier- ra del Fuego, con fortificacion, y una-embarcacion en su puerto. XXIV Bien que se halla S. M. enterado, por la contestacion de V. E., de fecha 20 de Agosto de 674 las Ordenes que recibié de 29 de Diciem- bre de 1766, del cuidado con que quedaba para precaver los desiguios de los Ingleses, y que debiendo haber recibido las que sucesivamente se le han ido comunicando, y con especialidad: las de 7.de Febrero, y 21 de Agosto de 1767, se persuade el. Rey esté V. I. procediendo con su acos- tumbrado celo y vigilancia;. como segun los antecedentes que van re- feridos, 4 proporcion que se renuevan los motivos, es necesario que mas y mas se esmere la actividad de V. &. para superarlos; me manda 5. M. encargar eficazmente 4 V./E. esté muy 4 la mira para no permitir esta- blecimiento alguno de los Ingleses; y que de los que tengan hechos, los expela por la fuerza; sino sirven las amonestacianes, arreglado a las leyes, y sin necesitar mas Ordenes, ni instruccion, ni observar en esto: mas me- dida que la precisa de sus propias fuerzas con las que ellos tengan, por no’ exponerse con inferioridad 4 no lograr el fin. Para cuyo caso, y el de la premeditacion de: otras peores consecuencias que V. K. pueda deducir en el estado de esas Provincias, usara del medio de protestas, y reconvenciones de su intentada usurpacion, manifestandoles se contiene de hechos por dar parte 4S. M., y esperar sus reales ordenes. ; | _ Dios guarde 4 V. E. muchos afios. Madrid 25 de Febrero de 1768. . D. Junian ARRILAGA. Sr. D. Francisco Bucareh. mee pee 20. Oficio del Gobernader de Buenos Aires. Exmo. Sehnor— Muy Sefior mio: Con destino 4 la praetica de las ordenes relativas al nuevo establecimiento que el’ Rey ha resuelto formar en la ‘Tierra del . Fuego, y al reconocimiento de la costa, descubrimiento de los Ingleses, y demas objetos que prescriben, sali de este puerto en 19 de Enero el Te- niente de fragata D. Manuel Pando,en un bergantin provisto de cuanto ~ con su intervencion se juzg6 oportuno 4 verificar perfectamente el cumpli- miento, como entendera V. E. por mi duplicado separado oficio. Pero ha- biendo llegado 4 aquellos parages, y tratado con losgndios, esforzando con la mayor actividad su diligencia, se vio en la precision de cesar en ella, pasar 4 las Islas Malvinas, y volver aqui, por los motivos que expone en la adjunta earta que tuye suya, y contiene el diario, que 4 su arrivo me presento, y di- rijo tambien 4 V. £. Esperando se sirva informar 4 S. M. de todo lo ocurri- do en esta expedicion, y que pondré los medios eficaces 4 concluirla en la siguiente estacion, enterado de lo que conviene para conseguirlo.. __ : Nuestro Sefior guarde 4 V. E. muchos aiios como deseo. Buenos Aires 2 de Mayo de 1768. Francisco BUCARELI. Exmo. Sefior D. Julian Arriaga. one | 24. REAL ORDEN. He dado cuenta al Rey de la carta de V. E. de 28 de Enero ailtimo, en que avisa la salida del bergantin que hizo V. KE. construir para la Tierra del Fuego, habilitado y provisto 4 satisfaccion del Te- niente de fragata D. Manuel Pando, con-cuatro Religiosos Dominicos, un sargento, seis soldados y otros individuos, con efectos propios 4 la reduccion.de los Indios, para quedarse alli en el parage mas conforme 4 sus reales intenciones, explicadas 4 V. E..en orden de 2 de Octubre de 1766; advertidos de cuanto conviene al logro, y al referido oficial, del ex4men y reconocimiento de la costa, y de cualquiera estableci- to de nacion extrangera. Y habiendo merecido todo la aprobacion de S. M., me manda participarlo 4 V. E. para su inteligencia y gobierno. Dios guarde 4 V. IX. muchos afios. San Ildefonso, 3 de Septiembre de 1768. | | . D. JuLrian ARRIAGA. Sr. D. Francisco Buearell. meee Dep As Ge REAL ORDEN. Queda enterado el Rey, por carta de V. IK. de 2 de Mayo iulti- ‘mo, y diario y carta que acompaiia del Teniente de fragata D. Manuel Pando, de todo lo ocurrido en su expedicion 4 la Tierra del Fuego, y motivos que le obligaron a cesar en su comision: y espera S. M. apro- veche V. I. la estacion oportuna para, proseguir esta empresa. . Dios guarde a V. Iu. muchos aiios. San Ildefonso, 6 de Octubre de 1768. D. Jovian ARR1AGA. Sr. Gobernador de Buenos Aires. Pree es 23. Oficio del Gobernador de Buenos Aires, Exmo. SrEnor— Muy Senor mio—E]l capitan D. Domingo Perler, y e] Teniente de fragata D. Manuel Pando, que informé 4 V. E., en-carta del ultimo 6 de Marzo, salieron de este puerto por distintos rumbos, comisionados al descubrimiento de los Ingleses, y nuevo establecimiento de la Tierra del Fuego, volvieron 4 él de los parages que le fueron sefialados para verificar- lo, como expuse 4 V. KE. en otrade 10 de Mayo, habiendo conseguido unicamente reconocer la parte designada en..los adjuntos diarios y planos que ofreci remitir 4 V. E. para su noticia. Aprovechando la actual estacion, despaché en 7 del presente 4 D. Manuel Pando, con dos embarcaciones. bien dispuestas, municionadas: y artilladas, un sargento, y ocho soldados, tres Religiosos Dominicos, y varias especies oportunas al entretenimiento de los Indios para la Isla del Fuego, con érden de formar la poblacion en el puerto mas itil, y venta- XXXVI joso, 4 los interesantes objetos 4 que se dirige, de permanecer en ella hasta la primavera ventura, reconocer toda su costa, la de Patagones, y del Estre-. cho de Magallanes hasta el Puerto Famine, para desalojar 4 los Ingleses, 6 reconvenirlos, caso de encontrarlos, siendo superiores las fuerzas, quedan- dose con una embarcacion, y enviando la otra con las noticias que ad- quiera. En 22 del mismo salid tambien, conduciendo yiveres 4 las Malvi- nas, y con igual objeto por lo respectivo 4 los Ingleses, el Teniente de navio D. Francisco Gil de Taboada, en la fragata Santa Rosa de su car- go, reforzada de marineria y guarnicion, y con orden de pasar observando Jas que lleva mias, y las que le comunique el Gobernador D. Felipe Ruiz Puente 4 su arribo.4 aquella isla, 4 reconocer las costas, y parages que le sefiale, auxiliado de una de las embarcaciones de su puerto, que previene le facilitase: y de las resultas de la diligencia de uno y otro comisionados, avisaré 4 V. KE. con la posible puntualidad. ee Nuestro Senor guarde 4 V. E. muchos anos. Buenos Aires, 80 de Diciembre de 1768. D, Francisco Bucareu. Exmo, Sr. Conde de Aranda. rere ELLE ce oF 24. REAL ORDEN. En carta de 12 de Mayo ultimo acompana V. E. el diario de la na-~ vegacion que hizo el eniente de fragata D. Manuel Pando, con destino 4 la formacion del nuevo establecimiento en la Tierra del Fuego; y no ha- biéndolo verificado por la contrariedad de los tiempos, me manda el Rey prevenir 4 V. EK. disponga su cumplimiento en estacion mas oportuna, adop- tando todas las providencias para que tenga el efecto que desea S. M. Dios guarde 4 V. EK. muchos anos. San Idefonso 11 de Sep- tiembre de 1769. D. Jutian ARRIAGA. Sr. D. Francisco Bucarell. 25. REAL ODEN, > Aunque en érdenes de 1.° de Mayo, y 11 de Septiembre de este afio, esta recomendada 4 V. E. la continuacion del envio de embarecacio- nes en solicitud del establecimiento de Ingleses, y de formar una poblacion en Ja Tierra del Fuego, como quiera que 4 estos propios fines se dirigié principalmente la posesion de la Isla Nuestra Seiiora de la Soledad de Malvinas, por la mas facil proporcion que ofrece su situacion, si se lograse ponerla en un estado de vecindario regular, y abundantes producciones de semillas, ganado y demas necesario 4 la vida humana; me manda el Rey prevenir 4 V. E, que, teniendo presente cuanto se le comunicé en orden de 2 de Octubre de 1766, no pierda de vista esta importancia, propor- cionando los ‘auxilios que para su logro le pidiere aquel Gobernador, asi en remisiones ‘de viveres, efectos, reses y caudales, como destinandole la a XXVIE embareacion 6 embarcaciones propias 4 mantener esa correspondencia, y a ser empleadas en los reconocimientos del Estrecho de Magallanes, con- duccion de maderas, y cultivo de aquellos Indios. Dios guarde a V. I. Bim ons afios. Madrid 6 de Diciembre de 1769. Pcery JULIAN ARRIAGA. _ sr. D. Francisco Bueareli. ; 26. REAL ORDEN. Recibida la descripcion y plano que V. E. ineluyd en carta de 80 de Junio tltimo, de Puerto Deseado que reconocid el Teniente de fragata D. Manuel Pando, en su navegacion 4 verificar el estab!ecimiento man- dado formar en la Isla del Fuego, y con atencion 4 las ventajosas pro- porciones que ofrece por su terreno, abundancia de caza, pesca y lo demas preciso 4 la mejor subsistencia, y tambien para la facil arribada de los mavios que navegan al sud, sin la precision de ejecutarla al Janeiro, ni a Buenos Aires, por necesidad de temporal 6 de refrescar sus ranchos; quie- re el Rey que, examinado nuevamente este parage, y tomando V. K. mas noticias de resultas de la segunda salida al primer objeto, encargada 4 V. i, en 11 de Septiembre proximo pasado, acuerde V. I. con el Comandan- te de Marina y sugetos practicos, si convendrd dar principio con algunas familias 4 establecer poblacion, sin llevar este .pensamiento por ahora mas que hasta el término de hacer experiencia, para que sucesivamente, verificada la utilidad que se cree, se puedan tomar otras providencias que afiancen el acierto: 4 cuyo fin sera tambien conveniente que V. KE. instruya al Gobernador de Malvinas, y espere su dictamen. Dios guarde 4 V. E. eet a afios—Madrid, 7 de Febrero de 1770. JULIAN ARRIAGA, Senor D. Francisco Bueareli. 27. REAL ORDEN, Enterado el Rey, por la carta de V. E. de 9 de Abril, de la de- terminacion que habia tomado. de desalojar 4 4 los Ingleses de su nuevo es- tablecimiento de Puerto !gmont, enviando deste fin “las fr agatas de guerra, que se hallaban en Montevideo, mandadas por el Capitan de Navio D. Juan Ignacio Madariaga encargado de esta expedicion; y aun verificado en pos- teriores fechas de 16 de Mayo, que habia héchose 4 la vela para su cumplix miento el dia 11, me manda S. M. prevenir 4 V. E. que, si al recibo de esta _érden no se hubiese egecutado, suspenda esta operacion, despachando in- mediatamenfe las 6rdenes correspondientes 4 este efecto al Gobernador de Malvinas, D. Felipe Ruiz Puente, y 4 D. Juan Ignacio Madariaga, incluyén- doles los adjuntos pliegos, que al mismo fin se les dirigen: siendo el animo del Rey que, repetidas las protestas, sin proceder 4 mas, y poniendo V. It. 4 Ruiz Puente en estado de sostenerse contra cualquiera insulto, y dando cuenta de cuanto vaya Oe Bun eho; espere V. i, nuevas ordenes para su gobierno. | 11 “ XXVIII Esto es respectivo al mencionado establecimiento del Puerto Egmont, «& otro cualquiera en las mismas islas, quedando en su fuerza y vigor la orden de 25 de Febrero de 68, para lo respectivo al continente de tierra firme de esas costas, hasta Cabo de Hornos, [’strecho de Magallanes (que era la mente de ella), y la parte del sud que se comunico al Virey del Peri. como de su pertenencia. Dios guarde 4 V. HE. muchos afios. San Ildefonso, 24 de Agosto de 1770. Junian ARrniaGa. Senor D. Francisco Bucareli. aes eo 28. REAL ORDEN, ( Reservada.) Con el fin de impedir que los Ingleses, 6 sus colonos insurgentes, piensen en establecerse en la Bahia de San Julian, 6 sobre la misma costa, para hacer la pesca de la ballena en aquellos mares 4 que se han dedica~ do con mucho empefio, ha resuelto el Rey que V. 8., de comun acuerdo con el Virey de esas Provincias, y con toda la posible prontitud, disponga se proyecte y lleve 4 debido efecto el hacer un formal establecimiento y poblacion en dicha Bahia de San Julian, con las miras, desde luego, de que alli se construya una armazon de pesca de ballena, como la que tienen los Portugueses en la Isla de Santa Catalina, procurando 4 este intento adquirir sugetos practicos 4 toda costa, sean Espaiioles 6 Portugueses, y_ aprovechando para este tan importante logro las abundantes salinas de aquel parage para el abasto de Buenos Aires, y la salazon, que esta tan encargada, de las carnes de esas Provincias, con que fomentar este utilisi- mo ramo de comercio. . Oi Y 4 este efecto me manda S. M. recomendar a V. S. muy particu- larmente los expresados objetos, con la advertencia de que, para conseguir- los completamente, autoriza 4 V. S., y tambien al Virey, 4 fin de que pue- dan conceder en su real nombre los premios que regularen conyenientes y precisos 4 que verifiquen, por todos los medios que sean adaptables, las sanas intenciones con que S. M. mira el bien general de sus vasallos, en cuanto sean compatibles con su real servicio, Y asilo prevengo 4 V.S., de orden de S. M., para su puntual, y exacto cumplimiento; en inteligencia de que deste efecto se avisa lo mismo al citado Virey. Dios guarde 4. V. S. muchos afios. El] Pardo 24 de Marzo de 1778. JOSEPH DE GALVEZ. Sefior Intendente D. Manuel Fernandez. 20. Instrucciones para establecer fuertes y poblaciones en la costa que corre desde el Rio de la Plata hasta el Estrecho de Magallanes, Con motivo de la guerra que subsiste entre la Inglaterra y sus co- lonias sublevadas de la América Septentrional, y de la poca esperanza que tiene el Gobierno Britanico en la actualidad de reducir 4 su obe~ diencia aquellas grandes posesiones, que hacian uno de los mayores resor- XKIX tes de su poder. maritimo, piensa la Corte de Londres indemnizarse de la pérdida que la amenaza por el medio de adquirir alguna posesion en la América Meridional, haciendo establecimientos en la expresada costa Patagonica, que tienen bien explorada y reconocida algunos navegantes y aventureros de su nacion.. , A estos antecedentes se agrega otro incentivo, que es el de la pesea de la ballena en aquellos mares, que ya han practicado los Ingleses” desde que se establecieron en Malvinas. Y como al mismo tiempo vé el Gobierno, Britanico, que por las altimas convenciones hechas entre Espaia Portugal, se coarta la libertad que tenia antes la nacion Inglesa en las eostas del Brasil, pues le queda cerrado el puerto de la Isla de Santa Catalina por el articulo 22 del ‘Tratado de limites, es consiguiente que el Gabinete de Londres piense en buscar punto de apoyo en la menciona- da costa Patagonica. Y con efecto, sabemos que 4 este fin se han presen- tado proyectos al Gobierno Ingles, deducidos de los reconocimientos que hicieron antes sus viageros: y estas noticias ciertas egecutan nuestro ciudado y vigilancia para tomar las precauciones convenientes, con la debida proutitud. 4 ‘Son dos los parages principales 4 que debemos dirigir la atencion, para ocuparlos desde luego con algunos establecimientos que sucesiva- mente se vayan perfeccionando, y que siryan de escala para otros. El primero es la Bahia sin l’ondo, 6 Punta de San Matias, en que desagua el Rio Negro, que se interna por cerca de trecientas leguas al reino de Chile; y esta circunstancia hace mas precisa su ocupacion, y que se erjja alli un fuerte provisional. Y el segundo, la Bahia de San Julian, 4 otro parage de los situados mas al sud, y con mayor inmediacion al Hstrecho de Magallanes,~si aquella bahia no ofrec3 proporciones, como aseguran algunos, que dicen haberla reconocido: para que en ella, 6 en su inmediato terreno, se establezca una poblacion capaz de subsistir por si misma 4 beneficio del tiempo, y de servir de escala 6 apoyo para otras mas avanzadas que se deben erigir despues. , Para que se efectuen los dos establecimientos con la posible breve- dad, y se aseguren sus progresos en -lo venidero, ha. nombrado el Rey 4 D, Juan de la Piedra por Comisario Superintendente de las nuevas po- blaciones, y otros tres sugetos que deberan acompafarle; afin de que uno quede en la Bahia sin Fondo, hecho alli el establecimiento primero, y que los otros dos sirvan de contadores y tesoreros en ambos parages respecti- vamente. Pero el Gobierno de Buenos Aires debera nombrar las demas personas que se necesitan al intento, y proveer de embarcaciones peque- fas en que puedan hacerse los reconociimientos que son indispensables, 4 fin deescoger les sitios mas 4 propOsito para la ereccion de _pobla- clones. ) Se conceptuan precisos desde aqui dos ingenieros, y algunos pilo- _tos practicos de la costa, para que reconocida individualmente, y con espe- cialidad los puertos y fondeaderos de ambas bahias, y demas parages que deban ocuparse, se levanten planos, y se construyan los fuertes que han de erigirse en los nuevos establecimientos. ‘Tambien se destinaran algunos soldados con los operarios, trabaja- dores y utensilios que se conceptuen necesarios 4 la ereccion de fuertes y poblaciones, y se cuidara sobretodo de que las embarcaciones vayan bien armadas y provistas del mantenimiento suficiente para seis (@ ocho meses, ademas de los ranchos del viage; y se tomaran en Buenos Ayres las medi- XXX das correspondientes para socorrer los nuevos establecimientos en tiempos oportunos, y evitar que se malogren por falta de subsistencia. Convendra a este efecto que se destine en Buenos Aires un com- petente naimero de buques medianos, para que sucesivamente vayan con socorros de toda especie a los nuevos establecimientos, y que en cada uno de ellos haya tambien dos pequefias embarcaciones armadas, que reco- nozcan las costas colaterales, y que puedan despacharse a pedir viveres, 6 lievar avisos al Virey, quien cuidara de que regresen luego, para que nunea falte aquel recurso 4 las nuevas poblaciones. En el supuesto de que el principal comisionado, D. Juan de la Piedra, se despache.con anticipacion, para que en el oportuno tiempo de la: primavera inmediata se emprenda el viage 4 Ja Bahia sin Fondo, se le prevendra por el Virey en la instruccion que llegando 4 ella reconozea, con el auxilio de los pilotes é ingenieros, el sitio mas 4 proposito, para formar el establecimiento, examinando atentamente donde haya agua dul- ce en abundancia, de manantial, 6 de pozos que puedan abrirse; si el aire es puro y saludable, y si el terreno presenta fecundidad para semente- ra y frutos: y determinado el sitio con maduru acuerdo, se formen al- gunos cobertizos provisionales en que guarecerse de-Jas inclemencias, y se construya desde luego un fuerte, tambien provisional, con su correspon- diente artilleria y pequefa guarnicion que le defienda; procediendo sucesiva- mente 4 edificar algunas casas para los comisionados, oficiales y gente que deba contener la poblacion que se proyectare. . Formado asi el establecimiento, se dara aviso al Virey para que | disponga el envio de algunas familias, eon los viveres y titiles precisos 4 su subsistencia y ocupacion; cuidando que los nuevos pobladores sean casa- dos y de buenas inclinaciones, y que con.ellos se destinen sacerdotes ¢ que les administren los sacramentos, profesores de medicina 6 cirugia para su curacion, y los precisos artesanos con las herramientas respectivas 4 ca- da oficio, y listas individuales de todos los utensilios. Ademas de las simientes de hortalizas y legumbres gue procuraran llevar los comisio- nados en su primer Viaje, para hacer alguna experiencia en los terrenos que se regulen mas a epoaie, mientras se construyen los edificios pro- visionales, se les enviaran, despues que -hayan dado aviso de estar fijados los establecimientos, granos de todas especies, animales, aves domésti-_ cas de todas clases, para que procreen y con el tiempo provean las nuevas poblaciones de todo lo necesario 4 subsistencia y aumento: pues hasta que se hallen bien establecidas, no deben cesar los socorros y envios de Bue- nos Aires; bien que siempre ha de subsistir la comunicacion con aquella capital, cuyos gefes deben informar al Rey de los progresos que bagan los nuevos establecimientos. Verificado el de la Bahia sin Fondo, ha de quedar en é1 el segundo comisionado con uno de los contadores; y D. Juan de la Piedra seguira, con el resto de la expedicion al reconocimiento de la Bahia de San Julian, 6 de otro parage mas avanzado hacia el Estrecho de Magallanes, donde convenga hacer el otro establecimiento. Y si la estacion, @ otros motives lo impidieren absolutamente, retrocederan las embarcaciones al primer pun- to de Bahia sin Fondo, y volverian 4 Buenos Aires, si fuese preciso, con el fin de proveerse y emprender de nuevo el viage 4 dicha Bahiade San Ju- lian, al Puerto de Santa Cruz, 6 Ensenada de “Gallegos, donde se cree que: hay agua y lena en abundancia, para que pueda establecerse poblacion. 1 ‘i : KXAE -}1 Comisionado de Bahia sin Fondo haré practicar los mas exactos reconocimientos del pais inmediato, y procurando sacar de ellos todo el provecho posible para la solidez y aumento de aquel establecimiento, ex- tendiendo sus exploraciones 4 los’ terrenos internos, procurara dirigirlas por mar, como 4 primer objeto, hacia la boca del Rio Colorado, 4 las Bar- raucas, gue se interna tambien en el reino de Chile, y se halla situado eomo 4 veinte leguas al norte del Rio Negro, que forma el. puerto de la Bahia sin Fondo. Como en dicho Rio Colorado se asegura haber abun- dantes salinas de excelente calidad, y que de ellas puede proveerse 4 Bue- nos Aires para salar las carnes que se pierden en dicha provincia, y que beneficiadas formarian un importante ramo de comercio, se debe encargar al mismo Comisionado de Bahia sin Fondo que destaque alguna tropa y artifices para que construyan un fuerte en el parage mas conveniente de la - eosta, 4 la entrada de dicho Rio Colorado, 6 desaguadero de Mendoza, de suerte que queden defendidas Jas salinas y asegurada su posesion; forman- do allicomo un presidio dependiente del establecimiento que se hagaen Bahia sin Fondo, y encargando al Comandante de aquel pequetio fuerte que reconozca los terrenos inmediatos, para informar si convendria esta- blecer en ella alguna poblacion, que se utilice del beneficio de las salinas. Deberd encargarse estrechamente 4 tos comisionados, y coman- dantes de los fuertes que se deben erigir en los nuevos,establecimientos, el buen trato y agasajo de los Indios de aquellos paises, como punto elemental y esencialisime 4 facilitar el logro de los importantes objetos que el Rey se ha propuesto; y para ello convendra que lleven provision de bugerias con que regalar 4 los Indios, y que se procure sobretodo contener la licencia de los operarios y soldados, 4 fin de que no les hagan agravio alguno, ni 4 sus mugeres é hijos; cuyo trato debe solo permitir 4 los Eclesias- ticos y Misioneros, que con el tiempo podran atraer los naturales al ver- dadero conocimiento de nuestra I*é Catdlica. Si fuere posible erigir el segundo establecimiento en la Bahia de San Julian, 6 en otro parage de los ya indicados y mas cercanos al. Estrecho de Magallanes, deberian ser las disposiciones sustancialmente Jas mismas que se hayan observado para el primero de Bahia sin, Fondo, y seguirse el propio método. Pero convendra advertir en ta instruccion que ha de formar el Virey de Buenos Aires, que si el Comisionado, de acuerdo con los pilotos y oficiales, tuviese por mejor dirigir el viage 4 Malvinas desde la Bahia sin Fondo, y desde aquellas islas tomar el rum- bo directo 4 la costa para reconocerla, y reealar 4 la Bahia de San Ju- lian, puedan practicario 4 su arbitrio, 4 fin de asegurar mas el buen éxito de la empresa, y poder recurrir 4 dichas islas como a un punto de apoyo, remitiéndose entonces 4 ellas, desde Buenos Aires, los viveres y socorros necesatios para aquel establecimiento. Desde él se han de reconocer, las costas colaterales, y construirse un fuerte subalterno en Puerto Deseado, segun las reglas prescritas para el del Rio Colorado, dependiente de Bahia sin Fondo, que es escusado.. -yepetir. Y el Comisionado de San Julian, 6 de otro parage donde se ve- rifique este segundo establecimiento, cuidaré tambien de hacer reconoci~ mientos en el pais interno, y en Ja costa que corre hasta el Estrecho de Magallanes, informando con individualidad de los parages adonde con- | cepttie que se deben erigir nuevas poblaciones en lo venidero, para evi- tar que, ocupados por otra nacion, se aventure la seguridad de aquellos dominios, y nuestra libre navegacion en sus manos, : i XXXII Las noticias circunstanciadas que vayan comunicando los Comi- sionados y Comandantes de la Bahia sin Fondo y de San Julian, de sus fuertes subalternos, al Gobierno de Buenos Aires, prestar4n luces y conocimientos para tomar en lo sucesivo las medidas convenientes, 4 fin de conseguir la idea que’ S. M. se ha propuesto, de asegurar la pura posesion de aquellos dominios, y de precaver los designios peligrosos del Ministerio Britaénico, cuya ambicion mira hoy como principal objeto el im- perio de la América Meridional, conociendu que sus riquezas han de aumentar considerablemente el poder de la Espafia, mediante las venta- jas conseguidas en su ultima expedicion al Rio de la Plata, y la libertad del comercio que el Rey*ha concedido 4 sus vasallos. Y respecto de que las demas prevenciones que deban hacerse 4 los Comisionados, se dictarén con mayor conocimiento y acierto por el Virey de Buenos Aires, cuya pericia militar y celo auxiliados por la actividad del Intendente de aquellas Provincias, proporcionarén cuanto necesite esta im-= portante expedicion, deja el Rey al cuidado de aquellos Gefes que tomen todas las medidas que regularen precisas al completo logro de ella, fiando del verdadero amor que profesan 4 su real servicio, y de las grandes obli- gaciones en que les constituyen sus empleos, que no perdonaran diligen- cla, trabajo, ni fatiga que pueda facilitar el buen éxito que S. M. desea. - Aranjuez, 8 de Junio de 1778. | | Josepi DE GaLvez. Ieee 30. REAL ORDEN, . Se ha sabido con certeza que una Compafiia de Londres, autori- zada y movida por el Ministerio Britanico, est4é armando con actividad va- rias naves, de fuerza algunas de ellas de cuarenta y cinco caiiones, con el fin de dirigirse por el Cabo de Hornos 4 hostilizar nuestras colonias de la Mar del sud. Para precaver los daiios que pueden causar estos “corsarios antes de llegar 4 su principal destino, donde estén prevenidos para repeler sus insultos, quiere el Rey, que haga V. E. salir algunos buques de guerra bien armados, que reconozcan esos mares, resguarden los nuevos estableci- mientos de la costa Patagonica y Malvinas, 4 que los Ingleses pueden di- rigir sus miras, y hagan la posible diligencia para encontrarlos y destruir- los, antes que puedan montar el Cabo de Hornos. Ks regular que sus naves vayan dispersas y quebrantadas de una tan larga navegacion, y asi no sera extrafio que se arrimen A hacer escala en algun paraje de esas costas, 6 en los dominios del Rey de Portugal. Si esto sucede, como es de creer, tendra VY. Ki. medio de espiar sus moyi- mientos, y combatirlos, 4 menos que tengan una decidida superioridad de fuerza. v Se lo participo 4 V. E. de real orden para su gobierno, para que con- tribuya con su acostumbrada diligencia y actividad al desempefio de este importante servicio. Dios guarde 4 V, E, muchos afios. San Ildefonso, 15 de Agosto de 1779. ‘ JosEPH DE GaLyEz. Sr. Virey de Buenos Ayres. Sabet. eet * a XXXII , pit: RBA: | _ REAL ORDEN, Inn carta de 20 de Julio del afio préximo pasado; noticia V. E. ha- ber recibido cartas del Contador D. Antonio de Viedma desde el Puerto Deseado en la costa Patagénica, y acompafia el diario de su navegacion y reconocimiento de la Bahia y Puerto de San Julian, del Puerto de Santa Helena, del de San Gregorio y del Deseado, cuyos planos remite; y tam- bien otro de la parte septentrional del Golfo de San Jorge, de cuyos para-- ges habian tomado posesion en nombre del Rey.: lun otra carta manifiesta 4 V. E. que, el no haber subsistido en San Julian, lo ha fundado en la dificultad de conducir la carga de los buques, por los inconvenientes que dice, 4 la distancia de tres cuartos de legua donde propone la poblacion. Que en la instruccion que V. lt. le did, le previno que, cuando no hallase las debidas proporciones para hacer el estableci- miento en San Julian, procurase egecutarlo en el Rio de Santa Cruz, 6 de Gallegos, siempre con el objeto de arrimarse al Estrecho de Magalla- nes. Pero que, habiendo emprendido el reconocimiento del primero, ha manifestado D, Antonio Viedma que no pudo hacerlo 4 causa de los con- _trarios tiempos, y tomé el partido de arribar 4 Puerto Deseado, con el fin de reconocer el mejor sitio para la formacion de un fuerte, dependiente de la poblacion de San Julian, y ocupar la gente, durante el invierno, en sacar piedra para él. De todas estas noticias se ha enterado el Rey con satisfaccion, y aprueba 8S. M. 4 V. E. que le franquee, como ofrece, todos los efectos y operarios que le ha pedido Viedma, para que de este modo se verifiquen aquellos establecimientos, segun tiene mandado. Dios guarde 4 V. KE. muchos aos. El Pardo, 28 de Marzo de 1781. _ JosrepH DE GaLvez. Sr. Virey de Buenos Aires. oe. REAL ORDEN. Kn carta de 3 de Febrero de este afio expone V. E. las justas con- sideraciones que Je han impulsado para haber nombrado como Goberna- dor de Armas 4 D. Francisco Viedma, Superintendente de los estableci- mientos del Rio Negro, para que, con las facultades de este mando, pueda tener mas expedidas las suyas, y que nadie repugne estar 4 sts ordenes, como principal responsable de todo. Con este objeto, y para que el man- do estuviese unido en un solo sujeto, dice V. E., le expidié el correspon- diente titulo, extendiendo su jurisdiccion desde el Cabo San Antonio hasta el Puerto de Santa Helena inclusive: expresando que desde dicho ‘puerto, hasta el Estrecho de Magallanes, pertenecia al Comisario Superin- tendente de San Julian, para que de este modo el de Rio Negro tenga por su dependiente el Puerto de San José, y el de San Julian, al De- seado. . XXXIV , S. M. se ha servido aprobar esta determinacion de V. E., como dirijida al mejor desempefio de las obligaciones de ambos Comisarios Su- perintendentes, y lo participo 4 V. E. para su gobierno. . Dios guarde 4 V. E. muchos afios. San- Ildefonso, Septiembre 9 de 1781. JosurpH DE GALVEZ. Sr. Virey de Buenos Aires. Se es. REAL ORDEN, En carta de 22 de Febrero de este afto, y con inclusion de los in- formes que ha tomado, y experiencias que ya tiene acreditadas, manifiesta V. E. lo gravoso que son al Real Erario los establecimientos que, con loa- bles fines por entonces, se proyectaron en la costa Patagonica: y fun- dando la dificultad de que subsistan, y la que tendrian los Ingleses, u otra cualquiera nacion que intente navegar-a esas costas, de apoderarse y situarse en los parages ya reconocidos por nosotros, 4 causa de los gran- des estorbos irremediables que hay para que puedan conseguirlo, opi- na V.E seabandonen del todo los establecimientos de San Julian y San _ José, dejando en ellos sefiales constantes del dominio que pertenecen 4 S. M. de aquellos parages, y que-se mantengan solo el establecimiento del Rio Negro. , Ein vista pues de esta proposicion de V. I. y bien enterado el Rey de los fundamentos que por menor expone, y mejor deseo de su_ real ser- vicio con que apoya este pensamiento, mayormente cuando la experiencia ha acreditado el ningun imterés que ha resultado, ni puede esperarse de llevar adelante aquel proyecto de poblar la costa Patagonica, ha resuelto S. M. que efectivamente se abandone el establecimiento en los puestos y y parages-de la Bahia de San Julian, dejando en él una columna. 6 pilastra que contenga las reales armas de S. M, y una inscripcion que acredite la pertenencia de aquel terreno, el cual habra de ser visitado y reconocido todos los afos, al mismo tiempo que lo es Puerto Egmonten las Islas Falkland: pudiendo entonces, y aun debiendo ejecutarse lo mismo en Puer- to Deseado, donde concurren iguales motivos para su abandono. Tambien deberA abandonarse el puerto en la Bahia de San José, dejando la misma sefial, respecto 4 que todas las circunstancias que hasta ahora se han reco- nocido en él y en sus inmediaciones, le hacen inutil del todo: y para mayor seguridad en lo venidero, podra ser reconocido todos los aitos desde el Rio. Negro, Este es el nico establecimiento que quiere el Rey subsista, por lo mucho que-se ha gastado en él, y por que puede conducirse de alli por- cion de sal, y servir de algun fomento su comercio: pero, reducido al fuerte, y 4 la cortisima poblacion que buenamente se pudiese mantener 4 su abri- go, por que mas distante se hace imposible, segun las noticias que V. Ee eomunica. Y en él quiere S. M. se destine un comandante con el sueldo que V. E. propondra, y la gente que parezca pueda mantenerse y subsistir alli, con el finde sacar algun partido de aquel paraje. Para cuyo efecto seria conveniente se ponga V. Ei. de acuerdo con el Intendente, y con el Comisario Superintendente D. Francisco de Viedma, 4 quien, como igual- mente 4su hermano D, Antonio que esta en la Bahia de San Julian, pro- XXXV porcionara S.-M. otros destinog; y lo mismo 4 los demas empleados por S. M, alli, que en adelante no fueren necesarios respecto de esa reforma. Prevengo 4 V. I. todo.de érden del Rey, para que con interven- cion de ese Intendente, 4 quien se comunica esta resolucion, disponga el mas pronto y eficaz cumplimiento de ella por los términos que entre ambos acordaren. 7 Dios guarde 4 V. E. muchos afios. San Ildefonso 1.° de Agosto de 1783. JosEPH DE GALvEz. Sr. Virey de Buenos Ayres. 3A. INSTRUCCIONES. es . En consecuencia de las noticias comunicadas por el Capitan de fragata D. Ramon de Clairac, Comandante y Gobernador de las Islas Malvinas, de heber conseguido las que le particip6 el Capitan Inglés del bergantin “Hateford Packet,” que dijo Hamarse M. James Barret, de es- tar poblados los de su naciom en una isla que denominaban la Nueva Irlan- da, por la latitud de 55° 45’ S., y 809° 44’ de longitud, en la cual se halla- ban establecidas varias familias, y como unos cien hombres de guarnicion, con una corbeta de guerra, cuyo porte ignoraba, y las fortificaciones que que tuviesen; pero que la isla era muy fértil, producia grano, y abundancia de una especie de pimienta: aseverando el mismo Clairac, que el Capitan Ingles extrajo el punto de sus observaciones natiticas en su presencia, de que quedo .satisfecho, y que podria estarlo igualmente S. E., y sin el menor escrupulo, tener por veridica en el todo la noticia de la situacion en que se halla la espresada Nueva Irlanda. Y como la real érden de 26 de Marzo del afio préximo pasado de 1788, previene 4S. I. de las providencias capaces de evitar cualquiera tentativa, 6 designio de los Ingleses, con el pretexto de Ja pesca de la bal- lena, desterrando, en cuanto sea permitido, la concurrencia de tantas em- barcaciones juntas, voy 4 expresar las ideas que me ocurren sobre este importante asunto. Sentada la expedicion que S.E. manda salir al mando de D. Ramon de Clairac, para relevar en:el Puerto de la Soledad en las Islas Malvinas _al Teniente de navio D, Pedro de Mesa, y que este se haya de encargar de la que de aquel puerto debe pasar 4 Cabo de Hornos, (compuesta de cua- - tro (embarcaciones, que son, la corbeta San Gil que se halla en dicho Puerto de la Soledad, la corbeta Santa Helena, el paquebot Belen, y el bergantin Carmen y Animas) para emprender y verificar la expedicion que le encarga el ’xmo. Seftor Virey, que es la de navegar¢on dichas em- bareaciones al reconocimiento del establecimiento mencionado que dicen tienen los Ingleses, 6 en la Tierra del Fuego, 6 en la Isla de los Estados del Estrecho de Magallanes, que se debe buscar por la latitud y lon- gitud expresadas, corriendo el paralelo de esa latitud hasta el cabo mas occidental dela Tierra del Fuego, que en los mapas impresos se situa en Ja latitud de 55°, y lougitud de 805° y 30’: y sucediendo que en este tramo no seencuentre el predicho establecimiento, sera importante que ‘siga mas por el oeste, hasta llegar 4 la salida del Estrecho de Magallanes Lor AXEXRVI del mismo lado: pues sera factible que hayan ocupado los Ingleses alguna de las muchas islas que se hallan inmediatas 4 la del Fuego, y forman el. Istrecho. | at: tis yi Como para este descubrimiento se hace indispensable pasar por el Estrecho de Le Maire, y buscar el Cabo de Hornos, sera Gtil revistar desde la entrada del Estrecho de Magallanes, de la parte del este, la costa que se encamina 4 dicho cabo, y llegando al de Le Maire examinar igualmente las costas de la Isla de los Estados, y tambien para que no sea necesario volver 4 aquel parage: porque. siendo posible llegar 4 la salida del Es- trecho de Magallanes del lado del oeste, como queda dicho, seria con- veniente que entrase por ella, y lo examinase hasta llegar 4 su entrada del este; con Jo que quedarian evacuadas -sus observaciones por esta parte, conformandose con la real 6rden de 29 de Diciembre de 1766. Rarece que el método mas seguro para este descubrimiento seria entrar nuestra expedicion en algun puerto, 6 ensenada abrigada, de las que hay en aquellas costas, y fondeando en ellos, salir de alli, en tiempo 4 pro- posito, A examinar los mas proximos, con una 6 dos embarcaciones; y esto se puede ir continuando 4 proporcion en toda la derrota, y con el fin de no arriesgar todas las embarcaciones 4 un temporal que puede sobrevenir en aquel tempestuoso mar; y tambien, porque con este método se podra hacer la averiguacion con mayor exactitud. re A Deben ir instruidos los comandantes de las embarcaciones, 4 fin de que, entrando en paraje donde encuentren el establecimiento, para recon- venir, como sorprendidos de él, de su introduccion en los dominios de S$. M, contra la buena fé de los tratados, y armonia que subsiste entre las dos naciones, protestandoles sobre su contravencion, se valgan de la forzosa _ detencion, para enterarse de la entidad del establecimiento, el ntmero de geutes y extension de las fortificaciones. : Iguales protestas se deben hacer 4 las embarcaciones que encuen- tren, y que se encaminen 4.la pesca de la bailena en aquellos mares pro~ pios de la Corona de Espaiia, indicandoles se abstengan de tan irregulares procedimientos. . 3 Se formara el diario de la navegacion como se practica en todas, circunstanciado con la mayor claridad,.y ampliado con las noticias de su descubrimiento, notando los puertos y ensenadas que encontraren, y en que. fondearen, sus rumbos, latitudes, longitudes y bajios; y si fuese posible, su configuracion, para que salga esta obra completa, atil y estimable. . Concluidas que sean estas operaciones, despachara el Comandante una 6 Jos de las embarcaciones de su expedicion al puerto de esta capital, - con todas las noticias adquiridas, para S. Ii. hacerlas presentes 4 S. M. sin pérdida de tiempo: y con las restantes embarcaciones navegara revistando los puertos ‘de Ja costa Patagénica, principalmente el del Rio de Santa Cruz, en el cual procuraré ayistarse con los Indios de aquel distrito, que no dejaran de aparecer para solicitar algun regalo; pues tiene S. I. noti- cia que en el aio de 1787 entrd en él una fragata (que debia inferirse ser extrangera), cuya gente hizo tratos con ellos, y les regalé sables gran- des, ollas, bayetas y abalorios, ofreciéndoles poblar aquellas tierrasy, y aconsejandoles, segun se explicaron, gue los Castellanos cortar pescuezo: lo que dé justo motivo 4 ratificar estas noticias, con la deposicion de los mismos Indios, examinando si hay algun establecimiento 6 vestigios de intentarlu, lo que se conseguira por medio de regalos, pana conocer las + intenciones, entretener su amistad, ver si llevan armas, que puedan ha- . Heros. - KRXXVIE berles suministrado los enemigos del Rey, y solicitar su cambio con, gé- Concluidas estas determinaciones en el Rio de Santa Cruz, de- beré examinar los puertos que se’ siguen para. el norte, como la Bahia de San Julian, y Puerto Deseado, que son los mas expuestos 4 estable- cimientos. éxtrangeros, y bien conocidos de los Ingleses; procurando in-. quirir de los Indios con quienes consigan tratar, todas las noticias respecti- vas 4 los fines expresados. Y sin tocar los puertos de San José -y de Rio Negro, se recogera 4 esta capital, con el duplicado de las noticias que tenga participado 4 S. K., como queda apuntado. i Permite 5. E. quesidicho D. Pedrode Mesa hallase mas propio el paquebot San Julian (que ahora va con viveres para Malvinas) para su expedicion, que otra cualquiera de las embarcaciones mencionadas, lo pueda trocar cen otra que no lo sea tanto. Cusropio Sa y Fanta. aps Ba. DICTAMEN. Sin embargo de que conoce S, E. estar adelantada la estacion para poderse poner en practica la navegacion proyectada al Estrecho de Maga- lanes, y Cabo de Hornos, (principal motivo para esperar la ocasion mas propia) con todo no juzga invencibles todos los obstaculos ponderados en el oficio del Comandante de la Marina, pues las grandes empresas. jamas se consiguen sin dificultades y peligros. : S. I. no dada, ni ha dudado, que el reconocer el Estrecho de Ma= gallanes tenga sus dificultades; mas no lo juzga imposible, sabiendo muy bien que lo han transitado ‘los I’ranceses é Ingleses: ni tampoco imprac- ticable el reconocer la Isla de Nueva Irlanda, donde se dice esta un esta- blecimiento de los mismos Ingleses; pues siendo verdadero este estableci- miento, squé dificultad habra de llegarse 4 él, si los Ingleses lo frecuentan? Y si una y otra diligencia son impracticables, como dice el Comandante de Marina, serian inutiles las expresiones de la real érden de 29 de Di- ciembre de 1766, en que positivamente ordena S. EK. “el reconocimiento hasta el Kstrecho, y que lo continue en tedo este, hasta su desembocadero en la parte del sud, y vuelva por el mismo.” La misma real orden se expresa en los precisos términos si- guientes— — “Que se tenian noticias confirmadas, de que se hallaban estableci- dos los Ingleses en alguna isla de los mares de la costa Patagonica, 6 en las del Mar del sud. Que urge cada dia mas el descubrimiento, y por consecuencia avivar las providencias para este logro. Que por lo respec- tivo 4 esta costa hasta el K’strecho de Magallanes inclusive, y sucesivamente hasta el Cabo de Hornos, ha de ser de la inspeccion de V. EY” Esta real orden, aunque. mas antigua, tiene todo el vigor par su execucion; y mucho mas, hallandose corroborada con otra real orden de 26 de Marzo del afio préximo pasado de 1788, en que se previene 4 S. E. di las providencias que crea correspondientes a evitar cualquier objeto, 6 mira de los Ingleses con el pretexto de la pesca de ballena, des- terrando en cuanto sea permitido la concurrencia de tantas embareaciones juntas. XXXVI A mi entender, esta altima real érden comprende todo lo que con- tiene Ja del afio de 1766; pues se previene 4 S. E. en ella, de las providen- _ cias que crea correspondientes 4 evitar cualquier objeto, ete. gY qué mayor objeto que el de un establecimiento extrangero dentro de los dominios de Esto supuesto, conociehdo S. E. el ser indispensable esta expedi- cion, en cuplimiento de las reales 6rdenes, y considerando no ser la es- tacion 4 propdsito para su salida, sera preciso que, en cuanto no llegare el tiempo propio, disponga el Comandante de Marina se reconozcan las em- barcaciones precisas, y se apronte lo que se hace indispensable para ellas, formando un célculo de todo lo que debe participar 4S. E. Pues, aunque se halle encargado D. Antonio de Cordova de semejante ‘exvedicion, no teniendo S. E. aviso de oficio 4 este respecto, no puede suspender los so- bredichos preparativos: 4 lo menos en cuanto no tiene respuesta de la Corte 4 sus oficios, en que particip6 4 S. M. las noticias del nuevo estableci- miento ingles. Be. No. parece desacertada la pronta salida de las embarcaciones al reconocimiento de lacosta Patagénica y Rio de Santa Cruz, como apunta el Comandante de Marina, y de la manera premeditada por S. E., procuran- do de vuelta de esta diligencia, hacer lade encontrar la Isla Pepys. Segun la resolucion que el Exmo. Seiior Virey tomase sobre este asunto, se puede disponer todo lo que conduzca al fin determinado; dan- do el Comandante de Marina la minuta, 6 dictamen, para las instrucciones de esta expedicion. Buenos Ayres, 19 de Febrero de 1789. Cusropio Sa y Faria. crane Paras 2G. Articulos relatives dla Costa Patagénica, extractados de Ja Cédula de S. M, de 19 de Septiembre de.1789, para el establecimien: to de la Real Compania Maritima. Art. 12. La Compania podré formar establecimientos, ya sea en Buenos Aires, 6 donde le parezca mas 4 propésito, para la salazon de carnes, a fin de proveer de ellas 4 sus barcos pescadores, navios y colonias, 0 para dar mas extension 4 este ramo de industria nacional: y en uno y otro caso gozaran dichas carnes de la franquicia de todo derecho 4 su intro- duccion en cualesquiera de los puertos de mis dominios. Art. 23. i A ‘los Capitanes, Oficiales y otros empleados que se hicieren acree- dores 4 alguna distincion relativa 4 sus méritos y servicios, y me fue- yen propuestos para estos efectos por la Direccion General de la Com- pafiia, les concederé los grados de mi Real Armada, & honores que juz- . gdre por conveniente. ie Y desde luego, para dar-una prueba 4 la Compaitia del interés con que miro 4 su prosperidad, y considerando que es conveniente para este fin alguna distincion en los Comandantes de la primera expedicion destinada ala Costa Patagonica, para animar su celo, y premiar el mé- XX XIX rito que van a contraer; he concedido el grado de Teniente de fragata de mi Real Armada al Comandante en gefe D. Juan Mutioz, con las fa- cultades que expresa el articulo 72; -y el de Alferez de navio al segundo gefe D. Manuel de Marien y Arréspide, que van mandando las fragatas, debiendo llevar ambos sus respectivas divisas sobre el uniforme de pi- lotos: y tambien he concedido graduacion de primeros pilotos, y el unt- forme correspondiente 4 esta clase, 4 D. Francisco Antonio de Orbegoso,. y D. Domingo Bolao, comandantes de las goletas de la propia expedicion. Artv. 69. La Compania tendra tres Inspectores, que nombraré a proposicion de Ja Direccion General de Madrid, para que vigilen, uno sobre las pes- querias que se establecieren en Kuropa, otro en Jas de Canarias y par- tes de Africa, y el tercero en la Costa Patagénica, Rio de la Plata, is- las y demas de mis dominios en America. Y desde luego, para dicho empleo de Inspector de las pesquerias que la Compaiiia estableciere en Europa, nombro al referido Director nato D. Felipe de Orbegoso y Larraiiaga; como igualmente para Inspec- tor de las que la Compaiiia llegue 4 establecer en mis dominios de Afri- ca, 4D. Manuel Joseph de Marien y Arréspide, tambien Director nato. ART..72,... Tambien nombraré, 4 proposicion de la Direccion de Madrid, cuan- do esta lo halldre conveniente, los Directores necesarios en los puertos de Africa y América, y en los establecimientos de donde se formaren las pesquerias en aquellos dominios: y estos Directores servirén igualmente sin sueldo fijo 4 la Compafiia, la cual les reconoceraé una comision de dos por ciento sobre el importe de las ventas de los productos de la pesca, y demas articulos que cada Director desde su distrito remitiese 4 Europa. Debiendo por. lo demas conformarse 4 los regiamentos que hiciere relativamente 4 ellos la Direccion General de Madrid, precedida mi real aprobacion. , Y quiero que por ahora, y sin que sirva de egemplar para lo sucesivo, sea gefe de las primeras expediciones y establecimientos que se hicieron para la pesca en la Costa Patagonica, y en otras partes de mis dominios de América, el Director nato de la Compania, D. Juan Mujfioz, Teniente graduado de mi Real Armada, como expresa el articulo 93: con facultad de apremiar y remover de sus empleos 4 los Capitanes y demas oficiales y subalternos que deben ir bajo sus 6rdenes 4 la pri- mera expedicion. Y hasta tanto que hallare Yo por conveniente disponer otra cosa, le concedo las mismas facultades en los mismos establecimien- tos y colonia, 6 colonias que acaso se habran de fundar sobre la Costa Patagonica, cerca de las pesquerias que estableciere en ellas de cuenta de la misma Compaiiia, conforme 4 las instrucciones y 6rdenes que re- cibiere de la Direccion General de Madrid. Y por razon de dicho em~- pleo se le tiene aplicado en lugar de sueldo: la comision de dos por ciento, destinada para los Directores sucesivos que se empleasen en dichos es- tablecimientos. aL: ite A cg Oficio del Presidente de Chile. Exmo, SEnor— Por la de V. E. de 12 de Agosto tltimo quedo inteligenciado de los seguros indicios de la habitacion de los Ingleses, y estable poblacion deno- minada. Nueva Irlanda, en la Isla de los Estados, que se deducen del arribo 4 las de Malvinas, en solicitud de anxilios, que hicieron Ja balandra la Audaz dela misma nacion, y la goleta Americana la Peregrina. Y como es de presumir, y V. E. fundadamente discurre, ser su objeto propor- - cionarse 4 esta Mar del sur, con otras miras. sobre nuestro continente, es esta noticia de importancia para mi gobierno, por lo que estimo 4 V. E. el aviso. | : Nuestro Sefior guarde 4 V. KE, muchos afios. Valparaiso, 4 de Oc- tubre de 1790. ee) Exmo. SEfor. Ambrosio O’Hiecins BacLenar. Exmo. Senor D. Nicolas de Arredondo. ——— * ob 8. Oficio del Virey de Buenos Aires. SEnOR— | fe Por varias ocurrencias y consideraciones, se fué deteniendo en ese puerto la expedicion destinada el afio préximo pasado al mando del Te- niente de navio D. Pedro Sanguineti al reconocimiento de los parages inmediatos al Cabo de Hornos y Tierra del Fuego, en que pueden haber- se establecido los Ingleses: de modo que se hizo infructuosa, aun habiendo limitado posteriormente sus obgetos al mero examen de cualquiera de las Islas de los Estados y Nueva Irlanda, en que principalmente se les cree situados. cia ys Con esta consideracion tuve por necesario repetir expedicion al mismo efecto, y en tiempo oportuno en el presente afio, compuesta, co~ mo en el anterior,de igual nimero y clase de buques de la carrera de Malvinas, y con igual instruccion gue expedi al principio para aquella, 4 fin de que se hagan los reconocimientos con !a extension y exactitud po- sible, segun es conducente al logro del descubrimiento de aquellas po- blaciones. ; | En consecuencia de esta resolucion, he elegido 4 Vd. para que proceda A su prdctica con la corbeta de su cargo, y el bergantin San Julian, que 4 este efecto se ha puesto al mando del piloto de la Real Armada, D. José de la Pena, por su inteligencia y actividad: quedando yo persuadido 4 que estas mismas circunstancias, y demas que concurren en Vd., me han de proporcionar la satisfaccion de ver evacuados unos” reconocimientos tan importantes como retardados. ) A-este efecto dirijo 4 Vd. copia de la instruccion que formé para el expresado Sanguineti, 4 fin de que la observe Vd. en todo lo respectivo 4 reconocimientos y forma de proceder 4 ellos. Pero en cuanto 4 reque- rimientos 6 intimaciones 4 los Ingleses que encuentre Vd. situados 6 na- vegdndo, como quiera que han variado las circunstancias, por la reciente Convencion hecha entre nuestra Corte y la de Londres, debe Vd. limi- XEE tarlos 4 los-casos én que notase infraccion de lo estipulado en ella, y: guardando* la mayor moderacion, para no dar motivo de alterar la amistad que se procura entablar con aquella nacion. as : ustos casos quedardn 4 Vd. manifiestos por el adjunto egemplar impreso de la misma Convencion: entendido que, segun el literal sentido del articulo 6.,° uo deben los Ingleses egercitar la pesca, ni hacer bar- racas en costas que, aunque. desiertas, estan al narte de territorios ocu- pados ya por la Kspania, como las costas de Puerto Deseado, las de San José, y aun la Bahia de San Julian, y otros sitios en que hayamos te- mido,.6 tengamos poblacion f& ocnpacion, 6 sean accesorios de distritos ocupados. Y bajo este concepto debe Vd. reconvenirles por cualquiera ‘ infraccion, y persuadirles que se retiren, protestandoles los danos, y que se dara en queja a su Corte; formando justificaciones y relaciones cir- cunstanciadas del abuso que hiciesen, ‘para la real noticia. Si considerase Vd. que, sin perjuicio de esta comision, puede en- trar en Puerto Deseado 4 reconocer las circunstancias y proporciones que tenga para poblacion, sera bien lo egecyte, dandome cuenta de las re- sultas desde Malvinas, com Ja posible individualidad de cuanto hubiese observado en él, conducente 4 formar concepto en el particular. Por lo respectivo 4 las bugerias y demas efectos que expresa la instruccion, y debe Vd. llevar para el caso de entrar en el Rio de Santa Cruz, doy las correspondientes providencias por la via de hacienda. Buenos Aires, Noviembre 22 de 1791. Nico.as pe ARREDONDO. Al Teniente de Navio D, Juan José Elizalde. stil TD BD. REAL ORDEN, Exmo. Srior— , En atencion 4 la imposibilidad en que ‘representa hallarse D. Juan Muiioz de sostener el establecimiento que formé en el afo de 1790 ‘en Puerto Deseado, por encargo de la Real Compafia Maritima, y a haber resuelto 8. M. conservar aquel puerto por su mucha importancia, mé manda prevenir 4 V. I. que ayude 4 Mufioz con los auxilios que necesi- tare, porque conviene 4 toda costa mantener la posesion de Puerto De- seado, aunque solo sea como un presidio, cuando la Compafiia no pueda sostenerlo con algunos auxilios. Lo participo 4 V. WK. de real érden para su inteligencia y cumpli- miento, y ruego 4 Dios guarde 4 V. E. muchos afios. Aranjuez, 25 de Fe- brero de 1792. inet ~- Eu Conve pe Forripa Branca. Sr. Virey de Buenos Aires. AO. mt Oficio del Teniente de Navio Elizalde. Exmo. Srfior— Dirijo 4 V. E. el extracto de mi diario relativo 41a comision que V. E. me encarg6, con instruccion de 22 de Noviembre de 1791, en que he procurado emplear con teson mis débiles fuerzas al cumplimiento de las XLIL érdenes de V. E.: pudiéndole asegurar no existir por ahora establecimien- to extrangero alguno en Puerto de Afio Nuevo, ni menos en‘as costas orientales ni meridionales de la Tierra del Fuego. Pero no puede menos mi celo por el. real servicio, hacer presente 4 V. EK. (segun mi corto en- tender) que muy en breve los haya, particularmente en Attio Nuevo, gue es el finico puerto bueno que hay por estas regiones. Asimismo suce- ‘ der4 otrotanto en Bahia de Arrecifes y Puerto de Arredondo, que son los dinivos fondeaderos regulares (y en mejor proporcion que Ano Nuevo) en la Costa del Fuego, el primero por !a latitud de 53° 45’ S. y en la longitud 61° 36’ O. Cadiz, y el segundo en la latitud de 54° 32’ S., y longitud 60° O. Cadiz. Cuyos dos puertos ann se hallan ignorados al presente de todos log navegantes, por lo poco 6 nada cursados de esta costa, que muy en breve sera bien conocida, por las grandes miras que una de las — principales potencias de Europa tiene 4 los mares del sud y costas de Ca- lifornia; para cuyo transito (que ya comienzan 4 frecuentar muchas de sus embarcaciones) ofrecen ambos puertos, para sus recaladas y refrescos de tripulaciones, buena comodidad. Muy al contrario de las costas meri- dionales, que siempre seran abandonadas aunque haya buenos puertos, por lo arriesgado y peligroso de abordarlos, como conoce todo regular marino. | Nuestro Senor guarde 4 V. E., muchos aiios. Abordo de la cor- beta San Pio, en la Soledad de Malvinas, 4 7 de Marzo de 1792. Exmo. Senor— Juan JoserpuH DE Exvizaupe y Uzraniz. Exmo. Sefior D. Nicolas de Arredondo. —— Al. REAL ORDEN, Exmo. Srnor— A peticion de la Compafiia Maritima, ha resuelto el Rey que se establezca en Puerto Deseado un presidio, con la tropa necesaria para su -seguridad y defensa; y que V. E. proteja este establecimiento, facilitandole los auxilios que pida la Compania. Prevéngolo 4 V. E. de orden de S. M. para su cumplimiento. Dios guarde 4 V. E. muchos afios, San Ildefonso 13 de Septiem- bre de 1792.» | | Garpoaui. Sr. Virey de Buenos Aires. | AQ. | Oficio del ultimo Comandante de Puerto Deseado, Exmo. Sehor— El 29 de Junio del afio préximo pasado de 1806 llegué al estable- cimiento de Puerto Deseado 4 encargarme de aquel mando, en donde sub- sisti hasta el 8 de Octubre del presente, cuando obligado de los fuertes motivos que voy 4 manifestar 4 V. E. me vi precisado 4 abandonar dicho parage. | | . XLIit ‘ ¢ Luego que arribé 4 dicho destino con el destacamento de mi car: go, se me entregaron los viveres que en aquella ocasion conducia el ber- gantin Arrogante para aquel punto; y aunque se me dijo que eran los suficientes para quince meses, estos no me duraron mas tiempo que el de trece. Pero habiendo durado mi permanencia en aquel puesto quince meses, despues de consumidos los alimentos, me vi en la mayor necesidad, subsis- tiendo unicamente todos los Indios de aquella dotacion con carne de caba- llos, de los que existian en aquel destino, sin esperanza de otro auxilio, y sin poder salir un hombre 4 proveerse de la caza, que escasamente ofrecen aquellos contornos; respecto 4 que los Indios, quejosos del poco agasajo, no lo perinitian, ni aun a Ja distancia de dos millas. En estas circunstancias se presento 4 la vista un bergantin procedente del Rio Negro, su capitan el Americano Carlos Boch, quien traia carta del Sr. Comandante y otros, dandome ayiso que Montevideo estaba en posesion hacia tiempo de los In- gleses, y se aseguraba que Buenos Aires lo estaba tambien desde el 3 de Julio en que habia sido atacado por catorce mil enemigos. Kista conside- racion, mas que la necesidad que dejo expuesta, la ninguna esperanza de so~ corro,-y el empefo con que todos los Indios me representaron mi retirada a este rio, me preciso tomar este partido. Maxime habiéndome instruido el mismo Capitan Americano que, no obstante de que el Comandante del Rio Negro solicitaba socorrer al de*Puerto Deseado y Malvinas, dificul- taba lo. verificase en mucho tiempo, por hallarse el bergantin de armadi- lla enteramente descompuesto, y que por lo mismo le habia comisionado para conducir la tropa de San José y su Comandante, antes de su arribo 4 Puerto Deseado, para reunirla en Rio Negro. _ Con presencia de estos acontecimientos, y por parecerme mas conveniente al real servicio, he resuelto regresarme con todos los de mi cargo a este establecimiento, evitando de este modo una invasion como ‘la que eXperimento mi anterior destacamento por una fragata Inglesa de que V. E. estara basiante impuesto; dejando aquel establecimiento enteramente arruinado, y en términos de no poder practicar defensa alguna en caso de ser atacado, a que esta muy propenso, por ser este un punto donde continua- mente hace esta nacion su trafico. Yhabiendo solicitado al efecto dicho Capitan 4 que nos condujera 4 su bordo, lo rehusd, insinudndome lo que se exponia siempre que se eacontrase eon un buque enemigo. Pero instandole, mediante la necesidad que el mismo presenciaba, y que no podia socorrer- nos de ningun modo por ser cortos los viveres que tenia, convino con tal que por este servicio particular, y en consideracion 4 sus atrasos, se le diese por mi un documento asegurandole mil y quinientos pesos de gra- tificacion, para poderlos percibir de nuestro real erario: lo que verifiqué, concediendole una certificacion para con ella solicitar esta cantidad. Todo lo que pongo en noticia de V. K., esperando que este procedimiento sera de su superior aprobacion. | Dios guarde 4 V. E. muchos afios. Fuerte del Carmen en Rio Ne- gro, 28de Diciembre del 1807. Exmo. Senor. Juan Crisostromo Martinez. Exmo. Sefior Capitan General de las’ Provincias del Rio de la. Plata. 13 XLIV ¢ | A 4 6 Extracto del Mensage del Gobierno de Buenos Aires a: la Cuarta Le: oislatura de la Provineia. | 3 pE-Mayo bE 1824. La’ paz se ha conservado con las naciones del continente, y todo corazon verdaderamente americano ha rebozado de contento al recibir en nuestra ciudad el primer Ministro Plenipotenciario de los Estados Unidos. Este honor ha sido correspondido con el envio de otro Ministro igualmente caracterizado, que ha partido ya para Washington. ; El va encargado tambien de insinuar al Gobierno de aquella RNept- blica cuanto convendria el que 4 los dos grandes principios de la aboli- cion de la guerra de corso, y de la no-colonizacion europea en el territorio de America, se agregase este otro—’”’ Que ninguno de los gobiernos nuevos de este continente mude por violencia sus limites reconocidos al tiempo de la emancipacion.” Asi podria sofocarse la semilla de guerras que, bro- tando juntamente con los nuevos Estados, tendrian una influencia funesta en su civilizacion y sus costumbres— a 3 AAD >. Proclama al Egéreito expedicionario del Sud. = Naposta, 25 de Marzo de 1834. ; SOLDADOS DE LA Patria! Hace doce meses que perdisteis de vista vuestros hogares para internaros por las yermas y vastas Pampas del sud. Habeis operado ac- tivamente sin cesar todo el invierno, y terminado los trabajos de la cam- pafia en un aiio, como os lo anuncié al tiempo de nuestra proxima mar- cha. Vuestras lanzas han despoblado de fieras al desierto, han castigado los crimenes, y vengado los agravios de dos siglos. Las bellas regiones que se extienden hasta las Cordilleras de los Andes, y das costas que se desenvuelven hasta el afamado Magallanes, quedan abiertas para nues- tros hijos. Habeis excedido las esperanzas de la Patria— ;Entretanto ella ha estado envuelta en desgracias por la furia safiosa de la anarquia......! ;Cual seria hoy vuestro dolor, si al divisar en el horizonte los arboles queridos que marean el asilo doméstico, al- . canzaseis 4 ver las funestas humaredas de la guerra fratricida......! Pero la Divina Providencia nos ha librado de tamafos desastres. Su mano, poderosamente protectora, sacd.del seno mismo de la discordia un Gobierno paternal, 4 quien habeis rendido el solemne homenage de vuestra obediencia y reconocimiento— | ;Compafinros! Jurad aqui delante del fterno, que grabaremos siempre en nuestros pechos la leccion que se ha dignado darnos tantas veces, de que solo la sumision perfecta 4 las leyes, la subordinacion res- petuosa 4 Jas autoridades que por él nos gobiernan, pueden asegurar la paz, libertad y justicia para nuestra tierra— XLV jCOoMPATRIOTAS, que os gloriais con el titulo de Restauradores de las Leyes! Aceptad el honroso empefio de ser sus firmes columnas, y de- fensores constantes...Apios!—Vuestro General, que ha tenido siempre sobrado valor para llenar en esta parte sus deberes, sin temor 4 los peli- gros, ni a la ferocidad de los tiranos, no lo tiene para despedirse de vosotros. 4S. Uxtracto del Mensage del Gobierno de Buenos Aires ala Decima- Tercera Legislatura de la Provincia. 31 pez DiciemBre pr 1835. Tiene entendido el Gobierno que otra invasion de diverso género se ha hecho al territorio de la Repablica. Se dice que en la Bahia de San Gregorio, cerca del EXstrecho de Magallanes, ha sido introducida una pequena colonia extrangera que bajo el nombre de mision religiosa, ha entablado relacion con los indigenas. EK] Gobierno no puede ser indiferente 4 un suceso semejante, y to- mandolo oportunamente en consideracion, propondra 4 los SS. RR. las medidas que crea conveniente adoptar en defensa y seguridad de los de- rechos de la Republica. ne hat =; Ne LORIE OOM OID GADD DBA DIED ERLE IO WORECTA DE LO8 TRABAJOS EMPRENDIDOS Y EJECUTADOS, BAJO LA DIECCION Y : LOS AUSPICIOS i) DEEL GOBIERNO DBE BUENOS AIRES, EN LA REGION PATAGONICA, ESTRECHO DE MAGALLANES, TIERRA DEL FUEGO Y DE LOS ESTADOS. 1619—Relacion de una Mision 4 Buena Esperanza, en el Estrecho de Magallanes. 1673—Informe de un celoso de Buenos Ayres (el P. Diego Francisco de Altamirano) % Ja Reina Gobernadora, sobre los Indios Pampas. 1683—Representacion del Gobernador de Buenos Aires, D. José de Her- rera y Sotomayor, sobre los medios que pueden emplearse para emprender la reduccion de todas las naciones hacia el Estrecho de Magallanes. ; 1691—Relacion de una Mision de los Pampas que se intento fundar en el Rio Cuarto, frontera de Cordova, por el P. Lucas Caballero, de la Compania de Jesus. | 1742—Memorial del P. Juan José Rico, de la Compaiia de Jesus, supli- cando se conceda unaescolta 4 los Misioneros para continuar _ la conversion de los Indios de Patagonia. 1744—Informe del Gobernador D. Domingo Ortiz de Rozas sobre el nu- mero, calidades y génio de los Indios Pampas. 1745—Carta de D. José Ruiz Arellano al Gobernador de Buenos Aires, sobre varios medios y arbitrios para contener las invasiones de los Indios Pampas. ——_——JIstrucciones que deben observar inviolablemente el Capitan de la fragata nombrada San Antonio, D. Joaquin de Olivares, y el Ofi- cial que va mandando el destacamento de infanteria y dragones, al descubrimiento de la costa, desde el Cabo de SanAntonio hasta el Estrecho de Magallanes. : -Viage maritimo de D. Joaquin de Olivares desde el Rio de la Plata hasta'el de Gallegos. | XLVI \ 1745—Diario del mismo viage, por el Piloto Mayor de la expedicion, D. Diego ‘Tomas de Andia y Varela. Relacion del mismo viage formada sobre las observaciones y ApS ; tes del P. Quiroga, por el P. Pedro Lozano. 1746—Mapa de la costa que corre entre el Rio dela Plata, y el Estre- cho de Magallanes, enmendado desde el Cabo de Santa Elena has- ‘ta el Rio Gallegos, por D. Diego ‘Tomas de Andia y Varela. Plano de la Bahia sin Fondo, levantado por el P. Quiroga. Plano del Puerto de Santa Klena, por el mismo. Plano de la Bahia de Camarones, por el mismo. Plato de la Bahia de San Gregorio, por el mismo. Plano de Puerto Deseado, por el mismo. Plano de la Bahia de San Julian, por el mismo. Plano de la Ensenada de Santa Cruz, por el mismo. Plano de la Barra del Rio Gallegos, por el mismo. Carta del P. Cardiel sobre los descubrimientos up la Costa Pa- tagonica. Declaraciones tomadas 4 Juan Bautista Zamudio y Pedro José Espinosa, que se salvaron del poder de los Indios Aucaes y Ser- ranos, sobre las tribus que pueblan los campos, adonde los ha- bian llevado, y otras circuastancias de su cautiverio. 1748—Viage del P. Cardiel, desde Buenos Aires hasta la Sierra del Vulcan, y de este, siguiendo la Costa Patagénica, hasta el Arroyo de la Ascension, con un mapa. 1751—Peticion dirigida al Gobernador de Buenos Aires, por el P. Ma- nuel Arnal, Procurador dela Compania de Jesus en la Provincia del Paraguay, 4 fin de que le conceda un destacamento de tropas, para la conservacion y defensa del Pueblo de Ntra. Sra. del Pilar de la Sierra. 1753—Proyecto de una expedicion de las Milicias de campaha para con- tener los insultos de los Indios barbaros. Diario de la navegacion y reconocimiento de las costas, desde el Rio de la Plata hasta el Puerto de San Julian, por Jorge Barnes, con un mapa. 1754—Diario y otros anexos de la campaiia que hizo el Maestre de Cam- po D. Cristoval Cabral en las Pampas de Buenos Aires contra los Indios infieles. 1759—Diario del viage de la goleta Aguila, desde el Puerto de Buenos Aires hasta la Bahia de San Julian en la Costa Patagonica, por su comandante D. Manuel Joaquin de Zapiola, con un mapa. Resumen historico de todas las medidas tomadas hasta ahora para contener 4 los Indios que habitan las Pampas, por D. Francisco Perez de Saravia. 1760—Dhiario y planos del reconocimiento de la Costa de Patagonia, desde el Cabo de San Antonio hasta el Estrecho de Magallanes, por el Teniente de Navio de la Real Armada D. Domingo Perler. 1765—Relacion del naufragio del Registro la Concepcion de Curruchea enla Tierra del “Fuego. 1768—Diario del viage 4 la Tierra del Fuego, del bergantin nombrado ae Francisco de Paula, por el Teniente de F rapa D. Manuel ando. ‘Descripcion de “ee Pe eh por el mismo, con un mapa. - XLAX i769—Plano de la Costa oriental de los Patagones, nuevamente levantado por los pilotos de la Real Armada. 1770—Diario de la expedicion contra los Indios Tehuelches, de orden del Virey Vertiz, al mando del Capitan D. Juan Antonio Hernandez. ———Reconocimiento del Puerto Deseado por el Piloto D. Juan Portu. Descripcion del mismo puerto por el Capitan de Fragata D. Do- mingo Perler. Informe sobre el mismo, por D. Domingo de Nava. 1771—Relacion individual de los parages mas 4 propdosito para fortificar y poblar en la campaiia.de Buenos Aires. | | 1772—Calidades y rasgos mas caracteristicos de los Indios Pampas y Au- caes. , ———Noticia individual de los caciques Pehuenches y Pampas que resi- den al sud, cerca de Jas fronteras de Ja Punta del Sauce, Ter- cero, Saladillo, ete. | Diario de D. Pedro Pablo Pavon, que contiene la indicacion exacta de los rumbos, distancias, pastos, bafiados y demas particulari- dades que noté en el reconocimiento que hizo del campo y sierra al sud de Buenos Aires. | 1778—Diario de la expedicion que marché al campo del enemigo hasta Salinas, 4 las érdenes del Maestre de Campo D. Manuel Pinazo. Apuntes y advertencias para las instrucciones que se deben formar en Buenos Aires por el Virey de aquellas Provincias, para estable- cer poblaciones y fuertes provisionales en la Bahia sin Fondo, la de San Julian y otros parages de la Costa oriental llamada Pata- gonica, que corre desde el Rio de la Plata hasta el Estrecho de Magallanes. ? is 6 ——— Acta de la Junta de los Maestres de Campo del Vireinato de Bue- nos Aires, para dar su dictamen sobre el proyecto de una expe- dicion general contra los Indios bérbaros. Instrucciones para el reconocimiento de la Bahia sin Fondo, por el Brigadier D. Custodio Sa y Faria. Estado de la expedicion para la Bahia sin Fondo al mando de D. Juan de la Piedra. 1779—Extracto de lo practicado en la expedicion del descubrimiento de la Bahia sin Fondo en la Costa Patagénica, por el Brigadier D. Custodio S4 y Faria. i xplicacion del plano que comprende desde el Rio Sauce hasta el Puerto de San José en la Costa oriental de Patagonia, le- vantado por el Teniente de infanteria, D. Pedro Garcia. Informe sobre los medios de resguardar la campaiia de las Pro- vincias del Rio de la Plata, de las irrupciones de los Indios, por D. José Baigorri. aah --Noticia diaria de todo lo acaecido en la expedicion efectuada con- tra los Indios baérbaros, al mando del Maestre de Campo D. José Francisco de Amigorena. ——— Diario que manifiesta lo acaecido en la expedicion que acaba de hacer 4 las tierras de los Indios bérbaros, el Comisario de Guerra D. Pedro José Nufiez de Guzman. Diario del reconocimiento de la frontera, y plan de fortificaciones, elevados al Virey Vertiz por e! Comandante D. Francisco Bet- bezé Ducos. L _—_—- —Observaciones diarias practicadas en el reconocimiento de la frontera. Diario de -la persecucion de los Indios, en la invasion que hicie- ron en la Provincia de Mendoza el dia 1.° de Abril de 1779, por el Maestre de Campo D. José Francisco de Amigorena. —_—-——Diario de la descubierta del Rio Colorado por D. Basilio Villarino. Plan de defensa del Fuerte del Carmen en el Rio Negro, por su Comandante D. José Marti. | Descripcion geografica de la Costa oriental Patagonica, compre- hendida entre los 40 y 48 grados de latitud S., con todos sus puertos y entradas, reconocidos por el Piloto de la Real Armada, D. Basilio Villarino, desde Enero hasta Julio de 1779. -———-Diario del reconocimiento de una isla incdgnita, situada en el Rio Negro y el Colorado, por D. Gerardo Bordas. Diario de] mismo reconocimiento por D. José Michan. —_——lInformacion del Teniente D. José Salazar sobre el Puerto de San José. ; Informe de D. Francisco de Viedma sobre la expedicion del Tenien am te D. José Salazar al Puerto de San José. — Plano y descripcion del Puerto y Bahia de San José nuevamente descubierto por los piletos de la expedicion, al mando del Suape- rintendente D. Juan de la Piedra. 1780—Informe sobre la Bahia y el Puerto de San José, por el Capitan de Navio D. Pedro de Cardenas. Primer informe sobre el puerto de San José por el Brigadier D. Custodio Sa y Faria. Segundo informe sobre el mismo puerto. Reflexiones sobre el descubrimiento del Rio Negro 6 Sauce, por el Brigadier D. Custodio Sa y Faria. Diario de lo acaecido en la expedicion contra los Indios Pehuen- ches, por el Maestre de Campo D. José Francisco de Amigorena. Diario de los reconocimientos del Rio Colorado, Bahia de.Todos los Santos, é internacion del Rio Negro, por el Piloto de la Real Armada D. Basilio Villarino, con un mapa. Informe sobre las enfermedades observadas en el hospital de Puer- to Deseado, por el. Cirujano mayor D. Vicente Verduc. Relacion de la situacion y demas circunstancias de la Costa Pa- tagonica por el Teniente D. Manuel Soler. : Razon de los acaecimientos principales que han ocurrido en la expedicion, bajo el mando de D. Juan de la Piedra, para los es- tablecimientos de la Bahia sin Fondo y San Julian, por D. Fran- eisco de Viedma. Principales motivos, reales érdenes, oficios y sucesos acaecidos en los aiios de 1778, 79 y 80, para formar poblaciones enla Costa ~ oriental llamada Patagdnica, que corre desde el Rio de la Plata hasta el Estrecho de Magallanes, por su Superintendente D. Juan de la Piedra. nh. MENS Plano del Puerto de Santa Elena en la Costa Patagonica, nueva- mente reconocido y enmendado por los pilotos de la expedicion del Superintendente D. Antonio de Viedma. . Plano de la parte septentrional del Golfo de San Jorge, nuevamen- te reconocido y levantado por los mismos. Plano del Puerto de San Antonio, por los mismos. Plano del Puerto de San Gregorio, por los mismos. / Li 1780— Plano de Puerto Deseado, por los mismos. Plano del Puerto de San Julian, por los mismos. Plano é informe del reconocimiento — del puerto y Rio de Santa Cruz, egecutado por el Piloto de la Real Armada D. José de la Bia: x 1781—Diario del reconocimiento det Puerto de San Antonio en la Bahia sin Fondo, por D. Basilio Villarino. Vocabulario de los Indios que habitan las tnmediaciones de la Ba- hia de San Julian, por D. Antonio de Viedma. Diario de la navegacion del Piloto D. Basilio Villarino desde el Rio Negro, 4 reconocer la costa, la Bahia de Todos los Santos, Islas Hat Buen Suceso y demas ag yacentes, buscar el desague dei Rio Colorado, y penetrar en su aac: con un mapa. Continuacion de] diario de los acaecimientos y operaciones del es- tablecimiento del tio Negro, desde el dia 6 de Abril hasta el 22 de Diciembre de 1781, por su Superintendente D. Juan de la | Piedra, 1782—Dictamen del Capitan de Navio de la Real Armada D. Pedro de Cardenas, sobre los tase de la Costa Patagonica. Diario para i Pepcoriagas y demarear el camino desde la ciudad de Buenos Aires hasta el establecimiento del Rio Negro, y costas adyacentes, por el primer Piloto de la Real Arma da D. Pablo “Aizur. Informe del Comisario Superintendente D. Francisco de Viedma sobre la naturaleza y circunstancias de los terrenos de la Costa Patagonica. 1753—Representacion del Virey Vertiz para que se abandonen los esta- blecimientos de la Costa Patagonica. Diario y relacion de todo lo acaecido en la expedicion que contra los Indies barbaros del Monte, 60 Pampas, se ha hechodesde la ciudad de Mendoza, al-mando del Maree de Campo D. Fran- cisco de Amigorena. Informe del Comisario Srchanensente D. Francisco de Viedma sobre el nuevo camino descubierto desde el Puerto de San José hasta el Rio Negro, y sobre las circunstancias de este ultimo puerto. —Diario del reconocimiento del Rio Negro de Patagonia, por el Pi- loto D. Basilo Villarino; con un mapa. Informe del Piloto Villarino sobre los puertos de la Costa Pa- tagonica. ——_——Diario de un viage 4 las costas de Patagonia, para reconocer los puntos en donde establecer poblaciones, con una descripcion de la naturaleza de los terrenos, de sus producciones y habitantes, des- de el Puerto de Santa Elena hasta la boca del Estrecho de Ma- gallanes, por D. Antonio de Viedma. 1784—-Memoria sobre los obstaculos que ha encontrado, y las ventajas que prometen los establecimientos de la Costa Patagonica, por D. Francisco de Viedma. Diario de la expedicion, hecha desde Mendoza contra los Indios Pampas, al mando del Maestre de Campo D. José Francisco de -Amigorena. Instruccion reservada que deber4 observar el Comandante de Rio 14 Lil Negro D. Francisco Xavier Piera, en la expedicion que se le confia contra los Indios infieles de aquellos parages, dada por el Virey Marques de Loreto. | 1784—Declaracion del Cacique Maciel de las varias tribus, y de los ca- ciques que habitan las Pampas. 1785—Diario de la expedicion salida del Fuerte del Carmen en el Rio Negro contra los Indios infieles, situados en el Rio Colorado, Sierra de la Ventanay sus inmediaciones, al mando del Gobernador y Superintendente D, Juan de la Piedra, por D. Lazaro Gomez. 1786—Dictamen del Intendente D, Francisco de-Paula Sanz, sobre la conservacion 6 abandono de los establecimientos de la Costa Pa- tagonica, © Dictamen del Brigadier D. ‘Custodio Sa y Faria sobre el mismo — asunto. Diario de una expedicion 4 Salinas, por D. Pablo Zizur, primer Piloto de la Real Armada. Carta plana que comprende la demareacion del camino desde la Guardia de Lujan hasta Ja laguna conocida bajo el nombre de Salinas, levantada por el mismo. Plano topografico de la laguna de Salinas, por el mismo. 1789—Expediente promovido por el Sindico del Consulado, D. Vicente Antonio de Murrieta, para que se continie el reconocimiento del Rio Negro. ’ 1790—Plano del Rio Gallegos, tevantado por el Piloto de la Real Armada D. José de la Pefia. 1792—Diario del reconocimiento practicado en la Tierra del Fuego, por el Teniente de Fragata dela Real Armada D. Juan José de Elizalde y Ustariz. — | ; Plan del Puerto Arredondo en la costa oriental de la Tierra del Fuego, levantado por el Piloto dela Real Armada D. José de la Pefia, en la expedicion del Comandante Elizalde. Plan de la Bahia de Arrecifes en la costa oriental de la Tierra del Fuego, por el mismo. Diario del reconocimiento de los parages inmediatos al Cabo de Hornos y Tierra del Fuego, practicado por el Teniente de Navio D Pedro Sanguineti. 1794—Diario de los reconocimientos practicados en la Costa Patagonica por el Capitan de Fragata D. Juan Gutierrez de la Concha. ——-—— Plano del Puerto de Santa Elena-en la Costa Patagonica, levan- tado por el mismo. 7 Plano del Puerto Arredondo en el Golfo de San Jorge, por el mismo. Plano del Puerto de Melo en la parte norte del Golfo de San Jor- ge, por el mismo. | Plano del Puerto de Cérdoba en el Golfo de San Jorge, por el mismo. 1795—Diario de la navegacion que hizo el primer Piloto de la Real Ar- mada D. José de la Pefia, desde el Rio Negro de Patagones hasta la Bahia de Todos los Santos, Bahia Anegada, y Rio Colorado. 1796—Noticias de la Costa Patagénica, por el mismo. Plano del Golfo de San Matias, hastala boca del Colorado al nor- te, y la Bahia sin Fondo al sud. Diario de la expedicion, destinada por el Virey D. Pedro Melo de — LYK - Portugal, 4 reconocer Ja frontera del sud, con el fin de adelantar- la, al mando del Capitan de Navio de la Real Armada D. Feliz de Azara, con la asistencia de D. Pedro Antonio Cerviiio y D. Juan Insiarte; con un mapa. 1796—Informe de D. Nicolas de la Quintana sobre el proyecto de ade- lantar la frontera del sud. Informe del Maestre de Campo General D. Manuel Pinazo, sobre el mismo asunto. 1797—Plano de los terrenos que se hallan entre la boca del Rio Negro de la Costa Patagonica, y la Bahia de Todos los Santos, levantado por D. Pedro Antonio Cervino. | 1798—Diario de un viage por tierra desde Puerto Deseado hasta el : tio Negro. 1802—Representacion sobre la translacion de las fronteras de Buenos Aires al Rio Negro y al Colorado, por el Capitan de Milicias de Caballeria, D. Sebastian de Undiano y Castelu. £303—Derrotero de un nuevo camino desde la ciudad de San Agustin de ‘Talca hasta Mendoza, con una representacion al Virey de Buenos | Aires, por D. José Santiago del Cerroy Zamudio. 1804—Plano de la Costa de Patagonia, desde el Cabo San Antonio hasta los 42° 20’, por el Piloto de la Real Armada D. José de la Pefia. Diario del reconocimiento de la frontera del sud, hecho de érden del KXxmo. Sr. Marqués Sobremonte, por D. Pedro Antonio Cervinio. 1805—Descripcion geografica de un nuevo camino por la Gran Cordillera, para facilitar las comunicaciones de Buenos Aires con Chile, por D. José Sourryére de Souillac. Calculo de la distancia de Buenos Aires 4 los varios pasos de la Cordillera, por el mismo. ———— Latitudes y variaciones ealculadas y observadas en el camino, desde Buenos Aires hasta la Cordillera, por el mismo. ————Descripcion del nuevo Fuerte de San Rafael en la frontera de Men- doza, por el mismo. 1806—Diario de un viage desde el Fuerte de San Rafael del Diamante hasta el de San Lorenzo en las puntas del Rio Quinto, por D. Kestevan Hernandez. | 1807—Informe de los comisionados del Consulado sobre el Diario de D. Luis de la Cruz, de su reconocimiento de un camino por la Cordillera. ~-———Informe de D. Pedro Antonio Cervifio sobre los trabajos y descu- brimientos de D. José Sourryére. {808—Diario de una expedicion 4 Salinas al mando de D. Juan Igna- cio ‘Terrada. | 1309—Representacion del Piloto D. José de la Pefta sobre los medios que deberian emplearse para relevar de su decadencia el esta» blecimiento de Rio Negro. 1810—Diario de un viage 4 Salinas Grandes en los campos del sud de Buenos Aires, por el Coronel D. Pedro Andres Garcia, con el plano de la laguna de Salinas. 1811—Carta esférica de las Pampas de Buenos Aires, y de la parte austral de Chile, por el Coronel D. José Cabrer. 1814—Plan de extension de las fronteras del sud, por D. Pedro An- tonio Cerviiio. * —e RLV 1815—Proyecto de una nueva linea de‘fronteras al sud de estas Pro- vincias, por D. Francisco Aavier de Viana. | 1816—Nuevo. plan de fronteras proyectado por el Coronel D. Pedro Andres Garcia. Derrotero del egército que salid de Buenos Aires el dia 6 de Di- ciembre, al mando de su Gobernador, _para la Sierra del Tan- dil; con un mapa. | . 1822—-Reconocimiento del Rio Negro, del Colorado, y de la Bahia de , San José, por D. Ambrosio Cramer. ; Plano de la Bahia de Todos los Santos, 6 de San Blas en’la Costa Patag6énica, y hasta la Bahia Verde, por el mismo. ——-Plano-del Rio Negro, desde su boca hasta el Fortin de San Xa- vier, por el mismo. Plano de la poblacion de Patagones, Memoria interesante en el dia, en que se trata de expediciones A los Indios infieles, con el objeto de establecer paz con ellos, por D. Antonio Millan (ampresa), — Diario de la expedicion de 1822 4 los campos del sud de Buenos - Aires, desde Moron hasta la Sierra de la Ventana, al mando. del Coronel D. Pedro Andres Garcia; con Jas observaciones, descripciones y demas. trabajos cientificos, egecutados por el Oficial de Ingenieros D. José Maria Reyes; con un mapa. ~ ———Congreso que celebraron los Caciques Aucaes, Pampas, Huili- ~~ ches y Tehuelches, en los toldos del Cacique Llanqueleu, para: : ajustar paces con el Gobierno de Buenos: Aires. -1823—Memoria geografica de la campafia hecha el afio de 1823 al es- tablecimiento de la nueva linea de defensa al sud de la Pro- vincia de Buenos Aires, por D. José Maria Reyes. (impresa). 1824—Reconocimiento de la Bahia Blanca, por D. Martiniano Chilavert _ y D. Fortunato Lemoine, con un mapa. Diario de la expedicion que salié del puerto de Buenos Aires, con destino 4 poblar la Bahia Blanca’ y a4 reconocer la costa desde el Cabo de San Antonio hasta aqueila bahia. 1825—Diario del viage del bergantin- de guerra “Belgrano,” al reconoci- miento de las costas del sud de la Republica. : | ———Diario de la Comision nombrada para establecer la nueva linea de | frontera al sud de Buenos Aires, con planos y mapa. 1826—Reconocimiento de la nueva linea de frontera por la segunda Co- mision, desde el Paso de las ‘Toscas en el Arroyo de las Flores, hasta la frontera de Santa Fé, por el Oficial de Ingenieros D. José Maria Reyes; con un mapa. 1828—Diario de ja expedicion para la nueva linea de fronteras, por el In- geniero Parchappe. Itinerario del Tandil 4 Ja Bahia Blanca, por el mismo, con un mapa. ——-—Plano del Fuerte dela Bahia Blanca, por el mismo. ———Plano de la Bahia Blanca, segun el reconocimiento de 1824, por el mismo. : | -——-—Plano de la parte interior y de los alrededores de la Bahia Blanca, | por el mismo. | 1833—Diario de Jas marchas y operaciones del egercito expedicionario . contra los Indios barbaros del sud. -——-—Reconocimiento del Rio Negro de Patagones, desde el Fuerte del. - LY Carmen hasta la Isla de Choelechel, por D. Nicolas Descalzi, Pi- loto del egercito expedicionario; con un mapa. 1833—Diario del Rio Negro, 6 reconocimiento del Rio Negro de Patago- nia, desde la Isla de Choelechel hasta la coufuenal del Limay y del Neuquen, por el General D. Angel Pacheco; con un mapa. Expedicion sobre los indigenas del sud_—diario de marchas, situa- ciones y acontecimientos acaecidos en la Division de la derecha, que se movi de Mendoza etc., por el Coronel Velasco.—/( Cua-< derno primero, y unico que se ha publicado. ) £834—Relacion de los cristianos salvados del cautiverio por la Division iz- quierda del Ejército Expedicionario contra los barbaros—(tm- preso. ) —— WEEE a — si “= a Sa INDICE. PETOCMNIOs.205,see%e cones ashi ek g, 3 PRiMERA Pinre=—Expdsicion de ie hecho. Fadia. dette ba. 5 Secunpda Parro—Discusion de principios.........ceeveensen seduce 44 DocumMgENtTos JUSTIFICATIVOS. Céduladel Rey, de Enero 13 de 1681.. : OD axe: Tit Proyecto de una expedicion al IC strecho de Magal lanes, por | D. Joseph de Herrera y Sotomayor, Enero 93 de 1683. IV menuia.del Key, Mayo 2) de 1684.00.05. 645 fo). oe Vit PePeeeer MIISING MES Vea. [40rd ee IX Otra de 24 de Noviembre de 1743........0...0....5.. patie, ed. xX Smet 23 de Julie de 1744: oui ka a Phe oo Pacis oe sian Xi RealOrden de 26-de Hinero de 1/4505 lo eee ee vec ccle cos vedece. XIV Miravde 9 de Lebrere-de 1745 0c eo. ie i ie we oe wee XV ORD Ce OCLUDTO Gn 14D ccc... coe tenssscecsativecsos ts ccvece XVI Male So Ce COCLIDTe. he 1760 cb. cneseccatecesss i scctevesaniececes cos XVII — Papel anexo. Sassi ee waPrasticvaee aeltees XVII Real Orden ded 5 ne Ouibte ask 1766.. Ge Uhl c's, Lo eed ciake otter CACORE XVIII Otra de 4 Octubre de 1766.. PRIME Pe sae oss seulekas datos toe XIX Otrade 29 Diciembre de Pera Mere Ae tes Se id. ees PCULEG Ue PAGS ccc ccccevcedessssecaescussseaeteveckvedsee XX Otra de 21 Agestode 1767.. RMSE AS vO. ses eos na teets fee XXI Otra de 17 Septiembre de 1767 aoe Say id. ‘Oficio del Gobernador de Boetoe s Aires, ag Oa diet pee de 17638.. ae Mie SOON ale ects CM Oeee oan ers XXII ‘Otro de id., de 28 cee ea 1768... nip spice sna castro wen ein ce XXIII Real Grnen de 25 Febrero de 1768. “ae Tae Oficio del Gobernador de Buenos Aires. ‘de 2 D a6 Mayo d de 1768. ».©.6 Real Orden de 3 papas ON PO Cos eiseeee ves uratsaslen ere rots nc XXV —Otra de 6 Octubre id.. De otta irene cr pay es ve RAT ae id. Oficio del Gobernador ae Bind: Aiton ite 30 Diciembee ree id. Real Orden de 11 Septiembre de 1769.. SUE Zecheh aca aay XXXVI PR ULI CLEIIU TEI oc ass ardccc veeesy sc qotiedesoeacecsticesvecuen costed id. SE es He CDTerO Ce. LZ 7 Os up cap cscvccccchessecveces Bay RO eR AE id. Otra de 24 de Agosto de id.. SA ieee Bie. Niechi tedecede wee oe Ve Otra (reservada ) da Marzo 4do,17 ee <9 rf -Instrucciones para establecer fuertes y pol obladiones en 1 ta costa ue corre desde el Rio de la Pista hasta el E'stre- cho de Magallanes. a. Er aly sek Gale cacts swat uares id. Real Orden de (5 de Agosto as 1779. Mee eieaeaca whahelbe Et DOS EE Otra de 28 de Marzo aes 1781. Te AE dO aa aed cule sek tee eee NE Otra de 9 de Septiembre de bra ee LO MCT OLN EMA! id. Otra de I.° de Agosto BPG WF Ea assis cacroOe ko Oka he eRe Pane ELV Instrucciones. POS SET SHHOFTASPDOHOHSO SHH HEHFAE HEH FTTH SHOE OHH HHT SHA OHH SHHSHO HOR BEE HEE NY Vi Dictamen. eeeornen sore 2oaee8 eevee tne reaver 99 2889808409 2080 808 6 XR AVIE Articulos relativos 4 la ‘Costa: Patagonica, af irietades de la e 19 Ke Septiembre de | 89, el Be ie en a a la Real Compania Maritim: de etnels: mee Nae glean ge <8 ie gg a ee nl a oa ee SRO a gs i Ly a a NG a RS ae kn yo Bag a ag ata ON I ge a . bow